Partida Rol por web

Al escuchar el plan de nuestra líder y las indicaciones de elan no pude evitar sentirme frustrado por no ser de más ayuda pero ahora debía llegar con los pequeños monstruos -Entiendo me encargare de ellos antes de que me ayudes- correr alrededor de nuestra gigantesca y amorfa nave viendo como Burger-Boy nos regañaba,lo peor de todo es que si nuestro piloto resultaba no ser apto para hacer reparaciones me toca hacerlas a mi mismo con los pocos recursos que teníamos disponibles.

Por su parte, Élan y Patricia trataron de usar ambas fuerzas combinadas para llegar lanzar a esta última por encima de la cabeza del Noodle-Burger-Boy-Nave-Espacial reconvertida en submarino; por desgracia, lo único que lograron, fue a lanzar a esta última por los aires mientras las andanadas de bombas caían a su vez, siendo ella la única en recibir la explosión a media altura.

Por suerte para todos, Patricia recibió más daño al estrellarse contra la nave y caer de espaldas contra el suelo que por las explosiones en el aire.

¡Eso es el karma Burger-Boy! Y lo dijo muy convencida, porque la nave había sido el instrumento del terror (es decir, del asesinato en masa). Pero en otro orden de asuntos...

Patricia contempló la curación mágica con un montón de purpurina en los ojos. No solo era muy espectacular y nunca antes visto... también... É-Élan... eso es muy bonito... Se había sonrojado un poco ante tan feérico espectáculo de luz que hace mimitos sanadores. Abrumada por las cosas brillantes que acababa de presenciar, empezó a correr justo después de que Zaki emprendiera su camino. Corrió como Heidi por la pradera, saltó como una pluma sobre el gentil metal del tanque-healer, se dejó llevar como hoja en el viento... ¡Y se comió las bombas como una Patricia!

¡Ay! ¡Ay! Y cayó como una patata grillada en un planeta con mucha atmósfera, y los codos, las rodillas, el lomo, varias cosas de su cuerpo se rasparon y se llenaron de mugre y dolorsito rico. Se levantó como buenamente pudo, y se arregló el pelo, usando la llave espada como un peine-espada. Karma... Se quedó mirando el recorrido por la nave-submarino de refresco lima-limón marca blanca que tenía que hacer hasta esos feos bombarderos. No creo que pueda escalar eso... Pensó en la posibilidad de ir al otro lado a apoyar a Zaki, pero los bombarderos feos seguirían bombardeando feamente, y seguirían teniendo problemas. Su vista se posó en el agujero que había hecho antes. Le llamó la atención, como si el bujero le estuviera diciendo algo. En un pequeño lapso de tiempo, dos imágenes se repitieron en bucle: su ataque bujereando la nave, Burger-Boy sacando la cabeza por el bujero. Durante ese bucle, el tiempo paró para Patricia, y pensó al más puro estilo...

Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... Bujero... Cabeza... ¡Karma! ¡Y de repente se dio cuenta! Dio un brinco, abrió los ojos, ¡tenía un plan! ¡Que además resolvía el Karma!

¡Lo siento Burger-Boy!

Patricia apuntó... ¡Al instrumento del terror-nave-submarino de refresco lima-limón! Porque... si Burger-Boy podía sacar la cabeza por un bujero... También se podía apoyar un pie, una mano, o una llave espada... ¿no?

Élan recibió a la líder con su espada, dispuesto a lanzarla hacia lo alto, tal y como habían planeado. De inmediato, le sorpendió lo ligera que le resultó, menos de lo que había esperado y calculado así a ojo. Esto le hizo perder pie y no alzar con la suficiente fuerza la espada, lo que resultó en Patricia estampada contra las bombas que les caían desde lo alto. Por lo menos, las heridas no parecían revestir de gravedad y la loca de su jefa ya parecía estar pergeñando un nuevo plan. En ese instante, Élan se debatió entre esperar a ver si el plan de Patricia daba sus frutos o si seguir a Zaki al otro lado, tal y como le había dicho a su amigo. Al final, sintiéndose un hombre de palabra, Saiki echó a correr tras los pasos del pelopincho, hacia el otro lado de la nave, mientras veía como Patricia le abría otros tantos agujeros al casco, sin duda, parecía bien capaz de cuidar de sí misma. Definitivamente, después de esto Burger-Boy nos mata.

Mientras Patricia se dedicaba a dar un ataque de ansiedad a un robot mientras destrozaba el único medio de transporte que estos tenían; pero eso sí, dejando maravillosos huecos por los que poder escalar de forma mucho más sencilla, sin tener que depender en las ondulaciones propias de la simulación de fideo que tenía por rebanada superior en la cabeza.

(+6 de Bonus en Escalar)

Por otro lado, literalmente, al otro lado, Zaki había sido asaltado por las tres criaturas que, saltando -propiamente dicho- trataron de golpear al joven, por suerte para él, con sus buenos reflejos, logró bloquear todos los ataques e incluso devolverlos al remitente sin mayores problemas, incluso logrando cortar por la mitad a una de esas cosas.

Nada más llegar al otro lado de la nave con forma de Burger-Boy los pequeños monstruos no dudaron en atacarme provocandome un par de rasguños pero aproveche ya que sus golpes los dejaban muy vulnerables para cortar a uno a la mitad y ahora solo quedaban dos enemigos estaba feliz ahora entendía mejor cómo podía pelear y ayudar a mis amigos,pero la sonrisa en mi rostro desapareció rápidamente al escuchar la explosión y ver a mi compañera caer -!¡Patricia¡- mi preocupación fue aún más fugas cuando vi a mi líder levantarse del suelo viendo que tenía unos cuantos rasguños pero aún podía luchar y por si mis emociones no habían sido suficientemente volátiles lo que ahora llamaba mia atención fue el sonido de los múltiples impactos en la nave ocasionados por Patricia,solo pude voltear a ver a mis compañeros algo enojado.

Tengan más cuidado,si causan demasiado daño tendremos que volver nadando al espacio- demonios ahora estaba seguro que yo tendría que ayudar a reparar la nave ya que el daño era aún mayor de lo que se podría esperar pero ahora debíamos aprovechar para eliminar a todos los enemigos ya que habíamos reducido su número tomé mi espada apuntando a uno de los Moles disparando una gran cantidad de cristales de hielo cuando Saiki llegó -acabemos con estos dos y luego vamos por los que vuelan.

Zaki logró incovar una estalactita que no solo impaló al primer enemigo que tenía cerca, sino que lo atravesó e impaló al que estaba detrás, causando ciertos daños a aquellas máquinas; pero no solo eso, el sonido de metralla cayendo alertó a los dos jóvenes, los cuales pudieron cubrirse antes de las explosiones que acabaron con aquellos dos malheridos monstruos.

A pesar de rasguños, golpes y demás, Patricia se puso muy contenta al escuchar que Zaki se preocupaba por ella. ¡Sonrió mucho! Y por eso cuando oyó que Zaki se enfadaba por su idea estúpida, la autoestima de Patricia se cayó al suelo, y se sintió muy tonta y muy mala, y le daba mucha vergüenza, y tuvo que aguantarse las ganas de llorar. En vez de llorar, solo soltaba un flojito lo siento lo siento lo siento mientras se subía a los bujeros que ella misma había creado. Se dio cuenta de que no era muy cómodo subir con una llave-espada en la mano, así que se la fue guardando en la frente, cual payaso que se traga un pañuelo. Al final solo la puntita sobresalía, dándole una apariencia de unicornio humanoide que por suerte en ese momento nadie podía apreciar. Lenta y sollozante, puso una patita, una manito, y consiguió subir hasta la escotilla por la que había bajado. Vio al pobre Burger-Boy sufriendo por su estúpida acción, y siguió con su lo siento lo siento lo siento... va, va, al menos mata a los feos esos.

Y al pensar en los bombarderos feos, su inconsciente tuvo una idea mejor. Sí, era muy fácil culparse a ella misma... ¡pero era mucho más fácil culpar a los bombarderos! ¡Así que les gritó mientras subía! ¡Por culpa vuestra Zaki y Burger-Boy están enfadados conmigo! Dio los últimos zarpazos para subir, y al llegar a la plataforma superior usó la inercia para echar todo el cuerpo palante antes de decir ¡por tu culpa! provocando así que su frente vomitara la llave-espada hasta sus manos, y su usuaria empezar a abalanzarse contra los feos. Por tu cuuuulpaaaa... Y no estaba llorando, es que estaba sudando mucho... por los ojos...

... ¡Por tu culpaaaa! 

Con lágrimas en los ojos, Patricia entró en un berserk de bajo presupuesto y baja autoestima, zarandeando la llave aquí y allá sin ningún rumbo fijo, como una niña con un berrinche y una llave-espada. En ese deplorable estado avanzó hacia la primera criatura bombardera fea, ¡por tu culpa! y siguió con su berrinche.

Sin mediar más palabra, Saiki asintió ante la propuesta de Zaki de acabar con esos bichos. Nada le apetecía más en ese preciso instante, pero se tuvo que quedar con las ganas. Se refrenó justo a tiempo de cubrirse de la explosión de hielo que borró a aquellas criaturas del mapa para siempre, dejándoles únicamente con las que estaban arriba del todo de la nave. -¡Bien hecho, Zaki! Acabemos de una vez con estas cabronas -animó a su amigo. Parecía que él no era el único con un par de trucos bajo la manga. Aprovechando el impulso de la carrera hasta allí, encaró el improvisado muro de la nave dispuesto a treparlo para, al menos, intentar echar un cable a Patricia (aunque empezaba a sentirse algo inútil al respecto). Los impactos de su líder habían facilitado bastante la tarea de llegar hasta allí. A mitad de altura, con los piesm medianamente asentados en la estructura metálica, ya veía suficientemente bien a aquellas cosas como para intentar un ataque a distancia, lanzando su llave con todas sus fuerzas en una rotación del cuerpo digna de una escultura clásica.

Mientras intentaba seguirle el paso a Saiki a través de la gran estructura de metal que era nuestra nave Hamburguesa a través de los numerosos agujeros dejados por Patricia subiendo con mis manos y pies lo que más temía sucedió,me resbale cayendo al suelo directamente de espaldas dando un pequeño quejido de dolor mientras miraba hacia arriba aun tirado en el suelo -Estamos en otro planeta combatiendo con una extrañas criaturas- una sonrisa se dibujó en mi rostro no podía creer que realmente todo esto estuviera pasando podría creer que esto es un sueño y yo aun siguiera en esa camilla despues de la explosión de la dinamo pero aquí estamos.

Sin mediar más palabra, Saiki asintió ante la propuesta de Zaki de acabar con esos bichos. Nada le apetecía más en ese preciso instante, pero se tuvo que quedar con las ganas. Se refrenó justo a tiempo de cubrirse de la explosión de hielo que borró a aquellas criaturas del mapa para siempre, dejándoles únicamente con las que estaban arriba del todo de la nave. -¡Bien hecho, Zaki! Acabemos de una vez con estas cabronas -animó a su amigo. Parecía que él no era el único con un par de trucos bajo la manga. Aunque aquello le dejaba sin demasiado que hacer en aquella parte del área de combate. Desde arriba oyó los gritos de Patricia, luchando contra los cañones. Viendo como a Zaki le estaba costando lo suyo trepar por la estructura, decidió aprovechar el trabajo que ya les había resuelto Patricia y volver por donde había venido hasta el otro lado de la nave y tratar de abordar la situación desde allí.

Patricia logra escalar hasta la cima y golpear al primer cañón morado sin hacerle demasiado daño, pues este se giró a tiempo para que la joven golpeara la parte metálica y más dura del mismo, haciendo que el hierro con el hierro comenzara a vibrar. Por su parte, Elan volvió corriendo hacia la parte delantera de la nave mientras que Zaki trataba de escalar desde su lado, sin demasiado éxito.

Por parte de los morteros con cara, estos hicieron sus ataques característicos sobre Elan y Zaki, ambos defendiéndose de ellos sin demasiadas preocupaciones, aún sufriendo leves daños. Mientras que el tercero, cambio de posición, ahora horizontal respecto al suelo, apuntó hacia Patricia la cual no pudo esquivar la explosión ni las esquirlas asociadas a este cañón de metralla.

¡Ay! Patricia comió metralla como la que más, y en su intento por esquivar casi se cae. Se habría caído si no fuera porque le dio con fuerza "al suelo" con su llave, pero entonces recordó lo que era "el suelo", se puso roja como un tomate (de rabia, vergüenza, culpa y suscedáneos), levantó rápidamente su arma, y se cayó de culo contra "el suelo". ¡Tonto! Las bolitas energéticas estaban descartadas por si acaso, ¡por tu culpaaa!

Y esta vez su ataque fue mucho más decente. Corrió como un relámpago cojo por la superficie burgeriana, y con un último salto de atleta retirada descargó su furia contra esos malos. El primer golpe se llamó ¡Malo! Y el segundo ¡Feo! 

Sacó aire por las narices cual bebé dragón enfadado, y miró a los enemigos infantilmente intimidante.

Una de las criaturas se puso justo a tiro, así que Elan liberó su espada y se quedó colgando del improvisado muro de la nave con tan solo una mano. Notó como todos sus músculos se tensaban por el esfuerzo, al tener que extender por completo ambos brazos para poder tener el ángulo suficiente, pero tenía que hacer algo, no podía dejar que aquellas sombras siguieran lanzándoles sus malditas bombas a la cara. Debió de estirarse más de la cuenta, por que lo siguiente que oyó fue un clac en su espalda y el plas que hizo su cuerpo al caer contra el suelo. Más que el dolor físico, que no era poco, lo que Élan más sintió fue el dolor emocional, la realización consciente de que era un maldito inútil.