Partida Rol por web

Alzo una ceja irónica al escuchar la respuesta de Gabriel. - Me alegra saberlo - contesto divertida.

Sin más demora me pongo a deshacer mi maleta, ocupando parte de uno de los armarios. - Ocuparé menos de la mitad, así que os dejaré espacio para lo que vosotros necesitéis - comento sin destinatario concreto. No soy una persona especialmente coqueta y eso quedaba más que claro al ver mi equipaje. Cuando termino me vuelvo hacia mis nuevos compañeros de habitación. - Sobre la distribución - continuó dirigiéndome a Jessica - siempre podemos 'jugar' a la rotación. Esta noche el placer de tener cama para uno es tuyo - le digo guiñándole un ojo divertida - Ya me encargaré yo de aguantar a la estufa humana.  - concluyo divertida dándole unos golpecitos en el brazo al pasar por su lado en mi camino hacia la cama. Al llegar, me tiro sobre ella cansada. Visto que Gabriel y Jessica se lo están tomando con tanta filosofía, lo mínimo que puedo hacer es ponerme cómoda.

- La verdad, es que tiene narices que en un castillo tan grande nos tengan aquí hacinados - mormosteo mientras obsevo con detenimiento la habitación.

-Por fin un poco de descanso!-Digo dejándome caer en la cama y perdiendo todos los modales que había tenido que mantener delante de Gawain. Contemplo el techo de la habitación pensando en lo que iba a hacer a continuación. Sería mejor entablar amistad con Crono, parecía un buen chico y en la chica parecía haberse asustado un poco.-Vaya cenita nos han dado, eh? Por un momento creí que me iba a quedar sin poder visitar el castillo. Por cierto, todo bien? Si necesitas algo pídemelo y no te preocupes, si sientes la necesidad de irte o surge alguna urgencia puedo llevarte en mi motocicleta. No es gran cosa, pero mejor que nada.

No me gustaría tener que hacerlo, pero aún menos obligar a Crono a quedarse en contra de su voluntad. Me caía bien el chaval. No entendía muy bien porqué Gawain no le había respondido a Crono cuando éste le preguntó por lo que hacer en caso de emergencia y le había dicho que tenía un buen compañero de cuarto... Me sentía responsable de él, aunque la verdad aceptaba encantado la carga. Me preocupo mucho por la gente.

Cojo la cámara y me pongo a sacar varias fotos mientras espero que responda Crono. Saco una panorámica de la habitación, una donde se ven los sillones y la chimenea, otra al armario con grabados y una última a la ventana. Es una pena que haga tan malo y no se vean las vistas. Tengo que darme una ducha, pero antes...

-Sonríe!-Le digo a Crono, pero sin darle tiempo a reaccionar antes de apretar el botón de la cámara.-Perfecto, jaja, al menos tendrás tu recuerdo de esta aventura!

Por lo que veía no parecía Jennyfer la típica chica loca que dio entender en la cena. Se le veía una chica agradable al igual que Gabriel. Se convirtió en un habiente muy agradable con un poco de sonrisas, pero parecía que nos íbamos a llevar bien durante los días que permaneciéramos bien. Una vez decido con quien se compartía cama. Le dije a Jennyfer -Pues perfecto sobre la rotación así, no siempre repite con la misma persona. Y le dije con un tono de ironía a Jennyfer sobre el calor humana mirando a Gabriel. -Y espero que no se a chichare en la cama si no siempre podrá quitarle un poco se sabanas mientras que Gabriel duerme.

Cogí mi maleta y me fui a la otra cama, saque mi equipaje, me quede mirando y parecía como si fuera la única que se había traído ropa para un mes o una semana, pero solo saque la ropa lo justos para estos días, ya que el armario era compartido por tres personas. Lo demás lo deje guardo en la maleta.  Me puse cómoda y me quite el calzado y me quede descalza, estaba un poca cansada con todo el día de pie y con los tacones. -Qué alivio, sin tacones. Me senté en la cama me cogí un pie y me hice un pequeño masaje para tenerlo más calmado y relajado, y con el otro hice lo mismo. Y mientras observaba la habitación. Ay que ver que escases de habitaciones tan grande que es el castillos y tiene pocas habitaciones.
 

¡¿Qué es ese ruido?!

Cuando Irina ha tocado el armario cerrado algo parece haberse movido en el interior provocando un ruido que ambas habéis escuchado perfectamente.

La cama que has elegido para tirarte es bastante mullida aunque los muelles suenan en un principio y da la sensación de que amenazan con romperse. No obstante, nada ocurre y sería la cama más cómoda del mundo de no ser por algo que se te clava levemente cerca de los riñones.

El armario al que Nick ha sacado una foto tiene unos grabados bien definidos dentro de la madera e incluso, en relieve, una especie de representación de un torneo entre caballeros. Solo hay dos escenas: la primera de ella es la del duelo entre dos caballeros con armadura ante su público y la segunda, en la puerta de la derecha, el ganador proclamándose vencedor. Nada extraño al parecer.

Retrocedo un par de pasos hacia atrás. "¿Ha sido cosa de mi imaginación o ahí adentro parece haber algo?", pienso dudando de ello. Echo una mirada a Abie, esperando a ver si ella también lo ha escuchado mientras le señalo el armario. No es que me haya dado un infarto, pero desde luego es algo que no me esperaba en absoluto.

"Por favor... seguro que es una de esas enormes ratas de campo o un gato o algún bichejo así..." pienso tranquilamente mientras me vuelvo a acercar al armario, posando mis manos sobre el/los pomo/s de la/s puerta/s. Tras eso, abro lentamente una de las puertas*, tratando de echar un vistazo al interior.

Lentamente...

- ¡Nooooooooooooooooooooooo! - las fotos volaron por los aires cuando Abie se levantó de un salto y empujó la puerta del armario para mantenerla cerrada -. No abras eso - dijo marcando bien cada sílaba de forma algo agitada -. Mira, sé que cuesta de creer pero es posible que en este castillo haya presencias y estas pueden ser malvadas o buenas, el caso es que aún no lo sé. Pero - añadió antes de que Irina pudiera interrumpirla, hablando precipitadamente -, en el caso de que no creas en esas cosas, bueno, aquí dentro puede haber cualquier cosa, ¿no? Desde unas cajas que se han caído a murciélagos que transmiten infinidad de enfermedades o inclusive ratas. Vamos, el lugar está un poco dejado, seguro que pueden haberse colado de alguna forma en el armario.

Ciertamente, Abie no era asustadiza pero por un momento se había imaginado a las típicas mujeres de las películas japonesas de terror, blancas y con un cerco negro alrededor de los ojos... Y la idea no le entusiasmaba nada. Ella no había ido ahí preparada para "luchar", simplemente tenía que discernir si había o no fantasmas, a qué era debido y si se irían por las buenas o por las malas.

Mi sonrisa se amplió un poco al ver que no tendría que dormir en el suelo y me dirigí hacia los armarios para sacar mi ropa y colocarla en el armario. Tras esto, saqué mi neceser para dejarlo a los pies del armario junto a mi maleta para tenerlo a mano y me senté en la cama descansando un poco. -Necesito un trago. -sentencié. Las cosas habían empezado de una forma bastante extraña y de corazón esperaba que todo se tranquilizase. Así no hay manera de quitarme el estrés de encima.

-Lo que no entiendo es cómo no han reformado, o al menos humanizado, las habitaciones. -comenté a mis compañeras de habitación. -Cuando me trasladé al castillo familiar hice reformas para que mis invitados pudieran disfrutar de la experiencia de estar en un castillo medieval pero sin perder el confort de los avances tecnológicos.

Crono se relajó un poco nada más entrar en la habitación. La verdad es que Nick era el chico que mejor le había caído de los que había conocido allí, aunque la verdad sea dicha, no había tenido mucho tiempo de ver cómo era cada uno. Sólo era la primera impresión, mas dicha primera impresión es muy importante.

Nick se tiró en la cama, y Crono se tranquilizó de pronto. El tono amable con el que le hablaba bajaron todas las defensas del chaval y le permitieron sonreir sinceramente por segunda vez en la visita, primera dentro del castillo.

-No te preocupes, no quiero molestar. Pero si es una urgencia no dudes que pediré ayuda ¿eh?- el tono era mucho más relajado, e incluso podía leerse un ligero tinte bromista.

Cuando Nick sacó la cámara de fotos, el chico empezó a desempaquetar, sacando, cómo no, primero su portátil.-No es que quiera mirar nada, pero por alguna razón me tranquiliza tenerlo a man...-la foto de Nick le pilló por sorpresa, y sólo pudo esbozar una ridícula sonrisa. Seguro que saldría fatal en la imagen. Pero no le importaba, había sido un gesto directo de camaradería, y el ánimo de Crono realmente lo agradecía.

-Luego quiero una copia de todas las fotos que tengas... ¿podrías descargalas en mi ordenador? Voy a mirar si tenemos cobertura de internet, estaría genial enviarle estas fotos a mis padres...

Mientras el ordenador se encendía, buscó en su bolsillo su reloj de oro y lo dejó a su lado, sobre la mesa. Eso SI que le tranquilizaba. Ver el movimiento de las manecillas, y el constante sonido del tic tac, algo que a cualquiera le volvería loco, a Crono le reconfortaba bastante. Era el sonido del paso del tiempo. El sonido de que todo seguía adelante.

El sonido de que nada raro pasaba...

Me quedo con la mano en el pomo de la puerta, mirando extrañada a Abie, arqueando una ceja tras todo lo que me dice. En primer instante, pienso que es una exagerada. Sé que trabaja en estos temas, pero de ahí a pensar que cada rincón del lugar pueda ser una trampa mortal de algún ser fantasmal... Aunque me paro a pensar en lo extraño de todo desde que llegamos. La mujer en sombra de la ventana del segundo piso. La sombra que vió Nick en la pared. El frío que desprende nuestro anfitrión. Las lombrices inexistentes... ¿Por qué no? Yo creo que tras la muerte hay algo, pero jamás me he llegado a plantear que sea realmente así. Además, ella asegura que vino aquí por trabajo. Y su trabajo es documentar sucesos paranormales. No pierdo nada dándole un voto de confianza.

Miro a Abie de una manera menos inquisidora, para alejarme un paso de la puerta y alzar las manos un momento:

- Está bien, no la abriré. Pero sabes que lo más seguro es que sea una cucaracha o algo así, ¿no? Yo viví de pequeña en una casa en la que las cucarachas eran del tamaño de un ratón... o incluso más grandes. Hacen mucho ruido cuando salen y entran de las paredes -digo en un tono que trata de ser tranquilizador- Pero vayamos por partes, no quiero que pienses que tu trabajo me importa nada y menos. ¿Cómo harías para poder descartar a una de esas presencias que aseguras que hay en este lugar?

- Posiblemente no sea nada - pero hay gente que ha muerto porque sí era algo, pensó, pero se abstuvo mucho de decirlo. Demasiado alarmista, sobretodo porque Irina era la primera en querer marcharse -. ¿Para descartarlo? - se acercó a su bolsa de mano y empezó a sacar cosas -. Veamos, tengo la polaroid para revelar las cosas que los ojos no ven, la cámara de vídeo para lo mismo, con visión nocturna incorporada, las gafas de visión nocturna... - nada de eso servía de mucho. Quizás un sensor de calor le habría servido para sacarlas de dudas pero claro, los fantasmas no desprendían calor con lo cual ni siquiera había pensado en que lo pudiera necesitar -. Supongo que lo único que podemos hacer es abrirlo para saber si es cierto o no - una pequeña arruga de preocupación apareció entre sus ojos - y exponernos al peligro. Ag, vale, vale - cogió la cámara de vídeo y se quedó a un metro de distancia del armario -. Hagamos una cosa. Tú abres, de manera que te quedes detrás de la puerta y yo grabo. Cuentas hasta tres y cierras.

Genial, si hay algo quizás corramos peligro y si no, quedaré como una palurda.

Mi lado periodista está disfrutando de lo lindo. Cuando Abie me plantea el plan de acción sonrío y me vuelvo a acercar a la puerta, sujetando el pomo pero de manera que yo quedo resguardada tras la puerta una vez la abra.

- Recuerda, si el bichito sale corriendo hacia a ti, te recomiendo subirte a la cama antes de que éste trepe por tu pierna... -me da un escalofrío al recordar una situación parecida en casa de mis padres cuando era pequeña. Qué molestos que llegan a ser esos bichejos... - Empiezo a contar -digo tras asegurarme que Abie ya está grabando con su cámara- A la de una... A la de dos... Y a la de... ¡TRES!

Cuando digo "¡TRES!" abro la puerta rápidamente para que Abie pueda grabar al culpable de molestarnos nada más entrar en nuestra habitación, quedando tras la puerta del armario y por lo tanto sin poder ver lo que hay dentro, pero miro a mi compañera desde mi posición para ver su reacción.

- Supongo que no a todo el mundo le importan tanto sus invitados - comento divertida. A decir verdad, la cama no estaba del todo mal. Hago presión hacia abajo para ver su aguante. Si vamos a estar durmiendo dos en ella prefiero que no haya sorpersas. El movimiento provoca que los muelles chirríen de una forma extravagante y peligrosa Vaya plan. 

Vuelvo a tumarme en la cama, esta vez con los brazos bajo la cabeza y las piernas cruzadas. En estas, noto una ligera molestia en al espalda. Pero qué coño... - Me muevo hacia uno de los laterales para poder comprobar qué es lo que se me estaba clavando en los riñones. Al pasar la mano por encima de la cama noto que hay algo allí, aunque no acabo de saber si es parte de la cama o algún objeto. Para salir de dudas empiezo a retirar las sábanas de la cama. - A ver qué sorpersa nos encontramos - les digo a Gabriel y Jessica bromeando para quitarle hierro a lo que estoy haciendo. Estoy harta de tener la sensación de que piensen que estoy como una cabra.

Me levanté de la cama en el momento en el que Jennyfer habló y se puso a levantar las sábanas. -¿Pero es que no vamos a tener un momento de descanso? -pregunté enfadado mientras me acercaba a ella para ver que era lo que la había alertado de aquella manera. Como no sea nada empezaré a preocuparme por la salud mental de esta mujer. Y a poder ser me cambiaré de habitación. Tantos sobresaltos me estaban empezando a tocar mucho la moral y la verdad es que no sabía que pensar al respecto.

Las puertas se abren pero cuando Irina va a cerrarlas rápidamente descubre que algo las atasca. ¿¡Eso es un húmero?!

En efecto. Se trata de huesos que en conjunto forman un esquleto humano al completo cuyas partes están unidas por argollas finas. ¡Es un esqueleto de plástico!

Al parecer a algún invitado anterior a vosotras le dio por traerse el kit de bromas o de investigación... en el armario también hay tres libros de anatomía actuales y dos mecheros.

Quizás el anterior inquilino se los dejó ahí dentro...

Las sábanas quedan al descubierto y pronto el problema de incomodidad que buscaba Jennifer.

¡Son un mosquetón, una caja de cerillas y... eso es una caja de condones!

El anterior inquilino debió de dejarse cosas olvidadas...

-Claro, toma.-Le digo mientras apoyo cuidadosamente la cámara sobre la ama de Crono.-Descárgalas en el ordenador si quieres. Dudo mucho que haya internet en este sitio, pero por intentarlo que no sea.

Mientras Crono enciende el ordenador yo voy sacando la poca ropa que traigo y colocándola en el armario.-Cuántos años tienes Crono?-El comentario que ha hecho sobre sus padres me ha pillado un poco descolocado, yo pensaba que rondaría los 23. Hace tiempo que dejé de informarles sobre lo que hacía o dejaba de hacer. No porque yo no quisiera, a mi me daba igual, sino porque poco a poco dejaron de preguntar, supongo que para darme cierta libertad.

Me gustaría darme una ducha antes de hacer la visita para despejarme y lavarme, ya que no creo que el largo viaje haya hecho mucho bien a mi higiene. me quito la camiseta y cojo una toalla. Me quito las zapatillas y saco las chancletas y el neceser de la maleta.

-Me voy a dar una ducha. Ha sido un viaje muy largo y quiero estar listo para la visita. No tardes en prepararte o Gawain empezará sin ti!-Digo sonriendo a Crono.-Puede que me ponga a curiosear un rato. Tengo curiosidad por ver cómo serán los aseos del castillo, visto lo grande y elegante que es todo me imagino que serán del estilo.-Digo, pensando en voz alta mientras me dirijo a la puerta.-Vienes o te quedas pasando las fotos?

Señalo los objetos encontrados con la mano. - No me extraña que estuviese incómoda - comento riéndome. Los cojo sin mucho cuidado y los dejo sobre una de las mesillas. Después vuelvo a tumbarme. - ¿Dónde ha quedado eso del trago? Daría lo que fuese por una copa...

Sonreí soltando el aire al ver cuáles eran los objetos que habían alertado a la guapa pelirroja y me senté en la cama junto a ella. -Pues menos mal, ya pensaba que íbamos a encontrar el pie de un cadáver o algo así. -bromeé para alegrar el ambiente. -¿Un trago? Si le gusta el auténtico whisky escocés soy su hombre, he traído un par de botellas de mi colección privada. -me incliné sobre mi maleta y de ella extraje una botella de etiqueta dorada (reserva de 25 años) del whisky que producía mi familia. -Espero que le guste, aunque siento decirle que carezco de vasos, tendrá que beber directamente de la botella. -tras romper el precinto de la botella se la ofrecí.