Partida Rol por web

Parpadeo varias veces al ver como la situacion se complica. Por un lado, mi sexto sentido ha acertado, por otro... mi sexto sentido ha acertado. Suspiro. 

-Si, mejor ponte a cubierto, no quiero que nada te pase-le digo a Kaoru mientras vigilo a los matones. Son muchos, no podria protegerlo de todos a la vez, mejor que emprenda una retirada rapida mientras pueda-Aunque me gustaria que lo hicieras solo, tengo que cumplir mi labor de conserje y limpiar la basura*

Estaba ya preparada para volver al entrenamiento con Lord Rondinelli cuando una troupé de lo que solo podría definir como personajes. Los secuaces de Víctor, al parecer, con el pelirrojo apalizado. No podía decir que es algo que no veía venir, pero la verdad es que el muchacho me daba lástima.

- Vaya, vaya, vaya, así que vosotras sois las agallas de Víctor, a la vista de que no tiene las propias como para venir hasta aquí en persona - respondí a la "presentación" de la canija peliazul -. Lo siento, pero no traigo compinches a esta pelea, esperaba zanjar las cosas partiéndole la cara a vuestro jefe en un uno contra uno.

Empiezo a crujir mis nudillos, manteniendo el farol de confianza. Definitivamente no era lo bastante fuerte como para enfrentarme yo sola a tantos a la vez, pero esperaba que aquello fuera suficiente para que la mayoría se lo pensara dos veces antes de lanzarse al ataque. La aparición de aquel cachorro no pudo hacer más que obligarme a arquear una ceja. ¿Qué se suponía que estaba haciendo ahí en medio? La aparición tras él de Hanako y Momohime, por otro lado resultaba muy conveniente, nunca sobraba un poco de cobertura adicional.

Sin embargo, al final parecía que no iba a necesitar a nadie, pues la jefa del grupo decidió resolverlo con un uno contra uno, renunciando por completo a la ventaja numérica. Silvé a la jayán, del mismo modo que alguien muy poco discreto revela su atracción por otra persona, y empecé a acercarme hacia ella.

- Que nadie intervenga, ella es mía - dije como aviso a los demás.

A medio camino, levanté el cachorro y se lo arrojé a Hanako, para que el pobre animal no quedara atrapado en el fuego cruzado. Para a continuación prepararme para el combate. Una demostración de fuerza contra una jayán probablemente fuera más que suficiente para que unos cuantos se plantearan huir.

- Vamos, preciosa, ven a por mí.

Así que un conjurador...- Susurro suavemente pasando mi mano por la barbilla, pensando en las posibles situaciones que podrían llevarse a cabo. En mi tierra son diferentes de los de aquí, eso me ha contado mi abuelo hace años, pero he de suponer que igual que los hechiceros necesitan cierto tiempo para utilizar sus habilidades.- Esto va a ser complicado, aunque se ajusta bastante a mi estilo de lucha si es un encuentro 1Vs1...- Una buena habilidad marcial con una guadaña en cadena le permitiría intentar apresarme mientras concentra sus poderes, no sería una mala estrategia, pero su principal defecto tiene que ser su velocidad física. Si me cogiese despistado y sin ir al 100% a la primera la cosa se podría complicar mucho la situación, pero si mi reacción y ataques son más rápidos que los suyos podría evitar que invoque a ese "emperador" y utilice súbditos para encararse contra mi.- El tema de la inteligencia no debería ser un problema.- Contesto al chico cuando recobro completamente la situación y ya estoy en una posición más formal.- El exceso de inteligencia en un combate no es mucho problema contra alguien que directamente no piensa más que en el combate. No crees?- Sonrío inocentemente. Después de todo, da igual las artimañas que quiera intentar en un duelo. Si es en un 1Vs1 como dicen las normas según entendí en los panfletos no debería tener nada que temer más que centrarme en mi velocidad, aunque es posible que tenga que entrenar mi habilidad de teletransporte y ponerla en práctica si empiezo en una mala posición, como a demasiada distancia de él para una carga directa. Pero eso será algo que solo podré ver en el momento crucial. Mi nueva técnica de defensa también puede ser útil para ese caso, aunque si son muchos esbirros pueden ser molestos.- Muchas gracias por le información. Cualquier cosa sabes cómo localizarme, y estoy seguro que incluso sabes mis horarios, así que no molestes cuando esté ocupado si no es algo urgente, vale?.- Termino despidiéndome y dirigiéndome a la cafetería para coger algo de comida antes de empezar de nuevo las clases. Tengo que pensar en una buena estrategia contra este tipo de oponente y este tiempo puede que sea bueno para ello...

Ś͢Ś̵̴̢Ś̴S̢̡͠S̸҉̨Ş͏G̴̸̶H̨̢͟͜͞H͏́͢͢J̢̧҉̨J̀́̕͜J̢̛J̴͠͏̶J̧͏͡J̨͘J͝҉͘J̵̢҉͘J̵J̧͟͝

Cuando intentas leer la mente de Thurrul lo único que oyes es un ruido blanco, como una radio mal sintonizada.

Te concentras, pero no parece haber hechiceros cerca, ni hechizos activos. Aunque por otro lado sientes ligeras perturbaciones en el ambiente.

La chiquilla estalla en carcajadas —ni siquiera vales la pena como para que venga mi novio a retarte! no voy a permitir que desperdicie sus energías contigo.

—Ey! Mi bastón de hockey! —de pronto, un palo que portaba uno de los gamberros se desprende de su mano y se eleva en el aire. —Devuélvanmelo! Es una edición limitada!
Y acto seguido el objeto baja violentamente sobre la cabeza del chico, dejándolo seco en el piso.

La peliazul lo mira por encima del hombro y da una patada al piso. —Muy bien... quién está de chistoso? Respondan! Dije que nadie interviniera!
—Thurrul!

El enmascarado mira a su compañera y se encoje de hombros, parece que tampoco tiene idea de quién está jugando con las armas de sus aliados.

—Cagüentó... tengo que hacer todo yo misma... —entonces alza una mano y en ella se empieza a formar una esfera de luz púrpura con chispas blancas.

El cachorro no deja de ladrarle a la jefa de la pandilla mientras ella carga el hechizo, y se lanza hacia adelante para intentar morderle la pierna.

Keira se adelanta y coge al perro para lanzarlo hacia Hanako, el pobrecito chilla un poco y tanto Hanako como Momohime se acercan para intentar atraparlo sin que caiga al suelo.
—Se van todos a la mie*da! —de la esfera de magia salen disparados tres rayos de aspecto caótico, que dan vueltas y giran en varias direcciones mientras se dirigen a sus objetivos. Van encaminados directo hacia donde están Hanako, Momohime y el perro. Seguidamente da un giro de trescientos sesenta grados mientras hace ademanes como si estuviera canalizando otro conjuro y más esferas mágicas se empiezan a formar.

Momohime se distrae rechazando de un manotazo el proyectil mágico, mano de la cual saltan chispas amarillas mientras lo hace, y Hanako es obligada a defenderse con su escudo sobrenatural. Por otro lado...
—TOTO!! —Grita Momohime desesperada, mientras el tercero de los rayos da de lleno en el perrito, que chilla en medio del aire y cae al suelo dando un par de vueltas, y queda inerte y muy magullado. Va entonces corriendo hasta donde cayó y se arrodilla junto a él. —To...to...

—Descuida, jefa Belita, nosotros nos encargamos de los dos debiluchos! —otro de los delincuentones de la turba grita y todos marchan hacia Kotor y Kaoru. Son nueve.

—Más les vale, o habrá mamporros para todos.

—Kotoooor! Vienen hacia aquí! Haz algoooo! —Kaoru se esconde detrás de su amigo, temblando de pies a cabeza.

—A mí no me silves —exclama Ganaha elevando su martillo para posteriormente bajarlo sobre la cabeza de Keira.
Ambas contendientes entablan un combate muy ajustado, donde martillazos feroces son frenados a manos desnudas e innumerables puñetazos son desviados utilizando el mango del martillo.

—Usted lo ha dicho, capitán! —Moheji te da un pulgar hacia arriba y se despide.

Llegando a la cafetería en la planta baja ves que los alumnos presentes no están sentados en las mesas, sino agrupados en el mismo lugar, junto a la ventana, mirando a través de ella, varios con asombro, otros asustados, y otros tantos nerviosos.

Al acercarte a husmear ves un tremendo espectáculo, allí afuera en el jardín que está junto a la entrada del bosque, cerca del aparcamiento de bicicletas, hay gente peleando.

Una chica muy pequeñita, de metro veinte, con el cabello teñido de azul chillón está lanzando unos conjuros agresivos hacia Momohime y Hanako. La primera lo aparta de un manotazo y la segunda se protege con un escudo sobrenatural.

Kotor y otro chico están en pleno combate con una turba de nueve alumnos delincuentoides. Ves un palo de hockey flotando en el aire y dándole bastonazos a los gamberros. Ya hay uno en el suelo inconsciente.

Y Keira está enfrentándose a puño limpio contra una jayán enorme de dos metros treinta de altura que porta un martillo gigante. El combate está muy igualado.

En el medio de la bataola hay un sujeto enmascarado que está tieso observándolo todo sin moverse.

Finalmente había terminado la investigación que me hacía falta para dentro de un par de días y por ello quería coger algo de comer y plantear mi estrategia en condiciones. No tengo los suficientes datos sobre estas pruebas como para poder hacerlo 100% fiable así que lo mejor será que me pille un bocata y aproveche para pensar mientras me lleno el estómago, que nunca viene de más, pero al llegar a la cafetería veo que hay un tumulto de gente mirando algo por la ventana y resulta que varios conocidos están en lo que parece ser una pelea grupal. 

Suspiro, salgo tranquilamente por la ventana por la que algunos están mirando y ,apoyando mi espada en su forma de madera sobre el hombro, me voy acercando tranquilamente hacia allí, aunque con paso algo más rápido de lo normal. Observando la situación parece que se están enfrentando directamente a una pandilla de delincuentes, por lo que puedo ir asimilando los bandos de esta pelea mentalizándome de sus posiciones por si tengo que tomar cartas en el asunto, pero hay algo que me preocupa más y es que solo me han hablado de una pandilla de delincuentes en la escuela y además cuadra perfectamente con la situación, ya que hay alguien completamente parado en el medio sin moverse en absoluto, dejando que "los suyos"se encarguen de la situación sin mover tan siquiera un dedo. Será ese el tal Victor Grosse al que me tengo que enfrentar? No sería del todo bueno enseñarle mis habilidades así de primeras, si tan siquiera me conoce, claro... Pero qué digo? Si la mitad de la academia sabe sobradamente cuál es mi estilo de pelea... no lo he mantenido en secreto en absoluto

Hey Hanako, no me esperaba que fueras aficionada a estas cosas!!- Exclamo en tono bromista, haciéndome el tonto mientras voy recortando la distancia con la situación, rompiendo probablemente un poco la tensión del momento y haciendo que la situación se centre en mi persona aunque sea solo por un instante.- Pero estáis un poco en desventaja no?- Sonrío tontamente.- Queréis que me una a la fiesta y equilibre un poco los números?- Pregunto en general, ya que solo hay dos personas que no conozco en el bando que parece encontrarse en desigualdad. Y observo también a Keira, por qué esta mujer siempre elije a los más grandes para pelear?

Al acercarte a la escena ves a dos tipos que están a varios metros detrás de Keira, junto a la entrada del bosque, un enmascarado sentado sobre una roca que viste un gakuran negro, en la frente de la máscara dice "bambú" en yamato.
El otro lleva puesto un rimbombante frac rojo y negro con corbata no menos vistosa, lleva monóculo y un gran tupé hacia adelante. Está de pie junto al otro, con los brazos cruzados.
Conversan entre ellos mientras observan el combate que se está dando.

Y a la mierda todo. No sabía quién fue el listillo, pero acababa de generar una absoluta e innecesaria provocación que acababa de destrozar la delicada paz que solo yo y Ganaha podíamos romper.

- Me cago en la puta...

Quise abandonar el combate e ir directamente a por la jefa, pero el descenso del martillo de la jayan se puso en mi camino. Con un puñetazo de mi siniestra desvié el martillo, cayendo su cabeza inofensivamente al suelo.

- Craso error.

Aprovechando aquella posición ventajosa, le lancé tres puñetazos seguidos contra el abdomen, que a duras penas consiguió detener con el mango.

- Vamos, vuelve a intentarlo, pero esta vez intenta golpear fuerte de verdad.

No le presté mucha atención a la entrada de Yuri, aunque no le iba a hacer muchos ascos a los refuerzos.

Sonrio. La verdad, no se por que lo hago, esta es mas bien una situacion para llorar un poco, pero mi cuerpo opta por sonreir ¿acaso entre mis recuerdos desaparecidos se haya un adicto a las batallas? Espero que no pero, de alguna manera, siento que podria divertirme un rato. 

Tan pronto como viene la onda de energia, mi cuerpo reacciona saltando hacia ella pero, en lugar de ser golpeado, en el ultimo instante realizo una maniobra evasiva bastante precisa; casi se podria decir que estaba viendo moverse a camara lenta el ataque y me limitaba a moverme alrededor

-Aun sigues aqui?-le recrimino a Kaoru-Te he dicho que corras, no podre protegerte de tanta gente. Y ni se te ocurra preocuparte por mi, estare bien-levanto el pulgar en señal positiva

Tras decir esas palabras, desenfundo mi arma. Es pesada, mi velocidad se vera comprometida pero, de alguna manera, tendre que enfrentar a esta turba

Mi mano se había movido rápida para parar aquel relámpago azulado  que había chocado en el escudo, pero mi mirada se centraba en otro sitio.-No, no, no, no, no...- Mi voz repetía la misma palabra mientras avance hacia donde había caído el cachorrito abatido por uno de aquellos rayos. Al igual que Momohime no hice mucho caso de lo que ocurría y flexione mis rodillas al acercarme a Toto. Mi mano se coloco en su cuerpo y rápidamente empecé a ver si estaba bien. Siendo un cachorrito como aquel un rayo de esos podría haberlo matado. Mi cabeza se inclino para ver si aun le latía el corazón. En caso de la electricidad un paro cardiaco no era ninguna tontería.

Ya fuera por los nervios, que no conocía bien la fisonomía canina o porque simplemente no estaba, no acababa de encontrarle el pulso al cachorro.  En otro momento u otra circunstancia no habría reaccionado así  pero mi mirada con ya un par de lagrimas asomando se fijo en la peli azul que había lanzado aquel rayo. Se podía observar como mis ojos empezaban a humedecerse.- Tu...- Dije mientras miraba a la peliazul no podia creermelo, era demasiado cruel. No le aguante la mirada mucho rato pues la volví a fijar en Toto mientras hablaba al aire.- Remiel, úsalo todo si quieres.- Dije mientras volvía a poner la mano encima del cachorro y empezaba el ensalmo que había aprendido hacia poco para curar a Momohime, quizá si lo lanzaba rápido aun podría curar a aquel pequeño. Mientras lo hacía note como a mi espalda empezaba a notar calor y como notaba las energías mágicas que Remiel usaba empezaban a salir de mi. Había tomado su verdadera forma.

Las siguientes palabras emitidas no fueron por mí, sino por Remiel.- Lastima que no supierais lo que le paso al último que la hizo llorar.- Dijo colocándose detrás de mi mientras apoyaba la mano en mi hombro y miraba a todos los gamberros que había allí.- Seréis una bonita pira.- Dijo mientras chasqueaba los dedos de la mano que le quedaba libre.

—Jefita! Es demasiado rápido! No podemos darle una! —grita uno de los de la turba mientras intenta, sin éxito, golpear con un bate de béisbol a Kotor, que se mueve de un lado a otro evadiendo y esquivando golpes de todos los matones que tiene encima.

—En serio me estás diciendo eso? Son nueve contra dos!

—Ha desviado el martillo de un zurdazo! Qué es esta muchacha...? —Ganaha hace a un lado su arma para poder colocarse en una mejor posición mientras se le vienen encima los puñetazos de Keira. Consigue desviarlos con un buen juego de manos bastante rápidos para su tamaño.

Entonces, junto a Hanako se materializa una niña de fuego muy parecida a Remiel, pero del tamaño ya de una persona normal, con cabellos blancos y rodeada de llamas, que chasquea los dedos a lo Roy Mustang mientras dice algo y acto seguido toda la banda de delincuentillos empieza a arder.

—AAAH! Mi ropa! —Belita empieza a intentar apagarse, pero el fuego ya se está propagando por todo su cuerpo.

Thurrul, por otra parte, sigue completamente tieso mientras se le prenden las puntas de los cabellos, sin hacer ni caso.

—Tsk... y yo que quería tener un duelo justo... —Ganaha chasquea la lengua y suelta el martillo. Se desprende la camisa encendida y se la quita. Debajo tiene un sarashi cubriéndole el pecho. —Por qué tenían que meterse?

...

—Toto... —Momohime está de rodillas frente a un perrito blanco chamuscado que está tirado en el suelo sin moverse. De pronto se siente como un latido bien fuerte, y de golpe se agarra el pecho como si le doliera. Tiene bien abiertos los ojos, inyectados en sangre y jadea.

Se intenta poner de pie tambaleándose y temblando. Está estirándose el cuello de la camisa como si la estuviera sofocando —Nnnn....nnngggaaaaah.... —y se la desgarra con la mano, rompiendo el botón de más arriba. Eleva la vista al cielo y grita con fuerza.
Su piel empieza a tornarse roja y su cabello se eriza y se vuelve poco a poco de un color rosa pálido, el lacito que lleva se le desata y cae al suelo. Está apretando tanto los dientes que le sangra, y su rostro se distorsiona en una mueca espantosa de furia.

—Tsk... dos veces en menos de veinticuatro horas. Pobre chiquilla.

—Cómo? Cuándo ha...?

—Anoche, y aún no se había recuperado del todo.

Momohime emite otro rugido y exhala vapor por la boca. Se vuelve hacia Belita —MUJER MALA! —se quita los anteojos y los estruja con la mano, partiéndolos en dos —MATAR TOTO!! —y se abalanza contra ella a una velocidad demasiado violenta, apartando de un manotazo a Hanako, que la hace trastabillar hacia atrás, y es sostenida por Remiel para no caer al suelo.

—Qué hace Kamigawa aquí?! No la había visto!

Los chicos de la turba que combate contra Kotor empiezan a huir despavoridos —la Doncella de Hierro! nos va a matar a todos! —había varios rodando por el piso intentando apagar el fuego que se levantan torpemente para salir corriendo en diversas direcciones —corran por sus vidas!

—No sean maricas! quédense a pelear! —pero es muy tarde, ya no hay ninguno a la vista. —Mecacho!
Belita entonces empieza a recitar otro conjuro mientras mueve las manos y no aparta la vista de Momohime.

—Ka.... Ka-Ka-Kamigawa ha enloquecido! —Kaoru está aterrorizado apretando y sacudiendo demasiado los hombros de Kotor.
—P-pero no puedo huir y dejarte solo! —mira para todos lados, pensando en qué hacer, nervioso. —Aaah cielooos!!! —y finalmente se decide —Stayin' Alive!
Los ojos capaces de ver matrices pueden notar que detrás de él se materializa algo parecido a un escorpión blanco, muy pequeño, no más grande que la cabeza del chico.
—Rápido! mi arco! —le grita Kaoru, y entonces entre las pinzas de ese escorpión aparecen unas luces pixeladas que van tomando la forma de un arco y un carcaj de flechas. Kaoru lo toma y se prepara para disparar. —No abandonaré a mi amigo Kotor.

Ganaha mira por encima del hombro a Keira —esto ya se ha convertido en otra cosa —coge su martillo de nuevo y empieza a avanzar hacia Momohime —tendremos que dejar nuestro duelo para otro momento.

Por un segundo, me quedo paralizado. Al parecer, la chica habia entrado en una especie de furia berserker a raiz de lo sucedido al perro y, a juzgar por los comentarios de los demas, junto a su obvio aspecto, no era algo bueno

Tan rapido como me permiten las piernas, mi cuerpo se adentra en su area de accion. Todas mis celulas dicen que es una locura pero, por alguna razon, no tengo miedo, es mas, tengo una idea, una especie de plan de emergencia con un factor riesgo equivalente a un todo o nada... con un 75% de "nada"

Mientras que la chica parece centrarse en la peliazul, golpeo la parte anterior de su rodilla para que caiga de rodillas y, acto seguido, apoyo mi pulgar en su frente. Conozco un truco que puede funcionar, a ver si hay suerte. 

Dentro de su mente, busco sus recuerdos recientes. Veo furia, dolor, tristeza... y algo mas... algo oscuro. Pero no importa lo que haya, soy el conserje, mi trabajo es sacar la basura, y aqui tenemos el monto de mierda mas grande de la ciudad. Procedo a borrar todos los recuerdos malos de los ultimos momentos, tratando de que queden las cosas de manera coherente. No puedo eliminar el daño que ha sufrido Toto en la realidad, pero si cambiar su origen, salvando a los presentes de ser catalogados para "erradicar", haciendo que haya sido todo un tragico accidente... y que el animal no sufrio en absoluto ningun daño.

Cuando finalizado mi arriesgada operacion, procedo a autoentregarme una pequeña recompensa. De forma sutil, agrego recuerdos donde aparezco ayudandola en cosas triviales, pero consiguiendo asi que mi persona quede registrada en sus recuerdos, acortando la distancia entre nosotros

Finalmente, agotado por la locura que acababa de hacer, caigo sentado al suelo. Me va a llevar un rato recuperarme de esto... y deberia ir pensando algo creible para explicar como hice para calmar a este lindura... si es que esto ha funcionado y no me despezada a golpes, claro

La situación es más extraña de lo que me parecía a primera vista, además de que se empieza a complicar demasiado. Aunque la decena de enemigos que se estaban enfrentando al nuevo alumno se van por patas y ya no están dentro de mi rango, los otros parecen no inmutarse demasiado ante la ferocidad y descontrol que está demostrando Momohime. En mi encuentro con ella, incluso en un estado completamente racional, no fue capaz de controlar su fuerza y con un despiste mío habría terminado con mi vida si no es gracias al rápido tratamiento de su padre. ¿qué clase de gente es esta que no se inmuta demasiado ante tal presión de una persona de este calibre? Y aún por encima, cómo osan ignorarme de esa manera después de mi entrada? Eso es imperdonable!!!

Pero bueno, esto no que quite mi primera intención al llegar al campo de batalla. Aunque ya se encuentren a la par numéricamente han aprovechado su mayoría hasta ahora, que les debería importar que se meta una persona más con ella? Aprovecharé mi distancia actual para comprobar las habilidades de estos y ver la reacción de Momohime para ver si tengo que pararla o si solo ha enloquecido contra los que, conscientemente, debería considerar sus enemigos, aunque no da precisamente esa impresión.

Con mi espada posada sobre mi hombro, y continuando mi paso lento hacia ellos, bajo el arma en su forma de madera y la pongo horizontalmente a la altura de mi pecho.- Kamaitachi.- Susurro justo antes de cortar a través del propio aire, formándose una pequeña tormenta alrededor mía que se expande a gran velocidad como cuchillas que cortan todo lo que hay a mi alrededor... "Espero que no haya nadie escondido al que no haya visto, o la cosa se me va a salir de madre" pienso mientras voy haciéndome consciente de las personas a las que no quiero dañar con mi técnica.

Aquello pasó rápidamente de refriega normal a una explosión de fuego y violencia desencadenada, proviniente de un ser que jamás había visto. Todos los enemigos ardieron en llamas, incluida mi oponente, la cual se quitó de encima su camisa. Ante aquella vista mis ojos se rasgaron, y mis cejas subieran y bajaran varias veces.

- Nada mal.

Desgraciadamente, la furia de Momohime distrajo a todo el mundo, incluida Ganaha, pero no la iba a dejar escapar tan fácilmente.

- No deberías darle la espalda a tu oponente.

En cuanto intentó huir, avancé la pierna para ponerle la zancadilla, sin embargo no tuve en cuenta su peso y la maniobra salió en mi contra.