Partida Rol por web

Lucrecia fue la primera en disparar uno de sus virotes, pero no tuvo mucho éxito. No parecía estar muy acostumbrada a disparar a otras personas, y esas dudas fueron lo que la hicieron fracasar. Después Sanya se lanzó contra uno de los ladrones que se acababa de despertar y le hizo una herida tan terrible que no llegó a levantarse. 

Zarus disparó también su arma, aprovechando su aptitud para volverse invisible durante unos momentos. El ladrón al que apuntó no vio venir la flecha y al no poder esquivarla cayó al suelo también inconsciente. 

Con sus compañeros de por medio y aunque estuviera cegado, Elianne no fue capaz de asestar con su virote al ladrón al que apuntó. Namarra volvió a lanzar su conjuro de dormir de nuevo, le quedaban muy pocos así que esos intentos eran vitales para lograr su objetivo, pero solo uno de ellos quedó dormido

Raelia avanzó para adelantarse a Sanya y enfrentarse a otro de los enemigos, alzando su espada y cercenando la cabeza del ladrón que tenía delante. 

El ladrón que estaba cegado aprovechó para despertar a la rata y al ladrón que tenía delante. Mientras tanto, dos de las ratasque estaban despierta y que podían ver, se lanzaron al cuello de Raelia, logró quitarse de en medio a una, pero la otra le clavó sus afilados colmillos. Por fortuna, Raelia era inmune a cualquier tipo de enfermedad, así que no tenía que preocuparse de lo que esas ratas pudieran contagiarle.

El resto de ladrones y el hombre rata se retiraron del combate.

Elianne dio unos pasos a la carrera para  intentar no quedarse atrás en el combate. Trató de tantear su carcaj, pero a las apuradas la bandolera se le había desacomodado y no llegaba a los virotes con facilidad, por lo que sin otra opción echó mano a su bolsa de conjuros y trató de dormir nuevamente  a la multitud.

El kraken trató de acertar a la rata 3 usando su alabarda por encima del hombro de Raellia pero era complicado por los movimientos de ambos y el arma del semigigante falló, aunque no por mucho.

Sanya agarró el hacha con fuerza y atacó sin miedo a la rata terrible con hacha y escudo, en una rápida sucesión de golpes que amenazaron con acabar con la vida de la alimaña.

Tras el primer error, Lucrecia decidió dejar la mente en blanco. Una hazaña que, ten sencilla como parecía, resultaba imposible para ella. Los pensamientos pasaban por su mente como caballos desbocados y, entre uno y otro, apretó el gatillo y dejó volar el proyectil entre los cuerpos de sus compañeros. Ni siquiera fue consciente de cuál era su objetivo, aunque sintió que la saeta, esta vez, había sido certera. 

Raellia gritó de dolor al sentir los colmillos de la sucia bestia hundirse en su piel. Poco le había durado el estar sana y salva, aunque por suerte para ella, los poderes del bien velaban por su bienestar, así que nada debía temer de la inmunda dentadura de la rata, salvo que acertara demasiado y acabara por debilitarla suficiente, claro. Sin embargo, esta vez su espada no fue tan certera como en el golpe anterior, de una brutalidad poco esperable para alguien como ella, y probablemente no costaría mucho a su bestial adversario echarse a un lado. 

Al ver que los bandidos estaban huyendo, Zarus intentó detener al menos a uno de ellos, pero algo no iba bien...

Elianne avanzó algunos metros para volver a lanzar uno de los pocos conjuros que le quedaban ya y dormir a dos ratas y uno de los ladrones. Después Sanya machachó y aplastó a una de las ratas contra el suelo. Lucrecia apuntó sin tener muy en cuenta a los compañeros que tenía delante, pero por suerte, el virote que lanzó se clavó sobre la rata que tenía delante Raelia, y aunque no la llegó a matar, sí que la dejó herida.

Raelia atacó a la rata que tenía delante, pero sin mucho éxito, y Zarus, que estaba detrás de todos, disparó una de sus flechas pero esta vez no apuntó tan bien y clavó la flecha en la armadura de la enana. Por suerte no llegó a atravesarla.

El ladrón pisoteó a una de las ratas para que se despertara y después se movió para atacar a Sanya pero logró esquivarle sin problema. Finalmente, la rata herida se lanzó hacia el cuello de Raelia para arrancarle un trocito de él.

Sanya vió como un ladrón ocupaba el sitio de la rata que acababa de enviar al infierno y luego sus propios compañeros intentaban clavarle una flecha en el culo.

-Eh! Cuidado con ese arco! -gritó.

Luego devolvió su atención al combate y trató de finiquitar a la rata que atacaba a Raellia pero esta se las apañó para evitar su hachazo.

Namarra sacó un pedacito de lana de su bolsa y conjuró usándolo como foco de su hechizo. Al instante, el ladrón 2 sintió una gran confusión en su cerebro, que amenazaba con dejarlo incapaz de reaccionar al menos unos segundos

El kraken continuaba intentando acabar con la rata colando su alabarda por entre los huecos que dejaba Raellia pero era harto complicado.

Aquella rata era endiabladamente ágil, y su pequeño tamaño no ayudaba, tanto que logró volver a escabullirse y atacar a la muchacha, mordisqueando un pedazo de su cuello, lo que logró que algunas lágrimas de dolor escaparan de sus ojos, mientras forcejeaba para quitársela de encima y acabar con la bestia. 

Elianne preparó su ballesta y pretendía disparar nuevamente. Primero consideró atacar a la rata, pero al ver el tajo que le había propinado la paladina, cambió de idea.

Apuntó un poco por sobre la estatura de Zanya y esta vez, disparó sin cerrar los ojos. Una zaeta salió zumbando desde su ballesta de mano en dirección al ladrón.

Sin tomar aliento, Lucrecia se colocó de nuevo la culata de la ballesta contra el hombro, tratando de colar la saeta entre los cuerpos de sus compañeros. En el último momento, temiendo golpear a alguno de ellos, levantó el arma y el proyectil salió volando hacia el techo del subterráneo, donde se estrelló contra las baldosas de piedra. 

Para más mal que bien, alguno de los bandidos se iban retirando. Seguro intentaban reagruparse para atacarles con mayor ventaja.

En vista de que su última flechas, casi impacta en Sanya, Zarus decide buscar otro ángulo acercándose a la enana para que no corriera más riesgos.

Gracias al conjuro de Namarra y a las flechas de Zarus y Elianne, el ladrón y la rata que lo acompañaba fueron eliminados al momento. Segundos después la rata y el ladrón que tenían enfrente avanzaron un par de pasos para enfrentarse a Sanya y a Raelia. 

Esta vez la rata mordió el cuello de la enana y al sentir como sus colmillo se le clavaban en el cuello sintió como si su cuerpo se revolviese y sintiese una arcada. El otro ladrón se abalanzó sobre Raelia para golpearla con su mangual y dañarle una costilla.

Sanya enarcó una ceja al sentir la mordedura pero no dio mas señales de dolor antes de desjarretar un hachazo sobre la rata que tenía delante.

-Ahorrad magia para la siguiente sala! Ataques normales!

La mediana gesticuló formando grandes abanicos con las manos y pronunció una palabra de poder incomprensible mientras señalaba hacia el bandido, cuya mente comenzó a nublarse.

El kraken le dijo a Raellia:

-RAELLIA, TRAS TU ATAQUE, RETROCEDE Y EL KRAKEN AVANZARÁ. ESTAS MUY HERIDA Y ERES LA ÚNICA DE NOSOTROS QUE PUEDE CURAR. ES MI TURNO.