Partida Rol por web

Presto para el combate, Beler se posiciono cerca de su lady y espero al enemigo... Humanoides , Traidores... no importa su vida es el precio que debern pagar si pretender llegar hasta ella...

Con un mirada rapida localiza a todos y cada uno de los componentes de su grupo, su posicion y la intencion de su tactica... aprovechara al maximo eso para defender a su señora...

Leah entornó los ojos hasta que el iris prácticamente desapareció tras sus pestañas. No aguardó ni pronunció palabra. Ese era el día menos adecuado para interponerse en su camino, el Emperador sabía que no estaba precisamente en pleno dominio de su carácter y bien podría intentar cometer una locura... o zambullirse en ella.

En cierto modo aguardaba la presencia del resto de su "guardia", no les perdonaría estar lejos de la acción y menos en un momento como ese... aunque tampoco iba a negarse a encargarse de la parte que les correspondía a ellos, decidió mientras echaba mano de la pistola bólter.

Alguien había dicho que eran traidores, pero en eso se equivocaba. De entre la humareda las siluetas de pasos lentos se fueron definiendo, mostrando a los servidores de combate que trabajaban como guardias en esa pequeña forja, o quizás habían sido producidos por esa forja... ¿qué producía esa pequeña forja en concreto?

Como si fueran capaces de organizarse o como si siguieran unos protocolos o unos programas, se desplegaron ocupando lo que era la salida de la Forja, formando un perímetro defensivo que no podía envidiar a los usados por los astartes para defender una zona en concreto.

Al unísono todos alzaron los bolters que llevaban en lugar de mano derecha y dispararon sendas ráfagas que acabaron con algunos de los civiles, e hizo que todo aquel que no estuviera preparado para el combate se largara, lo que dejó a solo cinco marines allí, pues algunos de los otros optaron por proteger a esos civiles que podían ser sus familias, y esos cinco astartes eran Nathaniel, Phalanax, Septimus, Beerofonte y Lady Leah.

"Pues al final no eran traidores" pensó Septimus, que se había adelantado a los acontecimientos, mientras apuntaba su bólter a uno de aquellos servidores y lanzaba una ráfaga semiautomática.

"Alguna especie de avería, ¿quizás? Supongo que pronto lo averiguaremos..."

El disparo, por desgracia, no parecía estar bien dirigido. Nunca había tenido demasiada puntería, que se le iba a hacer...

Phalanax procura mantener la cobertura de la que se había provisto antes de que los servidores surgieran de entre el caos. La situación mejoraba, no eran los traidores que esperaba, pero eso no significaba que pudiera subestimar a sus enemigos.

Debían proteger la zona para que los ayudantes mecánicos no llegaran hasta los civiles. El marines espacial comenzó a disparar su bólter contra uno de los servidores para intentar eliminarlo, o, como poco, inutilizarlo.

Beler levanta su Bolter auntando a uno de los servidores, espera a que se acerque al alcance de su arma y tras esperear abre fuego...

El disparo falla de mucho, dibujando una fugaz mueca de disgusto en el rostro de Belerefonte, mirando su Bolter mira que no este dañado y tras confirmar que el arma no tiene defecto alguno, decide continuar con ella...

Nathaniel sabia bien que aquellas moles eran un problema muy grave.

Tantos de estos servidores acosándoles y realizando fuego sobre los habitantes eran una grave amenaza. Por lo que el devastador colocándose el SoundStriker sobre el hombro fijo a uno de los blancos centrales sabiendo que el área de aquellos proyectiles podría golpear a varios de ellos. No sabría si esto haría suficiente fuerza explosiva para penetrar las armaduras de estos, pero rezo por ello.

Como si fueran un único hombre, los servidores comenzaron a avanzar mientras disparaban ráfagas de bolter muy mal dirigidas, pues ninguna ni si quiera se acercó ligeramente hacia la posición de los astartes, los cuales comenzaron a devolver el fuego. Las ráfagas y disparos fueron bastante malos, casi tanto como los de los servidores, pero el Sargento Phalanax consiguió realizar un impacto en el servidor del centro de la formación, y como si hubiera sido una guía, Nathaniel mandó un misil muy bien dirigido contra el torso del mismo servidor.

La explosión fue atronadora e hizo que varios de los servidores se tambalearan más o menos heridos, pero el daño no pareció ser mucho más que superficial.

Por el otro extremo de la zona de combate, Blitz llegaba a la lucha, dispuesto a defender una de las forjas sagradas de ese planeta.

Nathaniel sabia bien que dentro de nada sus proyectiles serian ineficaces pues podría dañar a sus hermanos. Por lo que fijo bien su objetivo sobre los enemigos esperando una vez mas causar suficientes destrozos como para dejar a los enemigos maltrechos para que sus hermanos acabaran con ellos de forma rápida y eficaz.

Septimus volvió a apuntar a uno de los servidores, abriendo fuego cuando ya creía tenerlo en el punto de mira. Sin embargo, el caos reinante volvió a hacer mella en su puntería, que no era muy buena per se, haciendo que fallara de nuevo la corta ráfaga de disparos. 

Blitz había llegado para ayudar a sus compañeros de la última misión. Y aunque sería posible que no necesitasen ayuda, no podía quedarse simplemente de brazos cruzados. Tras llegar al campo de batalla y plantar una rodilla en el suelo, Blitz se afianza y apunta para luego disparar una ráfaga automática. El improvisado ataque por sorpresa de Blitz consigue dar de lleno al Servidor. Sólo esperaba que su arma fuese suficiente para hacer daños.

Tras un disparo inicial fallido, Beler desenvaina su espada sierra a la vez que avanca a paso lijero y dispara su Bolter contra el servidor mas cercano...

Su mision principal es proteger a su señora y para eso la rebasa mientras espera causar algun daño a su objetivo... pero este se resiste...- probaremos mas cerca...

Phalanax realiza algunos disparos mientras se cubre de las ráfagas enemigas, que por suerte no impactan cerca de ninguno de sus compañeros. Sin embargo son oponentes duros y la batalla será complicada.

Cogió aire y se dispuso a salir de nuevo para seguir disparando mientras se acercaba a los servidores para tener un disparo más claro, siempre de cobertura en cobertura.

Salido de otro de los lados de la zona de combate, el tecnomarine Storm lanzó una ráfaga semiautomática hacia uno de los servidores que hizo pedazos, impactándole con dos proyectiles en el torso y haciéndole empezar a temblar y soltar chispas y fluídos por todos lados. Como si hubieran detectado una de las nuevas amenazas, dos servidores abrieron fuego con sus bolters contra el tecnomarine mientras que otro abrió fuego contra la inquisidora y el devastador que era el que más estragos les estaban causando.

Blitz da un rápido vistazo a la zona, estaba demasiado expuesto, debía buscar cobertura... Pero había cometido un fallo, estaba buscando cobertura después de disparar, los servidores lo tenían a tiro y aprovecharon. Dos lacerantes heridas se abrieron en su cuerpo, su cabeza reaccionó de golpe, levantando su arma y volviendo a disparar al siguiente servidor.

Nathaniel vio una nueva oportunidad, a pesar de lograr esquivar parte de la ráfaga de impactos que iban contra él, centro su mira en una posición que le permitía golpear a todos aquellos malnacidos servidores con la mayor potencia de su nueva arma.

Esperaba que con aquella nueva onda expansiva, alguno de los servidores quedaran inutilizados.

- ¡Proporcionad fuego de cobertura hermanos! - Gritó Phalanax entre el estruendo de las armas para intentar desviar algunos de los disparos que se dirigían hacia los compañeros más expuestos.

El astartes vio volar el misil y escuchó los disparos de sus hermanos, y él mismo volvió a unir su bólter a las armas del resto, aunque esta vez con mejor resultado que en los anteriores intentos. Consiguió una línea de disparo limpia, y dos proyectiles volaron en dirección a su objetivo. 

Las ráfagas impactaron en el tecnomarine mientras éste intentaba buscar una posición de cobertura en la que hacerse fuerte, causándole daño en el torso, herido, pero aún activo, la armadura había quedado despresurizada por culpa de ese daño sufrido. Devolvió el fuego con fuego y uno de los servidores recibió un impacto en el torso que lo dejó clavado en el sitio. 

Dos de los servidores se centraron en Lady Leah y la acribillaron. La dejaron en el suelo, malherida y en estado grave, pero lo peor era que los otros también abrían fuego contra el sargento y el apotecario, como si fueran detectando las amenazas y quisieran eliminarlas una a una. Esta vez, los impactos contra el devastador fueron desviados.

Schidiae lanzó otro misil, éste con más fortuna que el anterior e hizo saltar por los aires a otros tres servidores, mientras que los otros se tambaleaban y luchaban con todos sus giroscopios para mantenerse equilibrados y en el mismo sitio. Lo que hizo que no pudieran evitar las ráfagas subsiguientes.

Phalanax disparó una ráfaga certera acabando con uno de los servidores más tocados, haciendo que cayera hacia atrás entre chisporroteos y cortocircuitos.

Septimus optó por devolver el fuego a uno de los causantes de la caída de la Inquisidora, causándole grandes daños pero sin acabar con su existencia, aunque se tambaleaba y soltaba chispas y aceite como si le faltara poco para ello.

Septimus fue objetivo de disparos, pero esta vez no estuvo tan hábil y no esquivó correctamente los impactos. Sin embargo, la emoción del combate, y la justa furia que le embargó al ver caer a lady Leah, le hizo acertar su siguiente salva, con dos disparos disparados con celo justiciero y que tenían por objetivo destruir a su adversario.