Partida Rol por web

Channel mostró su aprobación con Pintapollas —De acuerdo, los collares y las fustas están en ese cajón. Tendrás que tomar una fusta más pequeña, ya que para culogordo cogí la más grande... pero vamos, nadie tiene un culo más gigantesco que el suyo. —Se quedó mirando a Jessica, a su pelo más bien. Contempló por el rabillo del ojo a las gemelas, en cuanto las novatas salieran a pasear a las cerdas, quería comentarles un par de decisiones. 

Kimber la agarró la mano a Darcy con fuerza, como solía hacer.

-Tranquila Darcy, esto será igual que aquella vez que nos quedamos sin dinero para hierba, bueno o parecido-

-Pero que sepas, que te apoyo-

Se quitó la ropa con rapidez, quedándose en ropa interior, dispuesta a pasear con su amiga, luego despues de eso, si algún gilipoyas se les quedaba mirando embobados o les dedicaban cualquier mierda de comentario guarro, se quedaría con su cara para rajarle las ruedas del coche, o en caso de ser un friki, el adaptador wifi.

Esta vez, sí, no puedo reprimir el empezar a reírme cual Maléfica. Kim se une al paseo... ¡Y con Jess de la correa!

- ¡¡¡Vamos Jess!!! - Digo súper animada. - Saquemos a las perras a pasear. Quizás deberíamos comprobar primero que no están en celo, no vayan a atraer a todos los perros del campus.

Dicho esto, espero a que Jess le ponga el collar a Kimberly y tiro de la correa de Darcy, para salir y comenzar "el paseo".

- De acuerdo - respondo a lo que comenta Channel y voy a coger la correa y la fusta. Me da igual que la mía sea más corta, mejor así...

Miro brevemente a Beth al escucharla.

- Sí, saquémoslas a pasear - mientras le pongo la correa a la rubia le susurro al oído con tono insinuante - Tranquila cielo, te trataré con mucho cariño...

Me relamo los labios. El mero hecho de pensar en todo lo que puedo hacer con ella hace que me encienda más y más. Definitivamente tengo una personalidad oculta que ignora el intenso odio que emite Kim, solo piensa en lo buena que está. Toda una depredadora.

En cuanto Beth empieza a pasear a Darcy hago lo mismo con mi perra.

Salen a pasear, por las ventanas del salón de la planta baja podremos ver como las llevan... bien. Estamos dentro Sadie, la sudaca, las gemelas y yo.

—Bien. Voy a escuchar vuestras opiniones —me dirijo a las gemelas y a Sadie— pero creo que tenemos futuras hermanas. Pintapollas, Ceroceja y Suiciditos son unas putas comepollas, pero tienen  madera... o más bien ramita y podremos modelarlas poco ha poco. Van comprendiendo lo que es ser una HOTs.

Ceroceja nos está escuchando, pero me da igual —Siempre que sigan así, claro... ¡Tú! —miro a Ceroceja— ¡Más champán! ¿Y qué haces escuchando conversaciones ajenas? Date una bofetada— mía no es la culpa de que no pueda servirme y no escuchar lo que no le compete a la vez.

—¿Opiniones? —igual ellas sabían algo sobre las novatas que las descalificaba, pero para mí las cosas estaban más que claras. 

Cuando salen todas y me quedo con las veteranas, no me lo puedo creer. Y cuando Channel se pone a hablar deduzco que no sabe que estoy ahí. Las novatas llevamos un anilló único de invisibilidad no existimos, así que deduzco que se ha olvidado de mí.

Pero resulta que no, que es sólo que no importamos.

-¡Por supuesto!- digo mientras relleno sus copas, las de todas, hasta la medida justa, ni muy alta que se pueda caer y mancharlas, ni muy baja que no dé ni para un trago.

Luego dejo, elegantemente, la botella de champan y me doy un sopapo. Voy a entrar en HOTs sí o sí.

Cuando perros y fustigadoras parten a dar cuenta del castigo impuesto, me pego a la ventana para no perder detalle en ningún momento. Lo hago mientras puedo, mientras me deja la visibilidad. Después siento que me aburro un poco y vuelvo al diván a seguir acariciándome el hígado con soplos de champan. ¿Quien quería hígado cuando eras guapa y rica? Te lo pueden trasplantar en un plis plas, para eso estaba el mercado negro de órganos. 

- Sólo me ha sorprendido para bien la gótica. Las otras me sudan tol coño - trago, respondiendo a la puta esta con claridad y honestidad.

Sintió auténtico placer al ver a esas dos en bragas a cuatro patas con un collar. Se pegó a la ventana para verlas salir y trotar a ritmo de fusta. La gorda le recordó al cochino vietnamita de George Clooney, pero con doscientos kilos más: blancuzca, sebosa, de carnes temblorosas... Una puta cerda, sin más. Luzbel quería haber salido con ellas a reirse en su puta cara y martirizarlas un poco, darles patadas en el culo para que trotaran más rápido y, en definitiva, enseñarles modales. Pero Channel las quería ahí de momento. Se quedó pegada a la ventana como un zombi que quería entrar en un centro comercial, hasta que las perdió de vista.

Ceroceja hizo las veces de camarera. Y su pinta de sudaca o medio china parecía coincidir con su actitud. Ese servilismo era apropiado para una novata. Pero si llegaba a ser una hermana de pleno derecho habría que quitarle esos ramalazos de raza inferior.

No se dignó en agradecerle la copa, por supuesto. Pero al menos no la castigó. Buena cachorra.

-Este año todas son lo peor. No me gusta ninguna, pero sí tengo claro cuales NO pueden seguir aquí. No valen para ser mejores. Son pura mierda. Han venido pensando que se pueden entrar por esa puerta a reirse de nosotras. Pues de eso nada. Pero pueden servir para que las demás entrenen un poco y nos demuestren de lo que son capaces. Por ejemplo, quiero revisar los culos de esas dos luego. A ver si es verdad que han recibido buenos fustazos o es una pantomina de Pintapollas y Suicidios. Por cierto, hermana  ¿qué coño tienes tú con esa?

A cuatro patas, con las nalgas firmes bien delimitadas por su tanga negro, y las tetas siendo presa de la ley de la gravedad, envueltas en un sostén del mismo color que su otra prenda, Kimber se puso a gatear, 'sacada' por Jessica. No tenía las perolas como Darcy, pero tampoco eran tontería, y se bamboleaban a cada paso, como la chorrada esa de chisme que tenian muchos psicólogos en su consulta.

Cuando estaban fuera, le respondió a Jessi.

-Relaja la raja, pintapollas, y como me hagas algo chungo, te parto los morros-

Jess y yo salimos, con nuestras "mascotas", dispuestas a dar aquella vuelta. La visión era bastante divertida. Mareas de gente hacían corrillo por donde pasábamos para observar a las "perras".

Claro que, Kim, no contenta con eso, tarda apenas una décima de segundo en amenazar a Jess tras abandonar el edificio.

¡¡¡ZAS!!!

Con toda la rapidez que me permite mi mucha experiencia con la fusta, arreo, aunque no demasiado fuerte, una nalga de Kim.

- Relájate tú, bonita, o le pido a Channel un bozal.

Kimber miró con (Más aún) odio a la maldita gótica, ¿Quien coño le daba permiso para azotarla? esa putita de satán se iba a enterar.

-Gótica revenida, te juro que cuando termine esto, te pondré los ojos morados, pero de verdad, como a ti te gustan, a puñetazos, zorra-

Siguió gateando, enfurruñada con Beth.

Salimos del edificio sacando a pasear a nuestras perras. Y apenas hace eso la rubia me amenaza. Al principio me asusto un poco, pero luego recuerdo la situación y esbozo una sonrisita traviesa. Es imposible que ella pueda hacerme algo peor que no poder entrar en HOTS... o perder a mi pobre Stinky. No, ella no me da miedo. Me dispongo a azotarla cuando Beth es más rápida y se me adelanta.

- ¡Joooo! ¡Quería azotarla yo! - me quejo inflando los moflete - ¡Si tanto te mola ella te la cambio! - miro un momento a Kim y luego otra vez a Beth - La verdad es que no estaría de más el bozal, no sería nada bonito verla mordiendo a la gente en plan perro rabioso.

En cualquier otra situación me habría cagado las patas abajo, pero definitivamente estoy decidida a conseguirlo y no voy a permitir que nada se interponga en mi camino, ni aunque se trate de una barriobajera rubia. Termino ignorando las amenazas a Beth, qué desagradable... su actitud no es nada bonita, aunque su físico no esté nada mal.

Alzo mi fusta y azoto suavemente a Darcy en el trasero. Entonces miro a Beth con atrevimiento.

- Ahora estamos en paz.

La actitud crítica de Luzbel hacía las novatas estaba muy acorde con la mía. Esta generación se encontraba muy alejada de la epicidad de la nuestra. Les faltaba algo, una chispa, un retazo de maldad primigenia que toda mujer debiera tener inscrito en lo más profundo de su adn. Estas eran divas de plástico, y no me refiero solo a los kilos de silicona que embotaban su cuerpo y no el mío. 

Asiento un par de veces, conforme a las palabras de mi hermana, pero su última pregunta me deja un poco en el sitio. ¿Que tenía yo con esa? Notaba ciertos celos en ese pregunta y eso me hacía sentir bien. Claro que no sabía que cojones contestarle. 

- ¿Yo? ¿Con esa? Ella habrá tenido un flechazo conmigo, lo entiendo...- me hago a un lado melena rubia natural salida del infierno - Yo solo veo que, de todas, es la que más tablas tiene. A pesar de ese toque darks y el gusto por profanar tumbas en luna llena. Ya sabes.

Darcy apretó las nalgas al ver la fusta avanzar a su trasero, con la consecuente marmolización nalgar. Se veía que la pelirroja no quería hacerle daño...de hecho se veía que quería hacerle otras cosas. Bueno, aquello estaba mas que claro por la "pelea" en el barro. Ahora entendía la animadora porque el agua embarrada no estaba fría. También se dio cuenta de que Kim iba a acabar perdiendo los estribos. Solo lo había visto dos veces: la primera, al poco de conocerse, cuando Darcy la vaciló más allá de lo vacilable. Inexplicablemente, su carisma, caracter y salidas habían conseguido controlar a la bestia de tal forma que se habían convertido en BFF. 

La segunda vez era algo que Darcy prefería no recordar: demasiadas ambulancias, unos cuantos dientes en una mesa y... bueno. Un nerd que tardaría mucho tiempo en desear perder la virginidad. Pero la cosa no iba con Kim. No por el momento. Darcy se giró hacia Jessica y, recordando que iban a ser compañeras de cuarto, decidió no mostrar enfado con ella. 

Grrrrrr gruñó haciendo un gesto de gato

-¿Tablas? ¡Ja! Ya veremos esos culos cómo vuelven. Si no están como el culo de una mona no me creo nada -dijo, y se ventiló la copa, airada. Se fijó en la novata que había allí y quiso divertirse. A ver si se ponía nerviosa o algo-. ¿Y tú? ¿Tú qué opinas, Ceroceja? Responde.

Su opinión no le importaba una mierda, y no tenía ningún valor, pero quiso poner a prueba a la china aquella. Con suerte perdía la compostura y se le caía una copa o dejaba un premio de medio kilo enl as bragas.

Escucho atentamente, todo lo que comentan, ya que es una información muy útil de cara a saber como están las demás, en esta "competición" para entrar en la hermandad. Intento pensar en la última colección de Carolina Herrera, para no escuchar esta conversación tan privada.

 Me acerco a Luzbel para rellenar su copa que ha quedado vacía. Y, entonces, sin más, me pregunta qué opino. Pongo cara de niña buena mientras comento -Pues lo cierto es que iba a decir que me daba igual mientras la que SÍ entrara en HOTs fuera yo...-

Mi gesto cambia y aparece la superioridad que tiene el que sabe que es superior -... pero sería mentira, me importa y mucho. Las que salgan elegidas, serán vistas conmigo así que tienen que estar a mi nivel, como poco. Y salvo Jess, que es bastante divina en casi todo, por lo demás sólo veo problemas "grandes", "oscuros" y "peligrosos". Es decir, una afrenta a HOTs-[/B]

Vuelvo a cambiar el gesto a mi cara sonriente. -¿Más champange?-

No me preocupa ni lo más mínimo lo que piensen de lo que he dicho  ya que no creo que piensen hayan escuchado una sóla de mis palabras.

No pudo evitar soltar una sonora y demencial carcajada ante las palabras de la china. No porque compartiera lo que ha dicho y me hiciera gracia por eso. Si no por ver lo creído que se lo tenía la amarilla. Tengo que parar, a pique de que todo eso acabe en una arcada por risión. Luego me recompongo muy digna, atusándome el pelo y colocandolo debidamente sobre mis hombros de Diva.

- Si, mas champán - tiendo mi copa. 

Me río cuando Jess azota a "mi perra" y asiento cuando dice que estamos en paz con una sonrisa. La verdad es que aquello era divertido.

Ya van dos a las que me toca castigar. Podría acostumbrarme a esto.

- Cállate o te doy otra vez, barriobajera. Que ni haciendo de perra pareces de raza. - Le digo a Kim.

- Sí, ten cuidado no tengan que denunciarte porque tu perra muerde, ni mucho menos poner la vacuna de la rabia a alguien. - Le digo a Jess.

Darcy, por el contrario, parece asumir el castigo y no se porta demasiado mal.

-Ya te tocará, Beth, ya te tocará, entonces sabras el verdadero significado del dolor, y no esos cortes que te haces por la noche para aliviarte- Kimber miró a Beth, con la mirada de las mil muertes retorcidas. Se iba a vengar de esa perra de satán, si o si.

-Venga, vámonos, cuando antes salgamos, antes terminamos-

- Bueno, si me denuncian solo tengo que pedirle a mi madre que me defienda - respondo con una sonrisa adorable, antes de girarme hacia Kim - Buena chica. Si te portas bien te daré el doble de ración de comida.

Seguimos paseando a las perras, fijándome en lo bien que se porta Darcy en manos de Beth... o más bien en cómo le cuelgan los pechos a una y lo bien que le queda la ropa a mi amiga. Con ambas y Kim mis bajos instintos no dejan de crecer, y ya estoy dejando volar mi imaginación.