Partida Rol por web

El eco del Diablo

El Infierno Horizontal

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08/04/2016, 14:11
Jérôme Achard

-Llevo tres años diciéndole a este capullo que está como una chota. -dijo mirando a Mats y señalando a Montillet- Me sobran huevos para decirle eso y para decirle que me equivocaba. Y me alegro un huevo.

Resopló.

-¿No lo entiendes tío? Llevo meses sabiéndolo, y no salgo de mi asombro. ¡Y eso es muy fuerte porque implica muchas cosas que nunca había imaginado!  Temía haberme vuelto loco por simpatía. Me cagaba con el siguiente encuentro. Me daba vértigo. Y quería una segunda opinión antes de saltar, la opinión de alguien en quien confío. Y me alegra mucho que pienses así.

¡No me sorprendes una mierda Mats, casi nunca lo haces! ¿Entiendes por qué te he traído a tí cabeza de alcornoque? ¡Porque creo que tu corazón es como una brújula y sé que hablas con él en la mano!

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08/04/2016, 14:51
Mats Bergstrøm

No puedo evitar sonreír, henchido de orgullo, al oír las palabras de Jérôme. Sienta bien que a uno le reconozcan sus virtudes. No es algo que ocurra todos los días.

Pues yo solo he necesitado cinco minutos, chaval. Y no creo que ese sea tiempo suficiente como para volverse loco por simpatía, así que debo de estar loco, a secas. —Río con fuerza. Al menos, estoy soltando la tensión que llevaba acumulando desde que me he quitado la venda de los ojos en el coche—. En serio, Jérôme… Eres un periodista de puta madre, pero pienso que a veces te pasas de racional. La razón está sobrevalorada. Es solo uno de tantos paradigmas que existen para ver la realidad. A mí dame un cuadro que se caiga de la pared, y lo primero que pensaré es, «¡fantasma!». Será porque soy medio noruego, y los noruegos estamos todos majaras. —Miro nuevamente a David Montillet, y añado, con voz grave y misteriosa—: Viking blod*…

Notas de juego

*Viking blod: «Sangre vikinga» en noruego.

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08/04/2016, 16:09
Jérôme Achard

David rió con Mats mientras Jérôme mascullaba fingiendo una exagerada cara de ofendido:

-La racionalidad está sobrevalorada. No tienes ni puta idea del incendio que empieza aquí. Joder.

Y rieron los tres.

-Un puto vikingo. Yo flipo. Anda Monti, contéstale las dudas a Pipp.

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08/04/2016, 16:10
David Montillet

Montillet tenía una risa tímida al principio, pero que le costó frenar.

- Sí, claro que hay más gente en esto. El hombre de las gafas, por ejemplo, es un científico del sueño. Los de los cascos están por el sueldo, pero son de confianza, sobre todo desde que pillamos a un sonámbulo. Hay alguno más, pero prefiero guardármelo para que no tengáis toda la información, por si os descubren y os hacen una visita. Aquí en el bosque estoy relativamente seguro pero vosotros en la ciudad lo tenéis más difícil si descubren que estáis conmigo.

Bebió un sorbo rápidamente para seguir sin soltar la taza.

-¿Qué es un sonámbulo? Sabemos que pueden poseer a alguien en sueños. Creemos que tiene que ser susceptible, estar cansado, deprimido... No les es tan fácil.

 Supe de su existencia cuando preparaba la infraestructura para desaparecer. Almorzando cerca de casa un camarero me apuñaló tres veces. Y de repente, cuando me veía muerto, su cara cambió y dejó caer el cuchillo aterrorizado. Se puso a gritar sin consuelo mientras me miraba incrédulo. Juró que creía que estaba dormido y que no era dueño de sus actos.

Dejó el café en la mesa.

-Tal vez algún día nos podrá ayudar a encontrar a quien nos hizo eso. Desde la cárcel, me temo. Tengo a alguien echándole un ojo, por si se suicida mientras duerme. Normalmente ante ese tipo de comportamientos la gente tiende a despertarse así que supongo y espero que provocar un suicidio les resultará difícil.  

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08/04/2016, 17:40
Mats Bergstrøm

Montillet continúa hablando, y es entonces cuando mi sonrisa, lentamente, se va desvaneciendo de mi cara. Vale, lo que está diciendo ahora sí que roza los límites de la credibilidad. ¿Un hombre lo atacó estando dormido? ¿De forma involuntaria, como si alguien, o algo, lo hubiese poseído?

Espere, espere, un momento… ¿Sonámbulos? ¿Posesión? Eso sí empieza a sonar, digamos, un poco extremo, incluso para mí. ¿No sería más fácil explicarlo como un episodio de sonambulismo combinado, yo qué sé, con un brote psicótico?

En ese preciso instante, me doy cuenta de que he caído en la trampa: lo que acabo de sugerir podría no ser sino otro nombre, formal y socialmente aceptado, para el suceso planteado por Montillet. Ahora es cuando reparo en el porqué de las pruebas que nos han hecho al entrar aquí: querían comprobar si éramos «sonámbulos». Intentaré no dar nada por sentado, y seguir manteniendo una actitud desprejuiciada. Al fin y al cabo, Montillet parece muy seguro de lo que dice, y aporta en todo momento anécdotas y acontecimientos cuya veracidad podríamos comprobar fácilmente. Pero, con todo y con eso, me cuesta aceptar sin más lo que dice.

Discúlpeme. Estamos hablando de algo que se sale del límite de la lógica, y aunque me encanta filosofar y me siento inclinado a creer sus palabras, entienda que mi sobrevalorado lado racional no pueda evitar tener dudas. Después de todo, si este no fuese un caso tan particular, no necesitaría nuestra ayuda, ¿no? —Hago una breve pausa, intentando encarrilar de nuevo mi exposición en una dirección fructífera—. Déjeme hacerle la pregunta de otro modo: ¿han podido comprobar fehacientemente el fenómeno que comenta? Es decir, ¿se puede detectar de algún modo esa… «actividad cerebral ajena», o como queramos llamarlo? Así podríamos hablar de un hecho, extraño en mayor o menor medida, pero un hecho, y no una mera conjetura o una cuestión de fe ciega. Y otra cosa: ¿ha habido más casos? ¿Casos como el del camarero asesino, que hayan podido estudiar?

Joder, esto es tan demencial como fascinante. Mi colega psicólogo fliparía. Desde luego, tendría material para veinte tesis…

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08/04/2016, 19:23
David Montillet

-Si me pregunta si tenemos datos objetivos, contrastables y fiables la respuesta es un no rotundo. Faltan casos para poder hacer un estudio mínimamente serio. Pero tampoco vamos a boleo. Sabemos de la existencia de un patrón medible que surge en el cerebro de los sonámbulos sobre todo en momentos de estrés psíquico. Por eso la última prueba monitorizada: hacemos una pregunta personal que obliga a evocar un recuerdo generalmente de la infancia y un trabajo que requiere habilidad motora y resolución de problemas. Ese protocolo lo inventó el científico que han conocido porque estudió hace ocho años a un sonámbulo durante seis meses. No uno de los que me quieren muerto, un caso "espontáneo" que acabó con su carrera y permitió que yo lo encontrara a él.

Montillet bebió otro sorbo de café y rellenó el de Jérôme, y un poco más el de Mats.

-Según su teoría se puede entender lo que ocurre como que el soñador, y con soñador me refiero a los que controlan el cuerpo del sonámbulo, interfiere eléctricamente el cerebro del sonámbulo. Digamos que genera una especie de interferencia con la que toma el control superando el umbral inhibitorio del movimiento.

Con estratagemas matemáticas como la Transformada de Fourier ha sido capaz de aislar una huella característica del soñador en el electroencefalograma del sonámbulo. Además, cuanto más recursos exige la situación al soñador y más cerca está éste de despertar, más fácil es al análisis. La huella se puede reducir a una función de onda a la que llama Número de Loew y que es único en cada soñador. Tenemos dos huellas soñadores que encontramos en tres sonámbulos detectados. Sólo pudimos despertar a uno con la saturación de tareas después de pruebas de esfuerzo que sirvieron para diseñar las pruebas que habéis pasado en la entrevista. Los otros dos despertaron cuando lo decidieron los soñadores que los controlaban, días después.

 En fin, no quiero extenderme más por ahora, sólo es una forma de detectar un fenómeno físico asociado. No se me ocurre cómo lo hacen. Me vale sobre todo su aplicación práctica. Yo lo veo como una forma de brujería que no aspiro a comprender más que en lo que sea útil para combatirla, la verdad.

Notas de juego

No estoy loco. Este ladrillo es 100 por cien fantasía sin nada de fundamento.

:P

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08/04/2016, 21:33
Mats Bergstrøm

Sigo escuchando con atención la explicación de Montillet. A medida que va hablando, me veo en un dilema. Por una parte, mi yo adulto y racional quiere reprenderme por considerar siquiera la posibilidad de que las divagaciones pseudocientíficas del periodista sean ciertas. O sea, ¿«soñadores» que controlan la mente de los durmientes y los obligan a actuar contra su voluntad? No obstante, por otro lado, ¿qué diferencia hay entre este sinsentido y la tesis de mi amigo? Si su trabajo no hubiese sido avalado por científicos sesudos y respetables, probablemente pensaría que no era más que diarrea mental. Quizá no estemos más que ante un fenómeno igualmente natural, pero inexplorado hasta el momento. Además, siempre he creído que el ser humano solo es consciente de un porcentaje mínimo de todo lo que sucede a su alrededor.

Montillet continúa arrojando datos plausibles, nombres de teoremas científicos y demás que no hacen sino dar un hálito de solidez y credibilidad a su exposición. Y eso me hace sentirme repentinamente preocupado. Porque, si existe una posibilidad de que sus palabras sean ciertas… ¿A qué nos enfrentamos? Si esas cosas pueden ocurrir en nuestra realidad, ¿qué no es posible? De repente, me asalta la inquietud. ¿Y si fenómenos que para mí son relativamente normales, como la RSMA, los sueños lúcidos o la parálisis del sueño, tuviesen explicaciones más oscuras, menos empíricas que lo que los científicos quieren hacernos creer?

Señor Montillet, creo que es irrelevante si lo llamamos parafísica, hipnosis, posesión mental o brujería. A estas alturas, es solo una cuestión semántica. Y… Dios, nunca creí que diría esto, pero lo compro. Hasta la última palabra. —Miro a Jérôme con expresión decidida—. Ya solo nos queda… En fin, decidir un plan de actuación, que por supuesto pasará por recabar toda la información que podamos. Pero volvamos a la cuestión de su hija, si no se le hace difícil hablar de ello. —Me aclaro la garganta, y bebo un pequeño sorbo de café que hasta ahora he dejado enfriarse sobre la mesa—. ¿Cree que, si la viese, la reconocería? ¿Le ha quedado grabado algún detalle suyo, por nimio que sea? El timbre de su voz, el olor de su champú… Cualquier cosa.

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08/04/2016, 22:58
David Montillet

-Es una niña, no muy pequeña. Yo diría que entre los diez y los quince. Le gusta la música, creo que mucho, no será una niña que le guste algo a medias. De la canción que tocábamos juntos “Un día de verano”  deduzco que le entusiasmó la película "el Viaje de Chihiro". Creo que es lista, resuelta y que le gusta airear los trapos sucios, pero eso es porque es hija mía.

Sonrió con la broma, pero tenía un nudo en la garganta.

-Su edad no me encaja con ninguna de mis exmujeres. O sería una adulta o sería un bebé. He tenido muchas relaciones y después de mucho pensar creo que me hice cargo de ella porque la madre no la quería o algo por el estilo.

Tengo la sensación de que me he ocupado de la niña solo y que desde pequeña la he educado para que sea muy autónoma. Supongo que tendrá los ojos marrones, pero puede tenerlos azules. Mi madre los tenía azules. Es muy posible que sea alta.

Se encogió de hombros.

Creo que no sé más.

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08/04/2016, 23:58
Mats Bergstrøm

Espiro lentamente por la nariz, hundiéndome en mi silla. La verdad es que contamos con muy poca información, y ahora mismo no se me ocurre ni por dónde empezar. Pero ya hablaré de eso con Jérôme más tarde, cuando nos hayamos marchado.

Sin duda. Seguro que es una chica muy lista. No conozco a ningún pianista tonto, y si ya toca el piano siendo tan joven…

La sonrisa triste de Montillet se refleja en mi cara. Casi sin darme cuenta, me inclino hacia delante en mi asiento y apoyo mi mano en su hombro: un contacto liviano, breve, pero suficiente. Lo cierto es que compadezco al pobre hombre. Una persona de su talento y su carácter no merece verse abocado a esta vida, sea por los motivos que sea. Trato de imaginarme lo que debería de ser saber que he perdido a alguien realmente importante, a quien no puedo recordar, y que nadie me creyese… O que hiciesen ver que no me creen. El antaño prolífico David Montillet es hoy un hombre solitario y triste, dado por muerto y olvidado por el mundo. No es de extrañar que me haya costado tanto reconocerlo cuando lo he visto.

Señor Montillet… David, cuenta conmigo para lo que necesites. Quiero ayudarte. Te daré mi tarjeta para que puedas estar en contacto conmigo en todo momento, tanto por si se te ocurre cualquier cosa relacionada con este asunto como si, simplemente, necesitas hablar. —Chasqueo la lengua, y mis ojos adoptan una expresión extraña, como adormecida aunque brillante, mientras extraigo mi tarjeta de mi bolsillo, un rectángulo de ochenta y cinco por cincuenta y cinco impreso con la tipografía Bauhaus, que en su momento debió de parecerme lo más—. Sé que apenas nos conocemos, pero creo que a veces puede ser bueno desahogarse con personas no tan cercanas… Menos dadas a juzgarnos. En fin, yo te la dejo; haz con ella lo que quieras. —Mirando a David fijamente a los ojos, dejo la cartulina sobre la mesa y la arrastro un par de palmos hacia él—. Lo último que quisiera preguntarte es si tienes alguna sugerencia o consejo, alguna persona o lugar que creas que podría ser un buen comienzo. Ten en cuenta el océano de posibilidades que se nos abre ahora.

Océano. Es curioso que haya utilizado esa palabra. El océano siempre me ha producido un cierto temor. No llega a ser miedo, pero desde luego, evocar sus ignotas profundidades me causa una intranquilidad irracional. Muchas veces, quizá por un extraño sentido del morbo, he intentado imaginarme a mí mismo flotando solo en la inmensidad de un vasto océano. Bajo mis pies, tan solo el azul oscuro, profundo, quieto, que tantas cosas esconde. En ocasiones he logrado sumergirme tanto en mis evocaciones que han llegado a darme escalofríos.

Pero, ¿por qué estoy pensando en eso ahora?

Notas de juego

Hum. Así, sin sospecharlo, ¿puede que hayamos descubierto una fobia de Mats? ;) No sé si le da tanto miedo como para considerarse una fobia en términos de juego, pero digamos que la fantasía de flotar en el océano lo sobrecoge en cierta medida. Sí, has adivinado, es otra cosa sacada de mí mismo XDDD.

Lo que pasa es que, si fuese una fobia, no sé por qué otro rasgo la intercambiaría… TT_TT

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11/04/2016, 11:49
David Montillet

-Te agradezco la tarjeta, la guardaré, pero ahora que lo pienso, desde que empecé a moverme no me ha surgido la necesidad de desahogarme. Y no puedo hablar por teléfono, ni siquiera leer cartas. Hasta que esto acabe, incluso para tomarnos unas cervezas, tendréis que pasar otra vez el test.

Pero el ánimo lo llevo bien. Estoy tan asombrado, tan centrado en encontrarla, tan contento de que exista que se podría decir que soy, aunque quede raro que lo diga, feliz.

Tras encenderse otro cigarro, el jefe sacó el tema del dinero. Cuando David escuchó la suma que necesitaban para L’Hexagone se sorprendió, pero no titubeó. Salvo la casa y poco más, la herencia de David quedó en manos de una fundación con su nombre. La Fundación Montillet, que podría hacer un donativo por la libertad de prensa, o a través de un premio que sirviera para pagar el coste del juicio. Hablaron de los detalles legales que eso implicaba y una vez aclarado eso, David entró en materia.

-Nuestra ventaja es que no saben nada de vosotros, así que ir con cuidado. Pero quiero que investiguéis el entorno de mi viuda, Vendela. Desde que desaparecí vive con una estudiante de canto avanzada llamada Ada Bytnar. Se conocieron hace cuatro años en la inauguración de una exposición sobre los sueños en el arte y nunca me habló de ella.

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11/04/2016, 15:53
Mats Bergstrøm

En silencio, escucho pacientemente cómo Jérôme discute los pormenores del intercambio de favores con David. Me fascinan los pocos reparos que pone este último a ayudar a L’Hexagone en sus sumamente costosos aprietos actuales. Aprovecho estos momentos para dejar que mi mente se abstraiga. Lo cierto es que tengo una sensación extrañísima. Es como si, al mismo tiempo, acabase de aceptar el trabajo más absurdo de mi vida, pero al mismo tiempo, nunca me había sentido tan intrigado o motivado para llevarlo a cabo. A pesar de lo inquietante que resulta el relato de David y de lo preocupantes que serían las implicaciones si este fuese cierto, una parte de mí desea fervientemente haberme topado al fin con algo que confirme mis sospechas más íntimas y soterradas: que la verdad que nos venden los medios y la ciencia es una basura. Además, si realmente existen cosas tan inexplicables y peligrosas, el mundo debe estar prevenido.

Una vez termina de hablar de negocios, David Montillet continúa con el tema de la investigación, así que vuelvo a prestar atención. Finalmente, el periodista nos abre la que parece una buena vía para empezar nuestras investigaciones: desea que recabemos información acerca de su «viuda», Vendela, y de sus círculos más próximos. Esto implicaría saber con quién habla, de qué habla, y qué actividades lleva a cabo. Enarco una ceja cuando David menciona a la nueva protegida de su antigua esposa, una estudiante de canto de la que no le había hablado. Como es habitual, mi mente empieza a elaborar toda clase de posibilidades relativas a la naturaleza de dicha relación.

Vendela… ¿Noruega o sueca? —pregunto esbozando una sonrisa de medio lado—. De acuerdo, David. Si Jérôme está de acuerdo, creo que ya tenemos todo lo que necesitamos para ir tirando. Solo un par de preguntas más: ¿sería razonable considerar la posibilidad de que tu viuda sospechase que sigues vivo? En tal caso, ¿crees que podría tener algún motivo para buscarte, para… ir a por ti?

Aunque no lo expreso en voz alta, lo que en realidad pretendo preguntar es si cabe esperar que Vendela forme parte de la «conspiración de los soñadores». La hostia, cómo suena eso.

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11/04/2016, 17:02
David Montillet

-Vendela es Alemana de nacionalidad, pero medio sueca. Me marché pensando que podía ser un sonámbulo, sí. Y podría sospechar, claro. Aunque lo más probable es que los sonámbulos, cuando dejan de ser útiles, sean abandonados por los soñadores, como ocurrió al que trató de apuñalarme. Volvió a ser él mismo y no ha vuelto a ser poseído. Pero también podrían dejar condicionamientos que la activen. Qué se yo.

Se encogió de hombros.

-Es una putada pero el matrimonio estaba roto mucho antes de que me marchara. En todo caso, mucho cuidado. No sabemos.

Pero Mats, tengo también otra tarea para ti. Le debo algo a alguien y quiero que le ayudes de mi parte.

Resopló y se pasó la mano por la frente..

-Al principio intenté ponerme a buscar sin socavar mi credibilidad. Para minimizar el riesgo quise poner a investigar a una periodista talentosa recién salida del horno. Totalmente desconocida en el mundillo. Quería su frescura y no quería que mis colegas me tomaran por loco. Se lo dije a ella antes que a ti, Jérôme.

El jefe pegó una calada con la cara seria, disgustada.

-Fue la primera persona que me creyó. Y quizá, quizá por eso tuvo un accidente justo cuando volvía de mi casa, una hora y media después de la entrevista. Aunque es demasiado pronto para haber levantado sospechas, también es demasiada casualidad. Su coche salió despedido a toda velocidad barranco abajo. Lleva tres años y medio en coma. Al principio fui a visitarla un par de veces, pero hace tiempo que decidimos que París era demasiado peligroso. Por eso quería, Mats, que te pasaras para verla y saludarla de vez en cuando, de mi parte. Y comprobaras que está bien cuidada y eso.

El hospital se lo pago a la familia y tengo un periodista de la fundación controlando que está bien. Lo destinaré a otro sitio mejor pagado y dejar en tus manos las decisiones inmediatas sobre su cuidado. Cobrarás un extra por eso y no te ocupará demasiado tiempo. Si el sitio no te gusta, consensua otro con sus padres. Son gente sencilla, de campo. Por supuesto no deben saber nunca que estoy vivo. Simplemente eres un periodista al que la fundación ha encomendado esa tarea, el que da el visto bueno al cheque y se pasa de vez en cuando a ver que el dinero está invertido en lo que se dice. Al fin y al cabo esa es la verdad.

Miró a Mats y juntó las palmas de las manos en señal de ruego.

-Léele cosas de vez en cuando y pase lo que pase en nuestra búsqueda, si un día despierta, por favor, haced lo que podáis por echarle una mano. Quisiera que tuviera un puesto en L'Hexagone aunque sea poniendo cafés. Jérôme, nadie sabe cómo va a despertar, si despierta.

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11/04/2016, 18:25
Mats Bergstrøm

Tal y como imaginaba, David sospecha de que su mujer, Vendela, puede estar involucrada, voluntaria o involuntariamente. Tomo nota mental de todos los detalles de los que me habla, pues nunca se sabe en qué momento puede ser importante.

Y entonces, de repente, David saca otro tema, una nueva tarea que tenía pensado encomendarme. Según parece, hace ya tres años y medio, David recurrió a otra persona para que lo ayudara con todo este asunto, antes incluso de hablar con Jérôme. Se trataba de una periodista recién licenciada, o eso creo entender, en busca de su primer trabajo. David habló con ella porque tenía la esperanza de que, al no ser conocida en el ámbito público, la chica podría trabajar con cierto grado de discreción.

Tan solo hora y media después de la conversación, la periodista se despeñó con su coche por un barranco. Lleva en coma desde entonces. Me llevo la mano a la boca, sin poder ocultar mi sorpresa.

Pues no, no parece una casualidad, precisamente…

Mi voz, poco más que una confirmación de lo evidente, suena como si me hubiera quedado sin aire en los pulmones. Continúo escuchando a Montillet con renovado interés. Esto es cada vez más perturbador. David quiere que me pase por el hospital, que le eche un ojo a la chica de vez en cuando y me ocupe de que está bien. Claro, ¿por qué iba a negarme? Sin embargo, el motivo no es meramente económico. A fin de cuentas, yo podría haber sido ella. No se me escapa el hecho de que, al aceptar trabajar para Montillet, me estoy colocando exactamente en la misma situación en la que estaba la joven cuando tuvo su «accidente». En cierto modo, eso me hace sentir que ella y yo formamos parte del mismo equipo.

Cuenta conmigo, David. Esa chica no tendrá de qué preocuparse —le aseguro con vehemencia—. Solo necesito que me digas su nombre y el hospital en el que está. Supongo que también necesitaré credenciales de la fundación; es de esperar que sus padres quieran saber quién soy y que no se fíen de mí solo por ser tan guapo. —Río, y golpeteo rítmicamente la mesa con mis nudillos—. De acuerdo, entonces. ¿Queda algo más por aclarar?

Miro de soslayo a mi jefe, Jérôme, como diciéndole: «Esto promete ser interesante».

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11/04/2016, 20:20
David Montillet

-La chica se llama Sophie Taylor y ocupa la habitación 208 del Hospital Saint Jean de Dieu, cerca de Los Inválidos. Es un lugar apacible, discreto y cómodo. Os haré llegar la documentación a L'Hexagone y haré que llamen a la familia para informarles del cambio. Con todos los papeles vendrá una acreditación que tienes que presentar en recepción.

El jefe miró la ventana, al reloj, a su amigo y se levantaron de sus asientos. Entre los tres recogieron la mesa. La cocina estaba en mejor estado que el resto de la casa. Tenía un fogón de leña y una despensa con latas. Era un refugio forestal.

Jérôme le dedicó una sonrisa a su amigo y Montillet le dio un abrazo.

Luego David le puso las manos en los hombros a Mats.

-Mats, tu jefe te tiene calado y no sé si eso es bueno o es malo. Bueno, yo creo que es bueno.

Y le dio un abrazo fuerte. Impulsivo al principio, sereno al final. Cuando se separó le habló con una mirada contemplativa clavada en él.

-Llevo toda la vida desenterrando mierda y nunca me ha abandonado la sensación de ser un pocero en el paraíso. Gracias.

Se puso la chaqueta de leñador y se echó el rifle a la espalda. Fuera, en la linde del bosque, les descubrió dos bicicletas ocultadas bajo matorrales secos.

Ya serían sobre las seis de la tarde. La luz inclinada atravesaba las hojas de los árboles y lo teñía todo de color dorado.

Montillet les indicó un sendero. A menos de veinte minutos en bici encontrarían su coche.

Allí se despidieron. Respiró hondo y echó a andar. En medio minuto se había perdido entre la maleza. Ese era el sitio más silencioso del mundo.

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12/04/2016, 12:24
Mats Bergstrøm

Después de que Montillet me ponga al corriente de los detalles de mi asignación, los tres recogemos la mesa sin decir nada. Sin duda, tenemos muchas cosas en las que pensar. Yo desde luego sí. Cada momento que paso en silencio, mi mente vaga por la marea de posibilidades y de terroríficas implicaciones que conlleva la historia de David, cuya veracidad tendré ocasión de comprobar muy pronto.

Después de dejarlo todo tal cual estaba, procedemos con las despedidas de rigor. David me da un efusivo abrazo, al que correspondo. Tras agradecernos nuestra ayuda, a lo que yo respondo con un mudo asentimiento y una sonrisa comprensiva, carga con su rifle de caza y nos acompaña a Jérôme y a mí al exterior.

El anaranjado sol del atardecer me obliga a entrecerrar los ojos, ligeramente deslumbrado, aunque reconfortado al sentir su brillo en mi cara. Me sorprendo por lo rápido que ha pasado el rato desde que mi jefe y yo llegamos a la cabaña a mediodía; cualquiera diría que hay una cámara del tiempo ahí dentro. Sopla una leve brisa entre los árboles del bosque, que silba entre sus hojas y hace crujir suavemente sus ramas, provocándome un escalofrío de placer. Me froto instintivamente las manos para calentármelas al tiempo que sigo a Jérôme y a Montillet hasta el sendero que nos llevará a nuestro coche. Cerca de allí hay dos bicicletas ocultas entre la maleza, que David nos permite utilizar para realizar el camino de vuelta.

David se despide definitivamente de nosotros antes de desaparecer entre los arbustos, rifle a la espalda. No puedo evitar pensar que parece un soldado listo para participar en un combate del que no se sabe si regresará. Es un tipo curioso. Aún no sé exactamente cuáles son mis impresiones acerca de él, pero lo que está claro es que conocerlo no me ha dejado indiferente.

¿Me das un cigarrillo? —le pido a Jérôme. Él me lo tiende sin ponerme objeciones, pasándome también su encendedor. Hace muchos años que solo fumo ocasionalmente, y este me parece un momento ideal para hacerlo. Tras encenderme el cigarrillo, inspiro una profunda calada, sintiendo cómo me llena el sabor acre y ligeramente dulzón del tabaco ardiendo. Me lo tomo con calma, disfrutando del hermoso paisaje que me rodea y que pocas veces tengo el placer de contemplar. A pesar de que este rincón del bosque de Fontainebleau no se parece en nada a las serenas arboledas de Noruega, me invade la misma sensación de profunda paz que cuando, siendo más joven, hacía escapadas al Østmarka, un precioso bosque de pinos al este de Oslo. Allí, podía pasar horas contemplando las tranquilas aguas del lago de Nøklevann, del mismo modo que ahora dejo que mi vista se pierda entre los árboles franceses, mientras soy testigo de la muerte del día. Expulsando lentamente nubes del humo de mi cigarrillo, me recuerdo a mí mismo que tengo que regalarme esta clase de momentos más a menudo.

¿Vamos? —pregunto de repente, dejando caer el cigarrillo al suelo y pisándolo concienzudamente hasta apagarlo por completo. Jérôme y yo tomamos las bicicletas que David nos ha prestado y nos alejamos de este prístino santuario congelado en el tiempo y apartado del mundo, emprendiendo el camino de regreso hacia nuestro coche.

Hacia la noche de París.

Notas de juego

Bueno, pues supongo que fundido en negro. ¿Dónde crees que es más oportuno decidir los siguientes pasos a dar: por aquí, o en el off-topic? No sé cuánto tiempo se supone que van a tardar los documentos y acreditaciones para que pueda ir a visitar a Sophie Taylor, pero en principio eso es lo primero que me gustaría hacer. Si van a tardar, entonces ya me dedicaría a vigilar a la arpía «viuda» de Montillet hasta que llegasen. También podría haber una escena de oficina con Jérôme donde decidimos qué hacer. Ya me dirás ;).

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12/04/2016, 12:52
Director

Notas de juego

Si quieres podemos hacer un primer acercamiento a Vendela y cuando sea el momento de que Mats empiece en la escena de Sophie, podemos seguir el acercamiento como un flashback o terminarlo.

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12/04/2016, 13:19
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Lo dejo totalmente a tu criterio :D.

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12/04/2016, 13:23
Director

Notas de juego

Piensa qué pasos concretos daría tu personaje y te monto una escena a partir de eso. Podemos hacerlo de tal forma que podamos cortar la escena en cualquier momento para no demorar el encuentro.

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12/04/2016, 14:20
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Hum. Pues a bote pronto se me ocurren varias ideas. Desde luego, tener la acreditación de la fundación me facilitaría mucho las cosas. Tengo tres posibles líneas de actuación: 1 (Vendela), 2 (Ada Bytnar) y 3 (Sophie Taylor).

1. Vendela: Hasta la llegada de la documentación, lo que se me ocurre que podría ir haciendo es seguir a escondidas a Vendela. Podría averiguar si tiene redes sociales, cuentas bancarias no declaradas, etcétera, y dar buen uso a mis dotes de hacker para sacar todo lo que pueda de ella, con quién habla, de qué habla, si menciona a la posible hija de David y todas esas cosas. No sería mala idea tampoco comprobar el testamento de David Montillet para ver en qué lugar la dejó, y especialmente cuáles han sido sus movimientos bancarios desde la «muerte» de su marido. Una vez tenga las credenciales de la fundación, podría acercarme frontalmente a Vendela y, poniéndome de acuerdo previamente con Montillet (o con Jérôme como su representante más accesible), sacar un posible conflicto de herencias (¿quizá Montillet mencionó a una hija en su testamento?), para ver qué cara pone Vendela, qué me dice del asunto y demás.

2. Ada Bytnar: Como periodista, acudiría al conservatorio donde estudia Ada y preguntaría por ella. Buscaría conocidos suyos, me enteraría de quién es. Visitaría la galería donde tuvo lugar la exposición donde conoció a Vendela… Y por supuesto seguiría sus movimientos bancarios, para ver si en algún momento ha sido beneficiaria de parte de la herencia de Montillet. En resumidas cuentas, investigaría cualquier cosa (entorno, lugares, aficiones) que pueda llevarme a entender mejor la naturaleza de la relación entre Ada y Vendela.

3. Sophie Taylor: Hasta recibir los documentos acreditativos, supongo que me limitaría a visitar el hospital, comprobar sus condiciones e investigar por internet acerca de su política, su historia general… Tal vez intentaría contactar con antiguos trabajadores del centro, familiares de pacientes y demás para que me den su opinión. Una vez tenga la acreditación, lo primero que haría sería contactar con los padres de Sophie, presentarme adecuadamente y dejar que me pongan al corriente de todo. Desde entonces, buscaría los momentos que pudiese sacar para visitarla, estar con ella, hablarle, etcétera.

¿Está bien así, o tendría que ser más específico?

P.D.: ¿No queda un poco feo escribir todo esto en la partida? ¿O es solo cosa mía y de mis manías? XDDD

P.D. 2: ¡Ay! En el apartado de Sophie se me ha olvidado investigar en la hemeroteca acerca del accidente, husmear por la comisaría, visitar al forense que la atendió, etcétera :).

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12/04/2016, 22:14
Director

Notas de juego

A mí... la verdad es que las notas no me disgustan, si tratan sobre la partida y no traicionan el juego. Pero tampoco tengo problemas en tratarlo en el offtopic.

Si te parece, puedes empezar con cualquiera de las opciones, yo continúo.