Partida Rol por web

No había demasiada luz en el interior del camarote, pero la lanza era grande y brillante. Elrohir la extrajo de entre un montón de fragmentos de cerámina, restos de varias ánforas que se habían roto con el impacto, y volvió con ella a la cubierta.

Sus compañeros estaba cerca, faltaba poco.

Triss ya veía muy cerca el barco, estaban a punto de conseguir llegar. Siguió remando con fuerza en esa dirección.

Triss remaba con avidez, temiendo la siguiente acometida del monstruo. Quizá fueran los nervios o quizá el frío en las manos, pero el tablón que usaba para remar se le escapó de entre los dedos y flotó lejos de la improvisada balsa.

Rolo empezó a remar por ambos lados para mantener la dirección de la balsa

Rolo redobló sus esfuerzos y la balsa finalmente chocó contra el casco del Regalo, aún elevado sobre los restos del naufragio. Sus dedos encontraron un asidero en los moluscos adheridos al resbaladizo casco y rápidamente se giró para agarrar la mano de Triss y ayudarla a subir a la cubierta. Al volverse hacia ella contempló con horror cómo las cadavericas manos rompían la superficie del agua con violencia, arrojándose contra Triss a gran velocidad, impulsadas por la poderosa cola del monstruo. 

Con el cuerpo en tensión por la presencia del monstruo, cuando Triss miró hacia atrás para ver cómo de cerca estaba, vió como el bicho avanzaba rápidamente y se abalanzaba sobre ella.

La luna iluminaba claramente la noche, así que al ver las manos cadavéricas acercarse, cogió el remo que había soltado Rolo y usándolo como bate, las propinó un buen golpe.

Eolrohir le acercó la lanza a Rolo, que aun se encontraba por fuera del casco.

Después, miró por la cubierta a ver si encontraba alguna lámpara de aceite aun prendida.
Quizá podría lanzársela a aquel horripilante monstruo para asustarle

Elrohir miró a su alrededor. Antes del impacto había tres lamparas de aceite en la cubierta, una en la popa, otra en la proa y una tercera colgando del mástil de una cadenita de metal. Las lámparas de la proa y del mástil seguían encendidas, la de la popa había sufrido el impacto de algún objeto y, probablemente, había caido al mar.

El pequeño hombre corrió hacia la más cercana, situada en el mástil, y empezó a desengancharla de su cadena. Tenía los ojos centrados en el trabajo, pero su visión periférica captó algo de movimiento en la banda opuesta a la que estaban sus amigos. Enfocó los ojos hacia allí y observó un par de negras patas afiladas trepando a la cubierta. Ese par de patas pronto fue seguido por otros cuatro pares de apéndices negros y afilados. Sobre ellos, un cuerpo de unos tres metros de longitud, parecido al de una enorme langosta agitaba una serie de antenas y mandíbulas en su dirección. En la punta de una de las antenas se encontraban los restos de una cabeza humana que abría y cerraba unas mandíbulas casi totalmente descompuestas.

-Rolo introdujo la lanza entre sus ropas, separó sus pies y se agachó ligeramente para mantener la mayor estabilidad posible, entrecruzó sus manos por debajo de su cintura e hizo un gesto a Triss con la cabeza. +¡RÁPIDO! -Gritó.

-Triss dió rápidamente las dos zancadas que le separaban de Rolo manteniendo el equilibrio, y de un pequeño salto apoyó su pie derecho en las enormes manos del hoplita, que lo abarcaron por completo. Cuando notó que ella se impulsaba, Rolo la lanzó con todas sus fuerzas hacia la cubierta.

Triss aprovechó el impulso de Rolo y alcanzó la cubierta con seguridad. Al subir vio al segundo monstruo agitar sus asquerosas patas.

La balsa se agitó tras el impulso del hoplita, pero gracias a su entrenamiento como atleta consiguió mantener el equilibrio. 

El mar volvió a agitarse bajo Rolo y la superficie volvió a estallar, las cadavericas manos surgieron entre la espuma intentando hundirle entre las olas.

Mientras tanto, en la cubierta del Regalo el segundo monstruo agitó sus antenas y se lanzó hacia Elrohir, usando su primer par de patas para intentar agarrarlo. 

Rolo dió una zancada hacia el casco del Regalo y, en el momento en el que el oleaje elevaba la balsa, saltó hacia el Regalo aprovechando el pequeño impulso. Utilizando ambas manos agarró la lanza con fuerza por encima de la cabeza y undió gran parte de la punta en el caso, manteniendo el filo en posición casi horizontal.

Inmendiatamente después de chocar de lleno contra el barco, dejando escapar un quejido ahogado y sin prestar atención siquiera al golpe que acababa de darse, subió a pulso hasta poner un pie en la parte de la lanza más cercana al caso, reduciendo las posibilidades de que se partiese, y saltó hasta la cubierta que había quedado a algo menos de dos metros de la lanza.

Elrohir estaba atónito ante semejante bestia.

De lejos imponía, pero tenerla tan cerca era sobrecogedor.

Sin dar tregua, lanzó dos de sus patas hacia Elrohir para agarrarlo.

En el último momento Elrohir se agachó y las patas del monstruo pasaron sobre su cabeza. Ahora que las tenía cerca podía ver que estaban cubiertas de infinidad de pequeñas protuberancias punzantes, probablemente diseñadas para no dejar escapar a las presas. Afortunadamente, esta vez no habían acertado su objetivo.

El monstruo parecía alguna suerte de crustaceo. Aparte de su macabro adorno, estaba cubierto de una serie de placas entrelazadas que parecían bastante sólidos, aunque dejaba espacios libres para permitir el movimiento de la criatura.

Ahora que tenia al monstruo más cerca, Elrohir lanzó la lampara de aceite directamente contra la cabeza.

[Uso proeza]

Un vistazo rápido permitió a Elrohir comprobar que el caparazón del monstruo sería dificil de dañar por la fuerza, desafortunadamente para la criatura la mente brillante de su contrincante era capaz de abrir brechas que el más fuerte de los músculos no lo permitiría. Elrohir arrojó la lámpara con precisión y consiguió encajarla boca abajo entre las dos antenas principales del monstruoso crustaceo. El aceite empezó a derramarse sobre la criatura, prendiénola en llamas según la cubría mientras esta se agitaba e intentaba quitarse el fuego de encima con sus patas delanteras.