Partida Rol por web

La extraña y verdosa mujer empezó a atosigar a Sterling con preguntas de su origen y su comida.

- Me llamo Sterling. Y vengo... De la piramide. De hace mucho tiempo atrás. - Su situacion era tan complicada de entender como de explicar. - Hacian comida dulce, claro. Pero las recetas se han perdido en el tiempo. 

Por suerte para el Cyborg la mujer desvió la conversación con una agradable sorpresa. Anlin, la que se sacrificó en la piramide, habia vuelto de entre los muertos, o casi nunca llegó a estar entre ellos, por lo que explicaba. 

- Me alegro de que salieras de allí con vida. - Le dijo Sterling con sinceridad. - Lamento no haber podido hacer mas... - Se disculpó. 

Empezaron a organizarse para ir en el carruaje. 

- Hum... Puedo correr como un caballo al galope sin cansarme durante largas distancias. Podria cederle mi sitio a alguien y ir corriendo junto al carro si quereis. - Se ofreció, desvelando otra de sus extrañas habilidades. 

Le estábamos contando a Galiana lo de Anlin cuando de pronto está apareció por la puerta como si nada. No pude evitar ir a abrazarla.

Gracias a Dios que estás bien, idiota ¿por qué hiciste eso? Me alegro mucho que estés bien.

Me separó con una sonrisa al ver a mi compañera aquí con nosotros. Tran hablar un rato volvemos al plan.

Naden tu mejor quédate con tu madre ahora que se está recuperando. Te necesitará.

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Galiana, interrumpiendo la conversación con una sonrisa radiante, dejó de lado cualquier otro asunto y centró su atención en Ryuu. Sus ojos brillaron de emoción al escuchar la mención de los dulces. - ¡Espera un momento gatito! - exclamó Galiana, con un tono de voz emocionado. - ¿Me estás diciendo que hay dulces deliciosos que podrían tentar a cualquiera? ¿Y por qué no me has traído nada para probar?

Con un tono de reproche juguetón, Galiana se cruzó de brazos y frunció el ceño. - ¡Más te vale que me digas todo lo que sabes sobre esos dulces, o sufrirás las consecuencias! - advirtió Galiana, con una sonrisa maliciosa. Visiblemente intrigada, se acercó a Ryuu, quizá en exceso, ansiosa por escuchar más detalles sobre las delicias mencionadas.

Naden, al escuchar la propuesta de Sterling, frunció el ceño con preocupación. Conocía los peligros del desierto y no quería que corriera riesgos innecesarios. - Sterling, entiendo tus capacidades, pero no creo que sea buena idea que vayas corriendo junto al carruaje.

Los gusanos de arena son muy peligrosos. -continuó Naden.- Son capaces de detectar el más mínimo movimiento y no se detendrán hasta atrapar a su presa.

Naden negó con la cabeza, enfatizando la gravedad de la situación. - Por muy rápido que seas, no tienes los patrones de movimiento que puede tener un carromato especializado. - explicó Naden. - Los gusanos irán tras de ti, estoy seguro.

Mimo miró a su alrededor, notando cómo el grupo empezaba a debatir quién ocuparía el último lugar en la torre. Sabía que si no decía nada, probablemente terminarían votando por Miveil, y no quería lidiar con su actitud en medio de la misión.

-Prefiero que venga Asther -Dijo sin rodeos, cruzándose de brazos.

No tenía nada en contra de Miveil… bueno, en realidad sí. Su forma de actuar le resultaba irritante y no confiaba en que aportara algo útil al equipo. Asther, por otro lado, era alguien con quien podía contar en una situación difícil. No miró a la no-aludida directamente, pero tampoco trató de ocultar su opinión. Ahora solo quedaba ver si los demás estaban de acuerdo o si insistirían en llevar a alguien más.

-Es fuerte, sabe pelear y sabe lo que es sufrir a manos de la Bruja. -Comentó finalmente- Confío en que sea un aliado fiel a pesar de nuestras posibles diferencias.

Sterling se encogió de hombros. Su propuesta no habia funcionado por razones practicas, de modo que agradeció la preocupación de Naden y se cruzó de brazos. 

Como no conocia a los posibles acompañantes... no se sentia con derecho a decidir quien les acompañaba. A los unicos que habia visto pelear eran a Asher, Anlin y Naden. Y uno de esos tres ya venia con ellos. 

Se quedó en segundo plano esperando que el resto decidiera.

Ryuu, con su típica sonrisa pícara, levantó las manos en un gesto de inocencia mientras Galiana se le acercaba peligrosamente.

-Eh, eh, eh, tranquila, mi querida ama...

Dijo, poniendo especial énfasis en la palabra "ama", alzando las cejas con fingida humildad.

-Como tu fiel y devota mascota, no creo tener el derecho de comerciar en tu nombre. ¡No, no, no! Ese privilegio solo le pertenece a alguien tan majestuosa, encantadora y con un paladar tan exquisito como tú.

Se inclinó ligeramente, como si hiciera una reverencia teatral, y luego añadió con un tono conspirativo:

-Ahora bien, eso no significa que no vele por tus mejores intereses.

Le guiñó un ojo con complicidad.

-Si vas a hablar con el alcalde, estoy seguro de que, con solo verte, tendrá un surtido de dulces listo o, al menos, se pondrá manos a la obra tan pronto como pises su humilde morada. Después de todo, parecía muy interesado en llegar a un acuerdo comercial...

Ryuu hizo una pausa dramática, llevando una mano al pecho.

-Y, vamos, ¿quién en su sano juicio podría negarse a complacerte, oh dulce Galiana, reina de lo delicioso y lo mágico?

Luego, con una sonrisa traviesa, se encogió de hombros.

-Aunque, claro, si no se apura, siempre podemos "convencerlo" de que nos dé una pequeña muestra... por las molestias, ¿verdad?

Después de un debate animado, se decidió que Ashter se uniría al grupo, los demás se quedarían para ayudar con las negociaciones con los Zinalid. El siguiente general monstruoso debería esperar.

Mientras tanto, el grupo se tomó un tiempo para descansar y recuperarse de las aventuras pasadas. La tensión y el peligro que habían enfrentado habían dejado su huella en ellos y era importante que se tomaran un momento para reponer fuerzas y prepararse para los desafíos que les esperaban.

La noche cayó sobre el pueblo, sumiéndolo en una oscuridad tranquila y con ello, un sueño rejuvenecedor.