Partida Rol por web

El placer ha sido mío. Que el Bien Supremo os guíe en vuestro camino.

Adaeric y Pia se retiran de la Ciudad del Aire.

Vadia y Castiel llegan a la Ciudad del Agua.

¡Hola, viajeras!

Bienvenidas a la ciudad del Aire.

-Hola, soy Vadiay vengo buscando a gente, pero al parecer siempre llego tarde a los lugares, aunque me gustaría saber quien eres y donde esta todo el mundo. ¿Puedes ayudarme?

Soy Krisalia, la guardiana de la ciudad del Aire. Estoy aquí para contener al Mal y que nada le pase a los habitantes de este lugar.

Muchos se han dirigido a la ciudad del Agua, algo extraño está ocurriendo allí, relacionado con las fuerzas del Mal. Es, sin duda, un lugar peligroso.

Se dirigió a Vadia, ignorando a Krisalia, la guardiana de la ciudad.

Estás muy callada y no es momento ahora para el silencio. Debemos actuar, espero tengas algo en mente...

DÍA 4 - Turno de noche

Cuando la oscuridad envuelve a la luz

"Todos somos importantes, hasta el ser, a simple vista, mas prescindible puede cambiarlo todo si se lo propone"

Rey Cail 

Las cosas comenzaban a complicarse, el Mal estaba en clara ventaja contra el Bien. La ciudad de la Tierra había sido arrasada y un ejercito de muertos vivientes dominaba la zona, al igual que ocurrió poco después en la nación de los magos. Y ahora, noticias recientes informaban de la caída de la capital, de la ciudad del Fuego. Tan solo el castillo resistía, donde el Rey y sus hombres aguantaban todo lo que podían. Pero ¿cuanto serían capaces de resistir?

Mucho se habla acerca de cuatro elegidos. El Bien Supremo escogerá a cuatro personas, como ya hiciera antaño (Fuego, Agua, Tierra y Aire) que contarán con el poder suficiente para derrotar al Mal Supremo. Pero poco se sabe de ellos ¿realmente existen? Y si es así ¿donde están? Incógnitas y mas incógnitas en una noche que se torna cada vez mas oscura...

Vadia se encontraba en esta zona, sin saber muy bien que hacer... ahora debería elegir: seguiría junto a Castiel, o le hará caso a Krisalia. Una elección que podría dar un vuelco a todo lo que está sucediendo en Umbría.

-Castiel me parece que aquí no tenemos nada que hacer y deberíamos irnos a la ciudad del agua para obtener más información.

-Castiel, no se que opinas, pero creo que será más seguro viajar de día asique partiremos al amanecer.

Como gustes... - se limitó a decir

Adaeric y Abaliv llegan a la ciudad del Aire

El paladín regresó a toda prisa a la Ciudad del Aire, más corriendo que caminando, al menos todo lo que su pesada armadura le permitía. Las murallas de la ciudad, que durante tantos días había ayudado a defender, seguían aparentemente intactas, lo que provocó un suspiro de alivio el en joven guerrero de la Orden de la Luz.

Una vez cruzadas sus enormes puertas, Adaeric Evert se dedicó a buscar a Krisalia, la tenaz y aguerrida defensora de la ciudad. Sin duda, si había alguien que podía proteger el lugar de las hordas del mal era aquella mujer, y por lo tanto, a ella debía dirigirse para advertirle del tremendo peligro que se cernía sobre el  lugar.

¡Lady Krisalia! ¡Lady Krisalia!  gritaba su nombre, manteniendo una calma tensa producto de lo apurado de la situación ¡Debo hablar con vos, es muy importante! ¡El Mal Supremo está a punto de ser liberado, y las demás ciudades han caído, o se han convertido en lugares inaccesibles para nosotros. Necesitamos vuestra ayuda, ¡la ayuda de toda la Ciudad!

Herido, cansado y sucio llego a mi destino, la ciudad del aire, tras mi desastroso fracaso en la ciudad del Fuego, capital del reino, ciudad condenada por los siervos de la oscuridad. Veo caras nuevas pero, por suerte, algunas conocidas.

Aciagos son los días en los que nos conocemos. Soy Abaliv, paladín de la luz, otrora un importante miembro de la orden con una misión de incógnito, encontrar al ser que estaba reuniendo las fuerzas del mal, ahora una sombra de lo que fui, deshonrado y entristecido por no haber podido frenar la destrucción de la Ciudad del Fuego. La ciudad fue atacada por un ejército de cadáveres reanimados, comandados por una hechicera, Varania, que nos arrasó. Traté de defender la ciudad junto a mis hermanos pero los pocos que sobrevivimos acabamos refugiándonos en la fortaleza del Rey Cail, aún libre del control del Mal Supremo. Tengo demasiados objetivos y poco tiempo.

Me giro hacia Vadia, la guerrera del Rey Cail -Vadia, me alegro de volver a veros ¿donde se encuentra Thenidiel? ¿lograsteis encontrar a Manfrost? Nosotros encontramos a la hija del Rey Cail en la Nación de los Magos. Ella y un par más, el guerrero Rendam y la curandera Baesa, se dirigieron a los Montes Milenarios. Creemos que Talashia es una de las cuatro elegidas, por lo que su vida es lo más importante para nosotros. Al resto nos mandó en una misión, encontrar al resto de los elegidos y buscar una llave que abre un arcón mágico, donde se supone que se halla algo que nos puede ayudar en la lucha contra el mal. Por cierto ¿habéis visto a mi compañero orco, Braka? Estaba buscando a la hechicera para matarla y creo que será fácil encontrarla, solo debe seguir su rastro de destrucción. ¿Que sabéis vosotros? ¿habéis encontrado algo?

Saludos Avalib respondió con un gesto de asentimiento el Paladín Evert.

He oído hablar de vos, pero hacía mucho tiempo que se os daba por desaparecido. Si en verdad llevais tanto tiempo trabajando para atajar el mal que ahora nos persigue, alzo mi espada en vuestro honor  dijo con solemnidad mientras levantaba su hoja en señal de respeto.

Yo he visto a ese guerrero que mencionais, el tal Brakka. Tras estar atrapados en la Ciudad del Agua por un extraño escudo que nos impedía salir de allí, pudimos atravesar un portal místico que nos condujo a las misteriosas tierras heladas. Pero continuó explicando allí todos los presentes fuimos sometidos a una extraña prueba, y fuimos separados unos de otros.

Sin embargo, como bien decís, el tiempo apremia. urgió Adaeric enfundando de nuevo su acero Por favor amigas,  se dirigió entonces a Castiel y Vadia, decidnos si disponeis de alguna información de importancia.

Me alegro de veros, hermano, vuestros actos nobles han llegado hasta mi en varias ocasiones. Y si, llevo mucho tiempo luchando contra el mal pero pocas victorias. Temo que las fuerzas del bien estamos en la cuerda floja. He de llegar pues a esas tierras heladas, ¿sigue ese portal abierto? ¿sabéis algo más vosotras? De vosotras solo conozco a Vadia pero cualquier información que tengáis puede ayudarnos en nuestra lucha -respondo saludando a mi hermano paladín y uniéndome de nuevo a su petición para las damas allí presentes.