Partida Rol por web

Viendo lo que había hecho El Negro con la cadena, Elijah Hoffman decidió replicar lo que había visto, tirando un poco más de su cadena correspondiente, este también usaría una caja para poder enganchar la cadena allí y así mantener al Comandante de Defensa colgado sin requerir de su presencia ahí.

^{_{-Larguemonos de aqui...}} -Dijo con un hilo de voz mientras se acercaba como malamente podía a El Negro y le ayudaba (y se ayudaba) a salir del lugar- ^{_{Si quieres decirle algo a ese cerdo, es tu oportunidad...}}

A diferencia de Elijah Hoffman, el Comandante de Defensa no parecía creer que esto se había terminado, al contrario; parecía con más ganas de continuar la batalla que nunca; tratando de liberarse y fallando en el intento, este hombre se dirigió hacia aquellos dos.

-¿A donde creéis que váis?. -Les preguntó con odio en su voz- ¡La isla no es suficientemente grande para que os podáis ocultar de mi!. ¡Esto no me matará!. ¡Y cuando baje de aquí me aseguraré de haceros pagar mil veces más dolor de lo que yo estoy sufriendo!.

-Cállahteh psicópata amahrillo!! Los pirahtas se comerán tu carne!! - Conocía nuestras caras, conocía a los agentes, o a saber qué más sabía de parte de la tortura de Forbúl. No podíamos dejarle seguir haciendo barbaridades con otros lugareños, teníamos que asegurarnos que este ataque era uno que no tuviera que repetirse. No contra éste tipo. Daba demasiado miedo.

-Noh podhemohs dejar que escape - le digo a Elijah con la garganta no tan aplastada como la suya. - hay que aseghurarse... de que no salga de éshta... - miraba a izquierda y derecha para encontrar algo que hiciese desaparecer a ese tipo cuanto antes, otro arma, otra cadena, algo para bloquear la salida... pero el fuego estaba llenando todo ese matadero de humo a tal velocidad que no veía un carajo.

Si no salíamos de aquí íbamos a asfixiarnos, así que ayudando y dejándome ayudar por Elijah seguí caminando hacia la salida. Con suerte encontraría otro soldado muerto con un arma sin dueño.

Echando un vistazo por los alrededores, El Negro pudo encontrar una pata de cabra... no literalmente, pues no había ninguna cabra por ahí coja, si no una herramienta de metal usada principalmente para abrir aquellas cajas de madera, amenazar mientras se dan toquecitos lentamente o mover pesadas cargas.

Cogí aquella pata de cabra. Pero... ¿Qué iba a hacer, zurrarle como a una piñata?  En vez de eso abrí la primera caja que encontré a mano, o la que me lanzó él, para si habría algo más útil en su interior.

En el interior de aquella caja había cadáveres de personas, un terrible y nauseabundo hedor llenó las fosas nasales de El Negro, así como del propio Elijah Hoffman. Al parecer habían estado utilizando esas cajas y sellándolas para deshacerse de las personas que iban torturando.

Porque, en efecto, todas ellas tenían marcas de tortura. No parecía que hubiera nada útil en aquella caja particular. Por otro lado, el cuerpo de Forbul Tamejiri seguía estando relativamente bien, sin estar chamuscado ni nada en absoluto.

Casi me da por vomitar al ver semejante carnicería. Ese era el destino de todos los que se oponían a esta dictadura. Y estaba seguro que todos pasaron por las manos del chino psicópata. 

No podíamos dejarle vivo. A saber lo que haría o seguiría haciendo. Forbúl había sido uno de ellos, y seguramente habría sido registrado antes de torturarle, por lo que tampoco había nada que pudiera hacer por él. Aquello me dio tanta rabia que miré al loco chinorro - Eres un cerdo psicópata. - Y con toda mi rabia y fuerzas empujé la caja hasta dejarla justo debajo de él, pero pegada a la pared en llamas. 

-ARDERÁS! - Esa caja tenía que inflamarse y churruscar a ese loco SÍ O SÍ. Y me quedaría ahí hasta verlo arder o hasta que ya no pudiesemos esperar más antes de que se nos cerrase la salida por las llamas. 

Al parecer la grasa humana era un material bastante combustible, por lo que una vez que la caja estuvo debajo, esta empezó a arder y una nube de humo empezó a generarse, tapando y molestando a Ted Hyun segundos antes de que siguiendo aquel reguero de humo, una llamarada saliera hacia arriba cubriéndolo todo.

Poco a poco el fuego empezó a quemar las piernas de Ted Hyun y, si no fuera porque las cadenas eran de metal, este ya se hubiera liberado para luchar cubierto en llamas, pero los límites de una persona normal también los tenía, bastante laxos, para este Comandante de Defensa.

A pesar de que disfrutaba viendo el espíritu revolucionario y anarquista de El Negro, Elijah Hoffman estaba preocupado de que el incendio siguiera extendiéndose sin control y terminara por atraparlos en el interior, es por ello que, una vez más, este hombre se acercó a El Negro para indicarle que era hora de irse.

^{_{-Tenemos que irnos...}} -Dijo con un hilo de voz- ^{_{El fuego... y el humo...}}

Aún furioso por todo, Elijah me quitó de mi endurecida visión hacia el chino en llamas que ni siquiera gritaría. *Acaso es un maldito ciborg¿?! - pero sí, éste tenía razón. Empezaba a ser imposible respirar.

-Si... tienes razón, vámonos - y apartando la vista sólo cuando ya no pude ver más por culpa del humo me di la vuelta y me dirigí junto al anarquista hacia la salida. Ahora que estaba menos "caliente", a pesar del fuego, no taba más el dolor de la pierna y me daba cuenta que hasta Elijah había sido bien machacado, así que nos apoyamos mutuamente con tan de salir de ese matadero de polis, cerdos, y otros individuos inocentes caídos de por medio.

Aquellos compañeros de asesinato de policías y portadores de sombreros ridículos (al menos antes), salieron del edificio justo a tiempo para ver como este se consumía en llamas en mitad de la selva. En su camino hacia fuera pudieron ver cadáveres de tanto manifestantes como soldados, policías y personas enmascaradas. Y una vez fuera pudieron ver quienes quedaron con vida.

En el exterior tan solo se encontraban dos personas, por un lado estaba Ray Shugi el líder opositor, mientras que en el otro lado estaba el vagabundo al que engañaron y metieron en todo este lio, y, a pesar de que ambos estaban ahí, no estaban haciendo las mismas cosas, puesto que por un lado Ray Shugi estaba actuando de manera pacífica y no violenta mientras el vagabundo estrangulaba a un policía, el último superviviente del otro bando.

Pues no había sobrevivido casi nadie. Menuda masacre. Miré a Elijah, pensando que él era quien había liderado aquél ataque, a saber qué pensaba sobre todas aquellas bajas, pero probablemente estaba tan al límite que ya tenían asumido que podrían haber muerto hoy mismo.

-Tenemos que regresar. - el líder opositor, quizás sabría a dónde ir. - Eh tú! El de la revuelta pacífica!, aún quieres seguir siendo tan pacífico después de lo que han hecho con todos? Tenemos que salir de aquí antes de que lleguen refuerzos. ¿Elijah, aún tienes el vehículo por aquí cerca?

En efecto, la persona que se había demostrado por ser un completo inútil y un pelele de manual desde que lo vieron, seguía siendo un completo inútil y un pelele de manual en estos momentos. Sintiéndose apelado por parte de El Negro, este se giró para responderle tonterías.

-La violencia solo genera violencia. Si al final nosotros también caemos en actos violentos, no seremos mejores que ellos. -Indicó con la convicción de alguien que parecía gustarle ver injusticias en pleno directo y sentirse con una moral superior- Por lo que me mantengo firme en mis principios morales. No podemos buscar cambiar a la sociedad por medio de actos violentos, porque si empezamos a justificarnos, podemos acabar justificandolo todo.

Por otro lado, Mao Pai, que así es como se llamaba aquel vagabundo pero creo recordar que nadie le pregunto, también habló un poco, a fin de cuentas, acababa de estrangular a un policía del régimen y aún así parecía seguir siendo un personaje terciario del que nadie se acuerda.

-Yo no me justifico. -Comentó como si nada- Yo solo quería los zapatos de este tipo.