Partida Rol por web

Una langosta gigante aunque pareciera una sentimiento cínico estaba feliz de que una criatura gigante nos acechara ya que eso significaba que las armas ya funcionaban,no dude en oprimir el botón -Si se acerca le voy a volar las tenazas- Estaba entusiasmado por ver qué tipo de armas habría preparado Obake.

Unas explosiones se sucedieron, por fortuna para los tripulantes la nave espacial remodelada para ser un submarino de los malos; estos no eran el objetivo de las explosiones, sino el propio monstruo, dejando ver, a través de las oscuras aguas del lecho marino, lo que parecía ser un Submarino gigante agarrado entre ambas tenazas, mientras que minúsculas embarcaciones, mucho más pequeñas que la Burger-Nave, disparaban sus torpedos contra la criatura.

La escena impactó a la líder por dedocracia colectiva del submarino improvisado. Además de los efectos especiales 3D 100% reales no fake, con sus explosiones de colores llenando el vacío marino, generando corrientes artificiales tan potentes como efímeras y todo eso, allí había un conflicto que no podía llegar a entender. Naves vs Langosta, pero ¿quienes serían los buenos? ¿Habría siquiera un bando bueno, o sería una de esas veces en las que hay una guerra porque se odian mucho? A lo mejor la langosta solo pasaba por ahí, o estaba defendiendo su casa. O quizás era uno de los monstruos a los que tenían que apalear para ser buenos héroes. Tantas posibilidades, y Zaki con ganas de disparar cosas, que además no se sucedían en forma de discurso ordenado en la cabecita de Patricia, sino como sensaciones de compasión hacia ahora la langosta ahora las naves, estrés, presión, estrés, ay ay ay, se agarró la cabecita, se acarició las cienes...

Y entonces cerró los ojos, y se hundió hacia ella misma un momentito. Solo un segundo, pero como se le habían cortocircuitado las neuronas, a ella le pareció como que se desmayó, y volvió a despertar en un rato. Y entonces tuvo... ¿una idea? Véase, por la cabeza de Patricia pasó una oración, con sujeto y verbo y todo: que no muera nadie. Abrió los ojos un poco más decidida, caminó como pato tímido hasta el piloto, y le dio dos golpecitos muy suaves en el hombro. B-burger-boy, apunta s-solo a los brazos para liberar al submarino. Ha-az l-luces o algo para q-que nos vean. Sería difícil que un ser del planeta que fuera no notara la presencia de una nave intergaláctica-submarino hamburguesa. O quizás lo perturbador sería encontrar un planeta en el que tal cosa se camuflara con el ambiente. S-si las naves huyen, huimos con ellas. Agachó la cabeza antes de llenar la nave submarina de una mirada fugaz. S-si os parece bien...

-Bueno, parece que no vamos a tener mucha opción -dijo Élan de forma algo irónica. Quisieran o no, se encontraban atrapados entre aquel bicho gigantesco y aquella miríada de navecitas que le hacían frente. El chaval estaba sorprendentemente calmado para haberse topado con una langosta gigante. Quizás porque era la enésima vez ese día que parecían estar a punto de morir. ¿Iba a ser toda su vida así a partir de ahora? En cualquier caso, no era momento de dudar, tenían que hacer algo para ayudar a salvar a la pobre gente del submarino.

-Me parece bien. ¡Vamos a darle fuego a esas pinzas! -exclamó. Ya habría tiempo luego para averiguar quien narices era aquella gente y de dónde habían salido. -¿Zaki, quieres hacer los honores? -le dijo a su amigo, parecía estar extrañamente entusiasmado con aquello, así que ¿por que no dejarle disfrutar?

Al parecer teníamos refuerzos y quizás nisiquiera habían notado nuestra presencia,solo sabía que estaban atacando a las monstruosa langosta para liberar al submarino -Bien apuntemos a la tenaza para que suelte el submarino- Aún concentrado para disparar acate las órdenes de nuestra líder -Bien entonces en este momento seremos parte de la tropa de naves- Al ver todo preparado active las armas para empezar a disparar contra la criatura,bastante emocionado por ver tanta tecnología.

Mientras el láser se cargaba, a través de las escafandras, todos los héroes que se encontraban presentes sintieron un escalofrío que fue acompañado de miedo y arrepentimiento poco después; todo debido, no a que ocurriera lo indebible -si eso existe si quiera- sino a una pregunta sincera e inocente proferida por el piloto y el que había apuntado con el arma.

¿Tenaza?

No hubo tiempo para lamentarse; pues el rayo salió disparado esquivando al monstruo gigante de roca que tenían ante ellos e impactando de lleno en el centro del submarino de aproximadamente algo más de 100 metros de largo; sin siquiera dañar ni levemente a la criatura que superaba en diez el tamaño de aquel objetivo.

La líder hasta sonrió y se sumó un poquito a las ansias de Zaki por ver fuegos artificiales high-tech... Pobre ilusa, ese poquito solo le sirvió de preludio para lo que venía. Le empezó a explicar a Burger-boy como quien le cuenta a un niño pequeño que nunca ha visto una langosta, muy instructiva y pedagógica: Sí, Burger-boy, es eso que es como... Y se dispuso a hacer la forma de una tenaza con la mano, pero entonces vio lo que pasó, y soltó un ¡Ay! Y luego se agarró la cabeza, se balanceó adelante y atrás, ¡Ay! ¡Ay! Hiperventiló, se le empezó a quedar la cara roja, ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Se quedó a medio camino de morderse las uñas de los nervios, porque estaba muy nerviosa, pero no quería estropearse las uñas, de manera que los nervios crecieron aún más por no poder comerse las uñas. ¡Burger-boy! ¡El otro! ¡EL OTRO! Otra muerte en nuestras manos... ¡EL OTRO! Y entonces le salió un sonido desde lo más profundo que hacía cosas antinaturales con su diafragma y su garganta que sonaba como ¡mmmmmhjhjhjmhjmhjmhjmhjmhjmmhjjjjjmmm!, muy agudo, muy desagradable, y muy poco liderante. Pero aquel sonido insoportable llegó a su conclusión: ¡Mmmmmmmmalo! ¡Robot malo! 

Y así con la cara roja y los ojos queriendo escaparse de sus cuencas para no tener que ver nada nunca más, la buena de Patricia le dio con la mano abierta a Burger-Boy, que era mucho más duro que la mano de las uñas bien cuidadas. ¡malomalomalomalomalomalomalomalo! Y le siguió dando, como toda una líder que mejora las situaciones con su excelente liderazgo. Pasados unos diez segundos de ráfagas histéricas de cachetadas, inspiró profuuuuuuunda y sssssonoramente, cerró los puños, y los puso delante de la cara de Burger-Boy. Y siguió con su plan inicial: Las tenazas son lo que tiene esta forma. Imitó las tenazas de la langosta con las manos, muy cerca de la cara del piloto, y por algún motivo creyó que eso le haría entender mejor. ¡De la langosta! ¡Del más grande! ¡Haz caso robot! Y le dio otra cachetada que tenía guardada en la recamara.

Todavía con el ataque de ansiedad en las costillas, se acomodó un poco el pelo con las manos, tuvo un instante de cara de coqueta mezclada con histérica y ataque de ansiedad, ese instante pasó y solo quedó la parte de loca de mierda, y miró a Zaki. Vuelve a intentarlo. Botón. Y volvió a Burger-Boy. ¿Has entendido lo que tienes que hacer, Burger-Boy? Miró a Élan desconsolada. Él que era todo un héroe, ahora había participado de un presunto homicidio submarino a sangre fría por culpa del liderazgo de una histérica. Pero se calmó vergonzosamente, y volvió a su tono habitual de voz. ¿T-tu se lo puedes explicar mejor...?

La reacción de Saiki fue bastante elocuente y supo captar bastante bien lo inesperado de la situación.

-¡Qué coj****!

Con bastante seguridad, acababan de matar a alguien. Quizás a bastante gente. Mierda. ¿Ésto somos los héroes que ha mandado Obake? Los primeros aliens que nos encontramos y los freímos de un cañonazo pensó Saiki, que ya estaba empezando a encender. Escuchó la petición de Patricia y no pudo contenerse más.

-¿Explicárselo? Claro. Claro que le puedo explicar a este montón de chatarra inútil que cuando le decimos que apunte a las tenazas, es a las tenazas del monstruo, no al maldito submarino. ¿Me oyes, Burguer Boy? Estaría bien que si te decimos que apuntes a un sitio, apuntes a ese maldito sitio. Porque si no, yo sí que sé apuntar -dijo, convocando a su llave espada a su mano y apuntando con ella al Burger Boy. Cada frase había sido más cortante y pronunciada en un tono más alto que la anterior. -Así que ahora hazme el favor de apuntar al maldito monstruo y borrarlo del mapa, ahí, dónde están disparando los demás -dijo, girándo sobre sus pies, espada en mano, hasta quedar mirando en la dirección opuesta, con la llave apuntando hacia la langostruosidad.
 

Fallamos,no solo no habíamos despedazado la tenaza habíamos hundido una de las naves que estaban combatiendo a la extraña criatura todo causado por la poca educación básica de Burger-Boy,algo a lo que solo pude tomar mi cabello y para correr de lado a lado -Estamos muertos,hundimos el navio- a pesar de lo sucedido mis compañeros estaban más calmados pero claramente enojados.

No pude evitar detener a Saiki por Burger-Boy -Fue un error inocente el es como un niño,mejor ataquemos la criatura y después lo reprendemos- volvi a oprimir el botón siguiendo las órdenes de nuestra líder esperando por darle está vez al crustáceo -Burger-Boy apunta a la fuente de calor viva más grande y no le des a ningun navío.

El rayo volvió a dispararse, en esta ocasión no pasó ni remotamente cerca de aquella criatura gigante, lo cual era algo difícil de por sí, pues era inmensa, chocando y explotando las pequeñas naves de escape que hubieron logrado salir antes de que estos tres "heroes" volaran por los aires el submarino madre.

¡3 Objetivos Hundidos!

La voz robótica y carente de emoción alguna de Noodle Burger-Boy informó al grupo el éxito del disparo, o mejor dicho, el enorme fracaso que fue el disparo al acabar con aún más vidas, en vez de siquiera dañar o rozar al monstruo gigante.

ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay ay... Y así petrificada diciendo eso siguió un rato. Mientrastanto, se ventilaba la cara con la mano, dándose todo el aire que podía. Luego empezó a balancearse, adelante y atrás, adelante y atrás. Finalmente, se fue a un rincón, se agachó, mojándose los bajos de los pantalones on el refresco lima-limón del suelo, y se acarició la cabecita. Sin dejar de balanearse adelante y atrás, y sin dejar de decir  ay ay ay ay ay ay ay...

Ahí pasó un rato. Otro rato. Hasta que hubo un momento de silencio. Inspiró, y dio su veredicto: ¡Somos asesinos! Y siguió: ay ay ay ay ay ay ay ay... ¡Asesinos! ay ay ay ay ay ay ay... ¿Por qué Obake habría programado así a Burger-Boy? Con toda la culpa y confusión, Patricia hizo una bolita en su garganta, y se la escupió a Burger-Boy tal que así: ¡Por tu culpa! Pero ella misma no se lo acababa de creer. Tendríamos que haber seguido adelante... adelante... adelante... Los recientes recuerdos se repetían una y otra vez. Los rayos saliendo de su nave, iluminando el mar, y destruyendo naves. En unos segundos, hasta empezó a imaginar caras dentro de las naves, y luego las vidas de las pobres personas que iban dentro, y luego las familias de las pobres víctimas, las conversaciones que habrían dejado pendientes, lo hijos que habían dejado huérfanos... ay ay ay ay ay ay ay ay...

Con el trauma dibujado por toda la cara, Patricia se puso de pie, se acomodó un poco el pelo, se alisó la ropa con las manos, y dio una orden. Probablemente, la que tendría que haber dado desde el principio: Burger-Boy, sigue adelante y no dispares a nada.

Esta vez no le preguntó a nadie si le parecía bien. ay ay ay ay ay...

-¡Pero eres idiota o qué te pasa! -vociferó Élan, que ya estaba en el punto en el que había perdido por completo la poca paciencia que tenía con el robot. La súbita reacción de Patricia, encogida como otras veces y murmurando para sí misma, al menos le refrenó de emprenderla a golpes con el robot. No, no iba a lograr nada con eso, más que hacer sentirse peor a su líder. Ni tampoco iba a hacer nada por todos aquellos que acababan de perder sus vidas de una forma tan estúpida. No deberían haberse entrometido en eso desde un buen principio...

Cuando Patricia dio la nueva orden, Saiki simplemente permaneció en su puesto en silencio, con los brazos cruzados, visiblemente cabreado con toda aquella situación.

Noodle Burger-Boy obedeció la orden que la Líder Patricia había dado, sin siquiera rechistar; nuevamente la nave espacial re-convertida en submarino comenzó a moverse, extrañamente hacia el mismo lugar dónde estaba aquel monstruoso ser que quedó intacto de los dos disparos del super-mega-ultra-hyper laser. Esquivando las tenazas siguió hacia adelante.

Con aquel grupo de naves pequeñas y medianas que se batían en retirada y se metían dentro de una pequeña abertura que había en el lecho oceánico, la cual, lentamente se encogía en cuanto anchura y giraba; por suerte para los tres genocidas, Noodle Burger-Boy era lo suficientemente habilidoso como para cruzarlo sin chocar contra las paredes...

Aunque de vez en cuando se desviaba del camino para chocar con otro mini-submarino, el cual perdía el control y se estampaba contra una de las paredes, explotando tras ellos y, evidentemente, matando a los tripulantes que allí había... todo mientras Noodle Burger-Boy silbaba inocentemente, o como queriendo distraer la atención del "accidente de tráfico provocado".

No podía creer que hace unos segundos yo estaba defendiendo a Burger-Boy y en el momento que destruyó las cápsulas de escape todo el pensamiento de que no fuera golpeado desapareció -¿Que demonios te pasa?,no debes matar gente inocente.

Mientras nuestra líder ordenaba la retirada usaba mi llave espada intentando abrir la espalda de Burger-Boy -Debe haber forma de ponerte normas de conducta- si era posible quería evitar que las discusiones de nuestro equipo con el piloto aumentarán más aun porque habíamos prometido a Obake proteger al robot,lo cual se haría muy difícil si seguía en su racha homicida.

Patricia ya no podía más con su alma, así que se puso a llorar. Pero como le daba vergüenza que la vieran llorar, también se fue a mirar a la pared en un rincón. De paso, no miraba si Burger-Boy seguía asesinando gente. ¿Por qué lo habrín programado así? Entre sollozos apagados, de vez en cuando se podía oír algún que otro malo... robot malo... y así continuó durante más o menos un minuto.

Pero pasado ese rato, se acordó de que era la líder o algo así, y dejó de llorar. Las lágrimas le habrían hecho resbalar todo el rimel por la cara, pero como estaban en un funeral, supuso que era más o menos coherente. Se dio la vuelta, volvió con el grupo, e imploró a Burger-Boy: Burger-Boy, no mates a nadie. Como era bastante imposible que entendiera las cosas, no tenía muchas esperanzas, pero por intentarlo no podría perder mucho... porque bueno, ya no quedaban tantas vidas por perder. Luego, con toda la solemnidad que el maquillaje escurrido por la cara le otorgaba, prosiguió con el funeral.

R-recemos por las almas de las víctimas... y... disculpémonos... tu también, Burger-Boy... Nunca le habían enseñado a rezar ni nada, ni siquiera creía realmente en nada, pero en ese momento no se le ocurrió qué más hacer. Cerró los ojos, se apretó los puños contra el pecho como si el gesto tuviera algún tipo de significado religioso, y siguió llorando. L-lo siento por... haberos matado... y... perdón... y... espero que luego de la muerte haya algo bonito... perdón... perdón... perdón... Siguió repitiendo esa palabra hasta que la nave-submarino entera se llenó de ella, y añadió algo: Haremos todo lo posible... para que este mundo... esté a salvo... no compensa... pero bueno... eso. 

-No hemos podido salvaros a vosotros, al menos, haremos todo lo que esté en nuestras manos para salvar vuestro mundo -dijo Saiki, desde lo más hondo de su corazón, a manera de colofón del funeral de Patricia. Luego, se volvió a quedar en silencio con sus pensamientos durante un buen rato, distraído con los ruidos que Zaki hacía al intentar abrir el robot.

-¿Crees que podrías hacer algo con él? Reprogramarlo o alguna cosa así, estas cosas eran tu rollo, ¿no, Zaki? -preguntó a su compañero sin mirarle. En ese punto, empezaba a quedarse sin ninguna idea que no fuera hacer que el robot se limitase a pilotar. En algún momento, sus vidas podían depender realmente de él y en ese estado, desde luego, no era de fiar.

Aún intentando abrir el compartimiento de Burger-Boy mire a Saiki algo frustrado -Puedo intentarlo pero Obake era muy listo quizás el más listo que e conocido alguna vez,pero si es posible debo evitar que esto se repita en un futuro- ya un poco más molesto golpee al piloto con mi mano -Ya abrete debo ponerte nuevas normas de conducta.

Aún a lo bajo se podía oír como daba pequeñas frases de perdón por los extractos de nuestro piloto -No dejaré que pase de nuevo lo lamento.

Lo siento, Zaki. No puedo permitir que hagas eso.

Esas fueron las únicas palabras que el Noodle-Burger Boy dijo a un desesperado Zaki que buscaba por todos los medios abrir y manipular los circuitos internos del robot para evitar que este siguiera jugando a los coches de choque, pero en versión submarino, bajo el agua, siendo perseguidos por una lagosta gigante de piedra, y con muertes de por medio.

El Submarino, tras tener una colisión extra por el camino de lo que podría ser un desagüe de un inodoro; llegó a una estancia hueca, vacía de toda criatura facilmente matable por medio de colisionar una nave espacial de tamaño medio contra ese algo posiblemente matable.

Flotando a ras del agua, la nave siguió hacia adelante, adentrándose en la cueva, mientras lentamente el zumo de lima-limón iba drenándose hacia los compartimentos especialmente diseñados para... almacenar refrescos de marca blanca con sabor a cítrico, pero no demasiado, ni demasiado bueno, o minimamente bueno... o contener alguna traza de cítrico natural en absoluto.

La nave continuó viajando por una hora más, y por mucho que Zaki trataba de abrir la espalda de Noodle Burger-Boy, este tan solo respondía electrificándose, electrocutando a Élan levemente debido a tener la llave espada especial que le atraía toda la electricidad hacia él. Quizás era cierto que Obake tenía planeado todo... aunque quizás supuso que Élan fuera el que intentara abrir al Noodle Burger-Boy en dos.

¡El Radar detecta formas de vida en los alrededores!

Tras decir esto, Noodle Burger-Boy trató de alcanzar el botón de "GENOCIDIO DE MARINEROS" pero no lo alcanzó debido al pequeño tamaño del brazo. Por lo que esperó a que uno de los tres "heroes" decidiera pulsarlo para que el laser cortara por la mitad a esa forma de vida... o diera otra orden.