Partida Rol por web

Turán, con un ligero gruñido, se levanta. Pasa la mano por el lomo de Atreyu y comienza a andar tras el anciano...

Tras muchas vueltas y revueltas, el corredor muere ante una sólida puerta de hierro. No se puede apreciar ningún sonido tras ella.
Eskirla que formaba la avanzadilla del grupo es el primero en colocar la mano en el pomo de la puerta.

La abre y no ocurre nada fuera de lo normal. Esta vacía y parece no existir en esta sala ninguna salida. En el centro hay una mesa y sobre ella dos yelmos, uno de bronce y otro de hierro. Ambos son a simple vista de vuestra medida..

¿Queréis probaros alguno de ellos o pensáis que no vale la pena arriesgaros?

Si decidís no arriesgaros, deberéis volver al cruce.

Recordando el episodio de las arañas y las botas, Turán entra en la habitación con el arma a punto y observando cada esquina y cada rincón...

Con un simple gesto, hace comprender a Atreyu el plan a seguir. De esta forma, ambos se adentran en la sala rodeando la mesa. Turán por el lado izquierdo, Atreyu por el derecho...

La sala es bastante pequeña. Tanto Turán como el animal rodean la mesa, uno por cada lado. Nada ocurre, todo permanece en silencio. Y los yelmos, siguen descansado en su sitio. Todo sigue como estaba...

-Mmmmmmm..- se queda pensando el enano.

-Yo no los tocaría. Parece un tipo de trampa.. pero podríamos tirarlos al suelo a ver que ocurre..- deja en el aire mientras él se limita a vigilar el exterior.

Con cautela, el bárbaro intenta enganchar el yelmo de hierro con su hacha para alzarlo lentamente, atento a cualquier posible reacción...

Turán juega con su hacha para intentar alzarlo lentamente.

El yelmo de hierro se alza y no ocurre nada fuera de lo común, se queda en su sitio, como si esperase tener algún dueño..

El bárbaro se acerca, algo más confiado, a la mesa. Observa ambos yelmos. Hierro y oro. Oro y hierro. Se siente tentado de tomar el dorado. Sin embargo, una reflexión momentánea le lleva a tomar el de hierro con su mano izquierda y lo observa detenidamente...

Recoges el yelmo. Notas el frío metal entre tus manos, nada ocurre fuera de lo común, tan solo silencio..

Cuando Turán recoge el yelmo de hierro entre sus manos, notas una sensación mágica en este..

Asegurándose que no haya nada oculto en su interior, se vuelve hacia sus compañeros y con cautela se lo ajusta en la cabeza...

Un leve cosquilleo recorrió la piel de Colenus cuando el bárbaro recogió aquel yelmo.

...Uff. ¿Qué ha sido eso? Creo que he notado algo relacionado con el yelmo. Ten cuidado, Turán.

El anciano se acercó un poco más al bárbaro para ver con más detenimiento la pieza de metal.

El anciano brujo intenta descubrir si tiene algún tipo de magia estos yelmos. Antes de que pueda avisar al compañero de su grupo, Turán se había colocado el yelmo en la cabeza.

Era de su medida. Una suave sensación de calor comienza a extenderse por su cuerpo y siente una fuerza y una confianza como nunca hasta ahora había experimentado.

Nota: El yelmo tiene poderes mágicos y, mientras lo lleves puesto, te dará derecho a 1 punto adicional que podrás añadir a la tirada de ataque. Anota este objeto en tu lista de equipo.

Sientes un poder maligno en el otro yelmo. No ha ocurrido nada fuera de lo común cuando Turán se coloca el yelmo, tú, mientras tanto te dedicas a observa esa fuerza maligna.. te atrae, te llama, pero en el último instante agitas la cabeza y dejas de sentir esa amarga sensación de poder.

Quizá lo mejor sea salir de aquí cuanto antes..

-Hey. Señorita.. dice señalando a Turán con su hacha..¿has terminado de ponerte guapa con ese sombrerito? Pues ¡andando!...-

Tras salir de la estancia regresáis de nuevo al cruce y esta vez dobláis hacia el Norte.
Un poco mas adelante encontráis otro cruce: podéis ir hacia el este o hacia el oeste..

Turán nota como Atreyu se encara hacia el este, pero quedándose a su lado.. parece que ha notado algo extraño..

El viejo se agacha para ponerse a la altura de Atreyu.

¿Qué notas, amiga? -susurra acariciandole suavemente el lomo- ¿Vamos por ahí?

Después se levanta y mira al resto del grupo, esperando una confirmación.

Si Atreyu ha percibido algo, deberíamos seguirla.

- Vuelve a llamarme señorita, y te arrancaré la cabeza a puñetazos... -responde Turán al semiorco con tono entre broma y serio.

Al llegar al cruce y percibir la actitud de Atreyu, el bárbaro se agacha hasta adoptar una postura de cazador, buscando algún tipo de pista o rastro. Vistos con aquella luz y en dicha posición, no sabría distinguirse al más salvaje de los dos.

- ¿Qué es, Atreyu? ¿Qué captas? -dice con un tono muy similar al de un gruñido sordo...

Desecha la broma de Turán con una sonrisa torcida y enseñándole sus colmillos tan amarillos como el oro sucio.

-Sihhh. Callad, me ha parecido escuchar algo..-

Se queda atento tras las palabras del anciano y el bárbaro, pero sobre todo a la reacción de la Loba..