Partida Rol por web

*Me acerco con paso raudo a una posicion donde mi vista pueda presenciar la imagen mejor, mi cara se torna a preocupacion cuando veo la carreta derrumbada a un lado y ademas cadaveres alrededor...

Pero que ven mis ojos, maldita sea, esto tiene que ser obra del señor oscuro, no hay lugar de la tierra media que quede a salvo de su ojo, pobres criaturas...

-¡No lo nombres aquí!. -Le advirtió a Derathan con mirada severa cuando éste se refirió al Señor Oscuro en sus palabras.

El montaraz lanzó una mirada alrededor buscando algún peligro en cuanto se percató de la situación, podía tratarse de una trampa para emboscarles. Sus ojos buscaban en la cercanía algún rostro oculto entre la maleza que les rodeaba, esperando ver al enemigo en cualquier lado.

Agonar no espera que aquello fuera obra del Señor Oscuro, estaban muy cerca de Bree y conocía aquellas tierras. Rara vez los orcos o algunas de sus criaturas se acercaban tanto. Pero sí sabía de asaltadores de caminos, bandoleros y otra clase de gentuza que se dedicaba al pillaje y cuyas fechorías encajaban con aquella.

*Una vez comprobó que no había nadie esperando a saltar sobre ellos, dejó la retaguardia de la comitiva y se acercó hasta los cadáveres de los muertos para inspeccionarles las heridas y tratar de determinar qué y cómo los mataron mientras sus compañeros examinaban la carreta. Además comprobó sus bolsillos y sus pertenencias para ver si contenían alguna pista útil.

Artamir viendo a sus compañeros buscar pistas en los cadáveres y la carreta, se toma un momento y dice... Agonar, tu que puedes buscar rastros, antes que el lugar quede irreconocible por nosotros, puedes ver si hay algún rastro de huellas o por donde vino el ataque? Si ves huellas de cascos (de caballos), algo debe haber todavía, los caballos no desaparecen tan facilmente. Necesitamos todos las pistas posibles para saber que ocurrio aquí.. Se toma un momento para ver a su alrededor y ver que hay... Siempre empuñando sus armas.. En ese momento recuerda las palabras de Dúnhere en la casa de Eradan... No creen que esto haya sido obra de los Dunledinos... Aunque lejos de sus territorios están...

Concentraste tu vista en dirección a las carretas. Descubriste que los cuerpos en suelo eran de dos hombres jóvenes y que en total eran dos, ambos presentaban signos de una batalla reciente. Apreciaste que una de las carretas estaba muy golpeada, que probablemente había caído con violencia, con algunas maderas fuera de su sitio. La otra carreta estaba intacta, ni golpeada ni caída. Ninguna tenía ningún caballo.

Te irías ya junto a los cadáveres, sin embargo, la carreta intacta te daba mala espina, cómo que no terminase de encajar en la situación, por lo que te mantuviste junto al grupo.

-Ahora mismo voy. -Le respondió a Artamir mientras todavía examinaba las carretas que habían hallado.

Su gesto era de concentración en lo que estaba haciendo, no se había girado hacía Artamir para responderse sino que lo había hecho mientras seguía observando las carretas. Ya tendría tiempo de rastrear el camino para buscar huellas, tanto de los caballos como de los posibles asaltantes, y también quería examinar los cuerpos, pero de momento había algo que le había llamado la atención en las carretas.

-Cuidado. - Advirtió de pronto. -Hay algo extraño ahí. -Su mirada estaba clavada en una de las carretas, aquella que no tenía el golpe que Artamir había hecho notar. La que estaba intacta.

Su mano se deslizó lentamente por debajo de la andrajosa capa que llevaba puesta y alcanzó el pomo de su espada. La desenvainó lentamente y la colocó frente a él. Cualquiera que viera aquella espada en manos de un vagabundo como él comprendería de inmediato que algo no encajaba en su persona, por ello se cuidaba mucho de mostrar sus armas cuando quería aparentar ser un desdichado hombre presa de las garras del alcohol y la pobreza. No en vano su espada mostraba un brillo metalizado propio de una espada que ha recibido un pulcro cuidado, afilada con meticulosidad y gran esmero. De alguien que cuide con mucho detalle sus cosas. Todo lo contrario a lo que el Vagabundo podía aparentar.

Bergess avanza unos pasos junto con el grupo, mientras les deja investigar.

- No os acerquéis todos ahí chicos, si esto es lo que parece ser, una emboscada, no soy el más indicado para cubriros las espaldas, sacad conclusiones en conjunto, pero otead la zona por separado puede que sea lo más inteligente...

Carraspea levemente

- Beledur, ven aquí y vigila conmigo... bueno y vigila por mí, yo te ayudo.

Desenfundando sus dos espadas igual de cuidadas que la de Agonar, Eradan se baja de su caballo y lo ata a un árbol y mira a Agonar le habla en voz susurrándole sin que nadie escuche lo que dice.

-Creo que estás conmigo en que esto ha sido una emboscada. Deberíamos hacer lo mismo y alguien de cebo para llamar la atención de los asaltantes mientras los demás se esconden y se preparan para la emboscada. ¿Qué me dices?

-Muy bien. - Aceptó el montaraz a las palabras de su compañero aunque sin separar la vista un ápice de aquella caravana que tan mala espina le daba.

-Aunque puede que ya nos hayan visto y sólo estén esperando a que pasemos por ahí...

Concentraste tu vista en dirección a las carretas. Descubriste que los cuerpos en suelo eran de dos hombres jóvene, ambos presentaban signos de una batalla reciente. Apreciaste que una de las carretas estaba muy golpeada, que probablemente había caído con violencia, con algunas maderas fuera de su sitio. La otra carreta estaba intacta, ni golpeada ni caída. Ninguna tenía ningún caballo.

Nasred, a diferencia del resto, se queda completamente parado observando la escena desde el caballo.
Solo cuando ve que Agonar y Eradan avanza, decide pegar un salto y bajar de allí con más agilidad de la que demostró subiendo.
Sin embargo se queda en su sitio sin acercarse a la zona del crimen.

Tras las palabras de Bergess, se acerca a éste. Yo estoy alerta también compañero. Dice en un tono bastante serio al que tenía acostumbrado

*ASiento con la cabeza a las palabras de mis compañeros, dejo el caballo junto a los otros y me dirigo hacia las zonas de las carretas derrumbadas, en silencio, intentando aprovechar cualquier senda que haya algo para esconderse, y oteando mas la zona por si encuentro algo mas que al principio se vaya de mi vista...

Apoyando la mano sobre la lanza, Dúnhere observó la escena y a los otros acercarse desde lejos, pero cercano al hobbit.

- Cuando oigas o veas algo, mediano- dijo, bajando la cabeza-, avisa.

Agonar hizo un gesto a Eradan y señaló a Derathan que caminaba hacías las carretas en silencio. Agonar se dispuso a hacer lo mismo e indicó a Eradan que le siguiera, sólo que en lugar de ir por el mismo lado que Derathan fue por el otro para rodear la carreta.

El montaraz trataba de que sus pasos fueran lo más sigilosos posibles con movimientos lentos, pero la gravilla acumulada en el suelo no lo ponía fácil. Mientras caminaba mantenía su espada en la mano derecha y había embrazado ya su escudo preparándose para lo peor.

Artamir, al escuchar las palabras de Agonar y ver que le prestaba atención a la carreta que se encontraba intacta, se puso en una posición mas defensiva por si ocurría algún ataque sorpresa. Prestando atención a sus compañeros por si alguien los atacaba y a los alrededores para que no lo tomen desprevenido y poder avisar ante cualquier movimiento extraño.

Las dos carretas seguían ahí amenazantes. Derathan el elfo iba en silencio absoluto, ejucutando cada uno de sus pasos de forma segura e insonora; primero por la carretera, y luego agachado cambió de dirección, internándose entre los juncos del lado derecho del camino, a unos quince pies o más, camuflándolo perfectamente.

Agonar lo siguió, pero sus pasos no eran gráciles como los de Derathan y se escuchaban fácilmente. Dejó de seguirlo cuando el elfo se internó hacia los juncos, porque creyó más conveniente seguir en dirección opuesta a la suya, en donde también intentó camuflarse entre unos juncos menos altos.

Aun en la cima de la colina, Dúnhere y Nasred hablaban por lo bajo, observando atentamente a sus compañeros que hacían de batidores. Un poco alejado del rohirrim y del hobbit, pero más cerca de Agonar y Derathan, Artamir observaba también a los batidores.

Berguess y Beledur vigilaban de manera mucho más distendida todo la zona en general, sin concentrar la vista en ningún lugar específico.

—Considero improductivo que la mayoría nos quedemos vigilando aquí. Bajaré junto a ellos —dijo Beledur, refiriéndose con “ellos” a Agonar y a Derathan, mientras preparaba su arco y lo tensaba suavemente con una flecha.

Copió el recorrido de Derathan y llegó hasta él, que estaba contemplando la carreta atenciosamente.

-Chicos, yo haré de cebo. Mi plan es salir gritando y cuando se abalancen sobre mi, vosotros entrais en acción. ¿Listos?- El montaraz Eradan se preparaba para lo peor con sus dos espadas en mano y un oido de antena

Aunque no entendía bien lo que estaba ocurriendo, debido a las acciones de sus compañeros, Artamir hizo caso a las palabras de Eradan y se puso mas atento que nunca enfocandoce en la carreta y los alrededores de la misma. Se coloca a unos 30' de la carreta dando la espalda a sus compañeros, que se encontraban en la colina, para asegurarse que la tiene cubierta.