Partida Rol por web

Ocultos entre el forraje de la colina no adivinábamos señales que indicaran una especial belicosidad en la comunidad de personas que veíamos allí abajo. Pero sabíamos que poseían armas. 

Me acerqué agachado hacia la posición de Keira y Tom y les hice un gesto para que nos retiráramos un poco del resto del grupo.  

- Hey - dije en voz baja - no sé lo que pasará ahí abajo, por eso quería hablar con vosotros. Quiero que dejéis de llamarme teniente. Para salir vivos de esta tenemos que cohesionarnos, incluyendo a los chavales y al capullo de Roan - dije esto mirando especialmente a Keira. Tenemos que aportar todos, no obedecer órdenes sin más. Y vosotros sois los mejores soldados que hay en este grupo. Lo único que os pido, mi última orden por decirlo así, es que todo lo que decidamos entre todos lo acatemos entre todos. Si no, no lo conseguiremos. 

Lo que ves es a una decena de personas cuidando de algunos animales como gallinas y cerdos, plantando o recogiendo cosechas, hablando...

Es como una granja normal. 

No veis armas por ninguna parte.

Pero al seguir mirando, más allá de las casas, si que ves alambrada rodeando la zona y varios puestos de vigilancia que no dejan de mirar hacia los bosques.

Tras mirar por los prismáticos conté lo que ví al resto del grupo. 

- Hay puestos de guardia rodeando la granja desde los que vigilan el bosque, y todo el perímetro está cercado por una alambrada. Cada puesto tiene gente armada, aunque están bastante separados entre sí. Creo que lo mejor es que alguien se acerque y tantee como nos recibirían. Colarnos es posible, pero es fácil que nos vean y ahí dinamitemos cualquier vía diplomática. Además estamos en desventaja numérica. 

Será arriesgado para quien haga de avanzadilla, pero...no queda otra. 

Estaba dispuesto a acercarme solo o acompañado, pero quería conocer la opinión del resto. Ir alguien solo tenía la ventaja de que quizá le dejaran hablar con el responsable al considerarlo inofensivo, y en caso de ser capturado o algo peor el resto del grupo no se pondría en riesgo, pero estaría a merced de la buena o mala voluntad de las gentes de abajo. 

En cambio una avanzadilla de 2 o 3 personas armadas quizá se asegurarían cierto respeto, aunque quien sabe si querrían arriesgarse a dejarnos entrar. O en caso de jugárnosla, aunque hiciéramos más daño saldríamos perdiendo igualmente y nuestro grupo sufriría más bajas.    

Había que pensar bien que hacer. 

Mientras caminaban juntos, Roan escucho en silencio lo que Jack le dijo y contesto:

-Ya te he dicho Jack que me pareces un hombre bueno...y hablas de igualdad-señaló a los otros dos militares- jamás me verán como un igual. Jamas... la gente que no supera el instinto de estar como los que son como ellos acaban transformados en nazis asesinos Jack. Han empezado agrediéndome sin motivo y acabaran disparándome porque no toleran la diferencia-Roan tenia el discurso victimista de las universidades americanas, ademas de todo lo que ya traía de casa, que no era poco.

Roan guardo silencio el resto del tiempo, seguramente estaba pensando en los detalles de su plan... lo cierto es que desde que tuvo el ultimo encontronazo con Keira y Tom habían pasado dos cosas en el médico. Estaba mas taciturno y había dado un paso atrás: ahora renunciaba a ir primero y dejaba el asunto a los militares...si no iba a ser uno de ellos tampoco iba a correr riesgos como ellos, a pesar que había demostrado ser un buen tirador.

-Piénsalo Jack, tienen su propiedad y sus cosas...hay saqueadores a punta pala alrededor, quizás si vas al descubierto te acepten como buenos cristianos, o al menos no te masacren...pero si vamos escondidos como ladrones nos trataran como tal- se quedo pensativo- no obstante no dejamos de ser "gente"..y la gente cotiza a la baja últimamente... llévate al Padre contigo, los granjeros suelen ser buenos patriotas y cristianos.-Roan le aconsejo a Jack lo mejor que pudo.

-Yo creo que es mejor que vayamos unos cuantos más. No es por quitaros razón, pero tampoco tiene mucho sentido que vayamos dos siendo todos los que somos. Un par de soldados y dos de nosotros -digo, señalando al recién llegado -, es más que suficiente.

A continuación, miró al recién llegado. Sigue sin gustarme su aspecto. No confío en él.

-A este no lo conocemos. Yo no lo llevaría. No podemos responder por él y no sabemos cómo se comportará. 

Seguramente sea lo que dice, pero quién puede asegurarlo en estas circunstancias.

Keira no tardó en bajarme de la nube. No podemos fiarnos, no podemos fiarnos. Joder, ahí estaba con su puto mensaje de mejor solos que mal acompañados. 

Pero lo que más me irritó es que... tenía razón. Si apareciera un grupo de gente armada en mi casa, dispararía primero y preguntaría después. Ellos seguramente harían eso también para protegerse. Era lo normal.

Frustrada, me giré y le di un puñetazo a un árbol que tenía delante. Estaba tan harta de todo, que me alivió el dolor que sentí cuando la corteza atravesó la piel. Puede que nadie se hubiera dado cuenta, aunque miré a Tessa, que no apartaba la vista de mí. Ella sí veía como me iba desmoronando poco a poco.

Al final, Keira sugirió ser precavidos; Roan, que Jack se llevase a ese andrajoso con él; y Zach, que fuésemos varios. Otra vez estábamos atascados en la puta toma de decisiones.

-Esto tiene que acabar -dije en voz alta, volviéndome hacia todos -. No podemos echar horas discutiendo cada vez que tengamos que tomar una decisión, ya sea si bajamos o no, o si meamos hacia un lado u otro. Si vamos a seguir juntos, o mientras lo hagamos, habrá que joderse y dejar que alguien lleve el mando, y me importa una mierda quién lo haga, pero hay que decidirlo ya. O nos vamos cada uno por nuestro lado. Así que por qué no hacemos una puta votación. A la mierda el rango y todo eso. Votamos por un líder y hacemos lo que diga.

Yo lo tenía muy claro desde el principio, no pensaba bajar ahí abajo y arriesgar mi vida por la de nadie. Puede que alguno ya hubiese perdido la esperanza o confiaba en la buena fe de las personas, pero yo no, nunca lo había hecho. Así que para mí la única solución en un conflicto armado era utilizar las armas, bien para intimidar o bien para terminar con el enemigo. Seguramente aquellos "guardias" no fuesen más que unos granjeros o cualquier otra mierda, que se acojonarían en cuanto se vieran amenazados.

- Tú haz lo que quieras - le dije a Claire - Podéis votar tantas veces os salga de los huevos, pero yo no pienso seguir a nadie ni poner en riesgo mi pellejo por una mierda de plan. Si queréis ir de pacifistas veganos por la vida, por mí cojonudo, pero no esperéis que salga a protegeros cuando os disparen. Luego no me digáis que no he avisado, para mí la mayoría de los que estáis aquí no significáis una puta mierda.

Como siempre, di una respuesta amistosa. Pero a mí no me iban los rollos de esperanzas ni creencias, yo intentaba ser realista y todo aquel que tuviera un arma lo consideraría un enemigo. Así que con la escopeta en el hombro yo ya di mi respuesta, que había quedado bien clara. Ahora... que los demás actuasen como quisieran. Si los tiros empezaban yo me iría por el bosque, pues no iba a pelear por nadie jugando con desventaja.

Al poco de avanzar después de la retransmisión empezamos a divisar unas granjas a lo lejos. Según indicó Jack, estaba bien defendida con torres de vigilancia y alambradas. Y eran un grupo numeroso y con armas. Habría que trazar un plan para ver como acometíamos el encuentro con estas gentes.

Nos podían tratar bien, cosa rara en estos días, pero había una posibilidad. Aunque no creo que fueran igual de crédulos que Roan, sino ya fliparía... mucho idiota reunido en un mismo lugar.

Nos podían tratar normal, simplemente intercambiaríamos información y cada uno seguiría su camino.

Nos podían tratar mal, no dejarnos ni siquiera acercarnos o robarnos lo que nos queda y luego abandonarnos en el bosque en pelotas.

O nos podían tratar MUY mal, esta para mí sería la más normal que reaccionaran así. Incluiría la total eliminación del grupo, violaciones, comernos, etc.

A Jack parece que definitivamente se le ha ido la olla. Nos emplaza a Keira y a mí a que ya no halla rangos ni nada, todo muy democrático, y por detrás está la rubita gritando que elijamos a un líder, menuda incongruencia. Roan seguía escupiendo mierda, cada vez más, por la boca. Que si su fantasioso plan de ir a un 'bunker' en la ciudad con todas las comodidades habidas y por haber, que si se iba sólo y estaba intentando reclutar a los chavales, que si bajamos a la granja tengamos mucho cuidado y resulta que ÉL minutos atrás estaba recibiendo con los brazos abiertos a un desconocido que aparece de repente...

-Estoy harto de tanto meapilas y folla-almohadas...

Una sonrisa supercínica asoma en mi rostro. Viendo la incapacidad de uno y la ineptitud del otro, termino por tomar una decisión.

-"De acuerdo, me parece bien que haya una votación para que elijáis a un líder. Todo corral tiene que tener un gallo. También estoy de acuerdo en lo que nos comentó Jack, que nos olvidáramos de los rangos. Ahora somos todos iguales, una persona un voto. Ahora que ya somos una democracia, desde ya os digo que iré con vosotros y os ayudaré en todo lo que pueda, pero no participaré en ninguna idea estúpida o insensata que el líder quiera llevar a cabo. A partir de ahora me mantendré al margen de todo lo que vea que va en contra o a poner en peligro al grupo. Y el que quiera ir por libre o abandanar el grupo que se pire."

Nunca hubiera creído que pasaría del ejército, pero por un tiempo ya no sería 'el sargento', ahora sería simplemente Tom. Hoy ya había tocado techo al escuchar todas las gilipolleces y memeces que había vivido a lo largo del día.

-"Yo, al igual que ha dicho Keira, trataría de obtener la máxima información posible sobre ellos antes de dar cualquier paso. Y si queréis ir a presentaros allí alegremente, voto por Roan y el cura; son buenos dialogantes y la oratoria no les es desconocida. Pero vamos... decidáis lo que decidáis pensadlo bien antes de actuar."

Me pongo el fusil en la espalda y pongo el cuerpo laxo. Me voy con Keira a ver el sorteo.

 Intentando imponer un poco su voz entre las discusiones constantes entre la fuerza militar del grupo, Staci deja clara su posición en cuanto a la elección de un lugar.

- Yo... yo no quiero votar. Haré lo que diga el resto... o lo que diga un líder. Pero no quiero tener el peso de elegir a alguien que podría llevarnos a la perdición. Y los militares siguen siendo los que tiene más experiencia en todo lo que es supervivencia y seguridad... a pesar de sus diferencias, creo que uno de ellos cuatro tendría que ser el líder. Y el líder que salga de entre los cuatro debería surgir de un acuerdo pacífico entre ellos... si Jack se baja, Roan, Tom y Keira son las opciones más viables en el grupo. Sin ofender, muchachos...

 Su opinión ponía en evidencia que su confianza en la experiencia ganada por sus compañeros aún no se comparaba a la que depositaba en sus compañeros militares, si bien los mismos habían mostrado diversos puntos flojos. Intentando desviar la atención de aquel comentario que podría crear conflictos (el mayor terror de la introvertida muchacha), Staci vuelve al debate del pueblo a la lejanía.

- En cuanto a lo de ir a presentarnos... creo que Tom y Keira tienen la razón al mostrarse desconfiados. Lo mejor sería acercarse por las sombras...

Y ahí estaba. El diablo campaba a sus anchas por aquel grupo alimentando el rencor y la desconfianza.

John analizó la situación. Había varios frentes abiertos. Por un lado el teniente parecía no contar con la confianza del resto de su unidad. Y lo mismo pasaba con el tal Roan. Y mientras los estudiantes estaban a lo suyo. La cohesión se mantenía a duras penas.

Y él seguía necesitando ganarse su confianza.

- Yo iré - propuso. - Sondearé si son amistosos y si se puede tratar con ellos. Y si son hostiles... bueno, nadie del grupo saldrá perjudicado.

Salvo yo, claro. Pero de hecho aún no pertenecía al grupo y además tendría a Dios de su parte. ¿Qué podría salir mal?

Y ahí estaba. El diablo campaba a sus anchas por aquel grupo alimentando el rencor y la desconfianza.

John analizó la situación. Había varios frentes abiertos. Por un lado el teniente parecía no contar con la confianza del resto de su unidad. Y lo mismo pasaba con el tal Roan. Y mientras los estudiantes estaban a lo suyo. La cohesión se mantenía a duras penas.

- Yo iré - propuso. - Sondearé si son amistosos y si se puede tratar con ellos. Y si son hostiles... bueno, nadie del grupo saldrá perjudicado.

-Estáis como putas cabras -comenté, un tanto hastiado del drama que se traían los cuatro militares-. No tiene puto sentido que no haya un líder ni que os paséis vuestros rangos por los huevos. Uno de los tenientes tendría que asumir el mando y el otro entrar por el aro. Si es necesario, lo votamos entre todos, entre vosotros cuatro o como os dé la gana.

Lo cierto es que me daba bastante igual quién se encargase de dar órdenes al resto del grupo, aunque la presencia de aquel cuarteto de militares cambiaba mucho las cosas. Entre otros motivos, ahora estábamos más protegidos, aunque ello implicase tener que aguantar sus rifirrafes.

-¡Eh, Páter! -le dije, al sacerdote, al escuchar que el hombre se disponía a adelantarse-. Yo voy contigo. Si te acercas solo, tal vez sea demasiado arriesgado. Le puedo cubrir con mi rifle si hay problemas.

Tan enfrascados estabais discutiendo qué hacer y cómo actuar, que no os disteis cuenta de la llegada de media docena de individuos que salieron de entre los arbustos. Eran tres hombres y tres mujeres, armados con fusiles de asalto y escopetas, apuntandoos sin pestañear.

Su líder se colocó en mitad del camino.

-¡NO OS MOVÁIS Y SOLTAD LAS ARMAS ANTES DE QUE ACABEMOS CON VOSOTROS! ¡VAMOS, SOLTAD LAS ARMAS!

Alcé mi arma en cuanto vi al primero de esos tipos aparecer entre los árboles, tan solo unos segundos hasta ver cómo terminábamos jodidamente rodeados por tanta puta discusión. Así que cuando finalmente habló aquel desconocido, bajé mi arma con un gruñido y la dejé caer al suelo, levantando las manos como gesto de rendición.

–  Me cago en la puta – terminé diciendo en voz alta, igual de enfadada como decepcionada. Sin haberme dado cuenta de que estaban tan cerca de nosotros.

Ir con aquel grupo estaba haciendo que las cosas se jodieran más de lo que ya estaban. Porque ahora esto era lo que nos faltaba. Que unos putos granjeros o… lo que coño fueran, nos hubieran cogido por la espalda sin que ninguno de nosotros se diera cuenta de lo que estaba pasando. Si hubiera estado sola eso no habría pasado, claro que no, joder.

– Tranquilo, tío. La mayoría de estos no son más que estudiantes y hasta tenemos un jodido cura, no intentaremos nada – dije tratando de calmar un poco las cosas, sin saber con qué clase de persona podíamos estar tratando.

Roan que se habia mostrado a favor de al menos hablar con ellos empezaba ahora a tener dudas. Al menos no los habian aniquilado alli mismo, cosa que podrian haber hecho sin preguntar. 

Asi que si querian hablar habia cierta esperanza..probablemente uno de ellos era ese tal Al..seguramente el que nos apuntaba... otro paleto armado. Cuando los padres fundadores de este pais dieron el derecho a armas nunca se imaginaron que acabaria asi.

Roan solto su arma y levanto levemente las manos, pero para sorpresa del grupo no dijo nada. Se mantuvo en silencio... el medico-ahora sin brazalete- que tiende a hablar de mas, estaba en silencio. Lo que pasaba por su mente solo correspondia a el, pero seguramente no era nada bueno.

Habíamos bajado la guardia de forma estúpida, lo que hacía ver que ninguno de nosotros estábamos preparados para actuar libre de errores en una situación como esta. 

Llevé las manos detrás de la cabeza y me levanté despacio. Tenía el cuchillo reglamentario y la pistola descargada a la vista en el cinto, pero no me atrevía a hacer el movimiento de cogerlos para depositarlos en el suelo tal como nos gritaban. 

- No somos enemigos. Somos supervivientes. Hemos visto la granja allí abajo y discutíamos el riesgo que nos podría suponer acercarnos. 

A pesar de marchar con cuatro "especialistas", nos cogen por sorpresa sin que nadie se de cuenta y antes de que podamos reaccionar.  Seis tíos... bueno, no todos, porque también hay mujeres, con más armas que un equipo de asalto y con pinta de saber usarlos.

Cuando uno de ellos, el jefe, supongo, se coloca delante y pide que soltemos las armas, levanto los brazos soltando todo lo que tengo, sin pestañear. Yo no quiero problemas y si hasta ahora no los he dado, no pienso empezar ahora. A mi lado hay un árbol, así que si hay tiros, ya sé dónde esconderme, porque no las tengo todas conmigo sobre que ninguno de los soldaditos se revuelva.