¿Tenias algo de valor en el pajar? - preguntó Olindica.
- ¿De valor? Bueno, había paja claro - respondió el hombre arqueando una ceja, sorprendido por la pregunta - Para mi es muy valiosa para dar de comer a mis animales, pero supongo que no se refiere a eso, así que no, no había nada de valor. Y ahora si no les importa tenemos que seguir trabajando.
- Y nosotros tenemos que ponernos en marcha o se nos hará de noche. Vamos, vuelvan al carro, no hay tiempo que perder. - añadió Lykaios.
Aquí no hay mucho más que rascar. Os ha dicho que el muchacho sólo dice lo mismo una y otra vez, así que os desaconsejo volver a Corinto para ese tema. Aún podéis comentar algo si queréis, pero si nadie dice nada en las próximas horas avanzo la historia.