Partida Rol por web

-Ya tengo apoyo frente a la Iglesia. Hemos identificado al vigilante. Es un policía, un teniente especializado en crimen organizado y bandas armadas. Su nombre es Djamal Saadi. Sugiero que nos mantengamos al margen, pero usted decide.

Primero le sonó familiar y tardó en darse cuenta que conocía ese nombre: era un enlace de la Policía Nacional con el CSB. La misma Nella Gavaldá les dió su tarjeta el día en que Daniel y ella entraron en el CSB.  

Obviamente manternernos al margen era lo mejor. Aun no sabia como habian anunciado mi muerte, y no podia obtener datos adicionales, ademas no tenia ni puta de idea de que estaba pasando en el mundo de Ophelia y me parecia que estaba en medio de una gran pelea de .... y todo me iba a salpicar a mi.

Me habia bajado de la moto para atender la llamada.

- Anjum, ven por mi, nos mantendremos al margen. Hay dos cosas que debo hacer antes de volver.

Le dije al Señor que gracias por el aventon y que iba a esperar a Anjum a que viniera por mi. No importaba lo que demorase. Me arreglo la falda mientras hablo con el y luego me puse los zapatos. Ya estaba decente de nuevo aunque no era yo.

Abri un poco la cartera y chequee el arma en la misma, la cerre y comence a caminar hacia el mirador donde estaba la gente. Era maravillos ver el mundo girar cuando tu no estabas en el. Y era extraño tambien.

Jeremías no objetó nada, pero tampoco se marchó. Ni interfirió. Sencillamente se quedó junto a la moto hasta que apareció el Mercedes negro de Anjum.

El coche se destuvo junto al mirador y cuando Leah hubo entrado, la conductora la miró por el retrovisor esperando órdenes.

- Anjum vamos al hotel XXX. Dije cuando entre en el auto.

El hotel era el mismo donde me estaba quedando con Daniel y aunque no esperaba que estuviese alli, podria recoger mis cosas y le dejaria una nota para poder vernos en un lugar publico. Aun no sabia bien que decirle pero el hecho de no poder estar en contacto y no saber nada de lo que estaba pasando me estaba martirizando. Ademas tampoco sabia de este mundo en el que me encontraba y aunque no queria involucrarlo a el diciendole mas cosas sin sentido necesitaba una table de salvamento, algo que me mantuviese en cordura.

Ademas no era yo llevando tacones aunque me estaba acostumbrando.

Una vez en el hotel le pediria a Amjun que esperar afuera. Realmente no pensaba demorar, estaba casi segura que Daniel no iba a estar, pero mi corazon pedia a gritos verle de nuevo.

Con mi traje y los lentes de sol estaba segura que no llamaria mucho la atencion en la entrada y ademas podia pedir una copia de la llave, de todas maneras seguia siendo nuestra habitacion.

Cuando le dio la llave de la habitación, la recepcionista parecía inquieta.

La chica, que era muy joven, miró fugazmente hacia el hall del hotel, a la espalda de Leah. Había allí un hombre que Leah pudo ver reflejado en un espejo de marco dorado.

Estaba sentado en un sofá de cuero. Mediría un metro noventa y tenía aspecto de militar de las fuerzas especiales. Llevaba una chaqueta marrón, pantalones vaqueros y botas militares. Y leía un móvil. Tenía muchos anillos en las manos y un tatuaje en el cuello que se asomaba por el cuello de la camiseta.

Vi los nervios de la mujer en el mostrador y entendi que algo no estaba bien. De reojo vi a traves del espejo un hombre con aspecto militar. No estaba segura si estaba por mi, pero coincidencias ya no eran posibles.

Lamente mucho cargar esta ropa de mujer fina, que aunque me estaba acostumbrando me desesparba como me limitaba. Tome la llave de la habitacion y escribi en uno de los folletos el siguiente mensaje:

"Si pasa algo llama al XXX-XXX-XXXX Daniel Mallutz"

Ya estaba cansada de estar dando tumbos y ademas no entender nada de lo que pasaba. Si este hombre me seguia tendriamos una conversacion amena, muy amena entre mi pistola y su cara.

Subi a a la habitacion con toda la lentitud del caso para que me siguiere si fuese el caso. Al llegar a la habitacion entre y deje la puerta casi abierta para que entrara sin problemas quien quisiera. Era obvio que Daniel no iba a estar, deberia estar trabajando, tal vez incluso en el hospital, o mi entierro.

Al entrar me quite los zapatos y solte la cartera luego de tomar el arma que me habia dado Amjun y espere en una esquina detras de la puerta. Cualquiera que entrara podria apuntarle una vez que estuviese dentro.

Mientras esperaba tome tiempo para ver alrededor de la habitacion a ver si habian removido las cosas y si Daniel habia quitado mis cosas.

Leah escuchó el ascensor pararse en su planta.

El hombre del hall anduvo por el rellano como si fuera a otra habitación con idea de subir unos escalones hacia el piso de arriba y conseguir una posición desde la que vigilar o evitar la salida de Leah.

Por el reloj con calendario que había en recepción, se dio cuenta que habían pasado tres días y no dos. Debía haber dormido en casa de Ophelia más de un día entero.

Encontró la habitación totalmente recogida y limpia. Leah no encontró nada de ella.

De Daniel sólo encontró la huella de su dolor. Un dolor que se sentía a distancia como si fuera un olor, que se tocaba como si fuera una textura superpuesta a las cosas. Dolor en los cajones, en la cama.

Su compañero había pasado allí a recoger las cosas y luego la habitación se había limpiado a conciencia.

Sintiendo su dolor mi corazon se deprimio en la habitacion. No habia nada solo dolor, solo vacio.

Nada para mi....

Mi pasado se habia ido y ahora quedaba la nueva yo.

Cerre la puerta con tristeza y me acerque directamente al hombre que trancaba la salida hacia el ascensor, era el mismo con porte militar, y obviamente me estaba siguiendo. Estaba cansada de jugar y sentirme impotente sin saber, sin poder decir o hacer nada.

Saque la pistola y camine furiosa hacia el hombre.

- Quien eres y que haces aqui? Pregunte a 3 o 4 metros del hombre sin apuntarle con el arma.

- Habla de una vez, y dime que es lo que quieres....

Ya nada me importaba, necesitaba respuestas.

-Soy el capitán Héctor Rubel. Vengo como agente comisionado del CSB. Como usted.

Levantó sus manos moviéndolas un poco, como pidiendo tranquilidad.

-Oficial… señorita Tatou. Nunca abandonamos a un compañero. Nunca.

- Que ?!?!?!?!?

Lo mire sorprendida y con la boca abierta. Le hice una seña de que me siguiera y volvi a abrir la habitacion donde habiamos estado. La abri y entre esperando que me siguiera, asegurando la puerta cuando estabamos dentro y me acerque a la cama manteniendo una distacia prodencial.

Me sente en la cama con la pistola en la mano.

- A ver, asi que sabien quien soy, donde esta Daniel, que ha pasado, que paso con Tierry, que es lo que sabe Capitan, digame de una vez antes de que explote de nervios.

Lo miraba visiblemente alterada.

- Ademas como es que Lucille no nos informo nada de usted?

Menti acerca del nombre de Chana, al no tener ninguna identificacion del hombre debia corroborar si el decia la verdad o no, asi que no debia conocia a ninguna Lucille, porque yo tampoco. Ya veremos. Parecia nerviosa, pero no lo estaba solo trataba de averiguar quien era este hombre y necesitaba mostrarme debil ante el para ver sus verdaderas intenciones.

- Seguramente tendra usted alguna identificacion verdad?

-¿Lucille? No conozco a nadie con ese nombre, lo siento. El CSB es muy celoso con la identidad de sus agentes, yo tampoco sabía nada de usted ni de su misión, hasta hoy.

Tengo en el bolsillo una identificación, la voy a sacar, con su permiso…

Con dos dedos sacó una identificación del CSB como la que les hicieron a ellos y se la ofreció. Figuraban sus datos, que coincidían con lo que había dicho.

-Sé algunas cosas, pero no estoy autorizado a contarlas. Si esperamos un poco vendrá la jefa de operaciones, Nella Gavaldá y podrán hablar.

Suspiró.

-Sé, eso sí, lo que le ocurrió en el Hospital Lariboisière. Créame que lo siento. Su compañero está bien. Pero por favor, tiene que esperar unos minutos. La jefa tiene que entrar sin ser vista.  

Señaló una silla un tanto rococó, color blanca:

-¿Puedo sentarme?

Cuando menciono a Galvalda y vi su identificacion me quede mas tranquila y baje la guardia.

- Claro, claro sientese y baje el arma. Lo lamento, han pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Me alegro que Daniel este bien, estoy muy....

Lo mire, y preferi no decir nada.

- Si Hector, mejor esperemos a Gavalda, estamos bien aqui o prefieres esperarla abajo, aqui nadie nos vera.

Comence a caminar inqueta por la habitacion pero deje mi arma y mi cartera sobre la mesa.

- Cuanto tiempo tienes en el CSB? Pregunte para conversar mientras esperabamos.

-Ocho años. Creía que iba a ser un trabajo aburrido, pero el mundo ha cambiado mucho en estos ocho años.

Se sentó en la cama y puso sus manos sobre las rodillas.

-Acabas viendo las cosas de un modo diferente. Y CSB…, CSB son sólo unas siglas.

Se quedó pensativo, mirando a la pared.

-¿Cómo te encuentras?

Y a mitad de la respuesta -o del silencio- que siguió a esa pregunta abrió la puerta Nella Gavaldá.

Héctor se levantó poniendo las manos tras la espalda y saludó a su jefa con la cabeza. Nella miró a Leah con gravedad.

Frente a la presencia de Nella Leah sintió cómo la falsa calidez que la sangre de Ophelia se esfumaba y volvió, aunque leve, la sed. Su corazón no dejó de latir pero sus manos cobraron un cariz más cetrino y sintió su rostro frío.

Y en la conversación con Nella, la imagen de Ophelia perdió su atractivo en la mente de Leah. Era como si la mera presencia de su jefa hubiera interferido la influencia que el vampiro tenía sobre ella.

-Hola Leah. Me alegro mucho de verle.

Llevaba una gabardina doblada en un brazo y vestía un traje con chaleco.

-Quiero que me informe de todo lo que pasó en ese sótano y después. Hemos de saber en qué se ha convertido para que aprenda a desenvolverse aprovechando para bien los cambios en su naturaleza y evitando sus peligros. Este caso no ha terminado y le seguimos necesitando. Y habrá más. Olvídese del CSB. Esto es algo mucho más abarcante, como ya habrá podido imaginar.

- 8 años?

Me daba cuenta que el hombre sabia mucho mas de lo que contaba. Y casi iba a responder cuando entro Nella. Al principio me sentia invadida y cuestionada pero cuando comenzo hablar hubiese llorado si hubiese podido, ellos sabian..

Usted sabe.

Me daba cuenta que lo paranormal era normal en el CSB y solo habia sido una pieza de un gran juego, pero su presencia me conectaba con mi vida pasada, con mi humanidad, con mi ser, y me senti renacer con la esperanza de que Leah continuaria su existencia y no esta falsa mujer que me habia creado.

Pero mi cuerpo reacciono y me volvia a descomponer de nuevo. Mis manos se tornaron grisaceas y sabia que seria cuestion de tiempo antes de que el resto del cuerpo siguiera el mismo camino.

Recupere mi compostura, y rapidamente le conte a ambos lo que habia pasado con Thierry, el pozo y mi lucha por escapar, aunque obvio algunos detalles y sobre todo mis sentimientos. Como consegui la niña y habiamos huido hasta alcanzar el hospital donde me vi morir para despertar en la morgue. Mi desesperanza y escape del hospital hasta llegar a la iglesia en plena putrefaccion, y tambien obvie las ansias de matar, de comer carne humana.

Segui explicando como el cura habia llamado a una amiga que resulto ser un Vampiro y que ahora estaba bajo su "cuidado" por llamarlo de una manera y que habia regresado aqui buscando a Daniel y una forma de volver a conectar todo lo que estaba pasando.

Mencionar a la vampiro habia sido extraño, pero entre tantas rarezas al final fue algo natural.

Explique que una guardia del vampiro me esperaba a las afueras del hotel y que debia regresar sin llamar la atencion pero al final me ponia a la disposion de lo que el CSB dispusiese y esperaba que me pudiesen ayudar a sobrevivir.

Me quite mi blusa para mostrar mi pecho y mostrar como me volvia poner grisacea lentamente. Sin pudor me volvi a poner la blusa.

Explique que al parecer la sangre de la vampiro habia regenerado o pausado mi muerte. Y luego pregunte por mi arma y por mi identificacion.

- Daniel esta bien? Daniel sabe que estoy ... que no estoy muerta?

Decir que estaba viva parecia algo inapropiado en ese momento.

- La verdad que no se lo que soy Señora, solo se que me siento muerta por dentro y estoy desesperada...

Nuevamente si hubiese podido llorar lo hubiese hecho.

Cuando Leah se quitó la blusa, Nella hizo un gesto a Héctor y éste salió de la sala no sin levantar y mover levemente la cabeza y suspirar en señal de solidaridad.

La miró atentamente y le puso la palma su mano, cálida, sobre el plexo solar. Leah notó durante un segundo como algo se movía dentro de su pecho, fue solo un par de segundos, hasta que su jefa dejó de tocarla.

Frotó levemente esa mano con la otra. Cuando terminó, se acomodó frente a la detective y le habló mirándole a los ojos.

-Poco a poco iremos encontrando respuestas. Primero he de disculparme contigo. Nunca pensé que fuera un espíritu tan poderoso. Te seleccionamos porque tienes una mente especial, un sentido que la mayoría tiene dormido y que te hacía ideal para investigar este caso. Y sobre todo una naturaleza noble, luchadora. Sospechábamos que había un presencia espiritual violenta implicada en ese caso, pero si hubiera sabido que era algo así nunca os habría dado ese caso a vosotros.

Aunque entonaba las palabras intensamente, nunca alzaba la voz.

-Dicho esto: no vuelvas a arrojarte sola a la muerte. ¡Así no! ¡Así acabarás siendo tú el peligro! Ya has pagado un precio muy alto que no era necesario. Pero lo hecho, hecho está y hemos de seguir con lo que tenemos.

Leah, ahora tienes un espíritu contigo. Te pertenece y aunque lo consultaré con otros es posible que no te lo podamos quitar. No es necesariamente malo, lo estás haciendo muy bien. Es la serpiente, yo la veo en tu pecho, sigue rodeando tu corazón. Ahora eres lo que era Therry, una enviada. Una depredadora, una devoradora de sombras. Pero tu voluntad puede hacer que eso sea para bien. Puedes ser una protectora. Por eso estás aquí. Y ese espíritu tiene algo de sagrado. Podremos saber más sobre él.

Ya habrás adivinado que soy una chamán, tengo muchos espíritus ayudantes y a veces es difícil pero puedo convivir con ellos y guiarlos para algo bueno y útil. Tú no eres como yo, diría que te has convertido más bien en un nahual, un hombre-espíritu. Pero eso ya lo iremos viendo. No es tan distinto.

¿Entiendes lo que te digo? ¿Continúo?

Estaba mirandola sin reaccionar cuando mando a salir al militar de la habitacion. De alguna manera senti nervios por lo que podria venir. Su mano se apoyo sobre mi pecho y algo se movio dentro de mi. Me horrorize. Que demonios pasaba en mi cuerpo? Pero estoicamente mantuve mi posicion.

¿Espiritu poderoso?

La miraba incredula, como niña de 10 años que ve una clase magistral de fisica cuantica.

Ella sabia, todos sabian, simplemente habiamos sido señuelos, o yo? Y Daniel tambien sabia?

¿Lanzarme al peligro?

Mi cara era mas perpleja que nunca. Yo no estaba lanzandome al peligro, yo luche porque que Tierry no escapara, por ayudar a la nilña, pero no habia salido bien. Al menos para mi.

Una devoradora...

Asi que eso era ahora. Comer restos humanos para sobrevivir. Thierry tenia razon y al final habia ganado. Maldito seas...

¿Una chaman? ¿Nahual?

A estas alturas ya nada me sorprendia.

- Hare lo que me diga Señora, si por favor continue.

Mi cara volvia a ser la habitual aunque grisacea claro. Habiendo aprendido sobre mi estado sabia que tenia aun un par de horas o poco mas antes de que me costara moverme. Necesitaba sangre, eso era claro.

-La sangre del vampiro te mantiene en pie, pero eso es un espejismo. Aunque tardarás meses en librarte de la influencia de quien te la ha dado.

A mi modo de ver, tienes que alimentar a ese espíritu. Tenemos que encontrar una forma civilizada de apaciguar a la serpiente.

No es disparatado que necesites comer carne o beber sangre. Llegados a este punto, la cuestión es cuánta, de quién y cómo. Quizá podamos adecuar un ritual para guiar esa fuerza espiritual y nutrirla controladamente. No digo que no vaya a ser duro, pero dudo que no encontremos la forma.

Escribió algo con el móvil.

-También puede ocurrir que ese espíritu esté de paso, haya venido a algo y una vez cumplido, se marche. En ese caso tenemos que buscar la manera de atarlo para que no mueras, si no quieres, claro.

Pero no te aconsejo que mueras hasta no saber más. Como has visto, la muerte no es más que otro nacimiento.