Partida Rol por web

Y que menos que esperar eso tras gastar conjuros a lo tonto con el hielo. Vio cómo el cuerpo del muchacho caía sin vida. ¿Se le podría recuperar? Poco le preocupaba a la Aire oscura, que ya había tenía la magia en la punta de los dedos para ponerse a lanzar rayos a diestro y siniestro. Hizo un cálculo rápido y supo que su magia estaba demasiado agotada como para poder enfrentarse con soltura a esos rivales, y más a las dos voces femeninas ocultas que, obviamente, sabían conjurar.

Afinando el oído y esperando descubrir qué tipo de magia estaban lanzando, Aire revisó en su mente los conjuros que conocía, para determinar cuáles serían útiles en este momento.

Leiath observó atónita como el pequeño Loki caía fulminado en el suelo. Cualquier posible trato que hubiese querido pactar el grupo con aquellos seres iba ahora a ser imposible para la benévola bruja. No iba a comerciar con unos seres que aniquilaban niños por placer.

Qué Hala os maldiga a todos, viles criaturas!- exclamó hacía la oscuridad

La bruja sacó de su petate mágico una de sus más temibles armas. Temible no por el poder sino por la que la liaba cada vez que lo usaba: su silbato.

Sopló con fuerza en dirección a donde había escuchado las risitas, esperando que el poder de su Diosa incrementase el efecto del ya por sí incómodo pitido que salió de sus labios.

Flame se dio media vuelta y vio a la tremenda araña que se hallaba cerca de todos ellos. Luego echó un vistazo a su alrededor y descubrió que no era la única por allí. Y lo peor es que había miles de voces más imposibles de distinguir. Como siempre, la pesimista de Flame, pesimista desde su primera muerte, claro está, pensó que no saldrían vivos de aquel encuentro. Que una vez más el... llámalo destino, llámalo máster, se empeñaba en dificultar su camino poniendo tareas a sus compañeros difíciles de lograr. 

Aún así, Flame decidió comenzar lanzando su ya más que conocido vómito. Así que se giró hacia la araña monstruosa y le lanzó una buena vomitona de ácido con la esperanza de que le lograse encajarle el golpe.

Aire apuntó a la araña de fase con el dedo. Con velocidad, unos dardillos se dibujaron en su índice y salieron disparados hacia ella.

JijijijijiJijijiJijiJi...

La criatura de lo alto del acantilado se ríe en las narices de Leiath. Su conjuro, aún lanzándolo todo lo lejos que pudo, se quedó corto. Flame lanzó su clásico chorretón de vómito que la araña gigantesca no pudo esquivar. Sin embargo, el paso del ácido no tuvo resistencia, como si no chocase contra un cuerpo sólido.

 ¡NO ES REAL! ¡ESA ARAÑA NO ES REAL!

Empezó a cundir el nerviosismo. Aire atacó a la araña del plano etéreo, y los proyectiles mágicos se estrellaron y consumieron en el aire (valga la redundancia), como si hubiese chocado contra algo sólido. La araña contraatacó. Hundió sus colmillos en Aire y le inyectó su veneno.

Mientras, Evea trataba de retener a Tybalt y que no se marchase hacia la oscuridad, pero las ropas del tiflin se escaparon entre los dedos de la humana. Becky usó por fin el conjuro nuevo que había inventado, y cuando vió a Tybalt salirse de la luz, trató de ir tras él.

¡TYBALT, NO!

Becky se detuvo, en cuanto se dió cuenta que si seguía, sumiría a los demás en la oscuridad al dejarles atrás.

 He de hacerlo. El hielo del suelo se ha resquebrajado dejando una balanza. Soy el más pesado. Si no hago de contrapeso, os caeréis al vacío.

Las palabras de Tybalt no tenían sentido. El suelo estaba igual que cuando llegaron. Era como si alguien le hubiese lavado el cerebro. Una flecha silbó, sobrevolando la cornamenta del guerrero rojo. A la izquierda, armada con un arco, en el tililar de las sombras, se intuía vagamente la siguiente criatura:

Cuando Tybalt llegó al plato opuesto de su balanza imaginaria, una segunda draña perdió su invisibilidad para atacar con cuchillos al tiflin, que con rápidos movimientos esquivó la agresión mientras por todos los medios trataba de mantener la posición y usaba las manos para mantener el equilibrio en lugar de desenvainar sus espadas. Mientras, la ilusión de la araña infernal gigante se paralizó, como si quien quiera que la crease (una draña, seguramente), no pudiese mantener la concentración por estar atacando a Tybalt. Finalmente, la araña infernal se esfumó como un espejismo.

JijijijiJijijiJiji...

La criatura seguía riendo, y eso no era buena señal. Lanzó una esfera de papel, que completó una trayectoria en arco hasta situarse sobre las cabezas de los mortales que se agolpaban en torno a la luz. La esfera se hizo más grande, recordando a una piñata, y se abrió dejando caer una tormenta de nieve y caramelos sobre los viajeros planares. La nieve calaba de frío, incluso con la protección de las temperaturas que les proporcionaban los conjuros de Becky. Los caramelos les golpeaban con la fuerza del granizo, incluso con el aura protectora de Flame.

Becky se desplomó.

Evea se desplomó.

Y cuando Jadewo trató de acercarse a su amor para protegerla, una hebra de telaraña voló desde lo alto para agarrarse a su armadura. Otra hebra hizo prisionera a Aire. Otra a Leiath, pero la Bruja de Hala peleó y luchó, y en el forcejeo tiró a la araña de su posición en la pared de hielo, hasta que el suelo frenó su caída.

¡Larguémonos de aquí! Gritó Flame a todos dando órdenes que esperaran que de una maldita vez la hicieran caso. No resistirían una nueva tormenta como ésa, ni un conjuro semejante. Como algo mágico les hiciera daño en área estarían muertos todos y no vivirían para contarlo. Sobre todo si todos morían y nadie hacía nada para resucitarles. Aquello era algo que ya no podían permitirse llegados a ese momento. Sería mejor salir de la cueva y buscar otro medio para pasar. Era absurdo luchar contra enemigos que les superaban de forma tan drástica.

Jadewo, coge tú a Evea. Ordenó, no les tenía en mucha estima, pero cuantos más fueran mejor, yo me encargaré de Becky. ¡Huyamos! Dijo al mismo tiempo que el brillo de su escama se convertía en uno más pálido y rejuvenecedor. 

De quién había sido la maravillosa idea de meterse ahí a buscara aliados? Ah sí, lo había dicho Lady Arquette! Había tomado a la fallecida anciana por una mujer sabia y curtida en aquel mundo, pero al parecer solo les había conducido a una trampa mortal. Una vez más.

Sí, lo mejor sería salir de ahí- pensó la bruja mientras miraba con profundo asco la araña que había caido a su lado.

El problema es que muchos de ellos estaban atrapados. Los que no, estaban moribundos en el suelo o alucinando. Iba a ser complicado.

Pero, al mismo tiempo que se lamentaba por haber caido de nuevo en una situación desesperada, Leiath tuvo un presentimiento. Quizás había sido Hala quien se lo había mandado o quizás tan solo la esperanza de alguien que no tiene más salida que una muerte segura: aquellas criaturas estaban jugando con ellos, solo querían atraparles.

La jóven bruja se dejó llevar por aquel fugaz pensamiento.

- Está bién! Os vais a dejar de juegos y llevarnos ya ante vuestro lider? O es que acaso no quereis acabar con el reinado de Orcus? Por que nosotros sabemos cómo hacerlo.

Mientras esperaba una respuesta que quizás no llegase nunca se concetró en eliminar la magia que afectaba a la zona donde ese encontraban sus compañeros atrapados bajo la lluvia de caramelos. Intentó moverse fuera del área de alcance de lo proyectiles y ejecutó un hechizo para disipar la magia que hubiese en aquel lugar en concreto.

- ¡La puerta está cerrada!- Advirtió Onfale a la lagartona. Aquella mujer debía ser de sangre fría, como las lagartijas, y no caliente como la suya, criado en los oasis de los desiertos más calurosos. Aunque a él también le daban ganas de salir por patas, si la imagen silenciosa se confirmaba que era la araña monstruosa, no había salida por la que huir, pues habían conjurado un muro de hielo. Sólo el fuego podría abrirles camino, quizá el vómito ácido de su amiga, pero por ahora tenían que aguantar. Con toda la rapidez de la que fue capaz el perfumista se escabulló a la zona no iluminada y desde allí , fuera de la lluvia de frío y caramelos, conjuró  uno de sus hechizos adoptando con un rápido gesto el mudra necesario.-Sambha Kshammmmmmm, Ajna Piṣṭāni Yiótis.- Un polvo amarillo y brillante, tan fino como la harina del más delicado de los trigos, se extendió cerca de Tybalt.

La araña clavó sus colmillos en el hombro de Aire, que no pudo hacer nada para esquivarlo. No necesitaba ser una curandera para saber que estaba envenanada. El veneno había penetrado a tanta velocidad que la joven notó cómo la debilidad la cubría como un manto. Sus ojos bailaron, a punto de perder la conciencia, pero la fuerza mágica que en ella habitaba la mantuvo.

Con fuerza de voluntad, alzó las manos para lanzar su siguiente conjuro. Había muchos enemigos, las puertas estaban cerradas y sólo podían luchar hasta la muerte. Ah, pero no iba a ser posible tampoco. Una tela de araña salió de a saber dónde y la ató con fuerza.

¡Aaah! gritó mientras hacía acopio de la poca energía que la quedaba. Por suerte para ella, la tela era frágil, y se soltó al segundo intento.

La maga lanzo apresuradamente uno de los conjuros que tenía reservados de su nueva lista.

La única respuesta que obtuvo la Bruja de Hala a su oferta fue una sonora risotada. La tormenta de caramelos era tan fuerte, que ni Alice ni Onfale ni Leiath lograron ejecutar correctamente sus conjuros. Por suerte, la piñata mágica se quedó sin más contenido, y al cabo de unos segundos desapareció.

Una nueva fuente de luz se formó en la oscuridad, en lo alto del precipicio, saliendo de una de las paredes e iluminando a la criatura risueña: un desgarbado cuerpo demoniaco con la cabeza dentro de una calabaza.

¡Os advertí que no quería interrupciones en mi juego!-dijo mirando al túnel por el que se aproximaba la luz.

Un semidrow surgió de la abertura, con una antorcha en la mano, y cruzó la explanada en dirección al demonio calabaza.

Jack el Podrido, eres un simple mayordomo. Tus órdenes pueden servir para mantener a tus subalternos ocupados, pero yo soy un invitado. Como ellos. Kiaransalee se disgustaría si supiese cómo les has recibido, contrariando sus deseos.

JijijijiJiji... solo era una travesura. Mi Señora no tiene porqué enterarse, ¿verdad? Son todo tuyos, Ralphie...

Jack el Podrido pasó al lado del semidrow para perderse por el mismo túnel por el que Ralph había llegado. A medio camino, el demonio se dió la vuelta y atacó por la espalda conjurando con su báculo un cono de cartón colorido que resonó soltando confeti y un viento frío que dió de lleno a Ralph.

Eso por estropearme el juego. Jijijiji...

Mientras las piernas de Ralph flaqueaban y le obligaban a hincar la rodilla en el suelo, dolorido de las quemaduras del frío, su antorcha siguió brillando sin apagarse.

A ras de suelo, el aura de Flame iba cerrando las heridas de todos, y tanto Becky como Evea recuperaron el sentido.

R... ¿Ralph?-llegó a decir Evea, reconociendo la identidad de su salvador.

Las miradas de Ralph y Evea se cruzaron. Tuvieron un "momento". Tras él, Ralph se volvió a poner en pie y recobró la compostura.

Subidles-ordenó.

El grupo fue izado uno a uno por las telarañas de las araneas, hasta reunirles en lo alto del precipicio con Ralph, que tomó el cadáver de Loki en brazos. Sin mediar palabra, el semidrow les guió por unos corredores de hielo cuyas paredes reflejaban la luz de la antorcha, pero no sus propios reflejos. Al llegar a un desvío, Ralph se detuvo.

Seguid por aquí, y llegaréis a la cámara del trono de Kiaransalee, la diosa semidrow. Os espera una audiencia con ella, y los regalos que ha preparado para vosotros. Evea, tú ven conmigo.

Ralph enfiló otro corredor, dispuesto a llevarse el cadáver de Loki con él. Evea se mostró dispuesta a seguirle sin dudar. Al fondo del pasillo, la luz del fuego de los pebeteros del Salón del Trono parecían llamar al resto. Las piernas de Aire titubearon, aún afectada por el veneno.

Deberíais echarle un vistazo a esa chiquilla. Parece que no se encuentra nada bien.

Por fín daban la cara y eran tan feos como se había imaginado. Cómo le hubiera gustado a la bruja desintegrarlos a todos, pero su poder era aún una tenue ascua. Mucho tendría que recorrer para poder eliminar eficazmente a enemigos tan poderosos.

Al tajo!

Leiath, empezó a valorar a los que le rodeaban, viendo quien necesitaba cuidados inmediatos. A loki se lo llevaban, sin duda para devolverle la vida y empezar aquella negociación con buen pie (si no era así, aún podía gastar el pergamino de resurección que había traido consigo).

El siniestro elfo le había llamado la atención sobre Aire y, en efecto ésta parecia desfallecer por momentos.

Espera chiquilla, déjame que te mire esa herida tan fea - dijo corriendo y tomando entre sus brazos a la alocada hechicera.

Pero el desconociento hacia ese tipo de veneno hizo que la bruja no pudiese hacer nada para mejorar el estado de la mujer.

La maga pelirroja estaba sorprendida ante el discurrir de los hechos. Apenas cinco segundos antes había estado a punto de morir devorada por arañas gigantes y ahora era una invitada que iba a recibir regales. No hay quien entienda las costumbres de este plano. Con razón es un plano infernal.

La situación era de lo más irreal, su alma se encontraba en una lucha desgarradora: llorar la pérdida de Loki o estar feliz por los regalos que iba a recibir. Finalmente decidió ilusionarse por los regalos, aunque había grandes probabilidades de que fuera una trampa, Alice había sufrido mucho durante el viaje y había visto morir a muchos compañeros, Loki era una muerte más. 

Fielmente decidió dar las gracias a su salvador. Gracias Ralph, sin tu ayuda esa calabazo nos habría matado a todos.

El movimiento de la telaraña no le sentó nada bien a Aire. Su estómago se removía como si un hamster estuviera correteando en su interior, y a penas escuchaba lo que decían. Realmente le importaba bastante poco que Evea conociera al semidrow que acababa de llegar y les había salvado a todos. Sus ojos no terminaban de centrarse en nada, empezaba a ver doble y no conseguía mantenerse en pie. Aunque una parte de ella necesitaba que la ayudasen, otra agradecía que nadie la tocara. Simplemente pensarlo le daban arcadas.

Escuchó vagamente cómo el semidrow se refería a ella y algunas miradas se centraban en ella. Notó como sus piernas decidían empezar a doblarse a pesar de su fuerza de voluntad. Notó como las manos de una mujer la intentaban acoger, pero de poco servía.

Lo que venía de su estómago hizo que empujara a Leiath con fuerza y se moviera a un lado. El vómito verde y con trazos de sangre le hizo recuperar levemente la visión. Ahora se sentía mejor... Pero sabía que el veneno no se iba a ir tan fácilmente.

Onfale aferraba el estoque mágico con todas sus fuerzas pero el temblor de la punta de su arma evidenciaba su estado de nervios. La salida estaba bloqueada y veía su futuro muy negro, casi tanto como en la tienda de esos Quackos, donde una oruga casi se lo come vivo.

Cobraré cara mi vida.- Trataba de darse ánimos cuando una voz interrumpió la fiesta. Tardó un rato en darse cuenta de que estaban salvados. Cuando lo asimiló guardó el estoque y contuvo la respiración unos segundos para controlar el latir de su acelerado corazón. Se dejó izar por las telas de araña, grácil como un cisne. Su mirada cargada de inquina se centraba en ese podrido. Pro su culpa casi morían y Loki sin el "casi"·

- ¿Qué va a pasar con el niño? Era nuestro protegido.- El protegido de Onfale y Jadewo, al emnos. La reacción de Evea era curiosa. Parecía conocer a Ralph de algo. Onfale pasó junto a Tybalt y le susurró entre curioso y divertido.

- ¿Problemas en el paraíso?- Los dos enamorados no paraban de proferirse muestras de amor sin importarles que los demás estuvieran delante. Si el paisano era un ex de Evea quizá pudieran ver otra faceta del siempre contenido Jadewo. PEro si algo llamó la atención del interesado mago fue la mención de regalos.

Regalos envenenados, seguro...- Pero le quedaba la esperanza de que  la semidiosa drow, con su sabiduría y poderes, supiera a qué habían venido allí. 

Todo a su debido tiempo. Podréis ver al niño luego, ahora debéis ver a Kiaransalee...

Por mucho que Leiath trata la herida, el veneno ya estaba por todo el organismo. Aire muere en los brazos de la Bruja de Hala, una chiquilla más que sumar a la lista de la Mataniños. La combinación de los golpes sufridos por la tormenta de caramelos y el veneno debilitando su cuerpo resulta letal. El cadáver de Aire tiene la piel mortecina y manchas verduzcas bajo los párpados. Si Narantyr no estuviese protegida de la energía negativa, se despertaría como una muerta viviente en breve.

Evea, carga tú con el niño y yo llevaré a la chica. A no ser que queráis usar el pergamino resucitador en alguno de ellos...

¿Cómo sabe Ralph sobre aquel objeto comprado en la tienda de Otto Mangleflow?