Partida Rol por web

Greinh se acerca a la araña moribunda, pero esta apunto de caer cuando lanza su estocada, con tra el suelo.

- ¡Maldición!

Viendo que la araña estaba moribunda, desenvainé mi espada mientras me acercaba al único hueco que había entre mis compañeros. Una vez al lado de la araña levanté mi arma y la dejé caer sobre el peludo cuerpo del insecto gigante... Pero la espada no traspasó su duro caparazón. Enarqué una ceja pensando en qué había sido una estúpida por creer que su piel era blanda, así que disimulé.

- ¿Quién quiere darle el golpe de gracia?

Rindiéndose en sus deprimentemente patéticos esfuerzos a acertar cosas con su arco, el hechicero se guarda el arco a la espalda y con un gesto de su dedo lanza un rayo de escarcha que resulta mortal a la moribunda araña.

-Creo que a partir de ahora me centrare en mis poderes mágicos, mi habilidad con el arco no es la suficiente como para depender de ella excepto cuando no me quede otro remedio. Al menos siempre me queda el consuelo de no ser el único con tan poca habilidad.- dice el elfo mientras le lanza una mirada a Arue haciéndole saber que nadie se había creído su excusa.

La araña yace con los ojos negros inmóviles, mirándolos con un vago aire de censura; su boca abierta deja escapar sólo un hilillo de sangre.

Hathol pasa por encima de una de ellas y se une con vosotros. - Bien peleado, chicos. No había visto un grupo tan compacto y compenetrado desde hacía bastante tiempo. Os dijo sonriente. Los combates le subían el ánimo y estaba pletórico. - Por aquí no podemos continuar, deberíamos ir por la trampilla del campanario, a no ser que se os ocurra otra cosa.

Satisfecho con el hecho de empezar a dominar la ballesta (estaba sorprendido del certero disparo que había realizado), Rashaniel ni siquiera pensó en recuperar su virote. Pasó por un lado, esquivando las carcasas supurantes de las arañas gigantes y siguió al grupo apoyándose en el bastón.

Cuando ya sus compañeros empezaban a moverse en dirección a la torre del vigía, Groland se asomó al piso inferior de la torre de las arañas y lanzó un escupitajo.

-Los animales decentes -murmuró al vacío- nunca tienen más de cuatro patas.

Tras lo cual se volvió y siguió a sus compañeros. De camino a la otra torre aprovechó para limpiar su gran maza de tripas de bicho.

El paladin con un gesto poco habitual sonrió a Groland.

-Una gran verdad. Son bichos asquerosos.

Parece que me adapto bien a la vida de aventura, quizás valga para ello, pienso cuando escucho a Hathol hablar de nuestra coordinación, cuando hace menos de un día que les conozco y tiene razón en que luchamos como un grupo, al unisono, quizás sea por tantos libros de tácticas que he leído.

- Venga movámonos, si por aquí no se puede bajar, queda la puerta principal y la puerta que vimos al principio, vosotros decidís por donde queréis ir.

- ¿Y qué me dices de las mariposas, Groland? ¿Tan peligrosas y deshonrosas son? - le susurré con una sonrisa al guerrero tras su comentario sobre las arañas. - Es una broma, eh. - añadí pensando en que tal vez el guerrero se cabreaba y debía cubrirme la espalda en la batalla, no abrirme en canal.

Vista la situación parecía que deberíamos ir por la trampilla, pero era cómo meterse en la boca del lobo. No me gustaba mucho la idea, pero no podíamos hacer mucho más.

- Supongo que toca poner camino hacia la torre de nuevo.

El paladin asintió.

- Vayamos a la torre. De momento estamos teniendo suerte, esperemos que siga así.

Deshacéis el camino recorrido y volvéis al campanario. Observáis que éste proporciona una excelente vista de la mayor parte del castillo y del bosque circundante.

- Mirad, los orcos han quitado la campana de la torre para poder montar el escorpión del que hablábais. A su lado hay 12 lanzas de acero preparadas para ser usadas. Tras estudiar el lugar donde el escorpión ha sido colocado, Jerinor comenta. -Desde aquí, el escorpión no se puede utilizar para disparar a quienes se aproximen a la puerta por la que hemos entrado ni a la puerta principal. En cambio se puede apuntar a cualquiera que se encuentre en el patio exterior o en el terreno situado al sur del castillo. Además, las puntas de las lanzas están untadas con brea para encenderlas con una antorcha. La trampilla está bajo la piedra que colocásteis para que nadie pudiese abrirla desde abajo.

El paladín asintió mientras escuchaba a Jerinor. Cuando ella termino el habló con decisión.

- Desmontemos la trampa o al menos cortemos las puntas de las lanzas y arrojemoslas lejos. Un problema menos.

Kerri, había visto muchos libros de armas de asedio, y era muy raro que apuntara a dentro, si lo hacia seria por algo, así que dijo: - Amigos,esa posición del arma es rarisima, eso significa que los orcos temen algo que esta dentro del castillo mas que lo que pueda venir desde fuera, así que quizás aquí haya mas que una banda de orcos. Yo sugiero que le quitemos una pieza pequeña que sea facil de colocar por si nos hes necesaria

Lo primero que hizo Groland al llegar al campanario (aparte de advertir a sus compañeros de que se mantuvieran en el centro de la sala y no gritaran mucho*) fue acercarse de cuclillas al escorpión para tomar buena nota de la estructura intramuros del castillo*. Sin embargo, en cuanto comenzó la discusión acerca de qué hacer con la gran ballesta, Groland había vuelto con el grupo y se había sentado sobre el cadáver del centinela orco (para evitar que su culo tocara el frío suelo de piedra).

-La hermana Kerri tiene razón, paladín -susurró-. Pensé lo mismo cuando descubrimos la ballesta: ¿por qué apuntar un arma como esta hacia el interior del castillo? -Iba a mirando a sus compañeros uno a uno.- ¿Es cosa de orcos o es anterior, de los tiempos del propietario original del castillo...? -No recordaba el nombre.- ¿Eriolan? ¿Erialon? No... -Titubeó.- Eralion. Eralion -Conoces ese nombre de antes, se descubrió pensando Groland.- Como sea, ¿por qué hacia el interior? ¿Motines? ¿Esto fue una prisión? ¿O hay algo más que los orcos o el mago... -Eralion, le dijo su cerebro.- ...temían? Además, ¿por qué proyectiles de fuego? Podría incendiar el castillo, y no creo que los orcos, mucho menos Eralion... quisieran... eh...

Eralion.

El guerrero había ido ralentizando su discurso hasta que se quedó unos segundos en silencio, con la mirada perdida. Recordando.

-"Todo el mundo sabe que un vampiro vive en el interior de los ruinosos muros del castillo de Eralion" -murmuró, mirando de pronto a Rash con los ojos abiertos.

Al oír las susurradas palabras de Groland la escalofriante probabilidad de que fueran ciertas preocupo a Brand. El plan original de acabar con los orcos y rescatar a los prisioneros ya era peligroso, pero si a eso le añadíamos un posible vampiro...

-El hecho de que el arma este apuntando hacía el interior es alentador, en cierto modo- comenta suavemente el hechicero-. Nos indica que los orcos no están aliados con el vampiro, o si lo están que no se fían mucho de el. En el peor de los casos, si los orcos y el vampiro están asociados por alguna oscura causa estaríamos en muchos problemas, y esta arma puede proporcionarnos una valiosa ventaja.

En el fondo Brand espero que sus temores fueran infundados, pero pasadas experiencias a lo largo de su vida le habían enseñado a prepararse siempre para el peor de los casos y no quería arriesgarse con esto.

-¿Sabemos algo de los vampiros? ¿Hay alguna razón por la que pueda estar aquí?

Mientras sus compañeros conversaban qué hacer con el arma de asedio y divagar sobre vámpiros, Hathol observó, con cuidado de no ser visto, el castillo desde el campanario. Tenía forma rectangular y en las esquinas se disponían las torres, de las cuales, sólo se mantenían tres en pie. Al noroeste se encontraba la torre por la que habían entrado y al noreste la que habitaban las arañas. Al suroeste la tercera. Todas debían de tener una altura de tres pisos y sus tejados almenados, pues grandes grietas las recorrían y sólo eran habitables hasta el segundo piso. Las torres se unían mediante murallas, tambien almenadas, que alcanzaban los seis metros de altura. Sólo se mantenía intacta la muralla norte, donde se encontraba la entrada principal y dónde habían combatido con las arañas en el segundo piso. Las demás murallas se encontraban o total o parcialmente derruidas. En éstas secciones expuestas de las murallas, observó que se habían levantado terraplenes y situado a intervalos regulares grandes troncos afilados. En la zona sur de esos terraplenes había seis orcos montando guardia. En el patio interio, junto al terraplen del muro oeste había otros dos. El patio contenía los restos de varias estructuras de madera y un pozo que por su aspecto parecía utilizable. El campanario se encontraba adyacente a la muralla oeste, entre la torre por la que habían entrado y la situada al sur. No estaba cubierta y la campana había sido quitada para instalar el escorpión. Todo el castillo estaba rodeado por la vegetación del bosque y los dos únicos caminos que llegaban hasta él se encontraban al norte. El camino principal y el secreto.

-Un vampiro?, pero que decís?.
Esto era algo con lo que Kerri no había contado, un vampiro no era lo mismo que luchar contra orcos,y su mente se fue hacia los libros que una y otra vez había ojeado, y que decían historias y conocimientos sobre los vampiros y demás criaturas oscuras y llenas de mal, del cual había que purgar este mundo.

Pero lo único que recordaba era los dibujos de esos seres, pero nada en concreto que la sirviera para conocer a la posible batalla que les esperaba si el vampiro realmente estaba allí.

Vampiros, orcos, monstruos... Todo muere. De una forma u otra. Tan sólo tendríamos que descubrir cómo. No era un problema tan gordo. Además, si el escorpión era por el vampiro, quería decir que también sería vulnerable a nuestras armas, y si era por otra cosa... pues lo mismo.

- Me parece bien lo de la pieza - dije ante la sugerencia de desactivar el armatoste -¿Pero alguno sabe qué pieza se puede sacar para que no funcione pero que sea fácil de volver a colocar si nosotros lo necesitamos? Yo no tengo ni idea de armas como ésta. Y supongo que vamos a seguir por la trampilla, después de esto. ¿Cómo deberíamos bajar? Yo propongo que los más sigilosos vayan delante, por si acaso, para no dar la voz de alarma. Cómo alguno muy ruidoso empiece a bajar y haya una cuadrilla de orcos abajo, se encontrará rodeado y en desventaja.

-No creo que sea sabio sabotear un arma que podamos necesitar mas adelante, sobre todo si no sabemos muy bien como hacerlo- comenta Brand cauteloso de lo que podría esperarles en el castillo-. Y ademas en mi opinión os estáis complicando demasiado, un arma sin munición no sirve de mucho y 12 lanzas nos las podemos repartir sin problemas.

Al escuchar a Groland el paladín escruta con la mirada el patío, sin participar en la conversación, intentando percibir donde puede estar el engendro maligno.