Partida Rol por web

Se ajustó bien el pijama, un Row de 3500 dolores. No era de usar pijama porque una chica de glamurosa de verdad debe deslizarse en su cama como si fuera el nido de una venus, y dormir con una postura de natural sensualidad, que solo se tiene si has nacido para ello.

… no como todas las putas de ahí abajo…

El pijama era casi un kimono. No era lo más sexy y provocativo del mundo porque ella no lo necesitaba. Podría llevar puesto un harapo cualquiera de las candidatas que igualmente tendría a los tíos babeando a sus pies. Lo importante era destacar como la mejor y más elegante. Ellas llevarían una camiseta llena de agujeros con agujeros de chinazos y tufo a ganchitos. Se puso sus taconazos, porque una cosa es ir en pijama y otra descuidarse, y despidió de un manotazo a Cookie, el peluquero, y a sus tres asistentes, que salieron con premura evitando los gruñidos de los Kim y Kanye. Estaba perfecta, como mandaba el correcto orden de las cosas.

El correcto orden de las cosas había cambiado un poco. Las candidatas ya estaban a punto de convertirse en auténticas novatas, un remedo de cuasi-esclavas de las veteranas pero, aun así, ya por haber llegado a la famosísima fiesta de pijamas de HOTS, se encontraban en un kilómetro por encima del resto de la plebe. Las maneras iban a cambiar porque empezaban a ganar cierta posición. Ya no podía referirse a ellas como puta escoria. Aunque lo fueran. Ahora eran putas a secas, y escoria a ratos. Basura, pero con bolsa perfumada y cierre hermético.

Revisó su teléfono móvil, con preocupación. Miró el reloj y esperó. Por supuesto NO sería la primera en llegar a la fiesta. Se haría de rogar porque esa es la norma. Llegaba el sonido de la fiesta. No sabía si David Guetta había llegado a tiempo de amenizar la puta fiesta. Pero daba igual. Luzbel estaba totalmente dispuesta a aburrirse como una ostra recostada es un diván como una arpía romana, chutándose copas de Pernod-Ricard. Pasable, pero de transición. La puta escoria no estaba preparada para el champán realmente pro y había que ir entrenándolas poco a poco. Pero qué coño, para una fiesta de pijamas tampoco le vas a pedir más.

Luzbel asomó el hocico por la puerta y confirmó que ya estaban todas abajo. Era el momento de bajar por la escalera como flotando.

-Luego os llamo y podréis tener carne -le dijo a los perros.

Salió y casi llegó a la gran escalera. Pero en ese momento Lilith pasó por delante con una gran caja, a toda velocidad.

… uy…

Quería hablar con su hermana. Esperó unos minutos antes de acercarse a su puerta y llamar.

Subí rauda hasta mis aposentos, para poder abrir en intimidad aquel paquetón. La verdad es que no sabía qué era... Porque no había hecho ningún pedido de ropa, juguetes S&M, ni un nuevo consolador. Aunque me encontraba super prendada de uno... 

...Pero me salgo del tema. Cierro la puerta tras de mi y deposito el paquete en mi cama lustrosa. Apenas he despegado un poco el papel cuando tocan a la puerta.

- !Ocupada, perras! - seguro que alguna intentando cotillear. 

-¡Que te den, guarra! -gritó a la puerta-. Yo me bajo a morirme de asco en la fiesta. Te espero allí.

Luzbel, por supuesto, se hizo esperar. Bajó lánguidamente por la escalera a reunirse con las chicas. Las pobres parecían tan entusiasmadas. Ella comprendía que tenía que darles un poco de cuerda, animarlas y darles cancha. Que supieran lo que era, aunque fuera esa noche, ser una HOTs. Sin malos rollos ni nada. Con niveles y distancia, por supuesto, pero estaba dispuesta a intentar prestar atención unos 30 segundos a las historietas de pequeñas prostitutas adolescentes que se creen que han visto mucho mundo. Esa noche era para ellas, porque a las veteranas de HOTS ese rollo les importaba un pijo. La fiesta de pijamas era un alarde de generosidad de la fraternidad que las novatas debían apreciar.

Muchas habían caído en desgracia mucho antes de llegar a soñar con una fiesta de pijamas en HOTS. Esa pandilla podía estar agradecida.

Se recostó en un diván y observó de inmediato que ahí faltaban Channel y la Pintapollas. Arrugó la nariz imperceptiblemente. Algo olía mal. Lo normal, claro. Puñaladas, alianzas y traiciones. Bienvenidas a vuestra nueva vida, novatas. Aquí la que no corre vuela y si tardas en meter el codazo te quedas fuera. Pintapollas estaba moviendo ficha y Channel se aprovecharía de ella. Lógico.

Alargó la mano en el vacío esperando que, mágicamente, apareciera en ella una copa de champán recién vertido.

Al escuchar que es mi hermanísima, voy a abrir. Al fin y al cabo, sino me preguntaría después que coño hacía aquí dentro. 

- Pasa...- le digo, pero me encuentro el pasillo vacío. Acabo negando y cierro aprisa la puerta de nuevo. Antes de que se colara alguna.

Voy a abrir el paquetón.

Luzbel baja por la escalera como si fuera la reina de Saba*. Su pijama es divino, visto lo visto, el único que puede rivalizar en elegancia con el mío.

Se recuesta en el sofá y alza la mano en espera. Y yo que no soy tonta, que a pelota rastrera servicial y amable no me gana nadie... y que he perdido muchas posiciones cuando perdí la primera prueba "¡Que vergüenza! ¿cómo pude perder? Aún me duele la humillación", acudo presta con una copa de champagne, de la que le hago entrega... por supuesto sin esperar ningún agradecimiento, me conformo con que alce una ceja

Dentro del paquetón hay una pedazo de caja negra sin nada escrito a su alrededor. Al abrir la caja lo primero que ves es una nota que dice.

Te comprendo y conozco tus secretos.

Y bajo la nota está el consolador más chachi que pudiera existir en el mundo: ¡es un ovopositor alienígena! ¡¡¡Con moldes para hacerte huevos de gelatina y montones de lubricante!!! ¡OH MY GOD EL QUE HABÍAS VISTO POR INTERNET! ¡Ahora solo necesitas gelatina y a gozar!

La perra de Lilith subió a su habitación para ver dónde colocar aquel paquetón que le habían entregado, al tiempo que Channel abofeteaba aparte a Jessica o algo así. Al menos la novata vuelve con la mano sobre la cara donde se ha llevado la torta consecuente por mojar a Channel, aunque todas saben que se habría tenido que abofetear a sí misma para no dañar la manicura de Channel. 

Faltaba una de las veteranas, pero todas las demás habían sido bien servidas de champán, que era suficiente para llenar el estómago y alegrar la fiesta. -Deberíamos jugar a atrevimiento o verdad- dijo la veterana olvidada por la directora, acomodándose en un sofá y dando un sorbo a su copa. -Es el pilar de estas fiestas, sacar trapos sucios y ver como otros hacen el ridículo.

Parpadeo un par de veces al ver aquello. Luego sobreviene un grito que podrían tomar como que me están apuñalando hasta la muerte. Tanto, que me tengo que tapar la boca con la manos, mientras el mejillón me hace palmas a velocidades descontroladas.  Miro si viene alguna nota más y se me vienen mil preguntas a la cabeza, como quien me habrá regalado esto, quien comparte mis gustos, ¿mis secretos? ¿esto llevará pilas?

Decido hacerme todas estas preguntas después, pues tengo el humedal de Doñana desbordando, así que miro si tiene pilas y con todo me meto al baño. Voy a estrenar el chisme. No podía esperarme. !ME TENÍA QUE RELLENAR COMO UN PAVO YA!

Aquel aparato no llevaba pilas, mucho mejor manual, que así no te quedabas a medias en caso de. La cosa es que esos huevos de gelatina no se hacían solas, seguramente en la cocina había de eso. ¿No había hecho la cocinera alguna cosa de esas de gelatina sabor agua que tuvo que tirar porque la gelatina al parecer sí tenía calorías? IU, CALORÍAS.

Unos instantes después terminar con Jessica, Channel volvió a la sala, quería tener controladas a las novatas, después de su "conversación" con pintapollas, con la del pelo tan suave que... no debía pensar en eso ahora. El resto. 

Las gemelas estaban arriba, probablemente vomitando después de haberse atracado de comida... o quizá fornicando entre ellas, tijera tras tijera para no echarse encima de los hombres como gatas en celo un rato más tarde. 

Al llegar, escuchó a Sadie con su idea. —¿Ya? ¿Tan pronto? Supongo que es inevitable que las novatas tengan que pasar por ese ritual también —porque ella no pensaba jugar a eso, ya se lo habían hecho jugar y había sufrido lo suyo. Nunca más. Ella había sido novata, pero con mucha más dignidad que las actuales. Su mirada había hecho derretirse a las Veteranas. Luego las gemelas habían derretido de verdad a alguna veterana pero bueno. Sólo eran rumores.

—Vamos, Sadie, elige a una de las zorritas novatas y pídele algo de verdad. Pensaba hacer que quien fallase tuviera que comer algo bien grasiento, pero después de ver como algunas... lo hacéis por deporte, tendré que pensar en otro tipo de castigos.  

Regreso yendo detrás de Channel, con la cara en mi mejilla y con cara de que me había dolido más lo que me dijo dentro que el bofetón en sí. Jo, entre eso y el tirón de pelo...

Aún no he terminado de regresar y reponerme cuando Sadie propone un juego de atrevimiento o verdad. Y Channel la anima a que empiece. Me sorbo la nariz un par de veces y me repongo como buenamente puedo. Si ese juego es necesario para entrar en HOTS, no puedo venirme abajo. Mientras espero a que el juego comience busco con la mirada a Beth.

- Tus muertos...- mascullo ante el chasco de los huevos de gelatina...Ahora tendría que bajar a la cocina o a saber si no había tirado y la basura esas mierdas. Pero lo necesitaba para el gozo de mi pepitilla, así que dejo el consolador en su caja, bajo la cama, y salgo. Bajaría a la cocina cuando todas las putas durmieran borrachas. Ahora iba a a ir al salón antes de que preguntaran que hacía.

Una sonrisa, quizás demasiado amplia, asoma a mi cara cuando proponen el juego.

- Será divertido.

Estaba deseando conocer las burradas que esas zorras dirían que han hecho (las que de verdad no mientan) y ver las pruebas que iban a inventarse para seguir humillandonos. Le estaba pillando el gusto.

Luzbel, recostaba en el diván, recibió la copa de manos de... de alguna de ellas. Hizo el esfuerzo de levantar las pestañas con la languidez de una diva clásica y descubrió que Ceroceja se había preocupado en tendérsela. Buena perra.

-Gracias -se molestó en decir, en un alarde de generosidad. Sabía que esa era la noche de las novatas, la noche de darles el gusto de sentirse especiales, y le dolía el el hígado no le importaba ser amable. Ese era el futuro de las novatas que entraran en HOTs, una larga temporada de servilismo con las veteranas. Ceroceja lo había captado en seguida. Bien.

Sadie soltó lo del jueguecito de las narices y Luzbel puso los ojos en blanco del tedio. Tenía que ser Sadie, por supuesto. ¿Qué necesidad había de jugar a cualquier cosa? ¿No bastaba con pillar una curda hasta que llegaran los hombres-que-no-estaban-invitados-pero-que-siempre-curiosamente-acaban-apareciendo?

Pues no, claro. Esa era Sadie. La mosquita muerta que ponía cepos como sin querer. ¿Por qué? Taba claro: porque la ambigua Sadie en realidad estaba deseando hacer pelea de higos. Estaba al quite de sacarse un piquito con alguna de las novatas. Y como las novatas estaban en plan Complace como puedas...

-Oigh peroporfavor... -opinó ante la propuesta de Sadie, y en ese momento apareció Channel con su nueva lacaya, la Pintapollas. Si la boca de Pintapollas no sabía a almeja en ese momento, seguro que sabía a ojete.

...Pintapollas os está tomando la delantera, novatas...

Vuelvo a hacer acto de presencia en el salón. No sabia muy bien que coño había pasado en mi ausencia, pero voy directa a donde está mi hermana.

- Me retocaba el maquillaje...La puta del avón me ha mentido. Mañana la demando hasta que tenga que vivir de hacer mamadas a taxistas - mascullo y me recoloco el pelo rubio de futura presi. - ¿Qué me perdí? ¿Nadie se ha partido el cuello? - chasqueo la lengua, buscando algo para beber y lubricar la garganta. Porque otras cosas ya las tenía lubricadas. 

-Nada, hermana. Sadie quiere comerse un coño y ha buscado la excusa de un jueguecito de verdad o atrevimiento para las novatas.

Luzbel chasqueó los dedos sin mirar a nadie, para que apareciera una copa en manos de su hermana.

Ya que estaba agarrando una de esas copas de champagne, cogió otra para las hermanas de lucifer, que tampoco estaba de más fomentar el buen rollo en una fiesta, porque las novatadas eran una cosa,  y otra muy diferente, empezar con el cachondeo padre, y era inevitable estar a buenas, nadie quería una fiesta que fuese una basura aburrida, así que Kimber intentó poner todo su empeño en ello.

Le dio una copa a Lilith la furcia de caín, hermana de Luzbel, y se puso con las demas novatas.

-Venga, estará bien ese jueguecito-

Darcy maldijo en silencio su falta de rapidez. Si hubiese sido ella la que le hubiese dado el champangne a la gemelier femenina hubiese ido cargado de laxantes. Hubiese estado bien. Ella se habría reído y esa noche la rubita hubiese podido comer lo que quisiera. De todas formas, la noche prometía ser divertida...No jugaba a verdad o atrevimiento desde la última vez que había jugado a verdad o atrevimiento que había sido cuando jugó a verdad o atrevimiento... Esa noche estaba muy confusa en su memoria. Demasiado atrevimiento. Demasiado alcohol

¡¡Genial!! dijo sonriendo alegremente para luego contenerse y poner cara de diva. Quiero decir...suena maravilloso

-¿Empezar yo?- dijo Sadie mirando a todas, ella solo había propuesto para jugar a algo ya que ella era un personaje de relleno y estaba para dar ideas. -No pienso empezar, que alguna de estas golfas sifilíticas acaben una botella y la hagan rodar para probar suerte. Parece mentira, como si nunca hubierais jugado a esto- dio un sorbo pequeño a su copa, seguido de otro sorbo más grande.

La madre de Sadie siempre decía que la mejor forma de que una mujer se conserve es en alcohol o en formol... Y puesto que lo segundo era tóxico, ella siempre tiraba por lo primero. Hizo un gesto con las manos a las novatas para que cogieran una botella de champán, la vaciaran y la hicieran girar.