Partida Rol por web

La reverenda Bartosiewicz habría puesto los ojos en blanco si no fuese porque años de entrenar su expresión neutra, la disciplina y la fe le habán enseñado que esa clase de expresiones mundanas te alejaban del camino. Entendía que fuese dificil pronunciar su nombre si eras idiota, pero sólo se necesitaba un buen oído y algo de ganas si no lo eras. Aún tenía que decubrir a cuál de los dos grupos pertenecía el padre-caballero.

- Reverenda será suficiente. - le dijo no queriendo escuchar cómo pronunciaba mal su nombre, o dándole la oportunidad para poder reirse de ella con eso. La reverenda no era muy ducha en el sutil arte que era el humor. Eso no se estudiaba en su orden.

Miró al caballero como quien mira a una nave pasar por la ventana, sin emoción alguna, pero en realidad la reverenda estaba sopesando seriamente cada palabra y sugerencia del hombre. Parecía haberse autonombrado portavoz del grupo y quería unir todos los Comlog en una misma red. Lo segundo no pasaría nunca, pues Agnieska no confiaba en todos esos herejes, y lo primero tampoco pues ella sólo servía a Dios y sólo respondía a las órdenes de la Madre superiora. Sin embargo, si el padre caballero quería creerse portavoz, ella podría guardar sus palabras para cuándo fuesen necesarias de verdad. Por ello no dijo nada. Miró entonces al pequeño bot y golpeó su cabeza ligermente con un dedo.

- Abre un acceso para permitir la comunicación con sus comlogs a través de ti. - le ordenó. Hasta que no limpiase su diabólico interior de software infiel daba igual si lo usaba para comunicarse con ellos. No podía ensuciarse más. - No reproducirás ningun mensaje sin pedirme permiso antes. - no quería al robot gritando por los pasillos.

Si la reverenda hubiese tenido una expresión facial adecuada en su corto repertorio, sus ojos se abrían abierto con horror y repugnancia, sus labios habrían hecho una mueca de disgusto y habría inspirado a través de la nariz de manera indignada y ofendida. Cómo no la tenía, sin embargo, simplemente negó con la cabeza lentamente. El caballero y la mujer retrasada estaban empezando un cortejo en medio de una reunión. No sólo era eso altamente inapropiado para la situación, sino que además el padre caballero no debería tan siquiera pensar en esos placeres. Otra prueba de que su fe estaba infectada por la decadencia.

- Si van a iniciar contacto con el objetivo de mantener relaciones físicas, deberán ustedes contraer matrimonio, a pesar de que no es posible casar a dos invividuos de distinta fe, y menos aún a un siervo de la orden de Santiago. Si no, cometerían ustedes un grave pecado. - les explicó la reverenda cuál profesora de la clase dominical, sin entender que su comentario probablemente avergonzaría a ambos. El arte de las educción y el cortejo eran tan desconocidos para Agnieska cómo lo era el humor, o incluso más. Y cómo si no acabara de soltar ese cubo de agua fría, la reverenda siguió con su tono habitual pasando al siguiente tema. - Yo no tengo opiniones sobre "el asunto" o los Tohaa. Tengo órdenes, y tengo fe. Sé dónde está el bien y dónde está el mal. Todo aquel en contra de los designios de Dios forma parte del mal, y los Tohaa también. Sólo aceptando a Dios pueden ser perdonados, si la virgen de la Misericordia decide que son merecederos de purificar sus almas.

Cuando la reverenda respondió sobre el robot Melissa decidió aclarar el asunto proyectándose a través del pequeño androide.- Soy un robot de mantenimiento controlado por Melissa. La reverenda no ve conveniente conectar sus sistemas a los de la Estrella Vespertina por lo que lo más conveniente fue conectar con ella a través de este bot. Lo ha confiscado y ahora la ayudo en todo lo posible sin necesidad de estar conectada. Espero poder gustarle así.- Dijo el robot y su respectivo holograma, dando un par de palmadas con un gesto de felicidad.

En la sala había mucha gente y ya prácticamente todos habían tomado sus asientos. Entre los asistentes no parecía haber ningún Tohaa pero si muchos periodistas como Aurelia Cardoso.

Vera Heant no parecía demasiado preocupada en identificar el lugar. Ya tenía bastantes problemas con entrar en asientos hechos para el ciudadano medio de la Esfera y no para una wulver de dos metros.

El resto de integrantes del grupo se fijaron en que unas pequeñas cámaras sobrevolaban toda la escena, retrasmitióndo lo que iba a ocurrir hasta el último rincón de la Esfera. También se fijaron en que, aparte de la entrada principal había un par de salidas de emergencia y otras dos puertas de acceso para las autoridades. Había miembros de seguridad del Bureau Noir repartidos por la sala.

Tanto Won Li como la Reverenda Bartosiewicz se dieron cuenta también que las cámaras no sólo grababan hacía el entarimado, si no también hacia el público ya fuera para sacar por los diferentes canales de Maya a las personalidades allí presentes o por temas de seguridad. También se dieron cuenta de que el Padre Yañez estaba muy atareado con su comlog si bien no era nada de extrañar. Al fin y al cabo todo el mundo se pasaba el día en Maya.

Melissa respondió al caballero panoceánico a través de los comlogs de todos menos el de la Reverenda.- No hay ningún problema en establecer un canal privado a través de mis servidores.- En el caso de Agnieska, el Mel-bot hizo un gesto de "todo okay" con la mano.

No paso mucho más tiempo hasta que a través de los diversos aparatos de los asistentes y por megafonía se indicara que era el momento de tomar asiento y que el acto (quizá uno de los más importantes en la historia de la humanidad) estaba apunto de empezar.

Por una de las puertas apareció el Coronel Yorgos (al tener una cita con él, los comlogs indicaban quien era, excepto a la Reveranda, a la cual se lo dijo Mel-bot) seguido de una escuadra de agentes del Bureau Noir que crearon un corredor hasta el escenario.

En el momento en el que Yorgos indicó que todo estaba despejado las puestas se abrieron otra vez para dejar paso a la Alta Comisaria de Paradiso, Natalia Hesse; a los tres embajadores Tohaa, a los seis embajadores de la Esfera Humana así como a una serie de pequeños dignatarios. Toda la expectación estaba puesta en los alienígenas. De un aspecto muy similar a los humanos, pero más esbelto, sus ropajes eran exóticos pero elegantes y mostraban toda la dignidad que podría esperarse de una orgullosa raza.

Los susurros barrieron la sala cuando la Alta Comisaria Hesse se acercó al atril:

-Es para mí un placer y el mayor honor estar frente a todos ustedes en el día de hoy...- Hablaba con total claridad y seguridad.- para decir que la promesa de esperanza que anuncié hace menos de un mes se ve ahora completa. El trabajo que hemos realizado no ha sido sencillo, pero las habilidades diplomáticas de nuestros compañeros Tohaa han ayudado a perseverar frente a las trabas. Cada día, nuestra mirada se dirigía hacía los frentes de Paradiso y sabíamos que no había tiempo que perder ni esfuerzo que no debiéramos realizar en pos de coordinar nuestro común interés en hacer desaparecer de nuestros mundos la barbarie del Ejercito Combinado. Y con ese fin hemos alcanzado un acuerdo que unirá a nuestros dos pueblos bajo un único estandarte de justicia. El Ejercito Combinado se cree poderoso en su ambición, pero nosotros, unidos, les mostraremos nuestra fuerza.

El sonido de los aplausos invadió la sala. Desgraciadamente, los discursos del resto de dignatarios no estuvieron tan inspirados. Eran demasiado largos y todos volvían sobre las mismas ideas: gran oportunidad, inevitable derrota del Ejercito Combinado, la forja de una nueva amistad...

Creo que se ha confundido ligeramente, Reverenda Agnieska Bartosiewicz- Comento Zahra  mirando fijamente a la mujer nomada y remarcando premeditadamente su nombre.- Mi intencion no era flirtear con el buen padre Alonzo, sino mas bien intentar crear cierta cordialidad entre los presentes, en vano por lo que veo. -la joven no pudo evitar resoplar exasperada. Por que tenian que hacerlo todo tan dificil?.- Aunque quitando el tema de los votos, no veo cual es el problema en que dos jovenes quisieran satisfacer una necesidad tan natural y gratificante. Si se practica correctamente, claro.

Este tranquilo, Alonzo, no pienso hacer que rompa sus votos, solo he venido a trabajar. - Añadio dirgiendose al hombre de la armadura con una sonrisa cordial, mientras de reojo miraba a los demas. Estaba deseando ver las reacciones de los deas, especialmente de aquella bruja fanatica.

-Lo siento Alonzo.- Respondió Melissa en privado dirigiéndose a él tal y como había dicho que lo hiciera.-Tus compañeros son agentes de O-12 y necesitas un mayor acceso para tener sus historiales. Y aún así, sus naciones tienen cuidado de que no se sepa de ellos más que lo estrictamente necesario. Al igual que hace PanOceanía contigo.-La verdad es que a la IA no se le podía reprochar falta de sinceridad precisamente.

Con evidente embarazo, el Padre-Caballero Panoceano carraspeo, nervioso.

La lacónica ciudadana ariadna no habia aportado demasiado, cosa que el sacerdote podía asumir sin demasiado problema, dada la situación. Sin embargo, el frio comentario sobre su educado comportamiento por parte de la Reverenda Moira le habia pillado por sorpresa.

"Primer error, amigo mio"

La repentina aparición de la representación holográfica de Melissa emanando del pequeño bot que escoltaba a la Nómada supuso un pequeño respiro para el sacerdote, que atendió a la explicación del servidor mecánico con una mezcla de incredulidad y enfado.

Afortunadamente, su propio ComLog le informó de que tenía acceso a los de sus compañeros, mediante un canal de seguridad codificado. Con un gesto, activó la grabación del evento, carraspeando en un futil intento de aliviar la tensión.

- Melissa...- Alonzo habló en voz baja, tratando de evitar llamar la atención sobre su persona, consciente de la importancia del momento. La impresionante y severa figura de su actual superior hizo que el caballero dejase sus palabras en suspenso. Mientras el Coronel daba su visto bueno, Alonzo lanzó una serie de fugaces miradas a los puntos más obvios para apostar tiradores,comprobando con cierta satisfacción que habia agentes de seguridad dispuestos como tiradores.

Las palabras de la Alta Comisaria llegaban con excepcional claridad a los oidos del sacerdote, gracias al sistema de sonido integrado de su ComLog, que Alonzo habia configurado para escucharla directamente a ella, sin el sonido de los comentaristas.

- Melissa...- Alonzo llamó de nuevo en voz baja.- Según el informe, Aurelia Cardosso fue una de las primeras en informar de la llegada de la nave Tohaa, ¿verdad? Me gustaria que prepararses un pase con los programas de Eye in the Sky en Maya de la señorita Cardosso en referencia a este primer contacto... Y el programa que este transmitiendo, tambien, por favor.

El padre captó las suaves y educadas palabras de la agente haqqislamita, explicando y exponiendo su punto de vista a la fria reverenda Nómada, aliviado porque aquella hubiese comprendido lo que trataba de hacer.

Sin embargo, la franqueza con la que Zahra afrontaba una relación carnal descolocó completamente a Alonzo, que se concentró en codificar una serie de instrucciones a su ComLog, para evitar la miarada de los demás. Centró su atención en los embajadores Tohaa, tratando de grabarse sus rasgos en la cabeza y reconociendoles un enorme grado de dignidad, como si estuviesen un escalón por encima de la escolta de dignatarios de la Esfera Humana, sorpredentemente faltos de estilo.

- Como todos, Zahra, como todos.- A pesar de la sonrisa que le dedicó, Alonzo no consiguió evitar transmitir cierta tristeza en sus palabras.

- Muy bien. Los datos reales no están a mi disposición pero puedo darte la información que puedo obtener de los escáneres realizados al entrar.

- Reverenda Agnieska Aleksandra Bartosiewicz. Nación Nómada. 1.75 m de estatura. 69.3 kg de peso. Edad comprendida entre los 26 y los 30 años.

- Vera Heant. Ariadna. 2.07 m de estatura. 115 kg de peso. Edad comprendida entre los 25 y los 32 años. Edad difícil de determinar debido a su origen mestizo.

- Won Li. Yu Jing. 1.69 m de estatura. 66.4 kg de peso. Edad comprendida entre los 27 y los 31 años.

- Zhara Alizadeh. Haqqislam. 1.65 m de estatura. 65 kg de peso. Edad comprendida entre los 26 y los 30 años.

-En cuanto a Aurelia Cardoso es muy conocida en Maya y puede encontrarse abundante información sobre ella, si bien no toda debe ser cierta. Tiene 31 años y lleva 7 dedicada al periodismo de investigación. Descubrió algunos importantes bombazos periodísticos en diversas empresas antes de centrar su atención en el frente de Paradiso. Parece una sincera apasionada de su trabajo y es muy popular. Me da algo de envidia. Le he enviado un mensaje con tu solicitud de entrevista. Me he tomado la libertad de presentarte como un miembro de la seguridad de O-12. Espero que no te importe.

Al menos los alienígenas aquellos parecían una novedad, pero Vera se cansó de mirarlos al rato. Incómoda y gruñona, escuchó con cara de total aburrimiento y descarados bostezos (que mostraban unos afilados caninos) la parsimoniosa ceremonia. Los discursos políticos eran tediosos al máximo y ya no sabía qué posición adoptar en el pequeño asiento para no sentirse incómoda. De repente, recordó que siempre guardaba en su bolsillo una petaca con algo de vodka en su interior. Metió la mano en la chaqueta y sacó el diminuto recipiente, abriéndolo e ignorando el tono enfadado de Melissa y las miradas a su alrededor. Pero únicamente una gota cayó en su boca: estaba completamente vacío. Vaya mierda... Se la guardó con fastidio mientras buscaba en algún bolsillo extra. Lo único que encontró fue un paquete de tabletas de chicle, un memento de cuando intentó dejar el tabaco sin éxito.

-¿Alguien quiere uno? -imaginó que el resto estarían tan aburridos como ella.

Cogió uno y se puso a masticar, haciendo pompas azules (y rosas, verdes o púrpuras, pues la golosina cambiaba de color con el tiempo) para pasar el laaaaaargo rato que tuvieran que esperar.

Alonzo dejó lo que estaba haciendo y se giró hacia la estoica mujer. Durante un segundo, supesó los pros y los contras de aceptar el ofrecimiento para, con una sonrisa, cojer uno de los chicles ofrecidos por Heant.

- Muy amable.

Sin demasiados miramientos empezo a mascar chicle, conla boca cerrada y una mirada ausente. Tal y como sospechaba, la golosina tenia una sabor bastante fuerte y ligeramente desagradable, sin ser realmente repugnante.

- Gracias.

Dedicó unos momentos a rumiar el chicle, mientras trataba de prestar atención a las intervenciones de los delegados de la Esfera Humana. Hombre de acción, el caballero soportó los discursos con el estoicismo clasico de las Ordenes Militantes y de los soldados veteranos. Solo el discurso inicial habia resultado estimulante para Alonzo que, pacientemente, esperó la intervención de los embajadores Tohaa.

- ¿Es un producto nacional, agente Heant?

Al entrar los delegados y embajadores Zahra centro su atencion en ellos, consciente de que aquel iba a ser un momento historico. No aplaudio las palabras de la Alta Comisionado, pero si las recibio con alegria, era bueno tener una buena noticia en el desastre que estaba siendo la guerra de Paradiso, para variar. Entusiasmada, la joven abrio los oidos muy interesada a lo que fuesen a decir los demas

Sin embargo, a medida que el resto de embajadores iban al estrado y decian discursos insulso y manidos, la expectacion de Zahra disminuyo paulatinamente, hasta el punto de que incluso soltar algun disimulado bostezo.- Politicos, no hay nada que les guste mas que oir sus propias voces.- Comento medio susurrando, y tendiendo la mano para coger uno de los chicles que Heant ofrecia.

- Gracias, a ver si le da una pizca de sabor a estos insulsos discursos.- Respondio, sin poder evitar sonreir divertida por su propio comentario

El agente imperial sonrió ante el celo de la reverenda por su intimidad digital. Cuando uno crecía bajo el ojo del Estado-Imperio no podía permitirse esos lujos. Aleph tenía acceso a tu Comlog, a tu cuenta de Facenet llena de sonrientes selfies y a todos tus mensajes y rastros digitales, pero ni siquiera hacía falta que Aleph fuera muy escrupuloso. El propio Estado Imperio se ocupaba de controlar todo lo que pasaba por las pantallas de sus ciudadanos. Había temas de los cuales no podías hablar con nadie. Al final, todo quedaba reducido a una voz dentro de tu cabeza que se preguntaba si los demás se lo habían creído.

Se abstuvo de comentar que sus armas eran perfectamente usables dentro de la dichosa estación. Incluso cumplian con el Concilium. Y escuchó paciente los intercambios de sus compañeros. Beatos inocentes, parecían haber crecido en auténticas burbujas de irrealidad que nada tenían que ver con su mundo. ¿Se suponía que el hecho de que la asesina hubiera venido a trabajar tenía que tranquilizarles? 

Cuando Won veía hablar a los politicos, o desfilar a los esbeltos tohaa, no oía sus palabras vacías y sus declaraciones huecas, veía esto como lo que era. Más problemas. Rechazó con un simple gesto el chicle mientras 

La reverenda se limitó a encogerse de hombros con indiferencia ante la respuesta de la mujer Haqqislamita. La verdad era una y era absoluta. Ella ya había hecho su parte informando a los ignorantes, ellos eran los que debían decidir si escucharla o si seguir viviendo en pecado mientras negaban el buen camino. Ella era una reverenda Moira, no una predicadora.

Fue más o menos entonces cuándo empezó el evento. Agnieska observaba todo con detenimiento y tomaba detalladas notas mentales que traspasaría a su comlog cuándo estuviese a solas. Cuándo los Tohaa aparecieron la reverenda se tensó por un segundo mientras los analizaba. Era la primera vez que veía a esos seres y eran totales abominaciones del infierno, tal y cómo le habían explicado. Nada con ese aspecto podría ser aceptado en los brazos de La Misericordia (por no hablar de su blasfemo modo de vida en tríos...).

La reverenda escuchó con atención el primer discurso y cuándo terminó se santificó con la versión modificada de su fe - de LA fe -, algo distinta a la original santificación católica. Era difícil para quienes la veían deducir si el gesto era para ratificar las palabras de la mujer, o para rechazarlas.

La reverenda bajó la miraba hacia el Mel-bot, pensando en sus pertenencias, en cómo desearía no estar ahí despojada de sus más valiosos enseres. Se sentía desnuda.

- Bot. - dijo la reverenda Bartosiewicz llamando la atención del pequeño robot. Se negaba a llamar a Melissa por su nombre. Hacerlo era aceptar demasiadas cosas que estaban en contra de sus creencias, y sería además una falta menor - ¿Cuándo está programado que el Coronel nos reciba en privado? - la reverenda podía escuchar con absoluta devoción misas que duraban horas, pero no a un puñado de políticos herejes. 

El pequeño bot que había adoptado una pose similar al de el Pensador mientras miraba los discursos respondió a la que ahora era su ama.-Su intención es reunirse con vosotros lo antes posible tras terminar este evento, Reverenda.

Los discursos de los principales embajadores, así como de pequeños dignatarios de naciones menores pasaron sin pena ni gloria. El evento se alargaba demasiado y ya aparecían los primeros bostezos y movimientos incómodos del público (aunque Vera estaba incómoda desde el primer minuto).

Pero cuando los embajadores humanos terminaron, una de los Tohaa abandonó su asiento y se dirigió al atril. Aunque similar a grandes rasgos a los humanos en su forma, había sin lugar a dudas algo naturalmente diferente en los suaves movimientos de su cuerpo. Algo de gracia animal.

Toda la Esfera Humana contuvo la respiración.

-Antes de sellar este pacto, me gustaría expresar mi admiración y la de todos los míos por la sabiduría y determinación mostradas por la humanidad al atreverse a enviar un mensaje de amistad a través del vacio del espacio hasta nuestra raza. Entendemos que no es fácil sobreponerse a la razonable desconfianza que acompaña al primer contacto con otra especie, especialmente con el desgraciado precedente que ha supuesto el Ejercito Combinado.

Nosotros, los Tohaa, sabremos estar a la altura del esfuerzo que habéis realizado y afrontaremos el reto de ser aliados leales ante la amenaza que supone la Inteligencia Evolucionada para toda la galaxia. Con el esfuerzo coordinado de nuestras dos razas -hermanos de armas, pero también de espíritu- seremos capaces de erradicar este mal que asola el universo y, juntos, avanzaremos hacia un futuro tan brillante como prometedor.

En el momento en que la Embajadora Maara Seegur terminó su discurso, los otros dos miembros de su triada dieron un paso al frente. Con unas estilográficas de tinta dorada firmaron simultaneamente el tratado.

La multitud estalló en aplausos.

La Humanidad había firmado su primera alianza con una raza alienígena.

No pasó mucho tiempo antes de que sus comlogs (o su bot-esclavo) les avisara de que el Coronel Yorgos iba a reunirse con ellos en un instante, que podrían esperar mientras se desalojaba la Esfera Arco de Plata.

Pudieron ver de hecho como el Coronel coordinaba los equipos de seguridad que se encontraban allí (y seguramente a los exteriores también) para que escoltaran a los diversos dignatarios. Tardó escasos minutos en dirigirse a ellos.

Frunció un poco el ceño al verlos, quizá valorando los problemas que ese grupo le podría provocar, pero no hizo comentarios al respecto.

-Bienvenidos a la Estrella Vespertina. He de disculparme, me ha sido imposible encontrarme con ustedes cuando llegaron. Espero que al menos hayan disfrutado de unos de los momentos más trascendentales de la historia de la Humanidad. Si no les importa, podemos seguir hablando de camino a mi oficina. Sientanse libres de hacerme cualquier pregunta.

Mientras se sobreponia al mutismo de la agente de Ariadna, Alonzo aprovechó para estudiar las imagenes que Melissa estaba descargandole via ComLog. A medida que los dignatarios subian al estrado, podia beneficiarse de las camaras de los distintos informativos para obtener un retrato virtual muy completo de los mismos. Tomo nota en su archivo del impecable aspecto que ofrecia el representante del Bureau, a pesar de sus mal disimuladas ojeras. Tambien tuvo tiempo de preguntarse si todas las ciudadanas de Haqqislam eran tan exoticamente atractivas al fijarse en la aceitunada piel de la dignataria haqqislamita y comparandola con la tez de su compañera, la agente Zahra.

Claro que, cuando la representante principal de la delegación Tohaa tomó la palabra, Alonzo olvidó todas aquellas tonterias y se concentró tanto en las palabras como en su lenguaje corporal.

"Esta muy tranquila... Yo diria que se trata de algún tipo de comandante militar... No titubea, no vacila... Y creo que comprende a la perfección todo lo que este acuerdo significa... Yo diria que incluso sabe que la mayor amenaza la representamos nosotros mismos... Sus aliados..."

Por inercia, se sumó al estallido de aplausos que retumbó por toda la Esfera Arco de Plata, mientras enarcaba la ceja al darse cuenta de la sobrenatural sincronización de los dignatarios Tohaa.

- ¿Y bien?- Alonzo asintió a Melissa cuando esta les informó de que el coronel Yorgos les recibiria en cuanto se despejase la esfera.- ¿Que opinaís de lo que acabamos de ver?

Como obedeciendo a una instrucción sincronizada (lo que era muy posible, dado que la mayoria estaban conectados a la pseudo-IA de la Estación) las filas de asientos se vaciarón ordenadamente... Todo lo ordenadamente que podia esperarse de una masa de periodistas, turistas, cotillas y sequitos ministeriales.

Dejó las preguntas en suspenso, mientras se ponía firme para recibir a su inmediato superior. Temporalmente, al menos.

- Gracias, coronel. Padre Alonzo Yañez de Mendoza, de la Orden de los Caballeros de Santiago, señor. Sí, si ha sido... instructivo...- Alonzo disfrazó sus palabras con la habilidosa maña del soldado veterano al tratar con generales de salón. Asintió secamente y echó a andar en pos del coronel Yorgos.

- Con el debido respeto... Querria saber que hacemos aquí, exactamente y porque, más alla de los naturales recelos de los diplomáticos, un grupo multinacional sin experiencia de trabajo previo, ha sido trasladado a la seguridad del Bureau.- Alonzo tosió secamente antes de continuar.- Disculpenme... Tengo la garganta seca... Como le decía, el despliegue táctico de sus unidades ha prácticamenteperfecto y creo que podrian ocuparse de amenazas convecionales a la seguridad... ¿Que amenaza a esta delegación, señor?

"seremos capaces de erradicar este mal que asola el universo y, juntos, avanzaremos hacia un futuro tan brillante como prometedor", este es el momento, pensó Won, en el que diremos que tendríamos que haberles pegado un tiro en la frente y tirar sus cuerpos al espacio profundo. El agente yuchino no estaba cómodo en ese ambiente. No sabía que hacía allí ni que eseperaba de él y, en su experiencia, eso quería decir que lo habían mandado a una misión que era mejor que desconociera. Normalmente sólo pasaba en las misiones suicidias. Es decir, que era un sacrificio.

- Tratados internacionales- respondió Won, a la pregunta del padre-caballero.- Grandes gestos vácuos,  palabras vacías- resumió. Entonces se presentó el coronel. ¿Cualquier pregunta?

- ¿Porque estamos desarmados siendo personal de seguridad?- preguntó, sin cortarse un pelo.

Tras un buen rato de tedioso charloteo politico, Zahra volvio a prestar atencion al atril cuando por fin intervino uno de los alienigenas, y desde luego no la decepciono. La tohaa se parecia fisicamente bastante a un humano, de hecho en Bakunin seguramente se veian gente con cuerpo aun mas bizarros y extraños, pero habia algo en la forma de moverse, de hablar, de comportarse que los hacia decididamete alienigenas, distintos. Exoticos. Fascinantes pero a la vez inquietantes. Seria interesante estudiarlos mas a fondo los proximos dias.

Como muchos de los presentes, Zahra aplaudio tras el acertado discurso de la embajadora y la firma del tratado.  - Opino que acabamos de vivir un momento historico. Si es para bien o para mal, el tiempo lo dira.- Respondio a Alonzo mientras esperaban a que el coronel terminara su trabajo y se reuniera con ellos. 

Cuando su nuevo superior finalmente llego, Zahra se limito a hacer un saludo militar, no veia necesario presentarse. Si Yorgos era un jefe competente ya debia saber de sobra quien era ella.- Saludos señor, agradezco la invitacion a este evento, sospecho que ha sido algo lo bastante importante como para poder presumir en el futuro de que lo vi en directo. 

- Me atreveria a decir que el motivo de nuestra presencia aqui es prescisamente que los equipos del Coronel no puden hacer frente a absolutamente todos los problemas y amenazas que puedan surgir, asi que cualquier refuerzo es bien recibido. -Comento la joven sonriendo ante la pregunta de Alonzo.- La verdadera pregunta es que es lo que esperan que hagamos y como bien ha preguntado el caballero, que equipamiento nos van a dar para ellos. 

La reverenda habría puesto los ojos en blanco si hubiese sido una persona normal cuándo el bot le dijo que aún no verían al coronol. Pero no lo era, así que se limitó a mirar al pequeño robot con expresión apática durante un apr de segundos antes de devolver la vista al atril en el escenario.

Los discursos iban pasando y Agnieska no podía hacer otra cosa que rezar en su cabeza. Todo loque salía de esos emisarios eran mentiras, escondían secretos. La reverenda Bartosiewicz lo sabía, claro que lo sabía, a ella no podían engañarla. La verdad había sido grabada a fuego en ella tiempo atrás y su convicción y fe eran inquebrantables.

La reverenda unió las manos entrelazando los dedos a pesar de no tener su pequeña imagen de la Virgen de la Misericordia y los utensilios que le habían dado para defender la fe en su nombre. Perdió la mirada en algún punto del escenario y recitó sus plegarias. Entonces la emisaria Tohaa volvió a subirse al atril y Agnieska volvió a santificarse, protegiéndose así de las blasfemias que segura saldrían de su boca. El resto de la sala, en cambio, cayó en su red y le aplaudieron con entusiasmo, algunos incluso levantándose de sus sillas. Entonces Agnieska vio lo que era esa escena.

"Aunque ande en el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, pues tú estás conmigo." - recitó en su cabeza.

Unos segundos después el bot le avisó de que por fin el Coronel iba a unirse con ellos. Ya era hora. Sentía que habían intentado testar su fe y su paciencia, pero ella había hecho que la Virgen estuviese orgullosa. 

El caballero preguntó sus opiniones sobre los visto. Agnieska no tenía opiniones, ella sólo sabía la verdad de Dios. Por eso no contestó. Aún así juzgó las palabras del resto. El hombre con la ropa sucia caminaba por el camino de Dios sin saberlo. En cambio, la mujer Haqqislamita se equivocaba. El positivismo de aquella mujer no le gustaba a Agnieska. La reverenda no estaba acostumbrada a ello.

Entnes llegó por fin el coronel. Agnieska no se presentó sabiendo que el coronel sabrían perfectamente quién era, pero se levantó de su asiento para poder observar al hombre. El hombre tenía determinación en la mirada. Si fuese capaz de encontrar la verdadera fe, sería un buen guerrero en las filas del Señor. La reverenda Bartosiewicz escuchó el intercambio de palabras y miró severamente a la mujer Haqqislamita. Era una sabelotodo con la boca demasiado grande. Eso no le gustaba nada a Agnieska. El Caballero en cambio había planteado una pregunta inteligente, debía admitirlo, así que Agnieska miró al coronel esperando una respuesta.