Partida Rol por web

Tanto el primer zeta como el segundo que parece haber sido un guardia de seguridad, se entorpecen el uno al otro por el afán de hincarme el diente.

Aprovecho esa situación para acercarme al que había perforado el abdomen con decenas de astillas y le disparo entre ceja y ceja. Con esa sangre fría que he empezado a adquirir tras empuñar un arma y apretar el gatillo una y otra vez...

Cierro los ojos de forma instintiva para que la sangre no me salpique demasiado, cuando el otro de los zetas, ese guardia que parece algo más aturdido, intenta abalanzarse sobre mí, aprovechando que estoy a su alcance.

Era imposible. No había forma de que las balas atravesaran su gruesa cabeza. Quizás se pudiera desmembrar, pero se sequia necesitando potencia de fuego. Lo que parecía ser irrompible era su traje. Esa cosa seguía maravillándole, aunque cada vez que el zeta cerraba su boca sobre él sentía que su alma se retorcía por la angustia.

-¡Red!

El grito de Blue fue suficiente para percibir por el rabillo del ojo como su arma se deslizaba hasta su posición. ¡Dios bendiga a ese tipo! Sin perder tiempo, estiró el brazo libre hasta su arma, apuntando a la base del cráneo del zeta. Otra vez solo pudo actuar por instinto y desesperación, esperando que el daño fuera suficiente para quitarse de encima a la criatura.

El pedido de Gray también fue atendido, aunque solo podía esperar desembarazarse del zeta luego del disparo, rogando que tardara lo suyo en recuperarse… ¿Y si su cráneo era tan duro que la escopeta no pudiera hacer nada? El solo imaginar ese escenario le helaba la sangre. Si podia quitarselo de encima, podrian tener una minima posibilidad de huir relativamente ilesos. Al menos de momento. 

Gray puede sentir la potencia de aquel vehículo en cuanto su pie pisa el acelerador. Diseñado para resistir,  aquella bestia de más de 10 toneladas ruge ahora bajo su control. No es un vehículo especialmente rápido, pues va a resultar casi imposible que supere los 120 Km/h y tampoco resulta ser muy manejable, pero sin duda podrá servirles para resistir contra las hordas de zetas.

-Subiré para cubrir a nuestros compañeros. pero quizás sea mejor que nos encarguemos de la horda que va a por Blue. Si los diezmamos y atraemos su atención, Blue podrá ayudar a Red. Ahora mismo tratar de acabar con esa cosa podría ser demasiado peligroso para Red. Lo tiene prácticamente encima y si fallamos, podríamos atropellarlo a él también.

Ahogando un grito de dolor, Silver pasa a la parte trasera del vehículo para acceder a la parte de la torreta. Por desgracia no llevan ningún arma allí, pero al menos el genio del grupo dispone de sus propias armas. Mientras el vehículo avanza, realiza disparos de ráfagas cortas en dirección a la horda. No busca realmente matarlos, pues resulta algo realmente complicado. Pero espera que eso sea suficiente como para atraer su atención y ralentizar su avance. Claro que Gray tiene una idea diferente y no tarda en encender y apagar las luces del coche, así como en hacer sonar el claxon.

Blue, que en aquel momento ve llegar a sus compañeros, se vuelve para acudir a ayudar a Red. No les queda mucho tiempo antes de que la horda llegue a ellos y puede quedarle aún menos a Red si esa cosa logra atraparlo por fin.

Aquel es el momento decisivo para Gray, puede lanzarse contra la horda para diezmarlos y machacarlos con su nuevo juguete de cuatro ruedas o puede ir a por el zeta que está con Red. En aquel preciso instante, Red logra recuperar su escopeta, colocar el cañón en la base de la cabeza del zeta y apretar el gatillo.

Ningún ser humano podría sobrevivir a un disparo a bocajarro en la cabeza, al menos eso es lo que se le pasa por la cabeza a Red justo antes de apretar el gatillo de su escopeta. El sonido del disparo retumba en sus oídos a la vez que contempla como el cuerpo del zeta, se arquea y sale disparado hacia atrás, rodando por el césped.

Libre por fin del pesado cuerpo que lo aplastaba, Red puede respirar tranquilo o al menos eso es lo que cree. Contra todo pronostico, el zeta albino se alza una vez más. Parte de su rostro ha quedado deformado por el disparo e incluso le ha arrancado una oreja. Pero aquella cosa, aquella maldita cosa se pone en pie una vez más como si ni tan siquiera hubiese sentido el disparo.

Con una mano sobre el suelo, la criatura se muestra como una pantera agazapada lista para saltar sobre su presa. Sus ojos brillan con una inteligencia impropia de los suyos y por ello, actúa de una forma que hasta ahora, todos habían creído imposible.

Flanqueado por Blue y Red, con un vehículo acercándose peligrosamente hacia aquella dirección, el Zeta opta por retirarse. En un primer instante parece que se lanza una vez más a por Red, pero en lugar de ello, salta sobre él para alejarse hacia la horda que avanza por la carretera y que se dirige hacia la universidad. Su fuerza y velocidad son impresionantes, sin duda superiores a las de cualquier otro zeta, si además ahora posee cierta inteligencia y una capacidad tan sorprendente de resistir el daño, es  más que probable que se estén enfrentando a un enemigo implacable contra el que quizás, no puedan vencer.

Armada con una terrible sangre fría, Lady Violet, posa el cañón de su arma sobre la cabeza del zeta y aprieta el gatillo, llenando la sala con restos de sangre, hueso y sesos. El cuerpo del zeta se desploma pesadamente con parte del cráneo completamente destrozado. Por el momento las cosas se están decantando a su favor, pero aún le queda un rival por eliminar.

Con torpes movimientos, el zeta que aún está en pie se abalanza sobre sus piernas para tratar de hacerla caer y así, poder devorarla con mayor facilidad. Pero la criatura, aún afectada por los disparos recibidos, se encuentra aún desequilibrada y sus movimientos son torpes y erráticos.

Gruñendo, quizás por pura frustración, si es que esas cosas pueden sentir algo así, trata de atraparla extendiendo una mano de nuevo hacia ella. Pero lo que esa criatura no sabe, es que Lady Violet se ha recuperado ya de la sorpresa inicial de su ataque y que ahora que logra mantener las distancias con él, está más que preparada para darle muerte.

El interior de la sala de seguridad se encuentra a oscuras, tan solo la claridad del exterior logra iluminar parte de la estancia. En un casillero colocado junto a la puerta, puede ver lo que supone son las tarjetas de seguridad. En el escritorio, lugar desde donde se monitorizaban las diversas pantallas del sistema de cámaras de la universidad, se encuentra también el sistema de bloqueo. Parece que todo está intacto, así que si la suerte la sonríe un poco, lo único que se interpone en su camino es un zeta malherido.

Ya nada parecía inmutarme. Ni la sangre, ni los sesos esparcidos por la pared que chorrean. Si la Sophie de hace unas semanas me hubiera visto ahora, no me reconocería. Pero ahora soy Lady Violet y nada de esto importa ya...

Con el pulso firme y el corazón bajando las pulsaciones por minuto, tomo aire de nuevo y libero a una persona más del tormento que es estar encerrado en un cuerpo muerto como ese.

La bala destroza la cuenca ocular y todo lo que hubiera dentro de la cavidad craneal. Todo hecho puré...

- Es momento de seguir con el plan. - digo para mis adentros, mientras accedo al interior de la sala de seguridad y busco las tarjetas de activación del sistema antiterrorista.

--¿Quieres dejar a Red a merced de esa cosa? mierda!! no pienso atropellarlo, no soy una tarada si no puedo, no lo haré- - Silver no se fiaba de ella? Que sorpresa!! Ella tampoco-- por que mierda has tenido que decir eso ahora no lo veo tan claro--

-No!!-- Gray temió lo peor. Aquel ser albino se lanzó sobre su compañero cuando aún no habían alcanzado su posición, pero ante su sorpresa se olvidó de Red —que mier.... dónde ha ido?-- gritó a Silver. No lo podía creer, los zetas no se comportaban así y eso era algo que la asustó más que la horda que se aproximaba y que iba persiguiendo a Blue,,-- mierda por ahí vienen más!!Cambio de planes, creo que tienes razón ... deberías tener razón- masculló entre dientes--agárrate Silver, vamos a por la horda –

Sus peores pensamientos se hacen realidad cuando del humo y la salpicadura de sangre emerge el zeta indemne. Su rostro es más feo que antes, pero sigue estando en perfecto estado para continuar atacando. A pesar de contar con la ayuda de Blue, Red supuso que ese sería su final. Quizás si intentaba esquivarlo o disparar en pleno salto… Pero esa cosa decidió que era demasiado arriesgado, así que saltó por encima del bombero para avanzar con rapidez hacia los otros Zetas.

Red no podía dejarle ir, no siendo un ser tan peligroso e inteligente, sería una negligencia permitirle continuar haciendo daño. Pero el bombero estaba cansado, aturdido y cuando se giró hacia esa cosa ya estaba bien lejos. No podría alcanzarle o dispararle antes de que los zetas le rodearan.

Ahora veía también el vehículo de Gray, con Silver disparando desde lo alto. Una imagen que resultaba extrañamente reconfortante, aunque no eliminaba a los numerosos muertos que continuaban viniendo.

-Aún podemos hacer arrancar el camión- tuvieron que venir en su ayuda, pero la misión continuaba, debían sacarse de encima a todos los zetas, quizás acabar con el albino y rescatar a la rehén. Violet no estaba ahí, pero se oían algunos disparos dentro del edificio. El tiempo corría en su contra.

Tras la extenuante lucha contra el zeta albino, Red por fin se incorpora tan solo para observar que están rodeados por los Zetas. Blue, quién se encuentra ya junto al camión, usa el comunicador para comunicarse con su equipo.

-Red, ve con Silver y Gray, te has ganado un descanso. Yo usaré el camión para alejar a los Zetas de aquí. Gray, una vez Red esté con vosotros, alejaros a toda velocidad de aquí. De esa forma será más fácil que puedan seguirme a mí y no a vosotros. Cuando esté lo suficientemente lejos, os avisaré para que paséis a recoger a Lady Violet. ¡Buena suerte!

Sin que sirva de precedente, la suerte sonríe a los gorgonitas cuando Blue logra arrancar a la primera el camión. Momento que aprovecha para hacer sonar el claxon y así, empezar a traer a los Zetas. Mientras tanto, Gray logra arroyar a dos Zetas, un número realmente pequeño para la gran cantidad de ellos que aún hay por ahí. Pero su indecisión sobre cual debía de ser su objetivo la ha llevado a girar de forma tan brusca el volante, que casi pierde el control del vehículo.

Silver se encarga de cubrir a Red hasta que por fin el ex-bombero, salta al interior del vehículo. Lugar donde por fin pude tomarse un respiro. Silver deja entonces de disparar e indica a Gray que salgan de allí a toda velocidad. Aunque en un primer momento los Zetas los persiguen, Blue no tarda en hacerles cambiar de opinión al cruzarse en su camino. Así, la horda que emerge de la universidad y la gran horda que avanzaba por las calles, se une y corren tras Blue.

Mientras tanto, en el interior de la universidad, Lady Violet extermina al último zeta que se interpone en su camino con un preciso disparo que penetra por el ojo y sale por la nuca. Tras accionar el sistema de seguridad, la universidad queda sellada por completo. Es probable que los soldados que han secuestrado a la VIP puedan reventar algunas compuertas, pero no es probable que lleven explosivos suficientes como para salir al exterior.

Lady Violet recupera también dos tarjetas de acceso, por lo que podrá moverse con libertad por la universidad. El único problema al que se enfrentan, es a los Zetas que pueda haber en los niveles superiores y a los propios soldados. Los cuales sin duda, se han percatado de lo que sucedía en el exterior y han visto para su infinita rabia, cómo alguien les ha robado su vehículo de huida.

Gray, Silver y Red no tienen que esperar demasiado para ver cómo Blue logra alejar a la horda de la universidad. Lo hace a velocidad suficiente como para que no puedan atraparlo, pero no tan rápido como para que no puedan seguirlo. Así que es el momento de regresar y diseñar entonces el plan que les permitirá salvar a la rehén.

Una vez activo el sistema de contención antiterrorista y tomo prestadas dos tarjetas de seguridad, me tomo un breve respiro para evaluar la situación. He ido oyendo algunas cosas por radio, pero cuando uno está jugándose el cuello, deja las conversaciones en un segundo plano.

- Gorgonitas informe de situación. - digo muy seria con ese argot que he aprendido de Blue y los entrenamientos. - Yo he podido activar el sistema de bloqueo para mantener a salvo a nuestro objetivo durante un tiempo. Las compuertas que ahora están creando distintas secciones nos lo ponen mucho más fácil. Necesitamos reunirnos en la entrada y trazar un plan. Si todo está controlado es cuestión de minimizar riesgos y sacarla lo más pronto y a salvo posible.

Mientras comunico eso por radio, compruebo si en la sala de seguridad hay cámaras para poder localizar a nuestro objetivo, ver que hacen los militares que la retienen y también localizar los focos de zetas y así idear una ruta relativamente segura.

Sin mediar mucha más palabras, Blue decidió arriesgar su vida, otra vez, para alejar a la enorme horda de allí. Ya no estaba ese depredador albino que les atemorizara, así que todos los zetas se estaban acercando peligrosamente hacia su posición, no tenían muchas opciones de las cuales elegir.

-Te cuidado- le dijo solamente, aceptando su plan y yendo a toda velocidad a la tanqueta que manejaba Gray. De reojo miró su muñeca, para comprobar que no había sido infectado durante la lucha. Afortunadamente, parecía que el traje resistió bien y pudo evitar todo el daño. Temió lo peor.

Una vez a salvo dentro del vehículo, Red se tomó un segundo para respirar. La adrenalina del momento vivido se iba diluyendo lentamente, sintiendo como le temblaban las manos y pero fue el ver el vendaje ensangrentado de Silver que todo eso fue olvidado en un santiamén.

-¡¿Te hirieron?! ¿Quieres que le dé una mirada?- no era un médico como Blue, pero se las arreglaba bien para apañar cosas en el momento, evitando que algo fue a mayor. No imaginaba que Silver había sido mordido-. Ambos lo hicieron muy bien- dijo con sinceridad, dándole un suave golpe en el hombro de Gray. Entonces oyó la voz de Violet, lo que le trajo tranquilidad, pues no sabía el estado general de sus compañeros desde que se encontró con esa cosa. Soltó un suspiro y resumió todo lo ocurrido de forma precisa, al menos que hubiera algo más que no supiera-. Silver y Gray tienen la tanqueta, Blue lleva a los zetas con el camión y me encontré con un nuevo infectado. Luego prepararé un informe sobre él, es muy peligroso y no pude matarlo. Silver está herido, pero parece estar fuera de peligro.

Por fin parecía que todo se estaba encauzando, al ver como la horda seguía a Blue se relajó un poco. Estaban a salvo dentro del vehículo pero seguían teniendo problemas, sin Blue y con Silver herido tenían el grupo diezmado y seguían teniendo que salvar a esa chica.

Llevó la tanqueta hasta la posición donde se encontraba Red tan rápido como pudo. Escuchó como se abrió la puerta de la tanqueta y sintió su mano en el hombro, en ese momento supo que estaba bien pero esperó a que terminara de hablar con Silver y Lady Violet para girarse en su asiento y comprobar de primera mano que estaba de una pieza-- estás bien? Que era esa cosa? Has tenido suerte tío!!...cómo conseguiste que se marchara? Ya te veía sin cabeza --Gray no podía dejar de preguntar a su compañero, no entendía porqué había actuados así ese ser y tampoco entendía porqué no les habían hablado de esa mutación durante el periodo de entrenamiento. No estaban preparados para algo así. Pero esta vez en vez de protestar tomó con fuerza el volante y se limitó a realizar las indicaciones que le había dado Lady Violet por el comunicador, tenía que llegar a la puerta del edificio de la universidad y parecía que estaba todo despejado...

-Soy un tipo duro- expresó con una sonrisa y guiñando el otro, pero era bastante obvio lo agitado que estaba luego del esfuerzo de evitar que esa cosa le arrancara una extremidad. Levantó el brazo donde la armadura estaba en peor estado, con marcas de dientes y zonas ligeramente desgarradas. No había logrado atravesar el material, pero se notaba la increíble presión de unos filosos dientes-. Nunca había visto a un zeta así. Es rápido, fuerte y tremendamente resistente. Le metí dos balas de pistola y una de escopeta, apenas arrancándole algo de piel. Tiene enormes dientes y puede abrir la boca de forma desmesurada, incuso vi una de sus víctimas sin cabeza. Lo peor es que es muy listo, cuando vio a Blue, debió suponer que estaba en desventaja y simplemente se marchó- negó con la cabeza-. Se necesitaría un afortunado disparo o algo más poderoso. No recomiendo atacarle estando en desventaja

Tan solo cuando todos están a salvo y los Zetas son tan solo una lejana silueta en el horizonte, Silver se permite el lujo de tomarse un respiro. Dolorido por el mordisco, mantiene sobre la herida una gasa teñida de sangre. Ha logrado desinfectar la herida, al menos lo suficiente como para que si el virus no lo mata, no lo haga una infección. Pero ahora toca cubrir bien la herida, por lo que agradece la ayuda de Red.

-Escuece bastante y siento que la cabeza me arde. El activimetro indica que aún hay esperanza para mí, al menos si realmente funcionan estas cosas.

En realidad Silver tiene razón, lo único que saben es que las pulseras que llevan toman una muestra de su sangre cada pocos segundos. ¿Será realmente efectivo y cumplirá a la perfección la labor para la que ha sido diseñado? De no ser así, si se trata tan solo de un objeto para ofrecerles una falsa sensación de salvación, entonces todos deberían de ser extremadamente cautos y mantener un ojo siempre sobre Silver.

-No sé que sería eso que te atacó, pero casi se zampa tu armadura.   -Indica señalando el brazal sobre el cual el zeta albino se centró en sus ataques.   -Quizás tenga otras debilidades, puede que si le disparamos en las extremidades, lo dejemos en tan mal estado que sea incapaz de actuar.

Aquella teoría es tan acertada como cualquier otra, puede que tras eliminar a cientos de zetas con golpes y disparos a la cabeza, el virus haya evolucionado a algo más poderoso. Sin tiempo realmente para plantearse algo así, el equipo acaba reuniéndose en la entrada de la universidad.

La protección que el vehículo blindado les ofrece, unido al sistema de seguridad de la universidad, proporciona a los Gorgonitas una gran ventaja y algo de tiempo para planificar su siguiente paso. Por desgracia las cámaras no funcionan en la universidad, las pocas que aún siguen intactas carecen de  ningún tipo de fuente de energía que las alimente. De hecho es un milagro que el sistema de sellado funcione  con su propia fuente, una situada en el sótano. Es probable que Silver sea capaz de manipular el sistema para dar algo de electricidad a las cámaras, pero eso agotará antes el control sobre las compuertas y si se quedan sin  energía, las tarjetas dejarán de ser útiles.

-¿Cuál es el plan ahora?

Reunidos todos de nuevo era hora de trazar un plan para aprovechar nuestra ventaja.

- Ellos no saben quien somos o las razón por la que estamos aquí. - comienzo explicando al equipo. - Sí, lo más probable es que sepan que vamos armados ya que hemos hecho mucho ruido aquí fuera. Lo de haber bloqueado puertas y ventanas les dará a entender que tenemos la sartén por el mango. No saben cuantos somos ni la potencia de fuego o el entrenamiento del que disponemos.

- Silver saca un plano de la zona. - le digo prestándole mi OWPad. - ¿Veis aquí? Esta pasarela es la que pretendían usar como vía de escape según visitéis ¿verdad? Pues dejemos que lo hagan. Dejémoslo todo tal y como tenían ellos en sus planes.

Sigo explicando el plan de forma pormenorizada. Silver quedando a salvo dentro de la tanqueta, Gray y Red en la azotea. Gray se ocuparía de crear una ruta de escape en el edificio, gracias a la tarjeta de seguridad y Red la cubriría y gracias a una granada incendiaria poder crear una barrera infranqueable en un momento dado. Todo para obligarles a usar la pasarela. Yo, por mi parte me ocuparía de convertir la pasarela en una trampa mortal.

- Si no nos entregan a la chica por las buenas, tendremos que hacérselo entender por las malas. - sentenció finalmente ¿Que quedaba ya de aquella Sophie que se desvivía por cuidar de los suyos? Ahora los suyos eran los Gorgonitas.

Como Red no tenía idea de cómo atacar a un grupo de soldados, dejó que el plan de Violet ingresara en su cerebro, tratando de buscarle algún error o lo que fuera. Después de todo sabía que ella era alguien con al que se podía hablar y aceptaría cualquier sugerencia.

-Espero que no tengan un plan B de escape- quizás se comunicarían por radio y al no tener noticias de los otros pensarían lo peor. Cuando Violet le tendió la granada, el ex bombero miró el pequeño aparato enarcando una ceja-. La última vez que usé una casi incendio todo el parking- dijo con una media sonrisa-. Haremos nuestro mejor esfuerzo.

No le gustaba nada eso de separarse otra vez, sobre todo ahora que Blue no estaba con ellos. No contaban con todas sus fuerzas al 100%, pero debían rescatar a esa joven a como dé lugar. Revisó sus armas, recargando las balas que había usado y se dispuso a ir a donde le había indicado su líder. Soltó un suspiro, esperando alguna nueva indicación antes de ponerse en marcha.

--Tío... te ha tocado la mejor parte!!-- Dijo mirando a Silver. Gray había escuchado atentamente el plan de Lady Violet y eso era lo único que tenía claro. – está bien, creo que lo podemos hacer— observó preocupada la tarjeta, tendría que prestar atención, no quería a perderla o estropearla. Ya había metido la pata una vez y no quería volverlo a hacer

Se acerco a su compañero para ver el plano del lugar y de paso ver que marcaba el activímetro . Nadie había pensado en Silver y en su herida? Se podía convertir en zeta en cualquier momento. Si eso ocurra tendría una tanqueta y un problema dentro... eso no debía pasar. No dijo nada, no quería preocupar al celebrito del grupo. En pocos segundos dejó atrás estos pensamiento, había más cosas que le preocupaban.

-- un plan B?-- dijo después de escuchar a Red, eso era algo que no había pensado. – mierda! Puede que lo tengan...¿cual es el nuestro?--

Con la zona exterior libre de enemigos, Silver coloca la tanqueta de nuevo en lugar donde los soldados la mantenían aparcada. A su vez, Lady Violet se desplaza por el lugar hasta encontrar por fin, un buen lugar desde donde poder tener una gran visibilidad de la pasarela. Esa es la parte sencilla del plan, la más difícil recae en manos de Red y Gray.

Gracias a las tarjetas de acceso, pueden acceder al interior de la universidad abriendo y cerrando a su antojo las puertas de seguridad. Al principio todo resulta bastante sencillo, pero al acercarse hacia la planta donde se encuentran los soldados, se dan cuenta de un pequeño detalle. Si abren la puerta, no habrá nada que los separe de los soldados, por lo que deberán de retroceder lo más rápidamente posible hasta la pasarela.

También es posible que tomen un desvío, abriendo otra puerta y cerrándola nada más cruzarla. Pero eso les obligará a tomar un rodeo y no podrán llegar hasta la pasarela antes que los soldados. Así que la decisión es cuanto menos, difícil.

Los soldados por su parte, se han hecho fuertes dentro de una de las aulas. En el exterior de la misma, situados a ambos lados de la puerta, dos soldados se mantienen de rodillas con las armas preparadas, mientras revisan los alrededores. Uno de ellos revisa cada poco tiempo su reloj como si estuviese esperando algo. El otro se limita a mantener la atención sobre las compuertas de seguridad, aguardando cualquier posible amenaza.

Red y Gray se encuentran aún un poco alejados de las compuertas, pero si se acercan más es probable que les vean llegar. Las compuertas, de metal y cristal, han sido diseñadas para resistir el impacto de una bala. Por lo que pese a ser descubiertos, estarían a salvo, al menos, hasta que abran la compuerta...

Llegaron al fin al destino, el cual era una improvisada fortaleza. Tragó saliva inconscientemente, calculando las posibilidades de hacer eso sin que le llenaran de agujeros.

-Bien, tengo una granada de humo- dijo recordando en ese preciso momento cuando Silver le había dado una antes. Ciertamente la recordó al sentir su peso en el cinturón. Demasiadas cosas en las que pensar-. Al abrir la puerta, arrojo esta cosa y salimos de aquí. Con suerte nos seguirán y el humo cubrirá nuestra salida- miró a Gray con una media sonrisa nerviosa. Los mercenarios o lo que fueran, lucían bastante más profesionales que todos ellos. Seguramente harían eso desde hace años, antes de que los muertos acamparan a sus anchas y persiguieran a los vivos-. ¿Estas lista?

Gray escuchó las palabras de Red tan atentamente como pudo. Sus pensamientos la traicionaban, el camino recorrido hasta llegar a aquel lugar le recordaba a una ratonera, sintió miedo y volvió a temer por su vida. Recordaba esa sensación que no se desprendía de ella cuando andaba sola por Topeka. Respiró profundamente y antes de pronunciar alguna palabra echó la vista atrás, quería asegurarse que sabía por donde escapar después miró a Red y asintió-- lista--.