Partida Rol por web

Al confirmarse ese mal presagio de que la presencia a través de su sueño o de la conexión profunda de sus intuiciones, acabo abrazándola mas como el compañero del marino que sale de la tormenta y al que das ánimo y alivio que protector y ella me responde. Ha tratado de librarse de la humedad de sus lagrimas pero aun la noto al acariciarme el pecho con su rostro.
Quiero preguntar si esto es lo que temia, si es lo mismo todas las noches o esta ha sido especial pero cuando ligeramente nos separamos y se cruzan nuestros ojos la comunicacion no verbal es distinta.
Supongo que es que me pregunta si de verdad estoy con ella o ni siquiera lo duda si no que lo rearfirma y yo le constesto simplemente que si.
Tal vez es otra conversacion en otro contexto por que me toma con sus manos y me besa.
Es fugaz pero no por eso le falta nada. Toca lo suficiente para acumular un parpadeo de emociones y por eso cuando se separa aun lo saboreo mas alla de su eco.
Estoy balanceando el deleite con la sorpresa y el espiritu de la sensualidad del beso con la importancia capital de lo que implica cuando ella salta y huye otra vez aunque ya no se encierra en el baño.
Se sienta en la cama y me intenta negar que me acerque y no se si es por que esta situacion concreta la abochorna o porque hay una costumbre maquinal esculpida por su ayer que inconscientemente la posiciona.
La verdad es que quiero decirle que me gusto y que no le doy más razón que la confianza. Que es una respuesta normal y que como adultos la podemos llevar hasta donde nos plazca pero la veo tan confusa que solo espero haciendome patente en silencio.
Me eriza el vello cuando comenta el irse y por eso me aproximo para sentarme a su lado y calmarla conversando, que si no quiere estar aquí que venga alguien a recogerla, pero es volátil como siempre se ha mostrado y me vuelve a sorprender.
En el camino nos encontramos y me abraza y yo le secundo el abrazo.
Nos pasamos los brazos por el cuerpo, ella a mi espalda, yo sujetando su cuello, soportando sus nalgas y nos besamos.
La sujeto con franqueza y esta vez intento hacer el contacto más largo para poder salpimentar el beso con todos los matices que estoy sintiendo. Que me atrae y no me da mas que placer besarla. Que la veo y es ver una expresión de certeza contra la nada. Que se que intenta recordar lo que es la confianza y que yo estoy dispuesto. No se trata de amor sino de intimidad y que en esa fraternidad podemos darnos mutuamente lo que queramos y hasta donde queramos.
Creo que esto último ya no cabe en el beso y que seguramente se lo este contando con la mirada.
Nos acercó a la cama con tranquilidad y la naturalidad mas sincera para abordar el momento y el lugar en que nos hemos apoyado.
Me visualizo tumbandola y besandole los pechos a traves de la tela o bajando hacia la oscuridad y el aroma del misterio. Sin embargo me vuelco solo un poco contra ella para abordar su contacto pero dejar que los dos mantengamos la misma subordinacion. Mis manos buscan sus dedos para entrelazarlos mientras mi boca traza una O en el hueco de su cuello y hacia el hombro y con la nariz despejar un camino hacia su oreja.
Yo confio en ti, Leah. Tu confías en mí - le digo al oído con voz suave y sinceramente creyente de lo que le digo - Podemos hacer lo que queramos así. Siempre asi.
Nos podemos pedir cualquier cosa y cualquiera de nosotros aceptarla o negarla con respeto. Tu puedes pedirle a este pobre chico católico empalmado que no siga mas y esperar como cierto que asi sera y yo pedir que me dejes contemplar la Sonrisa que nunca se Apaga y que abras la camiseta y las piernas para que pueda besarla o puedes reirte o indignarte y hacer que no pase nada. - le rozo la mejilla con los labios - Podemos hablarnos y pedirnos cosas, sensatas, respetuosas y sencillas y pasar la noche y mañana y el dia despues de mañana en compañía.
Me muevo hacia delante para enfrentar los ojos y cerciorarme que no es miedo sino tranquilidad lo que los llenan antes de concluir lo que se me agolpa desde el pecho - hay tantas formas de conservar la luz encendida en la oscuridad. Esta el hacer mala poesía - comento con una risa nerviosa - O contarnos chorradas divertidas mirando la mamposteria - intercalo una pausa - Podemos hacer el amor...- recito remarcando el sentido de la expresion - Si asi lo queremos - empiezo a quitarme la camiseta y dejó el torso desnudo para volcarme a sus labios y besarla por tercera vez y acariciar tiernamente con sus manos y las mías sus costados para deshacerme de la tela entre su piel y mi piel.
Contigo. Aquí estoy.
Soy un hombre en un avión que salta y disfruta de la hermosura de la vista consciente de estar en manos del tiron de la gravedad y que en cualquier momento tendra que echar mano al paracaídas pero que es libre hasta que ese instante se presente. Flotando en una especie de gracia ¿Quieres compartirla conmigo, Leah?

Luego de un nuevo beso, sus manos me acariciaron por los costados haciendo que la franela desapareciera hacia mis pies dejandome desnuda frente. No era virgen, pero habiendome pasado tantas cosas aun no lograba pasarlo bien.

Con pudor me cubri y no me atrevi a mirarlo.

Puedes mirarlo, es una hombre, es Daniel, puedes confiar en el....

Una y otra vez me lo repetía para que mi mente se desbloqueara, necesitaba asimilar mis emociones. Finalmente subi los ojos y vi como me miraba, me deseaba. Aun no habia tenido tiempo de admirarlo a el, estaba confundida en mi rechazo.

Me acerque a el nuevamente y lo abraze para que mi pecho se fundiera con su piel. Con mis manos ayude a despojarlo de sus ropas y nos volvimos a besar alli de pie. Y alzandome hacia su cuello le susurre en el oido.

- No hables tanto... y le mordi la oreja mientras sonreia.

Me estaba excitando y aunque me era una sensacion familiar hacia eones que no era un hombre la que la originaba. Al menos no uno de verdad verdad.

Con mis manos comence a acariciarlo y sentía como la dureza de su cuerpo se incrementaba en su expuesta extremidad que tenia entre mis manos. Caliente y palpitante lo acariciaba entre mis manos sin dejar de mirarlos a sus ojos o besarlo en los labios y pecho.

Sabia lo que los hombre les gustaba, pero no estaba de humor de llegar a eso. Solo tocarlo y de dejarme tocar. Incluso en siento momento senti como sus manos trataron de tocar entre mis piernas e inmediatamente lo rechace y le movi su mano sujetandosela para besarla.

- Hoy no Daniel, no puedo. Dando a entender que no queria que me tocara alli.

Me asuste un poco de hacerlo molestar o decepcionarlo pero no me detuve y asi seguí acariciandolo. Debia poder pasar por encima de mis miedos, de mis traumas.

De alguna manera terminamos en la cama besandonos y acariciandonos, solo con la luz mortecina que podia llegar de las ventanas y la brisa fresca de la madrugada que tersaba mi piel junto con sus caricias. Fue delicioso cuando me beso en mis senos para devorarlos con dulzura y lentitud, y agradeci el gesto de darme tiempo de poder asimilarlo, ademas era muy sensible en mis pezones y me hizo gemir, dandole a enteder que estaba lista para recibirlo.

Duda, y lo esperaba por lo que dejo que Leah marque el tempo.
Caminamos entre la vergüenza honesta y la una reveladora intención de superar un freno interno.
Ella lo hace como, si sus metafóricos pies, no pudieran abandonar aun un estado de tensión contenida bajo varias capas. Pero las idas y venidas son cada vez mas cortas. Un beso aquí y después un pensamiento. Pero no escondido.
Soy consciente, en lo posible, de que hay una caída a tumba abierta acechando de algún modo, lo que incita a que ademas de atento a mis anhelos los suyos sean mas importantes.
El ir y venir de la danza nos entrelaza de nuevo de pie y ella me devuelve el beso. Desnudos los dos ya, solo el roce de su calor me dispone pero no rechazo un tiempo en el que sus manos me excitan un poco mas con el contacto de los dedos.
Percibo, con nueva sensibilidad, detalles de su piel como el áspero de los callos de usar la pistola o el gusto del roce con la lengua sobre el contorno de ese colmillo mas largo y puntiagudo dentro de su boca.
Placeres que se acumulan y alargan hacia el infinito.
Por sus áreas maltrechas, hombro, parte baja, herida del muslo, circulo elusivo experimentando la afinidad de que el dolor que asocian no solo es físico y mas cuando en el juego de tanteo me pide que no baje, que no lo haga, que no llegue hasta su sexo.

Cita:

Me duele su misterioso dolor pero la miro a los ojos. La respuesta de mi rostro es de afirmacion y asentimiento. No puedo darle mas seña que la pura verdad de que no quiero hacerle daño. La beso con la fruición de la pasión unida a la certeza de la confianza reciproca. Vuelco en mis labios y en mis manos esa respuesta.
En la cama es deliciosa, ofreciéndome la turgencia de sus pechos vencedores en su lucha con la gravedad. Me detengo en el hueco donde nace su raíz y lo paladeo franqueando esa frontera hasta probar la fuerza de la excitación en la punta aureolada.
Son oscuros con curiosas manchitas rosas. Al besarlos los tanteo. No largos pero si intenso. Beso primero alrededor rozando con la barba y la piel la pieza inhiesta, una, dos, varias veces, y arropándola después con los pliegues de mis labios con dulzura.
Leah responde con el clamor desamordazado de sus gemidos y aferrado a ese regocijo al final me entretengo mas con su pezón izquierdo, quizás mas jugoso, mas llamativo, mas cálido y excitado y expresivo. Quizás por lo cercano a su corazón.
Me esfuerzo inconscientemente en que mi cariño centrado en esa piel concreta invada cualquier otro recuerdo viejo o nuevo.
Yo saboreo en mi boca el ritmo de sus latidos acelerados.
Casi la tengo a horcajadas sobre mi regazo e inadvertidamente hemos ido a casi juntar nuestros sexos.
Los dos palpitan y se reconocen y se retroalimentan.
Es extraño. Por que ella no parece rechazarlo y soy yo el que duda.
Leah me espera y yo vislumbro un punto de no retorno.
Puedo parar pero es como si una oportunidad mas allá de la lujuria de tener sexo se vaya a escapar.
Casi enfrentados, ella sentada sobre mi y yo sobre la cama con naturalidad la atraigo hasta mi...

Madrugada en el Hotel Byron:

Finalmente soy penetrada. Daniel me toma por la cintura y mi cuerpo se mueve en un dulce vaiven al unisono con las olas del mar, pausado y relajado. Trato de concentrarme, estoy excitada y lo veo en sus ojos. Siento su respiracion, siento su transpiracion, sus ganas y su hombría.

Estando dentro de mi siento como me va llenando, como me disfruta, se que soy estrecha y siento como me expande por dentro haciendome gemir, haciendome gemir ...  tomo mas iniciativa y acelero el ritmo tratando de concentrarme, con su vaiven, con sus movimientos golpeando mi pelvis y aun asi me siento vacia, ligera, ajena. No estoy alli.

Con ansiedad cierro los ojos y me concentro en mi excitacion, es rico estar asi y me gusta sentirlo dentro de mi y aun convencida de que estoy bien mi cuerpo se aleja de mis emociones y sensaciones y con desesperacion me agarro a su pecho, lo beso, lo rasguño, porque necesito sentirlo, porque necesito que me penetre, porque necesito que ma haga suya, porque lo necesito dentro para que saque todo lo que tengo por dentro, todo lo que actualmente me llena y me ahoga.

Mi cuerpo se arquea anhelando el orgasmo, ansiando el electrizante corrientazo de energia que explota desde mi centro, pero no llega. Mi espalda suda y mi cabello se pega a mi cara dando el ultimo esfuerzo de una carrera que ya he perdido, y finalmente siento como Daniel explota dentro de mi.

Su abrazo es fuerte y continuado al igual que sus palpitaciones dentro de mi cuerpo, siento como hierve dentro de mi ser y aun asi estoy tan apagada, tan vacia.

Me acuesto sobre su pecho y lo acaricio para que termine de sentirme y de llenarme por dentro. No ha servido de mucho, pero se que esta feliz y no quiero dañar su momento. Al menos el tambien lo necesitaba y lo acaricio con ternura mientras aun esta dentro de mi haciendose mas pequeño.

Lo miro a los ojos incapaz de mentirle pero con aprobacion, con cariño. Esta bien, estoy bien, y no quiero que piense que es su culpa. Soy yo que estoy la que esta dañada.

Al menos he sido suya y lo he tolerado. Es un comienzo. Hacia mucho tiempo ya.

Cuando sale dentro de mi, lo acaricio y en su regazo descanso un poco. Pense en levantarme, pero la intimidad se me hace acogedora y decido quedarme quieta acostada a su lado, viendo la nada y sientiendo su respiracion.

Madrugada en el Hotel Byron:
la atraigo hasta mi...
... y me arropa en el guante de su cuerpo casi como si pudiéramos verternos en la carne del otro.
Una nueva bienvenida que agradezco volcándome con redoblada profusión.
La conexión puede ser en su raíz física pero la disfruto dual.
El impulso de los roces de nuestros órganos y el movimiento acompasado que crea una especial electricidad y el devenir de la corriente lubricante en nuestras mentes disipando un universo al tamaño de una cama y alimentándolo de la energía de nuestros gemidos.
Leah me estremece, me recoge y me vuelve a coger, y me busca. Yo la sondeo, la aferro y la beso, tratando de encontrarla o de tenderle una senda.
Ella lucha por ello y yo le tiendo el campo de batalla mas favorable que puedo ofrecerle.
Noto el arco de su espalda chocando con denuedo, mientras sus brazos me amarran y yo me estiro. Araño cada segundo de mas, cada espasmo de mas, cada pizca de oportunidad mas.
Pero la física es una barra de acero inflexible que no fuerza ni la voluntad y me descargo.
En la conmoción me siento como humo sin fuego pero la desazón se atenúa compartiendo respiración y el contacto y el poso que gotea se difumina en una lluvia lenta y limpia que evoca con su calor. Un chubasco mental con cara de melancolía pero que mi fuero irlandés soporta.
No se trata de ganar me recuerdo. Me ha hecho olvidar y rezo por que hasta donde haya podido a Leah también.
Ella me da respuestas con la yema de los dedos y la luz de sus ojos y la mas sincera de todas es que esta ahí, sobre mi pecho con aun parte de mi en su interior.
Puede que si una fracción de mi hubiera fantaseado con un rescate le estén recordando que en los viejos, viejos cuentos era ella, la Dama, la que rescataba al perdido paladín.
Disfruto de su peso sobre mi pecho y cuando me mira la miro unicamente dejándome transmitir que confío en ella. Y que seguiré ahí.
Me arrulla con relajo hasta que se mueve al costado acurrucada junto al contorno de mi cuerpo y yo me quedo observando el techo.
Por un momento creo que esta dormida y mi confesión casi se pierde entre susurros.
Mi madre me dice que haría un mal cura - comento - Supuse que por que me gustan las chicas, el whiskey y la mayor parte de mi juventud fui un pendenciero, pero... - me detengo para mirarle el rostro - Ahora creo que lo decía por que teme que me tomo las cosas muy a pecho - busco con un dedo la comisura de sus labios para dibujarle con el roce una sonrisa. Yo estoy sonriendo - normalmente es así pero hoy no.
Sinceramente sin saber si ya me escucha casi solo para mi silabeo un murmullo.
Duerme. Duerme una hora o dos. Ya nos cubriremos de cafe por la mañana.
Y desayunaremos bien en la cama
Un ultimo descanso. Antes de que retornemos a los engranajes del sistema.
Y a lo que nos acecha. Me santiguo. Lo que te fustiga.

He dormido otro rato pero me vuelvo a despertar. Veo la tenue luz que comienza a aclarar en la negrura de la noche y noto que solo han pasado unos minutos, tal vez una hora. No he podido dormir mucho mas. Pero es algo. Ademas estoy alerta.

Daniel yace a mi lado como un bebe y aun sonrio cuando me lo imagino vestido de cura.

Si como no.

Me levanto de la cama y se lo que necesito. No es la primera vez. Entro al baño y desnuda como estaba me veo en el espejo. Las ojeras que me acompañan han bajado un poco y pienso en el rato profundo que dormi.

Gracias Daniel.

Mi entrepierna arde un poco y me reviso. Estoy muy sensible, y no quiero tocarme. Pense en darme un baño pero no me calmaria, y por otro lado no quiero quitar el olor de Daniel de mi piel, su sudor, su sabor. No es que este enamorada, es mas basico, asi lo siento conmigo.

Asi que me vesti sin ponerme ropa intima solo el pantalon y la sudadera, mi arma en la cintura y Sophie en su lugar. Me peine y en 10 minutos estaba lista. Tome las llave del auto y antes de salir le deje una nota a Daniel.

"Vuelvo en dos horas. Voy al hotel por mis cosas, esperame"

Revise el celular y no habia mensajes nuevos. Asi que sali sin hacer ruidos.

Duerme tranquilo.

El frescor de la mañana me termino de revitalizar. Senti frio y me estremeci, pero me hacia sentir viva, ademas adoraba ver el amanecer y segura que el arco, o en el rio la luz brillaria divina.

Deja de pensar en tocarte.

Me esforce en alejar esos pensamientos y entre en el Jaguar. Conducirlo fue una delicia por el poco trafico asi que pude ir mucho mas rapido que lo normal.

Como me gustaria perseguirte... Pense en el asesino de Odelia.

El hotel estaba tranquilo y entre a mi habitacion. Habia dejado las cosas regadas, ya hacia tiempo que no me importaba mucho el orden. Asi que demore un poco mas de lo habitual en recoger mis dos maletas pequeñas. Me deje caer un rato en la cama cuando termine y decidi escribirle a Corine.

"Mi niña, encantada de ayudarte en tu asignacion, con el proyecto que tienes en mente, ademas podremos comer muchas cosas ricas que he encontrado en la ciudad, nada me haria mas feliz que verte, aunque estoy en un caso complicado, estoy segura que encontrare tiempo para ti. Avisame con tiempo para cuando vienes y organizarme. Besos y alejate de los chicos. Te ama, LeTa."

Me gustaba firmar con ella de esa manera.

Termine de vestirme.

Habia pensado en entregar la habitacion pero luego pense que podria necesitarla. Ademas estaba paga por una semana y dudaba de rembolsos. Asi que deje algunas ropas y asi deje una sola maleta y me lleve la otra con cosas mas personales. Al salir, el portero me pregunto si me retiraba y le dije que no con una sonrisa.

- Voy de compras. Chauu!

Entrepito. Pense mientras me alejaba.

Entre nuevamente en el auto y ya habia amanecido. Me habia colocado mis guantes para el frio y me hacian sentir mejor, pero volvi a tener ansiedad, y de momento no dejaba de pensar en Daniel. Senti nuevamente sus pulsaciones dentro de mi cuerpo cuando me bombeaba y cerre los ojos para deleitarme, asi debió ser por unos minutos cuando volví en mi y me estaba tocando los pezones y entre mis piernas.

Basta, basta.

Encendi el auto y conduje hacia La capilla mas cercana.

ESA MADRUGADA, EN MONTMATRE

La agradable conducción -todavía no eran las siete de la mañana- le llevó a una iglesia cerca de la casa de Noémie, en Montmatre.

Apartada de la zona turística, parecía muy antigua. Hacía fresco y el cielo estaba raso. Pudo aparcar frente a la puerta del templo junto a un deportivo de verdad llamativo. Un Tesla Roadster, eléctrico, que debía costar una fortuna.

ESA MADRUGADA, EN MONTMATRE

La agradable conducción -todavía no eran las siete de la mañana- le llevó a una iglesia cerca de la casa de Noémie, en Montmatre.

Apartada de la zona turística, parecía muy antigua. Hacía fresco y el cielo estaba raso. Pudo aparcar frente a la puerta del templo junto a un deportivo de verdad llamativo. Un Tesla Roadster, eléctrico, que debía costar una fortuna.

La mañana había ido convocando un cielo aborregado que se reflejaba en los cristales de los rascacielos de La Defense.

Entraron con su tarjeta en las oficinas del CSB y Chana saludó desde la sala de recreo, que olía a café Jamaicano. Era relativamente tarde, las diez y media.

Tras los buenos días y el ofrecimiento de un café, entraron en el despacho y allí les mostró cómo había organizado la información en seis apartados. Antecedentes. Escena. Autopsia. Hipótesis. Sospechosos. Otros. La estantería empezaba a llenarse de ficheros.

Cada uno de esos apartados tenía subapartados. Chana les fue explicando cómo había recabado información, fotografías, etc. El CSB tenía fuentes hasta en los servicios secretos. Acceso a la minería de datos, etcétera.

Cada dossier estaba acompañado de un abstract, y estaba trabajando en una base de datos de material de la investigación para poder buscar por palabras clave, fechas o temas.

Confesó que estaba impaciente por conocer sus hipótesis y les sugirió que lo leyeran todo detenidamente tomando notas para luego plantear nuevas ideas que dieran paso a nuevos campos para explorar. El método se basaba en ir retroalimentando con nueva información cada nueva hipótesis.

Había comprado todo tipo material de papelería. Desde libretas a grapadoras. Y el sitio estaba mucho más humanizado, menos frío que el día anterior.

El teléfono de Chana sonó, lo sacó de su bolsillo con el gesto de colgar, pero viendo quien era lo atendió, pidiendo disculpas con un gesto y saliendo del despacho mientras hablaba.

-Oh, lo siento. Los dichosos dinosaurios otra vez…

Quedaron solos con una tonelada de papel.

Volvió explicando que se tenía que ausentar. Habían llamado de la guardería del edificio. Algo nada serio pero que requería su presencia. Propuso que la reunión se hiciera justo después de la hora de la comida. Si tenían una urgencia podían ir al penúltimo piso y preguntar por ella en el jardín de infancia.

En la iglesia.

Al llegar veo al auto luego de pasar rato pensando en el auto.

En la iglesia busco un sacerdote que podamos hablar

Se me filtra la luz de la mañana bajo los parpados y del sueño paso a lucidez atrapando algunos bocados.
Imágenes de ojos fijos en mi, oscuros no azules, con una vida allá en la superficie repleta de historias.
En la lengua y en el fondo del cráneo siento el pastoso tacto del recuerdo sin un sentido que pueda asimilar. El sabor que redescubro en los labios sin embargo me es imposible de desubicar.
La busco con la mano pero sin embargo encuentro un calor vacío. Por un momento me sobresalto pero cuando el aire y la consciencia llegan a mis pulmones y mi cabeza al menos me puedo permitir subirme al proceso de encajarme en una calma racional.
Me incorporo entumecido por haber dormido desnudo y sacudo la vista tratándome de espabilar cuando echo los pies al suelo.
Definitivamente no esta. Su ropa y su arma de reserva han desaparecido pero el desbarajuste que montamos de madrugada aun permanece intacto. Recojo mis pantalones arrugados y me los calo para entibiar la piernas y luego hago lo mismo con mi camiseta y la suya.
No esta tampoco en el baño donde extrañamente reposa su lencería y no se como encajarlo y si debo empezarme a preocupar. Pero al salir y tomar el celular veo su nota tendida sobre la mesa de escritorio.
Su letra es acelerada y sencilla puntuado el francés con maña.

Cita:

La leo otra vez y la aliso y pienso si puedo leer mas entre lineas en la ultima frase. Pero decido que seria elucubrar.
Leah se guarda cosas y circunstancias. Todos lo hacemos. Cuando quiera o pueda se dispondrá a compartirlas. Mientras vivamos con lo que tenemos. Lidiando con los huecos con naturalidad.

Me siento en el escritorio y reviso si tengo mensajes de la oficina, del forense o el laboratorio. No lo creo por que es demasiado temprano. Con la inevitabilidad de los desfases horarios es mas fácil encontrarme respuestas de casa.
Madre me felicita por el nuevo trabajo y no escamotea el sermonearme por haberme ido al otro lado del charco. También me comenta que Padre sigue con su gran negociación con las grandes cadenas. Nada nuevo de dos semanas acá.

Magdalena me sorprende desde Londres preguntándome directamente si mi compañera esta buena.

A Madre le mando un beso y a mi hermana para picarla una negativa irónica sobre que a ella le voy a dar esa información. Menudo bicho mi hermana. Siempre al acecho. Es por esas cosas que la quiero con toda el alma.

Me arrellano en la silla y me rasco la barba.
Anoche mas de una vez me arrepentí tontamente de no habérmela afeitado. Podría hacerlo ahora y también ducharme pero hay una pereza autoindulgente en mi que desea alargar el recuerdo de Leah.
Ha sido como una pequeña locura. No, no es verdad. Habra surgido de improviso y casi precipitado pero no ha sido caos. Lo siento como el camino de cruce mas lógico de dos personas que buscaban un compañero. Mas allá y mas profundo de la perspectiva personal.
Leah es poli. Yo soy poli. Agentes del Orden en el grueso y olvidado significado de las palabras.
Los dos con roturas que nos hemos dispuesto a enmendarnos en aras a enfrentarnos mejor juntos a lo que hay ahí fuera.

Pensativo el hilo de lo que estoy reflexionando me lleva a coger el teléfono y mandarle un mensaje al Jefe Dos Cubos para preguntar como esta Alce. Conocer a Leah me ha recordado lo que hice mal y como lo puedo enderezar.

Al final miro la hora y dejo el aparato sobre la tabla tallada. Abro las cortinas y a la luz del nuevo dia arreglo los estropicios que se me han escapado anteriormente.
Como no se si el mensaje de Leah tiene la connotación de significar literalmente vacío un hueco en el armario y un cajón en la cómoda. Quizás sea para nada. Hay mas habitaciones en el hotel. Pero si con lo poco que la conozco es que se que de repente me sorprende.
Pido a recepción que en unos cuarenta y cinco minutos traigan un termo repleto de café y me intereso por el horario de desayunos y lo que hay que hacer para que nos lo traigan a la cama.
Después corro el brazo del la pera de boxear y la dejo en su hueco en mitad del cuarto.
Mientras me vendo las manos me concentro en el foco que busco para afrontar el día, las dudas que me asaltan sobre los asesinatos y la oscura figura que lo toca todo incluida a Leah.
Cuelgo el cartel de no molestar y acerando el filo de cuerpo y mente empiezo a aporrear la maldita cosa antes de que me lo devuelva.
Esta vez apenas descargo frustración e ira. Me voy intoxicando de la adrenalina si pero no es para limpiar el dolor sino para acoplar la mente y ponerme cada vez mas despierto y atento. Creo que lo vamos a necesitar.

A estas horas la iglesia debería estar cerrada pero su puerta estaba abierta de par en par. Sólo había un joven que permanecía de pie, con los brazos cruzados, frente al altar.

Era alto y tenía presencia. Vestía un traje un poco sport, pero muy elegante. Sin duda era el dueño del deportivo.

Se giró y miró con una sonrisa a Leah.

-Veo que no soy el único que busca consuelo después de una noche ajetreada. Y seguro que no soy tampoco el único que no lo encuentra.

Se giró y se acercó.

-Me temo que el cura nos ha salido poco madrugador.

EN LA IGLESIA

Estaciono el Jaguar al del Tesla en el iglesia no porque deba hacerlo. Si no que estoy intrigada. Un carro asi en este vecindario llama la atencion. Y los ricos iban a la Catedral o incluso a Notre, no en un suburbio. Tome nota de la placa por si debia verlo despues y despues acaricia la linea del Roadster. Era tan femenina, tan de mi.

Me sentí atraida hacia el. Por un momento olvide mi añoranza del TT de Audi, descapotable claro, para disfrutar del Tesla, pero habia trabajo que hacer y Daniel se preocuparia. Entre azorada en la iglesia. No era horario de servicio asi que seguramente conseguiria a algún sacerdote. Una idea me rondaba en la cabeza pero quede sorprendida al ver al joven solo cerca del altar.

Me acerque silenciosa, no para sorprenderle si no mas bien para respetar su momento de intimidad.

Era obvio que era el dueño del Tesla afuera.

Sonrei tras su comentario de la noche ajetreada.

Si supieras.

Y luego me sorprendi que el sacerdote no estuviese. No iba a sacar nada de alli asi que mejor era devolverme al hotel, y sin embargo me picaba la curiosidad.

- Es lamentable que no este. Pero... tu no pareces necesitar un cura, que te paso?

Por un momento pense que me contaría algun cuento de amor perdido. Igual me sente cerca de el. El ambiente estaba tranquilo. Aun.

Con Daniel.

Al regresar al hotel un poco mas tarde, parecía una chica alegre de campo. Bese en los labios a Daniel, corto pero intimo. Y le agradecir con una sonrisa la jarra de cafe.

Y luego de medio acomodar algunas cosas salimos para la oficina. Se que Daniel me miraba extrañado de porque demore tanto pero solo comente el trafico la ida y la vuelta. Nada mas. Aun no habia nada mas que contar. Ya me habia cambiado de ropa en el otro hotel asi que solo espere por Daniel para salir.

- Debemos ir a la oficina Daniel, es apenas nuestro segundo dia contando el de ayer y nos van a descontar las horas, ja ja ja.

Esta vez, para sorpresa de Daniel lo deje conducir. Mientras solo miraba por la ventana pensativa. No queria hablar. Aunque me lleve una taza de cafe para el camino.

Y alli estabamos en la oficina nuevamente. Chana no habia preguntado mucho mas sobre nuestras investigaciones cuando se retiro despues de la llamada.

- ¿guarderia? Pregunte a Daniel

Creo que debo ver eso mas tarde. Pense sonriendo.