Partida Rol por web

Malon, siempre práctico, registra los bolsillos de los caídos en busca de objetos de interés. Centra su atención en algún papel u objeto que pudieran llevar los goblins y que justificara el ataque de los draconianos.

Malon rapiña en los cuerpos de los goblins primero y del draconiano caído después, apilando los objetos de valor sobre uno de los cuerpos. Cuando termina, además de un bolsa repleta de monedas de acero (que por las manchas de sangre verde y viscosa parece el motivo de la batalla) y cobre, ha recogido una piedra transparente y circular que podría usar a modo de lupa si no fuese por la distorsión que se produce al mirar por ella (no como aquella que recuerda haber visto la última vez que ordenó sus posesiones), un par de gemas violáceas que llaman su atención y un par de anillos dorados. Eso sin contar, claro está, lo que haya caído accidentalmente en sus saquillos durante el registro.

¿Alguno de vosotros entiende qué estaba pasando aquí?, pregunta Selt. No sé, igual si miramos por los alrededores... Tras lo cual, comienza a echar un vistazo para cerciorarse de que no habrá más sorpresas.

Algo alejado del camino, Selt encuentra una fogata ya apagada pero reciente y varios troncos de árboles listos para ser transportados y que no llevan ahí mucho tiempo (no tienen vegetación). Al parecer, alguien iba a bloquear o había estado bloqueando el camino pero las lluvias recientes habían dificultado su tarea: a decir verdad, no habéis visto mercader alguno en el camino lo que no es normal por esta zona, incluso durante temporadas lluviosas como ésta.

Veamos, entona Malon cual Grissom de pacotilla: yo creo que los goblins tenían aquí montado un lucrativo negocio de asaltar a los transeúntes (para eso los troncos), y de ahí la interesante cantidad de monedas de acero que llevaban acumulada. Pero tanta riqueza resultó en su perdición, puesto que despertó la codicia de los draconianos, que decidieron confiscar sus mal adquiridas ganancias.

Mientras todos se afana como cucarachas por el campamento de los goblins yo me paro a repasar el enfrentameinto y la sensacion de impotencia sentida al ver que mis sortilegios eran poco mas que inservibles, estoy a pujnto de comentar algo cuando reparo el las faccines de freya en als que aun se puede ver los efecto del lapo acido y una vena de preocupacion me recorre. me acercohasta ella y halbnadole en elfico le pregunto. Te encuestras Bien Freya? , puedo hacer algo para aliviarte un poco , eso debe de doler horrores.

Freya niega...

No es el dolor físico lo peor... Hace un gesto señalando a Selt. Usa tus habilidades en él... le hacen más falta que a mí. Estoy bien, Silva. Se levanta del suelo y se fuerza a ser la Freya de siempre. De verdad... no te preocupes. Sonríe.

Sí, Malon. Lo que dices tiene sentido. No sé, no veo que podamos hacer nada más. ¿Reanudamos la marcha?

Creo que seria mas sensato para vosotros que buscaramos un lugar apartado y agradable en el que descansar , al menos lo que resta del dia. digo mientras me acerco a sel y tratando de no tocarle observo sus heridas a ver si con mi habilidad de sanar puedo hacer algo

Por cierto, pregunta Malon, ¿alguien ha visto a Kirir?

A decir verdad, Kirir había desaparecido en cuanto el grupo, con Selt a la cabeza, se lanzó al ataque. Debió ver algo de interés, o demasiado miedo al ver a los draconianos pues se escabulló entre los arbustos a las primeras de cambio, alejándose del grupo y, seguramente, seguirá escondido tras las matas del lado opuesto del sendero.

Minutos más tarde, aunque nadie le había avisado Kirir aparece junto a sus compañeros con las ya de por sí harapientas ropas enredadas con hojas y espinas:
- Bueno qué, ¿nos ponemos en marcha hasta el anochecer o queréis descansar? Preveo que va a llover, así que mejor no avanzar de noche... aprovechemos estas horas de luz que restan.

Freya se pone en pie...

Sí, sí... vamos... Se pone la capucha para ocultar las heridas del ácido del draconiano a la vista de los demás. Parece algo impactada aún...

Malon, un avez aplacada su sed de conocimiento... de lo que llevaban los goblins en sus bolsillos, se levanta y asiente con la cabeza.

Vamos, aquí ya no tenemos nada que hacer, dice con su animosa voz habitual.

El grupo, encabezado con Malon y seguido muy de cerca con Selt avanza apenas un par de horas demasiado cansado del viaje y de la lucha como para forzar la marcha. Inexplicablemente, como el día anterior, después de un día soleado, con la salida de las lunas el cielo se ha encapotado y amenaza tormenta. Las botas os pesarán más (aún) mañana por el barro del camino.

El viento del mar del oeste zaranda vuestras ropas mientras os acomodáis en bajo un pequeño techado de piedra natural, algo frío pero al menos en la cara opuesta de donde viene el viento. Es difícil encontrar algo mejor en las vastas llanuras solámnicas así que la elección del kender como lugar donde acampar parece acertada.

Cunado llegamos al claro me pongo en silencio a montar el campamento mientras insisto que los heridos descansen , no es bueno ni siquiera que hayan andado todo lo que andamos despues del enfrentamiento. Una vez que despejamos la zona y montamos el refugio me carco los demas . Que tal va todo , estan bien? , digo mas que nada para Freya ,pero haciendo un esfuerzo para que parezca que me preocupo tambien por selt , aunque se me nota un poco reacia al contacto con el humano.

Freya agradece el descanso ofrecido mientras Silva se encarga de lo demás...

Sí, sí... estoy bien... ¿Vosotros? Sonríe dulcemente, ahora mirando a Malon y a Selt.