Partida Rol por web

La gente se iba marchando, no era para menos con la que estaba cayendo. 

-Espero que nos veamos pronto, o si quieres puedes venir con nosotros a La Pezuña en la Boca- Dijo a Milkahá. Según lo que costasen las habitaciones terminarían visitando la capilla del druida, con suerte estaría vacía o habrían algunas de aquellas personas.  

A nadie le había faltado nada en sus bolsillos, el encontronazo había sido realmente fortuito.

-No, muchas gracias, no soy bienvenida en la pesuña- Milkahá contesta a la chica, mientras revisa sus pertenencias,luego sigue a los demás hasta un lugar más seco y tranquilo dónde pasar la noche.

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

El aire fresco obró maravillas en la druida, cambiando su semblante triste al recordar a sus compañeros caídos por una nueva sonrisa con la que obsequió la mañana. Arvak, percibiendo la tristeza de su compañera, se mostraba mas juguetón y colaboró también a que la muchacha pasase el mal trago.

La mañana era fresca después de la tormenta de la noche anterior. A esta primera hora los comerciantes que no tenían puestos fijos estaban alzando sus tenderetes para la venta. El aroma de las especias empezaba a notarse.

Lomenar había olvidado ya el incidente de la posada.

- Creo que deberíamos ver los precios y hacer un inventario de qué necesitamos para volver. Para llegar a la cueva sobre la cascada mínimo necesitaremos una cuerda, además nos servirá para luego pasar a los lobos.

- No se qué más podríamos necesitar, quizás lo mejor es dar una vuelta a ver qué ofrecen.

- Yo tengo una cuerda de 50´y un par de antorchas, pero no nos vendrían mal más. Además equipo básico del tipo "soy un ubanita y voy de paseo al aire libre": mantas, saco de dormir, odre para tener agua suficiente, yesca y pedernal, raciones de viaje.- Lictea podía vivir sin todo aquello, pero si tenía que proporcionárselo a los demás iba a ir apurada.- Y si veo algún escudo de madera y munición para mi honda, tampoco lo descarto pues...- La mujer lobuna se detuvo de improviso y miró a ambos lados.- ¿Dónde está mi hombre?

Milkahá busca los mejores precios para reunir su equipo, no sabe a qué se enfrentará, pero los consejos de Lictea le son de mucha ayuda.
Busca una cuerda ligera, una mochila, una lámpara de aceite y aceite, cinco raciones de comida, además de una ballesta y 10 municiones.

Durante el camino al mercado, clérigo iba sonriendo de vez en cuando ante el jugueteo de Lomenar y su lobo, era bueno ver que iba pasando el mal momento que le trajeron los recuerdos de sus excompañeros caídos.

-Las antorchas vendrán bien para alejar la oscuridad, pero una buena linterna seguro será de gran ayuda.- el clérigo preguntó al vendedor mas cercano si tenía alguna linterna y si podía decirle donde encontrar víveres para viajes a la intemperie: comida, abrigos, mantas... cualquier cosa que viniera bien para pasar noches por fuera.

-Con una cuerda mas, debería bastar, no? o tal vez sea necesario elementos para escalar. Una cuerda con un gancho, podría ayudar.- propuso Kranj.

El clérigo siguió las indicaciones que le fueron dando. Compró lo que le pareció necesario, pero consultó con el resto si alguna otra cosa sería importante. -Llevaremos la lampara? Ya tenemos algunas antorchas, no sé si haga falta.-

Lomenar ya tenía un par de raciones de viaje que no había consumido ya que, al menos de momento, podía hospedarse sin problemas en una posada, pero nunca venían mal tener de más.

Aunque ella era autosuficiente, podía comer casi de todo y dormir en cualquier parte... o eso creía, la ciudad la estaba ablandando. Pero dormir en una posada tenía sus ventajas, pensó divertida mientras observaba con curiosidad lo que había comprado su compañero. Se decidió a comprar lo mismo...

...salvo por una cosa.

- Yo sí llevaré una lámpara - le guiñó un ojo y le sonrió, acercándose a su lado - no quiero que te caigas en la oscuridad.

Arvak la seguía observando todo a su alrededor... tanto él como su compañera no estaban acostumbrados a tanta gente.

Lictea no estaba acostumbrad a los mercados de la civilización. Entre los lycantrophoi lo normal era hacer trueque, no pagar con dinero, así que le costaba un poco entender si la estaban timando o no. Al final acabó comprando casi lo mismo que Lomenar, pues se fiaba de ella. No le vendría mal una linterna, algo para hacer fuego, manta y una mochila para ir llevando sus cosas de manera que no la estorbasen.

- Una pena que aquí no vendan escudos.- La mujer miraba con preocupación entre el gentío que se iba arremolinando cada vez más en torno a los puestos.- Parece que nos hemos quedado otra vez nosotros tres...- No quería despreciar a Milkahá, pero parecía una debilucha, aunque la había visto luchar contra la rana gigante y no se merecía su desprecio.

Una vez comprado lo comprado, había que decidir que hacer -Al parecer dejaste bastante mal a ese pobre hombre.- dijo con cierta preocupación. -Vamos por él una vez terminemos acá, no?-

Al clerigo empezaba a desesperarle esto de las compras. -Vamos chicas. Si siguen decidiendo que comprar, nos volverá a alcanzar la noche.- le dijo para apresurarlas. Iremos por Reknar? preguntó finalmente.

- Ñek, ñek, ñek. Me parece que acabé con él y se lo ha pensado dos veces.- La próxima vez que fuera a buscar un potente brazo para ayudarles en su misión tendría que aguantarse las ganas de compartir cama con ella. Era demasiado fogosa.- Sin él estamos como estábamos antes, aunque con buen equipo. Si queréis podemos volver al Lagarto y si no está él quizás encontremos a alguien más pro allí que quiera acompañarnos.

El clerigo, terminó por asentir, pues era justo como decía Lictea. -Volvamos a la posada entonces. Esperemos no perder mas tiempo para partir de inmediato.-

Las compras se realizaron rápido, al instante ya tenían todo lo necesario para proseguir la investigación en la zona de los licorambarino, pero una vez más solo eran cuatro.

"pobre Reknar... lo ha matado" Tuvo que sonreír ante el comentario de Lictea... 

- Tienes que cuidar un poco más a tus hombres o nos quedaremos solas. - dijo, casi riendo, acercándose de forma protectiva a Kranjstar y haciéndole un poco frente a su amiga - A éste ni te arrimes... - le dijo a modo de advertencia.

- Milkahá, ¿tienes ya todo lo tuyo? ¿te vienes de vuelta a la posada? - la hechicera parecía un poco despistada, quizás necesitaba más tiempo para sus compras.

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.