Partida Rol por web

 El chico era hispano y mostraba los signos de una vida dura; una cicatriz marcaba su rostro pero no era ese el rasgo que más destacaba pues sus ojos parecían mirar directamente a mi alma. ¿Qué verá en ella?

Fueron sus ojos los que me impulsaron a no desconfiar de él y por extensión de la coyote. Asentí y nuevamente extraje el Don para luego sostenerlo entre mis manos. -Es de la plata más pura y sólo el Gran Espíritu Oso logró resistir el poder desatado cuando fue creado por la Madre Verde, los demás cayeron. No había hablado con nadie respecto a eso hasta ese momento. -Tal vez sea mejor que no lo toquen directamente. Extendí mis brazos para que la plateada esfera quedase en el centro del círculo que formábamos, después mire a quienes estaban a mis lados. -Apoyen sus manos en mis hombros. Tras decirlo esperé que todos cerrasen un anillo tomándose las manos. -Unidos seremos más fuertes. Murmuré al cerrar los ojos.

Vigía-del-Alma entrecerró los ojos ante el fulgor de la esfera. Aquella luz, la más pura que jamás había sentido atravesar sus pupilas, hería su visión y la elevaba a la vez a un peculiar estado hipnótico. Casi agradeció, con los ojos ya enrojecidos, que el Gurahl guardará el orbe y le privara de su sugestiva visión.

El Oso, de nombre Misha, explicó que aquella esfera mágica era la clave para sanar a Selene, la Luna, pero que le estaba costando contactar con su espíritu. Se hallaba escondido, posiblemente atemorizada por las atrocidades ocurridas en su reino, y era imposible dar con ella para sanarla.

Tayen sugirió unir sus percepciones para encontrarla y, tras superar el recelo de Misha y seguir sus indicaciones, los presentes crearon un círculo entorno a la esfera de plata con la firme intención de encontrar de una vez a la herida y darle curación.

"Se me da bien buscar cosas. Te encontraremos, Selene, y te curaremos."

La mente de Vigía-del-Alma pronunciaba el nombre de la dama de plata, pero no sólo pensaba en ella. El eco de otra trágica pérdida, tan amarga con la de la Luna, resonaba en lo más profundo de su subconsciente.

Aunando sus espíritus a través del Don de Eshtarra, los tres cambiaformas consiguen encontrar a Selene entre los restos destrozados de su reino. El camino será largo, pero al menos ahora saben a dónde ir.

¿Y bien? - pregunta Altair mientras Misha vuelve a guardar el Don - ¿La habéis encontrado?

Sí - le informa Tayen - Ya podríais haber llegado por algún punto más cercano a su escondite. Vamos a tener que recorrer medio reino.

Entonces será mejor...

Lo que fuera a decir el Contemplaestrellas queda interrumpido por un brutal terremoto seguido de una explosión de tierra que lanza por los aires al grupo de cambiaformas. La bestia del Wyrm que surge de la tierra tiene la forma de un enorme gusano que huele a carne podrida y heces. Sus rugidos son tan potentes que hacen sangrar los oídos. El aura de corrupción que le rodea hace vomitar a aquellos que tienen la desgracia de estar cerca de ella...

 Esa vez lo logramos, juntos pues no debía ser de otra forma. De forma instintiva sabía donde se encontraba Selene, al cerrar los ojos casi podía ver el camino y a donde nos conducía, como estar unidos a ella por un hilo del destino. Un hilo de plata..

 Mi corazón latía emocionado y con la esperanza renovada, a pesar de la distancia que nos separaba y las dificultades que encontraríamos, ya sabía donde debía ir. Regresé el Don a su envoltorio y miré a los ojos del líder Pumanca; de todas las razas cambiantes los felinos eran los más cercanos a Selene, además él se había mostrado siempre respetuoso y generoso. -La vi, tío, esta herido pero... El fuerte temblor que produjo la abominación al emerger interrumpió mis palabras. -¡Iolki-palki! La expresión salió de mi boca sin pensar.

 Por un breve instante quise correr hacia la monstruosidad para defender y luchar, pero la lección del puente había sido aprendida. -Debemos proteger el Don, es lo más importante ahora. Por mucho que me doliese, ninguna de nuestras vidas valía nada en comparación. -Nuestra lucha es en otro lugar, Luna nos espera.

Lo siento valafor pero la tirada de Rabia sí es necesaria porque si Vigía entra en Frenesí huirá de la Perdición sin dar tiempo a hacer planes ni a hablar con Misha.

El estruendo y los restos de tierra y árboles que salieron despedidos por todas partes sorprendieron al hispano que, como acto reflejo, se acuclilló y cubrió su cabeza con las manos. Un rugido espeluznante y un súbito hedor de carne en descomposición captaron la atención del tembloroso muchacho, cuyos ojos surcaron el cielo y no tardaron en toparse, unos cuantos metros más arriba, con una gigantesca bestia vermiforme que acechaba al grupo erguida desde el agujero del que repentinamente había surgido.

Vigía-del-Arma, manteniendo la posición defensiva y sin perder de vista los movimientos de la temible bestia, se arrastró hacia el Gurahl y se dirigió a él con urgencia.

"¡Toma tu forma humana y sube a mi lomo! Así alcanzaremos antes el escondite de la Luna."

Dicho esto, el Roehuesos emitió un aullido que no tardó en perderse en la algarabía reinante y su cuerpo mutó al de un enorme lobo prehistórico del tamaño de un caballo pequeño. Completado el cambio, el asombroso animal inclino su espalda ante la mirada de Misha y con un leve gruñido le indicó que subiera.

¡Corre, llévatelo! - grita Altair

Vigía se escapa de la pelea con el titánico monstruo llevándose a Misha sobre su lomo y a Tayen corriendo tras ellos. Siguiendo la dirección indicada por el Don de Eshtarra los tres cambiaformas llegan a las ruinas de un antiguo castillo de piedra. Polvos de piedra y mortero flotan en el aire provocando desagradables picores en la nariz y algún que otro estornudo. Aquí y allá hay dispersos cadáveres enteros o en pedazos de espíritus lunares, Perdiciones y otros aún más extraños. Manchas de fluidos inidentificables salpican el suelo y las paredes añadiendo olores hediondos al ambiente pulverulento del castillo. Un sombrío silencio lo envuelve todo: el combate aquí ha sido tan violento que ya no queda nada que profanar ni nadie a quien asesinar. La desesperación se transforma aquí en una garra gélida que aprisiona el corazón y aniquila la esperanza. 

Tayen es la primera en romper a llorar con amargura. La Nuwisha ha cambiado a su forma humana y se ha arrodillado junto al cadáver de una guerrera lunar, que tiene la forma de una hermosa mujer plateada ataviada con una antigua armadura griega - El Palacio de Selene - les explica a Misha y a Vigía - Aquí la Incarna recibía las visitas de Coyote y... - se queda dudando, sin saber cómo terminar la frase. Con la mano cierra los ojos del cadáver, manchándose los dedos con sangre de plata líquida - ¿Y ahora qué? - le pregunta a Misha - ¿Qué dirección señala el Don?

Por desgracia, ninguna. Selene está en alguna parte de estas ruinas, pero los tres cambiaformas tendrán que ingeniárselas para encontrarla...

Vigía-del-Alma flexionó las patas para que Misha pudiera descender de su lomo y, cuando el Gurahl hubo tomado tierra, el hispano adquirió su forma humana, como poco antes lo había hecho la Nuwisha.

A su alrededor, el paisaje era desolador. La muerte y la destrucción eran las mismas que en otros lugares del reino, pero en este la más profunda de las tristezas se sumaba a la ecuación. Tayen no pudo reprimir las lágrimas cuando sus ojos reconocieron entre los cadáveres un gran número de espíritus lunares. Como muestra de respeto por los caídos y por su compañera, Vigía-del-Alma se colocó junto a la chica y guardó silencio hasta que esta, todavía con las mejillas mojadas, se dirigió a Misha.

“¿Y ahora qué?”

Los tres cambiaformas no hallaron respuesta del Don. La pista llegaba hasta allí y, aunque no tuvieran duda de que la Luna no se encontraba muy lejos, eran incapaces de saber en qué rincón de su palacio se escondía. Tras mucho pensar, Vigía-del-Alma, recordando las viejas canciones de seres de leyenda que su madre le cantaba cuando era un cachorro y que, desde su despertar, su renacido espíritu había desenterrado de la memoria, se dirigió al grupo con una posible solución.

“Tayen, por lo que acabas de decir, Coyote estaba íntimamente vinculado a Selene. Estoy seguro que existen canciones que rememoran su romance. Incluso puede que se canten algunos versos que el mismo Coyote dedicaba a su amada cuando se encontraban en su reino. ¿Las recuerdas? Creo que si hay algo que haga salir a Selene de su escondite son esas canciones y el recuerdo de su amado.”

Las preguntas de Vigía sacan a Tayen de sus lamentaciones – Los Nuwisha tenemos cientos de canciones que hablan de cómo Coyote visitaba a Selene en su casa – dice levantándose y mirando a su alrededor – Las descripciones no siempre coinciden. A veces es una gran tienda indígena, otras una casa colonial, un castillo medieval o un templo griego. Podría ser por la esencia cambiante de Selene o que a nosotros no se nos da muy bien eso de seguir las reglas. Sin embargo, hay algo en lo que todas las canciones coinciden, y es en el lago. Siempre hay un lago cuyas aguas Selene utiliza para regar sus flores más hermosas. Las que le traía Coyote, por supuesto – levanta la vista buscando algo con la mirada – Coyote siempre quería que Selene volviera su rostro hacia Él y sus hijos en la tierra, así que el estanque debe estar en algún sitio desde el que pueda verse el Reino de Eshtarra.

When all hope is gone

No resulta difícil encontrar el lago descrito por Tayen. Sin embargo, como todo lo demás en este Reino, el lago de la Incarna ha sido profanado por la guerra. Las antaño plácidas aguas ahora están salpicadas por enormes bloques de piedra procedentes de la destrucción del castillo. Sus orillas están salpicadas de cadáveres de espíritus lunares cuya sangre forma pequeñas corrientes plateadas en el agua. Y sobre las aguas, dominando el cielo como una ominosa perla negra, se encuentra el oscuro reflejo espiritual de aquello en lo que la Tierra se ha convertido.

Gaia negra.

El otrora brillante aspecto de azules, verdes y blancos del planeta ahora se ha vuelto oscuro y descorazonador, con cientos de miles de fuegos radioactivos iluminando la superficie con tonos verdes y amarillos. Las luces dorada de Helios y roja de Anthelios luchan a muerte sobre la superficie del mundo agonizante y en el cielo sobre él, pero los tres cambiaformas no le prestan mucha atención. La visión de su hogar muriendo física y espiritualmente destroza su corazón y hunde su espíritu. Los tres se sienten de repente muy ridículos. Tantos sacrificios, tanta búsqueda, tanta lucha ¿Para qué? Gaia, su hogar, se muere ante ellos ¿De verdad es posible cambiar algo? ¿Queda realmente alguna esperanza?...

El cuerpo de Vigía-del-Alma tomó su aspecto lupino y, sin dejar de mirar el yermo panorama que presentaba ahora su hogar, resguardó su peso entre dos de las numerosas rocas que cubrían los alrededores del castillo. Tras unos minutos de silenciosa contemplación, el animal apoyó su cabeza en el suelo raído y se hizo un ovillo, dejándose llevar por una tenue respiración. Aunque sus ojos siguieran abiertos ante tan profunda desolación, su mente estaba cada vez más lejos, buscando en sus recuerdos un lugar tranquilo y seguro en el que poder guarecerse.

La mente del lobo no tardó en refugiarse en el recuerdo dulce de su infancia. Las vivencias en el zoológico de Lehig Valley junto a su madre y sus dos hermanas fueron suficientes para, en pocos minutos, abstraer al animal por completo de la crudeza de su entorno. Los cuentos, las canciones, los juegos… El pasado feliz del animal obró como un bálsamo reparador sobre su mente desesperanzada. Las ensoñaciones iban y venían. Vigía-del-Alma las rememoraba con tal intensidad que por un momento pensó que las volvía a vivir. Tal fue así, que incluso se sorprendió hablando con los miembros de su familia. Y estos les respondían.

Tal vez sea por el lugar sagrado en el que se encuentra Vigía o por su pura y simple desesperación, pero al lanzar su espíritu hacia las memorias de sus antepasados el Theurge se encuentra de pronto transportado a otro tiempo y a otro lugar.

Exóticos olores de animales y plantas que Vigía reconoce sólo muy vagamente llenan su olfato. Sus oídos captan extraños chillidos, trinos y llamadas de animales extintos y el ruido de fondo de una cascada que va a dar a un pequeño río de aguas cristalinas. El ambientes es caluroso pero no sofocante. Pese a su extraño aspecto para Vigía este sitio representa un hogar mucho más de lo que nunca pudo serlo el túmulo de Central Park pese a los esfuerzos de Madre Larissa y el resto del clan.

Bienvenido, "Vigía-del-alma" - quien habla al lupus es un extraño lobo de aspecto fantasmal con la cara marcada por extraños dibujos que brillan como polvo de oro - Soy Yaroyai, guerrero de los Uktena y antepasado tuyo. Dime ¿por qué traes contigo el olor de la desesperación y los gemidos de tristeza?...