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Et in Barcino Ego Origins

Preludio : Esquilo de Leucades

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14/07/2010, 20:01
Esquilo de Leucades

El griego observó detenidamente a su anfitrión mientras este renegaba acerca de las bestias que se oponían a la comodidad de su propio dominio. Las reglas sociales le obligaban a mantenerse ante el señor, pero sus pensamientos se giraban repetidamente hacia la idea de abandonar aquella zona lo antes posible. Los Garous eran algo que uno no deseaba encontrarse dos veces en la misma eternidad.

 

-¿Cneo? Para mi sería un placer poder establecerme en su reino si me lo permitiera ¿Dónde queda su dominio?- dijo mientras giraba levemente la cabeza al escuchar el lamento del comerciante que arrastraba la guardia – Necesito restablecer mi propio estatus, hay asuntos que no debo desatender por un largo tiempo- junto a él su víctima forcejeaba sin demasiada convicción contra aquellos que lo sostenían. Con la soltura que da la experiencia Esquilo fijó sus ojos en él y utilizó el arte de la Dominación para alimentarse. El trámite no fue largo, preocupado como se encontraba por no insultar al señor de Figueres Esquilo bebió algo de la preciada vitae y se apartó del cuello de su víctima –Gracias, no olvidaré su hospitalidad- dijo mientras esperaba a que retiraran al plebeyo.

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16/07/2010, 07:21
Director

Visiblemente debilitado por la perdida de sangre retiran al hombre, quién ya no opone resistencia alguna, tal vez por el placer del beso, tal vez por el alivio de saber que conservará la vida un día más.

Peré observa de su silla como te alimentas y como retiran al plebeyo -Cneo- musita distraído - es príncipe de Barcelona y señor de la Corona de Aragón, tengo entendido que se ha mostrado más ... "permisivo" en cuanto al número de cainitas de su ciudad-.

-En cuanto a mi hospitalidad- añade con un ademán restándole importancia -es nuestra obligación asistir a los nuestros, tal vez un día vos estéis en disposición de hacer lo mismo-dice con tono solemne.

-Caso de decidir asentaros en Barcelona andaos con ojo- advierte -en especial con Aitor, el alguacil del príncipe ... un magister al que seguramente encontrareis sumamente molesto...-pausa -apenas tiene modales- añade en una mueca -supongo que mantiene el cargo porque es útil o puede que el que sea chiquillo del príncipe influya en algo ... ¿quién sabe?- se encoge de hombros.

-El senescal del príncipe es uno de los nuestros- pausa -el más antiguo- añade - Roldán, antiguo duque de Bretaña y chiquillo de Geoffrey, príncipe de Paris, como primogénito se ocupa de la política de clan-.

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17/07/2010, 13:03
Esquilo de Leucades

El nombre resonó en sus oídos como un mazazo. Chiquillo del príncipe de París. Que inesperado es el destino. Sus manos, normalmente posadas en un gesto calmado sobre su regazo se movieron ligeramente inquietas mientras se deslizaban sobre la suave superficie como si se retirara el polvo y la suciedad que había acumulado durante el camino –Creo que es una gran oportunidad la que la rueda del destino abre frente a mi con esta posibilidad en Barcelona- dijo en un tono suave, dando a entender que entendía los sacrificios que probablemente requeriría el aposentarse en los dominios de alguien con aquel poder –Una vez me encuentre allí veré a ver si puedo haceros llegar algún bien mas acorde a su posición, la riqueza fluye con facilidad si uno logra posicionarse en un buen lugar y Barcelona dispone de una salida al mar, algo muy beneficioso para mi- La hospitalidad, algo tan poco común y, en realidad, inexistente, debía siempre ser bien recompensada. La sociedad siempre espera que uno sepa agradecer las concesiones que alguien por encima no tiene porque conceder. La estructura de poder siempre había sido importante para Esquilo y el se deleitaba en ella con cada oportunidad que tenía. Algún día me sentaré en mi propio gran dominio. Uno mas volátil, mas dorado. El griego asintió ante las últimas palabras de Pére -¿Y sabe si sigue teniendo conexiones con la corte francesa? Allí suelen apreciar el arte de la moda-

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17/07/2010, 14:36
Director

-Si os encontráis en situación de hacerme valer un valioso presente, tal vez estéis en situación de apoyar mi causa, nada me haría más ... feliz que ver las cabezas de esa manada de lupinos que tanto me incordia- su mano señala la pared derecha - justo ahí tengo un sitio reservado para ellas-.

El cainita se incorpora, echando hacia atrás su capa -aunque no seáis hombre de armas estoy seguro que encontrareis la manera de ha satisfacer mi deseo... no os preocupéis... soy muy paciente- dice mientras anda tranquilamente hacia a ti.

-Roldán- pausa -el honorable Roldán, es un hombre práctico, un guerrero... no un cortesano, en las pocas ocasiones que le he visto ha vestido según la ocasión pero tened por seguro que se siente más cómodo con una coraza y el acero desnudo en su diestra que con los finos paños que acostumbran en Paris- ríe sonoramente negando con la cabeza -flaco favor le haréis ofreciéndole caros paños, aunque a fuerza ha de tenerlos, lo quiera él o no-.

-Vivir aquí... alejado de todo, tiene sus ventajas- pausa - por lo pronto me ahorro de soportar a los magistri, aunque el precio es alto- sus mano se posa sobre tu hombro - os deseo la mayor de las suertes, si necesitáis para hacer vuestro viaje más cómodo y seguro hacédmelo saber-.

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20/07/2010, 23:49
Esquilo de Leucades

Los labios del cainita se curvaron ligeramente ante la repentina idea de enfrentarse a aquellas bestias. Su encuentro había sido todo lo indeseable que cabía esperar y, si el destino se lo permitía, sería el último –Hare todo lo que este en mi mano o, mejor dicho, en las manos de otros para traeros algún regalo- dijo mientras imaginaba la cabeza de uno de los lobos que acompañaba a aquellas bestias adornando la sala de su anfitrión – Eso espero, poder complaceros. Al menos tenemos algo de nuestro lado, el tiempo- Esquilo se detuvo a pensar durante un instante i deseó que aquellas bestias no tuvieran toda la eternidad para buscarles. Sin poder evitarlo un ligero escalofrío recorrió su espina dorsal y notó cómo una bermeja perla de sudor recorría parte de su espalda.

 

La imagen de Roldán comenzó a dibujarse en su imaginación mientras Peré lo describía. Sería el típico noble poderoso que se encuentra incómodo en la corte, terrible en su ira y pronta en aparecer. Nada deseable en ciertos momentos –Procuraré no interponerme con nimiedades en su camino- dijo mientras recogía ligeramente el dobladillo de su jubón, algo deteriorado por el viaje. –Su hospitalidad ha sido mas de lo que me merecía. Siempre recordaré este favor, no devolverlo rompería con todo aquello que me han enseñado- dijo mientras evaluaba la fuerza del otro cainita en la presión que ejercía con su mano – Mi pobre corcel es todo lo que necesito para legar a Barcelona-

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21/07/2010, 13:29
Director

-Ferrán- el silencioso y discreto criado se acerca y hace una reverencia,al incorporarse tiene mucho cuidado de no mirar a su señor directamente a la cara -acompañad a mi invitado hasta el fin de mis dominios, velad por su seguridad-.

-Domine- responde este a las ordenes -señor, cuando guste- dice haciendo una reverencia.

Tras despedirte de Peré,señor de Figueres, el hombre se incorpora guiándote hasta la salida de la torre, pronto llegáis al patio, al final ves el rastrillo, un par de guardias custodian la entrada y otros tantos hacen ronda en las murallas.

-Ensillad el caballo del señor y el mio- ordena a un mozo.

Poco después ves al mozo junto a otro muchacho tirando de las riendas los caballos, Ferrán monta de un salto, sin dificultad,sin embargo a ti te lleva algo más de tiempo.

El portón se abre, dandoos paso franco, de nuevo el camino. A la luz de la luna retomas el camino, dejando campos de cultivos y tierras baldías a uno y otro lado.

Tu guiá y custodio se mantiene silencioso en todo momento, atento a cualquier eventualidad. Llegados a un cruce de caminos señala una dirección.

-Este es el final de las tierras de mi señor, siga en aquella dirección y llegará a Barcelona, que Dios le guarde- tras recibir tu despedida da media vuelta.

Una semana pasas en los caminos,alimentándote de buhoneros y prostitutas, finalmente llegas a Barcelona. Atrás dejas unas pocas chozas y una humilde iglesia, frente a ti una antigua pero cuidada muralla y una puerta cerrada.

Al llamar a la puerta una cara asoma por la poterna.

-¿Quién va?-.

 

Notas de juego

Dispones de recursos 1, digamos que algo has pillado por el camino.

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26/07/2010, 21:09
Esquilo de Leucades

Con una suave y leve inclinación Esquilo se despidió de su anfitrión. Cualquier otro gesto hubiera resultado nimio y Peré no parecía ser de aquellos seres que gustaban con deleitarse en nimiedades y modismos que tanto recompensaban la vanidad de otros. Su recibimiento, la hospitalidad, todo había sido demasiado idílico para ser cierto, pero ahora no le quedaba otra salida que llegar hasta Barcelona y asentarse. El tiempo le daría los motivos por los que ahora salía de la sala con un comezón en la nuca. En los largos años que había pasado junto a su sire nadie les había dado nada sin recibir algo a cambio ¿Que ganaba Peré dejándole marchar sin querer cobrarse siquiera un favor?

 

La brisa de la noche y el monótono retumbar de los cascos de su corcel cesaron repentinamente cuando vislumbró por primera vez algunas pequeñas luces cerca de la costa. Con decisión, encaminó a su montura hacia lo que suponía la ciudad de Barcelona y comenzó a pensar en el modo de presentarse ante el señor de aquellos dominios. En el resto de las ciudades habían tenido un contacto previo, aunque aquello no le preocupaba. Se encaminaría a un lugar público, se dejaría ver, alguien le encontraría y le llevaría ante el señor, probablemente una de aquellas ratas de alcantarilla. Tras dejar de lado una sobria iglesias de líneas románicas, el cainita se detuvo frente a las puertas de la ciudad para responder al guardia –Soy un hombre de bien que vengo a alojarme en Barna y comprar algunos bienes. Dejadme entrar buen hombre- Con la agilidad que daba la costumbre un irresistible halo comenzó a extenderse en torno suyo. Normalmente aquello bastaba para que alguien se asomara al portón y le permitiera utilizar sus habilidades para entrar a la ciudad.

Notas de juego

Dios, por fin he acabado el master. Siento mucho la cadencia de posteo de estas ultimas semanas.

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26/07/2010, 21:42
Director

Notas de juego

Nada no te preocupes, primero lo primero.

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27/07/2010, 11:02
Director

Suspicaz te observa desde la poterna, mirandote de arriba a abajo, al rato la puerta se abre, dandote paso franco.

Dos guardias esperan a ambos lados, mientras el que vieras se acerca hacia ti - No tenemos por costumbre abrir las puertas en plena noche, pero no es de buen cristiano dejar a un anciano a merced de la noche y bestias salvajes- su brazo se estira con la mano hacia arriba -una moneda de plata para el señor de la ciudad, y tres más para buenos cristianos- sonríe.

 

 

Notas de juego

Sí postea te contesto hoy mismo.

Un saludo.

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27/07/2010, 16:28
Esquilo de Leucades

 

La figura del comerciante se mantenía quieta, expectante ante los guardias de la puerta. Con el rostro mirando hacia el suelo, envuelto entre las sombras del umbral, la expresión de tranquilidad y seguridad en si mismo apenas era perceptible. El guardia avanzó hacia él tras abrir las puertas y extendió la mano tras sus parcas palabras –Por supuesto señor, la misericordia siempre ha de recompensarse- dijo mientras se aproximaba al guardia rebuscando con una de sus manos en la bolsa que colgaba de su cinto. Sus ojos se levantaron buscando los del hombre de armas cuando e encontraba apenas a un paso del mismo (Dominación)–Aquí tenéis las monedas, habéis recibido vuestra paga, ahora dejadme entrar- dijo mientras se aseguraba de grabar a fuego aquellas palabras y ese vago recuerdo en su pobre mente.

 

Notas de juego

Con Dominación pretendo implantar en el guardia el recuerdo de haberle pagado y que me deje entrar. Ya me dirás que tal.

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27/07/2010, 20:32
Aitor

El guardia cierra la mano, pensando que ya se ha cobrado el tributo - muchas gracias buen hombre, que Dios os guarde-.

Tranquilo sigues tu camino por las calles de la gran urbe, atrás te llega el rumor de una discusión y posterior pelea, parece que alguien ha querido ser avaro y no comparte como buen cristiano.

Calles rectas, calles torcidas, suelo empedrado, las casas desiguales campan a sus anchas tomando tal o cual esquina, algunas con su arco de herradura al estilo moro, otras con una sobria fachada, pequeños balcones ... azulejos de vivos colores.

Cada cual construye su casa o la remodela según su gusto y posibilidades, sea humilde o palacio ... . Las calles vaciás, de pronto caes en que un hombre esbozado de negro te sigue sin perderte de vista, ¿puede que sea un matón intentando cobrarse una victima?, llegados un momento le pierdes de vista.

Al girar una esquina te lo encuentras de frente, ¿como lo ha echo?, temiendo lo peor te pones en guardia, pronto compruebas que es del todo innecesario.

-Buenas noches, bienvenido a Barcelona- saluda con voz grave -soy Aitor, alguacil de Barcelona, ¿con quién tengo el placer de conversar?.

 

 

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01/08/2010, 14:47
Esquilo de Leucades

Las calles, humedecidas por la condensación que el frío de la noche había traído sobre la ciudad conformaban el único compañero con el que disfrutar de los reflejos que la luna arrancaba en los pocos lugares en los que las sombras no clamaban su reino. El eco, vacío y hueco, parecían crear un pequeño coro cambiante que acompañaba cada pensamiento del cainita. Ahora solo tengo que aproximarme a un lugar público, ningún príncipe que se preciara de su posición tendrá la ciudad sin protección. Hacía mucho tiempo, demasiado que Esquilo no había podido disfrutar de un ambiente civilizado. Sus fosas nasales se hincharon ligeramente al absorber los aromas de la noche. La podredumbre de la madera que provenía de los edificios cercanos, los desperdicios que se acumulaban en los rincones de las calles, el agua de desechos que corría por entre la piedras, el intenso olor de la mar en la lejanía, su unión era una cacofonía, una melodía que tranquilizó su mente haciéndole sentir en un terreno conocido. Un hogar, podría llegar a llamar a esta tierra mi hogar... Los edificios se sucedieron ante sus ojos mientras se conducía al corazón de la ciudad. En ocasiones, Esquilo se detenía a admirar algún novedoso estilo arquitectónico, especialmente aquellos de toques moriscos que pretendían fundirse con las líneas rectas y angulosas que caracterizaban al resto del Europa.

 

 

 El repulgo de sus ropajes se enredó levemente entre sus pies y le hizo dudar, por un instante, donde apoyarse para no perder el equilibrio. El ruido ha sonado cerca mío, a mis espaldas. Con la mano sobre la fría roca el griego hizo ademán de soltarse el tejido de sus pies mientras miraba tras de sí. Un hombre, vestido de tal modo que sus facciones no eran reconocibles, seguía sus pasos por la ciudad. Bien, parece que por fin me han encontrado. Despacio volvió a iniciar su camino pero la silueta se encontraba ahora frente a él, recortada por la suave luz nocturna. El hombre miró a Esquilo y se presentó como el alguacil de la ciudad –Saludos Aitor, alguacil de Barcelona. Es un verdadero placer encontrar a alguien de mi condición después de abandonar los polvorientos caminos. Mi nombre es Esquilo de Leucades- dijo mientras inclinaba cortésmente la cabeza en un leve saludo, apropiado para la posición de su nuevo acompañante – Acabo de llegar a vuestra ciudad, he oído que el señor de la misma ha abierto la misma para nuevos cainitas y pretendía presentarme ante él- En su posición, en una nueva ciudad, sin aliados, con su pretensión de acomodarse en la misma, la prudencia y la educación eran una buena carta de presentación.

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01/08/2010, 19:50
Director

Bajo un manto de niebla dos monstruos con piel de hombre conversan en la intimidad de un oscuro callejón, noche día, uno joven de cabellos oscuros, robusto, esbozado en ropas negras, el otro anciano anciano de constitución más débil.

Arriba sobre un negro tapiz, las estrellas brillan lejanas mientras la luna, tímida se oculta tras una nube, las sombras y la negrura se expanden, saliendo de sus escondites ocultos aprovechando ahora que la temida luz está ausente.

Tal negrura sirve bien a vuestros propósitos, solos en la quietud de la noche, habláis sin temor a la escucha al menos de oídos mortales, poco provecho podría sacar uno de los "leprosos" de tan simple conversación.

Sin embargo contrariamente al protocolo es el anciano con ropajes caros quién muestra mayor deferencia al joven.

-Habéis oído bien- responde - mientras esperáis a ser presentado a su alteza debéis de saber que en esta ciudad se respeta las leyes de Caín, está prohibido matar mientras os alimentéis, si deseáis alimentaros podéis hacerlo tras la muralla romana hasta que seáis aceptado y tengáis un dominio designado- pausa -por último y no menos importante no debéis mezclaros con el clero bajo ningún concepto hasta nuevo aviso- enumera una por una las reglas -¿habéis comprendido?.

El alguacil no parece andarse por las ramas, y va directo al asunto que os atañe, podría decirse que es un tanto rudo en sus formas, ahora entiendes el desagrado de Peré, señor de Figueres, por el chiquillo y alguacil del príncipe.

 

 

 

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01/08/2010, 22:14
Esquilo de Leucades

El recibimiento, aunque ligeramente rudo si atendía a las palabras del alguacil, había sido todo lo esperable –Son normas sencillas, todos nos debemos a las normas de nuestro padre- dijo mientras miraba de reojo hacia la muralla que acababa de atravesar –No debéis preocuparos en ese aspecto. Mi filosofía me lleva a respetar las normas por encima de todo. Es lo único que permite mantener un orden lógico en nuestra sociedad- En su fuero interno no pudo evitar sonreír ligeramente pensando en la respuesta que el bueno de Pére habría dado ante el recibimiento –Procuraré pasar desapercibido hasta que el señor me reciba, no suelo ser alguien a quien le guste llamar la atención innecesariamente. Me gustaría saber si hay algún lugar que debo evitar a la hora de buscar refugio, y a que hora es el toque de queda. No me gustaría importunar a nadie ni tener que repetir un pequeño numerito para atravesar las puertas de la ciudad cada noche-sus palabras, en un tono suave, daban a entender que no daría problemas. Al menos no le interesaba por el momento que le recordaran por romper ninguna de las normas.

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02/08/2010, 19:21
Director

 

El oscuro personaje que hace las veces de alguacil en el dominio de Cneo se limita a asentir brevemente a tus palabras, su faz inexpresiva, su mirada ceñuda, además de rudo un cainita de pocas palabras.

-No os preocupéis por la guardia de la muralla ni por el toque de queda ... los guardias recibirán orden de daros paso franco- con un gesto desganado de su mano disipa el problema.

-En cuanto al refugio, tal vez en eso pueda ayudaros ... hay una posada en el puerto de nombre Lo Sarraí ... el dueño tiene conocimiento de nuestras .... "necesidades"- susurra bajando la voz en actitud cómplice.

-Podéis alojaros allí entre tanto sois presentado, os aconsejo que evitéis la Iglesia de Santa María del Mar, situada también el barrio de la Ribera ... es sumamente molesta ... ya me entendéis- se rasca el brazo emulando el quemazón que produce la fe verdadera.

-Daos por advertido- señala con el dedo -recibiréis noticias de su alteza en breve, buenas noches que Caín os guarde- lentamente da media vuelta girando sobre sus talones, saliendo del callejón.

Una suave brisa sopla, libre de la presencia del oscuro personaje respiras hondo,a tu nariz llega el olor a orines y desperdicios del callejón ... el olor de la urbe ... el olor de Barcelona.

Con el aroma de la ciudad vienen los recuerdos, largo tiempo olvidados, Barcelona ... tiene algo ... algo que te recuerda a lo que una vez llamaras hogar, no en vano fue una colonia griega, Barkeno la llamaban tus compatriotas largo tiempo olvidados, sus piedras hablan ... cuantos secretos esconderán sus piedras, cuantos tesoros ... . De pronto te sientes observado, ¿el alguacil?, ¿tal vez uno de los llamados leprosos?, al girarte ves al hombre ... no se molesta por ocultarse.

Largos cabellos y barba nívea, un rostro sin edad, anciano ... esculpido en piedra, ojos profundos perdidos en el infinito, ropas ajadas, antiguas ... reconoces el patrón, jurarías que es una túnica como acostumbraban a llevar los antiguos griegos largo tiempo desaparecidos, si te apuran más ... dirías incluso que se asemeja a la que según las historias usarán los oráculos de Delfos.

Su voz suena en tu cabeza, mas no mueve los labios "bienvenido chiquillo ... tened cuidado con los siervos de la bestia ... la bestia mora entre las sombras ... la bestia despierta de su largo letargo ... tened cuidado adalid del destino ...".

Poco a poco comienza a esfumarse en el aire el eco de sus palabras comienza a debilitarse ... "recuerda la bestia" ... "la bestia" suena cada vez más bajo.

 

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04/08/2010, 21:56
Esquilo de Leucades

El rostro de su contertulio dejaba poco lugar a dudas respecto al tipo de persona ante el que se encontraba. La línea marcada del entrecejo por su constante expresión de desagrado y su ademanes severos y secos lo definían como alguien con quien no se debía jugar. Bueno, uno no se gana la confianza del príncipe y un lugar en la corte si no dispone de ninguna “virtud” –Agradezco el buen recibimiento que me dais a la ciudad, puede estar seguro que cumpliré las normas- dijo mientras seguía con su mirada el gesto del alguacil que le señalaba hacia donde debía encaminarse para lograr un sitio en el que alojarse Seguiré su consejo para encontrar alojamiento, no tendría sentido hacerlo de otro modo en mi posición- Su mente se distrajo por un instante recordando el tiempo pasado en poder de los usurpadores. La confianza de su sire le había llevado a su caída, Esquilo había aprendido la lección, pero en este caso no debía parecer alguien interesado por ser perdido de vista. Aitor se volvió y se alejó de la zona mezclándose con la leve bruma que la humedad de la ciudad creaba en las estrechas calles empedradas.

 

Con un paso lento comenzó a adentrarse en la ciudad, su nuevo hogar. El puerto, un excelente lugar para comenzar a disfrutar de un buen descanso y.... para enriquecerse. Los penetrantes olores de la urbe se mezclaban con el que emanaba del cansado caballo que se afanaba por no resbalar en el suelo adoquinado y protestaba de vez en cuando con un suave piafar. ¡Ay  viejo amigo! No deberías protestar, no sabes lo que es sentir la pérdida de un vínculo profundo, tu mundo se limita a un buen saco de cebada y un seco pesebre donde descansar. A lo lejos una voz con un claro acento catalán avisó de la caída de aguas mayores en el silencio reinante. En otro tiempo yo mismo podría haber sido ese hombre. Esta ciudad me recuerda tanto a mi viejo Leucades que casi aflora a mi el sentimiento del anhelo. Ya casi he olvidado lo que significaba recorrer sus calles, acariciar la suave piel de mi mujer y gozar de los dulces rayos del sol sobre mi cabeza. Melancólico, el griego comenzó a descender por una calle que se conducía directamente a la mar.

 

El instinto hizo que el cainita volviera a la realidad que le circundaba, la única realmente importante si había de sobrevivir para ver una nueva noche. Frente a si se encontraba un anciano, una extraña figura que parecía sacada de las páginas sagradas de la Biblia o tal vez de los tiempos en que el orgulloso Aquiles galopaba con su carro frente a las puertas de la antigua Troya. La túnica caía nívea desde sus hombros, sujeta tan solo con un pasador en el hombro izquierdo del hombre. Esquilo no pudo evitar llevar la mano hacia su propio hombro, como si quisiese comprobar que el no vestía con su viejo atuendo. Los hijos de la bestia... ¿Se referirá a los pérfidos lobos o a aquellos que corren entre los animales a pesar de su condición? La aparición comenzó a debilitarse hasta desaparecer ante la asombrada mirada de Esquilo. Sus pies tropezaron levemente y hubo de apoyarse en una pared para evitar caer. Las bestias... algunos merecen ese calificativo tan solo por sus modales. Frente a él se alzaba la puerta de la pequeña posada de la cual colgaba un cartel con su nombre, “Lo Sarrai”. El anciano se adelanto hasta atravesar el umbral. Es tiempo de lograr un refugio.

 

 

 

 

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05/08/2010, 10:07
Director

Conforme avanzas hacia el puerto, el olor a orín y desperdicios va siendo sustituido progresivamente por el olor a salitre y desperdicios de pescado.

El murmullo de las olas del mar llegan a tu oído, una canción bien conocida por tu persona, los recuerdos de una vida pasada en un lugar no muy diferente se agolpan en tu memoria.

Atrás quedan las silenciosas y solitarias calles, aquí, en el puerto... no impera el toque de queda, putas, matones y marineros deambulan por sus calles. Una puta llama te llama, viendo un posible cliente al que ofrecerle un servicio.

Tal vez más tarde, primero lo primero... hay que proveerse un refugio antes de que  Apolo recorra los cielos en su carro.

Una modesta posada se dibuja en el firmamento, "Lo Sarraí" se lee en un desvencijado madero, del interior emana una cálida luz, y el ruido de la congregación de personas pese a las altas horas de la noche.

Al abrir te topas con lo que parece un autentico tugurio, mujeres sentadas en las rodillas de hombres mientras estos tocan sus preciados tesoros, a seguro en venta por un módico precio, los hombres beben y juegan a las cartas, marineros, estafadores, matones, chulos y mujeres de dudosa reputación atestan el salón.

En el fondo, tras una barra un anciano, su piel reseca como el pescado en salazón. Hacía él te diriges sorteando putas y borrachos.

-Buenas noches, señor... bienvenido a lo Sarrai, ¿que puedo hacer por vos?-

 

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06/08/2010, 18:30
Esquilo de Leucades

 

La puerta, entreabierta, dejaba ver parcialmente el interior de la mugrienta taberna portuaria. De su interior se escapaba el ruido de las risotadas y las voces que los lugareños daban en un vano intento de trabar una conversación. Esquilo miró a su alrededor y observó a un mozo que se acercaba hacia allí con cara somnolienta  –Encárgate de mi montura, voy a alojarme aquí y ella tiene merecido el descanso más que mi propia persona- Con un mudo asentimiento el muchacho agarró las correas que le tendía y se encaminó a una puerta lateral del establecimiento para desaparecer en su interior.

 

La atmósfera estaba cargada con el olor de los cuerpos sin lavar durante meses y la cerveza que alguno de aquellos borrachos había derramado sobre la superficie de las tablas de madera que hacían de mesas. Los pasos del griego se encaminaron hacia la barra sobre la que un anciano se encaramaba controlando todo el local. Pese a lo corto del trayecto no pudo evitar tener que rodear alguna mujerzuela que, pícara, trataba de venderle sus atributos por un módico precio –Buenas noches- dijo en respuesta al saludo del posadero –Me han recomendado la hospitalidad de su casa para alojarme- las manos de Esquilo se movieron en un ademán que abarcaba toda la estancia –Y veo que he venido al lugar indicado. Bebida, mujeres y un lugar donde descansar si le queda libre. Ningún hombre podría desear anda más- sus ojos se posaron en el hombre para valorar su reacción ante las palabras que iba a decir a continuación –Desde luego Aitor sabía donde me encontraría cómodo- Su rostro se aproximó al del posadero mientras entreabría ligeramente sus mandíbulas para dejar entrever la agudeza de sus colmillos –Creo que usted sabe bien dónde acomodarme-

 

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06/08/2010, 19:22
Director

El anciano sonríe satisfecho en respuesta a tus palabras -sí, señor ... en lo Sarraí, nos enorgullecemos de ofrecer al viajero todo lo que necesita después de un largo viaje- por un momento el anciano se pone blanco como la leche -por Dios no es necesario tal ostentación de su condición ... desde el momento que le eche el ojo sabía que clase de cliente tenía entre manos ... como sabrá tenemos una regla, nada de muertos- recuerda con tono inexpresivo las palabras del alguacil.

 

Tranquilo le echa un ojo a un mullido libro -sí ... sí, tenemos está habitación "especial" libre son quince croats o monedas de plata ... ¿desea  algún s?- la frase no llega a terminar una violenta pelea estalla en el local, una mujer grita escandalosamente.

El anciano da una voz, dos fornidos hombres armados con porras separan a los borrachos y los echan del local, al cabo de un par de minutos vuelven, sus ropas y fustas manchadas de abundante sangre. A los pocos minutos todo vuelve a la normalidad, al parecer este tipo de cosas ocurre con frecuencia en el local.

-¿Por donde iba? ... ¡qué memoria la mía!- se rasca el mentón pensativo -ah sí ... servicios ... ¿desea una mujer?- sonríe cómplice

 

Notas de juego

Ala ahi te dejo la foto del piratón feliz :).

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06/08/2010, 19:52
Esquilo de Leucades
Sólo para el director

Notas de juego

Ya se que estoy mas pobre que las ratas pero... ¿De cuantos recursos dispongo? ¿Cuanto vale un caballo? Y... ¿Cuales son las monedas? Esto ultimo no se si lo tienes posteado pero no recuerdo haberlo visto. ¿Es un precio excesivo o normal?