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ALA ACADÉMICA

En el Ala Académica, es donde se harán las clases teóricas como Historia, Dracología e Informe de Batalla. En la parte baja del Ala académica se encuentran los Archivos. También en esta zona se encuentran los despachos de los jefes de sección y de pelotón y las salas de reuniones para los cuadrantes que lo necesiten.

Día 2, Clase de Dracología

Una de las primeras clases del año consistía en la clase del estudio de los dragones. Todos los jinetes debían conocer los puntos fuertes y débiles de cada dragón, principalmente para poder apoyarlos en batalla, al fin y al cabo esa era una de las responsabilidades de cualquier jinete. Aunque esa responsabilidad en verdad era más bien por que todos conocían una verdad imposible de ocultar si un dragón moría, moriría su jinete.

La clase de dracología era la primera del día, aún no había llegado el profesor que impartiría la clase por lo que cada uno fue buscando un sitio donde colocarse. La clase rectangular tenía cuatro hileras de escritorios con un pequeño desnivel para que todos pudieran observar el centro de la clase.

Cuando se hizo la hora, una mujer con una túnica blanca haciendo referencia que pertenecía al cuadrante de escribas, apareció por la entrada con varios pergaminos bajo el brazo, fue hasta la plataforma central y soltó los pergaminos en la mesa que tenía a un lado y se enfrentó a toda la clase.

- Buenos días, candidatos. Mi nombre es Kora Loan y durante este curso daré la clase de dracología y también de historia.- cogió uno de los pergaminos y lo colgó en el tablón que tenía detrás de ella. En el aparecía un dibujo de un dragón rojo oscuro con las alas y boca abiertas, su cola con forma de maza parecía haber chocado contra un muro o una especie de torre .- ¿Bien, que me podéis decir de este dragón?

Entré en clase sin muchas ganas. Las clases teóricas no eran mi fuerte, desde luego, pero no quería quedar como una completa inútil. Tenía algunos conocimientos de dragones aunque no es que fuera muy sobrada en ello.  

Miré el dibujo que nos enseñaba Kora. El dragón era muy parecido al de mi queridísimo padrastro. Debería haber sabido muchísimas cosas de un rojo cola de maza precisamente por ello pero, si ya trataba de evitar a Lord Hawthorne todo lo posible, aún lo hacía más con su dragón. 

Aún así, me esforcé por recordar todo lo que sabía del tema. 

Primera clase. Academicismo. No era lo suyo desde luego. En esta clase si que se iba a evidenciar la brecha tan aguda existente entre nobles y plebeyos. Entre ricos y pobres. Entre los instruidos y los olvidados.

Entro y se situó en la esquina superior derecha, quería tener visión de toda la sala. En teoría nadie podía atentar contra su vida delante de profesores o lideres de Sección o Pelotón, pero el sabía perfectamente que la gente no solía ser tan atenta como se creía. Mejor no tener a nadie a su espalda.

La primera que había visto un dragón había sido el día de ayer. No tenía ni idea de costumbres, características, ni siquiera tenia claro en que fijarse para distinguir unos de otros.

Respirando con calma, se puso a pensar. Obviedades, el dragón del día anterior era verde oscuro, este por otra parte era rojo oscuro. De modo que debían existir dragones de varios colores.

¿Sería el diseño de la cola importante? ¿Las alas? ¿Cuernos?

No tenia ni idea, mejor no arriesgarse. Y por supuesto esperar y aprender.

- Es un dragón rojo.

Si había una clase que le interesaba era aquella, el había leído algunos libros sobre los dragones, sabía de los colores y las cosas básicas, pero quería aprender más aún.

En la primera clase mostraban un rojo cola de maza y querían medir el conocimiento básico de todos, está ves no vio a los demás, estaba pendiente de aprender.

Por fin nuestra primera clase, la impartía una profesora llamada Kora, la cual llevaba varios pergaminos y al llegar los dejó en una mesa y puso uno en la pared, en el aparecía un dragón rojo oscuro, con una cola de maza, ella nos dijo que podíamos decirla sobre aquel dragón, asi que intenté recordar la instrucción que me dio mi padre sobre los dragones, los tipos y clases que había y en que se diferenciaban unos de otros, mientras observaba aquella ilustración.

Por fin empezábamos las clases y la verdad es que estaba ansioso por comenzar. La primera era dracología. Era inclreible, pues íbamos a saber más sobre los dragones, algo que me fascinaba desde que era pequeño y escuchaba las historias que me contaba Erzid.

Me senté en la primera fila y esperé a que llegara el profesor. Al poco entró una mujer que se presentó como Kora Loan y sería nuestra profesora de dracología y de historia. Esto empezaba a tomar forma. 

Desplegó una imagen y preguntó por el dragón que se mostraba.

         - ¡Buenos dias maestra Loan!    ¡Hola compañeros! -     Se limitó a decir Samara mienras que se imaginaba a su madre hace años detrás del escritorio, ella esba sentada en el extremo posterior izquierdo, escucha atenta relativamente cerca de su hermano y solo puso atención en la clase mientras que de reojo estaba atenta a las reacciones de los demás ... y casi sin ironía dijo para romper el hielo.      Tambièn para ver como reaccionaba la maestra y el resto:

         - ¡A parte de lo dicho antes, vuela es peligroso y parece estar enojado!

El primer día pasó, como el día da paso a la noche. Posiblemente más agotados de lo que nadie quisiera admitir, la mayoría tomaron sus camastros con ganas y el sueño les venció. Beren no era distinto, y aunque su instinto natural pudiera mantenerle alerta, habitualmente, esa noche fuera por la tensión o por los cambios de rutina, tuvo lo que se dice un sueño profundo.

Amaneció que no era poco, y un nuevo día con la luz radiante de un sol generoso abrazó a los aspirantes. En el segundo día en la academia empezaban las clases, y además con un tema altamente interesante... Conocimiento sobre Dragones. 

Si los Dracos, al parecer, tenían un poder para valorar a los aspirantes, éstos últimos debían de esmerarse en las clases para sacar conclusiones más precisas sobre esos seres...Beren se tomó esas clases bastante en serio, ya que no dejaban de ser unas criaturas de la Madre Naturaleza, y por tanto de su interés. Más aun cuando eran enemigos de los Grifos, o eso creía el joven cazador.

Entro en el aula que le indicaron. Una gran sala rectangular, con cierta inclinación para que desde cualquier punto pudiera verse con claridad al docente, en este caso una profesora, identificada con el color blanco de los escribas que decía llamarse Kora Loan.

Beren se fue a las primeras filas, relativamente centrado. No es que quisiera estar en el medio de la visión de todos los alumnos, pero a más cerca, mejor podría fijarse en los detalles de los pergaminos que eran expuestos por la profesora. En este caso aparecía un ejemplar de Dragón Rojo, rojo oscuro. Lo más llamativo para un neófito, la forma de su poderosa cola, terminada como si fuera una maza. No sabía si la tonalidad más o menos oscura revelaba algo, pudiera ser la edad del Dragón? y el color del linaje que descendía?

Beren se concentró en ese pergamino, buscando detalles, como hacía al mirar a un insecto alimentarse en una flor. La mayoría de las veces, la observación detallada era la clave para ir descubriendo pautas que a simple vista pasaban desapercibidas...

Quien fuera impaciente, podría no darse cuenta de tales detalles, pero Beren, había aprendido a esperar y observar antes de actuar.

Una pregunta directa devolvió, por unos instantes, su atención a la profesora:

¿Bien, que me podéis decir de este dragón?

Beren sabía que podía decirle lo mismo que le hubiera dicho del dragón que vieron en el día de ayer, en el patio, salvo que tenían un color distinto, pero se esforzó en ver algo más. No le importaba equivocarse en sus apreciaciones, de los errores se aprende y mejor errar en clase, que no en el campo de vuelo o en medio de una batalla... Si acertaba tanto mejor, sino lo corregirían o eso esperaba.

A simple vista parece colérico y diría que declara una posición amenazante e intimidatoria, apoyada por una demostración de poder y fuerza como podría ser golpear una fortificación, pero claro eso es un dibujo, algo muy distinto a ver una acción en vivo y directo...

Disculpe, será posible al terminar, poder acercarse al pergamino para poder escudriñar detalles y pormenores que a esta distancia son imperceptibles?

Bastian había dormido mal. Lejos de su buena camita, con colchón blandito y dos amantes a los que abrazar. Pasó frío. Soñó que los acosadores de su pueblo se arrodillaban ante él, que llevaba una corona y repartía monedas, verduras y hongos a los pobres. Drogados, ricos y felices, ya no tenían motivo para hacerle la vida imposible a nadie, y se bañaban en el río en señal de renacimiento y purificación. Entonces, de repente, se cayó de la cama, y amaneció con dolor en la espalda. Tenía ojeras y mala cara.

Rebotó por los pasillos como una pelota de caucho en busca de la primera clase. Entró apurado y cabizbajo, buscó asiento en el medio, para no parecer un empollón, pero tampoco un desinteresado, dio los buenos días a sus compañeros, y esperó a que empezara. Pronto se le pasó el malestar, porque la profesora le pareció muy simpática, muchísimo más que el líder de ayer. Sonrió encantado - una clase en la que no se metían con él y se sentaban a pensar. 

Observó la ilustración del dragón lo mejor que pudo, y pensó. Tenía conocimientos obre animales de granja, lo que le permitía hacerse una idea del funcionamiento anatómico del dragón. Pensó en voz alta. Necesita músculos fuertes en la cola para mover la maza, pero no solo en la cola, la musculatura para moverla debe extenderse por toda la espalda. Y todavía necesita más fuerza para mover las alas, así que su espalda debe estar recargadísima de músculos. La maza cambia el centro del peso de su cuerpo, así que también debe tener algún mecanismo para equilibrarse durante el vuelo. Quizás usa la maza para dar giros bruscos. No entiendo cómo se originó una cola así. ¿Cuál es su función? ¿Es que cazaba monstruos con caparazones durísimos?

Bastian se dio cuenta de que había hablado mucho, y se murió de vergüenza. 

Mientras escuchaba las respuestas y opiniones de mis compañeros, yo elaboré la mía en base a todos los detalles,-a mi me parece un dragón agresivo, es muy posible que su expresión sea de ira pero que ésta sea así porque es su naturaleza, su cola en forma de maza, parece un arma letal, tal vez para defenderse de otros enemigos, yo creo que es un dragón con un fuerte espíritu de guerra, y un carácter agresivo como así lo dice su expresión-fue mi respuesta a nuestra profesora.

Entre en clase y me senté hacia la mitad de la clase, la profesora no se empezó a dar un poco de introducción y nos enseñó un pergamino con un dragón rojo. Lo reconocí, así que levanté la mano para  esperar que me preguntarán para dar la información. Mis compañeros ya habían dado muchos datos. Trate de pensar algo que no dijeran los demás.

​​​​​

La chica de la cicatriz sobre el ojo esperaba este momento con ansia e interés. Había ido a buscar estos datos, para saber un tanto de ello, y le interesaba de sobremanera. Era la principal forma de organizar los grupos, ya que, entre ellos, y sabiendo de lo que se dispone en cada momento, se podrían organizar las tácticas de combate, cuanto tiempo estar en batalla y con que recursos se puede contar, para disponerse contra los enemigos, ... Eran muchos datos organizativos, y deseaba empaparse de todos ellos. Estaba incluso ansiosa, a pesar que siempre se mostrase bastante calmada. Este momento era una excepción en su forma de ser, y claro... era como que le ardía el culo.

Levantó la manos, para que le dieran permiso para responder. Incluso una sonrisita afloraba en la comisura de sus labios, porque pensaba que tenía la respuesta.

Tal y como aparecía en la imagen reflejada en la pergamino que había desplegado la profesora se podía ver a un dragón de color rojo granate con tonos marrones en pleno vuelo con sus grandes alas extendidas hacia atrás manteniendo su cuerpo en el aire mientras su larga cola golpeaba una torre de piedra. El extremo de su cola era una gran bola con múltiples picos que emergían de su cuerpo. Aunque los dragones se conocían por sus enormes y fuertes llamaradas que convertían en cenizas aquello a lo que alcanzaran, su cuerpo era muy robusto y podían demoler torres de piedras como la que aparecía en la imagen sin apenas esfuerzo.

Para quienes tuvieran conocimiento de su ascendencia sabían que los dragones rojos venían de la estirpe de los dragones llamado Ahlabesth. Según hablan las leyendas, antes de que los dragones colaboraran con los humanos para proteger a ambas razas, la tierra parecía dividida en dos en fuego y hielo el cielo cubierto de cenizas ocultaba a uno de los primeros dragones de la tierra, que por entonces se desconocía su nombre. Aquel dragón veía la tierra partirse y desmoronarse a si misma por que no podía contener la gran fuerza que tenía en su interior. Cuando explotaba, ríos de fuego cubrían la tierra quemando y destrozando todo a su paso, el dragón negro veía como la tierra se autodestruía a si misma por lo que buscó la grieta más grande que había hecho la tierra y se hundió en el fuego. El fuego de la tierra quemó sus escamas hasta transformarlas en un rojo vivo como el rubí, usando su poder para ayudar almacenar la fuerza de la tierra se enterró a si mismo en el núcleo de la tierra, logrando que la tierra y el cielo recobraran su color. Se dice que cada cierto tiempo el dragón libera parte de su fuerza al exterior en forma de  unas esferas forradas con sus propias escamas y de esas esferas, nacen los dragones rojos. 

Su carácter agresivo y fuerte dicen que viene de la fuerza del dragón y la furia de la tierra.

Kenneth se mantiene en silencio dejando que sean los demás quienes hablen, ya iba viendo quienes eran los sabiondos a los que les gustaba resaltar por los estudios que tenían.

De cualquier forma el conocimiento era bueno, cuando alguno decía algo y vei que la profesora asentía, tomaba notas en su cuaderno.

Ya después profundizaría con los libros, pero por ahora podía aprender de los demás.

Para cuando la profesora la señala, por tener la mano alzada, suelta toda la retahíla, como si fuera un torrente de datos liberados de una presa que estaba realizando una pantanada. Se sentía orgullosa de haber podido leer aquellos libros antes de llegar allí, y los que había encontrado investigando. La habían saciado de conocimientos y apaciguado su curiosidad. No todo lo que ella quisiera, pero si lo suficiente, como para liberar los libros del yugo que ella los tenía sometidos ... y aplazarles la condena de ser manoseados, leidos y releidos por esos ojos pequeños que deseaban saber más.

Era hora de escuchar, algunos de sus compañeros habian dejado datos interesantes, por lo que parecia consecuencia de la mera observacion, no debía ser el unico cuyos conocimientos en loq ue versaba sobre dragones eran escasos. Eso le tranquilizo un poco. En el fondo todos eran estudiantes.

Aunque tenía buena memoria no sería suficiente para procesar todo, cogio papel y pluma y empezó a tomar datos, apuntar cosas que resultaran importantes y entonces la chica con la cicatriz sobre el ojo hablo. Guau, parecia saberlo todo del dragón y era una de las dos que habian pasado el parapeto de forma perfecta. 

Destacar tan rapidamente quizá no fuera lo mas adecuado. Eso podria crearle problemas, quiza alguien quisiera eliminar al rival mas fuerte. Mejor mantner la concentracion y la vigilancia constante.

Me quedé callada en todo momento, tenía ligeros recuerdos de los datos acerca de su descendencia y sus características físicas pero no parecía que hubiese demasiado conocimiento en general en clase. Asentí suavemente a ciertos datos pero no quise destacar de ninguna forma para decir algo que acabó diciendo Hielina de forma completa. 

Cogí notas para aprender pero preferí no destacar demasiado. Aquí era tan malo destacar por arriba que por abajo, aunque era verdad que nadie en su sano juicio se metería con alguien que le pudiera partir las piernas con facilidad. Para saber quién era el verdadero peligro tendría que esperar a alguna clase física. 

Nada más ver al dragón rojo Skaylar se quedó embobada. Sus ojos ni siquiera parpadeaban y un brillo metálico, acerado, se apoderó de ellos. Se podía intuir el anhelo que ahora mismo tenía la pelirroja con aquel ser tan fastuoso e impresionante. Rojo- pensaba una y otra vez la mujer.

Pero la verdad es que no tenía ni idea sobre los dragones. Sabía que debía conocer más aquella raza para poder entenderlos mejor. Sí, era una premisa que se autoimpuso desde aquel instante la joven al ver al dragón aunque solo fuese en una imagen.