Partida Rol por web

Zarus asistió con la cabeza a la recomendación de Layla, aunque en el fondo no sabía si en realidad podría mantener la calma ante tan molestas figuras, no deseaba verse involucrado en un problema, al menos no uno en el que pudiese salir lastimada Layla... -Lo mejor será que entre solo, ese un es sitio para una chica- su actitud era resulta -No te preocupes, no tarderé- Zarus insistió en entrar solo, pero no estaba dispuesto a detenerla si decidía a entrar con él.

Zarus entro lo mas rápido que pudo a la taberna, esperando que aquellos dos sujetos permaneciesen tranquilos en sus mesas (o en la barra), lo que vio al estar mas cerca de los "trobadores" le desagrado mucho, se encontraban en un estado lamentable en el que las nausias se habían apoderado de ellos. Sin duda alguien en ese estado apenas y escucharía. Parecía infructuoso intentar hablar con ellos... -Esto no tiene caso, lo mejor sera buscar a alquien mas- Pensó, en tono de retroceder por donde vino.

Finalmente Layla se había quedado fuera. Le molestaba que le dijeran dónde era adecuado que entrara y dónde no, pero prefirió morderse el labio y asintió con la cabeza. 

Dio media vuelta y caminó unos metros, alejándose de la puerta de la taberna. Nuevamente se puso la capucha para esconder su rostro de miradas extrañas. Estaba casi convencida de que nadie la relacionaría con aquella niña asustada. En aquellos largos años había cambiado, pero, después de lo que le había costado regresar no quería arriesgarse a ser descubierta.

Cuando salió Zarus de la taberna, le hizo un gesto con la mano, para llamar su atención. 

- ¿Y bien? - Le preguntó extrañada. Había tardado muy poco en salir y además lo hacía sólo. 

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Cuando entráis los peregrinos del Erizo Borracho no pueden disimular una sonrisa y se ríen entre ellos.

Tres personas en la barra no pueden disimular un color pálido y una sensación de descomposición en su estómago. Realmente tienen muy mala cara.

Cuando entro al lugar se ríen algunos sin explicación, sin embargo no le da importancia alguna, y se dirige directamente hacia el tabernero, lo mira fijo y le sonríe.
-Saludos, estimado, me preguntaba si alguna vez escucho el nombre de Andrati-dijo mientras observaba todo el lugar.

El regusto agrio de haber vomitado todo aquel brebaje hecho con los excrementos de un perro apaleado, inundó la boca de Etahn durante un buen rato.
Habían sido el hazmereir y la distracción de la posada. Debía ser algo usual, ya que con la llegada de los nuevos clientes, el respetable animaba al camarero a servirles aquel mejunje que llamaban “vino”. Los nuevos inocentes de las bromas de la clientela eran los dos jóvenes que los habían acompañado durante el trayecto a Tormentos Cristalinos.
El joven pareció molestarse con los comentarios y las carcajadas de los clientes. Puede que fuera demasiado susceptible y que no estuviera acostumbrado a aquel recibimiento.
Pero era momento de, o salir de allí, o intentar eliminar aquel gusto desagradable del estómago. Al pasar de nuevo uno de los mozos del local, le agarró del brazo y apretando con fuerza para intimidar al muchacho le dijo con voz ronca:

-Seguro que tienes algo mejor que lo que me has dado. Puede que estos, estén acostumbrados a esto que llamáis “vino”. Pero preferiríamos algo... mejor. Me has entendido?

Las últimas palabras estuvieron acompañadas de algo más de presión en el brazo del chico y con una fría mirada.
Tras dejar el brazo, enseñó una moneda y le comentó con voz más pacífica:

-Ah... y esto será tuyo.

Ialdabode miro con asombro el hombre que estaba junto a él, de melena rojiza y una notable barba, el hombre se andaba quejando de la bebida del lugar, parecía que después de todo no era el mejor sitio para ir a beber unos tragos, sin embargo escucho con atención, y una vez terminado el habla se dirigió al hombre.
-Saludos, estimado caballero, ¿es Ud. de por aquí?-dijo amablemente y con un tono suave, aunque su mirada, como la de todo psionico, era penetrante.

Bueno, bueno, señor, no hay que tomarse así las bromas que gastamos aquí a los visitantes. Son pequeñas inocentadas que nos gusta gastar a los aventureros que se acercan por aquí. No teníamos ninguna intención de fastidiarle. Ríase un poco y tómeselo con humor. Aunque por lo que veo a tus compañeros les ha debido de dar algún tipo de alergia porque... tocándolos con una mano y dandole pequeños empujoncitos te dice ... porque parece que no se mueven...

¿Y usted, señor, pregunta por Andrati, cómo no vamos a saber quien es? Andrati es el maestro gremial de los Caldederos. Por qué ese interés por él? Acaso buscas algún tipo de negocio. No es normal que aventureros como vosotros pregunte por él.

Entonces el hombre se marcha unos momentos y os trae un par de cervezas que no tienen ninguna mala pinta. Son dos piezas de cobre, por favor.

Le agradezco al tabernero y me dirijo al gremio de los caldederos.

Aquel desconocido le dirigió unas palabras, acompañadas por una mirada que hacía tiempo que Ethan no había visto. El bárbaro estaba convencido que aquel hombre tenía algo “especial”, algo con lo que sentirse... a la expectativa en todo momento.

-No, no soy de Tormentos... solo estoy de paso.

Era un respuesta seca y sin ganas de iniciar una conversación. No era propio del humano buscar amistades.
Tras la replica, Ethan tubo la intención de volver a la mesa con sus compañeros, pero su sorpresa fue que al girarse, la mesa estaba ocupada por unos nuevos clientes y víctimas de la broma del asqueroso vino de la taberna. Baldr y el otro bardo habían desaparecido, dejándolo solo en aquel local.

-... Acaso buscas algún tipo de negocio. No es normal que aventureros como vosotros pregunte por él.

El bárbaro escuchó las últimas palabras del camarero al enigmático personaje que tenía al lado.
Aquello pintaba a un nuevo trabajo y, realmente, no le vendría mal. Ethan no estaba muy acostumbrado a quedarse mucho tiempo en un mismo lugar.

-Perdona... mi intención no era escuchar, pero... también estoy buscando algún trabajo. Sabes alguien a quién pueda acudir? Por cierto, mi nombre es Ethan.

Ialdabode ya estaba por marcharse y escucho al hombre, lo miro y dijo.

-Pues acompañame, vamos a ver que conseguimos-dijo mientras se dirijia al gremio.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Cuando entráis los peregrinos del Erizo Borracho no pueden disimular una sonrisa y se ríen entre ellos.

Desde que llegaron a aquella esquina con sus compañeros Dimdel solo se dedicó a beber el vino de perro que les habian brindado, entre vómito, vino y borrachera ya no se diferenciaba el sabor de tal repugnante brebaje...

Apoyado en la mesa, con sus mejillas coloradas y abrazando su guitarra pronuncia... - Este vino después de un rato se siente muy bien! Hip! Tiene un sabor único... Hasta me he inspirado!, les tocaré algo yo ahora Hip!...

En eso corre de un empujon a Baldr quien era el que estaba figurando con su música en ese momento y comienza con su repertorio, de bastante mala calidad...

Baldr, todavía está semiinconsciente en la barra atontado por la bebida. Parece que llevas todo el día vomitando y te encuentras francamente mal, tratas de dar alguna nota, pero no afinas. Tus sonidos son chirridos y el público de la taberna comienza a abuchearte y te pide entre gritos e insultos que te largues de allí.

Ahora te encuentras en la puerta de la taberna solo y sin nadie que te guíe. Está anocheciendo y tus compañeros te han dejado solo... 

Debes elegir un nuevo lugar al que visitar, pues en aquella taberna no serás bien recibido...

Camino sería hacia la barra de la taberna, no quería llamar mucho la atención aun cuando las miradas de los presentes dijera lo contrario. Acomode mi capucha cautelosa, mientras mire al elfo quien dirigía la taberna.

Disculpe señor. Digo al elfo con una voz neutra. Bueno, se que a usted no le interesa la verdad, pero soy nueva acá y necesito algún empleo; y la verdad, comenzar a sido imposible. Si usted sabe de algún tipo de trabajo, una misión, lo que sea... estaría completamente encantada. Sonaba cansada, el viaje y ahora el conseguir dinero para pasar la noche me tenía agotada. Alcance a recordar la vida que tenía antes, una en la que no tenía que pasar necesidades algunas, aun cuando fuera la mas incomoda de todas las situaciones. Creo que por primera vez extrañe mi hogar.

Y yo que pensé que sería mas sencillo. ¿cuan difícil puede ser?.

- Que!? Nos les gustó mi expresión musical!?... ;y bien me largo de aquí!! Gente como ustedes no merece de la verdadera buena música... HIP!!... Rápidamente y con la guitarra en la cabeza Dimel sale corriendo de la taberna esquivando las jarras de cerveza que le lanzaban en su cabeza...

Acababa de entrar a la taberna, de acercarme a la barra y entablar una corta conversación con el tendero cuando un personaje de la taberna comienza a gritar. No sabía que sucedía, ni siquiera lo había escuchado.

hehehe... rió en mi cabeza al ver su actitud. Al final yo también estaba que tiraba todo por la borda. Creo que... me metere en lo que no me incumbe una vez mas.

con la capucha puesta toco con una mano la barra. Ya regreso, espero tu respuesta. Digo al tendero mientras trato de interceptar a tan pecualiar personaje antes de que salga por la puerta.

Disculpa. digo neutro, gentil y con cortesía. ¿que es lo que ha pasado?. ¿porque tu actitud?, ¿es que al caso no te han sabido apreciar?. Mi rostro aun seguía cubierto, pero mis rojos labios carnoso mostraban brillo a mi rostro y sorbe todo, amabilidad. No te vallas, aun la noche es larga. Digo mientras comienzo a caminar hacia la barra invitándolo a seguirme.

Dimdel sale a duras penas por la puerta de la taberna cuando derrepente un personaje le ofrece unas palabras... - Ah? Yo?... uhmmm simplemente ofrecia en modo de gratitud unas simplles melodias... HIP... pero en esa taberna no saben lo que es la buena música!... Dimdel voltea la cabeza mirando hacia adentro de la taberna... - No saben nada de música tropa de energumenos!!. Luego volviendose hacia el personaje extraño y ya pasandose la borrachera... - Y dime, tu qien eres? Porque te intrigó hablar con un simple bardo ebrio? Acaso estas buscando a un buen músico?...

- Maldita seas, muchacha, no entiendo porque no te llevaste a este bardo desafinado a otra parte. En fin, que remedio, si quereis os puedo ofrecer otro vino de erizo. Parece ser que a este jovencito le gusto tanto que se tomó más de uno, verdad muchacho. Dijo dando unos golpecitos a un muchacho que estaba semiinconsciente en la barra. Y en ese momento la poca clientela que iba quedando en el lugar comenzaba a reírse a carcajada limpia. Bueno, trabajo poco, la verdad, pero un favorcito no me importaría que me hicierais, qué tal si os reunís conmigo esta noche, cuando cierre la taberna y ya os cuento aquí?

- Desvia la antención mientras hablaba con el personaje de la capucha - Favorcito? y que es lo que nos tienes?... Algo bien compensado??