Partida Rol por web

De pronto un fuerte sonido surgió desde el estomago del pícaro, interrumpiendo el silencio luego de que el señor Tobias hablara, la visión y el aroma de aquel suculento manjar que servia la camarera, hacia del hambre de Markas mas evidente, quien sonriente y tragando la saliva que aquella comida le provocaba, le dijo a la camarera colocándose en un lugar distante a donde se encontraba la semiorca mandoble en mano, Por favor señorita sírvame aquí mi comida, y tomando el plato frente a si continuo diciendo, yo no tengo intenciones de pelear y mucho menos con el estomago vacío, si nuestra amiga no piensa comer ya es su problema yo cumplí con mi ofrecimiento, comenzó entonces a engullir llenándose la boca de comida, como si nunca hubiera comido antes, relamiéndose de gusto los dedos y pasando la comida a fuerza de cerveza a través de su garganta.

A pesar de que parecía estar absorto en su comida, el pícaro cual ciervo bebiendo agua de un estanque, se mantenía alerta a los movimientos de la semiorca a la cual no le quitaba la mirada de encima ni un segundo con mucho disimulo, mientras se llenaba la panza saciando con voracidad su apetito.

Tobías agradeció la invitación de Hoskin a comer, aunque aún seguía preocupado por la seria amenaza de la semiorca. Quería ver cómo acababa todo aquello antes de empezar a probar bocado.

El mediano saca comida, el humano gracioso se sienta a comer y el otro humano me habla tranquilizadoramente, parece que nadie quiere pelea así que acabo bajando el mandoble relajando la postura de combate.

- ¿Quién es Blagh? ¿Qué semigigante? ¿Qué narices?- Me rasco la cabeza cada vez más confundida con toda esta situación sin entender absolutamente nada. Al final llego a la única conclusión posible;

También quiere engañarme.

El mediano ya ha reconocido que ha habido un asesinato en esta taberna- Digo terca como una mula. Lo único que tengo claro en todo esto es que el mediano ha dicho que ha habido un asesinato en esta taberna. Eso sé que es verdad y además, estoy cansada de dar tumbos por la ciudad, de aquí no pienso moverme.

Markas el cual bebía de su cerveza para el momento en que hablo la semiorca, escupió la cerveza en un gesto que indicaba sorpresa y tosiendo casi ahogado, de pronto batió su mano con fuerza contra la mesa en la que comía diciendo al mediano, en tono molesto, el tiempo pasaba y no habían podido resolver nada sobre el asunto que le concernía. 

¿Pero que demonios has dicho Hoskin?, ¿es eso que dice ella cierto?, ¿quien a sido asesinado en esta taberna y como, porque has dado tantas vueltas con este asunto?

E inmediatamente volviéndose hacia donde estaba la semiorca le pregunto a ella tambien, y tu ¿que esperas sacar de todo esto? ¿que es lo que deseas para que te marches de una vez y sigas tu camino?, ya sabemos que no deseas comida ni bebida por lo que puedo notar, no nos hagas perder mas tiempo.

Tensa y harta de acusaciones, las palabras del humano acusándome de hacerle perder el tiempo empeoran la cosa, haciendome cabrear. Liberando aire por la nariz como un toro acorralado y con los ojos casi en blanco, hablo en un tono muy distinto al habitual, prueba de que ya empiezo a estar fuera de mí y en cualquier momento puedo entrar en frenesí. 

-¿Acaso te estoy sujetando? ¿Acaso te impido ir a algún sitio? ¿Acaso soy yo la que te está atosigando a preguntas?- Pregunto en un tono ronco y gutural al humano que me acusa de hacerle perder el tiempo cuando es él el que no me deja en paz.- Yo estaba aquí tranquilamente sentada hasta que vosotros habéis entrado por esa puerta acusando e interrogando. 

Si quiero comer o no, no es algo que a tí te incumba y desde luego mis propósitos no se los voy a contar al primer cantamañanas que entra por la puerta. Así que si tienes prisa, es tan fácil como que me dejes en paz y sigas con lo tuyo, estúpido patán. Aquí el único que está haciendome perder el tiempo y la paciencia eres tú con tus estúpidas preguntas.

Hoskin alzó la mano para que Markas se calmara y no contestase. Después se dirigió hacia la gran Glavra, con su escaso metro de altura y alzó de nuevo la mano para negar con ella.

Perdona, pero AQUÍ, no ha pasado nada de lo que dices, esto no es una taberna, es una posada, un lugar glamuroso y que por lo que se ve no puedes costearte. Lo mejor es que, o pagas lo que vale la comida aquí, o me pagas una habitación, o lo mejor será que seas tú la que te marches.

El único asesinato del que hemos hablado todo el rato ha sido el que hubo en La Pezuña en la Boca, así que vete allí a investigar y déjanos en paz a nosotros. Si no puedes costearte los precios de esta lujosa taberna, lo mejor será que la abandones cuanto antes. Eso, o tendré que avisar a Iborian para que te saque de aquí. Tú decides.

No hace falta ser tan descortés. Dijo Licorambarino. Yo puedo acompañarte hasta esa taberna, para que una hermosa hembra como tú, no vaya sola por las calles de esta ciudad. A veces puede ser peligrosa.

Ignoro al humano para encararme con el mediano mentiroso. Desde luego en esta ciudad los medianos con retraso mental abundan como champiñones.

Primero la mediana, una anormal que estabamos en la punta de foro tormenta y se creía que estábamos en la isla del roble y ahora este. Pues esta vez de aquí no me muevo.

-Perdona pero AQUI, no hace ni cinco minutos estabas aterrado porque yo sabía que habían asesinado alguien en este antro. Sea taberna, posada o tugurio infernal.

AQUI no hace ni cinco minutos estabas interrogándome todo cagado de miedo para averiguar quién me había contado TU secreto.

AQUI, me has amenazado golpeado el taburete sobre el que me sentaba para saber por que quería yo perjudicarte A TI

AQUI han entrado estos señores y les has mentido SO EMBUSTERO, diciéndoles que yo les acusaba de vete tu a saber qué.

AQUI no hace ni cinco minutos, le has dicho a este señor, empleando tus palabras textuales:

¡Esta mujer me ha contado lo que has hecho, lo que has ido dicienco por ahí durante este rato! ¿A qué viene predicar lo que ha sucedido aquí?

AQUI!

 Ni en la isla del roble, ni en la pezuña de la puta cabra que parió a los siete dioses infernales. AQUI.

¿Y ahora, ahora dices que nada de eso ha pasado?

¿PERO TÚ ERES ANORMAL O QUE TE PASA? ¿TE HAN GOLPEADO LA CABEZA?

Por alguna razón la semiorca era peor que una piedra en el zapato, el tiempo pasaba inexorable y aun no habíamos tratado nuestros negocios importantes, tanta perdida de tiempo por culpa de un ser irracional que no sabia lo que quería y ademas empeñada en un bendito asesinato. Ni siquiera porque el propio dueño del lugar le pedía que pagara por la habitación y la comida o se marchara quería abandonar el lugar, y sin embargo era incapaz de decir que deseaba realmente.

Así que vienes con tu historia de asesinato en esta posada y este mediano se aterroriza solo de pensar en la mala publicidad, por lo que te interroga al respecto tratando de saber de donde salio esa historia, llegando hasta el punto del delirio conspiratorio el mediano comienza a sospechar de todos a su alrededor, incluyendo a nosotros sus amigos, ya en este punto el señor Hoskin no sabe lo que dice, lo tienes completamente a tu merced, ya veo tu juego.

El asunto es que no dices que es lo que quieres, rechazaste la hospitalidad del señor Hoskin y la mía cuando te ofrecimos algo de comer y de beber como gesto de buena voluntad, seguimos perdiendo tiempo en una conversación sin sentido, el señor Hoskin este mediano que ves es el dueño de la posada y no desea que te quedes aquí sino pagas la comida y una habitación, tal como cualquier otro huésped que desee permanecer en este lugar, no pretenderás quedarte por la fuerza en un lugar que no puedes pagar solo porque vienes con tu cuento de asesinato ¿o si?, estoy seguro que no sera nada agradable para ti conocer a Iborian.

-¿Ya ves mi juego? si tu no estabas. ¿Estoy rodeada de anormales y videntes? Tu capacidad para saber lo que piensan y sienten otras personas sin haber presenciado lo ocurrido es alucinante.

Y dale. Aquí, eres tú el que ha venido con tu cuento y tus amenazas. Yo estaba aquí antes que tú. Por lo tanto eres tu el que HAS VENIDO aquí acusando nada más entrar por la puerta sin saber ni mi nombre.

Pero bueno ya que insisites te voy a repetir por segunda vez lo que quiero de tí:

Que me dejes en paz. Que no me hables, que no me mires, que no me toques. Que no te acerques. QUE ME DEJES EN PAZ. Ya van dos veces que te lo digo. A ver cuantas veces más tengo que repetirte lo mismo. No le cuento mi vida a unos desconocidos y rechazo la hospitalidad de cualquiera que primero dice blanco, a los cinco minutos dice negro y al rato dice que no, que es verde pistacho, mintiendo, embarrando y armando un follón de mil narices con algo tan sencillo como:

-¿Ha habido algún asesinato en esta taberna?

-No.

Punto. Ya está. Si era tan sencillo como eso. Y cada uno por su lado.

Me tiene aquí toda la mañana y ¿Ahora tiene prisa? ¿Ahora? Lleva un siglo aquí interrogandome, acojonado sobre el puto asesinato en su taberna, insistiendo, sin ninguna prisa, de malas maneras, acusando, mintiendo, liando y ahora, de repente dice que no existe tal asesinato y tiene prisa por que me vaya? Ja.

Pues ahora soy yo la que no tiene prisa y de aquí no me voy sin una respuesta que me satisfazca.

Ya has oído lo que tenían que decirte. No sé qué mas quieres de Hoskin, o de él o de cualquiera de nosotros. Aquí no ha habido ningún asesinato, no hay nada que saber, ni tampoco que escuchar, ni nada que ver. Así que haga el favor de largarse de aquí, o al final seré yo el que se encargue de llamar a la guardia de la ciudad para que se marche.

Hoskin puede dejar entrar a quien quiera a su posada, ¡que para eso es sun negocio! Así que, si no le gusta lo que ve u oye aquí, ya sabe donde está la puerta.

Dijo saliendo él también y esperando a que la semiorca le acompañase. Si no me sigue, seré yo mismo quien llame a la guardia.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

Markas luego de escuchar todas aquellas estupideces en las que estaba enfrascada la semiorca, la sangre se le subio a la cabeza y debió ponerse colorado de la rabia, entonces poniéndose de pie, el señor Tobías Licorambarino interrumpió la accion, rompiendo el silencio para despachar aquel ser tarado, que seguía empeñado en su necedad, invitándola a salir junto con el fuera de la posada.

Markas entonces se dirigió de nuevo a la barra y se sirvió una jarra de cerveza, para el momento parecía que alguien estaba entrando en la posada, viendo al señor Hoskin le hizo seña como para que se percatara y le susurro, con actitud mas calmada, creo que tenemos otro visitante, sera mejor que cierre la posada para terminar nuestro trabajo, ¿que le parece?, espero que el señor Tobias vuelva pronto, tenemos mucho que hacer y hemos perdido mucho tiempo, mientras esperaban que terminase de salir la semiorca.

(No, esto evidentemente no es lo que estaba en mis planes) pensaba Zukko mientras ojeaba la lujosa y delicada posada a la que había arrivado, ni eso ni  que se hubiese cometido un reciente asesinato justo donde iba descansar después de largo viaje. Tratando de disimular su incomodidad se acerca al mediano, (no es tan malo, podría haber sido un elfo)

 -Buenas noches, estoy buscando algo para comer y un lugar para dormir, en ese orden por favor.

  Este semiorco tiene rasgos mas finos que la media de los de su especie, sus modales también lo son.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

De pronto una luz muy brillante os ciega a todos por unos segundos. Para cuando se ha extinguido podéis ver a un hombre armado con una cota de escamas y que no se le puede ni ver el rostro.

El acontecimiento sorprende a todos tanto, que los deja boquiabiertos y sin ser capaces de balbucear palabra alguna...

Pero qué?...gira la cabeza confundido mirando alrededor e intenta recomponerse. Estaba intentando parar a ese orco y ahora estoy... donde estoy? Todavía desorientado, desenvaino mi espada corta y adopto una posición defensiva mientras me estoy reubicando, mostrando claros síntomas de confusión, sin parecer agresivo.

Seguía en mi sitio, muy enfadada, mandoble en mano y firmemente decidida a no moverme de allí sin que me explicaran que estaba pasando cuando surge la luz que me hace cerrar los ojos.

Completamente cegada por unos segundos creo que me están atacando con algún tipo de magia y ruedo por el suelo para evitar el posible ataque. Aunque conforme voy recuperando la visibilidad puedo comprobar que nadie me ataca, todos parecen igual de confundidos que yo.

Sujetando el mandoble con una sola mano y frotándome los ojos con la otra reparo en el "hojalata" que ha aparecido en medio de la habitación. 

-¿¿Eeeehhhhh??- Digo perpleja, mientras el cabreo se esfuma dejando paso a la curiosidad por el recién llegado -¿Co... cómo has hecho eso? ¿Estabas ahí escondido? ¿Es magia? ¿Me enseñas? ¿Por qué vas tan tapado? ¿Eres feo y te da vergüenza que te vean?  -Le pregunto en rápida sucesión, fascinada y ajena al mediano y compañía-Esas cosas no deberían preocuparte.

Apenas si tina a dar un paso atrás, como por si acaso, y cuando se le va la ceguera piensa (no, este no debe ser el que trae la cena), por si acaso también se queda alerta a la reacción del aparecido, aunque se muestre confundido.
 

Hoskin y Tobías dejan de hacer lo que estaban haciendo y se quedan mirando el halo de luz. Tobías desenfunda un puñal que llevaba guardado consigo, y el mediano se lleva la estatuilla de plata que tiene entre sus manos a los labios. Ambos se miran acongojados por lo que pueda venir en semejante halo de luz, para después descubrir a un tipo que está igual de sorprendido que ellos.

Hoskin se acerca a gran velocidad hacia él, todo lo rápido que lo puede hacer un mediano, claro está, para después decirle: ¿Quién eres tú y qué haces aquí? De pronto mira a Markas, como si aquello hubiera solucionado una gran parte de sus inquietudes. ¿Cómo lo has hecho y por qué te has aparecido aquí?