Partida Rol por web

Un poco ausente, ando por el mercado, perdido en mis pensamientos. Podria ser más facil para mi salir de la ciudad y cazar algo, siempre me ha gustado la naturaleza. Pero en ese caso tendria que volver a pagar el peaje de entrada que habia abonado hacia pocas horas. En fin... Mejor me compro una fruta y sigo con lo mio.

- Buenos dias, cuanto por un par de manzanas? - Dije acercandome al puesto de fruta, cuando el gigantón de la posada dejó de gritar. Desde crio siempre me habian gustado las manzanas.

- Un par de piezas de cobre. Respondió el mercader a cada uno de los presentes. Un precio más que asequible por llevarse algo a la boca, aunque aquello no serviría para saciar el hambre de todo el día.

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

Snit se tanteó sus pertenencias. Sabía que, de ser ella una ladrona, aprovecharía ese lugar para mangar a los incautos. Encontró todo donde debería estar, y se agarró al brazo de Alän.

No se tu, pero yo nunca había pisado el mercado, ¿sabes dónde podemos encontrar fruta decente? preguntó, ocultando su preocupación por el dinero. Si ella no encontraba una manera de conseguir unas monedas, seguramente le tocaría dormir a la intemperie. Y no era algo que le preocupara, la verdad, pero no sabía cómo se tomaban a los vagabundos en esa ciudad.

El enorme semigigante cogio un par de zanahorias y le entrego al mercader un par de monedas de cobre.

-SABES DONDE COMPRAR PAN Y HUEVOS? ESTOS MUSCULOS NO CRECEN SOLOS, SABES?

Kraken flexiono sus enormes biceps, ofreciendo un show a toda la concurrencia.

Susurró a su compañera dejando caer sus intenciones. Parecía preocupada por los carteristas cuando apenas tenía dinero como para llamar la atención de estos.

-Tú simplemente observa, y ten algún hechizo evasivo preparado por lo que pueda pasar.

Luego, como de costumbre, siguió su ritual de caza. Observó el entorno en primera instancia. Los puestos seguían igual que estaban ayer en su mayoría. Esperaba que la guardia siguiera pendiente de los ladronzuelos de una forma intensa pero totalmente pasiva, como solía ser normal en el jaleo del dominio de los comerciantes de calle. Había visto al grandullón de la taberna de Ankus, un estúpido egocéntrico e inocente que no tardaría en ver sus pertenencias esfumadas por gañanes mas avispados que él si algún día llegaba a acceder a ellas como tanto insinuaba. Podría servir como distracción aunque no le apetecía tener que depender de lo que hiciese. Nada mas fuera de lo normal.

Ahora tocaba buscar un objetivo. Si había alguna presa gorda y vulnerable podría ser su día de suerte. Por el contrario, podría hacerse sin problemas con varias piezas de fruta o un puñado de cobres que las pagaran. Pero por supuesto, esta vez no pensaba arriesgarse demasiado, ya que Snit podría peligrar innecesariamente.

Eché mano de las pocas monedas que me quedaban para pagarme la fruta. I me di cuenta de que habia entrado al mercado muy distraido en mis pensamientos. Podrian haberme birlado el dinero en un abrir y cerrar de ojos. Tendria que andarme con cuidado.

- Gracias! - Le dije al mercader mientras le daba las monedas a cambio de una lustrosa manzana. Me fui de camino a los cuarteles, contento por llevarme algo a la boca, y además de alejarme del ruidoso gigantón con el que me iba encontrado por todas partes.
 

Suspiró lentamente mientras se llevaba su mano a una bolsita que tenía atada a la cintura. Metió los dedos y, al sacarlos, escondía en su palma unos polvos que podría utilizar. Observó a su compañero, pero decidió apartar la mirada para no levantar sospechas. Si ella era la via de escape, tendría que estar preparada.

El Kraken tomo buena nota de la actitud de uno de los humanos que pululaban por ahi e hizo crujir sus nudillos amenazadoramente para que supiera que era consciente de au presencia. A continuacion, se dirigio a otro puesto mas alejado y compro media docena de huevos y media barra de pan. Con aquellas dos cosas y un pollo hervido, de vez en cuando, mantenia el cuerpo que los dioses le habian regalado.

-OS INVITO A TODOS A VER MI COMBATE EN EL TEMPLO DE KORD! EL KRAKEN HA LLEGADO A TORMENTOA CRISTALINOS Y QUIERE QUE SUS TENTACULOS ALCANCEN A TODOS SUS SEGUIDORES!!

El humano había conseguido algo de dinero poco custodiado y parecía que nadie le había descubierto, pero como hombre precavido valía por dos, decidió perderse por el gentío antes de reencontrarse con su compañera, a la que cogió de la mano discretamente para apartarse del lugar en dirección a algún puesto mas apartado, donde compró un par de piezas de fruta bien grandes y algo de zumo para poder bajarlas más fácil.

-Parece que vuelvo a tener el bolsillo lo suficientemente lleno como para sobrevivir un par de días más. A este desayuno invito yo.

El bochornoso aire de la ciudad, arrastraba un intenso olor a humo. A madera quemada. Algo estaba ardiendo.

El Kraken olisqueo el aire, como una bstia de pesa.

-ALGO SE QUEMA! EL KRAKEN ACUDIRA A AYUDAR! TU, PERSONAJE SOSPECHOSO - dijo refiriendose a Alan- EL KRAKEN NO TE QUITA OJO DE ENCIMA PERO VA A INTENTAR AYUDAR!