Partida Rol por web

Licorambarino negó ante la proposición de Aire, una cosa era escoltar y otra muy diferente era invitarles a pasar la noche allí. Si tengo algo que celebrar entonces será cuando les invite a pasar la noche. Dijo al tiempo que parecía recobrar la conciencia cuando veía a Hoskin saludarle tan efusivamente.
Estaba claro que el Señor no tenía muy claro la razón por la que se encontraba allí. Así que simplemente se limitó a saludar al mediano y a dejar a las dos bellas mujeres y al inocente muchacho allí, mientras se separaba un poco para hablar con el mediano.

Markas no lo podía creer,  no solo el enano había perdido el hilo de la conversación con tantas interrupciones, sino que nuevamente habían sido interrumpidos, esta  vez por un grupo de personas entre los cuales había un amigo o conocido del señor  Hoskin, ya que lo dejo hablando solo para cercarse al señor Licorambarino como el mismo lo llamo, saludándolo efusivamente, ambos se apartaron cada quien de su grupo y continuaron una conversación entre ellos.

Acompañaban a aquel misterioso hombre, dos hermosas mujeres,  una de ellas muy fuerte a la vista de musculatura bien definida,  con mirada fiera y desafiante,  vestía ropajes de pieles muy finos y adornada muy femeninamente con aretes, bracetes y demás enseres típicos de uso en una mujer, la otra mujer se observaba más tímida y reservada, a juzgar por su túnica y por el emblema de Pelor en su pecho, debía ser una mujer religiosa, junto a ellas un alegre joven de ojos azules, sin aparente malicia en su mirada, llevaba una capa de viaje con una combinación de colores azul y rosa de aspecto viejo  y por ultimo un hombre muy alto, con una larga cabellera y barba ambas recogidas y trenzadas de una forma algo extraña, de contextura muy fornida, su cuerpo dejaba ver algunas cicatrices entre las pieles y el cuero que le servían de vestimenta.

Nuevamente Markas se  hizo a un lado, esperando que se desocupara el Señor Hoskin, dándole su espacio para que atendiera a sus clientes, mientras el permanecía callado esbozando una sonrisa e inclinando levemente mi cabeza  como gesto de saludo con aquellos con lo que cruzaba mutuamente la mirada.

Como siempre cada vez que se acercaban a un sitio nuevo Tirk iba en cabeza para observarlo todo con ansia, ansioso de ver y conocer el sin fin de cosas nuevas que el mundo podía mostrarle.

Apenas había entrado en aquella taberna con Aire , Lydia y el señor Tobías , cuando Tirk se separo acercándose para observar los múltiples embellecedores de plata con forma de cuervo, se movía de un lado a otro con rapidez ,esta que vio la estatua de plata con forma de cuervo de la entrada y se acerco otra vez a la entrada a observarla.- Guau! Casi parece que fuera a echar a volar de un momento a otro!!- Tirk pensaba en voz alta, con su cara sonriente y sus ojos maravillados, hasta que de pronto su estado cambio completamente, su rostro miro al suelo sus hombros se hundieron, y con voz apagada dijo.- Va a ser demasiado cara.- y suspiro.

Drogo se paró ante la taberna, observando el lugar con el ceño ligeramente fruncido, y observando a su alrededor. Se inclino hacia adelante, observando que los detalles son efectivamente, de plata, y rapidamente se aparto, tras "oler" el metal. Aqui no podemos quedarnos. Informa a Zynna, mirandola de reojo. No parecia que fuera el dinero un problema. Si no algo mas sencillo y trascendental.

Nos vamos. Con esa escasez de palabras, el enorme barbaro se da la vuelta, y vuelve a perderse por las calles en busca otra taberna.
 

No hace falta siquiera que Drogo le explique qué sucede. Ella también lo ha notado, también es consciente de lo que sucede. Sin más asiente, echándo un vistazo a su alrededor antes de acabar por dar media vuelta, y marcharse con su marido por donde han venido.

-Es una pena, tenía buena pinta... ¿Dónde vamos ahora? ¿Por allí? - dice, siguiendo al enorme hombre por aquel entramado de calles. Aquello está empezando a cansarle. Y, con las horas que son y lo que llevan andado, lo único que pide a estas alturas es un plato caliente y una cama donde dormir.

El tabernero charlaba amigablemente con su conocido, el Señor Licorambarino, estaban al margen de lo que estaban haciendo los recién llegado. Pero parecía que estaban más atentos de lo que parecían, pues el mediano, en cuanto el joven rubió se acercó a la estatua y escuchó lo que decía, le contestó secamente: Y muy pesada también para ti. ¿Queríais algo? Dice mientras ahora lanza una mirada de desaprobación hacia su amigo ante los clientes que le había traido.

¿Es un pájaro de verdad? dijo Aire, acercándose muy rápido y casi derribando a Tirk por el camino. Acercó a Aristóteles al cuervo de plata. ¡Mira, mi querido Aristóteles, un amiguito! Acercó más a su sapo al cuervo.

¿Y si los dejamos en el suelo para que puedan jugar? Hace mucho que Aristóteles no ve amiguitos...

Tirk miro extrañado al gnomo, no entendia el porque de sus palabras, estaba claro que la taberna era demasiado pesada para el, y para todo el mundo, pero rn pocos segundos se hizo la luz en la mente de Tirk-oohh!! No, no me referia a la escultura, pensaba que esta es la taberna mas bonita y mejor decorada que he visto nunca, la calidad de la decoración es excelente, y al ver una escultura tan exquisita como esta no he podido evitar pensar, que una taberna con tanta clase tendria unos precios acorde con esa clase, y no se si dispongo de tanta clase como para coger un alojamiento, ¿cuanto cuesta una habitación? -Tirk no hizo caso a Aire, parecia pasarselo bien ella sola.

Mientras que la joven con el emblema de Pelor en su pecho, aún no había mencionado palabra, se mantenía callada observando como pensativa.

El joven de la capa azul rosa, mientras admiraba la decoración del lugar centro la atención en el grandioso cuervo de plata símbolo principal del lugar, comentando en voz alta, lo realista del trabajo artesanal, para terminar expresando el hecho de que un lugar así sería quizás costoso.

El robusto hombre de cabellos y barba trenzada junto  a la mujer de fiero aspecto, habían abandonado rápida y sorpresivamente la posada, al parecer el lugar por alguna razón no fue del agrado de aquel hombre mientras  la mujer replicando con gesto cansado lo seguía.

El Sr. Hoskin conversaba con su amigo, pero al escuchar los comentarios del joven, su rostro cambio lanzando una mirada de desaprobación a su amigo, pregunto al joven intentando averiguar la intención de su visita a la posada.

Una joven humana, muy hermosa e inquieta, que hasta el momento de su intervención había pasado desapercibida para Markas, interrumpió e inquirió al Sr. Hoskin  acerca de aquella ave que adornaba la entrada de la posada, llevaba un sapo en su mano el cual llamaba Aristóteles.

A la vez que el joven de capa azul rosa, respondía la al Sr. Hoskin, con una breve explicación a la vez que preguntaba los precios del alojamiento.

Markas, atento a todo lo que acontecía, continuaba manteniendo un perfil bajo, a la espera de que el mediano culminara de atender a aquellas personas, el mediano le parecía algo descortés a los ojos de Markas porque a pesar de estar hablando de negocios aparentemente importantes no le había prestado la atención suficiente ni ofrecido siquiera agua para beber.

Hoskin se asustó al ver tan cerca de cerca la cara del sapo de Aire. ¿Jugar? Dijo mirando aún con más indignación a aquella mujer. Pero estás loca o qué. Dijo un tanto malhumorada y mirando ahora a Licorambarino. ¡Es una figura, no un cuervo de verdad! Aclaró al mostrar la pequeña estatuilla que tenía entre sus manos y después guardándosela rápidamente en el bolsillo interior de su chaqueta. El pobre mediano temía que aquella alocada mujer se lo robase o algo.

Luego miró al joven de platinos cabellos y negó con la cabeza. Me temo que no vas a ser capaz de pagártelo. No solo su precio, hay que estar a la altura. Dijo el mediano que le llegaba a la altura del chiquillo rubio. En serio, Tobías. Ya hablaremos mañana, hoy se hace tarde y tus amigos son un poco... concluyó encogiéndose de hombros ... especiales...

¡Oh sí!, ¡Claro, por supuesto! Dijo el señor Licorambarino. Es más, tampoco recuerdo con exactitud a qué había venido con ellos. En fin, dijo encogiéndose él también de hombros mientras se cruzaba de brazos. Será mejor que nos larguemos todos de aquí. Dijo mirando a sus acompañantes para que dejaran la cara posada.

-Sí... será mejor que salgamos. -murmuró Lydia al oído de Tirk ante la inexplicable hostilidad del mediano y el hecho de que aquel lugar estaba muy por encima de lo que podían pagar- Aire, ven, no te separes que nos vamos. Ése cuervo no va a jugar con Aristóteles... -dijo a la mujer con cariño, en el tono en que se habla a los niños.

-En cualquier caso, a sido un placer poder ver una taberna tan bonita- Tirk sonrió sinceramente al pequeño dueño de la taberna- adiós.- dijo finalmente y se encamino a la salida de la taberna junto a Lydia.- Deberíamos encontrar una posada dentro de nuestras posibilidades pronto, ya se esta haciendo tarde, tal vez podamos volver a la de antes , puede que nuestros amigos vayan allí.- comento Tirk a Lydia, sonriente y amable como siempre.

¡Uuuh! gritó Aire indignada. Recogió Aristoteles, que ya estaba en el suelo, y se le acercó al pecho. ¡Señor mío, es usted un grosero! ¡Está insultado a una Dama de la Corte! gritó alzando el dedo mientras se alejaba hacia la puerta. Pero, antes de salir, se dio la vuelta y dio unos paso al interior de la taberna, sin acercarse al dueño y empezó a gritar.

¡Oh fuerzas de la Oscuridad, demonios del aberno, discipulos de Belcebú, yo os invoco para que caiga una desgracia sobre este tabernero racista de sapos!

Empezó a soltar gemidos extraños al tiempo que su cuerpo sufría espasmos. Se relajó y levantó el puño a la altura del tabernero. Lo abría y cerraba al tiempo que gritaba

¡ZAS! ¡ZAS¡ ¡ZAS! ¡AHORA MALDITO ESTÁS! terminó escupiendo en el suelo y salió corriendo de la taberna.
 

Los ánimos se habían caldeado, el mediano son esconder su descontento en sus palabras hacia su amigo y sus acompañantes, daba a entender claramente que aquellas personas eran solo gentuza que no pertenecían a un lugar de tanta clase como el cuervo de plata, ni aun teniendo el dinero para pagar su estadía parecía estar dispuesto a alojar y servir a esas personas.

Por su parte los visitantes sin esconder su disgusto ante aquellas palabras, decidieron marcharse inmediatamente, no sin antes expresar lo que pensaban ante aquella situación, en especial la joven del sapo, la cual profirió improperios y maldiciones contra el mediano y aquella posada, ejecutando un extraño rito, que a Markas le pareció hasta un tanto gracioso.

Quizás ahora que se marchaban podría finiquitar sus asuntos con el mediano.

El mediano se quedó con cara sorprendida ante la sarta de improperios que soltó la alocada mujer. Y mirándola con desaprobación, cerró la puerta de la posada y se dirigió al último invitado que quedaba allí. Apoyó su cuervo sobre la barra y acomodó una silla para que se sentara Markas y así quedaran ambos a la misma altura.

Perdona por tantas interrupciones, ya nadie nos molestará. Estamos tú y yo solos. ¿Qué era eso que querías decirme? He perdido el hilo... con tanta... iba a maldecir a la blasfema mujer, pero finalmente se contuvo, tantas interrupciones...

No se preocupe le entiendo perfectamente, es su trabajo atender a las personas que vienen.

El mediano tras la salida de los últimos visitantes indeseados, había cerrado la puerta del lugar y colocando el cuervo de plata sobre la barra, le ofreció una silla a Markas quien tomo la silla que le ofreció Hoskin Lashti, quedando ambos a la misma altura de forma muy cómoda para hablar y completamente solos, al parecer los múltiples acontecimientos e interrupciones que habíamos tenido, causaron algo de amnesia el mediano, quien asegurando que no habría más interrupciones, pregunto al pícaro sobre los asuntos que estaban tratando.

Algo desconcertado, Markas le puso al tanto del tema del que estaban conversando.

Pues la verdad estoy buscando trabajo, como ya le comente, entre otras cosas soy cerrajero de oficio y precisamente me dio la impresión de que usted puede estar necesitando un cerrajero, sin embargo con tantos visitantes no hemos podido profundizar en la conversación.

- Efectivamente, tal y como dices necesito un cerrajero. Pero es un asunto que necesito llevar con disimulo, y no es precisamente porque no tenga llaves de la puerta. Que las tengo, sino porque yo, como dueño y señor de esta posada no puedo entrar en la habitación de un huesped. Pero resulta que este huesped lleva casi una semana sin salir de su casa. Me pidió no ser molestado, y así he cumplido. No seré yo quien entre en su habitación, pero alguien que no ha salido ni para comer, ni para beber, ni nada... Dijo con gesto preocupado. La verdad... es algo que bueno... me deja ciertamente angustiado. ¿Crees que podrías ayudarme?

- Efectivamente claro  puedo  ayudarlo,  sin embargo requiero un poco más de información.

¿Este Huésped que aspecto tiene, raza, vestimenta, características físicas?

¿Sabe usted quien es o lo conoce?

¿Me dará usted la llave o desea que irrumpa furtivamente violando la cerradura?

¿Una vez dentro de la habitación alguna orden en especial a ejecutar o solo confirmar el estado del huésped?

¿Alguna otra información importante o relevante al respecto?