Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

II - El Atolón de la Sirena Muerta

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17/11/2014, 19:20
Kormack Quebrantahuesos

El enano vagaba sin rumbo. Dejó que le atendiera Allen mientras pasaba la mano por los surcos de su maltrecha armadura. Pensaba en la suerte que había tenido. Uno de los mazazos de la criatura hendía medio pecho. Ia...ia vale... dijo cansado. El enano no dejaba de verlo todo gris y sin luz. Su armadura estaba apagada y sucia. Necesitaba de su martillo y un buen limpiado. Una sombra oscureció todo le hizo mirar al cielo. Allen Shesar comentó que era un barco, el barco de un pirata. Una sonrisa brotó en la cara del enano. Io te seguirré... dijo a su compañero de pecho latón. Palmeó su espalda creando un ruido metálico. Esa podría ser su hazaña. La gloria y la fama que se merecía. Aquel barco era un gran trofeo. Los amantes elfos arrojaron una cuerda que usó el enano para subir arriba. Tranquilamente sin prisa subía. Pesado e imparable llegó a la cima. El enano presentaba el peor de los aspectos que un Quebrantahuesos había tenido. Olía a vino y sus ropas habían desteñido, antes verdes esmeralda, ahora una especie de rosa sanguinolento con manchas marrones y costras secas de sangre. La tela parecía que cedía y se deshilachaba. En la parte de los bíceps el enano notaba cierta presión. Sus brazos eran más grandes, aquella ropa o había encogido o él había crecido. EL tórax también le apretaba. El sudor había limpiado algo de su cara, pero el barro seguía persistiendo en su rostro. Sus greñas eran deplorables. No tenían forma ninguna. Ni siquiera quedaba rastro de las trenzas en su barba. Su melena pelirroja no brillaba como el fuego al que acostumbraba, casi parecía castaño o caoba. Sus ojos estaban apagados y sin fuerza ninguna. Pero en los ojos del enano siempre quedaba esa llamita que sólo tenía el enano. Una chispa, un brillo, un fulgor! Esa furia, ese deseo por ser más. Esa ira que recordaban a aquel psicópata vengativo que mataba en nombre de un lobo caído y su fiel amigo. Matemos algo... dijo casi sin ganas, sin la ilusión de que alguno de esos mierdecillas pudiese hacerle frente. Más por desquitarse de la batalla anterior, que por demostrar su fuerza. Casi sabía que estaba ganado el siguiente combate. Todos han huido, castiguemos a los que se han quedado! empezaba a decir con cierta fuerza. Su voz parecía que volvía a forjarse como una espada en el calor de una fragua. Martillazo a martillazo su corazón hinchaba el pecho del enano. ​Limpiemos la forrrrtaleza y pasemos la noche aquí. dijo a modo de sugerencia ​O asaltemos el barrco que vuela! dijo con la vana esperanza de conseguir su gloria! 

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17/11/2014, 20:10
Zanc Piesligeros

Cuando la inmensa sombra apareció, el pequeño Zanc levantó la mirada, se quedo boquiabierto ante tan imponente imagen, el barco voldador...- Si existe!!!- Pensaba mientras seguía perplejo ante aquella majestuosidad, sin duda alguna debería montar aquella nave!... Eso era seguro. Cuando el barco se perdía en el horizonte disponiéndose a unirse a la Flota marina, el Gnomo volvió a centrar su atención en aquella fortaleza. -Iré a dar un vistazo- Exclamó sin esperar a que nadie tuviera un plan de acción definido, su naturaleza inquieta y curiosa lo llevaban a cometer impertinencias o estupideces, todo dependía de la perspectiva.

Tan silencioso como un ratón, avanzó agazapado valiéndose de la muralla para evitar ser visto, así fue hasta que llegó a la puerta de la casa que daba a la muralla, con cautela pegó la oreja a la puerta intentando escuchar que pasaba al otro lado, así como analizaba con detalle el marco de la puerta en busca de algún mecanismo de defensa o alarma, en su cinto guardaba la bolsa que llevaba aquellas diminutas herramientas que le facilitaban sobremanera su labor, así, valiéndose de su destreza intentó manipular aquella cerradura para dar un vistazo al interior de la estructura.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Creo que esta todo, sobra decir que si escucho algo en el interior, no abriré la puerta.

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17/11/2014, 22:07
Desconocido

Sigiloso como un gato, el pequeño gnomo se acercó hasta la gruesa puerta de madera que servía de acceso a la muralla desde el interior del bastión. Desde ese punto escuchaba el rítmico desfilar de los piratas por el patio siguiendo las órdenes del que ostentaba mayor rango, las voces y juramentos de los que cargaban pesados fardos en el carro cerca de la puerta principal, las bromas entre los centinelas que patrullaban el flanco norte del fuerte, pero nada que indicase que al otro lado de esa puerta hubiese alguien. Confiado, una vez se hubo cerciorado de que la puerta no contenía ninguna trampa que pudiese mandar al traste su aproximación ,intentó abrir la cerradura de la misma. Para su sorpresa la cerradura estaba abierta. Con el corazón en un puño tiró de la manija metálica lentamente y con más cuidado que el que una madre tiene con un recién nacido. Abierta y ni rastro de piratas. Suspiró aliviado.

La estancia que se abría ante él estaba repleta de estanterías, panoplias de armas, armaduras y gran cantidad de munición para arcos, ballestas y balistas, todo perfectamente ordenado. Como imaginó al instante se trataba de una habitación de intendencia. Parecía como si aquel que estuviese a cargo de la intendencia fuese un maniático del orden; cosa que de hecho era. El espacio libre para caminar quedaba reducido a un estrecho pasillo que unía las tres puertas y que era indispensable para que la guarnición pudiese caminar por ahí; todo lo demás se hallaba repleto de equipo en sus respectivas estanterías o sujeciones.

...y me llevo dos, cinco más siete son doce... - Alguien, con voz aguda calculaba en voz alta tras una de las dos puertas que salían de la sala aparte de por la que el ladronzuelo había entrado.

Notas de juego

En esa habitación existen multitud de equipo:

Armas de gran calidad de todo tipo (Munición también).

Armaduras con los sellos de Oaksville, Cherrybroof, Athkatla así como sin distintivos. (Todas ellas de gran calidad)

Escudos de metal de gran calidad también.

Multitud de rollos de cuerda, garfios de abordaje y escalas.

 

La habitación mide 40'x50' y carece de ventanas. Nada más entrar, a mano derecha hay una puerta que es en la que se escucha a alguien hablando. La otra puerta está justo en frente de la puerta que da a la muralla. Ambas están cerradas.

 

Posesiones de los piratas: (Incluido lo que cogió Ogna)

5 espadas cortas.
5 dagas.
5 cueros.
5 escudos de madera.
5 pociones de curar heridas leves. (1 Losse, 1 Zanc, 1 Ogna, 1 Morwing)
5 pociones de bendecir.(1 Ogna, 1 Losse)
187 piezas de oro.
 

¿Quien se queda con lo que falta?

 

 

Pociones que cogió Zanc:  TODO REPARTIDO

2 - Pociones de Sanar. (Davros y Allen)
2 - Pociones de Piel Pétrea. (Kormack y Zanc)(80 Pg)
1 - Poción explosiva. (Como bola de fuego de nivel 6) (Hay que lanzarla) Arma arrojadiza con 30' de incremento. (Zanc)
1 - Poción de acelerar. (Zanc)
2 - Pociones de Fuerza de Toro. (Kormack y Davros)

 

 


 

Estados

NOMBRE PG EFECTOS PERSONALES
Losse 36/36 Flechas: 70
Zanc 26/35 Flechas: 55
 
Davros 35/54  
Allen 50/52  
Kormack 38/55  
Ogna 25/27 Flechas:19
Morwing 26/26 Flechas: 16
Armadura de Mago (4 horas)

 

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17/11/2014, 23:13
Davros Zokk

Un gran alivio invadió a Davros al ver que la mole de tierra y piedra se desmoronaba frente a él, Morwing le felicitaba eufórico - Gracias por el apoyo de las curaciones, pero no te expongas al peligro la próxima vez - Respondió al hechicero mientras posaba la mano en su hombro.

- Esto ha sido trabajo en grupo, Ogna, pero gracias. Y... - se quedó a mitad de la frase al ver que corría a buscar a Loose.

Le agradeció a Zanc las pociones que le dió, empezaban a comportarse sabiamente, pensando en el conjunto y no tanto en si mismos, eso le hizo recordar que tenía una que probablemente no usaría, y se la ofreció al gnomo - Gracias Zanc, y coge ésta, quédatela o dásela a quien creas oportuno, confío en tu juicio. - Decidió, tras ver poco probable dejar de usar esa coraza antes de abandonar la isla.

Casi se sentía abrumado, con toda la atención que recibió después, pero a pesar de que él fue el que acabó con el enemigo, no hubiera sido posible de no ser por el resto, cada uno hizo lo que debía de hacer, habían realizado una gran estrategia, incluso Kormack a pesar de acabar besando el suelo. Enseguida se preocupó por el enano - Siento haberte dejado en esa difícil situación, compañero, pero no me quedaba otra opción. Coge ésta poción, me la ha dado Zanc, pero yo ya tengo una, los tres que más nos exponemos deberíamos tener una cada uno -

Por supuesto agradeció a Allen sus cumplidos, era algo estirado y sobrio, pero su estilo de combate, su estrategia y, sobretodo su coraje, era digno de admirar, cada vez estaba más contento de haberlos encontrado.

Iniciaron la escalada por la cuerda que les tendieron desde la muralla, al llegar arriba con cautela, asomó la cabeza para observar lo que tenían enfrente, no veían a demasiados enemigos, pero era peligroso liarse a combatir allí en medio, de todas formas era algo a evitar, no era su objetivo. Tras un momento, un segundo vistazo desveló la farsa que planeaban aquellos piratas, unos soldados que pasarían por ser de Oaksville o Cherrybroof, marchaban a la perfección e iban pertrechados exactamente igual que los verdaderos - Será un ataque coordinado desde dentro, desde varios puntos y todos a la vez... será terrible, debemos hacer algo. - Fue entonces cuando apareció aquella sombra, que anunció una visión única, el barco volador del que habían escuchado hablar - ¡Steznag! - El momento fue fugaz, pero se quedaría grabado en la mente del guerrero toda su vida, entonces supo que esta misión en la que se habían embarcado podría acabar allí, surcando los cielos y combatiendo contra él y sus secuaces atravesando las nubes.

Zanc salió disparado hacia la primera puerta que vió, Davros se preparó para el posible y no deseado combate, sacó su arma y esperó la vuelta del hábil gnomo, era demasiado silencioso como para que fuera detectado, pero si entraba en juego la mala suerte...

 

Notas de juego

Le doy 1 poción de Gracia Felina a Zanc. (BORRADA)

Le doy 1 poción de Sanar a Kormack.

Apuntada Fuerza de Toro.

Al subir de nivel no te curas, no? :D

Yo necesito 19 pg, si pillo la CHL que falta me la voy a pulir directamente, la otra opción es varita, como veáis, pero TODOS, deberíamos curarnos casi a tope.. ¿te has curado, KK?

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18/11/2014, 02:02
Losse

- No estaría de más seguirle los pasos a ese pequeñajo, no sea que se encuentre con problemas - Losse se propuso, aunque unos metros más atrás, continuar el avance del gnomo, y así se lo hizo saber a Ogna. - Voy con Zanc -

Avanzó con cautela y respetando las paradas que Zanc realizaba. Al ver como la puerta se abría, el elfo preparó una flecha y la colocó en su arco, por lo que pudiera pasar. Una aguda voz llegó a los oídos del elfo. Aquella casa no estaba vacía. Parecía más que obvio que tendrían que volver a tirar de sus armas para abrirse paso en la fortaleza.

* - Voy unos pasos tras de ti. En cuanto encuentres complicaciones no te expongas. - advirtió Losse al pícaro.

- Tiradas (2)

Notas de juego

- Sigo a Zanc con un margen de 30'.

* Si aún dura el hechizo de Zanc.

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18/11/2014, 02:56
Zanc Piesligeros

-De acuerdo...- Respondió en un susurro el Gnomo a Pelonieve valiéndose de su sortilegio que aún permanecía activo-Escucho a alguien tras una puerta... voy a dar un vistazo- Entonces avanzó en puntillas hasta pegarse a la puerta detrás de la cual se escuchaba la voz, con cautela acercó uno de sus ojos a la cerradura, mientras guiñaba el otro para tener una mejor perspectiva, esperaba diferenciar al menos la habitación contigua si había suficiente espacio en la pequeña abertura.

- Tiradas (1)

Notas de juego

El hechizo dura 40 minutos desde que lo lancé, así que imagino que aún esta activo.

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18/11/2014, 06:34
Cuinthere

Está bien. - Dijo Cuinthere tras repasar por quinta vez el tomo de pergaminos correspondiente a los gastos de las últimas dos dekhanas. ¿No te lo parece? ¿Entonces qué te preocupa buen amigo?- Preguntó a la Gus, una gaviota con el ala derecha atrofiada desde que era un polluelo y de la que se había hecho cargo desde que la encontró en la pequeña franja de rocas al pie de los acantilados. Tienes razón, no están bien. ¡Están superlativos! - Exclamó sonriente mostrando sus afilados e inmaculadamente blancos dientecillos mientras soltaba la pluma de cocatriz en el interior del tintero con delicadeza para después entrelazar sus dedos tras la alargada cabeza. Respiró aliviado al saber que el tomo con los gastos del bastión se hallaban ahora cuadrados perfectamente. Y es que para Cuinthere, autoproclamado Alto Estadista del Atolón de la Sirena, los números, los cálculos mentales y todo aquello que entrañase un desafío para su aguda mente era algo más que una afición; era un modo de vida. Lejos de ser una obligación o una tarea impuesta por Todler o Steznag, para el antiguo escriba, traductor y cuentacuentos, aquel trabajo era tan satisfactorio que había rechazado incluso cobrar por ello. 

El despacho donde trabajaba y en que se hallaba recluido la mayor parte de tiempo siempre que no estaba paseando con Gus, era un fiel reflejo de la personalidad del pequeño personaje. Cada tomo de cuentas estaba perfectamente identificado con la fecha, con un número escrito en dracónico y ocupando un lugar concreto de la gran estantería que ocupaba toda la pared oeste de la sala. Pese a la gran cantidad de pergaminos, plumas, tinta, arena para las infrecuentes correcciones y velas para alumbrar cuando sus ojos no podían más debido al cansancio, no existía en la habitación ni una sola mota de polvo que el kobold hubiese detectado y hubiese limpiado inmediatamente. ¡Pero si había puesto una especie de pañal a la gaviota para que no hiciese sus necesidades en el interior de la habitación!

Al contrario que la inmensa mayoría de su raza, Cuinthere, que era tan sólo una contracción de su impronunciable nombre, había eclosionado bajo el manto celeste, en el mundo de la superficie iluminado por la luz de las estrellas, la luna y el sol, decenas de años atrás. Su mera existencia desafiaba todo lo que podía esperarse de sus hermanos de sangre ya que no rehuía para nada el contacto con otras razas y no las odiaba más que lo que podía odiar a una pelusa que volase por debajo de su cama llevada por una corriente de aire. Desde que rompió el cascarón de su huevo había sido propiedad de un mago invidente Iluskano quien incluso le había pagado un maestro para enseñado a leer, escribir y hablar en multitud de lenguas. Cuinthere, o por aquellos entonces Cuintherenta´Nether´klerilthakan, fue durante años el nexo con la realidad de aquel mago al que, por problemas de fuerza mayor como fue su desintegración total a manos de uno de sus aprendices, tuvo que abandonar a la carrera. Tras aquel amargo y polvoriento episodio el pequeño kobold se las vio y deseó para no morir asesinado a manos de...a manos de...bueno a manos de cualquiera. Por azares de la vida, o más bien gracias a dormir en el interior del barril de pescado equivocado, Cuinthere acabó enrolado en la Serpiente de Mar, uno de los muchos barcos que servían a Steznag en su ambicioso plan, como asistente del cocinero. Su vida cambió de inmediato cuando demostró lo que su brillante y diminuto cerebro podía memorizar o hacer con los números y las letras. A Steznag pareció caerle en gracia en una de sus escasas visitas y lo liberó de la servidumbre para que campase a sus anchas por la isla e hiciese lo que buenamente le viniera en gana. Y bien, eso es lo que hizo hasta el día de hoy, llevar las cuentas de todo lo que se gastaba en el bastión con tal detalle que resultaba abrumador incluso para el más cuerdo de los mortales. En definitiva podría decirse de él que era alguien especial; raro, muy raro, extremadamente raro, pero especial en definitiva.

Ajeno al ojo parpadeante que lo observaba a través del hueco de la cerradura, el kobold tomó con sus alargados dedos un pequeño mantel sobre el depositó ceremoniosamente una larga pipa de fumar. De uno de los bolsillos de su túnica extrajo un pequeño saco del que tomó un pellizco de lo que parecía tabaco. Rellenó la cazoleta con precisión milimétrica para evitar que la más mínima partícula escapase de los límites del mantel. Dobló el mantel y lo sujetó por las puntas para acto seguido llevarlo hasta la ventana donde Gus observaba ahora el bravo mar. Sacudido el mantel, lo dobló cuatro veces sobre sí mismo y lo guardó en el bolsillo. Sólo entonces, conservando la pipa en el exterior de la ventana, chasqueó los dedos y una llama apareció en su dedo índice para prender fuego al tabaco. 

Dame un respiro Gus. Ahora te sacaré para que veas a los tuyos. - Se dirigió a la gaviota mientras la acariciaba. ¿No es precioso? - Preguntó más para sí que para el ave.

¡Oh! ¡Mira, mira Gus! ¡Aquello es un barco que vuelta! ¡Allí! 

¡Nooo, allí! - Dijo de nuevo al ver que el pájaro miraba hacia otro lugar, probablemente a las otras gaviotas que ya volaban por los alrededores con sus risotadas características.

 

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18/11/2014, 15:33
Zanc Piesligeros

-Es un Kobold!.- Le hizo saber a Losse en un susurro -Ven hasta esta habitación, es segura.... Intentaré acercarme por la espalda sin ser detectado, necesito que me cubras desde acá con tu certera puntería- Su plan ya estaba expuesto, ahora sólo esperaba que funcionara y que nada saliera mal.

Cuando el Elfo de cabellos plateados entró a la habitación de la intendencia, el pequeño gnomo abrió la puerta con sumo cuidado, mientras se acercaba con pasos sigilosos por el punto ciego del desprevenido Kobold, quien se hallaba observando por la ventana. Con pasos coordinados sus pisadas pasaron inadvertidas mientras empuñaba firmemente su daga para colocarla en la garganta del Reptil.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezo a moverme cuando Losse llegue a la habitación para cubrir mi avance.

Si logro llegar hasta su espalda sin ser detectado, le pongo la daga en el cuello y le susurro al oído que no haga ruido si no quiere ser degollado.

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18/11/2014, 15:52
Cuinthere

El humo que desprendía la pipa era un fino hilo que ascendía mágicamente hacia los cielos con un movimiento serpentino. Cuinthere dio otra calada más aguantando ésta en los pulmones durante unos segundos. No era algo que le gustase hacer pero un sentimiento de preocupación se había instalado en su pecho y no tenía otra forma de sacarlo de ahí.  Entrecerró los ojos debido al humo ya que éste que se había venido hacia su rostro draconiano debido a la corriente de aire que se produjo al abrir Zanc la puerta. Extrañado y confundido por aquel cambio inexplicable en la ascensión de la neblina azulada que exhalaba de sus fauces, tuvo la intención de girarse hacia la puerta para buscar una explicación pero el agudo pinchazo en su cuello le hizo cambiar rápidamente de parecer.

¿kla kla klaa timkai? - Preguntó en dracónico totalmente aterrado por la amenaza de Zanc. Gus batió inútilmente sus alas asustado por la reacción de su cuidador. Frente a la imposibilidad del animal para volar hacia afuera para escapar del peligro, el pájaro saltó hacia el interior de la habitación y allí intentó buscar otra salida que, para su decepción, también se hallaba bloqueada por el elfo de cabellos plateados. El pequeño kobold temió por la vida de su pájaro y ello le obligó a recomponerse y hablar en el lenguaje conún. ¡No , no le hagáis daño por favor! ¡Es mi amigo! Pidió angustiado por la suerte de la gaviota, que pese a llamarse Gus era una hembra, aunque eso el pequeño Kobold no podía saberlo.

¿Qué qué qué pasa?¿Qué he hecho mal? - Preguntó de nuevo con su aguda vocecilla e intentando mantener la calma y no alarmar con sus gestos a los guardias que patrullaban la muralla justo en frente de la ventana. Tan preocupado estaba el escriba que por un momento ni siquiera se preguntó acerca de las plumas que el pájaro estaría soltando en su pulcra y ordenada habitación o en las botas de aquellos que acababan de asaltarlo.

- Tiradas (1)
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18/11/2014, 17:00
Losse

- ¡Un kóbold! - Losse sabía de la mala fama que gozaban esas criaturas y, por un momento, pensó que, una vez más, tendrían que dar muerte a aquel que se interpusiera en su camino.

El avance fue silencioso y en poco tiempo se unió al plan que Zanc había trazado. El gnomo era casi invisible incluso para él, aprovechando cada sombra de la sala, y el sobresalto del kóbold demostró su buen hacer. Por suerte para el kóbold, el suplicar por la vida de la pobre gaviota que allí se encontraba le salvó de que una de las flechas del elfo lunar se incrustara en su pecho.

- ¡VIVIR! - Respondió con  la voz más amenazante que pudo salir de su garganta. - ¿Cuál es tu papel en este lugar? Responde o añadiremos otro cadáver más a la guarnición de este fortín -

Por un momento Losse se paró al ver la angustia y el temor que sentía por el animalillo. ¿En qué clase de persona se estaba convirtiendo? ¿Por qué tenía que centrarse en el estereotipo que le marcaban las habladurías acerca de una raza? Tanto combate y tanto luchar por mantenerse con vida, estaba endureciendo a pasos agigantados su amable carácter. Bajó su arco destensándolo, pues bastante amenaza era la que el gnomo le estaba otorgando, y suavizó su voz. - Espero que tengas algo útil que contarnos y el porqué de hallarte en este lugar. No vas a tener fácil justificar tu inocencia - A fin de cuentas, tampoco tenía motivos para confiar en el ser reptiliano, esa faceta de matón no iba con él.

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18/11/2014, 17:25
Ogna

Tenía que ser escurridiza como una largartija y silenciosa como un gato si quería seguir a Losse hasta los confines del mundo. Su elfo era TAN valiente que siempre estaba en primera línea de todo meollo y, por lo tanto, ella tenía al menos que ser igual de discreta que un elfo, lo cual no era fácil en absoluto. Dejando atrás a los "silencios" del grupo Ogna se adentró tras Losse en la casa, dejando una distancia prudencial para no atosigarlo. No quería que el elfo por el que empezaba a tener sentimientos pusiera tierra de por medio. Su padre siempre contaba como la madre de Ogna, durante el corto noviazgo, no le había dejado ni un segundo, ni siquiera para respirar o echar una meada tranquilo. Así habían concebido al primero de sus hijos, el hermano mayor de Ogna, teniéndose que casar para cumplir como estaba mandado. No quería ser como su madre, para nada, era lo que menos deseaba.

Al llegar vio las armaduras y armas tan preparadas, relucientes diría Ogna, y tan bien dispuesto todo que le parecía ver la mano de una mujer en todo aquello. Pero cual fue sus sopresa al ver a Zanc y Losse amenazando a un apequeña criatura...¡una pequeña criatura del demonio!

Un ko-kobold.

Ya estaba el pastel al descubierto así que entró sin más, siendo consciente de su aspecto del viejo loco, Khizmiram. Esperó a que el kobold la viera y le guiñó un ojo, no pudiendo evitar una media sonrisa torcida.

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18/11/2014, 17:43
Zanc Piesligeros

-Calma a tu pajarraco, que si sigue revoloteando así habrá que considerarlo para la cena...- El Gnomo seguía susurrando al oído del Kobold mientras lo incitaba a alejarse de la ventana, llevandolo hasta una silla cercana. -Vamos, cómo dice mi amigo del arco, si colaboras vivrás, al igual que el avechucho, pero si no...- Zanc afianzó un poco mas la daga en la garganta del Reptil, haciendole ver que sus amenazas eran muy en serio.

-Deberías avisar a los demás- Le indicó a Losse mientras jugueteaba con la daga en la garganta del incauto. -Algo me dice que nuestro nuevo amigo va a colaborar, ¿no es asi?.- Indagó al Kobold con una sonrisa picaresca en su rostro.

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18/11/2014, 17:52
Cuinthere

La escena era cuanto menos surrealista. El asustado Cuinthere, quien hacía parecer incluso alto a Zanc, se encontraba retenido por la daga del gnomo y no se atrevía ni a sudar; en caso de haber podido hacerlo ya que los kobold transpiraban por los pies y no sudaban, pero eso es otra historia. Por si fuera poco un elfo con el pelo blanco y con un arco más alto que el pequeño escriba lo apuntaba de forma amenazadora, y no se quedaba ahí la cosa, además éste se hallaba respaldado por otra persona más. En un primer momento pensó que aquel último se trataba de un pirata y que todo aquello no era más que un motín, cosa por otro lado frecuente en mar pero rara vez en tierra. El cerebro del koblod funcionaba más deprisa de que lo que su dueño podía controlar por lo que instintivamente se fijó en que las prendas que vestía el último personaje no se comportaban como debería ser, teniendo en cuenta la corriente que entraba de la ventana e iba hacia la puerta donde éste se encontraba. Tras un parpadeo la verdadera figura de una chiquilla ojerosa y con poca más carne en su cuerpo que Cuinthere, se develó por debajo de la ilusión.

Multitud de preguntas se agolpaban en su pequeña y escamosa cabeza pero el miedo por la vida de su amigo sirvieron de eficaz barrera para postergarlas al menos durante un tiempo. ¡Noooo! ¡No le hagáis daño por favor! ¡No puede volar! - Pidió con el rostro desencajado. ¡Gus! ¡Oh Gus! ¡Estate quieto! ¡Te vas a hacer daño y vas a poner todo perdido! - Por fin, y como si el pájaro hubiese entendido las palabras de su cuidador, decidió posarse en la esquina que formaba la pared y que coincidía con el cabecero de la humilde pero perfectamente estirada cama.

¡Sí, sí, sí! !Colaboraré! - Se apresuró a decir sin poder disimular su acento perruno. ¡Yo, yo, yo sólo limpio y cuento! ¡Cuento cosas!  ¡Ayyyy, ayyyy, no me hagan daño! ¡Son días de mucho movimiento y las cifras no paran de bailar!  ¿Quién cuadrará todo si no? - Preguntó dando a entender que mantener el inventario era una labor tan importante en su vida y para el mundo entero que no concebía morir y que aquella tarea quedara inconclusa.

¡Oh! ¡Sí, puedo contaros muchas cosas, sé infinidad de cuentos! - Respondió ilusionado y creyendo que aquello era más que suficiente para salvarlo. ¿Quién podía conocer más cuentos que él, que había dedicado años a memorizarlos y hasta recordaba las manchas de tinta que había en cada página?

- Tiradas (1)
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18/11/2014, 18:34
Losse

Mientras se disponía a ir a avisar a los demás, cayó en la cuenta de que Ogna bloqueaba la puerta. - Ogna, indícale a los demás que se acerquen -

Mientras el peculiar kóbold intentaba explicarse, Losse comenzó a analizar la habitación en busca de algo que pudiera serles útil. - ¿A qué tipo de cuentas te refieres? ¿Cuál es la misión que te han encargado? - Le preguntó haciendo una breve pausa mientras buscaba por la habitación. A su vez, Losse intentaba sacar a la gaviota de su indiferencia con algún gesto y silbido, aunque, más centrado en la tarea que estaba llevando a cabo, la actitud del animal seguía exactamente igual.
 

- Tiradas (2)
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18/11/2014, 21:24
Morwing

Primero Zanc, seguido de Losse y en tercer lugar Ogna, que perseguía los pasos del elfo lunar aunque a las puertas del mismísimo Phlegethos le llevasen, fueron adelantándose al grupo pudiendo entrar sin dificultades en el edificio más cercano que tenían.

-¿Vamos?, preguntó el hechicero a sus compañeros mientras permanecía pegado tras los muros. Un pequeño vistazo por encima de éste permitió ver como el camino estaba despejado, o al menos eso le pareció. – Ahora podemos avanzar, vamos, deprisa…, dijo a la vez que iniciaba la carrera manteniendo su cuerpo lo más agachado que podía.

Una vez dentro, Morwing pudo contemplar lo que parecía un amplia, completa y sorprendentemente impoluta armería. La cámara estaba repleta de armamento y armaduras con los sellos de las ciudades más importantes de la zona. Esto evidenciaba que el plan de Steznag estaba perfectamente elaborado y que si no hacían algo cuanto antes, Athkatla y probablemente otras muchas ciudades de Amn estaban en grave peligro.

Mientras, en la habitación contigua, una imagen un tanto surrealista sorprendió al hechicero. -¿Un kobold?¿Aquíiii?, se preguntaba incrédulo. Desde luego hasta el momento no sería de las criaturas más extrañas con las que el grupo de aventureros se había cruzado, pero el hecho de encontrar a ese kobold formando parte del ejercito de piratas dejó un tanto extrañado a Morwing, aún más si observaba el entorno el cual parecía era su hogar. –Vaya, vaya, vaya…¡que curioso!

Entretenido con la situación, Morwing se aproximó y quedo expectante a como se desarrollaba el interrogatorio entre Losse y Zanc. 

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18/11/2014, 21:29
Cuinthere

El elfo de Everlund caminó por la amplia y ordenada habitación examinando todo lo que había en su interior. Era sorprendente cómo el kobold había registrado todo el inventariado del bastión durante los últimos tres años. Sus escritos presentaban una excelente caligrafía y eran sumamente detallados, llegando hasta el extremo de indicar la variación en pulgadas del agua contenida en el aljibe ¡semanalmente!.  Una estantería junto con una escalera adosada a ella recorría la pared oeste de lado a lado totalmente repleta de estos manuscritos contables de los que tanto se enorgullecía Cuinthere. Por lo demás la habitación era muy modesta en cuanto a mobiliario: una cama pequeña, armario con ropa, la casa de madera de Gus sobre su base elevada que disponía incluso de una ventana orientada al mar, unas perchas en las que el kobold colgaba sus herramientas de medición, un ábaco, y un gigantesco escritorio que rivalizaba con la cama en cuanto a tamaño y un cofre cerrado bajo éste. Esta mesa se hallaba ordenada al igual que el resto de la habitación respetando la distancia entre los tinteros, plumas orientadas hacia el mismo lugar, pergaminos en blanco apilados unos sobre otros manteniendo las proporciones de distancia con respecto al resto de materiales y así podíamos seguir hasta el infinito comentando todas las particularidades que el pequeño escriba consideraba imprescindibles para llevar a cabo su trabajo y que sólo el y su gaviota entendían.

¡Cuentas! Armas, hombres, cuerdas, agua, comida, armaduras -  Comenzó a recitar apresuradamente de una serie de palabras como si hubiesen dado la señal para comenzar una carrera. ¡Oh sí, pulir las dos del fondo! Que no se me olvide. - Recordó cuando mencionó las armaduras. ¿Misión? ¿Misión? ¡Ninguna buen elfo lunar seguidor de Mielikki! - Respondió a continuación resaltando los aspectos que había conseguido averiguar sobre Losse con tan sólo mirarlo un par de segundos. Todo esto no me lo ha mandado nadie. Y era cierto, ya que lo escribía, lo hacía de forma altruista. Es más su labor era totalmente despreciada por el resto de piratas que vivían en la fortaleza haciendo caso omiso de sus útiles estudios. Quién sabe lo distinto que hubiese sido el Bastión de haber extraído de esos cientos de tomos al menos un diez por ciento de todos los conocimientos que albergaban. Los piratas, y más concretamente quien estaba al cargo de aquel lugar, preferían tener al pequeño Kobold allí recluido sin que molestase. De hecho habían aprendido a ignorar su presencia y lo habían rebajado al estatus de gaviota, al igual que Gus, con lo que no parecían prestarle la más mínima atención.

Sus ojos se abrieron de par en par al ver aparecer al resto del grupo. ¿Qui..qui...quienes sois?¿Por qué estáis aquí? - Zanc pudo notar como el pequeño draconiano trabaja saliva cuando Kormack apareció en escena. Era de sobra conocido que en las profundidades de la tierra los Kobold duraban poco tiempo delante de un enano. Por suerte para Cuinthere ni Kormack era un enano de las profundidades ni él se encontraba allí.

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18/11/2014, 22:18
Morwing

Morwing no pudo evitar intervenir tras oír la contestación del peculiar kobold.

-Ejem, interrumpió el hechicero, - quizás no tengas una misión para con ellos como dices, pero solo hay que echar un pequeño vistazo a tu habitación para darse cuenta que llevas mucho tiempo junto a ellos, ¿verdad?, le preguntaba aunque dando por respondida la pregunta, - Eso seguro que te ha permitido recopilar mucha más información que la de todos esos libros de contabilidad que tan cuidadosamente cuidas… como por ejemplo, ¿qué planes tienen?, ¿hacia dónde se dirigen todos esos barcos que abandonan la isla?, puntos débiles de la fortaleza… o incluso qué hay oculto en esa cueva que está al oeste… Dime “amiguito” ¿nos lo vas a contar?, no quisiera desordenarte todo esto teniendo que busca toda esa información por mí mismo, sentenció mientras tomaba uno de los tomos de la estantería, lo ojeaba dejándolo caer al suelo y cogía otro al azar.

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18/11/2014, 22:27
Kormack Quebrantahuesos

El enano tras percatarse que sus palabras eran desoídas e ignoradas, siguió con cara cabreada a sus amigos. Todos se hacían los sigilosos y cuidadosos intentando evitar ser vistos. Kormack, no. Iba por donde le daba la gana, con su armadura tintineando y arrastrando su arma de muy mala gana. Se la traía al pairo lo que atrajese, él estaba enfadado y quería pelea. Sus compañeros - estúpidos! - entraron en una habitación. Dentro un Kobold. No saldrrás vivo de esta. - Dijo sosegadamente el enano nada más ver al Kobold. Además en especial aquel ser asqueroso no iba a salir vivo de la cimitarra del enano. Kormack sacó su espada y la limpiaba mirando al empollón dragoncete. Encima te las das de listo... la que te esperra... - Ya que no había algo más asqueroso que tu acérrimo rival y encima leído y doctorado en el arte de las palabras. Aquel ser tenía una esperanza de vida muy corta. Ja .... ja ... ja ... ja! - reía con una sonrisa homicida y algo psicótica. Y estaba seguro que los idiotas de sus compañeros dirían lo útil que era aquel inútil. Sabe contar kormack!! Sabe leeer... es mi amigo... - cualquier estupidez les valdría para salvar a aquel despojo de los deseos del enano. Pero estaba claro que lo iba a matar. En un descuido. Zas y su cimitarra atravesaría su corazón. Mirrrra... Lagarrrtija. Me da igual lo que digas o la información que tengas. Me da igual lo listo que te crrrreas y que tengas un puto lorrro de novio. Estás muerrrrto! ¿Entiendes? - Tras decir esto miró a su alrededor y vio donde estaba. Se dio cuenta de lo que podía tener aquel mierda. Y entonces el enano apretó sus puños alrededor del cuello de aquella criatura. Te rrrromperrrré el cuello. Sólo he de aprrrretarrrr así... veeeees... - Dijo agarrando muy fuertemente a la criatura. ​Sabes lo que quierrro... dijo susurrando muy despacio a Cuinthere, haciendo que pasase sólo un poco de aire por su traquea, lo suficiente para que no pudiese respirar cómodamente. Los ojos del enano tenían un fulgor hipnotizante, capaz de derretir a uno de sus acérrimos enemigos, un Kobold. Comprrra tu vida... susurró. Un leve crack asustó al Kobold que sentía como su cuello comenzaba a estar al límite, los brazos del enano casi no hacían nada de fuerza. Y en su cara se reflejaba la expresión de la indiferencia, el odio, el deseo de matar por matar... Tanto tiempo aquí encerrrrado... Habrrrás encontrrrrado muchas cosas... Arrrmas... arrrmadurrrras... objetos rrrrarrros y valiosos. Segurrrro que los guarrrrdabas parra ti. Digo, parra mí! Las guardabas parra mí, ¿verdaaaaaad?

- Tiradas (1)
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18/11/2014, 23:04
Cuinthere

Cuinthere pestañeaba incrédulo cada vez que uno de los aventureros entraban en su habitación. En todos sus años viviendo en el bastión jamás esa habitación había contenido a tanta gente en su interior. Morwing apretó las clavijas adecuadas para que el pobre kobold desembuchase tan rápido como su lengua era capaz de articular las palabras. - !No¡ - Interrumpió tras la mención de desordenar su cuarto. Ya era bastante molesto el polvo y la suciedad que aquellos hombres estaban repartiendo por el suelo como para que encima causasen más destrozos. ¿Planes? ¿Ellos? - Preguntó haciendo un movimiento con los ojos para referirse a los piratas que vivían en el bastión. Pues desayunar lo que no hayan desayunado... ¡Ah! ¿Los barcos? - Calló en la cuenta por fin. - Se van de la isla. - Contestó dejando entrever que era algo que le alegraba ya que, ¿Cuántos Kobold a lo largo y ancho de los reinos disponían de una fortaleza tan grande como esa para su disfrute? Seguramente ninguno. Sí, llevan yéndose desde hace días...pero son tantos que no pueden hacerlo todos a la vez. Por desgracia. - Añadió en voz baja. - Se van al continente, a Athkatla. Tengo ahí mismo las armaduras que tienen que llevarse, pero aún no han venido a recogerlas. Después de lo limpias que las tengo. - Dijo entristecido.

Sí, sí, os contaré... - Comenzó a decir cuando el enano pelirrojo apartó al elfo que lo había preguntado y lagarró al pequeño Cuinthere por el cuello levantándolo un palmo del suelo. Sus ojos se hincharon al instante y la coloración de sus escamas cambió debido a la ausencia de aire en sus pulmones. Incluso Gus movió sus alas asustado por la súbita irrupción de Kormack en la habitación. 

Lo mismo hubiese dado que el enano hubiese hablado que no, ya que con su gesto fue suficiente para que el kobold señalase el pequeño cofre bajo la mesa. La presa de su cuello sólo le permitía asentir con los ojos a cada petición del enano aunque no supiese realmente qué era a lo que estaba diciendo que sí. N...o  d...a..ñ...o... - Consiguió articular con dificultad intentando mantenerse consciente.

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18/11/2014, 23:28
Kormack Quebrantahuesos

Tras ver el cofre el enano arrojó la mierda al suelo y fue directo a por el cofre. Como tenga una trampa... dijo apretando el puño fuertemente... Quizás aquel mierdecilla podía ser su esclavo. Parecía servicial y siempre había querido un mini-mierda que le acompañase. Como Losse! - pensó mirando a Ogna. Esperó a que Cuinthere hiciese un gesto con la cabeza para saber si había una trampa y luego abrió su interior con ganas!