Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

2.- Escena pública: El Día del Festival del Unicornio

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27/01/2012, 13:44
Elemmir Espadestrella

Elemmir cambió su mirada amable por otra preocupada y seria, aunque no pudo evitar dar muestras de cansancio. Parecía que la guardia había tomado un peaje significativo en el paladín que no tenía la apostura que le había visto por la mañana.

-“Os escucho, aunque debéis saber que sólo soy un miembro de la milicia asignado durante el Festival a labores de seguridad, mi trabajo es seguir instrucciones del capitán Hadush y, más directamente, de la teniente Recta.
De todos modos puedo aventurar que ningún peligro puede mover demasiado la agenda de la guardia, porque está completamente saturada hasta mañana con los eventos del Festival, por otro lado no hay nada que pueda amenazar de gravedad la totalidad de Zoquejo sin ser detectado. No hay día más seguro en todo el lustro que el día del Festival. Todos los guardias y casi toda la milicia está de servicio desde el amanecer hasta la madrugada.”

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27/01/2012, 13:45
Eliaster

Eliaster esbozó una sonrisa que no podía ocultar un tono un tanto paternalista. Con una sonrisa suave alzó las manos y habló con calma y relajación:

-“El pasado está cerrado, aquellos temas no tienen que ver con éstos, sólo les he mencionado por la posibilidad de que el eco estuviera hablando de aquellos hechos, que se resolvieron positivamente sin esa ayuda. No hay necesidad de remover viejos asuntos que ya han sido solucionados.
El hecho, Theonil, es que el eco que describes no parece magia divina sino arcana. Que esté o no relacionado con la profecía de Rillifane no es tan obvio como tu asumes, aunque mi apreciación personal coincide con la tuya en ese aspecto, ahora que me has revelado nuevos datos; de entrada pensé que el eco hablaba de aquellos sucesos y era un legado inútil, un intento de ayudar que no llegó a su destino. Aunque a la vista de los datos que aportas, tengo serias dudas de que sea así.
Pero eso no cambia nada del resto que te he dicho. Lo que no quieres entender, por tu cerrazón en temas divinos, es que te guste o no el Destino indica que sois tu y la humana quienes determinaréis el destino de la famosa cautiva, supuestamente Tianna. Y quienes estén contigo determinarán el resto. Da igual lo que te esfuerces por preverlo o evitarlo. Pocas veces he visto profecías tan claras en cualquier aspecto y, por oscura que resulte en su totalidad, a mi entender es muy clara en ese aspecto.
Puedes convencer a Hadush de que ponga toda la guardia y la milicia a tus órdenes y pensar la mejor estrategia del mundo para planificar cualquier posible interpretación de los hechos o investigar todas las pistas. Al final, si todo esto tiene algo que ver con Tianna, seréis tú y la chica de quienes dependa su destino; en cualquier caso el destino de una cautiva depende de vosotros, y sólo de vosotros.  Y, antes de que lo sugieras, negarte a aceptarlo es una forma de aceptar los hechos: desentenderte de ello es dejar que llegue el resultado que comportase tu fracaso en impedirlo; o dicho de otro modo el destino de la cautiva será el que pretenda quien tenga mano en él; yo diría que su carcelero, sea quien sea. Ni yo, ni Merryl, ni Hadush ni nadie podrá influir. Sólo tú y la chica humana.
¿Tienes otra opinión? Perfecto, estaré encantado de estudiar tus métodos de estudio de profecías si demuestras tener razón; hasta entonces seguiré considerándome a mi mismo el principal experto en el tema que hay en Zoquejo y que tus argumentos basados en investigación y suposiciones son menos efectivos que los míos en lo que a entender las palabras de los dioses y los augurios de los adivinos se refiere. Aunque sólo sea porque llevo cuatro siglos haciéndolo.”

Theonil entendía ahora porqué a Tianna le caía tan mal éste elfo. Su tono paternalista resultaba excesivo, la utilidad que pudiera tener su información resultaba cara ante su forma de proporcionarla y, definitivamente, atesoraba todas las características del estereotipo élfico, incluyendo todos sus defectos. Aunque también sus virtudes, porque fuera como fuera, la convicción y seguridad que mostraba en sus afirmaciones era inquebrantable y parecía tener una inteligencia superior para captar los detalles de las palabras de la profecía, el propio aasimar tenía que reconocer que los textos que repetía sonarían a galimatías a cualquiera que no lo hubiera vivido pero el elfo no había necesitado ni siquiera repetir o anotar las frases para buscarles un significado.

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27/01/2012, 14:51
Theonil Bremârck

Comprendo tu visión -Digo, levantándome de la silla. -Pero olvidas que el destino es una actitud, no un hecho.  Sonrío y le doy unas amigables palmadas en el hombro -Me habéis resultado de gran ayuda, F'nah Eliaster, es importante oír diferentes puntos de vista. 

Abro la puerta, antes de irme junto con Evea y Karlack con los datos que he conseguido. Dudo un momento, pego un respingo y mirando a la nada digo:

-El abuelo que me crió me dijo que ayudase a quién buscase la verdad y que desconfiase de quién asegura tenerla. De todas formas, no tengo ganas de colgarme de un olmo para no hacerle caso a ese supuesto destino, así que seguiré trabajando a mi manera. -Le miro  con una sonrisa templada, quizás de agradecimiento o de tranquilidad,  y hago un breve saludo. Decido ir antes a hablar con Hadush, a ver si consigo que suelte algo.

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28/01/2012, 04:00
Gaëlle Bellerose

¿Que demonios le había pasado? ¿Los había malinterpretado? No, no era eso. Sabía perfectamente lo que esperaban, pero nunca había estado dispuesta a dárselo. ¿Se había sobreestimado? Creyó que sería capaz de cambiarles el plato delante de sus narices sin que se diesen cuenta. Creyó ser bastante buena para engatusarlos, y había fallado. ¿Había sido un accidente? ¿O quizá el accidente había sido lo que ocurrió a media tarde? Quizá hubiese debido simplemente darles lo que querían... quizá hubiese debido seguir el ejemplo de Athala... ¿Era ella también solo un bonito cuerpo? ¿Era esa la razón de que pudiese ganarse la vida como juglar?

Aquella sensación no le era ajena, la había sentido en multitud de ocasiones, y la detestaba. No era que las cosas no hubiesen salido bien, ese no era el problema. No había sido capaz de conectar con el publico, no había conseguido meterles en el espectáculo. Pero ellos si lo habían hecho, si se habían metido, y no había tenido nada que ver con sus esfuerzos. Todo el merito había sido de su aspecto. Aquello la hacía sentirse un fraude.

En aquel momento habría deseado que Pia estuviese allí. Siempre conseguía que se sintiera mejor. Recordaba un concierto en una aldea minúscula junto a un lago, no recordaba el nombre ¿Como era posible que lo hubiese olvidado? Había ocurrido hace mucho tiempo, cuando empezaban a conocerse. Aquello había sido mucho peor que esto, un absoluto desastre, pero aun así el publico no hizo más que aplaudir, vitorearla y tratar de que actuase para ellos en privado. Había acabado sola, llorando en la calle, sentada en la orilla del lago acompañada por media docena de botellas de vino que pensaba terminarse. Se había decidido, iba a dejarlo. Ella no era más que un par de tetas haciéndose pasar por artista para sacarle el dinero a la gente. Peor aun, un par de tetas presuntuosas que en realidad creían poder hacer arte. Cuando Pia llegó se había bebido ya dos botellas. Ella había actuado justo después, y por lo que parecía todo había ido mucho mejor. Intentó echarla, en aquel momento estaba tremendamente celosa de que hubiese sido capaz de convencer a aquella gente de mirar más allá de su también precioso cuerpo.

Pía, la tímida Pia, la irracional Pia, la irresponsable Pia, a la que ese mismo día por la mañana había acompañado fuera de Zoquejo. Había sido ella quien en aquella ocasión la había protegido, como había hecho cada vez que se derrumbaba. Había compartido su bebida, tirando de manera oportuna parte, consiguiendo que Gaëlle no acabara desmayándose. Había soportado sus reproches, sus llantos y el resto de sus desvaríos etílicos. Había hablado con ella, calmándola y animándola. La había abrazado, había jugueteado con su cabello, la había acariciado. Bien entrada la noche la había convencido de que tocase, algo sencillo, suave, algo para lo que no necesitase pensar ni planear, sin pensar en lo que pudiese querer escuchar nadie, solo para ella misma. Podía haber olvidado el nombre del lago al lado del que tocó aquella canción, pero nunca olvidará la canción. Simplemente improvisó, sentada en la hierba, con los pies en el agua, sentada entre las piernas de Pia mientras ella, desde detrás, la rodeaba con sus brazos por debajo de la altura del pecho, con la cabeza hundida en su cabello. Aun hoy creía que era lo más bello que había sido capaz de crear. Pía había conseguido volver a convencerla de que tenía talento. Olvídate de todo, olvídate de todos. No importa lo que quiera nadie. Solo cierra los ojos y déjate llevar. No había llegado a terminar la canción, siempre se arrepentía de eso, aunque de repetirse la situación habría vuelto a hacer lo mismo. Había dejado el laud en el suelo, a un lado. Había cogido las manos de Pia, separándolas de ella. Se había dado la vuelta y había besado a Pia. Aquella había sido la primera vez. En la orilla de aquel lago, lejos de todas las miradas, cobijada por la oscuridad de la noche, había desnudado primero su alma y luego su cuerpo ante Pia de Vries, en lo que había acabado siendo una de las noches más especiales de su vida.

Ahora, mientras se retiraba del escenario, añoraba la presencia de Pia junto a ella. Añoraba su ímpetu, muchas veces desencaminado, por protegerla. Añoraba su voz, su cabello, y las yemas de sus dedos.  Añoraba la facilidad con la que conseguía alegrarla.

Deseaba tenerla otra vez a su lado, pero esta vez no necesitaba que la ayudase a reponerse. En ocasiones le costaba recordar, pero desde entonces nunca olvidaba lo que Pia le había enseñado. Un concierto podía salir mal, podia estar fuera de lugar, podian ocurrir accidentes, un publico podía rechazar lo que propusiese. No quería decir nada. Había musica en ella, siempre la había habido. El espectáculo corría por sus venas, había nacido para aquello. Lo unico que tenía que hacer, cuando todo saliese mal, era volver a lo fundamental. Olvidarse de todo, de todos. Simplemente cerrar los ojos y dejarse llevar.

Artheir tenía razón, aquel no era un espectáculo para ella, pero podía haberlo hecho suyo. No tenía claro si había sido un error de criterio, demasiado forzado, poco natural; si había sido un problema de habilidad, demasiado nerviosa, muy acelerada. Probablemente las dos cosas. Daba igual, había sido un accidente. Todo lo que tenía que hacer era volver a lo fundamental. Olvidarse de todo, de todos. Simplemente cerrar los ojos y dejarse llevar.

Cuando habló con el dueño de la taberna volvía a estar alegre. Inexplicablemente alegre para cualquiera que no pudiese leer su mente. No pudo sino darle la razón en algunas de sus apreciaciones, aunque ahora estaba convencida de que podía habérselos metido en el bolsillo.

Ilusionada como estaba al haberse reencontrado tras haber estado perdida apenas medio minuto antes ni siquiera le dio media vuelta en la cabeza antes de aceptar la invitación de tomar algo mientras esperaba a que cambiase las monedas.* La imagen de la taberna en la que antes había entrado Athala ya no aparecía en su cabeza, eso lo había visto la antigua Gaëlle, la que estaba insegura sobre si misma y sobre lo que era capaz de hacer. Ahora solo pensaba en lo bien que le sentaría una copa de vino despues de lo que se había cansado. Además, media hora tampoco sería tanto tiempo.

Notas de juego

Los dados de esta web me odian :___( Espero que para la próxima no me fallen, que cuento con acabar por encima de 40 (optimista que es uno xD)

*Estoy seguro de que va a ocurrir algo malo, y la curiosidad por verlo me mata xD

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28/01/2012, 16:02
Nívea Selen Telq'ssir

Nívea vacila unos segundos, confusa por la respuesta - uh, no, yo me refería a este lugar donde me trajiste. No a Zoquejo sino a cómo descubriste esta zona maligna del bosque.- dice, y le sonríe como pidiendo disculpas mientras señala hacia atrás, a la zona oscura de la que vienen.

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31/01/2012, 03:12
Auria

- Ahm, vaya... perdona... dijo ruborizándose y llevándose una mano a la cabeza... te entendí mal...

Fue simple casualidad, quería descansar en el bosque ya sabes, me siento más a gusto allí, en plena naturaleza. Para mí hay demasiados hombres y cosas artificiales por aquí. No puedo aguantar demasiado todo esto y prefería descansar en la naturaleza. Lo que me sorprendió fue que cuando salí para allá, no tenía esa sensación de descanso. Todo seguía siendo como... ¿"Antinatural"?

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31/01/2012, 14:52
Theonil Bremârck

Notas de juego

Por si no queda claro, intento ir a hablar con Hadush :D

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31/01/2012, 19:27
Director

Notas de juego

Si, lo se. Perdona, los fines de semana a veces no me da mucho tiempo de hacer nada y quería preparar los dos turnos que tenía pendientes. A continuación tienes turno para que elijas camino.

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31/01/2012, 19:28
Eliaster

-“Eso es justo lo que no ves, Theonil, el destino no es el futuro, sino el pasado que se forja con los hechos del presente. Las profecías nunca ofrecen un futuro, porque no está escrito sino hilos que permiten conseguir un destino determinado o evitar otro. Por seguir tus palabras, el destino de Tianna dependerá de tu actitud y la de la chica humana… y tu actitud se traducirá el los hechos que hagas.”

 

Eliaster se despidió de Theonil con una sonrisa amable y un gesto de bendición que al aasimar le recordó los que solía hacer Nasha. Empezaba a intuir de dónde podía haber sacado su hija el tono resabidillo y pomposo que usaba a veces. A la vez que el investigador salía el sacerdote se dirigió con premura a otra puerta, parecía que estaba muy ocupado.

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31/01/2012, 19:29
Director

Mientras salía del templo y pensaba en Hadush su idea inicial empezó a parecerle complicada. Si su difícil relación con él no era suficiente, el capitán de la guardia estaría hoy muy ocupado y en asuntos en los que no querría tener mucho que ver con él. Su suegro debía estar presente en todos los festejos principales, acompañando a los visitantes ilustres y los principales prebostes y comerciantes de la ciudad, no sólo era la tradición, sino que se suponía que daría imagen de seguridad, todo el mundo pensaría que estando allí el capitán la seguridad estaba controlada y perfectamente dispuesta, trabajo que recaía en la práctica como consecuencia en Aleena Recta, a quién Theonil había visto de pasada, al borde del síncope y aspecto agotado atendiendo simultáneamente cuatro conversaciones y con más extranjeros, correos de la guardia e incluso algún iniciado haciendo una larga cola ante su garita para despachar con ella.

Notas de juego

Bueno, normalmente haría yo por ti las tiradas para no detener la narración, pero creo que es un caso particular, así que dejo que tu elijas: si realmente quieres hablar con Hadush, debes tener éxito en una tirada de diplomacia, normalmente sería imposible porque la CD es 30 (es tremendamente complicado que el capitán de la guardia rompa el protocolo, cree una sensación de alarma por mínima que sea y deje de lado a todas las fuerzas vivas del pueblo para hablar contigo en público cuando cualquier tema que deba tratar debería llegarle a través de su teniente) pero las diversas circunstancias que rodean este tema te dan un +4, así que un 19 o 20 te permitiría conseguirlo. Si crees que Theonil preferiría no intentarlo, simplemente incluye en tu post en el que piensas en todo esto cual va ser tu alternativa.

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31/01/2012, 19:30
Director

Cuando Gaëlle volvió a prestar atención al entorno de repente, se dio cuenta por la mirada de Artheir que sus recuerdos de Pía debían haberse reflejado en su rostro; aunque por suerte su decisión de aceptar la invitación, le ofreció una salida fácil y rápida a la incómoda situación. Sólo quedaba esperar que el semielfo no se hubiera hecho ideas raras.

 

Cuando entró en la taberna por delante de Artheir, que sujetaba caballerosamente la puerta, la bardo sintió que se quedaba ciega unos segundos. Estaba bastante oscuro, en parte porque el sol ya estaba bajo y en parte porque los postigos estaban medio entornados y no había muchas fuentes de luz. Para rematar, el local estaba envuelto en una humareda significativa.
Apenas había conseguido acostumbrarse a la luz, sintió que se asfixiaba, el ambiente estaba muy cargado de un profundo olor a incienso, mezclado con tabaco oloroso y otros matices que no terminaba de reconocer; probablemente para ocultar el olor de la concurrencia y su propio tabaco. A la joven le costó unas cuantas toses y boqueadas recuperar su ritmo de respiración habitual.

Un breve vistazo bastó a la muchacha para notar que el local no era un sitio al que le hubiera gustado entrar sola. Únicamente tenía concurrencia masculina, una mezcla heterogénea de locales y visitantes, más humanos que otra cosa; las camareras llevaban una ropa que Gaëlle consideraría escasa incluso para irse a dormir y no parecían nada interesadas en esquivar las manos que se las acercaban. Lo último que distinguió fue a Athala en un rincón, sentada en el regazo de un tipo gordo y muy bien vestido, comiéndole la boca; alguna chica más había en la taberna, todas ocupadas en andanzas del mismo estilo que la cantante. En ese momento, un semiorco de buen tamaño se dirigió hacia ella con toda la intención de abrazarla; justo en ese instante notó el brazo de Artheir ciñéndole suavemente el talle a unos respetuosos cinco centímetros por encima de las caderas, un segundo después, como un resorte, un humano musculoso y alto que estaba junto a la puerta se plantó entre ella y el semiorco deteniéndole en seco de un empujón. Mientras los dos brutos discutían, el semielfo empujó con suavidad a la humana hacia unas escaleras, mientras señalaba en dirección a ellas y luego a lo alto, a una especie de balconada en la parte más elevada de la taberna.

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31/01/2012, 19:34
Artheir Expósito

-“Querida, si te parece subiremos a los reservados VIP, menos gente, un ambiente más agradable y libre de humos no desados.” – apenas se habían alejado del peligro, Artheir soltó la cintura de Gaëlle, pasando a ofrecerle el brazo con galantería. Durante unos segundos, la bardo temió estar metiéndose en la boca del lobo, no pudo evitar que su respiración se acelerase, al llegar al piso superior y ver un pasillo con varias habitaciones, con sus propios quemadores de incienso, que estaban dedicadas de forma más o menos obvia al lenocinio; pero ellos giraron antes de ese pasillo a un espacio mucho más agradable, tenía mucho de más de club de caballeros (o damas) que de taberna, había algunos biombos cerrando partes del lugar, mientras el resto estaba vacío y otro biombos estaban por allí sin desplegar. El humo parecía mantenerse apartado de la zona, de forma casi inexplicable, aunque cada mesa, en torno a la cual había cómodos sillones y divanes, tenía su propia cachimba.

 

Artheir la dirigió hacia un rincón, que contenía un trozo de la balconada que permitía ver la barra, a través de una cortina de humo denso, así como el escenario, más allá, a lo lejos, a través de un ventanal que era el único abierto de par en par, en él se distinguía, vagamente, las chicas de los velos de seda, que ya no llevaban tantos como cuando las vio subir al escenario, las muchachas evolucionaban en una danza hipnótica similar a una pelea en que se arrebataban más velos la una a la otra.

Una camarera tan poco vestida como las de abajo, pero con cierta gracia al andar y un cierto encanto al lucir su semidesnudez que aquellas no tenían, llegó apenas un minuto después de que ellos se hubieran sentado; traía una botella de vino y dos copas, tras dejarlas encima de la mesa, desplegó un biombo aislando a la pareja del resto del reservado. El semielfo sirvió una generosa ración de vino en cada copa e invitó a Gaëlle a tomar una de ellas con una sonrisa traviesa y un guiño. El vino era excelente, una cara botella de tierras del Sur, de sabor intenso aunque suave y alta graduación alcohólica. Su acompañante comenzó la conversación, tratando de mantenerla siempre centrada en ella, sus aspiraciones, sus vivencias y sus gustos.

 

-“Bueno, y ¿qué trae a una concertista como tú a este rincón remoto? ¿Hay quizá algún elfo que roba tus suspiros?” – sonrió con picardía y siguió con sus preguntas al mismo ritmo que Gaëlle era capaz de contestarlas, aunque la chica no tenía mucha experiencia adivinando las intenciones de la gente, no le costó mucho ver que Artheir trataba de ligar con ella de forma clara, aunque no descarada; lo que habida cuenta de su profesión no dejaba de ser algo curioso. Su contertulio, de todos modos mantenía siempre la conversación en términos agradables, interesándose por ella e intercalando en sus preguntas halagos, piropos y tanteos.

Sin embargo antes de que la conversación pudiera avanzar demasiado en cualquier dirección, un importante jaleo en las escaleras la interrumpió, ruido de discusiones y, tal vez, peleas; apenas les había dado tiempo de dejar sus copas y levantarse, cuando el biombo fue derribado de un manotazo. El semiorco de abajo y otro que podía ser perfectamente su hermano gemelo estaban plantados ante ellos con dagas desenvainadas y con un gruñido gutural el primero demandó, el portero estaba tirado en mitad del pasillo, en un charco de sangre y sujetándose el vientre:

-“Este sitio es un timo, aquí no nos han dado más que disgustos, así que nos quedamos con la tuya.” – el semiorco señaló a Gaëlle y su compañero lanzó un monedero que se abrió ligeramente para mostrar unas pocas monedas de oro probablemente pensando en convencer a Artheir para que le vendiera o alquilara a la moza.

 

El semielfo sacó un afilado estoque, Gaëlle no supo decir de dónde, como por arte de magia y cerrando la bolsa con la punta la devolvió al semiorco, mientras hablaba tranquilo pero con voz fría, su sonrisa había desaparecido.

-“Señores, ya les dije que el servicio que buscaban, aquí no estaba garantizado, que harían mejor en buscar en la carpa, aunque ahí tampoco lo estaría, al menos, sus posibilidades serían mejores. A parte de eso, creo que deberían aprender a diferenciar una dama de una puta. En realidad es muy fácil, ¿ven?” – añadió señalando a Gaëlle de arriba abajo – “incluso ustedes saben que ella no les tocaría ni con un palo, eso quiere decir ‘dama’…” –

 

Gaëlle intuía que el siguiente comentario de Artheir sería ofensivo, durante los breves segundos que había durado el intercambio la joven bardo había descubierto que estaba a un segundo de estar en terribles problemas. Las consecuencias de una pelea que culminase en derrota eran más que obvias, pero ganar una pelea tampoco parecía una solución ideal… Si acababan llevándola ante Aleena Recta detenida por una pelea… y en esa taberna… ¿dejaría la elfa que entrase en el bosque después de eso?. Por si fuera poco no iba equipada para pelear; tampoco es que los semiorcos lo estuvieran mucho, a parte de estar borrachos, pero parecían tener fuerza suficiente para compensarlo, ¿y si su vestido de actuar se rompía? ¿Y si la hacían una herida con la que actuar en la gran actuación de la noche marcada como una bandolera? Tenía sólo un segundo para elegir un curso de acción y pocas posibilidades de que aquello acabase bien…

Notas de juego

Realmente, no tenía intención de incluir más problemas de momento... pero si lo pides así... XD

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31/01/2012, 19:36
Theonil Bremârck

El viejo se ha convertido en una estatuilla estos días... Pero por todos los dioses, ¡Tengo que conseguir esa información! Nasha puede estar en peligro, y si no me matan los susodichos, me matará él; casi seguro... 

Con un gesto de importancia elástico y seguro me acerco a Aleena, dispuesto a conseguir esa entrevista, cueste lo que cueste.

Aparto de forma poco educada a uno de los comerciantes extranjeros y digo (en élfico, supongo):

-Aleena, necesito hablar un momento con Hadush. Es muy urgente, y tiene que ser cuanto antes. Lo que tengo entre manos puede poner en peligro a todo el festival, al unicornio... y a su nieta. Dile que si quiere ya me colgará en otra ocasión por saltarme el protocolo, pero que no hoy. Es lo siguiente a urgente. Que tenga que ir al excusado, o cualquier chorrada con tal de sacarlo de ahí 5 minutos. ¡Se que puedes conseguírmelo! ¡Hazlo por mi, Aleena! ¡Por favor!

- Tiradas (1)

Motivo: diplomacia (dificultad nivel: absurda)

Tirada: 1d20

Resultado: 15(+11)=26

Notas de juego

cruzo los dedicos..

OH, que pena. Solo un 26. Su madre, creo que nunca he sacado un 26 en umbría XDD

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31/01/2012, 23:18
Gaëlle Bellerose

Sin dar tiempo a Artheir a actuar, y aun estando desarmada, dio un paso al frente. Estaba dispuesta a acabar con la pelea antes de que empezase. 

-Hey, chicos ... - se dirigió a ellos - creo que no os dais cuenta del lío en el que os estáis metiendo. La bebida ha embotado vuestros sentidos y no pensáis con claridad. Os voy a explicar que va a ocurrir si no os retiráis ahora mismo. 

Hizo una seña a Artheir para que se mantuviese a la espera. Engañar o asustar a la gente no era su especialidad. La verdad es que tenía muy pocas nociones de como hacerlo. Así que se decantó por narrar el que creía que sería el curso de acontecimientos más probable, y confiar en que aquellos dos se largasen. 

-Habrá una pelea, que casi con seguridad perderéis, porque habéis bebido en exceso. Puede que alguno de vosotros muera, o puede que lo haga uno de nosotros. Sea cual sea el resultado la guardia aparecerá, y con ellos probablemente lo haga la teniente Recta. La conozco, y no creo que lo que encuentre vaya a gustarle. Hablará con todos los que lo hayan visto - señaló a través de la balconada - y con seguridad os detendrá y hará que utilicen la magia para sacaros la verdad. Como esto lo habéis empezado vosotros - señaló al portero - seréis encarcelados por mucho mucho tiempo. 

Hizo una pausa. 

-Si yo salgo herida la cosa se pondrá aun peor. Soy una artista convocada por la organización del festival para actuar en uno de los momentos importantes. Si por vuestra culpa no pudiese hacerlo sería un gran contratiempo. Solo con rozarme enfadareis a suficiente gente como para no volver a ver la luz del sol. 

Levantando el dedo, como si un detalle acabara de cruzarse por su cabeza. 

-Por otro lado la teniente Recta me conoce, y conoce a mi familia que, pese a lo que las apariencias puedan dar a entender, forma parte de una comunidad elfa. Esto podría acabar siendo algo personal para muchos en este lugar, y  no creo que eso os beneficie lo más mínimo. 

-Así que ya lo sabéis. Podéis seguir con lo que estáis haciendo, y con suerte acabar en un calabozo para el resto de vuestros días, o podéis daros la vuelta, abandonar esta taberna, y buscar cualquier otro lugar donde emborracharos y perder el tiempo.

Retrocediendo de nuevo hacia la protección de Atheir completó su exposición. 

-No trato de amenazaros o engañaros, solo os explico lo que va a pasar. Y se que sabéis que no me equivoco.  Así que... - se dirigió a ellos por ultima vez -  ¿Por que no os vais, nos dejáis ayudarle - señalaba al portero - y así evitamos que nadie tenga que morir o acabar encerrado? Será mejor para todos, nadie saldría ganando si comenzamos ahora una lucha. 

- Tiradas (1)

Motivo: Tirada

Tirada: 1d20

Resultado: 9

Notas de juego

La tirada no se muy bien exactamente por que iría, si por diplomacia, intimidar o interpretar, te lo dejo a ti. 

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01/02/2012, 00:29
Karlack Rowder

El guerrero se puso al lado de Evea. Pero no prestó mucha atención a la conversación. Era algo que sabía que no podría aportar mucho. Donde sí que podría ser necesario era con la gente airada que los rodeaba.

La situación parecía controlada, pero Karlack sabía que una pequeña chispa era suficiente para que aquel gentío se sublevara.

El guerrero esperaba que con su intimidante físico, contribuyera a mantener la paz, por lo menos hasta que Evea terminara. 

Notas de juego

A mí también me parece acertado

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01/02/2012, 09:43
Evea, la gata

 La muchacha asiente ante las palabras de Elemmir, con gesto serio.

 - Conociendo la senda que seguís, con el orden y el bien por bandera, no esperaba otra respuesta.- Anuncia con serenidad.- Como habría respondido Tianna. Pero no por ello quería dejar de consultaros, caballero. También pensé en ir a ver a la teniente Recta, pero parece tremendamente ocupada. El capitán Hadush, creo que resulta más inaccesible aún... Pero esperaba que tal vez usted pudiera orientarnos para proceder de la mejor forma.

 Tras una dramática pausa, retoma sus palabras, en un tono más confidencial, si cabe, concerniendo a Elemmir y a Karlack.

 - Un poder muy oscuro se acerca a Zoquejo. ¿Conocéis algo de una pérfida deidad llamada Orkus?

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07/02/2012, 21:00
Director

Theonil irrumpió en la ordenada fila de solicitantes como un elefante en una cacharrería, durante unos segundos en los que consiguió soltar sus frases, pensó que se había salido con la suya; su voz resonó claramente cuando el gentío que esperaba y los que reclamaban a la vez a la teniente Recta se callaron bruscamente mientras miraban al aasimar.
Entonces, como si algún resorte oculto les hubiera hecho saltar a la vez, todos empezaron a gritar simultáneamente, de forma que era imposible saber lo que decía nadie aunque las protestas y amenazas eran patentes. Theonil tenía dudas de si Aleena habría podido oír todo lo que dijo o no; pero lo más preocupante era que alguno de los de la fila había echado mano a las empuñaduras de sus armas. En particular el tipo al que Theonil había embestido, le miraba con rostro desencajado y una ira extrema desde el suelo, con la elegante ropa sucia; con la dificultad propia de los actos que se intentan apresurar más de lo que uno puede, desenvainó por completo un estoque enjoyado y se puso en pie rabioso.

Antes de que pudieran enzarzarse, otros dos de los que despachaban con Aleena cuando Theonil irrumpió, guardias a los que conocía de vista y algún que otro encuentro profesional, saltaron como gatos, cada uno agarró a uno por los brazos, con suavidad en el caso de Theonil pero con fuerza en el del extranjero que se revolvió intentando soltarse, hasta que le detuvo la voz de la teniente Recta, segura y autoritaria, elevándose por encima del estruendo de los vociferantes con un tono más agudo de lo habitual que transmitía un enfado mayúsculo y un principio de histeria.
Fijándose más en detalle, Theonil pudo distinguir en la elfa unas ojeras que le llegaban a mitad de los pómulos, parecía muy cansada y su lenguaje corporal transmitía un estrés extremo. Pero no pudo apreciar mucho más, porque su voz le sacó de su ensimismamiento perceptivo.

Notas de juego

¡Cómo me las montas! XD

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07/02/2012, 21:02
Aleena Recta

-“¡Alto, todo el mundo! ¡¡Silencio!! ¡Silencio!, ¡¡Ya!! ¡Expulsaré de la ciudad o encarcelaré a cualquiera que arme el más mínimo alboroto! ¡Si alguien más toca un solo arma pasará en prisión una buena temporada!”
El escándalo se apagó a un murmullo de voces enfadadas y descontentas que mezclaban protestas e incredulidad contra la excitada elfa pero que no se atrevían a seguir con la jarana. Incluso el belicoso extranjero detuvo su forcejeo.

La teniente se inclinó en dirección a éste y a Theonil, sacando la mitad del cuerpo sobre la barandilla de su puesto de guardia, con los ojos muy abiertos de furia y la boca apretada y siseando al hablar entre dientes.
-“¿Es que estás loco, Theonil? ¿Acaso quieres provocar una algarada en mitad del Festival? ¿Cómo se te ocurre irrumpir de ésta manera?, ¿Crees que puedes venir aquí y hacer lo que te plazca? ¡Ésta gente lleva esperando más de una hora! Y todos creen que sus asuntos son de vital importancia. No puedo darte acceso al capitán, aunque quisiera, no está en mi mano. Ha venido el no-se-qué de la prima del hermano de no-se-qué princesa consorte, que le apetecía ver un unicornio y no tiene nada útil que hacer, de modo que las autoridades están custodiadas por Guardias  Reales que exceden con mucho mi rango y posición. ¡Ni se te ocurra montarla allí! Ellos no se andarán con chiquitas con tus patochadas, no será Hadush quien te cuelgue y ellos no van a andar preguntándote qué día te va bien.” –

Theonil distinguió un brillo extraño en la mirada de Aleena en las últimas frases, ¿preocupación? ¿temor? ¿otra cosa?... Era difícil decirlo. Inmediatamente, sin dar opción a réplica, se volvió al belicoso extranjero, que rebulló incómodo; la mirada de la teniente había cambiado, añadiendo a la furia (y el cansancio que bordeaba el hastío) un significativo desprecio.
-“Estábamos en que no eres violento y habías sido profundamente ofendido cuando sacaste el estoque en mitad de la multitud, ¿verdad?” – la mujer había adoptado un tono muy relajado, calmado e incluso amable; tal y como Theonil veía venir, de repente explotó de nuevo con violencia haciendo que muchos dieran un respingo, señalando al tipo que aún sujetaba inútilmente el estoque en su brazo inmovilizado por el guardia.
-“¡Llevadle a prisión, hasta el anochecer de mañana! Y llevaos también a Theonil.” – y añadió en tono más bajo y calmado, de modo que apenas le oyeron más que los guaridas, Theonil, el extranjero y el otro que había estado departiendo con ellos antes de que el aasimar irrumpiera – “Antes de que le linchen.”

Notas de juego

Remarcar los signos de puntuación para que se pueda leer la conversación como está pensada. Es un texto un tanto complicado, porque Aleena está al límite, de modo que alterna gritos, alaridos, susurros enfadados y comentarios en tono más normal. No pienses que está siempre enfadada y gritando o perderás información de sus palabras.

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07/02/2012, 21:11
Director

El guardia hizo un gesto en dirección al arco de entrada, más pendiente del otro detenido que de él, mientras hacía ademán de empezar a andar hacia el Centro. El siguiente de la fila se acercaba a la teniente, dirigiendo una mirada de odio al investigador, probablemente por haber dejado a la guardia enfadada y muy poco receptiva a su petición. Mientras caminaba, más al lado del guardia (que le miraba con gesto de reproche) que escoltado por él, alejándose de allí pudo escuchar cómo dos guardias pasaban a la carrera junto al puesto de Aleena gritándole a la teniente al pasar “Teniente Recta, una reyerta con heridos en la Falda de Retales”, Theonil creyó escuchar el suspiro de la elfa desde la distancia mientras él pensaba en la taberna más sórdida de la ciudad a la que se referían.
Apenas pasaron el arco de entrada, una vez fuera de la vista, el guardia soltó a Theonil y dirigiéndole una mirada seria y negando con la cabeza, se marchó sin siquiera despedirse, dejándole a su aire en mitad de la Plaza principal. Las protestas del otro preso que era escoltado con firmeza en dirección a la prisión fueron acalladas por una contundente colleja del guardia y un poco sutil chasquido de la cuerda del arco del miliciano que vigilaba desde lo alto el lugar.

Sin embargo Theonil no pretendía darse por vencido, no le costó averiguar dónde podían estar las autoridades y cuarto de hora después había salido discretamente de nuevo al Festival. El palco de autoridades, estaba en un lugar privilegiado que le permitía ver el escenario principal de actuaciones, las finales del concurso de tiro con arco cuando llegase y la ceremonia del unicornio posteriormente. Por desgracia estaba en un perímetro aislado por muros de madera, que no era fácil decir si eran mágicos, artificiales o crecimientos naturales producidos con magia. A pesar de su negativa inicial el guardia de la ciudad que se encargaba de controlar el acceso, permitió a Theonil pasar, sobrepasado por su retórica de peligros inimaginables, conexiones con los mandos de la guardia y sus amenazas.


El problema vino una vez pasó a la zona de nadie de varios metros que había hasta la grada en la que podía ver a todo el que era alguien en el pueblo, incluyendo a Hadush con gesto aburrido y pinta de preferir estar en cualquier otro lugar. Estaba al lado de un petimetre vestido con elegantes ropas que tenían pinta de valer más que todas las posesiones de Theonil; todo el mundo parecía estar haciéndole la pelota y muy interesado en lo que dijera o pensara. Pero el acceso estaba cortado por dos elfos, otro par, uno de ellos una mujer, estaba justo al final de las escaleras que subían y, al perspicaz investigador, no se le escapaba que alguno de los cortesanos que le acompañaban, en realidad, sería algún mago.
No hubo manera de pasar de los guardias reales, apenas hablaban. Simplemente le dijeron que no podía pasar y cruzaron sus lanzas. A Theonil no le cupo ni la menor duda de que un movimiento en falso provocaría una reacción contundente, tal vez letal, de los elfos, la elite del ejército. Hadush parecía haber abandonado el gesto de aburrimiento y miraba al aasimar con gesto adusto y cara enrojecida de ira, era obvio que esperaba que hiciera algo estúpido que le pusiera en ridículo, aquello podía tener repercusiones muy caras para él, si el marido de su hija montaba el espectáculo allí, lo pasaría mal, aquellos elfos no eran precisamente quienes eran por tener manga ancha en lo que respectaba a las tradiciones, y la presencia del miembro de la realeza no hacía que la situación fuera mejor; su escaso conocimiento del protocolo le bastaba para saber que si el jefe de la guardia abandonaba la compañía de tan ilustre visitantes sería como reconocer de facto que no podía protegerle adecuadamente. Trató durante media hora de convencer a los guardias de que le dejasen pasar, argumentó, advirtió, amenazó e incluso suplicó, pero lo más que logró fue una ligera mirada de comprensión de uno de los guardias que miró hacia el estrado con gesto de fastidio, pero tras contemplar al petimetre venido de la corte, volvió a su disciplinada vigilancia sin volver a mirar a Theonil.

Notas de juego

Bueno, nota que hay tres posts, por si no los has visto antes que este. He preferido hacerlo así porque he avanzado mucho y, tal vez, quieras hacer cosas distintas de las que asumo. Así podremos acordar variar los actos desde algún post y borrar los que sobren. 

También permite avanzar la acción mucho si es necesario, de modo que si tardas en volver puedes hacer un post resumen y reengancharte para la llegada del unicornio mientras los demás terminan sus tardes. O puedes ir añadiendo tus reacciones a cada situación en posts sucesivos hasta ponerte al día si vuelves con tiempo suficiente para jugar más.

Como comentarios a todo esto que pasa: Tu tirada de diplomacia es excepcional, aunque no lo bastante para lograr tu objetivo. Pero es suficiente para salvar la situación apurada en que te mete tu interpretación (que loco XD es una risa, vas a matar a Aleena a disgustos) e incluso para superar a la guardia del pueblo. Ya sabías uno de los motivos por los que la dificultad era abisal (la reticencia de los elfos a revisar trapos sucios enterrados) y ahora conoces el otro (Hadush está en la práctica incapacitado durante todo el Festival y la guardia, hablando en plata, como puta por rastrojo a causa del elfito real)

 

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07/02/2012, 21:29
Director

La muchacha estaba muy nerviosa cuando se levantó para poner paz, porque en la taberna había estallado un notable tumulto, mucha gente salía corriendo y había oído gritos de mujer chillando “¡le han apuñalado, le han apuñalado!”. Aquello no pintaba bien y tuvo que improvisar una excusa, como por arte de magia las palabras acudían a su mente y se sorprendió a si misma de lo que convincente y razonable de sus argumentos, por desgracia el nerviosismo no ayudaba a su exposición de ideas y ella misma se notaba insegura y vacilante al hablar.
Los semiorcos escucharon la disertación de Gaëlle muy atentos, aunque quizá demasiado atentos a su escote y el corte del vestido que llevaba en las caderas y demasiado poco atentos a sus palabras. Mientras la bardo hablaba, ellos se miraban entre si con un esperanzador gesto de preocupación que les hacía parecer lerdos; se rascaron la cabeza un par de veces y, para incomodidad de la joven, se rascaban ostensiblemente la entrepierna, haciendo que ella perdiera la concentración y tartamudeara. En un momento determinado, uno de los semiorcos pareció llegar a una idea brillante, se rió asintiendo cuando Gaëlle les sugirió que abandonasen la taberna y, tomando la bolsa que Artheir le había devuelto, se la ofreció a ella.
-“Vale, chica, te damos el dinero a ti, en lugar de a él y nos llevas a tu posada, ¿es eso?”

Gaëlle supo que su cara había cambiado y estaba roja de ira por el tremendo insulto porque el semiorco retiró su mano y el gesto de ambos volvió a tornarse hostil mientras emitían un quedo gruñido. Trató de serenarse para devolver la conversación a algo civilizado mientras oía en las puertas de la taberna gritos de un guardia dándose a conocer. La situación se estaba complicando. Cuando logró calmarse, notó que sin que lo notasen ella ni, aparentemente,  los semiorcos, Artheir la había ido llevando hasta la pared exterior mediante suaves tirones y empujones de la cintura. La joven humana se lanzó a su argumento final pidiendo que les dejasen atender al portero acuchillado.
En ese momento todo se volvió borroso, incomprensible y un caos. Ella señaló al pobre hombre, mientras decía “y así evitamos que nadie tenga que morir o acabar encerrado”. Los semiorcos se giraron para mirar al portero que se desangraba en las escaleras. El mundo empezó a moverse sin control mientras su última frase sonaba algo así como “será mejor para todos, nadie ¡SALDRÍA GA...AAANANDO SI COMENZAMOS UNA LUCHAAAAA!. Durante ese tiempo: oscuridad, velocidad y miedo. Unos segundos después su mente se dio cuenta que Artheir Expósito había agarrado su cintura firmemente, derribadola junto a él contra la pared, la cual había cedido a un tobogán mientras volvía a cerrare y, por el ‘clic’ que se escuchó, a sellarse. Habían bajado abrazados por un corto tobogán un par de pisos encajonados entre dos paredes de piedra y salieron a unos corredores medio naturales medio excavados, eran húmedos y oscuros y estaban repletos de cajas, barriles y habitáculos.