Partida Rol por web

Hotaru no podía contener el nerviosismo, mostrado en sus fugaces miradas por el rabillo del ojo a Selene, así como el ligero temblor en sus manos que trataba de esconder al andar cruzada de brazos, con los dedos bajo las axilas. Ver a su padre revisando el jardín le dio algo de tranquilidad, no obstante. Sus padres eran especialmente estrictos con ella desde que, según ellos, su educación tenía que alcanzar un estrato superior, pero en concreto su padre se relajaba cuando trataba con las plantas y las flores del jardín. Su mente, quizá enfocada y concentrada en su pasión y esfuerzo, dejaba de pensar en la educación de su hija y por tanto se volvía un tanto más laxo, tanto en palabras como en actitudes.

— Buenos días, padre. Como dice Selene, venimos a consultar la biblioteca familiar. Selene tenía hoy algo de tiempo libre y vamos a... estudiar nuestras respectivas culturas - explicó Hotaru, inventándose algo sobre la marcha. Esperaba que su padre no insistiera, aunque su excusa era tan válida como cualquier otra. Y era cierto que querían ir a la biblioteca. — Decidí llevar algo más ligero el día de hoy, por comodidad... Mas si no es de tu agrado puedo cambiarme más tarde. - Hotaru hizo una pausa, indecisa sobre si decir algo o no sobre el viaje que estaban planeando, pero decidió que tendría que dejarlo para más tarde. Aún recordaba las palabras de Selene en la plaza, y no quería marcharse sin despedirse de su familia, algo en lo que no había pensado cuando Sven la había asaltado de madrugada. — Padre, quiero hablar después con madre y contigo, si tenéis tiempo. ¿A la hora de la comida, quizás? Es importante.

Durante la infancia de Hotaru, ciertamente había recibido alguna vez a la elfa en su casa, con la utilidad de estas lecciones siendo relativa en términos académicos*, pero ciertamente siendo de ayuda al permitirle mayor relax que otros maestros y al abrirle los ojos ante ideas nuevas de otras especies. De hecho, parte de los conocimientos de protocolo de ambas se lo debían mutuamente.

Una vez en la conversación con Theodor¹ Kiyomi, este asiente en respuesta a las dos jóvenes.

- Claro, cómo no. Me alegra que incluso en días más ociosos no te olvides del estudio. Y, por supuesto, nuestra biblioteca siempre está abierta para ti, Selene. -responde, cordial- Muy bien, chicas, poneos manos a la obra. Que tengáis suerte en lo que busquéis. -tras eso, se enfoca en la segunda petición- Claro, díselo a Sebastian si tu amiga nos acompañará a la mesa. Sería un placer.

La cosa había ido... bastante bien para lo que cabía esperar. Ahora la cuestión era qué buscar en la biblioteca... ¿Cuánto de los cristales estaría plasmado en los libros?¿Y sobre formas de frenar la expansión de la luz o de las tinieblas?

La mujer suelta una pequeña risa cansada ante la efusividad de Sven, aunque no por esta, y corresponde a su abrazo con gestos más lentos que los del chico, por motivos obvios. La explicación de vuestros motivos hacen que frunza el ceño ligeramente y mire hacia una ventana.

- Se los han llevado ya otros vecinos. Prestados, claro. Aunque el panadero incluso ha insistido mucho en comprarme uno, me ha pagado más que lo que vale, así que se lo he aceptado. -responde ella- Conociéndoos... No estaréis totalmente mendrugos con este tema de la Iglesia de la Luz. No es que sean malos, ni que le vayan a venir mal a nuestro pueblo, pero las enseñanzas de la antigüedad siempre se pasan por alto. -prosigue, sin dejar de mirar por la ventana- Los libros... Los libros que tenemos dicen algunas cosas, parte verdad y parte fantasía. Quizás es presuntuoso por parte de una anciana como yo, pero diría que bastante propaganda... ¿Sabéis que yo recibí la bendición de Refia? Una de los cuatro. -os comenta con tranquilidad- Lo que quiero decir es que... Quizás os salga mejor preguntarme a mi que enterrar las narices en páginas polvorientas. Y seguro que a Sven le gusta más. -añade, aprovechando que el chico se ha quedado cerca para revolverle el pelo... Provocando que Rita termine echando a volar.

- ¡Oiga, señora, cuidado! -le suelta Rita, enojona, ante lo que la mujer se queda un poco perpleja... Pero agarra su bastón, siempre al alcance, y veis cómo un conjuro se desenvuelve a su alrededor, mirando fijamente a Rita.

La pregunta de Sven hace que me envare incómodo, pero mi compañero ya pasa a otra cosa y lo dejo estar. En realidad le envidio esa facilidad suya para tratar con la gente, hace que parezca muy fácil algo que a mi no se me da nada bien

Pero bueno, la abuela Lynn nos cuenta algunas cosas, o somos los únicos preocupados por todo esto del imperio de la Luz, lo cual es agradable, aunque seamos los únicos tocados por un cristal en unas ruinas abandonadas tampoco estamos completamente solos

-¿Refia?¿Las cuatro?¿Quienes son las cuatro?-

Pero antes de que me responda aparece Rita y la buena mujer reacciona de la forma mas normal, la comprendo perfectamente,  pero tampoco será cuestión de dejar que la fria

-es inofensiva, no le haga daño- respondo sin moverme del sitio, tampoco aprecio tanto a ese bicho multiforme

De una forma completamente exagerada y desbordante de expresividad tuerzo la espalda, arqueando esta hacia delante mientras dejaba caer ambos brazos y suspiraba cansado. Habíamos llegado tarde y ya se habían llevado todos los libros sobre los héroes ¿entonces como íbamos a conseguir toda la información que queríamos? Levanto la cabeza según cuenta cosas sobra la Iglesia y sus dudas en torno a ella. Y acto seguido mis ojos hacen chiribitas cuando menciona a no solo una de las personas que nos interesaban sino además diciendo que la llego a conocer así que podría hablarnos sobre ella, iba a decirle algo Drago con una sonrisa burlona cuando me callaron las caricias de la abuela, las cuales acepté con una amplia sonrisa, cual animal doméstico.

Por desgracia eso provoca que Rita salga de su escondite no tan contenta con ese acto y por supuesto la pobre bibliotecaria acto por acto reflejo preparándose para defenderse- ¡No! -grité saltando hacia nuestra amiga para interponerme como hice cuando Drago intento lo mismo- Es nuestra amiga -envolví con mis manos a Rita para evitar que le pasara nada y mire por encima del hombro a Lynn preocupado.

Hotaru se despidió con un ligero asentimiento de cabeza de su padre, dejándolo tranquilo para que continuara con su trabajo con las plantas del jardín. Guio a Selene hasta la biblioteca, pensando mientras tanto en dónde podría andar su madre, Umi. Solía estar ocupada con su propia formación, siempre había dicho que los libros no se terminaban en la juventud, sino que te acompañaban hasta la vejez. 

— Luego le diré a Sebastian que prepare la mesa para ti también, si quieres. Quizá sea... la última comida que tenga con mi familia. Me vendrá bien que estés ahí - dijo Hotaru, ligeramente ruborizada por tener que pedir algo así de forma tan descarada. Inmiscuir a Selene en sus asuntos familiares era algo egoísta por su parte, pero quería sentir que habría alguien ahí cuando diera la noticia de que se marchaba. No sabía cómo se lo tomarían sus padres, de modo que necesitaba un apoyo emocional, aunque no se involucrara en la conversación.

— En fin, busca tú por allá - señaló Hotaru en dirección a una enorme estantería que ocupaba toda la pared septentrional de la biblioteca. — Debería de haber una sección de Historia en donde juraría haber leído cosas del Imperio de la Luz. Yo buscaré en la sección de Artes mágicas, a ver si hay algo del cristal en ellos - continuó, suspirando. — Esto me recuerda cada vez más a las interminables clases con la señorita Glowin. Me hace recitar cada conjuro al menos diez veces con la boca llena de pan. Dice que si consigo vocalizar incluso así luego me será más fácil conjurar a toda velocidad. ¿Qué clase de pedagogía es esa?

Aunque el padre de Hotaru ya lo dejó caer, cuando ya en la biblioteca Hotaru le pidió si podría quedarse a cenar con su familia en la última cena de despedida, Selene sonrió también tímidamente y asintió con agradecimiento. "Te lo agradezco de veras, Hotaru. Me gustaría, sí. Yo... ya sabes que mi familia humana falleció ya por causas naturales. Tu hospitalidad, la de los Kiyomi, es una cálida hogera para mi corazón. Y... sí, incluso si no quisiera si me lo pides creo que debería quedarme... Los Kiyomi siempre han sido estrictos con el control de su hija, eres las esperanzas de su futuro. Temo por que tu despedida no esté libre de reproches y disgustos, y si mi presencia o palabras pueden ayudar a suavizar asperezas, o darte las fuerzas y apoyo que necesites entonces con más razón aún quiero y debo quedarme."

Haciendo caso de las instrucciones de su amiga, se dirigió a la estantería que le señaló para empezar a buscar los libros que pudieran tratar del Imperio de la Luz o de los Cristales. Soltó una risita cuando escuchó la técnica pedagógica de la señorita Glowin. "¡Ja ja ja! No lo sé, los hombres tenéis tantas maneras creativas de hacer las cosas... ¡conjurar con la boca llena de pan!" le hacía mucha gracia, y imaginarse a su amiga tratando de hacerlo también se le hacía muy divertido. "¡Ay, ojalá verte conjurar así algún día! ¿Y funciona? ¿Lograste hacer magia con la boca llena de pan?" Hotaru había conseguido momentáneamente quitarle la pena y el agobio por todas sus preocupaciones con tan sólo una anécdota. ¡Así que no le extrañaría que también fuera capaz de conjurar con la boca llena de pan!

La propia Rita revolotea ligeramente confundida cuando ve que la mujer desata su magia en su dirección, encontrándose con que Sven se interpone en el camino y Drago la defiende aunque sin tanto ahínco... Pero la mujer no frena el hechizo y lo lanza, "golpeando" de lleno a Sven, en torno al cuál empiezan a salir flechas, medidores y semejante. La mujer se rasca el mentón suavemente ante lo que sea que ha visto, y se sonríe con su rostro envejecido.

- Vamos, ¿creías que iba a convertirla en pollo frito? -pregunta ella con cierta diversión- Solo era un hechizo de análisis... El conocimiento es demasiado importante. Por ejemplo, ¿qué significa que ahora mismo tu clase de aventurero sea un asterisco? Hasta ahora eras Guerrero. -comenta ella con astucia.

Mi cara desde luego no era una muestra de perfecto entendimiento de la situación, o de siquiera un mínimo, miraba a la abuela con los ojos abiertos sin saber que decir en lo absoluto- ¿Eh? -mire hacia Drago con la mayor de las confusiones, luego a Rita alzándola un poco y por último de nuevo hacia Lynn, para acto seguido tratar de ver los datos y medidores que me habían aparecido en la espalda, siendo una tarea cuanto menos complicada.

- ¿Ya no soy un Guerrero? ¿He perdido mi clase? ¿Eso que significa? -no era muy bueno mintiendo así que lo mejor que podría hacer era evitar precisamente el hecho de hacerlo.

Selene se dirije a la estantería indicada por Hotaru y... Bueno, es cierto que están los libros del tema. Los orígenes del Imperio de Carls Nithcher, Los Cuatro Mártires de Luxanna Morningstar, La forja de la Iglesia de la Luz por Enrie Comnos... Empieza a amontonar libros sin orden ni concierto, de tal forma que cuando termina el resultado es... Haber movido los libros de la estantería a la mesa. La literatura que ha ido escogiendo, básicamente basada en el título, resulta básica e irrelevante para el tema, o al menos ella no sabe hallar nada durante una hora en ninguno de esos títulos que tenga alguna relevancia para el asunto.

Hotaru, sin embargo... La jovencita recorre la biblioteca de un lado para otro, a veces de una forma que podría parecer errática para alguien que no tenga un ojo tremendamente experto. Coge un volumen de donde busca, lo ojea, lo deja en la estantería, pasa a otro que capta su ojo experto, lo abre, realiza lectura diagonal, capta detalles invisibles para el ojo humano, mira la bibliografía, se mueve a otro libro, y a otro, y a otro... Al final del recorrido solo tiene tcuatro libros en la mesa frente a los 8 de Selene, siendo uno de ellos un libro de cocina, lo cuál es como mínimo distractorio para la semielfa que empezaba a aburrirse de no encontrar nada. Toma notas como una loca y repentinamente le señala unos párrafos parecidos de varias recetas*.

Existen diversidad de ingredientes asociados a los elementos según el maestro culinario que redactó el libro. Por suerte o desgracia es un título relegado al olvido y destinado a apenas algunas cocinas que poco tendrían que ver con el secreto escondido en su texto, siendo prodigioso que la propia Hotaru lo haya encontrado. En él hace denotar, pasando repentinamente a un tópico casi más ligado a la botánica, que determinados ingredientes solo crecen en zonas de una concentración elemental insólita. Solo en lugares donde ha muerto un Gran Señor Elemental crecen estos ingredientes durante un tiempo limitado, pero... Él conoce unos sitios especiales a los que viaja una vez cada dos años a recoger estos ingredientes únicos, pues siempre crecen: cerca de vuestro pueblo hay una extraña hierba azul, la aqualina; en la región de Ur, entre las nubes, crece un musgo muy esponjoso llamado venteril; en una isla al norte, región de los Enanos, crece el pimiento Inferno, famoso por picar tanto que puede arrebatar temporalmente el juicio de quien lo coma sin preparar adecuadamente; y por último al sur de vuestra posición está el bosque de los elfos, pero aún más al sur está una pequeña ciudad humana de reciente construcción llamada Lierme... Aunque vuestro chef, cuyo libro debe de tener unos veinte años, buscaba en esa zona la terrecita, una piedra que, sorprendentemente, sirve para cocinar.

Algo más te llama la atención sobre otra hierba imposible de comer, llamada hiedra tenebra, pero no sabes qué puede marcar, porque hay multitud de regiones asociadas...

— Quien debe agradecerlo soy yo, no tú... - musitó la joven, sonrojándose ligeramente. — Dudo que fuera capaz de confrontarlos sola, y no sé si entenderán la empresa que estamos a punto de comenzar. Y tampoco los culpo, ni siquiera yo sé en qué estamos pensando para siquiera pensar en esto.

Las dudas de Hotaru eran evidentes, tanto en su voz como en su forma de hablar. Sin embargo, su fe por sus amigos y su voluntad para permanecer unidos era más fuerte, y siempre lo sería. Movería cielo y tierra por verlos bien, felices y a salvo, y ella podía hacer algo por primera vez para hacer una diferencia. Además, tampoco podía evitar pensar en aquellas visiones, y era la primera que comprendía que debían comprobarlas. Dejar algo como lo que habían visto en manos del destino sería demasiado peligroso, y si de verdad eran los elegidos...

— ¡Pues no lo sé! Nunca he probado a conjurar tan rápido... - bromeó más tarde, una vez ya habían empezado a buscar. Tenían que comunicarse en voz más alta de lo normal en una biblioteca dado que las estanterías que cada una estaban revisando estaban bien lejos, pero por fortuna allí no molestarían a nadie. Después de todo, era su propia biblioteca privada, la de su familia. — Sea como sea, no sé si el pan es la mejor herramienta pedagógica para recitar hechizos, pero al menos está muy bueno. ¡Deberías probarlo luego en la cena! Las hogazas de Marie, la panadera, son las mejores de todo el pueblo. Un poco de mantequilla y mermelada y ya tienes el desayuno. ¡Y si le pones pavo y queso ya son almuerzo y cena! Pero mamá dice que eso es comida poco refinada... Aunque supongo que ahora que saldremos de viaje tendremos ocasión de comer muchas más cosas ricas y diferentes. ¿Crees que pasaremos por pueblos con distinta gastronomía?

Hotaru se detuvo un momento, algo ruborizada. Prefería pensar que lo que estaban a punto de hacer era un viaje de amigos más que una misión trascendental endosada por un ser superior. Pero ella misma sabía que no era exactamente así. Aunque... ¿qué tenía de malo en intentar disfrutar la experiencia?

— Perdón, estoy divagando, debo de estar distrayéndote - se disculpó, enterrando la nariz en un libro titulado "Ars magica: glifos y conjuros".

Cuando Sven se interpone entre la abuela y Rita por un momento me temo lo peor, pero resulta que es un hechizo de análisis

-¿Asterisco?- repito confundido, está claro que es por lo que nos hizo el cristal, pero eso debería ser secreto, ¿o no?, la abuela es de confianza después de todo

-en el bosque encontramos un.. cristal azul. Y parece que hizo algo. Fue bastante raro-

La anciana mira a Sven con cara de plantearse si darle un buen coscorrón con su bastón, cosa que ya había pasado más de una vez, pero Drago es el que interviene, distrayendo la atención de la anciana con sus palabras, que vuelve a adoptar una pose más pensativa. Tras eso, la magia vuelve a emanar de ella dos veces y produce el mismo efecto en Drago y en Rita. Después, se queda tranquila, simplemente mirándoos y haciendo memoria. Es más de un minuto el que se pasa diciendo "ummmm" a intervalos casi regulares, hasta que finalmente dice:

- Guerreros de la Luz... No, mentira. -responde ella, y entonces os mira on ojillos astutos- Guerreros de la Oscuridad. Al Imperio de la Luz se le ha ido la mano, ¿verdad? -os dice con seriedad- Parece que os habéis ganado unos enemigos muy grandes, pero aún no saben que son vuestros enemigos. Buena fortuna esa. -os cuenta con tranquilidad, suspirando- Ha caído una carga muy pesada sobre vosotros, jóvenes, si no me equivoco. Los Guerreros de la Luz son los encargados de pelear por una luz que se extingue... Vosotros sois lo opuesto. Tendréis que favorecer a la Oscuridad para ralentizar al Imperio de la Luz. Pocos entenderán vuestra labor. -os indica con tristeza.

— Eso de ahí... - comentó poco después, ya habiendo compartido sus hallazgos. O al menos lo que había encontrado Hotaru, pues Selene por desgracia no había tenido tanta suerte. Era de esperar con una biblioteca tan grande y bien surtida de ejemplares de todo tipo que, incluso una mente más sabia y paciente como la de Selene se perdiera entre toda aquella marabunta de palabras. Quizá incluso su propio ritmo de vida le había impedido acelerarse más en la búsqueda, cosa que en parte era hasta admirable. Selene era siempre tan respetable y modelo a seguir...

— ¡Eh! Esto quizá nos sirva. Habla de cocina. Mayormente - dijo, hojeando el libro por encima para quedarse con la información importante que había visto antes. — A simple vista habla simplemente sobre ingredientes peculiares de cocina, pero prestando atención... Quizá nos dé una pista para dirigirnos a nuestro siguiente destino. Después de todo, el autor relata que normalmente son ingredientes que aparecen en lugares con una concentración inusual de energía elemental.

— El más cercano es el de la aqualina... Quizá sea nuestra mejor opción, para no alejarnos demasiado. ¿Habrá allí otro cristal como el que vimos el otro día? - se preguntó, frunciendo los labios con una mezcla de emoción y temor. ¿Cuántas cosas descubrirían si seguían indagando en aquellos libros? ¿Qué cosas verían y experimentarían en sus viajes? Tenía que decir que, una parte muy pequeña de ella, ansiaba ser libre para salir de aventura con ellos. Casi le hacía olvidar que su destino era uno mucho más siniestro que una simple excursión de campo.

Había terminado por abrazar a Rita por lo que toda la información sobre esta me apareció a un palmo del rostro, lo cual fue una buena forma de mantenerme distraído durante un rato, el tiempo suficiente como para que la anciana hiciera las cosas de adultos que solía hacer, pensar, sin la molestia del tornado que representaba.

Solo aparte la mirada de los datos cuando finalmente habló sobre lo que podíamos ser nosotros, con lo poco que había dicho Drago ya fue suficiente como para que dedujera el resto al momento, cosa que había visto numerosas veces cuando detenía mis trastadas antes siquiera de que las llevara a cabo- El Cristal nos lo enseño... -respondí a Lynn- Si la gente se sigue uniendo a ellos van a hacer un enorme "bom" -fui abriendo uno de mis brazos lentamente tras la onomatopeya- Pero sin explosiones, tan solo luz. Y luego más luz, ni ciudades, ni pueblos, ni gente, ni animales. Solo luz... -una visión simplificada de lo que fue la visión realmente.

La abuela lo pilla todo muy rápido y voy cambiando el peso de mi cuerpo de un pie a otro nervioso mientras hace su magia de análisis

-mm, si mas o menos así- añado finalmente tras Sven. Al menos parece que está de nuestra parte, lo que simplifica bastante lo que tenemos que hacer aquí

-El caso es que andamos bastante perdidos sobre por donde empezar, por eso habiamos venido a buscar información sobre lo que hicieron otros heroes-

La mujer se queda un instante pensativa, ¿qué hicieron los héroes del pasado?

- Uhmmmm... -dice, acomodándose un poco en su sillón y meditando brevemente- Los héroes del pasado sí que hicieron algo que mucha gente no se para a pensar. -comenta con tranquilidad- Cuando salieron de su lugar natal, el mundo estaba cubierto por oscuridad... Hasta que ellos le trajeron luz. -comenta con serenidad- Seguro que... existen opciones para hacer lo inverso, traer la oscuridad. Porque, por lo que entiendo, esa luz arrasaría incluso con vosotros... Así que es buena idea seguir el ejemplo de los Guerreros de la Luz. -sugiere.

Quizás... ¿debéis ser malvados para ralentizarlos?¿O es una forma simplista de verlo?

Era divertido para Selene ver cómo de apasionada se ponía la normalmente tímida Hotaru cuando se trataba de hablar de comida. Más aún cuando esa pasión por lo culinario la hizo descubrir, de hecho... ¡pistas sobre los cristales en un libro de cocina! ¡En un libro de cocina! Era el último lugar donde Firyawen habría mirado, y sin embargo ahí estaban las pistas. ¿Y tendría la hierba tenebra que ver algo también con un cristal? Pero no se podía comer... y las otras sí...

En fin, la elfa no tuvo mucha suerte investigando, pero Hotaru había encontrado muy buenas pistas. "¡Buen trabajo! Sí, debería haber otro... me muero de ganas de saber qué nos cuenta pero al mismo tiempo... me da bastante miedo... Siento... que este camino que vamos a recorrer es de sólo ida, ¿sabes?... Pero aun así... tengo que hacerlo... Más tarde que temprano creo que yo habría hecho el camino, aunque fuera sola... Que vayamos todos juntos me reconforta... aunque no deja de ser un viaje peligroso." sonrió entonces. "Suerte que tenemos esos poderes tan molones del cristal, ¿verdad?"

Según fue hablando sobre lo que debíamos probar a hacer se fue notando como arqueaba la espalda hacia delante lentamente con cada palabra. Hasta que al final torcí la cabeza dejando claro toda la confusión que sentía en aquel momento, incluso deje escapar un- ¿Eh? -crucé miradas con Rita tras perder por completo el hilo de pensamiento que debía llevar Lynn- ¿Y eso que significa?

Traer la oscuridad al mundo, era una idea sensata, pero para entender lo que implicaba se requería un análisis profundo y un debate combinando aspectos filosóficos, morales y sociales con el fin de que cada uno encontrara su propia respuesta ante el concepto que implicaba una sola frase... Todo un proceso que estaba a milenios de ocurrir en mi cerebro.

Al rato, mientras debatís los descubrimientos, recordáis que el cristal de agua es el que habéis encontrado ya, lo que os deja con tres por buscar. Aunque el Cristal de Aire estará complicado.

Una doncella de la casa se acerca a informaros de que la comida llegará pronto y os pide que la acompañéis, no es necesario recoger los libros*, con lo que os lleva a la mesa. Umi, la madre de Hotaru, ya está allí, dedicada en leer un libro notablemente más pequeño... Pero no obstante, no una novela, sino algún tipo de ensayo cuyo título no leéis bien. Cuando os percibe acercaros, cierra el libro y se levanta, en deferencia a la invitada.

- Bueno días, chicas, tomad asiento... -os instruye, señalando dos sillas contiguas en el lado contrario de la mesa. Tampoco espera a que Selene se siente antes de hacerlo ella misma, sino que lo hace más o menos a la vez, pues aunque muestra deferencia, no quiere mostrar inferioridad de ningún tipo- Un placer verte por aquí, Selene, ¿cómo ha ido todo?