Partida Rol por web

—Ooh, servidor conoce bien a este personajillo. —Estrecha tu mano con fuerza y suelta. —Bastante problemático, sí. Tenemos mucho conocimiento sobre él, tanto como para escribir un libro.

—La banda que desmantelaste ayer pertenecía a una mafia local, Víctor solo tiene una banda de jóvenes delincuentillos no más allá de los alumnos de este lugar. Es un estudiante rebelde, pero no es un criminal.
Se acerca a tu oído, de modo que solo tú puedas escucharlo.
—Por desgracia para ti se trata de un combatiente de lo más formidable. Rara vez se ha visto pelear, pues usa a sus esbirros para hacer todo el trabajo sucio, pero una vez tuvo un encontronazo con la señorita Kamigawa, y gracias a esto pudimos recabar información suficiente. A cambio de una moneda de oro podríamos facilitarte la filmación. —Su sonrisa se vuelve más perversa al decirte esto.
—El muchacho posee el poder del Emperador, uno de los veintidós arcanos, con él ni siquiera necesita mover un dedo, pues envía a sus súbditos mágicos a que luchen por él. Cuidado con eso.
De último recurso tiene una gran destreza marcial con la guadaña con cadena, un arma que si mi memoria no me falla, procede de vuestras tierras.

—Le gusta jugar sucio y su mente concibe ilimitadas tretas para reducir a su rival, si no consigues superarlo en inteligencia tendrás muchos problemas, mi amigo.

Definitivamente Rondinelli era fuerte, y en cuanto tomó la ofensiva no tuvo dificultad alguna en ponerme contra las cuerdas.

- ¡Dorararara! - gritaba mientras desviaba un golpe tras otro.

La andanada de golpes no se detenía, y finalmente su mano se plantó sobre mi hombro, aunque no recibí daño alguno ya que el uniforme absorbió todo el impacto. Y sin darme un segundo de cuartelillo, el maestro trató de derribarme de una patada, que detuve con una mía provocando que saltaran chispas al haber logrado centrar mi energía. Aún así, su patada había sido más fuerte y me había hecho perder el equilibrio un instante, permitiéndole mantener la iniciativa a Rondinelli.

—Bien, también puedes valerte de tus ondulaciones para mantener los pies firmes en la tierra, excelente. Progresas a ritmo vertiginoso, señorita Keira!
Pero no te deja descansar ni por un segundo, ya que continúa con otra andanada de golpes, incluso más rápida y fuerte que la anterior. Consigues evadir y bloquear todos y cada uno, sorprendiendo todavía más al lord.

Das un paso hacia atrás para intentar alejarte y así tener un instante de respiro, pero en ese mismo momento Rondinelli te sorprende. —Zoom Punch! —Con un golpe que pese a la distancia, llega bien frente a tu cara.
Por fortuna estabas atenta y logras bloquearlo también, provocando que lord Rondinelli y Devo se queden completamente impresionados.

—Has visto a través de su maniobra especial, increíble.

A continuación hace una pausa para que ambos puedan descansar. —Disloqué mi hombro para cubrir más distancia con el golpe —se acomoda el brazo —es algo peligroso, pero útil si se domina bien. No te recomiendo intentarlo hasta que lo hayas practicado muchas veces.

Poco a poco la emoción me iba invadiendo, y sin controlarlo bien a mis pupilas rasgadas se le sumaron unos caninos pronunciados.

Me invadía la confianza mientras empezaba a ver los golpes con antelación, obligando a Rondinelli a retirarse cada vez más para estar fuera de mi rango de contraataque, hasta el punto en el que él tan solo tenía rango para patadas sin exponerse. Y una patada sería lo esperable, pero mis agudos sentidos vieron indicaciones de algo muy distinto, y dejándome llevar por el instinto todo lo que siguió sucedió a cámara lenta. Lord Rondinelli lanzó un puñetazo que por algún motivo era capaz de alcanzarme, a lo que mi brazo derecho respondió levantándose rápidamente y enroscándose alrededor del de mi maestro, desviándolo hacia la axila donde finalmente lo detuve con un fuerte agarre, que tan solo precedía a una patada que, sin estar imbuida en Ki, contaba con todo mi peso para maximizar su poder.

Y de repente todo volvió a la normalidad, con Lord Rondinelli tomándose un respiro para reajustarse el hombro que él mismo había dislocado. Aquel momento fue suficiente para hacer desvanecer toda la emoción, recuperando un rostro completamente humano con ello. Respiré profundamente, manteniendo esta vez la calma.

- Aún no hemos terminado, ¿no? - dije con una media sonrisa.

Hago una mueca triste tras el nuevo rechazo de Kaoru

-Lyooon, Kaoru no me quiereeeeee-le digo al chico, repitiendo nuestra tradicional escena de comedia barata, aunque este, al haberse ido, no me siguio el chiste

-Meh, mas tarde lo repetimos de nuevo-comento mientras me encojo de hombros-Supongo que, de momento, iremos a proteger a Keira ¿donde pudo haber ido? -me rasco despreocupadamente la cabeza-Creo que... por aqui

Kaoru suspira y te agarra de la muñeca —por aquí, me parece que se fue al jardín de atrás, cerca del bosque —y jala para que lo acompañes.

Una vez llegas a dicho lugar, justo en la entrada del bosque, cerca de los jardines, te encuentras a Keira combatiendo con un sujeto de lo más rimbombante, vestido de frac de vistosos colores rojo y negro, camisa y corbata, un monóculo y barba, con un flequillo hacia adelante que parece una pista de aterrizaje.

Keira está a la defensiva, mientras que el hombre le está dando una andanada de golpes de los cuales la chica se sabe defender de manera excelente.

Junto a ellos, sentado sobre una roca con las piernas cruzadas hay un sujeto enmascarado observando la pelea, viste un gakuran negro.

La patada del contraataque lo único que consiguió fue desestabilizar al contrincante y evitar que siguiera con la metralla de golpes. Su ropa está intacta, y no hay rastro de haber sido herido o siquiera magullado por ella.

—Por supuesto que no, no hemos hecho más que empezar —dice sonriente y muy satisfecho de los resultados —tenemos todo el mediodía, si es que usted no tiene ningún otro compromiso, podríamos continuar hasta que acabe el descanso.
—Veo que domina muy bien las técnicas defensivas, pero su ofensiva flaquea un poco.
Se calla de súbito y frunce el ceño.
—Oigo pasos, alguien viene, pero no creo que sea a quien esperamos, es demasiado pronto.

Keira siente el olor de dos personas acercándose por el sendero desde los jardines, y en efecto, ve venir desde allá a Kotor acompañado por otro muchacho de apariencia bastante delicada, que estaba con él comiendo en la cafetería.

—Kotor, creo que nos vieron... qué hago? nos vamos?

Me sorprendo un poco al ver el espectaculo. Por lo que habia oido, Keira era una chica algo violenta, pero no imaginaba que en los 5 escasos minutos que habian pasado desde que nos vimos en el comedor ya habia encontrado otra pelea

-Eeeh... ¿Perdon por interrumpir?-digo a los presentes, mientras mantengo una expresion algo boba en la cara-No queremos lios, asi que nos quedaremos a una distancia prudencial...

Retroceder, no retrocedo, dar la espalda a un posible enemigo es pedir que se le ataque a gritos, pero tampoco avanzo. Lo unico, trato de ponerme delanta de mi compañero, por si fueramos a ser atacados, evitar asi que este sea lastimado

Por si acaso, voy realizando mis preparativos por si tenemos que defendernos. Mirando de reojo al de la mascara, me concentro en el extraño del monoculo, que parece el mas propenso a atacar

Ha superado mis espectativas con creces, tengo plena fe en ella de que podremos acabar con ese grupo de mafiosos!

Y este otro chico, será amigo de ella? Podría unirse a nosotros.

- El malla-yuddha requiere antes de nada de una defensa muy sólida, al fin y al cabo es un estilo diseñado para enfrentarse a oponentes armados - respondí como explicación.

Noté entonces la presencia de los mirones en cuanto Lord Rondinelli me puso sobre alerta. Mi expresión fue de hastío al ver allí al chico nuevo, pues lo primero que supuse es que se trataba de un acosador como tantos otros podrían haberlo sido en clase si no les hubiera parado los pies. Pero aquello no terminaba de tener sentido si se había llevado un compañero, y al menos tenía agallas para cubrirlo, aunque nada de eso cambió mi expresión.

- ¿Y exactamente qué es lo que queréis? No tengo problemas con que os quedéis mirando, pero igual os conviene esconderos mejor, en un rato esto se va a poner serio.

—Es un usuario de matrices! —interrumpe el enmascarado gritando, rápidamente se pone de pie y señala hacia el aire —allí está, su matriz se dirige hacia Lord Rondinelli, va a atacarlo!

—...!

Pero transcurren unos segundos y no ocurre nada.

—Oh, la matriz ha vuelto al chico, no parece haber hecho nada. Espero. Lamento la interrupción.

Parece que el problema se resuelve solo, Rondinelli vuelve a dirigirse a Keira para responderle.

—Su defensa es más que sólida, lo hace usted perfectamente, señorita Keira. —La mirada de Rondinelli pasa ahora a fijarse en Kotor —Así que un usuario de matrices... hmm...
—Estimado —le dice a Kotor, haciendo un ademán como para invitarlo a acercarse —permítame presentarme, soy Lord Rondinelli, y este es uno de mis discípulos, Devo —el enmascarado asiente —y, aunque ya debe conocerla, la señorita Keira, que desde hoy inicia su entrenamiento conmigo.

—Tal y como dijo ella, estamos esperando a que venga cierta persona, y puede que todo se torne algo peligroso, por eso de momento estamos atentos.

—Un momento, se me ocurre una idea. —Devo golpea puño con palma y señala a Kotor —La llegada de este chico no puede ser más conveniente. Es un usuario de matrices, y trae consigo una espada. Por qué no tienen un combate para ver qué tan bien se defiende la señorita Keira con su malla-yuddha?

—Aaah, cielos... por qué todo el mundo aquí siempre piensa en luchar? —el chico que se esconde detrás de Kotor se lleva una mano a la cara y refunfuña.

Rondinelli pone una mano sobre el hombro de Keira.
—Repite lo que has aprendido en estos últimos minutos, si combinas tu arte marcial con tus ondulaciones, el filo de la espada rebotará al golpear tus manos como si fueran de roca sólida.

Parpadeo, sorprendido, tras ver los hechos, pero mas aun cuando el extraño enmascarado delata la existencia de mi poder. "Tsk, parece que me apresuré demasiado, ahora estaran prevenidos" pienso para mi, mientras que, a juzgar por la conversacion, proponen... ¿una alianza?

-Etto...-me llevo una mano a la cabeza, no se muy bien como tomarme esa proposicion-Si bien llevo una espada, prefiero no usarla si es posible, no soy fan de las peleas, igual que mi compañero, aqui presente.-hago un gesto con la cabeza, señalando a Kaoru-Ademas, en el hipotetico caso que luchase, lo maximo que podria lograr es quedar en ridiculo, asi que mejor no-realizo una sencilla sonrisa

-Por otra parte, no tenemos nada que atender ahora mismo, asi que, si quereis, podemos quedarnos y ayudar en lo que podamos en ese asunto "que se puede volver peligroso" que habeis mencionado

Sin poner mucha resistencia por mi parte me dejo arrastrar por Momohime hasta el aparcamiento. Por un momento pienso que va a enseñarme su moto o algo parecido, pero la sorpresa que me guarda no tiene relación con los vehículos. Mis rodillas se flexionan para ver el perrito y mi mano se mueve hacia el. Primero levemente y desde abajo para dejar que me oliese. Había leído en algún libro que así debía hacerse pues si intentabas acariciarlo desde arriba podían tener miedo.-Si, es precioso.- Murmure mientras mi dedo índice se alargaba para acariciarle bajo el cuello. Mi sonrisa se ensancho cuando dijo su nombre y volví a fijar la mirada en él.- Hola Toto.- Dije mientras terminaba de acariciarle.

Después de hacerle un par de carantoñas al perrito vuelvo a mirar a Momohime. En mi mirada era evidente lo que estaba pensando.- Escucha… Yo vivo de alquiler con mi primo y…- Por un momento pensé en Yuri con el cachorrito. Tendría que vigilarle, seguro que sería una mala influencia.- Tendría que preguntarle al superintendente si hay algún problema, pero quizá podría encontrarle un hogar, un hogar en el que podrías visitarlo siempre que quieras.- El perrito era demasiado adorable y siempre había querido tener uno, aparte de que de esa forma podría tener una excusa para que Momohime me visitara.

Remiel revoloteo por encima del perrito como si lo valorara hasta finalmente colocarse detrás de él y asentir.- Al menos este no tiene cremallera en la espalda.

—Eh? cremallera...?

A Momohime le llama la atención ese comentario, pero no le dura mucho la curiosidad, pues pasa a mirarte con ojitos ilusionados, incluso más tiernos que los de Toto. —Y... podría visitarlo... todos los días?
—...
Agacha la cabeza y se lleva una mano al codo. De nuevo se pone en su modalidad de timidez absoluta y ves que no sabe qué más decir, pero su cara es fácil para ti de leer. Has mencionado "primo", seguramente le de vergüenza ir si también hay un chico en la casa. —Am... eh... —parece que está por decirlo y confirmar tus razonamientos. ...No, parece que no.

—Oh.

De repente Momohime alza la mirada y se pone atenta. —Alguien... alguien está peleando... cerca...
Se queda mirando en dirección al sendero que conduce al bosque, junto al jardín interior. —Por allá.

Toto da otro ladridito, salta afuera de la caja y sale corriendo en la dirección que dijo Momohime. —Ah... —Ella duda por un momento, adelanta un pie, pero no se decide si salir corriendo o qué hacer.

Hice un ademan con la mano a Momohime para que no hiciera caso al comentario de la cremallera. Mi cabeza se giro hacia ella y asentí ante sus preguntas.- Todos los días, cuando quieras.- Tras decirlo pensé durante un momento.- Bueno, cuando este en casa, no queremos que los vecinos te tomen por una ladrona y… primero le tendré que preguntar al que nos alquila la casa, si no recuerdo mal en el contrato no comento nada de animales y…- Me quedo callada al ver su expresión, era evidente que la idea de mi primo no le daba mucha confianza.- No te preocupes por Yuri, casi no pasa por casa, tiene un trabajo a medio tiempo después de clases.- Tras decirlo me quede pensando. Tenía que empezar yo también a pensar en ponerme a trabajar si no los fondos se nos gastarían bastante rápido… Aunque bueno, siempre podría aceptar aquel trabajo como cocinera que dijo Melima.

Mientras estoy inmersa en mis pensamientos escucho las palabras de Momohime y veo como Toto salta fuera de la casa y comienza a correr en dirección donde señalaba. Al ver que no se mueve le cojo de la mano y tiro de ella.- Vamos, no podemos dejar que le pase nada a Toto.- Dije bastante preocupada, En el tiempo que llevaba en la escuela no había tardado en comprender que las peleas allí eran bastante mas destructivas que en cualquier otro lugar… Después de todo no solo se trataba de que hubiera magia allí, si no también chicos con bazokas.

- ...

Me quedé completamente muda al oír que estaba usando matrices. Contuve el miedo para no mostrar mis rasgos, pero desde luego mis sospechas en su contra se dispararon. Su reticencia podría ser que no quisiera mostrar sus cartas hasta que me tuviera a solas.

- No necesito hacer uso de las ondulaciones, mientras pueda detener la trayectoria de un arma jamás podrá hacerme daño - dije ofendida ante la insinuación de que necesitaba algo más que el malla-yuddha -. Y si no sois fans de las peleas, mejor que no os quedéis por aquí. De todas formas lo que pase es mi responsabilidad y me tocará solucionarlo a mí - sentencié con seriedad antes de volver a mirar a Lord Rondinelli -. ¿Seguimos?

—Eso que usted dice es cierto, pero qué pasaría si no consigue detenerla? —esa respuesta hace recordar a Keira como Rondinelli pudo evitar todo el daño de sus acometidas utilizando su ki incluso habiendo sido golpeado.

Al poco tiempo empiezan a oírse ruidos de gente acercándose, montones de gente, unas trece personas, más o menos. Vienen desde el sendero que conduce a los jardines.

—Vaya vaya, así que esta es la famosa pelirroja —la que encabeza la pandilla es una chica diminuta, de aproximadamente metro veinte de altura. Viste el uniforme con la camisa por fuera, su cabello teñido de azul chillón y un collar de cuero en el cuello con una cadena corta que cuelga de él. Junto a ella está Michael, el chico pelirrojo, con un ojo morado.
—L-lo siento, Keira, no pude traerlo...
—Calla, traidor —le da una patada en las canillas, que lo obliga a ponerse de rodillas —como vuelvas a hablar te quedará el otro ojo así de feo.

Detrás de la pequeñita hay una mujer de al menos el doble de su altura, trae el uniforme bastante ajustado al cuerpo, como si no le alcanzara la talla, y quedan visibles sendos abdominales entre la camisa y la falda, al igual que unas piernas tremendamente musculosas. Su flequillo oculta apenas un par de pequeños cuernos y un ojo, que denotan su naturaleza jayán. Junto a ella hay otro individuo enmascarado, de postura encorvada con los brazos colgando delante, observa en todas direcciones de manera incesante y la forma en que gira su cuello y mueve su cara es algo perturbadora.
El resto de la comitiva está formada por un grupo de estudiantes de apariencia revoltosa, pero no tan llamativos como su aparente líder o estos otros dos especímenes.

—Aaaah! Ya sabía yo que nos meteríamos en problemas! Son los secuaces de Víctor! —Kaoru se agarra la cabeza. Lleva un pie hacia atrás, preparado para huir.
—Me voy! Vamos Kotor, no tenemos nada que ver con esto, no quiero estar en un lío!

—Peh! —la peliazul escupe al suelo —el conserje y el cobardica andrógino. Son esos tus compinches? Qué chiste.

Por otro lado, Rondinelli y Devo murmuran entre ellos.

—Hm, así que estos son los que causan problemillas.
—Bastante vergonzoso, se les da un lugar para estar protegidos, y así es como responden.

Entonces se oyen unos ladridos de cachorro provenir desde el estacionamiento de bicibletas. Desde el camino que viene por ahí viene corriendo un perrito de lo más adorable.
Tras él vienen persiguiéndolo Momohime, que está siendo arrastrada de la mano por Hanako.
El perrito va y se para entre Keira y la chica peliazul.

—Qué problema tiene este perro? De dónde ha salido?

—Jefita, para cuándo la paliza? —grita uno de los estudiantes del grupete.

—Sí, cierto. Ganaha, encárgate de ella, será más que suficiente. Le enseñaremos quién manda aquí.

La chica enorme se adelanta y ahí pueden ver que porta un martillo de grandiosas proporciones, que se echa al hombro mientras avanza hacia Keira.

—Que los demás no se metan, o habrá toñas para cada uno, eh? Thurrul, vigila que nadie intente nada gracioso.

La cara del enmascarado se gira lentamente hacia la chica peliazul y asiente despacio.

Cuando llegue corriendo al lugar no pude creerme muy bien lo que veía. Parecía como si fueran a hacer un linchamiento público y… Mi mirada se fijó en el cachorrito, parado entre la que parecía liderar el tumulto y Keira.- No, Toto, ven.- Dije mientras le hacia una seña con la mano al perrito.

Aun no tenía clara del todo la situación, pero cuando vi como la jayan empezaba a avanzar con el mazo al hombro hacia Keira comprendí que algo iba mal. Había visto a Keira pelear, sabía que era ágil y no pensaba que tuviera problema para evitar a aquella gigantona, pero me preocupaba Toto.

Cuando escuche que nadie interviniera no pude evitarlo.- ¡Espera! Déjame recogerlo, él no tiene nada que ver…- Digo mientras señalo al perrito situado delante de Keira. Quería me preocupaba también, pero en ese momento a quien veía mas indefenso era al cachorrito y, si con aquello conseguía algo de tiempo, mejor.