Partida Rol por web

Operación: Rescate

Código de misión: PRE/EXT-KS-TOP-P1T3H1-18080023

Localización: Universidad health system St.francis campus

Descripción de la misión: El objetivo es Keisa Finch, hija del Dr. Bradley Finch (vicepresidente de One World) y ahijada de Bryan Clark (Presidente de One World).

Hace tres horas, se recibió una señal de socorro de la universidad, lugar donde el objetivo, junto a un equipo de seguridad y algunos miembros más del profesorado, se encontraban refugiados. Desde entonces no hemos logrado contactar con ellos de nuevo.

La prioridad absoluta de la misión es el rescate y evacuación de Keisa Finch. En caso de encontrarse más supervivientes, tan solo podrán ser evacuados siempre y cuando, no supongan un peligro para el cumplimiento del objetivo prioritario.

Se adjunta imagen e información sobre el VIP:

Altura: 1,70

Peso: 63

Color de ojos: Azules

Color de pelo: Castaño claro

Edad: 23 años

 

Sin tiempo para tomarse un respiro, los Gorgonitas se ponen de nuevo en marcha. Las calles, vacías y silenciosas transforman el lugar en una de ciudad fantasma, algo en lo que poca a poco, comienzan a acostumbrarse. Pese a que avanzan con cautela ante posibles emboscadas, lo hacen a buen ritmo por ello no tardan demasiado en llegar al lugar donde los drones les llevarán el equipamiento solicitado.

Cada miembro de la unidad debe de introducir un código en su tablet, que permite a los drones reconocerlos y descender. Cada uno de ellos lleva una caja cerrada con un código de cuatro dígitos. Cada miembro de los gorgonitas recibe al momento la clave para abrir su caja.

Blue recibe un caja que pese a tener un peso un poco elevado, va perfectamente equipada con todo tipo de herramientas que sin duda le servirá para afrontar toda clase de situaciones. Todo el material ha sido diseñado para ser duradero, para que ocupe el menor espacio posible y ofrezca la mayor funcionalidad posible. Sin duda One World sabe bien lo que se hace. De igual manera, el desfibrilador ha sido diseñado para pocos usos, pero gracias a ello han logrado reducir su tamaño y peso. Sin duda será un buen añadido a su equipamiento médico. Aunque aún estará por ver si será algo útil o si por el contrario, de poco servirá contra la amenaza del virus.

Gray, como la gran exploradora que ha demostrado ser, recibe el equipamiento que la ayudará a cumplir aún mejor con su labor. Retirando la protección adicional que su traje trae en el antebrazo izquierdo, lo sustituye por uno nuevo en el que viene incluida la brújula. La cual está situada en la parte interior del antebrazo y oculta mediante una tira que con velcro. De esa forma, basta un movimiento sencillo para retirar la tira y acceder a la brújula, la cual puede iluminarse para poder ser incluso consultada en las ocasiones donde la luz es un problema, pero a su vez, la luz que emite apenas es visible a más de unos pocos pasos de distancia. Después de todo la discreción es y debe de ser su punto fuerte.

Las herramientas de cerrajero nada tiene que ver con las ganzúas que lograron salvarles la vida. Sin duda han sido diseñadas por gente que seguramente, disponga de un expediente delictivo de lo más divertido. Gracias a ellas, Gray ahora no solo podrá abrir puertas, sino que casi será como tener una llave maestra que la servirá para entrar donde desee.

Si con el telescopio esperaba poder observar las estrellas gray se lleva un buen chasco. Recién surgido de los laboratorios de One World, lo que ellos llaman telescopio es similar a unos prismáticos aunque sin la capacidad de aumento. El aparato en cuestión dispone de diversos filtros que permiten una mayor facilidad a la hora de identificar aquello para lo que se programe. En esencia lo que hace es resaltar la imagen de los Zetas, armas o aquello que esté buscando. Se trata de una dispositivo con realidad aumentada que sin duda facilitará su trabajo a la hora de descubrir posibles peligros. Pero ahí no acaba todo, pues dispone también de una opción muy similar a la que usan los equipos Swat para echar un vistazo dentro de habitaciones cerradas. Se trata de una cámara de pequeño tamaño, unida a un cable de fibra, que se puede introducir por debajo de puertas o aperturas similares.

La caja de Lady Violet trae consigo las tres granadas solicitadas, dos de agente gris y una crematoria. Su diseño y color están bien diferenciados para que no puedan existir confusiones a la hora de usarlas.Un error a la hora de usar la crematoria podría ser mortal. Junto a su equipamiento, hay un nuevo chaleco antibalas. Su diseño es muy similar al que ya posee, pero es mucho más ligero y ha sido diseñado con algún tipo de nuevo material. Si algo tienen que reconocer a One World, es que no paran de innovar en armamento y protección. Seguramente Taxi haya tenido algo que ver con esto último, pues se quedó sorprendido del mal estado en el que se encontraba el chaleco de Violet y solicitaría uno nuevo para ella.

La caja de Red dispone de cinco barras luminosas, las cuales pueden ser de gran utilidad en lugares oscuros para marcar el camino, así como un dispositivo de visión nocturna. Su funcionalidad ha sido simplificada al máximo para que cualquiera pueda usarlo con gran sencillez. Dispone de la opción de ser llevado en la cabeza o sobre el casco, esta última opción permite una mayor facilidad a la hora de activarlo y desactivarlo. Puede que Red tarde un poco en hacerse a él, pero está seguro de que le será de gran utilidad.

Silver también recibe su equipamiento y se muestra muy ilusionado con su pistolera especial. La idea de ser un pistolero le apasiona y pasa los siguientes dos minutos practicando cómo desenfundar su pistola. También ha solicitado dos granadas de humo (que siempre viene bien por si hay que huir) y una linterna acoplada para la cabeza.

Tras unos pocos minutos reorganizando el equipamiento, los gorgonitas se preparan para afrontar un infierno que ya conocen bien...

La universidad se alza en la lejanía mostrando lo que bien puede ser considerado un campo de batalla. Parte de la fachada muestra signos de haber sufrido un intenso ataque con armas de fuego. Gran parte de las ventanas han sido destrozadas y las cortinas que una vez las adornaron, se encuentran hechas jirones. 

En el exterior, hay tres vehículos que han sido colocados de tal forma, que formen una barrera tras la cual poder ocultarse. Se trata de dos furgonetas y un camión similar a los que el ejército usa para transportar a los soldados. Gracias a la capacidad perceptiva de Gray y los conocimientos de Blue, llegan a la conclusión de que alguien llegó a la universidad armado hasta los dientes y que pretendía hacerse con el lugar o acabar/ capturar a quienes están en el interior.

Los vehículos muestran también agujeros de bala, incluso el camión de transporte está ardiendo y prácticamente destrozado. Seguramente debido al efecto de una granada o algún tipo de explosivo. En uno de los laterales de la universidad, hay una ventana de la primera planta forzada, por lo que deducen que mientras el grupo principal atraída los disparos en la entrada, alguien más entraba al interior del edifico desde aquella ventana.

Dos cuerpos, envueltos en llamas o más bien, casi consumidos por las mismas, se encuentran junto al camión. Visten con ropajes militares o jirones de la misma, pero Blue no logra reconocer la unidad. De hecho cree estar seguro de que se trata de mercenarios. ¿Qué hacen allí o quién les paga? eso es algo que se le escapa.

El enfrentamiento no es reciente, no al menos demasiado, pues habrían escuchado los disparos a medida que se aceraban. Seguramente el ataque se produjo cuando One World recibió la señal de socorro.

Pero aquello no es todo, la puerta principal de la universidad que se encontraba cerrada a cal y canto, se ha desvanecido junto con la barricada que había tras ella. Una llamas de gran intensidad han reducido todo a cenizas. A través de esa puerta, pueden ver cómo una horda de Zetas se adentra en la universidad.

Pero aquello no es todo, pues más y más zetas avanzan por la calle en dirección a la universidad guiados por la oscura mano del destino, cuyo nombre conocen bien. Eve se encuentra allí o al menos su furgón blindado el cual ha usado como instrumento para esparcir más miseria y dolor.

Resulta imposible saber cuantos hay, pero pueden ser varias decenas. Por desgracia, no hay ni rastro de la vieja loca. Aunque de nuevo, Gray cree escuchar la risa enloquecida de Eve junto con retorcidas palabras que arrastra el viento. "Gracias pequeña, gracias por darme nuevos juguetes con los que divertirme."

El eco lejano de sonidos de disparos llega hasta ellos e incluso creen ver el resplandor de un arma de fuego en la tercera planta. De momento no son muchos los Zetas que se han adentrando en la universidad, pero el propio sonido de los disparos hace que algo despierte en ellos y cada vez, avanzan con mayor rapidez.

Luego de la corta despedida de Lian, continuaron avanzando por esa ciudad muerta, siempre con la precaución tiñendo cada paso y los sentidos alertas. La primera misión les sirvió para foguear sus temples, dándoles una visión algo paranoica del mundo, justo lo que necesitaban en ese momento. Incluso alguien tan inocente como Red sabía bien lo peligroso que era el ser humano y pensaba actuar en consecuencia. Aún conservaba algo de su antiguo yo, pues eran barreras difíciles de romper, pero ya no era tan idealista.

Casi a mitad de camino, los drones les trajeron los pedidos. Luego de completar el riguroso protocolo, pudieron acceder a esas mejoras. El estar en esa comisaria a oscuras, a merced de cualquier ataque, le hizo plantearse tener otras fuentes de luz. Por eso su equipo se basó enteramente en eso, tanto para sí mismo como para sus compañeros. Las varillas lumínicas no tenían mucho misterio, pero estuvo un rato jugueteando con los visores nocturnos, siendo incapaz de usarlos bien al estar a plena luz del día. Debía tener cuidado con eso, pues eran un arma de doble filo si le sorprendía una fuerte luz de golpe, como cuando el loco anciano encendió esos reflectores.

Luego de otro largo camino, llegaron por fin al objetivo, con el doble de precauciones al oír disparos y divisar zetas. Parecía una zona de guerra, incluso peor de lo que se veía en toda la ciudad. Incluso vieron el carro de la demente de Eve, quien seguramente atrajo a todos esos zetas.

-Quizás los disparos sean de los de la iglesia- aventuró notando un par de fogonazos en el tercer piso. Si no había respuesta, significaba que se enfrentaban a los zetas y no a otros humanos. Evitar que sigan entrando zetas era toda una prioridad, pues sino tendría que estar entre dos fuegos-. Quizás pueda crear una distracción con algún vehículo, alejar a todos los zetas que pueda.

No había muchos autos en condiciones de ser utilizados, pero con algo de suerte, podría reducir significativamente el número de enemigos.

Cualquiera que viera la cara de Gray en el momento de abrir el envío de One World, podía ver a la persona más sorprendida del mundo. Su nuevo equipamiento era mucho mejor de lo que esperaba.-- mirad esto... interesante....--levantó el telescopio para que todos lo pudieran ver-- flipo!-- una gran sonrisa iluminó la cara de la joven. Tal vez no era el momento de mostrar su alegría sabiendo que tenían pendiente otra misión pero no podía evitarlo.

Al acercarse la lugar señalado por One World, el grupo se percató que el edificio de la universidad había sido blanco de una batalla importante, era evidente tras ver las llamas y el rastro que había dejado la munición en sus paredes. Pero lo que más le preocupó fue ver el furgón que conducía Eve delante del edificio de la universidad. Gray negó con la cabeza ante aquella visión --No lo puedo creer!la vieja está aquí!--Tardó poco en darse cuenta que la anciana sabía de las nuevas ordenes mucho antes que ellos. Posiblemente había conseguido la información en su tablet o puede que... el azar la llevara hasta allí. Así que se preparó para lo peor. Revisó su nuevo equipamiento, estaba lista para empezar de nuevo. Se concentro en el objetivo y esperó ordenes. Mientras, echó un vistazo rápido con su nuevo telescopio a la tercera planta del edificio, le pareció ver algún movimiento y además se moría de curiosidad por conocer todas sus características.

Dejando atrás la jefatura de policía, parecía que la pesadilla de aquellos momentos en los calabozos, se veía desplazada a una parte oscura y olvidada de mi mente.

- Lo habéis hecho bien todos. - les animé. - Me alegro de que estéis a mi lado para todo lo que está por venir. Si he de poner mi vida y la del resto en vuestras manos, lo haré sin pestañear.

Miré a Silver y Gray los primeros. Quería que se sintieran tan valorados como los más veteranos. Red y Blue no necesitaban ese extra de reconocimiento, aunque por supuesto mis palabras también iban dirigidas a ellos.

Aunque en el fondo, sin decirlo, también les agradecia su firmeza a la hora de haber rechazado esa suma importante de dinero...

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Era un nuevo día y todo lo que esperaba era hacer bien mi trabajo y regresar con todos mis compañeros con vida. Las palabras de Gray me arrancaron una sonrisa. Su ilusión por sentirse especial con aquellos sofisticados artilugios me hizo olvidar por un momento el horror de aquella ciudad muerta...

Pero las columnas de humo y el olor a cuerpos quemados me abofeteó como un guantazo de realidad en la cara. Pero ver el furgón de Eve ya fue el colmo...

- No hay tiempo que perder. Hay que crear una distracción para que los zetas no nos corten la retirada. - dije mientras veía que Red ya se había puesto a buscar entre los vehículos una fuente de ruido suficiente para atraer a la horda hacia otra dirección.

Con la mira telescópica de mi rifle, empezé a otear toda la tercera planta. Cualquier ventana rota podría servir para darnos una pista de actividad en el interior edificio... Con suerte incluso podría ver a nuestro objetivo.

Hasta el momento me he sentido inquieto, no he querido decirselo a nadie, para no quebrantar la moral del grupo, pero si Oneworld va regalando artilugios tan sofisticados en tierra de "nadie", significa que sin duda las cosas están volviéndose desesperadas. 

Ver a Gray alucinar con la tecnología, pese a todo me hace sonreir al igual que la jefa, olvidándome por unos instantes el pesar de que Lian tuviera que separarse. Al final me caía bien el tipo, y dejarlo sólo por la ciudad era un problema enorme para él. Sólo puedo confiar en que es capaz y que sobrevivirá.

Al llegar al lugar, y ver los restos carbonizados de lo que me parecen mercenarios, examino la posición de sus cuerpos para tratar de dilucidar si ellos atacaban o defendían el lugar. Ambas respuestas resultarían de lo más interesantes. Pero tampoco hay mucho tiempo que perder, si Eve está involucrada, y la presencia de tantos infectados casi parece confirmarlo,el tiempo de nuevo vuelve a correr en nuestra contra.

Los disparos del tercer piso, me sugieren que no sólo es el nuestro, el tiempo que va en contra. Sé que tarde o temprano la persona que dispara arriba se le acabará la munición y dejará de atraer los ya de por si numerosos infectados, pero no me consuela, sea la persona que buscamos u otra, nadie merece morir así.

En esos momentos las palabras de ánimos de la jefa son como un bálsamo para todos, y asiento en su dirección dándole mi conformidad. Es un grupo integro, nadie ha dudado en hacer lo correcto, yo también estoy orgulloso de todos ellos.

La idea de Red, casi parece que me la sacara de la cabeza, pues se me da bien la mecánica y tengo las herramientas recién adquiridas para trastear los vehículos abandonados.

-Su idea es buena, podríamos crear una cadena de vehículos arrancados que aleje a los infectados. Se me ocurre que si lograra encontrar una moto, podría meterme dentro de los pasillos de la primera planta y atraerlos hacía mi como el flautista de Hamelín hacia fuera. ¿Queréis que pruebe? Se me dan bien las motos.

La horda que avanza hacia la universidad es muchísimo mayor de la que vieron alejarse siguiendo los pasos de Eve. ¿De donde han salido tantos Zetas? De nuevo, no tienen tiempo para pararse a pensar en respuestas, pues todos saben lo que deben de hacer y sencillamente, se ponen a ello.

La idea de llegar hasta los vehículos de Red es bien aceptada por todos. Solo existe un pequeño problema, el mero hecho de poder llegar hasta la furgoneta supone un reto en sí mismo. Al menos cuatro zetas se encuentra en las cercanías que bien pueden dificultarle las cosas. Abrir fuego sobre ellos puede lograr el efecto que desea, es decir, centrar la atención de todos sobre él. Pero se arriesga a que si las furgonetas han sufrido demasiados daños por las balas o no tienen las llaves puestas, se quede en una mala posición.

Los Zetas avanzan con rapidez y el grupo más numeroso aún tardará un poco en llegar hasta allí. Pero si para entonces no ha puesto en marcha el vehículo, sus opciones para retirarse serán prácticamente nulas y tendrá que adentrarse en la universidad.

También existe la opción de avanzar con sigilo, ocultándose como buenamente pueda de los Zetas hasta llegar a las furgonetas. Pero tal hazaña le robará bastante tiempo y si por un casual del destino, no arranca, las cosas se le complicarán igualmente.

-¡Ey!  -Indica Silver reclamando la atención de Red, tras lo cual, le arroja una de sus granadas de humo.   -No los hará más lentos, pero quizás puedas usarla como camuflaje y ganar algo de tiempo.

Dicho aquello, se sienta en el suelo, con la espalda apoyada en una pared y accede a su tablet. Parece que su nombre en código ha inspirado a Blue y pretende hacer una entrada al más puro del llanero solitario, salvo que en lugar de usar un caballo, irá en una moto.

-Estoy accediendo a los planos del edificio, hay varios accesos y escaleras para llegar a la tercera planta. Trataré de guiarte ahí dentro.

La idea de Blue,, de cabalgar directamente a la boca del infierno puede dar resultado...siempre y cuando logre dar con una moto y no se vea superado por sus enemigos. Se trata de un plan de acción arriesgado y temerario, pero así son sus vidas ahora. Hay vidas en juego y eso siempre logra hacer que Blue dé lo mejor de si mismo.

Evaluando la zona, no tarda en percatarse de que no hay precisamente vehículos en aquella zona. Los pocos que aún puede ver por allí, se encuentran en un estado lamentable. De espíritu indomable, no se rinde en su empeño de cumplir con su plan y tras alejarse del equipo amplía su área de búsqueda.

No muy lejos de la ventana lateral por la que se han infiltrado, encuentra una moto de cross escondida entre los matorrales. Seguramente sea el vehículo que han usado para acercarse lo suficiente a la universidad, pero no tanto como para ser descubiertos. El vehículo ha sufrido por un uso continuado, pero logra arrancar con facilidad.

-Parece que eres un tío con suerte, Blue.   -Indica Silver a través del comunicador.  -La próxima vez que salgas, trata de localizar a Jennifer Lawrence, hazlo por mí. Vale, es la hora de las tortas...Desde tu posición actuar, tienes que ver los ventanales que hay en la planta baja. Si los atraviesas entrarás directamente en la cafetería. Una vez la atravieses, las escaleras estarán al final del pasillo. Pero ten cuidado, no sabemos cuantos Zetas hay ahí dentro.

Gray, con su juguete nuevo en las manos, trata de descubrir qué es lo que está sucediendo en la tercera planta. En un primer momento no logra ver gran cosa, la distancia que le separa del lugar impide que así sea. Pero es entonces cuando el departamento de I+D de One World obra su milagro.

Alrededor de una de las ventanas aparece un gran redondel de color rojo, instantes después, aparecen flotando ante Gray una serie de palabras del mismo color. Al leerlas descubre que el "telescopio" acaba de indicar que ha localizado a cinco Zetas. Al seguir observando, ve un rápido movimiento en la segunda planta. Sin duda se trata de personas corriendo. El "telescopio" logra captar una mayor cantidad de información. Ante ella aparecen dos imágenes, la primera es la de una glock 19 y la segunda de un m-16. Se trata de las armas que los cinco individuos que hay situados en la segunda planta, están usando para repeler el ataque de los zetas. Debajo de cada arma viene indicado su nombre, así como la cantidad de proyectiles que posee un cargador estándar. No indica las balas disparadas ni cuantas quedan, pero puede servir para que puedan hacerse una idea en situaciones más complicadas. El "telescopio" capta también algo más y un círculo en verde aparece en la segunda planta. La imagen de la VIP aparece ante los ojos de Gray. Según parece, acaban de localizar a su objetivo. Está atada de manos y amordazada, pero parece estar en perfecto estado.

Lady Violet, revisa la tercera planta con su mira telescópica y ve claramente a varios zetas corriendo por el pasillo. Por la forma en la que visten, bien pueden ser alumnos de la universidad. No es hasta que Gray llama su atención, que baja la mira un piso.

A través de una de las ventanas ve pasar a los soldados, quienes arrastran consigo a la VIP. La suerte no la sonríe, pues se detienen en seco en una posición, desde la cual no puede acertarles. No sin gran esfuerzo, logra poder percibir, pero tan solo en ocasiones, las manos de algunos de ellos y solo, cuando alzan sus armas para disparar.

Los soldados y lo que es más importante, la VIP se encuentran en la segunda planta rodeados de Zeta. Los cuales si puede ver avanzar a través de las ventanas. Las cosas no pintan bien para los vivos...

Mientras Blue realizaba su arriesgadísima maniobra para despejar el edificio de zetas, Red haría algo parecido pero contra los que seguían llegando. Luchar contra tantos muertos era algo imposible, así que llevarlos lejos de ahí era el mejor plan del que disponían. Soltó un suspiro mientras desprendía el hacha de su equipo, quizás necesitara matar a alguno para abrirse camino y la idea era no llamar la atención hasta que sea necesario.

-Gracias- le dijo a Silver con una sonrisa, guardando la granada en donde pudiera usarla con rapidez-. Ya vengo- otro leve suspiro para comenzar a correr hacia la furgoneta.

Sabía que el vehículo podría tener mil cosas, desde no tener más gasolina hasta estar inservible. Si no tenía las llaves, esperaba poder hacer un puente con rapidez y arrancarlo… Y si no funcionaba, pues ya vería como salía de ese incendio. El corazón le latía con fuerza, el miedo le permitía ver todos esos detalles que normalmente pasaba por alto. Desde los rostros putrefactos de los zetas que le esperaban, hasta la ropa que usaron la última vez que estaban vivos. La adrenalina guiaba sus reflejos y dejó que el instinto de supervivencia le condujera. Sus compañeros y los sobrevivientes de ese sitio dependían de que no hubiera tanto zeta rondando y él se encargaría de despejar la entrada, de una forma u otra.

La primera impresión al utilizar el telescopio fue de guau!!. Hubiera dado un grito de sorpresa pero no era el momento oportuno, Gray sabía que se iba a acostumbrar enseguida a utilizar aquel artilugio. Pero lo que vio además de sorprenderla la dejó muy preocupada.Tenían como enemigos, ademas de los zetas, a un equipo de soldados bien organizados que tenían el mismo objetivo que ellos.

Mira a Lady Violet pensativa-- que hacemos?, dónde crees que tendrán el punto de extracción... en la azotea?--No se atrevió a expresar sus ideas, solo las insinuó y después sintió que una gran carga le cayó encima. La presión de la duda y el no querer equivocarse hizo que en ese momento levantara la mano para persignarse, pero quedó a medio camino. No podía creer que todavía arrastrara toda esa mierda que le habían grabado con fuego sus padres.

-- A la mierda!!--no pudo evitar decirlo en voz alta, no le preocupó que la escucharan, pero eso era exactamente lo que le importaba lo que pensara el grupo de ella. Gray no sabía si su razonamiento era correcto, pero por algún lado tenían que sacar a la chica. Y tal vez si conseguían adelantarse podrían rescatarla sin tener que hacer el trabajo sucio. Una emboscada no era una idea tan descabellada y esquivar a los zetas del interior de la universidad serían algo bueno. Así que vuelve a echar otro vistazo con su juguetito para ver si hay escaleras de emergencia en el edificio o descubrir si los soldados tienen algún vehículo oculto, para escapar de aquel lugar. Después de todo eso sólo le quedaba esperar la respuesta de Lady Violet, mientras observaba los movimientos de sus compañeros y se preparaba para salir corriendo nada más estuviera despejado de zetas el camino para llegar hasta el edificio de la universidad.

- No les puedo disparar. Ahora mismo, sin ellos saberlo, son nuestra mejor baza allí dentro. - explico a Gray y a los chicos.

Sí, estaba retenida contra su voluntad. Pero al parecer tanto a aquellos soldados como a nosotros, nos interesaba mantenerla con vida. Al menos hasta acabar con los Zetas, podríamos abusar de su hándicap.

- Están en la segunda planta, pero rodeados de Zetas. Parece que no están afectados por el agente gris. - aclaro. - Y menos mal que pedí una granada para reponer la que Eve se llevó de mi equipo. - pensé.

Dicho esto empiezo a ponerme en movimiento. Junto a Gray y Silver, directos al edificio. - Silver, busca una ruta de acceso directo a la segunda planta. Una escalera de incendios tal vez. - le pido a medida que avanzamos y cambio mi arma de largo alcance por la pistola.

- Gray, no los pierdas de vista. Hay que cortarles el paso. No sabemos si buscan subir más plantas o volver a salir por la calle.

Sonrío al comentario de Silver, la verdad es que sí tengo suerte de haber encontrado la moto. Tras arrancarla, parece que tiene aún guerra que dar pese a su estado. Con la mochila a la espalda y el rifle en la correa, preparo la pistola con el seguro quitado y la pistolera desabrochada, cerca de mi pierna derecha por si hay que disparar, mientras que el machete, lo tengo en el lado opuesto por si hay que horadar algún cráneo.

Espero no tener que llegar a eso, pero no sé que puedo encontrarme.

-Tranquilo Silver, si la encuentro te daré un toque. Activa el Ow-pad, sincronizaremos audio con el mío, para que me vayas indicando que rutas ir tomando, en cuánto la jefa te libere de tus obligaciones.

Una vez está todo listo, les miro con gesto firme y asiento hacia ellos, prometiendo con el gesto que pienso volver sano y salvo, y empiezo a arrancar la moto mientras empieza el ruido. Voy a sacar a esos infectados de ahí y abrirnos paso hasta la muchacha.

-Tened cuidado, especialmente de la vieja, no tardaré.

Sin darme a tiempo a replantear la locura, pensando sólo en salvar una vida, la moto y yo cómo si fueramos uno, nos dirigimos hacia esos ventanales, mientras inclino mi cabeza hacia delante cómo una bala, preparándome para reventar y virar, esquivando lo que sea que encuentre, antes de redirigir al rebaño.

Red sabe lo mucho que se juega con su plan, si las cosas se le complican puede quedar aislado de su equipo a merced de aquella horda de voraces criaturas. Pese a ello, no vuelve la vista atrás y corre raudo como el viento en busca de un vehículo que pueda  utilizar para llevarse consigo a los zetas.

Aguardando el momento oportuno, aquel en el que apenas pasan unos pocos zetas por el camino, emprende su carrera hacia el destino. Su tamaño y corpulencia no tarda en ser detectado por las criaturas, quienes sedientas por su sangre, gruñen y corren a su vez tras él. El hedor de su carne putrefacta, uno a los gorgoteos que emiten mientras extienden sus manos como si eso sirviese para atraparlo, le hacen redoblar sus energías y correr aún más rápido.

Todo aquel duro entrenamiento al que día a día sometía a su cuerpo, hoy es algo que agradece. No solo logra ser más rápido que las criaturas, sino que logra controlar a la perfección su respiración evitando así, que la fatiga pueda hacerle mella. Todo marcha según el plan, de hecho es posible que llegue a la furgoneta con bastante ventaja y no deba de usar su hacha para acabar con ninguno.

Las pisadas tras él resuenan cada vez con mayor lejanía, al igual que el hedor y los gruñidos disminuyen en intensidad. Un breve vistazo sobre hombro le hace ver que ya no lo persiguen. Las criaturas lo contemplan con sus ojos vacíos y oscuros, pero no se atreven a ir más allá. Sin motivo aparente, las criaturas se vuelven y continúan su avance hacia la universidad.

¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Por qué se han retirado cuando jamás han actuado de forma similar?

Red no conoce la respuesta, pero una cosa sí tiene clara, los zetas estaban inquietos. Como si en lo más profundo de sus cuerpos putrefactos, el miedo estuviese presente.

La primera furgoneta se alza por fin ante él, pero para su disgusto, el motor ha sido seriamente dañado por las balas. Con tiempo y las herramientas adecuadas, puede que lograsen arreglarlo, pero no en aquellos momentos. La suerte no le sonríe, pero al menos dispone de una segunda oportunidad.

La parte más peligrosa de la misión comienza ahora, pues para alcanzar la segunda furgoneta pasa a colocarse en una posición desde la cual, sus compañeros no pueden verlo. Aunque si todo va bien, puede que no tarden mucho en verlo salir de allí conduciendo la furgoneta...

Aquel otro vehículo parece haber sufrido muchos menos daños. Pero eso no significa que esté libre de peligros, pues lo primero que puede ver nada más llegar, es un gran charco de sangre.

Atrapado entre la puerta y el asiento del conductor, se encuentra el cuerpo de uno de los soldados o más bien, lo que queda de él. La cabeza no está, como si algo o alguien se la hubiese cortado o arrancado. Durante un instante se le pasa por la cabeza que pueda existir un hostil de fase 2, una de esas grandes moles capaces de ese tipo de hazañas y más.

Ojalá hubiese sido una de esas moles...

Un destelle por el rabillo del ojo logra poner en alerta a Red. Emergiendo de unos arbustos cercanos, algo se abalanza sobre él. De una altura similar a la del propio Red, un zeta o algo similar a uno, se proyecta sobre sus poderosas piernas contra él.  Su piel, del tono de la tiza y su cuerpo, hinchado pero musculado, no auguran nada bueno.

Sus ojos, del color de  la sangre, brillan con una furia y un hambre tan devastador, que resulta de lo más aterrador. Sus movimientos son rápidos y enérgicos, más propios de un gran depredador que de un zeta. Pero lo que sin duda alguna logra poner los pelos como escarpias a Red, es la membrana que cae sobre los ojos del zeta. Cubriendo sus ojos, la criatura abre la mandíbula revelando no solo dos hileras de dientes, sino cuatro.

El abismo de muerte y sangre que se abre ante Red, logra inquietarlo durante un instante. Pero es su fuerte sentido del deber lo que le impulsa a moverse y actuar. 

El virus ha modificado el cuerpo de aquel ser hasta tal punto, que la mandíbula inferior puede extenderse mucho más allá de lo que sería normal para un humano. El hueso ha sido sustituido por músculos y tendones que le dan la capacidad de arrancar una cabeza de un solo mordisco. Algo que seguramente haya hecho con el soldado que hay allí mismo.

El grupo se dispersa con rapidez, primero Blue se retira para adentrarse en el edifico montado en una moto. Después, Red avanza hasta las furgonetas llegando a un punto, donde no pueden seguirlo con la vista. Claro que no es que importe demasiado, pues Lady Violet, desenfundado su pistola, avanza hacia la universidad.

Gray centra su atención en la propia universidad, tratando de encontrar algo que les ayude a descubrir hacia donde se dirigen los soldados. Lo más extraño, es que del piso superior tan solo ve descender a unos pocos zetas. Mientras que de los pisos inferiores, suben cada vez más. ¿Será equivocada su idea del transporte por el aire? En la azotea, tal y como les indica Silver, hay una pista para helicópteros, por lo que su idea no sería tan descabellada. Pero entonces ¿Por qué no suben hacia la azotea?

Eso la obliga a centrar su atención hacia los alrededores de la propia universidad y es entonces cuando se da cuenta que su lugar de evacuación es otro. Situado prácticamente en el otro extremo, ve llegar un vehículo diseñado para el transporte de tropas.

Con las armas preparadas, Blue acelera y sale disparado contra el escaparate de la cafetería. El sonido de los cristales al hacerse añicos, es una perfecta carta de presentación para su llegada. Claro que si eso no es suficiente, tal vez el hecho de aplastar el cráneo de un Zeta con la rueda delantera ayude a dejarlo en mejor lugar.

La cafetería es un escenario caótico, donde las mesas y las sillas han sido usadas para levantar barreras improvisadas. La sangre está presente por todo el lugar, sin duda de las pobres almas que no lograron huir en su momento. Pero lo que realmente le sorprende, es la cantidad de zetas que hay reunidos más allá de la cafetería. Deslizarse entre ellos requiere de su mejor esfuerzo y pese a ello, no está seguro de poder lograrlo.

Golpeando con la propia moto a aquellos que puede, trata de pensar con rapidez sobre lo que puede hacer. El eco lejano de los disparos que se producen dos plantas más arriba, mantiene en estado de excitación a los zetas. Pero ahora que él está allí, es más que probable que todos fijen su atención en él. Por desgracia hay más de los que podía imaginarse y escapar quizás no sea tan sencillo.

Una mano a punto está de atraparlo, pero con un brusco giro del manillar, logra derribar al zeta. Pero la mala suerte hace que la rueda patine y pierda el control momentáneamente, chocando contra una de las máquinas expendedoras de comida (saqueada hace ya tiempo, por supuesto)

A su alrededor todo lo que puede ver es a la muerte encarnada, caminando hacia él. Puede que derribe a unos cuantos con la moto, que acabe con otros tanto con sus armas, pero sabe que antes o después, será él mismo quién caerá.

-Tengo buenas noticias, Blue. La universidad dispone de un novedoso sistema de seguridad que ha sido instalado para casos en los que se sufra un atentado terrorista. El sistema de activación está en la sala de seguridad, en la planta baja, no muy lejos de la entrada principal. Si se activa, los accesos a todas las plantas, así como las puertas de todas las aulas quedarán selladas. El sistema dispone de su propia fuente de energía, por lo que debería de funcionar. Los accesos a la planta baja, se cerrarán con verjas metálicas y la zona de la entrada a la universidad, lo hará también. De esa forma, si los de seguridad detectan al entrar a alguien peligroso, pueden aislarlo ahí para reducir las bajas.

No muy lejos de donde se encuentra Blue, puede ver la puerta que da acceso a la sala de seguridad. Llegar hasta allí no supondrá un gran problema. Pero la puerta está cerrada, así que deberá de usar la fuerza o sus herramientas para abrir, lo cual ya complica un poco su propia supervivencia.

-En la sala de seguridad debería de haber tarjetas electrónicas que permiten desbloquear y volver a bloquear los cierres de todas las puertas. Podría ser muy útil si te haces con ellas.

El mayor problema al que se enfrenta Blue, es la gran cantidad de Zetas que ahora, han centrado su atención sobre él. Si lo persiguen hasta la sala de seguridad, muy pocos quedarán atrapados por las verjas metálicas. Si lograse reunirlos a todos en la zona de la entrada y después, llegar hasta la garita...

Un rayo de esperanza aparece en forma de una aguerrida compañera. Lady Violet, con la pistola presta para disparar, se abre paso al interior del edificio a través del escaparate roto por el que poco antes, Blue se ha adentrando en la universidad. A diferencia de su compañero, su entrada es muchísimo más discreta y ninguna mirada indeseable se percata de su presencia.

Lady Violet, se topa con unas escaleras nada más salir de la cafetería, pero a la altura del primer descansillo, puede apreciar que han levantado una barricada con las mesas y sillas que faltan en la cafetería.

-Se me ocurre un plan descabellado. Si Blue mantiene la atención de los Zetas en la zona de la entrada, Lady Violet podría tratar de llegar al mecanismo de seguridad y activarlo. Pero si lo activa demasiado pronto y si Blue comete un solo error, no creo que salga de esta...