Partida Rol por web

-Adreim!! que a pasado?!! cuentanos, estabamos impacientados

Xhuky? Escucho la voz familiar de mi amigo al intentar levantarme. Me llevo la mano a mi ojo y me giro. Allí veo también a Arimindén.

Arimindén, compañeros! Y los demás? Han escapado? Sabéis algo? Me sacrifiqué, pero no sé si habrá sido en vano... Tengo frío y estoy herido. Aquí en la calle no podemos hablar.

Me levanto con su ayuda y pasamos adentro. Ah, nuestras cosas, habrá que cogerlas. Me dispongo a ayudarles con la carga, pero mis fuerzas me fallan. Además, sigo desnudo y tembloroso. Cuando ya estamos tranquilos con nuestras cosas dentro, yo con algo de ropa y la gente de la posada ya ha dejado de comentar lo desmesurado de mi... paliza o lo que sea, además de que me falta un ojo. Hablo a mis compañeros a solas.

Las cosas salieron mal, debían haberme ayudado, pero no lo hicieron. Tuve que luchar yo sólo y me mataron. Tuvimos la posibilidad de hacernos con un gran honor. La posibilidad de haber matado a Graznada, el sumo sacerdote de Templo de la Congregación de los Muertos. Ya era nuestro sólo teníamos que matar a unos guardias y escapar. Pero me dejaron a mí solo con ellos.

Bueno, empezaré desde el principio. Cuando nos atraparon, nos metieron en una sala de tortura. Estábamos desnudos y apareció Graznada, el muerto del oasis, os acordáis? Bueno, pues ese tipo es un clérigo maligno. No tiene ni media jostia, pero su mente es retorcida y macabra. Nos quería meter unos bichos por el culo para controlarnos. Quiere que volvamos a la Necrópolis y recuperemos la caja con un pergamino o lo que quiera que contenga. Intentamos razonar, pero esa gente son así, no había forma de que nos dejara de meter cosas por el culo. Jejeje. Pronto me iba a tocar, así que empleé mis fieros músculos y rompí las ligaduras, me abalancé sobre él y le reduje. Fui un valiente porque me expuse al peligro por salvarnos a todos. No le dio tiempo a decir ni mu. Le hice unas magulladuras y expiró como una nenaza. Hagen y Bolrak, me ayudaron también al seguir mi ejemplo. Nos liberamos y tomamos instrumentos de tortura. Queríamos escapar. Unos guardias llegaban. Había una trampilla de desagüe, quité la tapa, pero hacía falta tiempo para que pasáramos todos. Necesitaba que alguno me ayudase a pelear. Entraron y me dejaron solo con ellos. No pude hacer mucho sin armas de verdad y sin armadura. Pero eso ya lo hablaré con ellos.

La cuestión es que me mataron o yo creía que me habían matado, no sé. Cuando desperté, estaba en la misma sala de tortura y ese cabronazo me metió por fin el bicho por el culo como a los demás. Y me dejó un recuerdo, señalo mi ojo vaciado. Si no le traigo esa caja, el bicho que tengo dentro me comerá las entrañas o no sé qué.

Vaaa! Nunca me he sentido tan humillado! Y lo peor es que los que se suponen que son tus compañeros, no te defienden cuando estaba dispuesto a dar mi vida si hacía falta. He demostrado ser un líder cualificado y sacrificado, pero aquí estoy sin un ojo, habiendo visto la muerte de cerca y con un puñetero bicho petaculos en las tripas. Espero que se den cuenta de lo que he hecho por ellos y por todos.

Ojala supiera cómo quitarme este parásito de mis entrañas!

Por el Pacificador, tu aspecto es terrible...! - exclamo, viendo el lamentable estado de Adreim - Ven tiéndete aquí..., Xhu`Kel acerca esa lámpara!!

Examino cuidadosamente el estado de mi compañero, prestando especial atención a su ojo.

Creo que podríamos recuperar eso, con los cuidados adecuados, pero antes, vamos a lo básico. No debes temer, soy uno de los mejores...

Con un aspecto de total concentración, pronuncio con altanería una oración:

Oh, Señor de los Pacíficos, dame el conocimiento, déjame ver la naturaleza de este mal para poder remediarlo - mientras así hablo, impongo mi mano derecha en su rostro mientras la izquierda eleva el símbolo de mi Fe.

No tan deprisa, Señor Isvaniel... - comento cuando el tiempo de la magia termina, impido al herido levantarse poniendo mi mano sobre su pecho - aún queda el aspecto mundano, algo más doloroso, quizá. Pero benéfico, sin duda. Soy un gran especialista en esto, tranquilo... - añado, sacando de mi maletín el material necesario para coser la herida.

Bien, es todo lo que puedo hacer por el momento. Cuando descanses un poco hablaremos de lo que vamos a hacer...

Esto tiene muy buen aspecto..., aunque no lo parezca! - exclamo, alejándome unos pasos para contemplar mi obra - Bien. Debes descansar, por el momento. Si reposas, mejorarás mucho más rápido, siempre y cuando sigas al pie de la letra mis consejos.

Por otra parte, hay algunas cosas en tu "glorioso" relato que me gustaría conocer con más detalle... - continúo, con rostro severo y preocupado - ¿Cómo actuará eso a lo que llamas parásito, tiene un plazo, crees que te domina de alguna manera...?. Quizá encontremos la forma de erradicarlo de tu cuerpo, pero será difícil, sin ninguna duda.

¿Y dices que todo el grupo, por completo, está invadido por ellos al igual que tú...? - termino, con expresión aún más sombría - La maldad de ese Graznada..., por cierto, ¿estás seguro de que se llama así...?, no sé, no me suena..., ¿por dónde iba?. Ah, sí, decía que:

LA MALDAD DE GRAZNADA DEBE SER ERRADICADA, EN NOMBRE DEL PACIFICADOR MI SEÑOR!

Afirmo a voz en grito, totalmente enajenado.

El clérigo sutura mis heridas, así como intentar curármelas con su poder. Es doloroso a la vez que un alivio, pero doloroso, al fin y al cabo. Mientras me cose, procuro no gimotear más porque no me haga un siete que por salvaguardar el honor de un guerrero valiente.

Gracias, Arimindén. Qué tal me queda la cicatriz del ojo? Me da un aspecto más aguerrido? O sólo parezco un idiota que ha perdido el ojo? Jejeje. Bueno, en cuento pueda me lo cubriré con un parche o un ojo de cristal. Siempre he pensado que es digno de un guerrero experimentado.

Gracias de nuevo y seguiré tus consejos. Descansaré un poco.

Pero al momento, justo cuando voy a cerrar el ojo, me hace gala de un montón de preguntas.

Oh, el parásito, no sé cómo actúa, sólo sé que hace daño cuando no sigues "la misión". Es decir, lo que hay que hacer para conseguir la caja que quiere Graznada. Pero no sé cómo se puede dar cuenta el bicho de si hago o no mi trabajo. Ni del concepto que pueda tener de lo que debo hacer. Ni siquiera de qué vive ahí dentro, si lo que come es mierda, entonces puede durar mucho. Intentaré hacer lo que me plazca a ver qué pasa. Quizá lea el pensamiento. Tú qué crees, podría hacerlo? Él lo denominó Girfx. No sé si te dice algo. Pero no lo tienen todos, sólo Nomberto, Sire y yo. Nomberto tiene dos. Por lo visto les gustó su culo. Jejejeje. Como me liberé, impedí que percularan a más, pero como me capturaron, me metieron uno a mí también.

Graznada... sí, creo que se llama así, así lo entendí la primera vez. Aunque creo que alguno lo ha nombrado diferente... ummm.... Graz-na-da, Graz-na-dan, Grazzdan, eso es. Pero me parece que suena mejor Graznada, no?

(Bostezo) Bueno, algo más? Por cierto, tu crees que nos hubieran dado una recompensa en el templo de tu dios si le hubiéramos traído la cabeza de Graznada? Se me ocurrió mientras estaba allí. Quería habérsela cortado. Así impediríamos que lo reanimasen. Cuando desperté, pude ver utensilios y potingues de resurrección, pero no sé si me resucitaron o si le resucitaron a él, no acabo de estar seguro, sabes? De repente la llama de la ira se me enciende.

Porqué nadie tiró el dichoso cuerpo por el agujero? Mierda! Un par de segundos después:

Ahora yo estaría muerto sin remedio, eso sí. Me quedo pensativo. Vaya, no lo había pensado. El tipo me quería vivo, Arimindén. Está desesperado porque consigamos la caja.

¿Girfx...? - pregunto, pensando en voz alta - No sé, la Congregación de los Muertos tendrá sin duda ritos extraños. Quizá una jarra de vino me ayude a recordar con más claridad.

Descansa ahora, amigo. Pero debo advertirte algo... - añado algo preocupado, antes de abandonar la habitación - Cuando traté de conciliar el sueño, esta mañana, oí un leve crujido. Procedía del armario, y antes de que pudiera incorporarme siquiera una figura con un traje indefinido, con pantalones y una túnica corta, de color oscuro y embozada salió de él rápido como una exhalación y abandonó la habitación. Era un tipo bajito, delgado y muy ágil, pero no pude fijarme en más detalles, pues todo ocurrió con gran rapidez. Salí corriendo tras él, valientemente pues no llevaba armas y apenas vestía un camisón, pero se me escapó.

Mientras hablo, me acerco al armario para revisarlo, y miro debajo de las camas y en cualquier rincón donde creo que podría haber alguien escondido.

Ese ladrón podría volver, por lo que te aconsejo que antes de acostarte apuntales la puerta con un camastro, yo usé ese de ahí. También aseguré las ventanas, nunca se sabe.

No sé lo que podría estar buscando, aunque estoy casi seguro de que estaba esperando a que me durmiera, supongo que para robarme, aunque ¿quién sabe?. En cualquier caso, creo que haré cambiar la cerradura y advertiré al posadero.

Bien, no quiero que te preocupes más por el momento. Ahora necesitas dormir - termino, a modo de despedida - Volveré pronto para ver como sigues, ¿Vienes, Xhu`Kel?

Intento una tirada de Saber Divino para ver si recuerdo algo sobre ese rito o la criatura rompe-culos, pero por lo visto nada.

Asumiendo que Xhu`Kel abandona la habitación conmigo, aprovecho para hablar con él, pero como no quiero adelantarme si no es adecuado avísame para borrar el post.

He estado reflexionando sobre algunas cosas, con ayuda de Geonea, el de Los Seis Nombres. Quizá mis palabras de ayer no fueron las más apropiadas. Tu naturaleza es la que es, y poco podrías hacer para evitar hacer lo que haces aunque quisieras...

No obstante, te ayudaré, ya que considero que evitaremos males mayores, pues ya has demostrado que harás lo que sea para conseguir ese dinero que te hace falta, y no puedo permitirlo...

Mi propuesta es la siguiente: Te prestaré 1500 po, que creo que es la cifra que necesitas para tus propósitos. A cambio, sólo te pido que me jures por tu honor que no lastimarás a más inocentes y que me devolverás 2000 po tan pronto como puedas disponer de esa cantidad, para que yo pueda emplearla en hacer obras buenas para reparar el mal que has causado, y el que aún causarás...

Piénsalo bien, y si estás de acuerdo te entregaré el dinero de inmediato.

Posadero, ponga aquí otra jarra, haga el favor... - termino, cambiando de tema - tengo como la boca seca y muchas cosas que hacer por delante...

Beberás vino? Que el Dios que ríe te bendiga! Digo con los mi ojo entornado como buscando el sueño reparador. Pero cuando me dice lo del tipo del armario...

Un ladrón? Fue antes de que me dejaran en la calle? Creo que pueden ser ellos. Nos espían. Sabían que estaba aposentado aquí, nadie me lo preguntó. Haré lo que me pides, Arimindén. Necesito descansar, aunque si vienen los demás, avisadme, por favor. Necesito saber que están bien y qué les ha pasado. Si no, no dormiré como toca. Digo algo excitado.

Gracias por tuuudooooo! Digo bostezando mientras se van.

Me levanto y apuntalo la ventana con mi cuchillo y pongo una cama en la puerta o algún mueble pesado. Dejo mi escudo y mi espada a mano, sobre todo la espada ya desenvainada a mi lado, cuyo tacto me tranquiliza.

Luego me tumbo y ningún pensamiento me perturba pues mi agotamiento es tremendo. La vida de un aventurero es dura.