Partida Rol por web

Lictea disfrutó de la cena. Se la habían ganado. Sólo quedaba descansar y acudir al día siguiente a ver  a los hombres lagarto.

Lomenar devoró la cena con ganas. Ciertamente la ciudad tenía sus comodidades siempre y cuando tuvieras el dinero suficiente para poder pagarlas.

No parecía que hubiera muchas ganas de hablar, posiblemente sus compañeros estarían muy cansados.

Al menos parecía que su idea de ir a visitar a Liria no había sido rechazada. Espera terminar de convencerlos al día siguiente.

El clérigo seguía meditando sobre lo que sea el día de mañana. Esperaba que la bendición de su dios les abriera camino ante cualquier adversidad. Si la cosa podía terminar en que tendrían en contra a los Licorambarino, en el peor de los escenarios.

Mientras estaban cenando, Kranj dedicó un par de miradas a Lomenar, intentando adivinar en que estaba pensando. Seguramente, en la posibilidad de haber encontrado a su padre. Tal vez la druidas de la Isla de Roble, podía saber algo sobre la persona que encontraron en esa cueba.

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

Bueno, allí estaba de nuevo, con cinco monedas de cobre en el bolsillo, hambre, sueño y frío. Porca miseria. Si allí no le daban alojamiento ultrabarato, tendría que buscarse la vida en la caridad. ¿El templo de Pelor aceptaría peregrinos en necesidad? Porque se las veía allí si no conseguía pagarse una cama.

El bufón entró en la taberna mientras rumiaba aquellos pensamientos y se fue derecho a la barra.

 -Disculpad, mesonera, tengo una duda urgente. ¿Me podríais indicar los precios de vuestra agradable y hogareña fonda? Para cenar algo frugal y pasar la noche en un lecho sencillo, ya sabéis.

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

Claro que sí, respondió al bufón que le había preguntado por el precio de la cena y la cama. Dormir y cenar son 7 piezas de plata por persona. Le respondió brevemente. La mujer parecía estar recogiendo ya la taberna y parecía que pronto iba a cerrar. Se hacía tarde.

Leonard escuchó claramente las palabras que, quién parecía ser la posadera, le hablaba el bufón que parecía haber llegado unos minutos antes. Pensó en lo que le quedaba de dinero, y sabía que al menos tenía para dormir una noche ahí, así que aprovecharía de comer bien. Leonard se acercó y saludó, sacando las siete monedas de plata;

-Buenas noches, señorita. Me gustaría comer y una habitación, por favor. –

Dijo, dejando las siete monedas de plata en el mesón y acercándoselas a la mujer. Tras eso Leonard miró a la puerta, preguntándose si Sha’lin vendría. Después de eso la sacó de sus pensamientos y volvió a prestar atención a la elfa que tenía en frente.

Maldita fuera su perra suerte. No tenía suficiente para pagarse la fonda en ese lugar a menos que transformara las monedas con prestidigitación. Y si lo hacía delante de la posadera, se olería el truco y le echaría a patadas. ¡Tal vez incluso le arrojara a la guardia encima! Y dormir en una celda no le apetecía en absoluto.

El noble de antes llegó a la posada y pagó su habitación sin despeinarse. Uy, qué envidia que le tenía en esos momentos... Pero no podía dejarse amilanar por ese revés del destino, ¡no señor!

 -Ehm, bueno, yo soy más bien un artista tirando a muy modesto. ¿Alternativas más baratas tenéis? Tipo un rincón en un establo o cosas así.

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

Kailee les sirvió algo de la cena que había servido hoy pero ya estaba fría. Después vio llegar a Andrey y un sonoro bostezo se le escapó. Era muy tarde ya, pero la mujer seguía atendiendo con gusto a todo aquel que viniera a pedirle una habitación o un plato que llevarse a la boca.

Luego miró a Vincenzo, no, no lo siento. No tenemos nada más barato. Es el precio que manejamos en esta posada. Y si no, supongo que tendrás que dormir a las afueras de la ciudad, si es que te abren la puerta o a la intemperie. Kailee trató de ser amable, pero tampoco era estúpida y no iba a dejar que se aprovechasen de su bondad.

Leonard comió con avidez. Si bien estaba frío, hace mucho tiempo que no comía una comida buena y abundante. Una vez estuvo lleno, miró a la mujer y le consultó, sin preocuparse por el nuevo recién llegado;

-Muchas gracias por la comida. ¿Cuál sería mi habitación? Me gustaría poder ir a dormirme luego para levantarme temprano por la mañana. -

Dijo, con una sonrisa, esperando la información para irse a dormir.

-Buenas noches.-dijo Andrey sentándose en la barra cerca de Kailee.-Supongo que el resto ya duermen¿todavía le quedan habitaciones?Sino dormiría en la sala común si eso fuera posible.-el guerrero empezaba a acusar el cansancio y tampoco quería molestar mucho más.

El bufón arrugó la frente, contrariado. No se la iba a dar con queso a esa chica, estaba claro. Se iba a tener que buscar la vida para dormir a precio ultrabarato. Lo que significaba intentar mendigar alojamiento en cualquier parte.

 -Gracias por su amable atención, milady.

Enzo hizo una reverencia para despedirse de la tabernera y luego otra para despedirse de los parroquianos que tenía más cerca.

 -Les deseo que tengan una buena noche, caballeros. Descansen mucho y bien.

Acto seguido, el bufón se giró para marcharse a buscar un lugar en el que pasar la noche que no le costara un riñón y medio.

Sí, claro que me quedan habitaciones. Son 6 piezas de plata la noche. Dijo y si le pagaba, le acompañaría a la habitación para que supiera cuál era y pudiera descansar.

No le quedó más remedio que aceptar, en una sola noche se habría gastado casi la mitad de lo que tenía, pero por el momento no tenía otra opción. Le entregó el dinero a Kailee y le pidió que le despertase a la mañana siguiente cuando Lictea, Lomenar y Kranjstar se hubieran levantado, había quedado con ellos para ver al embajador y no quería hacerles llegar tarde.

Lomenar se desperezó en la cama aún soñolienta mientras el sol del amanecer se abría paso entre las rendijas de la ventana. Kanjstar estaba a su lado pero la verdad es que ni se acordaba de cómo había llegado a la habitación de lo cansada que estaba.

Había dormido de un tirón, dejando de lado cualquier atisbo de romanticismo, el cansancio se había impuesto.

Se levantó con cuidado procurando no despertar a su chico y se arregló en silencio, para que éste descansase al máximo. Abrió ligeramente uno de los postigos para mirar a la calle y comprobar que Arvak estaba ya despierto. El fiel lobo observaba desde la calle a su compañera mientras agitaba la cola en señal de buenos días.

Era suficiente, se colocó al lado de Kranjstar y le llamó.

- ¡ Despierta Dormilón ! ¿O es que esperas que te suban el desayuno a la cama?

Lictea había logrado dormir de un tirón a pesar de no encontrarse en su hogar. Salió de la habitación aún con los ojos hinchados y llenos de legañas que se quitaba frotándose los ojos con desgana. Se sentó en una de las mesas de la posada, guardando como un perro celoso de su comida las sillas para cuando bajaran sus compañeros de fatigas. Sin esperar cmenzó a degustar el desayuno que servían en la posada.

Cuando Lictea bajó al salón Andrey ya estaba allí, sentado en una de las mesas, le hizo un gesto a la druida para que se sentase con él pidiendo así desayuno para ambos. Al soldado se le veía bastante cansado, tenía pinta de haber pasado un mala noche, pero ahora se sentía algo más reconfortado junto a un desayuno caliente. No le pasó desapercibido a su compañera que un hombre fornido y de su edad estuviera disfrutando se un vaso caliente de leche con algo de miel, en lugar de la típica cerveza.

Kranj se sacudió un poco con el llamado de Lomenar, negando con la cabeza. Vamos, aún es muy temprano... pero recordó que habían muchas cosas por hacer en esta mañana. Se estrujó los ojos y sonrió al ver a su chica. Por que mejor no vuelves a la cama. Algo quedó pendiente anoche. la pareja podía tomarse algo de tiempo, antes de asearse juntos y bajar a desayunar. Al fin y al cabo apenas era la primeras horas del día y nada estaría abierto hasta un poco después.

Luego de de hacerse, el clérigo se vistió y se dispuso a orar. Agradeciendo a Obad-Hai por mantenerle con vida y por haber cruzado en su camino a Lomenar.

Al bajar saludo a sus compañeros y se sentó junto a ellos esperando el desayuno. Luego de un par de comentarios sobre el día anterior, llegaron los pendientes del día de hoy -Saben lo de la capilla, no? aún permanece vacía. No podemos pasar por alto que necesita de nosotros. Pero bueno, aún no sabemos si se necesita de alguna especie de permiso.- dijo con cierta insatisfacción sabiendo lo que sabía de la burocracia de aquella ciudad, principalmente del tipo de alcalde que tenía.

-En fin... Que haremos primero el día de hoy? Podríamos ganar algo de tiempo si nos dividimos.- dejo sobre la mesa aquella opción. Lictea ya tenía contacto con la embajada de los Hombres Lagartos y Lomenar con la Druida de la Isla de Roble. Donde el señor Licorambarino podría irse en última instancia y podrían tomar como punto de encuentro la Capilla de Obad-Hai, incluso pensar en pasar la noche ahí.

Pensando en aquello, Kranj aprovechó cuando Kailee trajo el desayuno para preguntarle su duda -Disculpa Kailee, pero sabrás que la capilla de Obad-Hai se encuentra abandonada. Sabes que se debe hacer para ser sus nuevos cuidadores? Verás, las chicas* y yo somos de su fe.-