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El Liceo: Escuela de Superhéroes

Interludio de Aitor: El Club de Inventores

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29/08/2016, 12:24
Aitor Zumalacárregui

Aitor, consciente de lo extraño de la situación, meditó un segundo sobre ella. Era evidente que el resto del grupo había sido transportado también hasta allí con la onda expansiva de la explosión del laboratorio. Tesla y Enlace, bien. Faltaba Oráculo, habría que tratar de localizarla, pero eso sería más adelante. Aparentemente Tesla debía haber sido alcanzada por un rayo (lo que no le afectaba), pero ahora estaba cargada con esa energía, que tal vez no se comportaba como la chica estaba acostumbrada. El chico parecía genuínamente preocupado por ella, pero por alguna razón no era consciente de que un simple toque de Tesla podía acabar con él funcionando de resistencia y, por tanto, bien frito. No obstante, los recién llegados no sabían lo que había sucedido, si había pasado algo que enrareciera la situación a nivel mental, de manera que Aitor le hizo una seña a Enzi para que rodease hacia Enlace sin llamarle la atención, esperando a hablar hasta que éste se hubiera situado fuera de su campo de visión más evidente.

-Álvaro, Malina te ha dicho que no te aproximes, ¿verdad? Me parece bastante razonable no aproximarse a alguien cargado con electricidad de una dimensión que no responde estrictamente a las leyes físicas conocidas. Podría freirte. Malina, ¿necesitas los guantes? Seguro que tienen metal, te los puedo hacer llegar telequinéticamente, ¿te parece bien? -ofreció Aitor, calmadamente, tratando de no parecer ni arrogante ni una amenaza bajo ninguna óptica.

Notas de juego

Si hay algún movimiento extraño, atrapo los guantes con mi poder y se los trataré de hacer llegar a Malina.

Sí, perdón, Fragua, jejeje, qué equivocación más tonta 0:-)

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30/08/2016, 18:46
Narrador

Cuando Aitor se reveló ante sus compañeros pudo ver como sus rostros pasaban de la preocupación al alivio.

- Tienes razón – concedió Álvaro, algo avergonzado.

- ¡Por favor, acércamelos! – pidió Malina. Su voz sonaba un tanto distorsionada, quizá por la gran cantidad de energía que contenía en aquel momento -. ¡En esta dimensión soy como un puto pararrayos andante! – se quejó.

Álvaro dejó que Aitor tomase los guantes y luego se retiró un par de pasos. Se llevó una mano al hombro, donde tenía la quemadura que, previsiblemente, le había hecho Malina sin querer.

Enzi se le acercó y le exhibió una sonrisa.

- Al menos tratabas de ayudar – le susurró.

Enlace se sonrojó.

Con cierto cuidado, Aitor le hizo llegar los guantes a Malina. A medida que se acercaban flotando, los pequeños arcos voltaicos comenzaban a focalizarse en éstos. Por suerte los guantes estaban preparados para resistir las descargas eléctricas, si no, no le habrían durado demasiado a Tesla. La muchacha los atrapó en el aire y se los puso.

- ¡Apartaos un poco! – les indicó mientras les daba la espalada y extendía los brazos hacia el frente.

De los guantes de Malina surgió un gigantesco rayo que se estrelló contra una formación rocosa a lo lejos. De pronto, la cima se llenó de luz. La descarga duró unos treinta segundos, y fue tan intensa que logró que la roca se derritiese por el calor.

Cuando Tesla hubo acabado de descargar la energía, se dejó caer de espaldas contra el suelo. Su cuerpo ya no brillaba. Alzó un brazo, con el pulgar de la mano levantado. Estaba bien.

Álvaro tomó una gran bocanada de aire, había estado conteniendo el aliento.

- Estaba muy preocupado – admitió.

Se acercó a Aitor.

- Desde que llegamos he estado emitiendo en todas las frecuencias posibles, esperando poder contactar con alguien – dijo, algo alterado -. No he conseguido respuesta. Si en este lugar hay alguien… no tiene radio – bromeó, tratando de aligerar la tensión.

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01/09/2016, 09:22
Aitor Zumalacárregui

La resolución de la situación fue extrañamente satisfactoria para Aitor. Casi esperaba alguna complicación más. Por otro lado se alegró mucho de contar con sus compañeros del club de inventores (aunque no lo exteriorizase apenas). Salir de aquella Dimensión Oscura sería mucho más fácil con ellos: Tesla suponía no tener que preocuparse de fuente de alimentación, Enlace serviría para modular las emisiones, Fragua ayudaría a construir la máquina y el propio Aitor ya tenía varios prototipos en mente. Ahora el mayor problema iba a ser encontrar los materiales. Para ello había que localizar un foco de civilización en aquel lugar. Las civilizaciones de cualquier tipo construyen y acumulan materiales que de otra manera se encontrarían dispersos en la naturaleza. Eso era exactamente lo que necesitaban.

Aunque también había otro pequeño detallito pendiente:

-¿Alguien tiene idea de dónde podría estar Oráculo?

Si la chica de las gafitas estaba consciente probablemente habría buscado refugio y habría comenzado a buscarles con sus poderes, por lo que les podría “salir al paso”… siempre que no se la comieran las bestias nativas, claro. A lo mejor estaban jugando al gato y al ratón mientras el resto del club tenía una charla en las alturas.

-Odiaría irme de esta dimensión sólo para descubrir que no está en la nuestra y tener que volver a rescatarla. Además, nos iría muy bien su ayuda para localizar un núcleo habitado.

Sin dar ni oportunidad para réplicas el genio vasco prosiguió, había tenido tiempo de sobra para evaluar la situación y meditar sobre el siguiente paso lógico.

-Enlace, en vez de emitir una señal, ¿podrías buscar anomalías en los campos electromagnéticos? En nuestra dimensión encontrarías muchísima actividad por nuestros aparatos, pero por aquí podría ser señal de algo como el uso continuado de magia, de aparatos de luz de alguna clase o de acumuladores eléctricos. O de algo que no acertemos a imaginar. Sea lo que sea, si no es natural, nos sirve. Serás nuestro SETI particular, ¿qué te parece?

Era un chiste sobre la búsqueda de inteligencia extraterrestre, un chiste geek y no muy bueno, pero seguro que dada la situación les hacía gracia a todos.

-El resto podríamos buscar algo en el horizonte, un reconocimiento visual aprovechando la altura, para marcar un rumbo. Si alguien tiene una idea brillante sobre cómo dar con Oráculo, con la civilización o para sobrevivir en este entorno hostil, que no dude en exponerla.

Una vez más Zenitram lideraba el grupo, para bien o para mal, mientras nadie quisiera arrebatarle “el trono”.

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02/09/2016, 14:05
Narrador

Ante la pregunta de Aitor acerca de Oráculo todos agacharon la cabeza o se encogieron de hombros.

Nadie sabía nada de Rita.

A continuación vinieron las instrucciones para Álvaro. Todos se rieron del chiste, para variar.

- He estado pendiente desde que llegamos por si captaba cualquier tipo de comunicación, pero lo de las anomalías no se me había ocurrido – admitió Enlace, con tono de elogio -. Voy a ponerme ahora mismo a buscar.

Álvaro cerró los ojos y puso cara de concentración. De mientras, Enzi se centró en otear el horizonte, en busca de algo. Lo que fuera.

Malina se acercó a Aitor con cara de querer comentar algo.

- Puedo decir con bastante seguridad que los rayos de esta dimensión son atraídos a mí, aunque no sé por qué coño lo hacen. En nuestra dimensión soy capaz de absorber electricidad si me concentro, pero nunca en la vida me había caído un rayo encima.

La muchacha decía aquello con mezcla de asombro y miedo. Siempre era emocionante descubrir nuevas cosas acerca de tu poder. Sin embargo, en aquella situación parecía algo desventajoso.

- Será mejor que me mantenga un poco alejada de vosotros, por si caen más de esos cabrones.

Dicho esto se alejó a una distancia prudencial, mientras aprovechaba para buscar en el horizonte desde otra dirección.

- ¡Eh, chicos! – llamó la atención Enzi –. Veo algo por allí.

El wakandés alzó un brazo, señalando hacia el frente. Álvaro se acercó a él.

- ¡¿Qué es?! – preguntó Malina desde la distancia.

- Oye, yo no veo nada – confesó Álvaro mientras entrecerraba los ojos.

- Sí tío, fíjate. Hay algo claro, resalta entre la roca negra de esta dimensión. Según como le dé la luz arranca destellos – indicó Enzi, animado -. Aunque debe de estar muy lejos. Es una buena caminata.

- Y no tenemos agua ni comida… - Álvaro resaltó lo obvio.

- ¡¿Tenemos otra opción?!

Era en cierto modo gracioso que Malina tuviese que participar en la conversación a gritos.

- No he encontrado nada más en este desierto de roca negra. Aunque… - Enzi se frotó la barbilla - ¿Habéis explorado las cuevas de aquí abajo?

Álvaro negó con la cabeza.

- Aparecimos directamente aquí – se justificó el muchacho.

Todos miraron a Aitor, esperando ver su opinión. 

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06/09/2016, 08:04
Aitor Zumalacárregui

Aitor reflexionó nuevamente, tomándose su tiempo en hacerlo. De tratarse de una persona normal su silencio hubiera sido notable, pero con su capacidad mental apenas 2 ó 3 segundos después ya estaba contestando.

-A menos que Tesla pueda convertir una piedra en bombilla, no tenemos luz para adentrarnos en una cueva. Tampoco disponemos de cuerda más allá de nuestros brazos, así que yo descartaría la espeleología de momento. Podemos asomarnos para tener una idea más certera, pero yo perseguiría esos destellos de esperanza que ha visto Fragua.

Si Oráculo había acabado en la Dimensión Oscura con ellos, no andaría muy lejos, en cuyo caso seguro que ya les había localizado con sus poderes. Incluso sin poderes el espectáculo eléctrico de Tesla había sido bien poco discreto... No sería extraño encontrarse a la joven reportera esperándoles a los pies de la roca a la que se habían encaramado.

En cualquier caso, ahora tocaba descender hasta el suelo de aquel extraño desierto, a ser posible sin que nadie se descalabrase, y llegar hasta es punto blanco que Enzi había descubierto. De tener comida o agua la racionarían, pero no tenían ni eso. Era un intento desesperado y si se equivocaban...

-Dejemos una señal de que hemos estado aquí y de que nos dirijimos en aquella dirección. Cuando descubran el accidente en el Liceo tal vez vengan a rescatarnos.

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06/09/2016, 10:25
Narrador

- ¡Decidido pues! – exclamó Enzi.

Tesla se encargó de dejar la marca. Con la ayuda de sus guantes – que le conferían una precisión notable – grabó algo en una roca.

“Club de Inventores -->”

Descartando el internarse en la cueva, los cuatro miembros del club comenzaron el descenso.

Con la contada excepción de Enzi, en aquella situación se cumplía el estereotipo de que a los “empollones” no se les daban muy bien los deportes. Descender aquella colina, aunque con la ayuda de Enzi, estuvo lleno de potenciales accidentes.

La presencia del wakandés les ayudó enormemente. Enzi iba a la cabeza. Buscaba el camino más fácil, les indicaba donde poner manos y pies, y les ayudaba a descender cuando era necesario.

Todos lo hicieron relativamente bien, excepto Aitor.

El genio vasco tropezó varias veces, llegando a caer de cara en una ocasión. Se hizo daño en una pierna, le iba a costar moverse bien durante un tiempo.

Por si fuera poco, tras bajar la colina él era el único que estaba visiblemente exhausto. Aquel cansancio sumado al que ya había acumulado durante el ascenso amenazó con dejarlo fuera de combate.

Enzi se ofreció a llevarle a caballito. Él seguía fresco como una rosa. Ya no parecía simplemente un humano con una gran forma física, sino algo más.

No tenían tiempo que perder, así que se pusieron en camino hacia aquello que había visto Enzi desde lo alto de la colina.

El camino fue largo pero, dado que andaban por terreno llano, el cansancio no se apoderó de ellos todavía. Enzi iba al frente, con Aitor y Álvaro.

Malina les seguía desde detrás. En una ocasión les gritó que se alejasen. Pocos segundos después un rayo le cayó encima. Obviamente todos salieron indemnes.

Enlace iba todo el rato concentrado, sin fijarse en lo que veía con sus ojos sino en lo que percibía con su poder. Cuando hubieron caminado durante una hora y media Álvaro se detuvo en seco.

- ¡Capto algo! – gritó eufórico - ¡Es un teléfono móvil! ¡Voy a llamar! – indicó.

Pasaron unos diez segundos bastante silenciosos.

- No me lo coge…

- Pero lo más probable es que sea de alguien de nuestro mundo, ¿no? – sugirió Enzi -. No perdamos más tiempo.

Aceleraron el paso, hasta llegar a un lugar lleno de aquellas extrañas formaciones rocosas. Escucharon ruidos a lo lejos, gruñidos…

Aitor estaba seguro de que eran como los de la bestia a la que se habían enfrentado Enzi y él.

Los cuatro miembros del club de inventores se ocultaron tras una roca y miraron hacia más adelante.

Había dos de esas bestias, gruñían y rugían hacia algo que se encontraba arriba del todo de una columna de roca. Desde su posición no podían ver qué había arriba del todo.

- El móvil está al pie de esa columna – informó Álvaro con un hilo de voz.

Aitor estaba seguro de que ninguna de las dos criaturas era la misma a la que se habían enfrentado. 

- Tiradas (8)

Notas de juego

Tras el descenso Aitor queda Exhausto (qué malas tiradas, lo siento). Una vez te recuperes del cansancio estarás Hindered igualmente por una herida en la pierna.

Tenías un +2 a la tirada de Atletismo por contar con la ayuda de Enzi (por si miras las tiradas).

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07/09/2016, 08:51
Aitor Zumalacárregui

La bajada de aquella roca fue toda una odisea para el joven vasco. Accidentada además. La sobrellevó con toda la dignidad de la que fue capaz, ahorrándoles a sus compañeros quejas y maldiciones. Resultaba evidente que tendría que corregir esas deficiencias físicas suyas de alguna manera. Puede que entrenando, más posiblemente con un traje...

¡Oráculo! ¡Tenía que ser la chica! Era demasiada casualidad para no serlo. Aitor sintió cómo la adrenalina encendía su maltrecho cuerpo, dando la impresión de enlentecer el entorno a su alrededor. Se concentró para mantener plenamente el control.

-Tesla, abate a uno de esos bichos. Fragua, cúbrenos. Enlace, trata de auyentarlos aunque sea a gritos o pedradas. Yo... -dijo Aitor, plenamente consciente de su debilidad física- voy a usar ese móvil para generar otro adversario.

Acto seguido Zenitram levantó en el aire el móvil que habían localizado a los pies de aquella columna, comenzando a reformarlo con un diseño robótico que pudiera adaptarse adecuadamente a la situación mientras se lo acercaba para poder controlar más el proceso de creación. Tenía algunas ideas interesantes que aplicar...

Notas de juego

Voy a usar el móvil para construir un robot de ataque. No he podido calcularlo todavía (hoy sin falta lo haré, pero tiene que ser desde casa, que es donde tengo instalado el HeroLab), pero tendrá poca dureza pero mucha defensa, buen ataque y un láser o algo así. Probablemente también lo haga trepador. En cualquier caso, imagino que no podrá actuar hasta el turno próximo, así que todavía tengo un poco de margen para la creación.

Edito:

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07/09/2016, 23:40
Narrador

Distraídas como estaban con lo que fuera que hubiese arriba de la columna, las bestias no advirtieron como Aitor tiraba del móvil hacia él y lo transformaba en un ágil y mortífero robot de combate.

- ¡Es como en la Ceremonia del Nombramiento! – exclamó Álvaro en un susurro, apenas pudiendo contener la emoción.

Enlace hacía alusión a la demostración de Zenitram durante su primera noche en el Liceo, donde hizo algo parecido con su poder.

- Vale, yo me encargo del de la izquierda – convino Malina mientras ponía a punto sus guantes -. Será pan comido.

- Espero que sean igual de mediosos que el otro… - dijo Enzi mientras miraba fijamente a las criaturas.

El wakandés suspiró.

- Al menos contamos con el factor sorpresa.

Cuando estuvieron preparados, los miembros del Club de Inventores salieron de detrás de su escondite, listos para la batalla.

Contaban con unos preciados segundos de ventaja. E iban a aprovecharlos.

Enzi se puso al frente del grupo y flexionó las piernas. Si alguna de esas bestias se acercaba a ellos, él la placaría con todas sus fuerzas. 

Malina extendió los brazos hacia el frente y apuntó a una de las criaturas. Se escuchó la corriente eléctrica corriendo por los guantes. Un gran arco voltaico voló directo hacia la bestia, golpeándola en el torso y estampándola contra la columna de piedra. 

Olía a ozono, y a quemado. 

- ¡Toma ya! 

La otra criatura se giró y vio al pequeño grupo en la distancia. Rugió.

- P-parece cabreado - dijo Enlace mientras recogía una piedra del suelo. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Sé que otras veces lo hemos hecho distinto, pero creo que nos será más fácil interpretar que el robot de Aitor actúa durante su turno, siempre y cuando Aitor realice las acciones de movimiento necesarias para darle órdenes. 

Dicho esto, pasamos al combate. 

El Club de Inventores tiene un turno para actuar a sus anchas antes de que las criaturas puedan actuar. Tiraremos iniciativa a partir del siguiente turno.

- Enzi se pone al frente y Prepara una acción. Tratará de derribar a la primera bestia que se acerque al grupo.
- Malina lanza un arco voltaico a toda potencia (Power Attack) contra Bestia 1. La criatura recibe 1 Herida y queda Staggered.
- Álvaro coge una piedra del suelo.

Turno de Aitor (tras el cual iniciaremos el combate formalmente)

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08/09/2016, 11:22
Aitor Zumalacárregui

Ya estaban inmersos de nuevo en una situación de combate. A decir verdad sólo el wakandés y el vasco se habían visto las caras con aquellas criaturas de la Dimensión Oscura, pero Aitor sin duda agradecía la presencia de los "novatos".

Había que aprovechar la sorpresa y su capacidad de ataque a distancia, herir sin ser herido.

No todos tenemos tu tasa regenerativa, Enzi.

Por eso tenían que actuar rápida y eficazmente. El procesador del móvil y sus diferentes sensores y cámara le habían permitido a Zenitram convertirlo rápidamente y con poco esfuerzo en una eficaz y veloz plataforma de armas. Claro que le estaba sacando un rendimiento de 250%, lo que lo freiría en cuestión de minutos. Pero no había por qué alarmarse, la batería "moriría" mucho antes, los móviles no están diseñados para disparar lásers. Aunque probablemente la carcasa se desintegrara todavía antes, puesto que no estaba diseñada para aguantar las tensiones a las que iba a ser sometida los próximos segundos... y todo eso sin contar ni un solo golpe de aquellas criaturas. Definitivamente Aitor era mucho más efectivo a la hora de acabar con sus propios robots que la mayoría de enemigos con los que pudiera enfrentarse.

El joven genio, a continuación, se dedicó a fijar los objetivos de los ataques del pequeño robot (los 2 bichos), estipulando seguir disparando hasta que no pudiera detectar movimiento y/o ruido proviniente de ellos. Estipuló como blancos prohibidos a cada uno de los integrantes del club de inventores, incluyendo a Oráculo (por si aparecía súbitamente antes de que Aitor pudiera suministrar nuevas instrucciones) y a él mismo (para evitar accidentes). Finalmente dio la orden.

-Fuego a discrección.

El antiguo móvil comenzó a disparar a ambos objetivos con fiereza, emitiendo haces láser a intervalos cortos y ráfagas muy concentradas, en lo que vendría a ser una recreación de un monstruo invasor del espacio de las películas de serie B, sólo que enfrentándose a un monstruo de talla gigantesca. Como se temía Aitor, los disparos no fueron demasiado precisos, pero con un poco de suerte el robot iría auto-calibrando como había estipulado en su programación y les distraería lo suficiente de sus objetivos más "carnosos". Mientras hacía esto, el ex-móvil comenzó a maniobrar, colocándose entre ambas criaturas.

Aitor, por su parte, de pie pero resguardado todavía tras las rocas, observaba con atención cada movimiento de aquellas bestias, evaluando sus capacidades. La última vez sólo pudo sacar en claro que eran agresivas pero que conservaban cierto instinto de supervivencia. Ahora que tenía la oportunidad quería aprender más.

- Tiradas (2)

Notas de juego

He hecho la tirada de "Insight" para evaluar al enemigo.

También he tirado por el robot, sin demasiada suerte, aunque no estoy seguro de que le correspondiera todavía. Probablemente será el primero en actuar (tiene una iniciativa +12), pero sea como sea ya está sentenciado :-)

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09/09/2016, 11:38
Narrador

Mientras ordenaba a su robot atacar a los enemigos, Aitor analizó rápidamente las habilidades de los enemigos a los que se enfrentaban. Su mente privilegiada procesó en un instante todos los datos necesarios. Las bestias eran temibles a nivel ofensivo, sin duda, pero no eran tan buenas defendiéndose. Quizá aquello tenía que ver con la dura piel que tenían, y el hecho de que no estarían acostumbradas a defenderse de nada en aquel páramo donde eran los depredadores principales.

Los láseres del móvil fallaron, algo predecible en el primer disparo de un robot de combate improvisado. 

Ahora comenzaba el combate de verdad. Las criaturas rugieron, dispuestas a enfrentarse a las nuevas amenazas.

El robot móvil emitió un sonido - el que indicaba mensajes nuevos en Whatsapp. Ya había recalibrado sus armas.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Aitor analiza las capacidades ofensivas y defensivas de las bestias. Técnicamente se comparan las habilidades del enemigo con las propias, pero dado que cualquier enemigo (cualquiera, en serio) será superior a Aitor y dado que es un genio te permito comparar las puntuaciones con lo que has podido ver de las capacidades de Enzi (vuestro luchador experimentado de referencia). 

Las bestias tienen una capacidad ofensiva superior a Enzi (que tiene un bono de +5). Su capacidad defensiva es inferior a la de Enzi (que tiene una defensa de 5 [osea 15 de dificultad para acertarle]).

Procedo a tirar las iniciativas. 

Orden de Iniciativa
- Móvilbot (esperando órdenes)
- Bestia 1
- Malina
- Aitor
- Enzi
- Bestia 2
- Álvaro

Turno de Móvilbot (te dejo escoger qué hace, aunque presupongo que atacará a las bestias).

Piensa que si usas Split para disparar a los dos enemigos divides tu láser en dos efectos independientes aunque con una sola tirada de ataque (Daño 2 y Daño 2, por ejemplo). Es diferente de usar Multiattack para atacar a los dos (aplicar un -2 al ataque y rociarles con láser Daño 4 a los dos), aunque se pueden aplicar los efectos de Multiattack sobre un solo objetivo a cada uno (Daño 2 y Daño 2 con la posibilidad de verse aumentado por Multiattack si superas por mucho su defensa). 

Qué lioso.

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11/09/2016, 00:12
Aitor Zumalacárregui

Móvilbot ya tenía sus órdenes y procedió a cumplirlas lo mejor que su programación auto-corregible le permitía. No lo hizo nada mal, dadas las circunstancias. Desencadenó una lluvia de fuego láser, disparando ráfagas primero a uno y después al otro. Lo suyo no era la precisión realmente, pero aunque fuera sólo por volumen de ataques, alguno tenía que impactar. O no. Por fortuna Aitor había puesto la prohibición de blancos, porque de no ser así...

Mientras tanto maniobraba entre aquellas bestias rugientes con decisión, colocándose de manera que si avanzaban hacia él se alejaran tanto de los miembros del club de inventores como de la columna que habían estado asediando.

- Tiradas (1)
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11/09/2016, 12:13
Narrador

Móvilbot disparó sus láseres a discreción, pero parecía que la suerte no acompañaba a Aitor. Todos los disparos fallaron, estrellándose contra las rocas. Sin embargo, las bestias parecían furiosas con el pequeño constructo. Reconocían el poder de sus armas.

La bestia que había sido atacada por Malina se reincorporó y zarandeó todo su cuerpo. Tenía una grave quemadura en un costado, pero aún así parecía dispuesta a luchar. Se lanzó con un poderoso salto sobre el Móvilbot de Aitor. 

El robot saltó rápidamente hacia un lado, evitando el ataque. Al menos sus sistemas de evasión estaban bien ajustados. 

- Vamos a ver si lo acabamos de freír - dijo Malina con cierta suficiencia mientras cargaba de nuevo su ataque eléctrico. 

Un arco voltaico voló de sus manos y se estrelló contra la bestia que se había lanzado contra el Móvilbot, la que ya estaba herida. El rayo le impactó, esta vez contra las piernas. 

La criatura gruñó de dolor y se tambaleó, pero se mantuvo en pie. Aquello todavía no había acabado.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Turno 1

- Móvilbot dispara sus láseres contra las bestias, pero falla sus ataques. Se aleja de sus enemigos.
- Bestia 1 carga contra Móvilbot, pero falla su ataque.
- Malina ataca a Bestia 1 con Power Attack y le causa 1 Herida.

Turno de Aitor

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12/09/2016, 13:52
Aitor Zumalacárregui

Aquello no estaba yendo del todo bien. O al menos era mejorable. Los sistemas de puntería de Móvilbot no estaban dando la talla, aunque evidentemente estaban dando el 100% de sus capacidades, era algo intrínseco a su falta de voluntad, propio de la programación que le había sido implantada. La parte positiva era que al menos estaba entreteniendo a aquellas bestias mientras Malina hacía prácticas de tiro con ellas.

Sabedor de que Móvilbot seguiría desarrollando su actividad aún sin su supervisión directa, se concentró en las posibilidades. Las bestias eran un peligro a tener en cuenta, pero no eran tan poderosas como para darse por derrotados, ni mucho menos. Es más, ya se había demostrado que el lanzamiento de una simple piedra podía ser suficiente para dañarlas. Dicho y hecho, el joven vasco se hizo con otra y, apartando de su mente la imagen de un abertxale de las noticias, se concentró en acertarle lo mejor y más duramente posible al bicho más cercano.

- Tiradas (1)
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13/09/2016, 13:27
Narrador

Aunque el ángulo del lanzamiento de Aitor maximizaba la potencia del mismo, la criatura vio venir el ataque y se apartó a tiempo. Centró entonces su mirada en el el apetecible genio vasco. Seguro que su carne era tierna y se masticaba fácilmente. La criatura pateó el suelo y flexionó las piernas, se disponía a atacar.

Enzi no quiso correr riesgos, se quedó al frente del equipo, protegiéndolos de un ataque directo.

La bestia emprendió entonces la carrera. Abandonando a su herida compañera con el Móvilbot, se lanzó mientras rugía hacia el grupo de inventores. 

Cuando llegó hasta ellos Enzi reaccionó con rapidez. Dio una fuerte patada dirigida a las patas de la criatura, pretendía derribarla en plena carrera. 

Justo cuando sus patas iban a chocar con la pierna del wakandés, la criatura dio un gran salto y se lanzó contra Enzi, con las zarpas al frente. El wakandés trató de evitar el ataque, pero su maniobra lo había dejado completamente al descubierto. La bestia le arrancó de un zarpazo los vendajes que había improvisado Aitor, y abrió de nuevo las heridas en el pecho del muchacho. 

- ¡Agh! - se quejó Enzi mientras retrocedía un par de pasos. 

Álvaro lanzó entonces la piedra que había recogido antes contra la criatura. El lanzamiento fue de campeonato. Enlace no disfrutaba de unas excelentes aptitudes físicas, pero la adrenalina del momento le dio el empujón que necesitaba. La piedra se estampó contra el rostro de la bestia. La criatura emitió un gruñido de agonía mientras una sangre negra y espesa manaba de su frente y le chorreaba por el morro.

Sus grandes ojos oscuros se centraron en Enlace.

- ¡Oh, lo siento! - gritó Álvaro como si acabase de apedrear a un animal indefenso. 

- Tiradas (9)

Notas de juego

- Aitor lanza una piedra contra la Bestia 2, pero falla.
- Enzi Prepara una acción.
- Bestia 2 Carga contra Enzi.
     - Enzi reacciona, trata de Derribarla. Falla, y la Bestia 2 intenta derribar a Enzi, pero falla también.
     - Bestia 2 ataca finalmente a Enzi. Le causa 1 Herida y lo deja Dazed por un turno.
- Álvaro lanza una piedra contra Bestia 2, hace un Crítico. Le causa 1 Herida y la deja Staggered.

Turno 2

Turno de Móvilbot

Te dejo controlarlo por si quieres cambiar la modalidad de ataque.

Ahora mismo están Móvilbot y Bestia 1 por un lado y el resto de personajes por otro (la Bestia 2 ha cargado contra el grupo).

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14/09/2016, 11:16
Aitor Zumalacárregui

Aquella pequeña plataforma de armas a la que Aitor había tenido a bien llamar Móvilbot, tenía muchas cosas que mejorar, pero desde luego una de ellas no sería la fidelidad. Daría el 100% hasta el último momento. En realidad era más del 100%, bastante más, por eso su último momento se acercaba a pasos agigantados...

En cierta manera Móvilbot tenía cierto aire a luces de discoteca de "aquellos tiempos", música disco y láseres, sólo que lo que disparaba era considerablemente más peligroso, suficiente como para causar heridas considerables, de hecho. No obstante todavía andaba calibrando su puntería y aquellas bestias tampoco contribuirían voluntariamente a facilitarle la tarea.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Nada, seguimos igual. Tarde o temprano tendré suerte, espero...

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14/09/2016, 11:53
Narrador

El Móvilbot siguió disparando su ráfaga de láseres, sin llegar a alcanzar a las bestias. El espectáculo de luces, al menos, parecía estar distrayendo a la criatura más cercana. Ésta se lanzó contra el diminuto robot, en un intento por derribarlo.

La inmensa criatura - en comparación al robot - alcanzó a Móvilbot y lo aplastó contra el suelo. Aunque sus armas eran realmente mortíferas, seguía contando con la resistencia de un teléfono móvil corriente. Móvilbot emitió un último pitido, el sonido que hace un teléfono móvil cuando se queda sin batería, antes de chispear hasta apagarse por completo.

- ¡Vamos a cargarnos a este primero! - gritó Malina mientras apuntaba con sus guantes a la bestia que estaba junto al grupo. 

Tesla disparó a bocajarro contra el objetivo, emitiendo una descarga que bien podría haberlos freído a todos allí mismo. Sin embargo, la cercanía con el enemigo debía de haber puesto nerviosa a la muchacha, porque su ataque salió disparado en un ángulo errático.

Retrocedió un par de pasos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dios que mala suerte. Y mira que tienen poquita defensa los bichos estos. 

Turno 2

- Móvilbot dispara sus láseres sin éxito.
- Bestia 1 Carga contra Móvilbot. Lo alcanza. Dada la condición de Minion de Móvilbot, este queda fuera de combate.
- Malina dispara a Bestia 2 con su arco voltaico, pero falla.

Turno de Aitor.

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15/09/2016, 13:57
Aitor Zumalacárregui

Las cosas no estaba yendo bien, nada bien. Por fortuna contaban con Malina para soltar las descargas sin recibir daños, pero aquellas bestias saltaban de lo lindo y por desgracia Móvilbot acababa de ser destruido. Eso rebajaba el número de objetivos a atacar y no hacía ninguna gracia tener que afrontar un cuerpo a cuerpo con una de aquellas cosas. Que se lo dijeran a Enzi...

-Machacad al de Fragua, ¡vamos! -gritó el genio vasco, con la esperanza de que entre todos pudieran quitarle de encima a aquel bicho. El wakandés era duro, lo estaba demostrando, pero ya había recibido su parte de dolor por hoy.

Aunque Aitor era prácticamente inmune al miedo, dado su gran raciocinio, no era inmune a los efectos de la adrenalina y una situación tensa como aquella bien era merecedora de una buena ración de la misma. Con un movimiento calculado y toda la fuerza de la que fue capaz de sacar de su joven cuerpo, Zenitram lanzó una nueva piedra en dirección a la cabezota del bicho. Aspiraba a acertarle a un ojo, pero se contentaría con acertarle en el cráneo y aturdirlo, lo que fuera suficiente para que Enzi saliera del alcance de sus garras y colmillos.

- Tiradas (1)
Cargando editor
15/09/2016, 19:45
Narrador

La pedrada de Aitor fue certera, y golpeó a la criatura justo en el mismo sitio donde le había dado antes la piedra de Álvaro. Aullando por el dolor, la bestia se revolvió y centró su atención en el genio. Dio un paso hacia Aitor, sus intenciones parecían claras. 

Pero Enzi saltó encima de ésta, en un intento por desviar su atención. Se montó sobre su lomo, juntó las manos y le golpeó con fuerza el lomo. 

El ataque no logró dañar a la criatura pero ésta, sorprendida, centró de nuevo su atención en el wakandés. Dio saltos y se zarandeó, tratando de quitarse al muchacho de encima.

Tras aguantar varios segundos sobre su lomo - seguro que a Enzi se le daría genial eso de los toros mecánicos - el wakandés saltó con gracilidad, aterrizando frente a la bestia e interponiéndose entre ésta y sus compañeros.

Envalentonado, Álvaro lanzó una nueva piedra contra la bestia. Sin embargo, el hecho de tener a Enzi justo en frente hizo que calculase mal su ataque. La piedra se desvió demasiado hacia un lado.

- Ups. 

Un poco más allá, junto a la columna, la más herida de las criaturas se dio cuenta de que el Móvilbot ya no era más que un montón de chatarra humeante. Oyó los aullidos de dolor de su compañera y se lanzó al ataque contra el Club de Inventores. 

La cosa se ponía complicada.

- ¡Aquí viene la otra! - gritó Malina -. ¡Tenemos que acabar ya con esta! 

Sus guantes comenzaron a chispear.

- No falles, no falles, no fallesrepitió para sí misma la muchacha mientras acumulaba toda la energía que podía.

Un gran arco voltaico surgió de las manos de Tesla y fue a estrellarse contra el costado de la bestia que se encontraba frente a Enzi. El impacto fue atronador, pero no suficiente para derribar al objetivo.

Malina se mordió el labio inferior con fuerza, había puesto todas sus esperanzas en ese último ataque.

- Tiradas (8)

Notas de juego

- La pedrada de Aitor le causa 1 Herida a la Bestia 2.
- Enzi ataca a Bestia 2 con All-out Attack 3, aunque no consigue causar ninguna herida.
- Bestia 2 ataca a Enzi. Impacta pero no causa daños.
- Álvaro lanza una piedra contra Bestia 2, pero falla.

Turno 3

- Bestia 1 corre hacia el grupo (Llega en el próximo turno, sólo puede realizar una acción porque está Staggered).
- Malina ataca a Bestia 2 con All-out Attack 2. Impacta y le causa 1 Herida.

Turno de Aitor.

La situación está complicada >:-)

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19/09/2016, 23:15
Aitor Zumalacárregui

¡Maldición! - volvió a exclamar mentalmente el genio vasco, no llegando a verbalizarlo para no hundir todavía más la moral del grupo.

Con mucha premura reunió su fuerza de voluntad en los restos abandonados y olvidados de móvilbot, rescatando sus componentes metálicos para transformarlos de un amasijo derrotado e informe en una aguja de metal potencialmente mortal lanzada a gran velocidad. Normalmente realizaba aquel tipo de esfuerzo en condiciones mucho más óptimas, casi experimentales, pero la situación en curso era mucho más acuciante, caótica y veloz de lo que hubiera deseado. Muchas variables, casi demasiadas incluso para alguien como Aitor.

Pero Zenitram se impuso, su valentía, su arrojo, su dedicación terca e imparable. No podía permitir que sus amigos cayeran, mucho menos por protegerle. Eso no sucedería, no mientras siguiera consciente.

La aguja atravesó el aire en un parpadeo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Utilizo un punto de héroe para volver a tirar, añadiendo +10 al resultado si no supera el 10. Resultado, 14. Espero que sea suficiente...

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20/09/2016, 10:36
Narrador

Haciendo uso de sus poderes, Aitor proyectó una aguja metálica contra la bestia que amenazaba directamente al grupo.

El arma improvisada hendió el aire y fue a incrustarse en el lomo de la criatura con un silbido. La criatura dio un respingo al recibir el discreto ataque y, tras unos instantes de agonía, se desplomó en silencio.

Aquella pequeña victoria dio un pequeño respiro al Club de Inventores. Aitor pudo oír como Álvaro volvía a respirar después de contener el aliento. Vio como Malina cargaba de nuevo sus guantes, dispuesta a seguir combatiendo. Y vio como Enzi, a pesar de su herida, corría al encuentro de la criatura que se dirigía hacia ellos.

El wakandés se encaró a la bestia y descargó todo su peso contra ella en un fuerte placaje.

- Me alegro de no ir contra él en Entrenamiento de Combate – confesó Malina mientras tocaba algo en su guante derecho. El artefacto comenzó a vibrar y a desprender pequeños arcos voltaicos.

Tras las palabras de Tesla, Enzi derribó a la criatura con sus manos desnudas.

Aunque la criatura ahora lo tenía difícil para alcanzar a sus objetivos, también era más difícil de golpear desde la distancia. Desde el suelo, intentó alcanzar a Enzi con sus zarpas, aunque sin mucho éxito.

- Vale, allá vamos.

Malina echó a correr hacia Enzi.

- ¡Hazme sitio!

Enzi se apartó apenas un paso, dejando vía libre a Malina, que alzó la mano derecha, cerrada en un puño.

Aitor supuso al instante que había reconfigurado su guante derecho para el combate cuerpo a cuerpo.

- ¡Aaaaah! – gritó la muchacha mientras lanzaba su ataque contra la criatura.

Cuando su puño impactó contra la bestia, una gran descarga los envolvió a los dos. Malina estaba dando todo lo que tenía para acabar aquel combate ahí mismo. El ataque eléctrico se prolongó durante varios segundos, hasta que Malina dejó de generar energía y se dejó caer al suelo de espaldas.

La bestia humeaba, y no parecía hacer movimiento alguno.

- Creo que ya está – dijo Enzi finalmente -. Hemos ganado.

A pesar de su victoria, Fragua no parecía muy contento. Dirigió su mirada a lo alto de la columna de piedra, y entonces su expresión se relajó y se permitió esbozar una sonrisa.

- ¡Es Rita! – gritó Álvaro, que también había alzado su mirada.

Desde su improvisada posición segura, Rita les saludaba con una mano. Sostenía con la otra lo que parecía una plancha de metal pulido.

Combatida la amenaza, todos los miembros del Club de Inventores se reunieron de nuevo.

Al verla de más de cerca, pudieron ver que Rita estaba algo maltrecha. Tendía la ropa algo desgarrada y alguna herida aquí y allá. Uno de los cristales de sus gafas estaba resquebrajado.

- Me pensaba que me iba a morir aquí arriba – confesó a sus compañeros con un tono más alegre de lo que concordaba con la situación -. ¿Visteis mis señales? – preguntó mientras sostenía frente a su pecho la placa de metal.

- Es lo que nos llevó hasta ti.

- ¡Y tu teléfono móvil! – añadió Álvaro -. Te llamé y todo.

- Bueno, parece que voy a necesitar un móvil nuevo cuando volvamos.

- Pero, ¿cómo vamos a volver? – preguntó Malina.

Todos miraron a Aitor.

- Tiradas (7)

Notas de juego

- Aitor ataca a Bestia 2 con una aguja metálica. El ataque impacta y Bestia 2 queda Incapacitada.
- Enzi se acerca a Bestia 1 y la Derriba.
- Álvaro no hace nada.

Turno 4

- Bestia 1 trata de atacar a Enzi, pero no logra acertar.
- Malina se acerca a Bestia 1 y la ataca cuerpo a cuerpo con Power Attack 3. Impacta y la deja Incapacitada.

Fin del combate.