Partida Rol por web

- La mujer del correo. -aclaro- Casi seguro que tiene algunos conocimientos y contactos si le confiaron destruir algo como eso, y debe ser de la Universidad de Boston. -explico- Quizás incluso podríamos ir directamente allí. -sugiero.

Dominique abre mucho los ojos ¡La doctora! ¿Como no se dio cuenta? Si es que es tan tontorrona... Menos mal que Hans está para evitar esta clase de lios.
Pero eso no quita que tambien este algo avispada.

"Ese correo es de los años ochenta, así que es complicado que siga viviendo en el mismo sitio y trabajando en el mismo lugar. Pero tenemos toda la tecnologia del siglo XXI a nuestra disposición"

Y recurriendo al movil, busca a la doctora. Busca su normbre y su universidad. Si puede encontrar un correo electrónico o mejor aun, un numero de telefono profesional.

"Aunque podamos ir a buscarla, no quiero separarme mucho de esta zona. Goro ha hecho una bien gorda, y lo que no saquemos nosotros ahora se puede perder para siempre."

Tanto Hans como Dominique intentaban sanar sus heridas, ella podía verse, eran quemaduras y dolían demasiado, sin embargo, ella no se estaba quejando, pero el sudor frío la mojaba y comenzaba a humedecer su cabello. Hans le dijo que no había mucho que pudiera hacer, ella le sonrió de medio lado para aliviarlo, pero seria la muñeca gótica la que saldría al rescate, aliviando el dolor y haciendo que al fin ella pudiera respirar con algo más de normalidad, pero sentía que algo se había roto, pues, cuando recibió el golpe, estaba segura que algo crujió dentro de ella. ya sin tanto dolor, bajaron de la colina en donde habían aparecido, y luego de haber caminado bastante y siendo más lento por tener que ella parar de tanto en tanto, pudieron dar con el automóvil de la chica. Uno particularmente vistoso. 

— si vamos a un hospital, puede ser que nos estén esperando, incluso no me extrañaría que nos hubieran detectado ya con ese celular — señaló con un movimiento de su cabeza el móvil que estaba usando la chica — no es la idea que nos atrapen, no sabemos qué nos pueden hacer, y debemos presumir lo peor — no entendía como Goro no asumió que podía ser peligroso, era un maldito cobarde.

— haremos lo siguiente... usemos una vez mas ese celular, mandaremos un email aquella mujer, le diremos que nos juntaremos en algún lugar, o mejor, que la contactaremos de otra forma, bajaremos de la colina en este auto, y apenas podamos, robaremos un auto, y de ahí, seguiremos escapando... quizás esa mujer nos pueda ayudar, de lo contrario... envolveremos esos brazaletes y se los daremos a los militares como regalo, ninguno quiso eso y no pretendo estar en medio, aunque ya lo estamos — suspiró y puso su mano en los hombros de los dos chicos — gracias a ambos por su ayuda, muchas gracias... estaré bien — lucía cansada y pálida, pero realmente creía aquello. 

"Pues decidido, vamos allá"

Antes de que Wynn se monte, Dominique pone su Delorean en la carretera (Si alguien tiene algo roto, no quieres que se lleve ni un solo bache) y conduce con la mayor precaución posible, directo al hospital más cercano

"Por cierto, el movil es de mi amiga Miriam, que se lo dejó aquí, no rastrearán más que una víctima más de los lechugas, que se ha salvado" trada de decir con su tomo más calmado. Sabe que a Wynn no le cae especialmente bien, y que quizá no la vea más que como una víctima de las modas.
Pero aun así, ella daría lo que fuese necesario porque Wynn y el resto no sufran daño

Yusuke sonrio al ver a los dos jovenes fallar estrepitosamente los disparos.

Tranquilos, tampoco esperaba que acertarais a ellos. Al menos podemos comprobar que funcionan correctamente. Ahora me gustaría ver vuestras capacidades de lucha cuerpo a cuerpo. Apretad sobre el pequeño escudo del blaster y pasara a modo espada. Hareis un combate de práctica. El primero en recibir tres toques, pierde. Para ello nos marcharemos a ese punto.

Los soldados seguian mirando con antención. Yusuke señala un espacio cercano donde no habia ningun objeto que obstruyera. Ya era bien entrada la tarde y el sol iba decayendo tras las montañas.

Aki se fue al espacio que Yuyuke señaló, pero algo distraído. ¿He entendido bien ? ¿El hombre quiere que luche contra Erika ?

El pensamiento de cruzar espadas con una chica tan frágil era bastante chocante para Aki, pero no necesitó mucho tiempo para darse cuenta de su error. En realidad es una chica todo salvo frágil. Acaba de ver morir a su madre. Acaba de enterarse de un secreto militar que supera nuestro entendimiento. Pero aquí está, firme y resoluta a pesar de todo, funcional como una herramienta.

« Tenemos que seguirle la corriente, tal como nos ha dicho », susurró Aki a Erika. « Entonces, luchemos. No seas demasiado duro conmigo. Nada de hacerme morados, ¿vale ? », le guiñó el ojo para relajar la situación un poco tensada, y subrajar su absurdidad.

Aki, desde luego, apretó el botón escudo del blaster.   

Ahora tenía que luchar con Aki, Erika ya ni sabia cuanto tiempo llevaban allí, pero parecía que no le quedaba más remedio que hacer lo que les decían, suspira y mira el arma, era cierto que podían transformarla en una espada, ya lo habían hecho antes, pero contra aquellos robots, Erika se acerca a la zona que habían indicado y suspira, pulsa el botón y escucha lo que dice Aki sobre el ser dura con él, niega con la cabeza y dice:

No te preocupes…

Era cierto, una cosa era luchar contra aquellos robots y otra muy diferente con una persona, el comentario de los moratones hizo que se llevara la mano a uno de sus brazos, ella estaba más que acostumbrada a recibir moratones, de hecho para ella era una suerte el solo recibir moratones si era un día en el que Amanda estaba especialmente creativa y de mal humor. Erika se coloca delante de Aki con el arma preparada, aunque no es que tuviera una especial postura de pelea en esos momentos, se inclina frente a AKi y dice:

Lo siento mucho.

Haciendo un gran esfuerzo por realizar un ataque mira de reojo al científico, sabe que la única forma de poder salir de allí era haciendo eso, aunque sabía que iba a perder, no le importaba solo quería salir de allí.

"Por cierto Wynn, no se tu, pero lo de robar un coche... A ver, aparte de que no es cruzar dos cables y decir "Yii-haaa!"  simplemente me parece entre innecesario, y ridiculamente criminal"

Efectivamente, tras un ataque terrorista (aunque los lechugas parecen supervillanos) lo habitual es refugiarse, y cuando la cosa está segura quitarse de enmedio. Robar un coche simplemente sería meterse en lios innecesarios, cuando por el momento lo mejor y con menos complicaciones es ser pecar de civiles inocentes.

"El plan de localizar a la doctora creo que es el mejor, por el momento. Pero aparte de eso ¿Conoces a alguien que pueda arreglarte las heridas? ¿Alguien que no haga preguntas?"

Dominique intenta recordar si conoce a alguien.

Ante la afirmación de Dominique pienso en replicar, pero en su lugar me callo. Aún si el correo aún fuese válido, sería una putada que en verdad siguiese viviendo en la universidad de Boston. ¿Por qué contactarían con alguien tan lejos para confiarle la destrucción de esto?

- Vale, busquemos si el correo este o su nombre está asociado a algún tipo de perfil. No pueden haber muchas Ibochi que hayan currado en la universidad de Boston. -comento simplemente- También, creo que igual tenemos otras opciones para tener acceso a un botiquín. Hace dos años curré en una frutería por la zona sur. La seguridad de la puerta de atrás era una mierda, y además pagaban tarde y mal los desgraciados, así que podríamos ir allí a que recoja "la extra"... Vaya, a arrancar el botiquín de la pared, tendrán unas cuantas cosas útiles para ti, Wyn. También por el camino podemos pasar por algún locutorio, así se puede llamar sin riesgo. -concluyo, porque comprometer el móvil de la amiga de Dominique no es buena idea.

Aki también se inclinó ante Erika cuando lo hacía ella y luego advirtió algo sorprendido que ya se puso a atacarlo. Seguramente no sería una compañera de entrenamiento blanda, pese a su físico poco imponente y sus modales tímidas.

Por cierto, Aki conocía la historia de Erika, como otros tantos en el instituto. Reccionas como deberías, la alentó en sus pensamientos. Luchas por lo tuyo. Luchas por la libertad.

Aki paró el ataque y luego atacó a su vez.  

Deseando terminar con aquello rápidamente Erika lanza un ataque a Goro, el chico como era de esperar, lo detiene con facilidad y en un rápido movimiento le golpea en el pecho, aunque el golpe fue fuerte y sin duda le dejaría un moratón ella no puso mala cara ni hizo ningún gesto de dolor, pese a que dio un par de pasos hacia atrás, simplemente estaba acostumbrada a recibir golpes.

Volviendo a la posición de ataque vuelve a atacar a Goro, mirándole sin ninguna expresión, ni de dolor, ni de enfado, simplemente mirándole para terminar con ese combate.

Mientras se sucedía el combate de práctica, seis soldados con un cabo se acercan hacia la posición donde se realizaba. Yusuke mira extrañado por que no se esperaba movimiento de nadie. El cabo se presenta:

Soy el Cabo Martínez. Vengo para que me notifique novedades sobre el rendimiento de armas y tecnología encontrada.

Yusuke explica mientras Erika y Goro seguian con su combate.

La tecnología a pesare de hace mas de 30 años, sigue siendo muy avanzada. Se realizaron verdaderos prodigios. Funciona perfectamente y está conservada. Los trajes proporcionan sólida ante golpes y disparos y añaden  mejoras fisicas al usuario. Las máquinas aún no estan revisadas.

El cabo responde: Ya pueden entregar las armas y los brazaletes. Esta tecnología queda confiscada por órdenes del general.

Dos soldados se mueven e intentan apresar a Erika y Goro para que dejen de combatir y entreguen los brazaletes.

Yusuke: Esto es sospechoso. EL general nunca actúa de esta forma. Quiero hablar con él.

El cabo: Cogedlos y llevadlos al calabozo. A Yusuke también.

Yusuke: Chicos poneos en guardia. Algo pasa y no os dejeis que os atrapen. Erika, transformáte.

Hans se pone a buscar información sobre Erika Ibochi, la mujer citada en aquel mensaje a través del movil. Aparecen varias noticias de ellas de hace unos 6 años, donde se le adjudicó un premio "Science Sintetic Patch" por su descubrimiento sobre un nuevo elemento sintético que mejoraba la impermeabilidad y hacía poder bajar a más profundidad en el mar. Al año siguiente murio de cáncer, enfermedad que padecía desde hace varios años atrás. Su lugar de trabajo era en el centro cientifico de Detroit.

Posee una hija llamada Irune Ebochi, que vive en San Francisco. Ciudad bastante cercana a Santa Barbara. Tiene 38 años, casada con dos hijas con un empresario y tambien es científica. Trabaja en el centro Denmark Outside Space. Posee una pagina personal en Facebook donde se le podía enviar mensajes privados o escribirle un email.

“Woa!” Aki retrocedió casi espantado dándose cuenta del impacto de su ataque, de la fuerza dedoblada de la que disponía gracias al traje. Nunca había querido hacer ningún daño a Erika y era, al contrario, ahora muy de temer que su golpe le dejaría un moratón. Como si hoy ya no hubiera recibido bastantes heridas…

Estaba algo atontado por lo que iba de suceder y, sacudiendo la cabeza, quiso disculparse, pero aún antes que pudo abrir los labios ya recibió el contraataque de la chica. No lo paró de pura sorpresa, o sólo muy torpemente, así que él también tendría, quizá, su moratón a él. Sin duda, era todo salvo una chica indefensa… y sabía pagar con la misma moneda.

Pero Aki no hizo nada más, se detuvo oyéndose llamar por el científico. Sólo había notado en la orilla de su conciencia la llegada de los soldados y la explicación de Yusuke. Pero en ese momento mismo habría querido que el entrenamiento con Erika hubiera durado más tiempo. Aún no se sentía preparado para un ataque en regla. Sin embargo, como acaba de ordenarle Yusuke, se puso en guardia, listo para defender el brazalete y el traje.

Wynn se estaba quejando cuando escucha de que iría al hospital, la chica, levanta la cara y resopla con evidente molestia, y les repite que no irá al hospital, que justamente les ha dicho que no fueran porque gracias a Goro y a Erika, los estarían buscando, malditos desgraciados, hasta en eso la han jodido, ahora que no podía recibir asistencia sin correr riesgos de terminar atrapados por los militares. 

— y no es ridiculamente criminal, este automóvil es demasiado vistosos, de hecho... de seguro saben que tienes uno de estos, así que se me hace muy lógico que robemos un vehículo lo antes posi- posible — se queja con su mano en su vientre. Respira y mira por la ventana, debería llamar a su padre, él podría ayudarlos de algún modo. Cerró los ojos, y miró de reojo ese móvil, aún no se le hacia buena idea usarlo, aunque perteneciera a una de las amigas (o amigos), de Dominique.

Cuando tuvieron la información, quedó solo una posibilidad, ir con la hija, ella debería estar informada sobre la investigación de su madre y aunque era desalentador saber que la única que podía darles respuesta estaba muerta, había una pequeña esperanza, pero para eso tendrían que viajar y se hacía aun más imperativo cambiar de auto lo antes posible.

— Envíale un mensaje no queda mucho por hacer... pero creo que debemos viajar para San Francisco... y llamaré a mi padre, él quizás nos ayude — no sabía como se tomaría su papá lo que había hecho y en el problema en que se había metido, así que extendió su mano hacia él — ¿ninguno tiene un amigo veterinario? — preguntó con el celular en las manos mientras llamaba a su padre...

Erika contraataca a Aki, sin embargo, cuando termina le ataque es plenamente consciente de lo que ha hecho

¿Qué?... espera… he respondido… ¿puedo ahcer eso?... no, que me está pasando…

Pero sus pensamientos se desvanecen ante lo que sucede con los soldados, aparentemente querían apresarles por órdenes del general y el científico les dice que eso no es normal, que la forma de actuar del general no es esa y que se transforme, ella mira a lso soldados, no quería hacerles daño, pero quería irse de allí, no quería ser encarcelada, entonces recuerda algo y dice:

Señor Yusuke… el general tenía una pierna de metal

Para después ver como los soldados se seguían acercando, ella hace caso y se transforma como pide el científico imitando el gesto que había tenido que hacer con anterioridad

"Hummm" piensa Dominique, mientras va arrancando el DeLorean y yendo hacia San Francisco para ganar tiempo.
Va a conducir sobre todo con precaución: En la autoescuela te lo dicen: Si alguien sangra, corre y mucho. En cambio si alguien tiene huesos rotos, ve con cautela.

Y así, mientras va en la ruta, intenta recordar si tiene algun amigo o conocido que sea médico, veterinario, enfermera o cualquier otra cosa.