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Año 7, día 4

Salón Mental

-Morwen, Sash.  Sean bienvenidas- Saludó el Orco -Quieron que sepan esta, La Ley de alteración Mental es la más difícil de todas las leyes y en la que menos se notan sus beneficios.  La ley de Alteración Mental les permite establecer una conexión con la mente de otras personas, si esa persona está dispuesta a recibir la conexión no será problema, si no lo está deberán doblegar su voluntad, en cualquier caso, cuando ese canal, esea conexión se genere funcionará en ambos sentidos.   Por lo que deberán ser cuidadosas al utilizarlas o pueden quedar presas de su propio hechizo si aquel con quien la están usando se percata de su acto, aún sin ser mago y sin conocer la Ley podría llegar a adentrarse en sus mentes sin percatarse siquiera de ello.  Por eso les repito sean cuidadosas y sobre todo, no la usen para hacer que las personas actúen en contra de sí mismas salvo que sea por supervivencia.  Hacerlo las corromperá y las transformará en seres obscuros y peligrosos.  Respeten este principio- Con las últimas palabras del orco ambas sintieron como si algo dentro de sus cabezas se moviera

Año 7, día 4

Salón Mental

Aparentemente, en cada clase serían pocos alumnos, prueba de que habían elegido de forma dispersa. Tenía dudas de si habría algún grupo en que coincidiesen más de 5 alumnos. Tal vez.., en la de la Ley del Fuego, pues una de las cosas más vistosas de la magia era eso de lanzar bolas de fuego. Vistoso y ostentoso, algo poco práctico en la realidad, salvo para impresionar.

Y tal vez por eso, había elegido una rama más sutil... Alteración Mental... Había oido algo de ella, de que era el arte de alterar la voluntad de la gente, y ello le había causado curiosidad. Ahora bien, la advertencia del Gran Maestro Targus la sorprendió... Aparentemente se trataba de un arma de doble filo.

-Maestro, perdón por preguntar... Entonces... es como si abriésemos una ventana para hablar a quien está al otro lado; puede que escuche, o puede que nos quiera también hablar a nosotros. ¿Como podremos entonces defendernos de esa intromisión, o como lo podamos llamar?

Año 7, día 4

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-Excelente pregunta Sash- contestó el mago -Lo primero que debes hacer es forjar tu voluntad y luego ser sutil, no debes intentar arrasar con las defensas mentales de tu objetivo, sino más bien ser persistente y sutil como el agua que horada la roca gota a gota.  Debes tomarte tu tiempo para conocer su mente, para conocer dónde están las grietas de sus defensas y colarte por ellas y eso cambiará de mente en mente.  Hay mentes más permeables que otras, pero por sobre todas las cosas deberás estar atenta, pues si la mente que intentas conquistar es la de alguien que domina esta ley puede que sea ilusoria, puede que parezca sencilla de atravesar tan sólo para atraparte en ella-

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Morwen se encontraba a gusto en aquella clase, solamente eran dos alumnas y eso le permitiría centrarse más en sus estudios y además, podría relacionarse más cómodamente con Sash pues si había algo que incomodaba ligeramente a la humana era la presencia de demasiada gente en un mismo lugar. 

Prestó mucha atención a las explicaciones de Targus, asintiendo a sus palabras y sonriendo ante la pregunta de su compañera Sash, asintiendo también a esta y a la respuesta del profesor.

- Maestro... ¿Podría usarse esta ley para sanar la mente de las personas heridas? Me refiero... Sé que hay personas que sus mentes están dañadas, que se aferran a una oscuridad y una pena que les provoca malestar... ¿Podríamos ayudarles a superar esos miedos, esos problemas mediante el uso de esta ley? 

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Escuchó atenta las palabras de Morwen; desde luego el enfoque que estaba dándole al asunto era distinto al que ella estaba siguiendo; eso le pareció sumamente interesante, y una vez que su compañera dijo la primera frase, por la forma en que su mirada la seguía se notaba que la atención la tenía focalizada en ella.

Curioso... había pasado de ver esa Ley como una especie de juego del gato y el ratón, de caza mediante el uso de comadreja o el de trampas para acercarse al asunto desde un perspectiva diferente.

Año 7, día 4

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-Si- dijo Targus -Sin embargo entrar en una mente... enferma tiene sus desafíos y peligros pues esa mente concibe la realidad de una forma muy diferente y ya las mentes sanas son difíciles de trabajar una mente que está enferma es aún más complicada.  Pero si Morwen, una mente que sufre un malestar puede... arreglarse.  Normalmente será un proceso largo y lento donde los avances se verán poco a poco si la mente está muy dañada.  En otros casos será cuestión de segundos si es algo simple, pero siempre será riesgoso para ambos-

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Asintió a las palabras de Targus mientras parecía pensativa.

- E, imagino, que para poder sanar a una mente así es aconsejable tener una mente sana... ¿No? ¿Cómo podemos entrenar mejor nuestras mentes? Porque solamente se me ocurren los libros, pero no creo que esa sea la solución... 

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Levantó tímidamente la mano...

-Al hilo de lo anterior, Maestro. ¿Es posible que al intentar entrar en una mente dañada, o afectada por algo, sin que haya siquiera intención por su parte, ésta pueda propagarnos el mal que le afecta?

Pensaba en los médicos que, al tratar a enfermos, podían contagiarse de los males de aquellos, incluso sin que mediase intención de ello por parte del paciente.

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-Contestaré primero a Sash si no te molesta Morwen- dijo Targus y continuó con su respuesta al ver que Morwen asentía -Así es Sash, una mente enferma no tiene dominio de si misma muchas veces y puede, aún sin quererlo atacar a la mente de quien toma contacto con ella y de esta forma dañarla.  Es algo raro que esto termine en que ambos padezcan la misma... enfermedad pero si es muy probable que ambas mentes terminen rotas de formas distintas.-
-Concentración.  Esa es la palabra clave Morwen.  Debes ejercitar la concentración a traves de tu voluntad, tu fuerza espiritual y el desarrollo de tu inteligencia.
Muy bien creo que es hora de la primera práctica.  Quiero que se concentren, y que traten de expandir sus mentes para tocar a otras, para sentirlas, no quiero que intenten ingresar en ninguna, sino simplemente sentirlas-

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Asintió conforme a las palabras de Targus, dejando que su explicación fuera antes para su compañera. Y, tras las explicaciones cerró sus ojos, concentrándose en todo aquello que la rodeaba, en aquellos seres que estaban a su alrededor, en el sonido de sus voces, su aroma, los latidos de sus corazones... Conocía sus nombres, conocía sus caras y ahora, ahora quizás podría sentir sus mentes...

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Al comienzo creyó que eran sus pensamientos, voces, voces dentro de su cabeza, pero voces a las que no llegaba a comprender, primero una, después dos, tres, cien, miles.  Sintió que su mente se perdía entre aquel ir y venir de voces sin coherencia alguna, quizás lograba encontrar alguna palabra al azar pero en su mayoría no podía hilar una conversación.  De golpe comenzó a ser demasiado, demasiadas voces, demasiadas mentes en contacto.  Comenzó a sentirse invadida, absorbida en esa marea que parecía querer devorarla y sintió la urgente necesidad de cortar el contacto

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Nada sucedió al inicio, tuvo que hacer un esfuerzo y concentrarse un poco más y entonces llegaron. Voces, voces dentro de su cabeza, pero voces a las que no llegaba a comprender, primero una, después dos, tres, cien, miles.  Sintió que su mente se perdía entre aquel ir y venir de voces sin coherencia alguna, quizás lograba encontrar alguna palabra al azar pero en su mayoría no podía hilar una conversación.  De golpe comenzó a ser demasiado, demasiadas voces, demasiadas mentes en contacto.  Comenzó a sentirse invadida, absorbida en esa marea que parecía querer devorarla y sintió la urgente necesidad de cortar el contacto

Año 7, día 4

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Morwen se llevó las manos a los oídos, moviéndola en movimientos de negación mientras hablaba para sí en voz algo elevada.

- NO... NO... Ya... Ya basta... Deteneos... No más... No más... ¡¡CALLAOS!!

Y sin más pensó en unos finos hilos, buscando la forma de cortarlos, de acallar aquellas voces. 

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Abrumada, se dejó caer de culo contra el duro suelo; nunca falla: un trastazo a tiempo siempre ayuda, y a ella le valió para salir de la concentración.

Confusa tras unos instantes, en que intentó ordenar sus pensamientos... o sea, ser consciente de sí, y solo de sí, que no era poco, y luchando contra un mareo que amenazaba con terminar en náuseas, oyó a Morwen lo de "Callaos"; no dudó que le había pasado lo mismo que a ella.

-¡Haz lo que sea para que se callen!

Entendía lo que la pasaba, y sabía que otra voz más -la suya- no sería más que un incordio, pero no dudaba que si su compañera seguía mucho tiempo así, terminaría, como mínimo, mareada y jaquecosa.

Año 7, día 4

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A medida que lograron desconectarse de aquella multitud de voces lograron recuperar la compostura y poco a poco fueron capaces de dejar de oírlas.

-Veo que han logrado conectarse- dijo Targus -no se asusten, con el tiempo aprenderán poner... murallas para que sus mentes no sean invadidos por todos los pensamientos inconscientes y puedan conectar sólo con aquello que desean.  Estoy orgulloso de ambos, sé que no ah sido una experiencia placentera.  Pero lo han hecho muy bien ambas.-