Partida Rol por web

6 horas antes...

-y...¡rodando!

El rostro de Rosalin apareció en primer plano, mostrando a la jovial mujer sonriendo ampliamente. Sin duda la chica-indi desprendía alegría a raudales, pero aquello no era lo más llamativo del vídeo. Lo que realmente resaltaba, era el hecho de que iba perfectamente peinada y su rostro portaba una fina capa de maquillaje que realzaba sus rasgos. Ni que decir que aquello era toda una novedad, pues tan solo solía arreglarse en contadas ocasiones.

-¡Hoy es un día muuuuuuuuuuuuy especial! ¡Hoy nos vamos de boda! De hecho el tiempo pasa y tan solo falta una hora para que nuestra querida chica disney se dé el sí, quiero con su amado príncipe azul. Los nervios están a flor de piel y a la gran protagonista del día, ya la han tenido que retocar el maquillaje dos veces. ¡Se la saltan las lágrimas de felicidad! ¿No es moniiiiiiiiiiisima nuestra chica disney?

Girando la cámara, hace un barrido general de la sala en la que se encuentra. No se aprecian muchos detalles, pero sí los suficientes como para percibir que se encuentran en la sala destinada a la preparación de la novia.

-Ssshhh... -Se la escucha decir de pronto. -No habléis muy alto, nuestra chica-ancla, Sophi, está por aquí. La pobre es alérgica a las bodas y demás ñoñerías, creo que hoy es el peor día de su vida, pero la queremos igual. ¡Te queremos Soooophiiii! ¿Quieres decir unas palabras para la prosperidad?

Incordiando como siempre, Rosalin persigue con la cámara a Sophie a la espera de que la ayude a inmortalizar aquel momento. Por supuesto la chica-ancla ha escuchado todo lo que ha dicho, después de todo, la discreción nunca fue el punto fuerte de la chica-indi. Tras esperar el tiempo oportuno, el huracán Rosalin prosigue con su grabación.

-Oh, Oh, Oh esto hay que inmortalizarlo, ese culito lo quiero para mi colección privada.

Girando la cámara, enfoca de pronto a un hombre vestido elegantemente que se encuentra de espaldas, charlando con el equipo de maquillaje que atiende a la novia.

-Ñam Ñam ¿No está para comérselo? Su cuerpo parece esculpido por Miguel Ángel, casi podría ser una especie de superhéroe. Creo que podría ser el padre mis hijos...o los tuyos Sophie ¿Qué te parece? Creo que voy a acercarme...

Dicho y hecho, sin perder un ápice de tiempo, se acerca enfocando en todo momento a Gary. Sosteniendo la cámara con una mano, alza la otra a modo de saludo.

-Buuuuuenos días señor Jhonson. Tan solo quería agradecerle el gran trabajo que está haciendo aquí, aunque parece que su equipo de maquilladoras van a querer cobrar horas extras jeje. Pero la gran pregunta que todos nos hacemos aquí es...¿Donde irán los novios de luna de miel? Yo he apostado por un safari por áfrica. ¡Ah! ya que saca el tema de bodas y viajes...Sophie está interesada en saber si está casado o con pareja y...¿Qué colonia usa? Huele usted taaaaaaaaaan bien...

Rosalin era una de esas personas sin filtro, soltaba todo aquello que se le pasaba por la cabeza. Aunque lo que más la divertía, era arrastrar a sus amigas a situaciones divertidas o embarazosas. Aquel era el día de Alice, así que mucho se temía Sophie que ella sería quién recibiría toda la artillería de Rosalin.

Poco después, justo cuando Gary lograse librarse de Rosalin, la chica-indi se acerca por fin a por sus últimas víctimas. Sentada frente a un gran tocador y desprendiendo la belleza y pureza de un ángel, Alice lucha por contener las lágrimas de la emoción. Agita las manos con un gesto que pretende no tanto abanicarse, si no más bien liberarse de parte de los nervios que la poseen. A pocos metros de ella se encuentra Violeta, quién no puede evitar recordar su propia boda. Una que parece que se celebró en otra vida. Durante toda la mañana, Alice la ha tenido a su lado, buscando su consejo y apoyo. En el fondo, es como la hermana mayor que nunca tuvo.

-Ohhhh ¿No os dije que era monísima? ¡Oh! ¡Pero esperar! ¿Quién ese bellezón que está cerca de la novia? ¡Eh, Violeta! ¿Violeta? Necesitamos ponerla un apodo cuanto antes, llamarla Violeta no queda bien. Bueno, ya retocaré eso durante la edición del vídeo. ¡Eh, Violeta! -Indicó una vez más a la vez que la indicaba con un dedo que diese una vuelta. -Muestra a la cámara lo que se pierde tu marido por no estar aquí. ¡Vamos nena, mueve como tú sabes! ¡Oh, sí! ¡Vaya bellezón!

Las palabras de Rosalin fueron acompañadas de un contoneo que pretendía ser sexy, pero que resultó ser tan sumamente exagerado, que terminó siendo más bien cómico.

-¿Cómo está nuestra novia?

El presente...

-¡Rápidoooo!

El grito de angustia y desesperación de Rosalin, recorrió el pasillo apremiando a todos a que corriesen lo más rápido que pudiesen. Pero en el fondo, ni Gary, ni Violeta, ni Sophie necesitaban más estímulos para correr por sus vidas. Tras ellos, una horda de ¿Criaturas? avanzaba a gran velocidad.

Aquellas cosas, fuesen lo que fuesen habían transformado un día perfecto, un sueño mágico, en la más horrible de las pesadillas. Ninguno estaba seguro de cómo había comenzado, al principio todos se encontraban disfrutando del exquisito banquete y aguardaban el momento en el que los novios partirían la tarta. La ceremonia había sido perfecta, digna de uno de los cuentos que tanto entusiasmaban a la novia. La recepción en el hotel había sido magistral, todos habían sido atendidos con gran entusiasmo por parte del personal haciéndolos sentir cómo si estuviesen en su propio hogar.

Todos charlaban animadamente con amigos y familiares hasta que comenzaron los gritos. Los más valerosos y curiosos, no tardaron en dirigirse hacia el lugar de donde provenían los gritos. Después, todos comenzaron a correr de forma desorganizada, volcando por igual mesas y sillas. El banquete se había celebrado en el exterior del hotel, en los hermosos jardines, en los cuales habían colocado grandes carpas para que el sol, no molestase a los invitados. Todo detalle había sido cuidadosamente revisado, todo era perfecto, todo era un sueño...hasta que se transformó en una pesadilla.

Los gritos de dolor y pánico pronto resonaron por los jardines. Hombres y mujeres con ropajes sucios y cubiertos de sangre, se abalanzaron sobre los invitados desgarrándoles con los dientes. La escena resultó ser tan sumamente grotesca, que todos corrieron buscando refugio. Pero aquello no era lo peor de todo, los heridos no tardaron en comenzar a mostrar un comportamiento extraño. Dotados de una gran agresividad, se abalanzaron contra sus propios amigos y familiares.

El caos simplemente se extendió por doquier dejando a su paso un sendero de sangre y muerte.

Ninguno jamás había visto algo semejante. Quizás podía achacar aquel comportamiento a la droga caníbal de la que tanto se había escuchado hablar en las noticias. Pero el problema era que los heridos, no tardaban en mostrar un comportamiento semejante al de sus atacantes. El número de infectados superó al de hombres y mujeres sanos en poco tiempo.

Permanecer fuera era lo mismo que arrojarse a los brazos de la muerte, así que todos corrieron. Algunos cayeron por el camino, otros probaron suerte tomando otros senderos. Pero Violeta, Gary, Sophie y Rosalin permanecieron unidos. Tal vez fuese un milagro o el mero hecho de que el tenerse los unos a los otros tan cerca, les ayudaba a no caer paralizados por el miedo. Fuese como fuese, lo único importante era que todos avanzaron juntos hacia el mismo destino.

Corrieron por el interior del hotel por un largo pasillo, donde pudieron ver en un desvío a un hombre de rodillas manipulando una puerta y tras él, al jefe de camareros, un tal Brian por lo poco que recordaban. El hombre de rodillas era Larry, el hermano del novio y parecía estar tratando de atrancar una puerta. Pero no tenían tiempo que perder, simplemente siguieron avanzando hasta la sala de baile, lugar desde donde ya les estaba esperando Rosalin.

La chica-Indi estaba aterrorizada, su elegante vestido estaba salpicado de sangre aún fresca y caliente. Algo que sin duda la había impulsado a correr como una liebre. La muchacha acababa de atrancar una de las puertas dobles que daban acceso al salón de baile, pero mantenía la otra abierta para que sus amigos llegasen.

-¡Vaaaamos! ¡Rápido, por favor!

Gary fue el último en entrar y ayudó a cerrar la puerta. Tuvieron que cargar todo su peso contra las puertas, pues las veloces criaturas que los seguían, se arrojaron directamente contra las puertas. Por suerte, estas eran grandes y pesadas, seguramente eran puertas cortafuegos. Por lo que derribarlas no sería sencillo.

El salón de baile se encontraba vacío, las luces estaban encendidas y el equipo de música del dj se podía apreciar en el escenario. Pero aún era pronto para que nadie estuviese allí. La barra del salón mostraba toda clase de bebidas alcohólicas, pero no había aún ningún camarero allí. Por último, en una esquina del salón, se encontraban todos los regalos para los novios.

-¿Qué diablos está pasando?

La adrenalina provocó que las piernas de Rosalin temblasen, por lo que se dejó caer el suelo hasta quedar sentada. Poco quedaba de la alegre muchacha que horas antes, jugaba con la cámara de vídeo.

El salón de baile tenía al menos tres accesos más. Aunque no fueron capaces de asegurar si las puertas estaban o no cerradas.

6 horas antes...

Parecía que iba a ser un día maravilloso, el Sol iluminaba el día y de paso el acontecimiento que estaba a punto de ocurrir.

Buscaba la manera de acercarme a la familia del novio, eran una familia rica y poderosa, mis clientes preferidos, aunque no podía evitar sentir más simpatía por la familia de la novia, pero el negocio es el negocio.

Había localizado un equipo de maquilladoras excelentes para dar un mayor y mejor servicio a la pareja. Parecía que la familia del novio había insistido en que la novia pareciera "apta" para unirse a la familia...

Mi labor el día de hoy, era principalmente que todo estuviera perfecto para empezar la boda, luego ya todo era responsabilidad del hotel y por supuesto que el viaje de novios fuera magnífico.

La alocada Rosalin se acercó siendo un torbellino como acostumbra. "Buuuuenos días señor Jhonson. Tan solo quería agradecerle el gran trabajo que está haciendo aquí, aunque parece que su equipo de maquilladoras van a querer cobrar horas extras jeje. Pero la gran pregunta que todos nos hacemos aquí es... ¿Donde irán los novios de luna de miel? Yo he apostado por un safari por África. ¡Ah! Ya que saca el tema de bodas y viajes... Sophie está interesada en saber si está casado o con pareja y... ¿Que colonia usa? Huele usted taaaaaaaaaaan bien... "

No pude evitar sonreir, me agradaba mucho ese tipo de actitud despreocupada y en una celebración era una actitud de lo más bienvenida.

- Pues el viaje de luna de miel, es maravilloso. Van a viajar por la mística y exótica... - con una sonrisa pícara me giro hacia una de las maquilladoras – No te pases con el colorete que hay que aprovechar su naturalidad en los vídeos – Poniendo cara pensativa al girarme a Rosalie – Disculpa, hablábamos de... ¡Ah! si. Pues resulta que estoy soltero aún, supongo que no he encontrado a la adecuada, aún. Y me alegro de que le guste mi aroma, es Invictus, lo considero muy apropiado. – La respuesta va acompañada de un guiño y una sonrisa pícara.

En este momento al contrario de lo que pudiera parecer, se encontraba muy relajado. Le gustaban los momentos de fiesta, por unos momentos dejaba atrás su trabajo, al menos cuando ya lo tenía todo atado y bien atado. En cuanto acabaran con la novia, podría dedicarse simplemente a disfrutar.

Dirigiéndose al resto de las invitadas de la novia - Y ahora señoritas, he conseguido un poco de Moët & Chandon para celebrar entre ustedes este momento tan especial - Acerqué una mesita con ruedas llena de copas de cava y me dediqué a abrir dos botellas de Moët & Chandon para después llenar las copas y repartirlas entre las invitadas que estaban en la sala.

El presente...

Al principio todo fue caos, la invasión de aquellas "criaturas" no podía desencadenar otra cosa, desde luego no estaba preparado para algo así. No conseguía encontrar una explicación para lo que ocurría, aunque se pudiera relacionar la actitud con algún tipo de droga, la capacidad de propagación eliminaba está posibilidad. Quizás algún tipo de experimento, pero no recordaba que hubiera algún lugar de investigación así, cerca.

Al ver propagarse la "enfermedad" empecé a pensar que lo mejor que podía hacer era correr y refugiarme, una decisión que al parecer ya habían probado varios. Cuando vi correr a Sophie, Violeta y Rosalin, decidí ir con ellas cubriendo la retaguardia.

Durante el trayecto, vimos a Larry y al jefe de camareros, aunque mi primer impulso fué quedarme con ellos, seguí corriendo. Rosalin esperaba con la puerta abierta, nada más entrar en último lugar le ayudé a cerrar la puerta.

No me gustaba el lugar en el que nos habíamos refugiado, la sala de baile tenía demasiados accesos y las ventanas no parece que pudieran ofrecer una gran resistencia en caso de que alguien... o "algo" decidiera atravesarlas.

Hice un gesto hacia las chicas con un dedo en los labios para incitar el silencio, mientras con paso firme y en el mayor silencio posible me dirigí a asegurarme de que el resto de accesos estaban bien cerrados, no sin antes coger uno de los postes metálicos que se suelen usar de decoración (o algo que pueda usar como arma improvisada).

Una vez cerrados, cogí un vaso por cabeza y le eché un poco de whiskey a cada uno y me acerqué a mis compañeras de huída y les ofrecí los vasos. - echad un trago, os ayudara – Me encontraba un poco paranoíco en aquel momento, estaba totalmente pendiente de los accesos y los ventanales.

Revisé el teléfono y el portatil que me preocupé de coger, no tenía cobertura en nada y eso era un gran problema.

- ¿alguién sabe de comunicaciones? -  

6 horas antes...

- ¡Ufff!...Ya estoy aquí chicas.

Sophie había llegado un poco tarde a la sala de preparativos de la novia. La orientación no era su especialidad, menos aún en un lugar tan grande y desconocido. Para compensar el retraso se puso a ayudar más si cabe a la novia, quizá con sobreatenciones que sólo alteraban aún más a la ya nerviosa Alice.

Con lágrimas haciendo estragos en su maquillaje la novia la miro sollozando. En ese momento fue cuando se detuvo, tomó aire y se relajó, volviendo a ser la templada Sophie de siempre.

- Vamos preciosa, contemos juntas desde diez. dijo cogiéndola de las temblorosas manos. Ésta sorbió la nariz y empezó a contar junto a su amiga...

- ¿Ves? ya estás mucho mejor. Éste es un día muy especial pero has de vivirlo con alegría. ¡Fuera esos nervios y vamos a pasarnoslo genial!¿Vale mi cenicienta? Olvídate de que opinarán los invitados, ya has planeado cada detalle al milímetro durante meses. Hoy sólo ocúpate de ti... es tu gran día.

Al ver como sus palabras conseguian hacerle dibujar una sonrisa, le dió un fuerte beso en la mejilla y con un gesto ánimo a que las maquilladoras pudieran, por fin terminar su trabajo.

En ese momento se acercó Rosalin, otra de las amigas de la pandilla. Era la más parecida a Alice, salvo que está había perdido la candidez hacía ya mucho. Era alegre pero a la vez traviesa. Siempre animada y desenfadada, sin pelos en la lengua, cosa que le gustaba.

Lo que no compartía tanto era su sentido del humor y ese afan de dejarlo todo "para la posteridad".

- Chica, vas a tener material para tu vlog durante semanas. Y sí, he llegado tarde por que se me ha partido un tacón y he tenido que volver a casa a por otro par. No van a conjunto, lo se, pero no tenía otros de color rosa.

Si... las damas de honor íbamos de rosa, petición expresa de la novia...

Cuando escuchó como intentaba meterla en un compromiso, supo zafarse de la mejor manera. La única que funcionaba con Rosali y que sabía que era efectiva e inmediata. Seguirle el juego...

Con una sonrisa, mientras arreglaba el velo y sabiéndose ganadora, dijo en un deliberado tono natural y sin pestañear. - Pues la verdad es que no me vendría mal echar un buen polvo.

Toda la sala se quedó durante un segundo en silencio antes de que las cuatro amigas se miraran para luego echarse a reír, viendo la cara de estupor de Gary y demás personal.

Sólo ellas tres conocían el humor y las salidas que se gastaba Sophie...

El presente...

¡¡¡Violeta reacciona!!! gritó desgarradora sacando a su amiga del shock inicial, mientras tiraba de ella con todas sus fuerzas, en dirección opuesta.

La masacre era inevitable ya. Cuerpos destrozados, sangre por doquier...

El ruido de los pies corriendo descalzos sobre la moqueta retumbaba sordo entre paredes cubiertas de lujosos cuadros... los tacones eran un estorbo en casos así. Cómo si se hubieran visto alguna vez en algo similar...

Al entrar en la sala de baile, dejando a esos trastornados atrás, pues no sabía encontrar palabras en su mente para defirles mejor, se dejó caer sobre la pista recién pulida...

La cabeza le daba vueltas. El corazón cabalgaba sin riendas y sus pulmones no la proveían de suficiente oxígeno aún...

- ¿¡Pero de que coño va todo esto!?consiguió preguntar entrecortadamente, con una mezcla de miedo, rabia e impotencia, cuando por fin recobró un poco de aliento.

De repente empezaron a venirle a la mente imágenes de todo el horror visto con sus propios ojos y se derrumbó... ver a gente asesinada como en la peor pesadilla imaginable, pero en la realidad... era algo que la superó...

Esto no puede estar pasando...

Y con un gesto de puro desconsuelo abrazó a Violeta, ésta vez no como la fuerte, si no como una muñeca rota. Buscando consuelo y poder romper a llorar tranquila soltando toda la tensión acumulada. O sencillamente para sentir el cálido abrazo de otra persona...

6 horas antes...

Había llegado muy pronto. Cuando llegué, Alice me recibió con una felicidad desbordante. Pero a medida que se acercaba la hora de la cerimonia los nervios ganaban terreno en Alice. El contínuo parloteo de su amiga Rosalin aumentaba ese ambiente de excitación que en nada ayudaba a la novia en esos momentos de típica tensión de las bodas. Pues son eventos meticulosamente organizados durante mucho tiempo y donde quieres qie salga todo bien o que como mìnimo se ciña a lo programado. Pero en esta boda también se juntaban tensiones familiares y eso era un añadido tremendo que podía hacer del día más feliz de su vida, una auténtica prueba de estrés. 

En ese momento parecíamos estar entrando con las lágrimas y la tensión palpable de Alice. Así que cuando el torbellino de Rosalin fijo su objetivo en mi y me dijo que me moviese, lo hice sensualmente poniendo cara de felina intentando que con esa tontería el ambiente se relajase un poco.

Alice pareció divertirse un poco del momento. Pues ya había valido la pena.

No era muy dada a seguir ese tipo de gracias y pavoneos pero me sentaba genial de vez en cuando pasarlo despreocupadamente bien. Pues en mi vida diaria no era lo habitual. Salvo momentos de juego y payasadas con los niños no tenía casi nunca ocasión de soltar mis topes. 

En ese momento recordé lo feliz y divertida que fue mi boda. Llena de amistades con ganas de pasarlo bien ya que fui una de las primeras en casarse. Me casé muy joven. Demasiado. Me dejé llevar y fallé el tiro. Vaya si lo fallé.

Si encontraba la ocasión intentaría serenar un poco a Alice. Se merecía una boda muy feliz. Siempre le había tenido cariño.

El presente...

Los ánimos de Alice habían mejorado y con el sí, quiero, parecía que se había quitado un enorme peso de encima y empezó a lucir la auténtica Alice. Encorsetada por la situación familiar de desaprovación por parte de algunos, pero ella a ratos parecía volar por encima de eso.

Hasta que llegaron esos... esos... madre mía... ¿qué demonios hacen esos? Mientras veía como todo el mundo se agitaba y empezaba a correr, a huir, yo sólo daba gracias por no haberme llevado los niños a la boda.

Unos metros más allá, una mujer vieja, familiar de la novia, una tìa creo, de unos ochenta años que andaba despacio y con dificultades cuando la vi por primera vez, hacía un momento estaba sentada intentando alzarse para escapar cuando un loco de esos le saltó al cuello por detrás. Algunos de los que estaban sentados con ella fueron a ayudarla, golpeando al sucio loco que estaba mordiendo el cuello de la viejita. El loco, poseso, casi ni se inmutaba. En pocos momentos la mujer se desvanecio supongo que debido al dolor, el miedo y la pérdida de sangre. En sólo un pequeño lapso de tiempo aqiella viejita de aspecto dócil y ojos cansados, recuperó el tono, y de qué forma.

La viejita fue liberada del abrazo del loco que la mordía. Pareció que el loco perdió interés en ella y se giró para morder en la cara a un hombre que intentaba socorrerla. La dulce viejita se alzó ahora con una rabia y un sonoro grito. Su mirada se fijó en mi. Por un instante, toda la escena que estaba pasando a cámara lenta ante mi, se detuvo. Sólo había la viejita mirándome fijamente con una mirada vacía, como nublada (y no eran cataratas), pero con una rabia y dolor en el rostro y en sus gestos rápidos y algo espasmódicos. Parecía un gato sacudiéndose algo pegado en una de sus patas.

En ese momento Sophie me gritó tiró de mi sacándome de mi sopor estupefacto y poniendo todos mis sentidos alerta de golpe.

- Mierda. ¡Corre Sophie, correee! - corrimos hacia el hotel y una vez dentro pensé en mi arma. Instintivamente palpé mi bolso, pero ahí no estaba. La había dejado en el coche. En ese bolsito poco cabía. Lo básico, pero no mi pistola. Además, en la boda de una amiga no solía llevarla encima. Pensé haciéndome gracia a mi misma, pese a la situación. 

Corrimos por un pasillo hasta llegar a un gran salón, la pista de baile. Pero allí no nos podíamos quedar. Podían entrar por casi cualquier lado y no había donde esconderse. Gary y Rosalin cerraron la puerta principal. En ese instante los nervios afloraron en Rosalin que se dejó reposar en el suelo y en Sophie que me abrazó buscando consuelo. Le devolví el abrazo.

- Saldremos de aquí Sophie. ¿Has venido en coche? Yo lo tengo aparcado fuera - y con mi pistola dentró, pensé.

Gary se acercó y nos ofreció un vaso de whisky. No era el momento, antes teníamos que escapar de allì.

- Gracias Gary, no lo quiero. Tenemos que salir de aquí. No podemos quedarnos atrapados sin poder llamar a la policia. ¿Por dónde queda el parking? - a la vez que lo pregunté, intenté ubicarme y pensarlo por mi misma.

"¿Alguien sabe de comunicaciones?"

El sonido de su propia voz, se perdió en un eco del pasado que con fuerza arrolladora, se abrió paso a través de sus recuerdos trasladándolo a uno de los peores momentos de su vida. Fue al poco tiempo de salir de la agencia formado como agente. Su primera misión debía de ser algo sencillo, pero tal y como descubrió, no existían las misiones sencillas.

Harry O´connor fue su primer activo reclutado, era una especie de genio de los ordenadores con unas capacidades nulas para la interacción humana. Vivía solo y no tenía amigos, por lo que a Gary le fue relativamente sencillo ganarse su amistad y con ello su lealtad. Un par de meses después de iniciar el acercamiento, logró convencerlo para que le ayudase a infiltrase en las oficinas de una compañía extrajera para la cual Harry trabajaba y así, poder adquirir un prototipo en el cual la agencia estaba muy interesada.

Harry le ayudó durante toda la operación guiándolo a través del comunicador y gracias al excelente trabajo de ambos, se hicieron con el prototipo sin demasiados problemas. Por desgracia, al día siguiente, Harry fue arrestado y la agencia consideró que era mejor dejarlo como chivo expiatorio.

La voz de Harry, pidiendo a gritos ayuda a su amigo para poder escapar, resonaba a través del comunicador. Su casa había sido rodeada por agentes de policía, no tenía escapatoria y Gary lo sabía. Aún así, fue su supervisor quién desconectó las comunicaciones.

Durante toda su vida se había dedicado en cuerpo y alma a la agencia. Lo había sacrificado todo por su país, incluido su matrimonio y su propia vida. Ahora estaba allí, con una copa en la mano cuyo sabor amargo le causaba arcadas. Había elegido proteger a su país, pero había destrozado una vida...¿Cuantas más serían destrozadas aquel día, mientras él se quedaba allí escondido? Él no tenía ya nadie a su lado, pero no había dudado ni un solo instante en correr para salvar su propio pellejo ¿De verdad su vida valía más que la de todos aquellos pobres infelices?

Los rostros deformados por el dolor y el miedo de los invitados de la boda, se mezclaron ante sus ojos arrastrándolo al pozo más oscuro de su alma...

Hasta aquel momento, el instinto de supervivencia les había empujado a moverse sin mirar atrás. Pero tras las puertas cerradas del salón de baile, todos comenzaron a ser conscientes de lo que sucedía a su alrededor.

Violeta trataba de recordar donde estaba su coche aparcado, pero su mente se quedó en blanco. ¡No era capaz de recordar ni cómo era la entrada del hotel! Sus pensamientos se desviaron a una escena que había quedado marcada para siempre en su mente.

Mientras huía, escuchó el llanto de una niña. Por puro instinto, su mirada se volvió brevemente hacia atrás para contemplar a una pequeña de cabellos dorados, vestida un hermoso vestido de color rosa, llorando en medio de aquel caos. La pequeña llamaba a su madre aterrada por lo que sucedía a su alrededor. Desde luego no era realmente consciente de lo que estaba pasando, pero los gritos y movimientos de los adultos, habían asustado a la pequeña que no tendría más de tres o cuatro años.

Pero más desgarrador fue aún el grito que la pequeña profirió cuando una de aquellas criaturas cayó sobre ella. Los ojos de la pequeña, tan claros como el cielo azul sin nubes, buscaron a su alrededor a su madre, mientras que aquella criatura, clavaba sus dientes en su tierno brazo y la hacía caer al suelo.

Más allá, una mujer gritaba mientras trataba de alcanzar a la niña. La madre pensó Violeta, pero ya era demasiado tarde. Otra criatura cayó sobre la niña y el brillo azulado de su mirada, se apagó antes de que la madre pudiese llegar hasta la pequeña. Cayendo al suelo desolada, su llanto se perdió entre los rugidos de las criaturas que no tardaron en caer también sobre ella.

No, no recordaba el lugar donde tenía aparcado el coche. Tan solo tenía en su cabeza el rostro de la pequeña de mirada celeste. ¿Y si habría sido su hija? ¿Qué habría hecho entonces?

El sentir el abrazo de Sophie, la ayudó a controlar parte de sus nervios. Sus pequeños, sus traviesos tesoros no estaban allí. Pero la resultaba imposible dejar de pensar en sus hijos, después de todo ¿Qué madre lo haría?

Sophie por su parte, se aferró con fuerza a Violeta. Ella era una mujer fuerte, una de esas que afrontan el mundo con un buen par de ovarios blindados. Pero lo que acababa de ver, lo que acababa de suceder ante sus propias narices era demasiado. Las lágrimas cayeron por sus mejillas, aliviando en parte su corazón. Tenía que ser fuerte, aún la quedaba mucho por vivir y si no hacía algo pronto, ninguno saldría de allí con vida.

De pronto un ruido metálico sobresaltó a los presentes, un sonido proveniente del escenario. Ninguno se había percatado de ello, pero casi oculta, se encontraba una trampilla en el escenario, del cual emergió un hombre que canturreaban alegremente, mientras escuchaba música con unos cascos. El hombre no tardó en ponerse a trabajar con el material del escenario, parecía estar ajustando el sonido, las luces...

Por supuesto, no se había percatado de que tenía invitados allí.

Vaya con el impávido jajaja
En principio estoy tentado de interpretarlo así. Pero me surge la duda de si esto durará todo el día o un tiempo razonable.

Muy buenas!

Salió un 1 en el dado comodín, lo cual resta el resultado más alto de la tirada. De ahí que solo sacase 11.
Por otro lado, no apliqué la regla de que al sacar un 1, el personaje cae presa de un brote psicótico. Pero aplicaré esa regla más adelante.

El estado es temporal, varía según donde, cómo y con quién se encuentre el personaje. Si logra pasar un tiempo razonable en un lugar seguro, podrás volver a tirar para mejorar el estado del personaje.

Todo esto será al principio, según vaya pasando el tiempo, os iréis volviendo más resistentes a ese tipo de visiones. Muy a lo walking dead ^^

Un saludo!

- ¡Joder! - grito. Vaya susto me ha dado el maldito DJ apareciendo de repente. Ensimismada como estoy en mis pensamientos, sin poder ubicarme en este jodido hotel. Estoy demasiado nerviosa y parece que a mi lado sólo el DJ mantiene la calma. Creo que si le contamos lo que está pasando será el primero en salir corriendo.

- ¡Ei DJ! - grito acercándome a él y esperando que me oiga y me preste atención para preguntarle - ¿Dónde lleva esa trampilla? - señalo el suelo por donde él ha salido. - La situación está muy jodida, no tenemos tiempo para explicarte, pero el puto apocalipsis es una broma comparado con lo que nos viene encima. Así que no me hagas darte explicaciones o acabaremos todos muertos, o peor que eso, en 3, 2, 1,... - voy haciendo la cuenta atrás con mis dedos.

Espero sus explicaciones acercándome a la trampilla por si tengo que saltar dentro en cualquier momento. Aunque preferiría salir de la sala y dirigirme al aparcamiento. Pero eso lo veo difícil si no sé como ir y lleno como está el recinto de locos asesinos.

Estaba nerviosa, más bien atacada, y ese estrés no favorecía mis dotes sociales. No, no quería quedar bien con el DJ para que me pinchara alguna de mis canciones favoritas. ¡Quería salir ya de ahí! Para una vez que necesito el arma y la dejo en el coche. Joder, joder, joder. No voy a otra boda sin mi arma en el bolso, me juro a mi misma.

Incluso en ese estado no podía hacer otra cosa que agradecer que mis hijos no estuvieran hoy aquí. Y desear con todas mis fuerzas poder reunirme muy pronto con ellos. Si han sido el motor de mi vida en estos últimos años, no van a dejar de serlo ahora. Al contrario, me dan una fuerza y determinación extra. No voy a dejar que me cojan esos jodidos locos.

Sophie se quedó sorprendida por la frialdad de Violeta. Esta apenas se había tomado unos segundos para consolarla después del horror vivido y ya estaba pensando en el coche. En si había traido el mio o en localizar la ubicación del parking.

Sabía que era una mujer fuerte, pero lo que estaba mostrando parecía más un claro síntoma de disociación de la realidad. Sophie conocía bien lo peligroso que podía ser a largo plazo para la mente. Hacer como si lo sucedido nunca hubiera ocurrido era una vía de escape psicológica. Solía darse en traumas de la infancia como casos de violacion u otro tipo de abusos. Aunque quizá no era el mejor momento de pensar en la salud mental a largo plazo de Violeta, cuando tanto ella misma como su amiga estaban en peligro de muerte inminente.

Es entonces cuando se dio cuenta de que todavía sollozaba. Ella sí era consciente no sólo del peligro y la necesidad de huir, si no también del horror que acababa de vivir. No sabía si justo en ese momento ser consciente de ello iba a ayudarla a sobrevivir o no, pero no podía evitarlo...

- Violeta... dijo entre respiraciones entrecortadas. Pero ella ya había salido directa hacia ese hombre que había salido como de la nada y ajeno a todo.

Todavía con lágrimas en los ojos siguió a su amiga hacia el escenario. La trampilla parecía el mejor lugar para ocultarse. Ahora mismo el objetivo era escapar con vida o llamar a la policia desde un lugar seguro.

- Violeta, tenemos que llamar a la policía... sentencia mientras sorbiendose los mocos saca el teléfono móvil para llamar a emergencias. La cobertura era prácticamente inexistente. Si eso no funcionara tenían que llegar hasta la recepción, las oficinas o cualquier otra sala de "solo personal autorizado". Ahí debía haber teléfonos fijos que funcionaran sin depender de cobertura móvil.

El presente...

Me quedo mirando a la distancia, me derrumbo al suelo dejando caer el whiskey, con la vista perdida, cierro los ojos con fuerza mientras me tapo los oídos con las manos fuertemente... Hay un grito que no quiero oír. Uno del que no puedo escapar por que viene de lo más profundo de mi mente, mientras un quedo susurro escapa de mis labios llenos de ira - Harry... - 

Empiezo a temblar de manera incontrolable mientras con los oídos aún tapados muevo metódicamente la cabeza arriba y abajo - No puedo... - 

El DJ hace su aparición, aunque ni si quiera soy consciente... Sigo atrapado en el pasado... unas lagrimas de ira caen en el suelo. 

Cojo el móvil con fuerza y le grito como si hubiera alguien al otro lado - ¡NO! ¡NUNCA MÁS! - dicho esto lo arrojo con todas mis fuerzas contra la pared más cercana rompiéndolo en mil pedazos, mantengo la mirada perdida. Mirando sin ver, como si no estuviera aquí, la situación realmente parece haber roto, o al menos resquebrajado mi mente... A pesar de estar distante, la mirada parece poseer una convicción implacable, como si hubiera tomado una decisión inamovible... 

Al acercarse hacia el "Dj", Violeta pudo escuchar cómo este canturreaba una canción en voz baja. No tenía una voz agradable y desde luego, desentonaba bastante, pero él parecía feliz disfrutando de su grupo favorito.

-Exit, light...Enter, night...Take my hand...We're off to never-never land

La música y el trabajo lo tenían totalmente absorbido, por lo que no se percató de la presencia de Violeta hasta que esta estuvo prácticamente a su lado.

-¡Pahk!

Exclamó en Klingon totalmente sobresaltado cuando al girarse, casi se tropieza con Violeta. Todo ello por supuesto, acompañado de un pequeño salto hacia atrás y de quedarse blanco como una tiza.

-Disculpe... -Por su tono de voz y su mirada, estaba claro que esperaba que fuese Violeta quién se disculpase. Pero por el elegante vestido que la mujer portaba, era de esperar que fuese una de las invitadas de la boda. Por lo que no le quedaba más remedio que sonreír y atenderla con educación. -¿Apocalipsis? Ya, entiendo... -Asintiendo con la cabeza, se atusó la barba con aire pensativo. -¿Se han quedado sin bebidas en el exterior? Me temo que ahí abajo no encontrará la bodega. Aún así no se preocupe, seguro que los camareros del hotel o el encargado de ese asunto, está tomando medidas de inmediato y que pronto...¡Pahk!

Una vez más, volvió a maldecir en Klingon al ver o más bien escuchar, cómo el teléfono de Gary se estampaba contra la pared y caía hecho pedazos. Aquello le hizo ser un poco más consciente de las personas que estaban en la sala, ninguna tenía buen aspecto, de hecho parecían bastante abatidos. ¿Cuanto habrían bebido para llegar tan pronto a aquel estado? Ese era el problema de los ricachones, no sabían beber.

-¿Se encuentran bien? ¿Quieren que llamen al doctor para que los examine?

No se molestó en responder sobre la trampilla, había supuesto que Violeta buscaba la bodega (No era la primera vez que le pasaba algo así) Por suerte, Violeta estaba lo suficientemente cerca como para poder echar un vistazo por la trampilla. El lugar estaba oscuro, pero pudo apreciar unas escaleras que bajaban, así como varios cables. Seguramente se tratase de algún cuarto eléctrico con el que alimentar el escenario.

Mientras todo aquello sucedía, Violeta se limpiaba las lágrimas y tomaba con pulso tembloroso su teléfono. Marcó el 911 y aguardó a que diese tono.

Pi...Pi...Pi...

Cada tono de llamada ponía su corazón en un puño y la espera se le antojó como algo casi eterno. Casi había perdido la esperanza, cuando alguien descolgó al otro lado de la línea.

-Emergencias ¿En qué puedo ayudar?

La voz de la mujer que respondió a Sophie, sonaba cansada y angustiada. De fondo, se podía escuchar muchísimo ruido. Tan solo podía escuchar palabras sueltas, pero parecía que las compañeras de la operadora con la que estaba tratando, estaban dando indicaciones para que las personas se quedasen en sus casas encerrados, se alejasen de las ventanas y no hiciesen ruido.

Rosalin se acercó temblorosa hasta Gary. Ella no lloraba, pero el color de sus mejillas había desaparecido por completo. Estaba tan pálida, que casi parecía enferma. Sus ojos, inquietos, revisaban el salón temiendo que lo peor, les alcanzase de una vez por todas. Los golpes y ruidos provenientes del otro lado de la puerta que acababan de atravesar, no ayudaban lo más mínimo en conseguir que se calmasen.

-Eh, yo...seguro que la policía está en camino. Todos estaremos bien, ya lo verás...

Sus palabras no sonaban para nada convincentes. Lo que acababan de contemplar se le había quedado marcado de por vida. Lo único que deseaba ahora, era ocultarse y que todo pasase. Pero...¿Qué habría sido de sus amigos? Había mucha gente que conocía en la boda, en especial Alice. ¿Estarían bien?

Rosalin no pudo evitar sentirse un monstruo al desear que todos ellos estuviesen bien. Esperaba que los heridos y muertos, no fuesen sus seres queridos. ¿Era un monstruo por desear que los suyos estuviesen bien y que fuesen otros lo que hubiesen pagado el precio en sangre?

No pudo evitar estremecerse ante esos pensamientos y buscó refugio entre los brazos de Gary. La mujer era más pequeña que Gary, por lo que se sintió reconfortada entre sus brazos. Gary por su parte, comenzó a regresar al presente comenzando a sentir, que debía de hacer algo. Pero la situación le superaba, no era capaz de pensar con claridad.

-Todos estaremos bien, ya lo veras...

Las palabras de Rosalin fueron un susurro sin apenas fuerza, estaba aterrada, estaba agotada y no sabía si realmente saldrían de allí con vida. Pero no le quedaba otra que decir aquellas palabras, como si el mero hecho de hacerlo, fuese más que suficiente cómo para lograr lo imposible.

El calor que desprendía Rosalin, así como el perfume que la envolvía, tuvieron un efecto relajante en Gary. Tenía mucho que asimilar, muchos demonios interiores con los que enfrentarse. ¿Lo lograría?

Los dados y yo -_-U