Partida Rol por web

Tras unos instantes que parecen eternos, en que el cofre comienza a deleitarnos con un espectáculo inverosímil, doy un paso atrás, hasta topar con el armario ropero, y me quedo con la boca abierta observando como todo aquello sucede. La sensación que me recorre ahora el cuerpo es indescriptible. A veces diría que es miedo, luego quizá alegría, después se asemeja a la impaciencia, para mezclarse en un caleidoscopio de emociones que me sacuden la realidad como un niño impaciente sacude la caja de un regalo por abrir.

Cuando el espectáculo cesa, recupero algo del sentido común, aunque no todo, no puede negarse que estoy aun un tanto atribulado por lo acontecido. Me fijo en aquellos tres nuevos objetos y espero unos segundos a ver si Rick dice o hace algo, pero parece estar tan ojiplático como yo mismo.

Los ruidos del patio vecinal acaban de devolverme al mundo real. El mundo donde estamos huyendo de la policía, lo cual no sería algo demasiado nuevo, pero sí cuando está involucrado incluso un helicóptero en el operativo policial. La cosa va en serio. Si nos pillan, nos enchironan. Seguro.

Por hacer algo, recojo el cofre y el nuevo mapa que hay sobre la cama. Miro el mapa rápidamente. Quizá muestre un lugar donde ir y donde la policía no pueda encontrarles. Lo observo, si es algún lugar por Madrid, seguramente sepa ubicarlo. Lo demás lo dejo para Rick, él sabrá mejor que yo qué hacer con aquello, en apariencia inútil.

- ¡Rick, tío, despierta, que nos trincan, joder! - Azuzo a mi amigo - Yo puedo largarme cagando hostias, pero si nos disparan y te dan, a ti te joden vivo. ¡Vámonos de esta ratonera, Rick!

Mientras responde Rick, busco un cinturón que haga que no se me caigan los pantalones y me lo pongo. Abro la puerta del dormitorio y salgo al pasillo de aquél apartamento, observando por si alguien anduviera por allí.

Apenas puedo creer que todo ese alboroto y este problema en el que nos hemos metido sean por esa estupida cosa que acaba de suceder. No tengo ni la mas cercana idea de que puede estar sucediendo aqui o hacia donde nos dirigimos, solo se que la policia ahora me busca y a mi compadre Ibra. Tan solo unos segundos despues del patético espectaculo de juegos pirotecnicos y 3D despierto ante los golpes de Ibra quien me comenta la importancia de escapar

Amigo...se que no soy partidario de decir esto pero que me dices si nos vamos con el rabo entre las patas Lo observo ponerse esa ropa y la correa mientras me dirijo a otras habitaciones buscando alguna ventana y asomandome con cuidado ya que estoy seguro hay francotiradores.

Apenas salga de aqui iré a la iglesia y confesaré mis pecados

Un grupo operativo formado por cinco GEO's comienza a descender en Fast Rope del Eurocopter hasta la azotea del edificio.

El mapa es de la comunidad de Madrid, una impresión barata de google maps en que aparece marcado el municipio de Los Molinos, situado en la Sierra de Guadarrama a unos cincuenta y dos kilómetros de Madrid. La marca es un dibujito de un edificio fantasmagórico, con ventanas por ojos y una puerta principal que se abre como una boca cavernosa. Ibrahim se ocupa del cofre, y de sujetarse bien los pantalones.

Verificáis que no hay nadie más en el sitio, en una segunda planta. Rick comprueba que las ventanas, o dan al ojo patio, o a la estrecha calle del Espíritu Santo, que está cuajándose de nacionales armados hasta los dientes.

Junto a la puerta principal, oís a los vecinos preguntar con alarma, saliendo a los rellanos.

Al oír que los vecinos salen alarmados al rellano, veo la oportunidad y la aprovecho sin pensarlo demasiado. Primero llamo a Rick.

- ¡Rick, nos vamos! ¡Voy a liarla parda!

Con los objetos en mi poder, me dirijo a la puerta de acceso a la escalera comunitaria, de camino, agarro una toalla del lavabo. Entreabro la puerta. Por la puerta entreabierta, veo la luz de la escalera y alguno de los vecinos que asoman con preocupación. Acerco mi cara a la rendija, para que mi voz se escuche por toda la escalera pero no se vea mi cara, entonces grito con todas mis fuerzas:

- ¡FUEGO, FUEGO! ¡EL EDIFICIO ESTÁ ARDIENDO! ¡VAMOS A MORIR! ¡HUYAMOS!

Espero unos instantes para ver cómo la gente entra en pánico y comienzan a correr, lo justo para que Rick haya alcanzado mi posición en la puerta. Me pongo la toalla por la cabeza, como para protegerme de las llamas, y salgo uniéndome al río de gente, como un vecino más.

Una vez en la calle, aprovecho la confusión que crea entre los policías la desbandada vecinal para huir sin ser visto.

Una débil voz femenina ha llegado hasta vosotros desde la planta baja, antes de que un posterior escándalo de portazos, gritos, maldiciones, plegarias y pisotones la ahogase:

-Tengan cuidado, no se acerquen a las ventanas. La policía persigue a alguien y se oyen disparos.

El plan de Ibrahim funciona y los vecinos bajan en manada, un poco al estilo de aquella película de terror: REC.

Me quito las gafas y tomo algo de ropa del closet, algo casero como una bata de dormir o unos jeans desgastados, incluso cambio mis zapatos lujosos y de marca por unas pantuflas o chanclas. Camino detras de Ibra pero este es bastante rapido. Incluso me acerco a una ancianita que viene junto a mi y la tomo del brazo ayudandole a caminar y buscando refugiar mi rostro en ella acercandome bastante

Ya abuela..ya...no te preocupes...ya salimos... Voy bastante tranquilo ya que no es la primera vez que debo escapar de las autoridades haciendome pasar por otro y me alegro que el loco de Ibra haya ideado esto tan rapido. Sin embargo intento ir lo más alejado de él ya que es seguro que buscan a dos tipos, al menos no soy afro que debe ser una de las descripciones que han dado de nosotros

De esta guisa, os apresuráis a abandonar el edificio. Como hay un piso que no deja de alquilarse a extranjeros, los vecinos no llegan a extrañarse con las caras nuevas. Así, esperáis que una batahola de cincuenta personas os camufle ante el encuentro inminente con las fuerzas del orden.

Pero os aguarda una sorpresa: hay una mujer en el portal pulsando en el portero automático. Su increíble atractivo físico hubiese llamado vuestra atención por sí solo en cualquier otra circunstancia, pero ocurre además que

la reconocéis como uno de los sujetos que examinaban con vosotros un libro en ese extraño sueño.

Aún estoy pulsando timbres cuando veo dos caras conocidas. Dejando un dedo apretado sobre un timbre al azar me enfrasco en examinar esos rostros señalando inconscientemente con el dedo índice de la otra mano.

Yo ... yo os conozco. ¿No? Sí, os he visto antes. Pero ...

Pero ¿cómo decirles que no se porqué he visto su imagen y que ni me atrevo a mencionar el contexto?

Quizá podáis ayudarme.

Apenas voy abandonando el lugar exitosamente cuando una chica cuyo rostro me parece muy familiar aunque no recuerdo nunca haberme acostado con ella, aparece frente a nosotros y parece reconocernos a los dos, aunque parece algo confundida. Sin embargo debo continuar con mi teatro

Lo siento...mi abuelita está enfermita... Me aferro a la anciana que me acompaña escapando Esta chica nos va a delatar ante las autoridades

En ese caso permítanme ayudarles. Al fin y al cabo eso hacía llamando aquí.

Sujeto el otro brazo de la anciana mirando ahora al negro que parece bastante atlético. Su cara también me suena pero no suelta prenda.

No estoy segura donde nos vimos. ¿Fue en una biblioteca?

Cuando se acerca aquella atractiva mujer no puedo evitar quedarme mirándola, levantando levemente la manta que me cubre la cabeza. Cuando me doy cuenta que me está mirando directamente a los ojos, ya es demasiado tarde para volver a cubrirme, así que le mantengo la mirada. Aprovecho para repasarla de arriba a abajo.

La mujer me sujeta del brazo, con firmeza. Sus dedos palpan notando la firmeza de mi musculatura. Desde luego, el papel de anciana ella ya no se lo cree.

Ahogo una carcajada cuando dice si nos hemos visto en una biblioteca.

- Mira, pivón, si vas a ayudarnos, ayúdanos a salir de aquí y luego lo hablamos. Si estás pensando en irte de la lengua, cariño, - La miro directamente a los ojos, con fiereza - mejor vete a la mierda.

Continúo caminando escabuyéndome de la multitud. Rick de un brazo, la desconocida del otro... a menos que se suelte en el proceso.

Decido lanzarme a fondo, bastante perdida ando ya como para dar más rodeos.

Para irme de la lengua tendría que tener algo que largar y ahora mismo no puedo cantar ni los números del bingo. Pero ...

Una idea cruza mi mente a toda velocidad y me preocupa. Bajando la voz mucho les susurro.

¿Toda esta parafernalia es por vosotros? 

Tras decirlo asegurándome que nadie más puede oírme hago un poco de teatro, como si realmente ayudara a la "anciana" y le sonrío amablemente aprovechando para echar un vistazo a los alrededores.

Por aquí, aléjense del peligro, vengan.

Asiento bajo la toalla que me cubre la cabeza. Mi afirmación sirve tanto para la pregunta que ha susurrado la desconocida como para las indicaciones a viva voz que nos hace para "apartarnos del peligro".

Si fuera una persona de pensar mucho las cosas estaría dándole vueltas a lo extraño de la situación. Aquella mujer desconocida, cuyo rostro me resultaba extrañamente familiar, como visto en un sueño reciente, parecía casi tan confundida como nosotros mismos. Quizá también tuviera algo que ver con el viejo librero. Quién sabe. Y lo más importante, a quién le importa.

La cuestión es que estábamos ahí. Se nos ha brindado una inesperada ayuda, pues no parece que quiera denunciarnos a la policía, y parece tener algo que ver con nuestra extraña situación. Por tanto, parece estar de nuestro bando.

- Gracias, tía. - Le susurro, con sinceridad.

Poco a poco, vamos huyendo de la situación de peligro. A la larga, nos internamos por algún callejón.

Digamos que faltó entre aquellos agentes un inspector perspicaz como los de las películas, o que venían imaginándose a los mutantes terroristas como seres rabiosos incapaces de tales artimañas,

fuera como fuera,

la estampida cogió por sorpresa a los nacionales que se aprestaban a transponer el portal, de modo que no fuisteis reconocidos y sí conducidos por uno de ellos –mientras el resto tomaba por asalto el edificio-, hasta un cordón en una calle aledaña y persuadidos para aguardar turno de ser atendidos por unos enfermeros desembarcados desde el centro médico de San Bernardo. En mitad de aquel caos, fue fácil encontrar la ocasión para abandonar subrepticiamente el sitio

en soledad o en compañía, y en qué dirección, eso ahora lo decidiréis.

Si antes estaba un poco aturdida ahora estoy además confundida completamente. Acabo de hacer algo completamente fuera de la lógica y siempre había sido bastante cauta. Pero desde ayer no hay cautela que valga, mi vida es como un tren a punto de descarrilar. O quizá ya haya descarrilado aunque no quiera reconocerlo.

Oye . . . de veras que necesito ayuda. Quizá mi madre esté en peligro, tengo que asegurarme que está bien. No se quienes sois pero no ha sido la casualidad lo que nos ha unido, eso seguro.

Los miro a ambos, alternativamente a uno y al otro. No son precisamente el tipo de hombres con los que estoy acostumbrada a relacionarme aunque eso ahora no tiene importancia.

¿Podéis acompañarme? Así hablaríamos, tengo que ir a Getafe.

Les miro con gesto de súplica.

 Mis pasos, sin premeditación, van bajando por la calle Espíritu Santo, en línea recta.

- ¿Getafe? ¿Qué coño se nos ha perdido en Getafe? - Digo de sopetón, aunque entonces miro a la cara a nuestra acompañante y observo su hermosa cara, ahora con un mohín de súplica. - Después de todo, - Pienso - Nos ha ayudado a salir de allí y creo recordar su cara de uno de estos sueños proféticos. Quizá debamos hacerle caso. - 

Sin dejar de caminar, espeto:

- Lo que tenemos que hacer ahora es pirarnos de aquí, cuanto más lejos mejor, ¿verdad, Rick? - Miro a mi compañero, buscando su aprobación. - Vamos hasta la puta estación de Tribunal, tomamos el primer jodido metro que pase y allí donde nos deje, hablamos de toda esta mierda.

Entre mis manos, ocultas bajo las holgadas ropas que conseguí ponerme en aquel apartamento, llevo los objetos y los aferro con fuerza.

Esto ha sido bastante extraño para nosotros señorita, y usted nos está pidiendo de un momento a otros que nos vayamos para Getafe..Comento una vez estuvimos afuera aunque cuando Ibra me observa puedo entender igualmente que algo en ella tambien le es familiar aunque no logro recordarlo. 

Suelto a la anciana no sin antes darle un gran beso en la mejilla como agradecimiento aunque estoy bastante seguro que no ha entendido ni jota de lo que sucedió para luego hablarle a Ibra sin importar que esté delante

Espera, debemos pensar bien que vamos a hacer..no tomemos decisiones a la ligera  Me acerco a el y le susurro Mira que dice el mapa ese, hacia donde nos vamos....porque lo que soy yo no quiero saber de locuras ni de luces ni mutantes locos por un buen tiempo, aunque no puedo negar que la nena está de rechupete y me gustaria tirarmela

Un cordón policial disuade de continuar por la calle Espíritu Santo. Los peatones son obligados a bajar hasta la Gran Vía. Los planes de Ibrahim de alcanzar Tribunal se han frustrado. Encontrarán, sin embargo, otras estaciones de metro, aunque esté por ver si las autoridades de la ciudad no han decretado su cierre por razones de seguridad.