Partida Rol por web

Camino por un sendero oscuro, te lo advierto  reprendió al hombrecillo por su tono mi paciencia tiene un límite y estás muy cerca de rebasarlo. No obstante, necesito información, y tú deberías poder ofrecérmela  dijo mientras arrastraba una de las sillas cercanas a la mesa y se sentaba sin ser invitado. Se dice que las gentes que moran las Tierras Sombrias veneran al Antiguo Mal. ¿Es eso cierto?

Al escuchar las palabras de la mujer Braka no pudo evitar enarcar una ceja. Al oír los gritos de dolor y pánico de sus hermanos, de sus guerreros, de su gente, no pudo evitar fruncir el ceño con ira. Sin embargo no se sintió culpable de su decisión en ningún momento, la vida de un orco debe estar llena de gloria o ser breve, y todo aquel que decidió seguir a Braka conocía el riesgo...eso no quitaba la creciente furia que se amarraba en su interior al comprobar la cobardía de la bruja. Entonces musitó entre dientes, preso de ira: -Si Braka solo supusiera un leve pestañeo para ti o para tu amo...no estarías aquí, bruja! -su voz acabó por alzarse con fuerza, convirtiéndose en algo similar a un gruñido, antes de lanzar un potente hachazo descendente con ambas manos que partiría un tocón por la mitad.

Si vendieras a tu señor así como así yo mismo te mataría. Somos parte del mismo bando, amigo, ambos queremos ayudar a ese hechicero pero yo aún no he sido merecedor de su presencia -respondí, aguantando su falta de respeto, al menos por ahora -te ayudaré a encontrar aquello que buscas y luego me llevarás ante tu señor pues ambos tenemos el mismo objetivo. O, simplemente, te iré cortando tajo a tajo, parte a parte, hasta que cantes. Si yo te he descubierto tan fácil cualquier enemigo puede hacerlo, tal vez tu vida deba acabar para asegurar el futuro de nuestro señor.

Pudiste alejarte a duras penas del monstruo mientras con tu arco lo mantenías a raya. Y justo cuando aquella aberración estaba a punto de alcanzarte, tu última flecha lo derribó.

Recogiste todas las flechas que aún estaban en, mas o menos, buenas condiciones sin acercarte mucho a esa cosa, mientras la gente comenzaba a aparecer.

¿Está... está muerto? - preguntaron varias voces de forma tímida.

También viste a la niña y su padre a lo lejos, sin saber muy bien si acercarse o no.

La montaña parlante tenia tan mal aliento como el sobaco de Dropc el nauseabundo. Y si no le conocéis, mejor. El caso es que con olor o sin el intimidaba lo suyo. Así que opte por lo mas practico, ceder antes sus amenazas. El zurrón de mi protegido estaba tan a la vista que un ciego podría verlo. Bueno puede que si fuera tuerto.

Sonreí mostrando mi mejor perfil, e intente hacerme con las monedas. Y como es bien conocido me hice con ellas al momento, pero puesto que mi señor, tal vez no comprendería mi acción y no quería perder mi paga, decidí mejor explícaselo.
-Esto es todo lo que tenemos señor amenazas. Vera no es que seamos adinerados. Ya sabe que un mercader de tubérculos no gana lo suficiente como para ofrecer mucho mas.-Y mirando a aquella bestia y con la sonrisa en los labios susurre al cuello de mi protegido asustado.
-Hacerme caso señor. Seguirme el juego.-Y si hubiera llegado a guiñarle el ojo, seguro que todo hubiera ido mejor.

El impacto contra el suelo fue brutal, dejándote considerablemente aturdido y convirtiéndote en una presa fácil.

Tu enemigo ya estaba a punto de atacar y tu poco podías hacer.

¿Sería esto el fin del camino?

De repente, un certero golpe de espada separo la cabeza de tu agresor de su cuerpo.

Estos caminos son peligrosos - exclamó una voz femenina mientras te ayudaba a levantarte - ¿Estás bien?

El hombre presenta unas heridas que Talashia no había visto en su vida, como si alguien o algo le hubiese atacado desde dentro... Aquello no parecía tener mucho sentido, hasta que visteis unas sombras acercándose a vosotras. No tenían rostro, no tenían nada... era como si vuestras sombras hubiesen cobrado vida.

Pero no os atacaron. De una de ellas surgió una voz:

Niña del fuego, representante absoluta del Bien. ¿Porque desperdiciar tu vida en lo inútil? Acepta nuestra causa, únete a los siervos del Mal y alcanza la eternidad y poder absoluto.

El hombre te examinó durante unos segundos, frunciendo el ceño, sin emitir palabra alguna, para finalmente añadir:

Las tierras sombrías no son como muchos creéis, son muy parecidas al resto de lugares de Umbría. Simplemente que hay zonas a las que es mejor no acercarse...

En todo caso, en algunas zonas le veneran y en otras no. Desde luego, tiene muchos mas seguidores aquí que en el reino de Meridial, claro.

¿Alguna pregunta mas?

Era obvio que tu presencia le incomodaba.

La bruja se desvaneció al tocarla con tu hacha, pero su voz aún podía escucharse.

¿De verdad piensas que iba a venir yo sola hasta aquí? Siempre es bueno tomar precauciones.

Debes tomar una decisión, Braka, únete a mi señor y tu pueblo será perdonado, les devolveremos la vida y nada de esto habrá sucedido. Si por el contrario, sigues queriendo seguir tu propio camino, deberás recorrerlo tu solo... y morir...

Cuando miraste a tu alrededor, tan solo había cenizas y ni rastro de los tuyos.

De acuerdo, de acuerdo - dijo el hombre - Te enseñaré como llegar hasta el, pero no puedo acompañarte. Debes demostrar ser digno, pero solo si tu y tus armas os alejáis de mi ¿Hay trato?

Fren a mi caballo cuando lo vi caer al oso y acaricio su crin un momento tratando de tranquilizarlo. El tambien estaba nervioso, pero no ver ningun movimiento fue a recuperar sus flechas cuando las tuvo y siguio vivo supuso qu el moustro estaba derrotado. Escucho la pregunta que hasta el momento no habia podido responder, ni para él y se acerco a la gente para confirmarlo con una sonrisa.

Esta muerto...no volvera a aterrarlos nunca mas. proclamo esperando aplausos por su victoria.

El hombre estaba muy asustado y además pudo ver claramente como intentabas robarle su bolsa.

¿Pero que es esto? ¡Estáis compichados! Es eso ¿¿Verdad??

Tu "cliente" estaba fuera de si y eso no ayudó al tipo que esperaba su pago.

¿Que pasa ahí dentro, cara de moco? - gritó con impaciencia.

Sí respondió Adaeric, crípticamente. El paladín se reclinó en la silla, convirtiéndola en una improvisada mecedora, echándose adelante y atrás casi hasta el punto de caer de espaldas.

Sin quitar ojo al líder de los aldeanos, sacó un puñal de oscura hoja, tiznada por ácidos y fuegos en fragua de las que no debe hablarse. Un objeto que en sí mismo no suponía ningún poder ni amenaza, pero que en manos de alguien experto en su uso sería letal.

La hoja del puñal no era recta, sino que estaba conformada por sinuosas curvas ondulantes, que iban menguando su anchura hasta acabar en una afiladísima punta.

Adaeric comenzó a sacarse con él la inmundicia de debajo de sus uñas despreocupadamente, dejando unos tensos segundos en silencio la estancia, poniendo más nervioso al otro hombre, antes de proseguir.

Si yo quisiera contactar con algún... sumo sacerdote o algún  brujo mayor que siga las enseñanzas del Señor de la Oscuridad... ¿dónde debería dirgirme? preguntó muy seriamente. Si sospechaba siquiera que el hombrecillo le intentaba engañar, se convertiria en una cabeza más bajo en cuestión de instantes.

- ¿Lo inútil?... Ya fuisteis derrotados una vez, no se os permitirá vencer en esta ocasión tampoco. - Me incorporo mientras hablo.- Además, una chica como yo, perdería mucho encanto si me convierto en algo como vosotros.- acompaño la frase con un movimiento que deja la melena al viento junto con una caída de ojos que desarmaría al más impertérrito de los monjes del templo del Bien. Cuando los abro, refulgen rojos como el fuego.- Fariel, ¿Lista para tu primer combate contra el Mal?.-al abrir la boca pequeñas llamas surgen por la comisura de los labios. 

El hombre te observaba, estupefacto.

Cerca de aquí hay una especie de templo, está en ruinas pero dicen que allí viven unos cuantos chalad... adoradores del Mal - dice mientras saca un mapa para señalarte el lugar - Es lo mas que puedo decirte.