Partida Rol por web

2 de septiembre, noche

El ave azul mantiene tu miembro en su boca durante un rato. Lo saca un poco y oyes como se traga tu esencia. Te saca el dedo de la cloaca, y sube la cabeza hacia la tuya, besándote apasionada. Aunque está agotada. No sólo por los dos polvos que habéis echado, sino por el alcohol. Se tumba a tu lado, dándote la espalda. 

- Te quiero, Percival - la escuchas susurrar, muy dulcemente. Efectivamente, ella sentía por ti un cariño tal que sobrepasa los límites del entendimiento. Algo que tu empezaste a sentir muy joven pero tuviste miedo de decir. Hasta ahora. 

1 de septiembre, noche

Pues se te han subido un poco los coloretes y solo ha sido un chupito digo riendo con un guiño hacia el camarero. Pero luego la presencia de otros dos comensales nos hace ya levantarnos. Me despido del camarero cocinero con una reverencia. Soredewa shitsurei shimasu digo a modo de despedida pues siempre me ha sonado más formal que otros modos de despedirse.

No te preocupes le digo con una sonrisa. Evidentemente tengo el coche, pero no creo que lo coja. Entonces volveré a casa en taxi o en el metro, que desde aquí apenas tarda nada.

Luego miro el edificio y me inclino de hombros. Si coges algo por cerca del Bronx y empezamos a trabajar los dos siempre puedo acercarte. En cualquier caso creo que es hora de ir volviendo a casa, ¿verdad? Lo demás ya se verá, la vida puede dar mil vueltas.

2 septiembre, noche

Sonrío cuando escucho el sonido de que traga y luego sube hasta mí para besarnos de forma apasionada. En su pico y su lengua todavía puedo encontrar restos del sabor de mi propia esencia, pero realmente me resulta morboso y hasta un poco romántico pues es el resultado de la expresión de nuestro amor. Ese que siempre hemos sentido y que ahora nos hemos confesado.

Stephy se tumba de lado dándome la espalda y sus palabras son la guinda para un momento fantástico. La abrazo por detrás llevando mi boca a su oído para decirla y yo también a ti, y luego adoptar la posición de cucharita para que podamos dormir.

Es cierto que no es una posición muy adecuada para los pájaros, pues en la posición tradicional las piernas juegan un papel importante y nosotros no es que tengamos piernas muy desarrolladas. Pero lo intento compensar con mi alas abrazándola tiernamente.

Tampoco se me escapa que los dos estamos desnudos, así que si veo que hace un poco de frío buscaré alargar un poco las mantas para taparnos. Y por supuesto dormir alejados del charco que hemos dejado. Buenas noches, mi amor le digo mientras cierro los ojos y sintiéndome en la plenitud de mi vida. Un momento en el que no pienso en nada que pudiera hacerlo mejor.

Escucho lo que dice. Pero no entra en mis planes buscarme piso por esa zona. 

- Nah, yo estaba buscando piso por la Quinta Avenida. He visto un par que me parecen geniales. Son un poco caros. Pero tienen dos habitaciones. Es decir que podría compartir piso. ¿Con una posible compañera? Quizás sí, quizás no, jeje. Pero gracias por el ofrecimiento, de verdad. 

Mientras caminamos, llegamos a mi portal y saco las llaves - Bueno, espero que tengamos suerte. Si te contratan a ti, ¡ánimo! Tienes todo el talento del mundo. No quiero que lo desperdicies - y, tras este discurso le ofrezco la pata, sonriente - Ha sido un placer conocerte de verdad. Ya te digo, si nos contratan, nos veremos más a menudo - y le lanzo una sonrisa muy amplia. 

- El móvil es un invento que nos acabará esclavizando - había surgido como una muy buena herramienta de comunicación pero con el tiempo se había vuelto un incordio - yo lo suelo poner en silencio o apagarlo - abrí el bolso para ver en qué estado lo tenía, cliqueé y vi que no se encendía - apagado - lo conecté y lo dejé en silencio con el vibrador. Aunque antes revisé que no tuviera llamadas o avisos importantes.

Luego recordé que antes lo había accionado para tomar nota de los teléfonos, así que, deduje que o tenía poca batería o en algún lugar del edificio había perdido la cobertura y se había apagado sin más. Sea como fuere, seguí atendiendo a los demás.

- Bueno ¿Y cuál es vuestra especialidad? ¿A qué oferta en la empresa os presentáis? - no me había quedado muy claro o directamente no había atendido lo suficiente - Yo estoy en publicidad.

1 de Septiembre, noche

Pues suerte con eso, yo soy más de guardar el dinero para otras cosas le digo, aunque internamente reconozco que me gustaría vivir más cerca del centro de la ciudad. Pero por ahora mi casa está bien.

O compañero. Imagina que conoces a Prrr y os vais a vivir juntos le digo riendo a modo de broma, aunque nunca se sabe igual tiene suerte.

En cualquier caso estrecho su mano con una sonrisa y afirmo. No te preocupes, estoy convencido de que la empresa no prescindirá de alguien como tú. Y si es necesario que entres en una segunda tanda, ya me moveré para que lo hagas añado con un guiño.

Una vez nos separamos miro la hora. No es muy tarde, así que me arriesgaré con el metro. Espero que no vaya mucho colgado, y no lo digo por los monos.

Pasado un ratito, Brian vuelve con una bandeja con lo vuestro. Vuelve a mirar en dirección a la coneja por un segundo. Veis que tiene cara de preocupación, pero inmediatamente después, vuelve la atención a vosotros, y vuelve a sonreír. Aunque no quiera.

- Veamos, un capuchino y un pretzel para la señorita - pone el café y el bollo justo delante de Sheila. Tras ella, se mueve en dirección a Rachel - Un batido de fresa con dos pajitas para usted - sirve con sumo cuidado el batido y, tras eso, va en dirección a Calvin, cogiendo la taza última - Y un café solo para el caballero - después, mira hacia Savannah y saca su agenda electrónica - ¿Qué desea señorita? - pregunta. Estaba siendo muy amable, eso no se podía negar, dedicándole una sonrisa.

Acepto el café que Brian nos trae con una sonrisa. -Muchas gracias, Brian-le digo al camarero. Pongo la taza sobre la mesa y sigo escuchando la conversación. Sheila me pregunta de donde soy. -Soy de Nueva York, aunque estuve viviendo en Colorado durante bastantes años. Hace poco que decidí volver aquí-respondo ante la pregunta de la nutria.

Savannah regresa tras acabar la llamada, intentaba ocultar su descontento. -Tranquila, no te preocupes. Si necesitas hablar de cualquier cosa, puedes contar con nosotros-le aseguro a la coneja. Cojo la taza y le doy un sorbo al café. Ante la pregunta de Rachel, la escucho y asiento. -Yo al departamento de contabilidad-explico.

Al volver Sav y sentarse a mi lado, le pongo una mano en la espalda y le ofrezco una mirada comprensiva junto con una sonrisa. No digo nada, mi mirada lo dice todo: Si no quieres hablar, no lo hagas, de verdad. Estamos aquí para divertirnos, y eso es todo. Puede sentir como quería abrazarla. Pero la situación no es tan chunga ni somos tan cercanas como para eso. Y le digo, muy por lo bajini, para que solo ella pueda escucharme - _{Tranquila, ¿vale?}

Cuando me sirven el capuchino y el pretzel, me relamo los labios. La pinta que tenía el pretzel era inigualable. Miro al camarero como una prota de anime, que parecía que lanzaba chiribitas con los ojos.

- ¡Muchas gracias!

Abro los paquetitos de azúcar y se los hecho al café mientras escucho al resto hablar. Calvin era un señor muy abierto y amable. Me caía bien. entonces se me viene a la mente algo.

¿A lo mejor es... ? No, él es más... ¿Intenso?

- yo a atención al cliente. No sé, me atrae la idea de estar de cara al público. Soy algo tímida, pero creo que puedo con este puesto - digo muy convencida, mirando a Sav. Sabía que ella también era muy tímida, así que quería transmitirle algo de mi... ¿Energía? 

Jo, me siento como alguien de la Tierra cuando Goku las pidió su energía para vencer a Buu.

- ¡Oh! ¿Yo? -Brincó de manera cómica cuando Brian se dirigió hacia ella. Había estado tan pendiente de cómo colocaba las cosas sobre la mesa al resto, que ni siquiera había pensado en que quería tomar. Savannah se mordió el labio inferior de manera divertida y se quedó pensativa.- ¿Podría ser un Espresso de Caramelo toffe con nata por encima? Y...¡Una napolitana!-Sonrió divertida. Quizás no estaba teniendo el día de su vida, no era el mejor, ni tampoco estaría dentro de los 10 mejores... Pero se esforzaba en que su ánimo no afectase al resto.

Cuando el grupo la animó e incluso invitó a hablar, esta alzó ligeramente los hombros un poco incómoda y miró sus rodillas.- Mh... No es nada. Simplemente malas decisiones del pasado que son un dolor de muelas actualmente.-Le hubiera gustado contarles las cosas, pero eran complejas y tampoco tenía tanta confianza con ellos cómo para abrirse. Igualmente resumió aquello con una suave sonrisa sobre los labios.-Pero no dejemos que nos arruine la mañana.

Miró a los distintos miembros cuando estos mencionaron los departamentos a los que pertenecerían.- Yo me postulo para Marketing. Y trabajo cómo Freelance...-La joven coneja miró por el gran ventanal para después señalar un par de edificios con vallas publicitarias y sus logos.- Esos dos de allí son mis creaciones. Y habréis visto unas cuantas más a lo largo de vuestra vida.-Asomó la lengua de manera tímida entre los dientes.

Brian sonríe ante la repentina alegría de Savannah mientras lo apunta todo - ¡Por supuesto que sí! Espresso caramelo toffe más nata y napolitana - termina de apuntar y sigue sonriendo mientras alza las orejas del todo, con una sonrisa - En seguida te lo traigo - antes de irse, le toca ligeramente el hombro a Shei y señala con la mirada hacia Sav. Pero Shei asiente con una sonrisa. ras esto, Brian va a por el café y la napolitana.

Repentinamente, suena un móvil. Era el de Rachel. Lo coge y habla por teléfono un ratito. Cuando cuelga, dice que se tiene que ir. Se toma el batido rápidamente y dice que lo pagará en la barra. Tras esto, se despide de vosotros y se marcha del local.

Escucho a la coneja y asiento. -Tranquila, ahora no tienes que preocuparte por eso-le aseguro con una sonrisa. No quería hablar del tema, así que decido no presionarla más. Brian toma el pedido de Savannah y se marcha rápido. Rachel se levanta y se despide. -Un placer conocerla-digo a modo de despedida. Observo como paga su batido en la barra y se marcha del local.

Escucho a las otras chicas hablar sobre los puestos de trabajo. -Estoy seguro de que tras un tiempo en atención al cliente podrá conseguir otro puesto en la empresa, la veo muy capacitada-le aseguro a Sheila.

Miro por el gran ventanal y observo las vallas publicitarias. -Señorita Baker, es realmente impresionante. Es usted una coneja con mucho talento-digo realmente asombrado por el gran trabajo de la coneja. 

La espontánea llamada de Rachel hace que me despida de ella antes de irse. 

- ¡Mucha suerte con todo! - y tras marcharse, miro a Sav con una sonrisa muy amplia, la cual parecía decir "¿Ves? Estamos en un ambiente tranquilo". Es entonces cuando recuerdo la tarjeta. 

- Sav, Brian el camarero nos ha dado estas tarjetas publicitando un bar country - le alcanzo la correspondiente - Todos los viernes según parece hay un festival de novatos. Además, dice que hay karaoke y típica pista de baile country - entonces, mi bombilla interior se enciende - Ey. ¿Cómo de libres estáis el viernes nueve? Podemos ir toda la "pandilla" para conocernos mejor. ¿Qué me decís? - les digo a ambos, sonriendo hasta achinar los ojos. 

Miró a Rachel cuando esta se levantó de manera repentina y se despidió. Savannah simplemente alzó un poco la mano y la despidió con una sonrisa cálida. Tras eso se giró hasta Brian cuando le dijo que sin problema le traería lo que había pedido. Esta alzó el pulgar a modo de aprobación mientras sonreía divertida.

Lo que no esperaba era los halagos del León albino, al segundo se había sonrojado ligeramente.-¡Oh! Vamos vamos... Tan sólo son unos diseños. No me diga esas cosas que me sacará todos los colores del arcoíris.-Respondió mientras cubría las mejillas con ambas patas de manera cómica. Aunque aquello no duró demasiado pues Shei le entregó una tarjeta mientras se explicaba. "¿Y por qué no me la dio él? Después de todo... Sigo aquí" Pensó mientras observaba lo que estaba escrito.- ¿Viernes? ¡Eh! Pues yo no tengo ningún plan. Iba a pasar la noche tirada en la cama viendo películas de clase B mientras me hinchaba a comer helado. Pero este plan suena muchísimo mejor ¡Cuenta conmigo!

Una vez más, vuelve Brian, pero esta vez sin bandeja, con ambas manos ocupadas por... 

- Un espresso con caramelo toffe con nata por encima y una napolitana - lo deja todo delante de Savannah y le sonríe, muy alegre al ver que la alegría ha vuelto a su rostro - Que lo disfrute. Si me necesitan, estaré por aquí - dice y camina torpemente, como si estuviese distraído con algo. 

Sonrío ante la propuesta de Sheila de quedar el viernes para quedar en el bar country la noche de micro abierto. -Creo que ese día estaré libre, pero os confirmaré lo más pronto posible-respondo a ambas con una sonrisa. Me habían caído bien y me alegraba la idea de quedar con ellas. Así que si, intentaría evitar añadir planes para el viernes y así poder quedar con ellas. 

Brian regresa con el pedido de Savannah, la coneja se ruborizó un poco por mi cumplido y me río un poco con su reacción. -Pero se nota mucho el esfuerzo que les has puesto, es realmente increíble-le digo con sinceridad.

Tras servirle su pedido a Savannah, me fijo en las reacciones y miradas del camarero disimuladamente. A ver, era lo que solía hacer una empleada de atención al cliente. Y estaba claro que estaba distraído por alguien en concreto. Sonrío, pero no digo nada. No quiero causar incomodidad en nuestro primer día de encuentro. Me fijo entonces en los carteles que señala la coneja. 

- ¡Oooooh! ¡¿Todos son tuyos?! ¡Guou! ¡Eres muy creativa, la verdad! Quién iba a decir que el champú más vendido de América tendría un diseño tuyo, jeje - no quería decirlo, pero ese champú lo usaba yo. Mi pelaje era muy delicado y debía cuidarlo bien. Entonces, Calvin dice que posiblemente esté libre esa noche. 

- Si tiene algo que hacer esa noche no se preocupe. Podemos organizar otra quedada o algo.