Partida Rol por web

Desapariciones en Puerta de Plata (Finalizada)

Capítulo I: La llegada a Puerta de Plata

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25/03/2014, 01:53
Rislân del Valle
Sólo para el director

Notas de juego

Mmm... me he lanzado un Curar heridas medias. No sé los puntos de vida que tengo.

Quiero lanzar Detectar Pensamientos. Es de lo poco que me queda sin componente material per se. Quiero estar concentrado mientras estos hablan (son 3 rounds escuchando). Mi intención es saber cuántos somos abajo, si llega arriba cuantos somos arriba y que pensamientos tiene la gente. Quizá alguno sepa cómo escapar...

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25/03/2014, 03:07
Alexandra

Alex no lograba pillar el chiste, habría estado bien que aquel tipo se lo hubiese contado. Aaunque si prefería reírse solo como un idiota no sería ella quien se lo impidiese.

Siempre se había preguntado por qué los malos de las narraciones bárdicas se pasaban el día riéndose hasta el hartazgo. ¿Qué era lo que hacía tanta gracia? Risa de Kobold (la espadachina ya había bautizado al carcelero mentalmente) debía haber leído muchas narraciones bárdicas.

En cuanto a la lógica del absurdo modus operandi del Conde, directamente se guardaba su opinión. Era imposible expresarla con palabras.

Sí, la teoría está bien pero la práctica es otra cosa—comentó al escuchar a Aiden—. Mi hermano no puede lanzar conjuros con esos guantes puestos, no tenemos ganzúas, no tenemos nuestras cosas, no se ve un pimiento, y me he dejado el ariete de asedio para puertas de celda en el bolsillo de los otros pantalones.

Lo había dicho con una normalidad que parecía fuera de lugar teniendo en cuenta la situación pero la verdad es que no era la primera vez que se encontraba en un atolladero peligroso. No significaba que le gustase, claro, pero la costumbre la había hecho llegar hace tiempo a la conclusión de que ponerse a gritar mientras se corre en círculos por puro terror como un pollo sin cabeza no soluciona nada. Había que usar la cabeza.

—Me importa un ardite jugar al gato y al ratón con la manta de cretinos que se hace llamar "autoridad" en esta ciudad pero yo por lo menos no pienso irme sin lo que es mío—añadió. Y era verdad que le daba igual esconderse hasta que pudiesen reorganizar la situación—. En cuantoa ideas... ¿Veríais bien esperar a que simplemente vuelvan? Las alabardas son difíciles de manejar en un pasillo tan estrecho y sería como si nos trajesen los disfraces de guardia que tan oportunos resultan para salir de todo castillo.

Pese a que por fuera se la veía tranquila pero centrada en el tema e incluso le quitaba hierro al asunto, por dentro ardía como una antorcha que lo único que deseaba era estallar en un infierno que lo calcinase todo.

«Señor Conde. No va a olvidar usted el día en que le tocó las narices a la aventurera equivocada... ya lo creo que no»

Su graciosa eminencia acababa de ganarse el primer puesto en la lista de palizas pendientes de Alex.

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25/03/2014, 15:29
Director

Notas de juego

Cierto, perdona Roler. Un conjuro como ése para mí es suficiente para curar todo el daño no letal que tenías, se me pasó comentarlo.

Por otro lado, lanzar un conjuro será llamativo por las palabras mágicas. Es muy probable que los guardias se den cuenta de lo que estás haciendo. ¿Seguro que quieres hacerlo?

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26/03/2014, 11:55
Hank Daggerfell
Sólo para el director

Notas de juego

Director: ¿podría tratar de forzar la cerradura con una de mis dagas, o con algún otro elemento (tipo la la presilla de la hebilla de un cinturón, el enganche de algún broche que haya visto entre las ropas de mis compañeros, etc...?
 

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26/03/2014, 12:16
Hank Daggerfell

La idea de fugarme no me desagradaba, estaba acostumbrado a correr delante de los guardias, y en esta ciudad parecía que no iba a ser diferente. De todas maneras, mejor confirmar antes de ser fugitivos.- No me parece mal lo de salir por piernas si se presenta la ocasión, pero debemos tener en cuenta que como fugitivos lo vamos a tener más complicado para llevar a cabo nuestra investigación ¿Creeis ciertas las palabras del carcelero, o solo habrán sido para satisfacer su malicia?.- Trato de ver más allá del pasillo por si veo la figura de algún guardia.- Quizá alguno de los guardias se preste a respondernos si le preguntamos. O quizá nos mande a la mierda. Pero merece la pena probar...

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26/03/2014, 12:22
Rislân del Valle
Sólo para el director

Notas de juego

Me arriesgo. Mientras hablan los demás, de cara a la pared, y si hay escándalo no creo que me vean ni me escuchen. No tengo dotes que me ayuden así que lo dejo en tus manos hacer las tiradas necesarias.

Aunque si lo que quiere el resto del grupo como Hank y Gogri es atraer a los carceleros creo que me toca hablar un poco más alto. Rislân dirá "Yo los atraeré" y a ver si eso funciona.

¡Gracias!

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26/03/2014, 12:26
Gogri Grimhammer

-A mí me parece muy bien lo de escapar, Aiden, pero vaya, espera a que comamos. Siempre es mejor actuar con el vientre lleno y total nos van a ejecutar mañana - dijo el enano que, de todos modos, ya estaba dando buena cuenta de su plato en su rincón -. La idea de ella está bien, la tuya, si sabes cómo abrir la cerradura, también me gusta. Yo propondría el antiquísimo sistema de hacer como que tenemos una grave maldición y estamos temblando con fiebres y delirios, pero seamos sinceros, todos esos planes (excepto el de abrir las puertas) dependen de lo idiotas que sean los guardias. Por cómo ha hablado el que acompañaba al carcelero, no parecía demasiado tonto, y para estas cosas solo tenemos una ocasión.

Gogri hizo un parón en el que terminó de meter lo que quedaba de comida en el buche. Respiró agradecido y se desperezó.

-Voy a proponer la tontería del día. He observado a los guardias. Ninguno de ellos parecía cómodo con la situación. No me refiero a que tuvieran que reírse como el idiota del carcelero, sino a que parecía que lo veían una injusticia. No podían mirarnos. Al menos uno de ellos no se atrevía a mirarnos. ¿Qué pensáis de la idea de llamar su atención, tanto porque vengan, como porque montemos una jarana... y una vez con ellos, que hablemos? Sí, hablar. Preguntar sin más. No tenemos que mentir en absoluto, sólo decir lo que ha sucedido. Los guardias también son ciudadanos, y puede que su gente amada esté desapareciendo también. Quizá sean posibles aliados, no sé.

El enano hizo el gesto de eructar, pero se contuvo en el último momento y todo quedó en un inquietante hipido.

-Si la idiotez os parece bien, ¿cómo los atraemos? Llamamos al carcelero e intentamos pillarlo desprevenido? Si viene con los guardias, ¿los hacemos entrar en razón de alguna forma?

Notas de juego

Hombre, nos hemos cruzado, Hank ;). Ideas casi iguales.

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26/03/2014, 12:57
Hank Daggerfell

Notas de juego

¡Ya te digo! No-humanos power!!! XD

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26/03/2014, 15:27
Director

Aiden y Hank habían tenido la misma idea y se pusieron ambos a revisar la cerradura de la puerta.

Al guerrero sagrado, que nunca había prestado mucho interés a la rama de la delincuencia de la cerrajería, se le antojaba imposible abrir aquel cierre en completa oscuridad, desde una posición forzada y sin herramientas adecuadas. Romper la reja era algo totalmente descartable, no estaba en malas condiciones y era de grueso hierro firmemente anclada a la pared, el suelo y el techo: tardarían meses en debilitar suficientes barrotes para hacer un hueco por el que deslizarse. Ni tenían tiempo ni la posibilidad de que pasase desapercibido a los carceleros.

A Hank, mucho más ducho en aquellos menesteres, no le parecía imposible. Pero tampoco fácil. Por desgracia la daga era bastante más apropiada para degollar cuellos que tratar con delicadeza engranajes: era consciente que las posibilidades de abrirla eran casi iguales que las de estropear el cierre y dejarle inoperativo, dejándoles encerrados incluso cuando vinieran con la llave maestra.

Por su parte Gogri y Alex, que estudiaban opciones para llegado el caso de que sus compañeros abrieran la puerta, se dieron cuenta que ese, con todas sus dificultades, sería el paso sencillo puesto que recordaban que para llegar al corredor debían atravesar la puerta reforzada de fuera, que no tenía cierre desde dentro y estaba trabada desde fuera. Incluso, si lo hicieran, y contando que la situación mejoraría si sus cosas seguían en ese cuarto, estarían a pie de una escalera de caracol, que favorecía a los de arriba, que llevaba a unos barracones donde descansaban docenas de soldados. 

Notas de juego

Voy a dar un día más por si Xelaver y Hugh quieren postear algo, pero continuaré rápido porque aquí sí se aplicaría, de no hacerlo, las palabras de Estigia: no hay nada realmente que podáis hacer (al menos que yo vea) y no nos merece la pena que os maree la perdiz. Sentíos libres de seguir jugando e interpretando hasta entonces, que vosotros como jugadores lo sepáis no implica de que vuestros personajes tengan que conformarse (y, obviamente, cualquier posibilidad que queráis explorar y tenga lógica la jugaremos sin imposición ni predeterminación ninguna)

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26/03/2014, 15:40
Director

Rislân se había vuelto de espaldas, escondiéndose en las sombras de la celda y aprovechando que los soldado vigilaban más a los compañeros que más se acercaban para conjurar tan discretamente como pudo. De espaldas no era tan sencillo ver sus ampulosos gestos y los ruidos esperaba que fueran suficientes para disimular sus mantras ceremoniales.

Uno de los soldados miró en su dirección y aguzó la vista, prestándole más atención pero, para ese momento, ya había acabado y pudo volverse, callado y meditabundo, por lo que su captor perdió interés en él.

Su conjuro le dejó casi ido durante unos cuantos segundos, a medida que un torrente de pensamientos exteriores se abría camino en tropel por su propia mente. Frases inconexas y estados de ánimo se mezclaban y provocaban un torrente de emociones.

Había al menos dos decenas de personas en las celdas antes de la suya, dos de ellas con cuatro o tal vez cinco mujeres. De las celdas venían pensamientos de pena, fastidio y temor. Algunos temían que les ejecutasen por crímenes menores, dada la intolerancia que se había apropiado del [variedad de epítetos desagradables] Justicia. La mayoría pensaba en cuándo les liberarían. Muchos en lo mala que estaba la comida o en que no estaba mal poder comer caliente, que podían pasar allí unos días si hacía falta. Percibió también entre ellos pensamientos de pesar por los pobres diablos de las últimas celdas, extranjeros con pinta de busca problemas: los iban a matar seguro y a colgar de la muralla (alguno pensaba con éste mismo hilo que era una lástima que fueran a desperdiciar así a la chica, que podían dejársela a él un rato antes). No detectó ninguna mente que pensase que era inocente, o más bien, sus justificaciones no le parecían a Rislân que les hicieran inocentes. Todos los que pensaban en sus crímenes parecían bastante inocuos: robos, escándalo público, agresiones, timos y prostitución ilegal - no sabía qué quería decir aquello, puesto que que él supiera no era ilegal tener sexo a cambio de dinero -

Entre los guardias, a tres de los cuales pudo sondear, los pensamientos eran de las ganas que tenían de irse de allí y lo mala que estaba la situación, pensaban en el Justicia con una mezcla de vergüenza, lástima y exasperación (cada uno tenía más de una cosa), estaban convencidos de que los ocho morirían al día siguiente y sólo en uno halló rastros de pensase que pudieran ser culpables, el mismo que parecía sentir hostilidad por el propio Rislân.

El carcelero, en cambio, parecía pensar sólo cosas desagradables, deseaba ver su muerte y estaba ansioso, maldecía que le hubieran obligado a desperdiciar semejantes manjares con esa escoria que, si no tenían que ver con las desapariciones - y él creía que si - algo malo habrían hecho. O no, le daba igual. Estaba imaginando sus cadáveres colgando, sentía excitación sexual. Rislân agradeció que su conjuro acabase justo en ese momento con sus objetivos saliendo del alcance, pues lo último que pudo sondear fue la perturbadora imaginación del desagradable gangoso obsequiándole su propia imagen del cadáver de Alex, desnudo por completo, colgando de la puerta de entrada.

 

- Tiradas (2)

Motivo: Sigilo

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+3)=21

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d20

Dificultad: 19+

Resultado: 15(+1)=16 (Fracaso)

Notas de juego

Su dificultad era -2 porque tú tienes que hablar en voz clara y les bastaba igualarte para representar su ventaja de número. 

No puedes llegar arriba, tenéis bastantes metros de roca entre medias. No vamos a hacer tiradas por cada uno, suponemos que una buena parte de la gente falla sus salvaciones, mas o menos los pensamientos son todos los mismos.

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26/03/2014, 23:08
Rislân del Valle

El anciano abrió los ojos de nuevo tras un breve periodo de meditación. En el tiempo en la celda se habían adaptado más a la oscuridad pero aún así no veía muy bien al resto de sus amigos. Su rostro, si alguien lo pudiese ver con claridad, expresaba disgusto, un desagrado profundo. Su vello se había erizado de pensar lo que pensaban otros.

Miró a Alexandra, o lo que distinguía de ella, casi con compasión, pero nada de eso se transmitió en su voz, que habló de nuevo sosegada y autocontrolada:

— Hay vente almas encerradas aquí, además de las nuestras. Las siento, las escucho. Están atemorizados, preocupados por una culpabilidad de crímenes menores: robos pequeños, escándalos públicos, agresiones, timos y venta ilegal del propio cuerpo. Unas cuantas son mujeres, y eso me hace sopesar cuán peligrosa puede resultar esta ciudad para el sexo opuesto, Alexandra. - hizo una breve pausa - Si todos estamos en peligro, tú lo estás doblemente. La mayoría piensan que seamos o no culpables nos van a colgar de la muralla, mañana. Incluso los guardias piensan eso, sea justo o no. Parece que están acostumbrados a este tipo de cosas.

Esta última afirmación le indignaba, pues ¿cómo podía un Justicia denominarse así con el panorama que ofrecía Puerta de Plata?

— El carcelero es más despreciable aún. Nos desea la muerte, con avidez. Es poco más que un animal ávido de sangre... especialmente la tuya, joven Alexandra. Cuídate de él pues puede ser impredecible. Ah... la muerte. La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto. Por eso me preocupáis vosotros... 

Rislân se sentó de nuevo en el suelo, agotado, aunque sus moretones y golpes se habían evaporado y eran menos visibles. Desde allí, se quedó pensando mientras murmuraba:

— Pero no sé cómo vamos a salir de aquí, sin poder demostrar nuestra inocencia.

 

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27/03/2014, 19:17
Hugh Triond

Sentado en la esquina mientras espera la resolución de su destino, escucha como la puerta vuelve a abrirse para traer la que, como ya había dilucidado del intercambio de vivencias con sus compañeros, sería la última comida que tomarían antes de unirse a los cuerpos que colgaban en las murallas de la ciudad.

Incorporándose, se acerca a una de las bandejas que han dejado frente a los barrotes. Y, mientras empieza a pasar la comida del exterior al interior de su celda... -A decir verdad, dudo que podamos sacar algo de todo esto. No me malinterpretéis, no me estoy dando por vencido. Pero la situación se nos ha tornado completamente en contra y no solo por los barrotes.- Dice terminando de pasar al interior las fresas con nata. -Por mi parte colaboraré en lo que decidáis hacer, pero la idea de los guardas la descartaría. ¿Visteis lo serviciales que eran? Fieles perros apaleados del amo que no creo que nos ayuden.- Cortando un pedazos del pastel de carne. -Si el justicia actúa así con unos inocentes forasteros, no quiero imaginar lo que hará con los subordinados incompetentes.- Calla un rato que aprovecha para masticar mientras sus compañeros muestran sus opiniones y discrepancias.

Además, estamos en mitad de esta fortaleza rodeada de guardas armados y cerraduras.- Señala hacia el techo, donde estima que pudiera estar la habitación de descanso de los guardas. -Por el momento, creo que todos deberíais comer lo que nos han traído. No sabemos que va a sucedernos, ni cuando podremos volver a probar bocado, así que lo mejor será esperar y estar bien alimentados para garantizarnos las fuerzas ante lo que pueda suceder.-

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27/03/2014, 23:03
Director

Había pasado un buena cantidad de tiempo, difícil de calcular en la oscuridad de las mazmorras dónde nada marcaba su transcurrir con precisión, pero el suficiente como para que el cansancio se hubiera acumulado en ellos, incluso para animar a nuevas cabezadas a quienes tuvieran la suficiente presencia de ánimo para ello. Fue entonces cuando un jaleo importante, que parecía provenir de la sala de guardia, llamó la atención de todos.

Se oía una discusión bastante fuerte o, al menos, resultaba bastante fuerte una de las voces que participaba en ella. La otra apenas se oía y aún menos se distinguía lo que decía, pero su tono nasal era inconfundible: el apocado era el carcelero. La otra voz era aguda y chillona, exigente y autoritaria, de mujer y acostumbrada a mandar y ser obedecida. Chillaba con fuerza, casi al borde de la histeria, haciéndose oír a través del ventanuco que permitía observar desde el cuarto de guardia el corredor de las celdas. Parecía, por sus palabras, que llevaba discutiendo un rato y ahora hacía pausas con cada palabra, como remarcando con rintintín su significado.

-"¡He... dicho... que... quiero... entrar! ¡Ahora mismo! ¡¡Ábreme IN-ME-DIA-TA-MEN-TE!!" -

La voz nasal del carcelero dijo algo más, que no se llegó a entender desde tan lejos pero sonaba llorosa. Alguna voz más se oía de fondo pero aún menos clara.

-"¡¡¡YA!!!" - volvió a resonar la aguda y chillona voz de la mujer. Unos segundos después el sonido de la puerta al volver a abrirse y la luminosidad de los faroles llamó la atención de todos los presentes hacia el fondo del pasillo. Una nueva comitiva desfiló por los pasillos de la prisión, de nuevo hasta las celdas del fondo. 

Esta vez el carcelero no sólo traía media docena de soldados del Conde, sino que otros cuatro con un símbolo heráldico que representaba un corazón festoneado de una flor de lis. Estos escoltaban a una mujer pelirroja, vestida con una traje de terciopelo blanco y verde, ribeteado de armiño, una capa de raso y satén rojo sangre con bordes de oro bordada en hilo de oro y plata y suficiente joyería para comprar uno de los espléndidos palacios del distrito de mármol de la ciudad. Llevaba el pelo recogido en un complicado peinado que recordaba dos ensaimadas. Tenía el porte orgullo y altivo de quien se sabe por encima del resto y está acostumbrado a ser obedecido, así como la gracia de quien ha estudiado cómo debe estar en cada momento y la belleza de quien ha recibido cuidados toda la vida.

La mujer se acercó a sus celdas, estirada y con el mentón en alto. Se dirigió a ellos, ignorando las carreras apresuradas que siguieron por el pasillo cuando el Justicia llegó un minuto después que ella.

 

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27/03/2014, 23:40
Futura Duquesa Delacoure du Lis

-"Soy Margueritte Dominique Joanne Delacour du Lis." - aunque ninguno era un gran experto en heráldica ni en temas parecidos, no hacía falta mucho para saber que, si eso era cierto - y las ropas eran un punto a favor - estaban ante la mismísima hija del Duque, señor supremo de aquellas tierras y uno de los hombres más poderosos del continente.

-"Tengo entendido que habéis sido acusados de crímenes imperdonables. Parece ser que habéis sido sentenciados a muerte por el señor local. Aunque, ciertamente, el derecho tradicional asiste a un señor a aplicar la justicia a su criterio en sus tierras..." - hizo una pausa para mirar al Justicia que acababa de llegar y la miraba con una furia que parecía iluminar de rojo sus ojos, aunque tal vez sólo fuera un efecto de la luz del fuego - "he convencido a mi padre, en los últimos tiempos, de que deberíamos hacer un sistema legal más justo. Basado en juicios, con defensores para los acusados y acusadores para... bueno, para los que acusen, que presenten pruebas y testigos en un entorno que no admita la mentira ante un juez neutral y sabio. Así que, yo seré vuestra abogada en el juicio de mañana. Nada de ejecuciones rápidas hasta que haya un juicio justo. Ya ha habido muchas de esas, por lo que he oído."

 

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27/03/2014, 23:48
Justicia Puerta de Plata

-"¿Y de dónde vais a sacar un juez neutral y justo en tan poco tiempo?, mi señora. Porque de lo contrario tendrá que ser mi señor padre." - preguntó con voz cargada de veneno y una mirada feroz de odio puro el hijo del Conde.

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27/03/2014, 23:50
Futura Duquesa Delacoure du Lis

-"Todo éste sistema que pretendo implantar, no es sólo idea mía. Por suerte estoy fuertemente respaldada en él por mi buen amigo El Justicar, elegido de San Cuthberth, paladín de la ley y de la justicia. El cual, por suerte, estaba muy cerca de aquí y acudirá a mi llamada a tiempo. Perded cuidado con ello, mi buen señor." - la chica tenía una sonrisa arrogante y había levantado tanto la nariz para decir aquello que, seguramente, no era capaz de ver cómo la cara del Justicia pasaba por abanico de colores desde su rosado natural al púrpura pasando por el blanco y el rojo entre medias.

Cuando la duquesa añadió:

-"Ahora me gustaría hablar a solas con mis defendidos, si vos y vuestros hombres sois tan amables..."

El Justicia sólo pudo retirarse con un bufido de rabia y alejarse mascullando mientras hacía gestos para que sus soldados le siguieran dejando solos en el pasillo a los cuadro guardias ducales y la mujer.

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28/03/2014, 11:18
Alexandra

Alex se había quedado mirando a Rislan (a la silueta de Rislan) con cara de no entender de qué iba todo aquello.

Pero bueno, ¿se puede saber qué tiene mi sangre de particular? Ni que fuese un unicornio—se encogió de hombros—. Estoy tan en peligro como todo el mundo, y desde luego estoy mucho menos en peligro que una delicada princesa arrancada de su hogar. Cosa que, os recuerdo, no soy.

Pero entonces llegó gente nueva y lamentó profundamente que el Justicia no se hubiese quedado un poco más, a su puño derecho le habría gustado hacerle un par de preguntas. Lástima. Pero de todos modos, no habría sido algo sensato así que se consoló pensando en eso.

Señora. Su padre debe de ser la primera persona sensata de la que he oído hablar en todo el día—dijo extendiendo las manos en ademán explicativo cuando era evidente que la mujer quería saber qué había pasado (pero sin ánimo alguno de repetir aquél nombre más largo que la lista de méritos de guerra de Tempus)—. Acabamos de llegar a la ciudad y lo primero con lo que nos hemos encontrado es con el Justicia y dos docenas de soldados saltándonos encima a voz en grito, llamándonos asesinos, quitándonos nuestras cosas, apaleando a nuestro compañero clérigo sin comerlo ni beberlo y encerrándonos aquí. No nos hemos resistido y hemos cooperado porque no somos criminales, ni asesinos. Y aún así no han tenido ni el detalle de decirnos de qué santas narices SE SUPONE que se nos acusa.

Dejó caer las manos. En realidad lo sabía perfectamente: no había una sola prueba pero el Conde decía "blanco" y tenía que ser "blanco".

No soy una experta en política pero hasta un idiota integral sería capaz de ver que encerrar y ejecutar a la gente a boleo no arregla nada. Es más, va a terminar explotando en una oleada de malestar y odio de mil pares de demonios por toda la ciudad—añadió—. Nosotros hemos venido a ayudar, es decir, SI NOS DEJAN ayudar. Se supone que los aventureros estamos para ese tipo de cosas. Encerrarnos y tratar de matarnos es estúpidamente contraproducente.

Suspiró en plan "al fin se lo hemos podido decir a alguien" y se dejó caer la espalda contra la pared, aunque permaneció de pie.

Y eso es lo que ha pasado. Básicamente—resopló cruzándose de brazos. Luego hizo una pequeña pausa y de pronto esbozó una anecdótica sonrisa de oreja a oreja—. Oh, por cierto. Un placer conocerla.

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29/03/2014, 02:26
Aiden Stendahl

Aquel giro de los acontecimientos le cogió por sorpresa. No esperaba ya que nada en la ciudad se pusiera de su lado, y de pronto parte de la nobleza acudía al rescate con toda la pompa y el alboroto de rigor. No era lo que esperaba, pero no estaba mal, no se trataba de una oportunidad que pudiesen rechazar. 

-Mi exaltada compañera lo ha resumido bastante bien - continuó tras el discurso de Alex - apenas llevábamos un par de horas en la ciudad cuando todos fuimos apresados. Multitud de testigos pueden colocarnos ayer por la noche en la posada que hay a alrededor de una hora de aquí, y estoy seguro de que en el registro de la puerta recordarán a nuestro grupo de esta mañana... No somos ladrones, ni asesinos... ni lo que se supone que nos hayan acusado de ser... que aun nadie nos ha comunicado... - reiteró las palabras de Alex - Ni siquiera eramos un grupo como tal hasta la noche de ayer. Solo viajeros a los que el trágico devenir del destino ha unido... 

Se pegó a los barrotes para que la futura Duquesa pudiese verle bien. 

-Mi nombre es Aiden Stendahl, guardián del templo de Pelor en la ciudad de Velkoměsta - intentó darle cierta solemnidad a sus palabras - Estoy aquí buscando a Gina Caro sacerdotisa del templo, que desapareció durante su visita a esta ciudad, y... - no pudo evitar que su voz se rompiese al llegar a esta parte - y a quien amo... No he venido aquí a causar mal, sino todo lo contrario, a ayudar a enmendar uno que parece extendido en este lugar... - señala entonces a sus compañeros - Todos nosotros, sin excepción, hemos perdido a seres queridos en esta ciudad... 

Agachó la mirada durante un momento.

-Es cierto que las circunstancias de nuestro arresto no son iguales para todos... algunos nos hemos visto envueltos en escaramuzas... o peleas con las autoridades - desvió su mirada hacia Rislan - Pero en todos los casos ha sido en defensa propia y nunca con intención de dañar... Se que solo son palabras, pero cualquiera con capacidad de ver la verdad podrá corroborarlo. 

Miró entonces a los ojos a la señora Delacour. 

-Mi señora, lo que aquí ha ocurrido es un error. Nosotros no somos sus enemigos, y le aseguro que cualesquiera que sean los crímenes de los que se nos acusan, somos inocentes. 

- Tiradas (1)

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+5)=14

Notas de juego

Estos dados no me dan alegrías nunca... al menos no ha sido una tirada horrible. 

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31/03/2014, 10:36
Gogri Grimhammer

Gogri sabía en qué peleas debía pelear y en cuáles dejar la cosa a otros más diestros en las armas de la palabra. Indeciso sobre si acercarse y mostrarse o permanecer en la sombra, eligió lo primero. Discretamente, se acercó a los barrotes y procuró adecentar su bigote, colocando las puntas hacia arriba con ayuda de un poco de barro. Hizo un amago de sonrisa, pero le salió tan temblorosa que tuvo que dejarla. Estaba claro que no entendía los detalles de la diplomacia. Entre los enanos había muy pocos que dedicaban su vida al difícil artesanado del trato con los no enanos. Los humanos ya eran complejos, vistiéndose con lo que ellos llamaban galas para hablar unos con otros, todo lo contrario de lo que hacía un enano, que vestía todo lo sencillo que podía para mostrar que tenía honor, pero no armas a mano, para hablar con un contrario en confianza.

Los elfos ya eran demasiado complejos para nadie. No había forma de averiguar ninguna intención en sus rostros marmóreos, y tendían a poner nerviosos con ello al enano normal, mucho más acostumbrado al aspaviento y a la expresividad.

La quietud a la que se obligó Gogri se le antojó intolerable y su cuerpo se resistía cada vez más. Al final, se alegró de no llamar la atención merced a la participación de los otros. Se apartó lentamente de los barrotes y se sentó, resoplando como si acabara de correr mucho rato. Estaba sudando y sus manos temblaban tanto como lo había hecho su artificial sonrisa.

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03/04/2014, 13:38
Hank Daggerfell

Me levanto despacio y dedico a la noble una mirada cansada.- Como bien indican mis compañeros, no hemos hecho nada malo, y menos aún que merezca una sentencia de muerte. Nosotros sólo queremos ayudar...- Muestro ahora a la duquesa una media sonrisa.- Ya que de momento sois la única que dá un sentido a todo esto, os lo agradezco profundamente. Disponed como gustéis...