Partida Rol por web

Cuando Momohime me aparto casi no acabe de darme cuenta de que ocurría, seguía concentrada en el cachorro, de no ser por Remiel quien me sujeto habría caído hacia un lado. No acababa de prestar atención a lo que acontecía a mi alrededor mientras seguía murmurando el ensalmo del hechizo que quería lanzar. Finalmente termine de lanzar el hechizo pero no ocurría nada. ¿Había hecho algo mal? Había lanzado el hechizo tal y como indicaba el libro.

Mis manos acariciaron el pelaje de Toto como si no entendiera que ocurría. Mi cabeza se agito negativamente como si no quisiera creer. Estaba… ¿Muerto? No, no podía ser, debía  haber hecho algo mal. Agite la cabeza negativamente mientras las lágrimas empezaban a aflorar de mis ojos y empezaba una vez más el hechizo.

Los sentimientos de desesperación dentro de mi ser se representaban de otra forma por parte de Remiel, cuyas llamas alrededor suyo parecía crepitar con mas fuerza y cuya mirada en vez de desesperación reflejaba un profundo odio hacia la peliazul. Su brazo se volvió a mover como si lanzara una pelota de forma diagonal con fuerza.

Momohime da un tremendo salto hacia adelante con los puños encima de su cabeza, y aterriza sobre Belita bajándolos sobre ella. —MOMO APLASTA! —Los brazos se cubren de chispas rojas mientras impactan sobre un escudo sobrenatural que acaban partiendo y termina dándole a la peliazul un golpe violentísimo que le deja la cabeza enterrada en el suelo.

El chico pelirrojo con el ojo morado que estaba junto a ella queda temblando y cubriéndose con los brazos. Gesticula para hablar pero no le salen palabras, y se le empieza a notar una mancha oscura en la entrepierna del pantalón.

Al mismo tiempo, de la espada de Yuri surge una ráfaga de viento cargada de ki.

—_M..ier... —La ráfaga rodea a todos los presentes, y como si tuviera voluntad propia se dedica a acuchillar solamente al grupo de delincuentes juveniles —QUÉ!?
Belita está intentando levantarse y recuperarse del golpazo cuando se le viene encima el ataque de Yuri, y a duras penas consigue concentrar el escudo a su alrededor para bloquear cada voluta de aire que intenta cortarla.  —Me van a pagar por esto, me oyen! Mi novio les pateará a todos el culo de aquí hasta Hausser!

Cuando el aire filoso impacta en Thurrul éste se parte en dos, para sorpresa de todos, pero inmediatamente ambas mitades se vuelven grises y se convierten en polvo que es llevado por el viento.

—ERA UNA COPIA! MALDITO VAGO VISUAL DE MIE*DA! DÓNDE ESTÁS?! —chilla Belita, pero sin respuesta alguna.

Todos los que habían salido huyendo son alcanzados por la técnica de Yuri y quedan llenos de heridas y con las ropas rasgadas, llorando y pataleando esparcidos por todo el patio.

—Bueno, creo que tendré problemas para detener eso... —sonríe Ganaha intentando aparentar confianza y calma.
Se cubre su cuerpo con los brazos para evitar la mayor parte del impacto, y el viento acaba produciéndole multitud de tajos en toda la piel, pero ninguno llega a ser del todo profundo.
Keira aprovecha para darle un barrido a los pies, pero es como si le hubiese dado una patada al tronco de un árbol. Lo único que consigue es un dolor punzante en el tobillo.

—Atacas por la espalda! Y yo que pensaba que tendrías honor...

Hanako intenta curar a Toto, pero éste sigue sin moverse, y no parece estar respirando. Es cuando lo comienza a intentar por segunda vez que obtiene resultados positivos, el perrito abre débilmente los ojos y aspira profundamente.

—Come otro poco, desgraciada! —grita Remiel y le lanza una onda de calor a Belita, que traspasa su escudo y le da de lleno en todo el cuerpo.

—GYAAAAH! —la pobre grita desesperada, con la cara roja y cubierta de ampollas, los ojos abiertos como platos. Se pone a rodar por el suelo y finalmente queda inconsciente y humeando.

—Aa... eeh... —Kaoru está tremendamente nervioso apuntando con su arco, las flechas que usa son de punta roma. —N-no sé a quién disparar...

Es Kotor quien toma la iniciativa y se avalanza sobre Momohime.

Tras su acto estúpidamente heroico, Momohime se lleva las manos a la cabeza y emite un alarido que pareciera salido de una banshee.
—CEREBRO DOLER!! —Se pone a tirar manotazos en todas direcciones y a golpear el suelo.
Kotor cae sentado y Momohime se fija en él, levantando un brazo lista para darle.

Existe una leyenda en tu país Lannet que habla de un tal Aeon Oscuro llamado Orochi, con una obsesión brutal por destruirlo todo y sumir al mundo en un vacío absoluto.
Orochi tenía la forma de una gigantesca serpiente blanca de siete cabezas, cada una de las cuales era un portal hacia la nada. Se desconoce si se trataba de su verdadero aspecto, pero es la apariencia con la que aparece en muchos pergaminos de leyendas de Varja. Tras manifestarse y arrasar todo lo que encontró a su paso, Orochi exigió que se le entregaran siete princesas puras, a las cuales impregnó con su esencia para que llevaran dentro de sí su descendencia, antes de que finalmente fuera sellado por el propio Amaterasu.
Parece que Momohime es una descendiente de estas jóvenes y su sangre la obliga a violentarse de esta forma cada vez que no puede controlar sus emociones.

Mi entrada en escena ha sido más efectiva de lo que esperaba. El que me parecía tener la pinta de ser el más fuerte, el enmascarado que estaba tan tranquilo viendo la situación, resulta que era solo una imagen creada probablemente con magia y no tendré que enfrentarme a él, además de que los otros 2 contendientes parece que están bastante ocupados como para mirar hacia mi incluso después de recibir el ataque.

El principal problema en este momento es Momohime, quien parece haber perdido completamente la razón y la actuación de Kotor, aunque valiente, no ha hecho nada más que empeorar la situación haciendo que lo vea también como un enemigo. Retrocedo dando un pequeño salto y preparo mi espada para protegerlo. Piensa antes de actuar... No utilices todo tu poder y asume que va a ir a por ti con todo... Así pues, cargando el ki en mi espada lanzo un ataque a larga distancia contra Momohime, con la intención de simplemente dejarla inconsciente y no dañarla demasiado. Un pequeño resbalón al apoyar mi pie en el restroceso junto con mi falta de experiencia a la hora de controlar mi fuerza hace que mi ataque no sea tan efectivo como me gustaría, pero todavía sigue siendo lo suficientemente bueno para al menos intentar afectarle y que me vea a mi como su enemigo, evitando así que vaya a por el resto de compañeros.

 Recobra la consciencia Momohime!!- Grito mientras lanzo mi ataque irónicamente, ya que intento hacer que la pierda completamente.- El perro está sano y salvo!! No ha muerto!! Recupera la consciencia y llévalo a un veterinario antes de que vaya a peor!!- Este es un último recurso, pero si este estado fue causado por el impacto de pensar que el perro había muerto, puede que el ver que está a salvo le haga al menos dudar un poco y así actuar nosotros para pararla

- Joooder.

La cosa se había ido de madre en tan solo unos segundos, y de repente la jefa estaba al borde de la muerte. Un asesinato entre alumnos ya sería demasiado, y si la subdirectora se enteraba de que yo había iniciado todo aquello encontraría la excusa perfecta para expulsarme. Supuestamente la presencia inquisitorial se había incrementado por los alrededores, así que no quería recurrir a aquello, pero tal como era la situación, si aún no se habían lanzado al ataque es que no estaban cerca.

- Hora de jugarse el pellejo... - dije en voz baja, más para mi misma que para quienes me rodeaban.

Con un ligero rugido toda mi piel se cubrió de pelo con el patrón de un tigre, mis dientes se afilaron por completo, mis músculos se ensancharon y crecí unos pocos centímetros. Mis uñas se convirtieron en garras, que rápidamente retraí, y me lancé directamente contra Momohime para inmobilizarla.

Miro a la chica con duda ¿Habra funcionado?

-Nop, no parece que haya salido bien...-murmuro mientras retrocedo, tratando de salir de su margen de accion. Ya se ha demostrado que soy inutil, asi que lo mejor que podia hacer ahora es tratar de no convertirme en un peso muerto... o en un muerto a secas

-Bueno, podria haber sido peor...-comento al ver el escenario desde algo mas lejos. La verdad, no se como podria ser peor, pero bueno. A continuacion me dirijo a Kaoru-Si no sabes a quien disparar, no dispares-le digo-La peliazul no parece querer luchar mas y sus muchachos son rapidos en salir corriendo, el unico "problema" es la Berserker, pero no es buena idea golpear a un amigo... Sonara tonto pero ¿y si la dejamos sola y que se calme? Me parece mas sano a que nos rompamos los huesos unos a otros (ademas de que les tengo cariño a los miosy no quiero verlos reducidos a polvo)

El vendaval cargado de energía llega a las manos envueltas en chispas rojas de Momohime, quien lo detiene atrapándolo y estrujándolo hasta desvanecerse y la muchacha grita a los cuatro vientos. Su uniforme se rasga todavía más, revelando un sujetador deportivo negro que también se estropea.
No parece escuchar a nadie ya que no responde a ninguna llamada de atención.
Su mirada se enfoca ahora en Yuri —DEJAR MOMO EN PAZ! —y da un enorme salto, aterrizando sobre él de la misma manera que con Belita. Yuri se lo veía venir, así que no acaba de la misma manera que la hechicera. Le queda un gran hematoma morado en el hombro que le causa un dolor por ahora soportable. La fuerza del golpe lo empuja hacia atrás, pero es capaz de mantener el equilibrio.

Kotor aprovecha la distracción para salir huyendo.

—Eeh!? —Kaoru queda más que sorprendido —Y dejar a los demás a la merced de este monstruo? Kotor, eso no es típico de ti!

—No importa, creo que los que quedamos podremos con ella —Ganaha con su martillo se lanza al ataque, pero Momohime levanta su mano para detenerlo. La misma queda sangrando en la palma donde sufrió el impacto.

Sin previo aviso Keira salta por la espalda de Momohime y se aferra a ella.

La joven empieza a dar vueltas y zarandearse para quitársela de encima, echa una mano hacia atrás, atrapando a Keira por el brazo, y la lanza hacia adelante, cayendo ésta de pie frente a ella.

De repente cuando se fijan en Hanako está echada en el suelo, y Remiel no parece estar en ninguna parte. El perrito Toto, ya mejor, se acerca despacito a lamerle la cara. La chica no responde.

—Lord Rondinelli! No cree que deberíamos intervenir?

—Tranquilo —Rondinelli echa orégano en su pipa y la enciende sin verse alterado en lo más mínimo —los jóvenes tienen perfecto control de la situación.
Echa una pitada y mira a su compañero —si nos metemos los estaríamos malcriando.

—Pero, Lord!

Ambos espectadores siguen observando el combate desde una distancia prudente.

—Piensa que se trata de una situación real, en un caso así nadie vendría a salvarte milagrosamente. Es sano que tengan este tipo de encuentros.

Parece ser que todos nos preocupamos ahora mismo solo de Momohime y su extraña presencia ahora mismo, pero cuando miro hacia donde estaba antes puedo ver como mi prima ha caído al suelo, espero que simplemente inconsciente, y no reacciona ante las caricias del perro. Eso hace que me plante nuevamente ante Momohime y, levantando mi espada a la altura de mi cabeza, aseste otro golpe a su cabeza, aunque algo en mi interior está acumulando ki,sin comprender demasiado la razón y aunque mucho más rápido que de costumbre, no me da la impresión de que sea un golpe realmente letal.- Que despiertes de una vez!! El perro está a salvo!!- Exclamo mientras bajo mi espada para golpearle con la mayor fuerza posible.- Y mi prima inconsciente... tengo que llevarla junto a tu padre

Ya casi tenía su cuerpo rodeado e inmobilizado, y estaba a punto de cerrar la llave cuando Momohime reaccionó y me lanzó. Aterricé de pie, lista para continuar, pero frustrada por mi fracaso ya no me podía concentrar correctamente. Mi posición no era la adecuada, contaba con un precario equilibrio que se podría romper fácilmente, pero en aquellos momentos no era consciente de ello.

- ¡Maldita sea, tranquilízate antes de que esto vaya a peor!

Me lancé de nuevo con la misma intención, pero esta vez de forma mucho más inestable e imprecisa, casi a punto de caer.

Me ofende el comentario que dice mi "amigo", que casi parece que no me conoce en absoluto

-Nunca he dicho nada de dejar a nadie a merced de nadie, me he limitado a dar una solucion mas que coherente y practica dada la situacion actual-mientras hablo, los chicos optan por atacar a la berserker, que se defiende con relativa facilidad-Y viendo la alternativa taaan efectiva, opino que era un buen plan, nadie puede estar en ese estado eternamente, con algo de tiempo se deberia calmar sola

Suspiro, viendo el singular espectaculo. Cansado, me siento en el suelo de piernas cruzadas. Aprovecho y recojo mi espada, que la habia soltado antes, cuando trate de calmar a la chica, un esfuerzo claramente inutil, viendo los resultados

-Aaaaah... luego tendre muchos escombros que barreeeeer, no quieroooo-me quejo mientras termino de recostarme sobre el suelo. Viendo lo que me toca, mejor guardar fuerzas, que luego ya me tocara romperme la espalda limpiando... que lindas se ven las nubes desde aqui...

La espada de madera de Yuri baja sobre Momohime, que se cubre con ambos brazos para reducir el impacto. Al golpear explota una onda de aire causada por la fuerza con la que chocan.

Entonces silba una flecha lanzada por Kaoru, que es furiosamente rechazada por Momohime y se parte en dos.

—E-e-e-es un monstruo! Kotor! Deja de mirar las nubes y ayuda!

Keira y Ganaha se lanzan al ataque a la vez, y mientras Momohime atrapa el brazo de la pelirroja recibe desde el otro lado un brutal martillazo de la jayán, que la hace rodar por el suelo. Poco a poco se empieza a levantar gruñendo, es como si no sintiera dolor en absoluto.

—Es inútil, solo conseguiremos enfadarla más, y mientras más furiosa esté más fuerte se vuelve.

Momohime sangra por la boca y tiene una gran herida en el costado donde recibió el golpe, pero eso no le impide en absoluto correr como si nada hasta donde están sus agresoras.

—Atenta, pelirroja, aquí viene de nuevo.

- ¡¿Pero queréis dejar de golpearla?! - grité -. ¡Eso solo empeora el problema, intentad reducirla! ¡Derribos y agarres, que no pueda llegar a moverse!

Desde luego, Momohime daba cada vez más miedo, pero con mayor razón había que detenerla cuanto antes. Sin embargo no estaba segura de que Ganaha pudiera soportar sus golpes, pues antes comprobé que su defensa no era tan solida como la mía, por un margen relativamente amplio. Por ello intenté interponerme entre ella y Momohime cuando pude, para tratar de llamar su atención y que dirigiera sus ataques contra mi, pero no estaba muy segura de como iba a funcionar.

En cuanto vi una apertura, volví a intentarlo. Si la primera vez había estado tan cerca de conseguir apresarla, tarde o temprano podría detenerla. Aun así, aquello no bastaría para poder ponerle fin a todo aquello.

- Vamos a necesitar un exorcista para quitarle ese demonio de encima.

La nueva técnica me ha puesto en una posición delicada, dejando mi tiempo de reacción muy mermada y sin posibilidad de defenderme bien... - Piensa en la gente que puede sufrir mientras ella esté así, por no decir ella misma!!- Grito ante la pasividad de Kotor en esta situación. Dejar que se le pase a ella sola cuando fue él mismo el que ni siquiera espero a ver como reaccionaba en este estado? Yo puedo ser muy irresponsable, pero lo que este chico está haciendo sobrepasa mi nivel con creces.- Si vas a ser un cobarde al menos no la incites. Si no te salvo el pellejo no se donde estarías ahora mismo!- Muerto, siendo resucitado por Taisei-dono, eso es completamente seguro, pero no quería decirlo tan directamente.

Espero que no intente atacarme a mi de primeras después del golpe de Ganaha, porque si no creo que visitaré al padre de Momohime muy pronto, y probablemente mi abuelo me eche una gran bronca esta vez. No quiero eso!!! Intento recuperarme lo más rápidamente que puedo y, vaciando completamente las reservas tanto físicas como espirituales, lanzo un golpe horizontal con la esperanza de conseguir dejarla inconsciente esta vez, pero la inercia de este golpe me llevará con él y me tirará al suelo, dejándome en el suelo siendo incapaz de mover ni un solo músculo después

-No le pidas peras al olmo, que no te las va a dar-le digo de forma tranquila al idiota bocazas, todavia mirando las nubes-Primero de todo, no recuerdo haberte pedido ayuda, asi que no te debo nada. Segundo, no digas que soy un cobarde cuando no lo soy: no la he incitado, he tratado de calmarla, aunque se ve que no funcionó. Y tercero y mas importante ¡Aqui estais solo vosotros! Si la dejais tranquila, deberia calmarse, si seguis atacando, obvio que se va a seguir en ese estado ¿O acaso vuestro plan es combatir con ella hasta la muerte para que pare? Vaya heroes estais hechos, no hace falta que os molesteis en "ayudarme" si me pasase algo asi a mi

Todavia recostado, levanto mis piernas y, tras ganar impulso, me levanto de un salto. Miro el combate y suspiro

-Todos los idiotas cerebro de musculo dan por sentado lo mismo: que todo el mundo vive por y para las batallas ¿En tu craneo cabe la idea de que exista alguien que no sepa o no pueda pelear? No se, a lo mejor esa persona realmente existe y es insultada llamandola cobarde, aunque su caso no es cobardia, si no incapacidad para ayudar

Dicho eso, me doy la vuelta y me alejo de la batalla. Al pasar cerca del enmascarado y su maestro, le doy un pequeño golpe en el hombro

-Que suerte tienen algunos, que por hacer exactamente lo mismo que yo, no son catalogados como cobardes

Ganaha aprovecha el impulso con que la otra viene corriendo, tensa los músculos y con los ojos enrojecidos asesta un poderoso martillazo que de nuevo choca con los brazos de la chica al ésta cubrirse. Las mangas de su camisa ya están completamente deshechas y caen al piso en jirones. —Maldición.
—Por más que odie admitirlo, el chico aquel tal vez tenga razón. No hay tiempo para conseguir exorcistas, tal vez si la dejamos sola se calme —mira a los demás —el problema es justamente ese, nos atrapará si intentamos huir.

Mientras Ganaha habla, Keira aprovecha el retroceso de Momohime causado por el impacto para atraparla, se le prende desde la espalda y efectúa una llave para atraparle los brazos y llevarlos detrás.

Se zarandea con fuerza y echa patadas al aire, pero esta vez Keira no suelta. Está gritando tanto que parece como si ella misma estuviera sufriendo un dolor terrible.

—Kotor... —las manos de Kaoru tiemblan y oprime con fuerza su arco. —Yo mismo no sé combatir, pero no por eso voy a dejar tirados a los que corren peligro. Puede que tengas razón en lo que dices, pero ellos no pueden salir corriendo en este momento, no con ese monstruo pisándoles los talones.
Entonces tensa la cuerda preparando una flecha y apunta a Momohime. Luego suelta y dispara. —Sei!

La flecha silba por el aire a velocidad vertiginosa, pero justo cuando va a llegar a la cara de Momohime ésta gira la cabeza y atrapa la flecha violentamente entre sus dientes, volviéndola añicos.

Kaoru cae de rodillas al suelo y suelta su arma —Es... es inútil, me rindo.

Y sorpresivamente la espada de Yuri impacta sobre la cabeza de Momohime. Su frente queda sangrando, pero ella ni se inmuta, y pega otro alarido ensordecedor tratando de quitarse de encima a Keira.
Yuri sigue expreso por su propio impulso y da cabeza con cabeza con Momohime, cayendo éste al suelo inconsciente.

Esta vez por fin logré cerrar la llave, y conseguí atrapar a Momohime. No conseguí el mejor de los agarres, pero no iba a soltarla para intentar conseguir uno mejor, pues no lo conseguiría. Pero había otra forma de mejorar la situación.

- ¡Deja de disparar y ve a buscar a un exorcista! -grité a la arquera -. ¡Tenemos que sacarle el demonio que la está poseyendo! ¡Cuanto más daño le hagamos, mayor control tiene sobre ella!

Desde aquella posición sería más fácil hacerla caer, pero dudaba que fuera a poner de su parte para ello. Sin embargo, cuanto más inmovilizada la mantuviera, más fácil sería controlarla. Un poco más, y pronto podríamos liberarla de la posesión.

- Vamos, Ganaha, necesito tu ayuda para controlarla. Hay que desequilibrarla.

Intenté ponerle la zancadilla, pero aun se movía demasiado y no conseguía poner bien la pierna para poder llevarla hasta el suelo.

Viendo que con sacudirse no es suficiente para quitarse a Keira de encima, Momohime corre hacia un árbol al cual embiste con su cuerpo, poco antes de darse contra el mismo, se voltea para chocar con su espalda y que Keira reciba todo el impacto de lleno. La chica se impulsa hacia arriba, haciendo la vertical sobre los hombros de Momohime y baja al suelo delante de ella.

—Un exorcista...? Eeh, sí, creo que sé a quién traer.

La matriz de Kaoru se prende a su espalda y ambos desaparecen en una nube de luz pixelada y vuelven a aparecer algunos metros más atrás, en una zona segura alejada del combate y echa a correr hacia la mansión.

—Eso que dices tiene sentido —Ganaha suelta su martillo, que cae al suelo haciéndolo temblar —pero en ningún momento vi espíritus cerca, es raro.
Va corriendo hacia Momohime y se lanza a sus pies para atraparlos y derribarla, pero la otra da un salto por encima de ella, pisándola y quedando detrás. Ganaha se levanta gruñendo. —Segura que la tienes bien agarrada tú?

A todo esto, Yuri parece estar roncando.

- No, pero como intente hacerlo mejor se me escapa - contesté a Ganaha mientras intentaba que no se soltara.

Momohime se revolvía mucho, y el agarre que tanto me había costado conseguir estaba a muy poco de liberarse, pero no estaba dispuesta a dejar que el demonio se saliera con la suya, no si podía evitarlo. Su sangre ya me estaba cubriendo por su borboteo continuo, pero aquello no me desalentaría. Estaba preparada para lo que quisiera echarme encima, o al menos eso creía, y ahora que Ganaha me estaba siguiendo el juego no tardaríamos en reducirla. Con un poco de suerte igual conseguíamos que se liberara por si sola.

A las malas, podía pedirle ayuda a Lord Rondinelli y a Devo, pero no quería llegar a aquello. Quería demostrarles que podía hacerlo sin ellos, aunque no fuera sola.

Momohime hace un rápido movimiento mientras Keira intenta posicionarse mejor y aprovecha para zafarse de su agarre con una llave que le tuerce el brazo, luego le patea el estómago, haciéndola chocar contra el árbol. —SOLTAR MOMO!
Después salta sobre Ganaha y quedan forcejeando un momento entre las dos, hasta que Momohime le muerde el hombro.

—Duele! —por fortuna solo se trató de un mordisco pequeño y no ha dejado ninguna herida, solo ha conseguido enfadar a Ganaha un poco.

- ¡Ah! ¡Joder! - grité al notar la torcedura de brazo.

El dolor me distrajo por un instante, y entonces el pie de Momohime se clavó en mi estómago, estampándome contra un árbol que había justo al lado. Escupí sangre, pero no solté su brazo, sino que volví a aferrarme a él con fuerza y me cerré a su alrededor de nuevo.

- ¡Vamos, se que estás ahí dentro! ¡Lucha por el control! ¡Demuéstrale quien manda a ese demonio!

A aquellas alturas no tenía mucha esperanza de que aquello funcionara, pero en el momento en el que me rindiera se acabaría todo. Planté mis pies en el suelo con firmeza, pero antes de que pudiera reaccionar de forma consciente, Momohime se revolvió rápidamente. Hice lo que pude para mantenerla sujeta tanto como pudiera. Definitivamente la haría caer, una vez en el suelo ya solo podría terminar recuperando el control.