El cincelado del impávido

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04/09/2018, 18:10

Gwalin

Sólo para el director

Perfecto, no estaría de mas que en la historia contaras algo del amuleto, y de paso lo describieras. Y conste que yo no lo considero imperativamente necesario, solo es lo que yo haría XD:

Sí, es cierto, de hecho es un objeto bastante bueno (creo yo...es un +20) como para poner cómo lo consigo.

Bueno según eso, tendrías unos ciento cincuenta años. No es descabellado para un enano, pero si de verdad has luchado en la batalla de los cinco ejércitos, y hecho de guardia durante tanto tiempo, no se correspondería tanto a alguien de N2 XD. Pegaría mas que luchases y después no volvieses a combatir. Ahora te entra el gusanillo...

Por eso he puesto que luché en la batalla y ya. Luego, al recibir la herida quedó mermada mi agilidad (por lo bajo que tengo esa característica) y ya no me apetecía luchar más. Así que por eso estaba de guardia, por su Fuerza y su robustez...vamos porque intimida el chavalote :pppp

Por el tema de los viajes, si, me cuadra bastante. Hay que ver como llegas a Tir Anduin desde Anglarond, que te motiva... O eso o vas al sur desde Barukkizdin, siguiendo a los esgarothianos. Ya lo introduciremos, sea como sea.

Quizás sea mejor que después de Erebor fuese a Aglarond y por último a Barukkizdin y de ahí a Tir Anduin...¿así cuadra más?

No soy muy partidario, ya que todos partis de la misma premisa y reglas. Peeeero... Te vendo la oportunidad a cierto precio. Renuncia a un grado filo y te hago el cambio... XD. Ya sabes, nada es gratis en esta vida...

jejejeje

Ya me lo temía... ¿y no podría quitármelo de otro sitio a cambio?...vengaaaa, porfaaaa ;pp

Notas de juego

Historia de Gwalin:

Gwalin era relativamente joven cuando luchó en la batalla de los cinco ejércitos para librar a Erebor de los odiados orcos. En lo alto de la colina, en una de las ordenadas filas que formaba la hueste de enanos de las colinas de hierro comandadas por Dain II, primo de Thorin, el joven guerrero miraba con preocupación como los orcos no hacian más que crecer en núemro, saliendo por cualquier oquedad del terreno. A su lado, compañeros más veteranos permanecían impertérritos ante aquel dantesco espectáculo. Pero él temblaba. Dain les alentó para quitarles el miedo de sus cuerpos y cuando los enanos contestaron al uníscono a la arenga, el miedo desapareció del cuerpo de Gwalin, creciendo una rabia y una fuerza que nacía de la unidad y compañerismo que formaban el grupo enano.

La batalla fue una masacre...

Gwalin sufrió muchas heridas, una de ellas de gravedad que hizo que desde ese instante su agilidad mermara considerablemente. Pero estaba vivo. Del encuentro, a parte de las heridas, recibió un amuleto en plata, en forma de hoja, regalo de parte de Thranduil (aunque puede ser de cualquiera de los combatientes elfos...y es que pega más que sea un amuleto élfico pues da percepción +20 y eso le pega más a un elfo y no a un enano) quien reconoció su valor al enfrentarse y acabar con una unidad enemiga que les cargaba desde el flanco y él fue el único superviviente. Gwalin ganó el amuleto, pero era un perpetuo recordatorio de aquel funesto día.

El joven vivió medio siglo en la montaña solitaria, ayudando a que Erebor volviera a tener el esplendor de antaño. Las estancias se limpiaron y todo lo roto se cambió por algo nuevo, las fraguas se encendieron y volvieron a fundir metal. El comercio empezó a florecer y las caravanas llegaban cargadas de vivires y otras cosas necesarias y se iban cargadas de objetos de manufactura enana. El engranaje volvía a funcionar.

Pero la mente de Gwalin seguía en aquella dichosa batalla. No había día que no la recordara, y que no viera las caras de sus amigos y compañeros muertos allá donde mirara en el campo de batalla. Innumerables noches se pasaba oteando desde su puesto de guardia, vigilante por si volviera a aprecer aquella horda enemiga.

Poco a poco se fue apoderando de él un instito viajero surgido de aquella angustia por la batalla sufrida y también por las distintas historias que le contaban los mercaderes y comerciantes que llegaban a Erebor. Así un día pidió a Dain que le dejara marchar con una carabana que se dirigía a la fortaleza de Barukkizdin en las montañas de hierro, alejándese de aquel maldito lugar y para poder ver más mundo.

Estuvo en las montañas del hierro otro medio siglo, pero la vida que vivía en la montaña solitaria no era igual que en Barukkizdin. No había tanto trasiego de gente y al final la monotonía de vida, en el puesto de vigilancia, se le hizo insoportable.

Nuevamente volvió a viajar. Esta vez al centro de la tierra media, en las cavernas de Aglarond, en el territorio de los rohirrim. Allí, la vida era mucho más movida. Los comerciantes y las caravanas no dejaban de pasar y lo que era mejor, el trabajo era muy diferente, participando en más de una ocasión en patrullas de exploración junto con alguna unidad rohir.

Esa vida más inquieta y con más emociones le gustaba al enano, quien se apuntaba siempre que necesitaban a alguie. Al final cambió de parecer y era él el que se ofrecía para participar en cualquier expedición, ruta o lo que fuese salir de Aglarond y vivir nuevas aventuras.

Por fin Gwalin era feliz en lo que hacia, pero no había día que no encuchase los gritos de sus compañeros y los rostros de sus amigos caídos en la batalla de los cinco ejércitos.

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Categoría	Montaraz
Movimiento y maniobra	2
Habilidades en armas	3
Habilidades generales	4
Habilidades de subterfugio	2
Habilidades mágicas	0
Desarrollo físico	2
Idiomas	1
Listas de hechizos	1

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