Partida Rol por web

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

Desde luego aquella taberna era la mas adecuada para ellos, al menos mientras no cerraran la misión que les habían encomendado. Lictea miró al varano que hacía de portero sin poder evitar recordar el reciente encuentro con el cabreado druida.

- Pues ya estamos aquí.

Andrey observaba curioso el local, ciertamente había estado en lugar pintorescos, pero este se llevaba la palma. Normal que los druidas se sintieran a gusto en aquel lugar, la decoración reptiliana le parecía muy oportuna en una ciudad con tanta presencia de hombres lagarto. Quizás fuera un guiño a eso.

Hizo un pequeño aunque educado gesto a la elfa tras la barra, fijandose en la amputación de la mano, la guerra nunca perdonaba o quizás fuera una antigua ladrona. Por lo pronto el soldado se quedó en un segundo plano esperando a que sus compañeros decidieran si ocupar una mesa o sentarse en la barra, tal vez ellos conocieran a la elfa y su historia. De todos modos agradecería algo caliente que llevarse al cuerpo, así como un merecido descanso. 

Tras dejar el grupo que iba a la Aldea del Loto, continuaron su camino hacia el Bote del Lagarto. Durante el encuentro Lomenar había terminado agarrada del brazo de Kanjstar, pero ahora que ya no había tanta gente alrededor se separó un poco, si bien se mantenía cogida de la mano.

La gente aún la agobiaba. Prácticamente había pasado su vida en la soledad del bosque con su madre. Cinco o seis personas eran una multitud para ella, pero lo iba superando poco a poco.

Lomenar mostraba su cara más feliz. Llevaban una huella que, si bien no era nada del otro mundo, demostraba que en los campos de los Licorambarino había mucho más que hombres lagarto. Se había encontrado con una gran partida en ayuda de la Aldea del Loto. Lomenar no era vengativa, pero de alguna manera tenía que hacer caer ese extraño druida o mago que había maldecido el bosque.

Por otra parte llevaba de la mano al hombre que quería y había encontrado a alguien que quizás, solo quizás, podría ser su padre. Ese pequeño rayo de esperanza de momento era suficiente para ella.

Solo una sombra cruzó por su rostro un instante. Si el mago que atemorizaba la Aldea del Loto era también un druida entonces tendría la misma posibilidad de que ese fuera su padre. 

Un ser así... tan cruel... con su madre... no, era imposible. La mejor baza era el druida de la cueva. Recuperó la sonrisa.

Al llegar al Bote de Lagarto se sentía como un niña. Recordaba hace un par de noches, entonces se había mostrado muy activa. Tendría que reprimirse un poco y dejar que Kanjstar tomara la iniciativa, a los hombres eso le gustaba.

Un tanto ensimismada sonrió a Kailee, ya se podía considerar una clienta habitual y se podía tomar cierta confianza.

- Hola Kailee, ¿cómo estás? - Sin dudarlo sacó las siete monedas de plata que era el precio habitual por alojamiento y cena. - ¿Ha preguntado alguien por mi? Si no te importa he dicho que me podrían dejar mensajes aquí ya que no tengo otro domicilio. ¿Qué tienes hoy para cenar? De momento necesito una buena jarra de cerveza.

Sin más preámbulos y como si estuviera en su casa, Lomenar buscó una mesa libre donde pudieran sentarse los cuatro. Era un buen momento para planear toda la estrategia del día siguiente.

Al llegar a la posada, Kranj sintió como cada cosa en aquel lugar, le recordaba su misión en el bosque. Sin duda, no podía permitir que los hombres lagartos fueran inculpados por los destrozos en los viñedos, pero tampoco podía ser lo suficientemente honesto sobre lo que había pasado en realidad.

El clérigo recordó que no habían llega a la posada sólo a descansar, sino que también habían llegado a resolver dudas sobre los viñedos y el bosque vecino. Así que, luego de que Lomenar manifestarse, en nombre del grupo, el deseo de hospedarse y comer, Kranjstar tomó la palabra para indagar un poco sobre el tema de aquellas tierras.

Buena mujer, agradecemos por recibirnos en tu posada. Que Olbahai te bendiga... Sé que estás muy ocupada pero podrías ayudarnos con un par de dudas. Tenemos curiosidad de saber un poco de las historia de los viñedos y de sus dueños, la familia Licorambarino. Sabemos que culpan a los hombres lagarto de sus problemas, pero con el favor de Obadhai podemos ayudar a exclarecer la verdad. dice en tono solemne.

Kailee sonrió a Lomenar cuando le preguntó que qué tal el día. No me quedo, ha sido un día relativamente tranquilo. Hoy para comer tenemos conejo con aromáticas y patatas asadas. Rápidamente se apresuró a tomar las monedas y a servirle la cerveza que le había pedido. 

La mujer se quedó pensativa cuando Kranjstar le preguntó por los viñedos. El Señor Tobías Licorambarino es una de las personas más racistas de la ciudad. Dijo sin contarse un pelo. Vale que a tenido una mala racha últimamente y me da lo mismo lo poderoso que sea o la influencia que tenga en el concejo, pero está empeñado en culpar a los hombres lagarto de los ataques que está sufriendo en sus viñedos. Por lo visto, los cuervos y algunos varanos de los lagos colindantes han atacado sus viñas con el fin de alimentarse. ¡Es algo natural y normal! Sobre todo cuando le quitas espacio al bosque en el que viven. Pero culpar a los hombres lagarto... ¡eso ya es puro racismo! dijo indignada aprovechando que no había mucha gente en la taberna. 

Ya con una jarra de cerveza en la mano Lictea asentía ostensiblemente ante las proclamas de la dueña del Bote del Lagarto. Le gustaba aquel local.

- Muy bien dicho.-Escupió al suelo para demostrar el asco que sentía pro el Licorambarino, aunque hubiera sido contratada pro él para investigar el caso. Se limpió la comisura de los labios con el antebrazo y eructó sin contemplaciones.- Eso vamos a decirle. Bueno, lo de que es racista en principio no, no me dejarían mis compañeros, pero como se ponga chulito...

Lomenar apuraba su cerveza como si no hubiera tomado otra cosa en su vida. Después de pasar un par de días fuera le parecía la mejor cosa del mundo.

Escuchó los comentarios de Kailee.

- ¿Entonces es conocido que haya ampliado hace poco sus viñedos? - La cosa iba encajando, pero eso haría el problema aún mayor. - Debe ser una persona muy influyente en el consejo de la ciudad ¿sabes que tenga algún enemigo?

La huella que traían podía ser buena para que los hombre lagarto tuvieran al menos una prueba de que muchos animales entraban al viñedo, pero si el señor Licorambarino era un tío poderoso no dejaba mucho margen de maniobra.

La muchacha no sabía casi nada de política, pero si los políticos eran como el alcalde que les racaneó hasta la saciedad su justa recompensa entonces necesitarían aliados. Había que buscar alguien con un poder similar al de la familia Licorambarino y que estuviera dispuesta a ayudarles.

La otra opción, unirse al druida que asolaba los viñedos, de momento prefería mantenerla como último recurso.

- No me gustan las ciudades por estas cosas... - comentó en voz más alta de lo que hubiera deseado al exteriorizar parte de sus sentimientos.

Andrey se encontraba un poco fuera de lugar, no conocía la política actual de la ciudad y no era dado a creerse los primeros rumores que escuchase.-Buenas noches mi nombre es Andrey, no tengo el placer pero mis compañeros parece que te conocen bien.¿cuales son tus tarifas?-el muchacho acababa de llegar a la ciudad y el dinero escaseaba, tal vez no pudiera permitirse aquello por eso prefirió preguntar primero para no crear ningún altercado.

El clérigo escuchó las palabras de Kailee esperando encontrar en ellas alguna pista. Y fue así, ahora empezaba a evidenciarse que los Licoambarino se habían sobrepasado en la expansión de sus campos, pero de seguro lo habían hecho de forma legal, usando sus influencias.

Y en la ciudad no hay alguien que defienda el bosque y sus alrededores? Bueno, es que alguien debería hacer algo para preservar la naturaleza. replica ante lo dicho por la dueña de la posada.

Lo primero que hizo Kailee fue responder a la pregunta de los precios a Andrey, quedarse a cenar y a dormir son 7 piezas de plata. Después se giró para seguir hablando sobre el tema de Tobías. 

Si, los terrenos de los Licorambarino nunca han dejado de crecer, viven del vino de sus viñas, ganan mucho dinero con él y la verdad que no paran de ampliar su negocio. No recuerdo cuando fue la última vez, pero es de sobra conocido que les va bien y seguro que amplian el negocio siempre que pueden.

¿Enemigos? Bueno, las grandes casas siempre despiertan antipatías entre los ciudadanos, en este caso y con razón, la de los hombres lagarto sin duda. No creo que Silark tenga muy buena opinión de él. También hay rumores de que dejó a una mujer embarazada y luego pasó de ella y de su hijo, pero eso parece que son solo chismes que inventa la gente. Concluyó encogiéndose de hombros. 

Liria es la encargada de la Isla de Roble, vive allí y es quien siempre defiende la parte de la naturaleza de la ciudad, pero no del exterior. Así que no sé si será de gran ayuda o no.

El soldado asintió educadamente a la posadera.-Gracias posadera.-apoyó una mano en el hombro de Kranjstar para llamar su atención, pero sin querer interrumpir la animada conversación que mantenían las mujeres entre ellas.- Iré a ver a mi hermana, quiero saber como se encuentra. Mañana al salir al sol me reuniré aquí con vosotros para poder ir ha hablar con Silark y los Licorambarino, mejor será recuperar fuerzas bien seguro mañana las necesitaremos.- Andrey entendía perfectamente que sus compañeros se sintieran muy a gusto con Kailee, pero lo comentarios y las actitudes subversivas estaban muy bien para una noche de cervezas. La preocupación se reflejaba en su rostro, tal y como se presentaban los acontecimientos quizás los amigos del bosque fueran devorados por un depredador cuyo poder desconocían, la nobleza. En el fondo de su corazón esperaba equivocarse, pero todo apuntaba a que los Licorambarino usarían cualquier ardid para seguir creciendo fuera cual fuera el precio y quitando de enmedio a quien hiciera falta.

Lomenar contempló como Andrey se levantaba y se despidió hasta el día siguiente.

- No hemos hecho planes, pero quizás lo mejor sea ver a Silark el primero y comentar lo que hemos encontrado, sin entrar en más detalles de lo necesario. - aunque innecesario, prefirió puntualizar el tema. - Podemos quedar aquí o vernos en la embajada, ya nos encontraremos.

- Por otra parte, creo que es peligroso ir sin más a ver a los Licorambarino. A Liria ya la conocemos, es la druida Liria Tolivar que fue la que dio el golpe de gracia a la rana gigante aquella. Sería una buena idea el ir a verla y pedirle consejo.

Se levantó de su asiento y dio un sencillo abrazo a Andrey.

- Dale recuerdos a tu hermana y espero que se mejore, cuídate.

Agradeció el gesto de Lomenar de forma sincera.-Si los daré, muchas gracias por todo. se que no habéis hecho planes.- comentó en tono risueño.-Por eso mismo quedamos aquí, para no dejar al azar lo de encontrarnos. No conozco la ciudad, ni se donde está la embajada, prefiero que actuemos unidos que por separado. Mañana vendré pronto, procurad descansar.-se despidió de los tres de forma cordial antes de dirigirse al templo a ver a su hermana. 

Kranj esperó a qué Kailee terminara de hablar para agradecer por tomarse el tiempo de hablar con ellos y darle alguna que otra orientación.

Entonces, descansemos, para mañana ir lo más temprano a hablar con Silark y con la druida de la Isla de Roble. Los pendientes con el señor Tobias, quedarán para después. dijo convencido de que sería lo mejor, pero si a sus compañeros se les apetecia adelantar alguna de las tareas el día de hoy, Kranj no opondria resistencia.

Andrey se había ido mientras la noche se iba cerrando. El ambiente en la taberna iba en aumento mientras esperaban a que se sirviera la cena. Lomenar ya había apurado su primera cerveza, pero no pidió más hasta que la cena fuera servida.

Tomó la mano de Kanjstar.

- Me parece perfecto. Dediquemos nuestro tiempo a cenar y descansar y mañana será otro día.

No hizo más comentario, no hacía falta, estaba de acuerdo en seguir mañana las cosas tal y como su chico indicaba.

Estaba agotada por todos los acontecimientos que habían pasado en este intenso día.

- Pues a cenar y dormir, que menudo día llevamos. Mañana lo primero a ver a Silark. Después ya veremos. ¿Para qué pedir a la druida ayuda? Aquí tienes a dos más que suficientes.- Le clavó el codo de nuevo a Lomenar en el costado. Lictea no estaba segura de si Kranjstar sería lo suficientemente hombre como para satisfacer a Lomenar en la cama. ¿Y qué iba a hacer ella? Hoy tenía pinta de pasar la noche a solas.

- Porque ella está integrada en la ciudad y conocerá mejor que nosotros cómo moverse entre la nobleza. Pero ya lo discutiremos...

Lomenar estaba ahora mismo más atenta a que empezaran a servir la cena.

Mientras los aventureros charlaban, Kailee les sirvió la cena para que pudieran llenar su estómago y pudieran tener una conversación a mena y agradable debatiendo sobre cuál sería el próximo paso a dar al día siguiente.